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Esta herramienta fue ideada en el año 1939 por Alex Faickney Osborn (fue
denominada brainstorming), cuando su búsqueda de ideas creativas resultó
en un proceso interactivo de grupo no estructurado que generaba más y
mejores ideas que las que los individuos podían producir trabajando de
forma independiente; dando oportunidad de dar sugerencias sobre un
determinado asunto y aprovechando la capacidad creativa de los
participantes.
Brainwriting es una técnica que se suele realizar en grupo que ofrece una forma
más simple y eficaz de conseguir ideas innovadoras por medio del grupo, ideas
que permiten desarrollar un proyecto, mejorar situaciones, resolver problemas o
mejorar algún aspecto. Se realiza una dinámica grupal en que cada miembro que
forma parte de la dinámica genera ideas por medio de las ideas de otros
miembros.
Esta ténica viene de los términos escritura y cerebro ( writing y brain) y ha
sido desarrollada por Bernd Rohrbrach en 1968 para poder hacer más fácil
la creatividad en el grupo, una alternativa interesante a la tormenta de ideas
que se puede hacer con grupos de entre 5 y 10 miembros. Se utiliza mucho
en resolución de problemas complejos, mercadotecnia y planificación
estratégica aunque es interesante para muchos otros campos de la
empresa.
Es una técnica basada en la exposición de manera informal y libre de todas las ideas en torno a un
tema o problema planteado que ayuda a estimular la creatividad.
No está supeditado a una hora y un lugar, la participación puede ser anónima, óptimo
para empleados introvertidos, mejor registro de ideas, adecuado para proyectos más
largos
Con esta técnica de lluvia de ideas inversa podrás diseñar o redefinir una cierta
estrategia y preparar a tus colaboradores para afrontar futuros retos.
6.- Mapa mental
Si lo que quieres es mejorar tu proceso de lluvia de ideas, puedes valerte de la
utilización de mapas mentales para representar visualmente los procesos e ideas que
nazcan de la dinámica.
De manera básica, lo único que debes de hacer es dibujar imágenes que te ayuden a
relacionar las ideas entre sí.
Para comenzar puedes escribir tu objetivo o problema a resolver.
Déjalo en claro y en un lugar que sea de fácil acceso para los participante, por si
alguno olvida cuál es la cuestión que están tratando de resolver.
En realidad, solo necesitan un pedazo grande de papel y plumones o marcadores de
distintos colores para dar vida a las ideas que los participantes generen durante la
lluvia de ideas.
Una pista, debido a la popularización de estos recursos, ahora puedes encontrar
diferentes herramientas online que te ayudarán a elaborar diversos mapas mentales.
Si bien en este artículo se fomenta la utilización de recursos creativos, también se vale
ser práctico cuando la ocasión lo amerita.
Las opciones son tuyas, elige la que mejor vaya con tu compañía.
7.- Análisis SWOT
La metodología del análisis SWOT puede traer cientos de beneficios a tu
organización. Este método te ayudará a conocer las fortalezas que tus colaboradores
ven dentro de la compañía.
Por sus siglas en inglés SWOT significa:
Strengths: Identifica las fortalezas de tu equipo de trabajo, así como de cada área que
integra la organización.
Weaknesses: Conoce los puntos débiles de tu estructura y cómo apuntalar los
cimientos de la empresa para convertir sus debilidades en nuevas fortalezas.
Opportunities: Sé consciente de la ventana de oportunidades que una situación
representa e incorpora como parte de las soluciones de los problemas.
Threats: No obvies las amenazas que puedan existir en torno a tu compañía. Tus
colaboradores pueden ser los principales detectores de estas situaciones, consúltalos
y aprende de lo que tienen que decir.
Realizar un análisis SWOT como parte de una dinámica de lluvia de ideas, te brindará
la posibilidad de conocer qué piensa cada uno de los participantes respecto a los
procesos, organización y actividades que la empresa realiza.
Toma en cuenta que este análisis puede especializarse dependiendo el área o
problema que se trate.
8.- Juega a “Qué tal si...”
Si lo que deseas es resolver un problema a través de una lluvia de ideas, este es uno
de los mejores recursos que puedes utilizar para dinamizar el ejercicio y asegurar
mejores resultados.
¿Qué tal si jugamos?
Como lo puedes ver, esta técnica no es más que buscar soluciones a distintos
escenarios. Por decirlo de una forma, es ponerse los zapatos de una diferente
situación.
Además, es especialmente útil si tu equipo se encuentra atorado en algún punto de la
dinámica de lluvia de ideas.
Con su aplicación, te aseguras de brindar una oportunidad de repensar un escenario
para dejar que las mejores ideas fluyan.
Muchas veces, tras estar un tiempo pensando o imaginando las soluciones a un
problema, puede que tanto tú como tus colaboradores caigan en una grieta de falta de
creatividad.
Para brindar una solución a estos momentos y tirar una soga para sacar a tu equipo
adelante es importante incorporar elementos que fomenten el acercamiento desde un
ángulo distinto.
No solo es una técnica, en realidad se trata de plantear un reto que te ayude a
solventar un bloqueo creativo o de ideas.
Retar puede ayudar a sacar lo mejor de tus colaboradores y, por qué no, de ti.
9.- Decir “no” es necesario
Seguro te pasó una situación similar alguna vez: estabas en una junta de trabajo para
aportar ideas al nuevo plan y, de repente, alguno de tus compañeros tuvo la peor idea
posible en el mundo.
Todos en la oficina se miraron los unos a los otros y pensaron: “Dios, qué pésima
idea”.
No obstante esta situación, ¿te sorprendería que estas acciones representen una
excelente oportunidad para conseguir una solución creativa?
En primer lugar vale decir que tener malas ideas es normal y, a veces, necesario.
Al final de cuentas, ¿cómo identificar las buenas ideas si no es en contraposición con
las malas?
Lo importante no es que identifiques quién está aportando estas ideas; lo realmente
valioso es saber aprovechar el output que suponen.
Así, lo realmente útil es valorarlas y aprender por qué no son una buena solución y
decir no.
Deberás comenzar a dejar en claro cuándo una idea simplemente no funciona.
Esta racionalización te brindará la posibilidad de ahorrar tiempo en el proceso e
identificar las partes más complicadas del problema.
10.- Crea obstáculos
¿Has escuchado de Spartan Race? Si no lo has hecho, te cuento rápido: es una
carrera de obstáculos que pone a prueba y lleva al extremo las habilidades físicas de
los participantes.
Esta modalidad de competición se ha vuelto extremadamente popular en los últimos
años.
Al igual que estas competencias, el colocar obstáculos en un dinámica de creatividad
es una gran forma de asegurarte que cada uno dé lo mejor de sí mismo.
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, esta técnica no vuelve tediosa o menos
productiva tu sesión de lluvia de ideas.
Al contrario, ayuda a fomentar las ideas creativas e invita a los participantes a buscar
distintos acercamientos al problema.
¿Cómo puedes hacerlo?
Sencillo.
Por ejemplo, si el fin de tu lluvia de ideas es crear una nueva estrategia de
comunicación para un nuevo producto; uno de los obstáculos que podrías poner es
que no se puede mencionar una o varias palabras.
También puedes limitar la paleta de colores de la marca o acotar los elementos que
pueden componer el logo.
Cada uno de los obstáculos que incorpores te acercará a tener un resultado único y
específico en esta nueva forma de aproximarte a la lluvia de ideas.
11.- Utiliza materiales didácticos
No todas las lluvias de ideas tienen que transcurrir de la misma forma.
Incorporar recursos didácticos a tu sesión te ayudará a mantener y centrar la atención
de tus colaboradores.
Puedes valerte del recurso que consideres necesario, busca generar impacto visual,
acerca elementos que despierten la creatividad en tus colaboradores (libros, papel,
colores, fotografías), cualquier elemento es bueno.
Valerte de recursos didácticos para la lluvia de ideas es una clara muestra que el fin
último de la sesión es despertar el lado creativo de cada uno de los participantes.
12.- El juego de las sillas
Seguro todos lo jugamos cuando éramos niños.
Los participantes se mueven al ritmo de la música alrededor de un número de sillas
(siempre una menos que el número de participantes) y, cuando la música para, deben
correr rápidamente para asegurar su lugar y continuar en el juego.
Este juego infantil puede ser incorporado, con algunas variaciones, como parte de una
lluvia de ideas.
La dinámica es la siguiente: cada uno de los participantes coge un pedazo de papel y
una pluma.
Al centro se pone un tema o problema a resolver; se determina un tiempo específico
de tiempo, lo puedes hacer seleccionando una canción por participante; el tiempo de
la canción será el que tengan los participantes para anotar su solución.
Al final, las hojas se leen en voz alta y, democráticamente, los participantes eligen las
mejores; la que quede en último lugar, saldrá del juego y se continuará la dinámica
durante la lluvia de ideas con los participantes restantes.
13.- Empatía
Uno de los recursos más importantes para que tu lluvia de ideas sea todo un éxito es
generar empatía entre los colaboradores y el problema.
Si nadie tiene interés en resolver el tema, ¿qué soluciones te brindarán?
14.- Uno a uno
Fomenta la participación ordenada de cada colaborador durante la lluvia de ideas.
No hay nada peor que perderte en un mar de propuestas que no tienen principio ni
final.
Generar un orden de participación es importante para asegurar el correcto andar de la
dinámica.
Deja en claro cuál será el orden de participación y apégate a tu plan.
Si alguien quiere participar de forma repentina durante la lluvia de ideas no le niegues
la oportunidad; asegúrate de brindar espacios de participación colectiva, además de
los espacios individuales.
15.- Juego de rol
Si un tema representa una gran complicación, una de las posibles soluciones puede
ser asignar un rol a cada participante en la lluvia de ideas.
Así, te aseguras el obtener diferentes resultados y opiniones a partir de la definición
de funciones.
De igual forma, esta es una excelente manera de generar distintas perspectivas
respecto a un problema y verterlas en una solución totalizadora que abarque
diferentes caras de la situación.
16.- Propuestas anónimas
Si crees que tu lluvia de ideas no está teniendo el éxito que deseas porque los
participantes no quieren compartir sus ideas, la solución es muy fácil: participar desde
el anonimato
Algunas de las mejores ideas suceden cuando los demás no saben que fuiste tú quien
la propuso.
Para lograrlo puedes hacer que cada participante escriba su idea en una hoja en
blanco y la deje dentro de una caja (que no se transparente).
Después, una vez que haya concluido la dinámica de lluvia de ideas solo tendrán que
leer cada una de las propuestas y elegir la mejor.
Tal vez nadie nunca sabrá quién la propuso, pero sí tendrás una solución gracias a
este ejercicio.
17.- Lluvia de preguntas
Las mejores respuestas se obtiene a través de las preguntas adecuadas.
Esta máxima deja en claro que no solo es importante buscar soluciones, a veces a la
verdadera riqueza se tiene al hacer la pregunta adecuada.
Una lluvia de preguntas, es una vuelta a la clásica lluvia de ideas.
A través de las dudas de los participantes se puede llegar a una gran solución.
18.- Calentamiento
Ya te lo dijo tu entrenador: hacer ejercicio sin un calentamiento previo puede tener
graves consecuencias a la salud.
En este caso es lo mismo, la salud de la lluvia de ideas puede verse afectada si nadie
está preparado.
Calentar significa, en este caso, hacer una ronda de práctica de cómo será la lluvia de
ideas para asegurarte que todos los colaboradores están alineados y preparados para
el momento que más importa.
Puedes elegir un tema sencillo o dejar un tema libre para que elegir el que mayor
comodidad genere.
19.- Aprecia lo bueno
No todas las ideas van a cambiar al mundo, eso es un hecho.
Eso no quiere decir que no tengan algo valioso que ofrecer.
Valora las aportaciones de cada uno de los participantes y busca los puntos fuertes en
sus opiniones.
Alentar a tu equipo es la mejor forma que tienes para brindarles la confianza de seguir
participando y cerrarse a diferente respuestas.
Todos nos equivocamos, pero no hay mayor error que demeritar las opiniones de los
demás
1"Suspender el juicio. Eliminar toda crítica. Cuando brotan las ideas no se permite ningún
comentario crítico. Se anotan todas las ideas. La evaluación se reserva para después. Se tiene que
posponer el juicio adverso de las ideas. Hemos estado tan entrenados a ser instantáneamente
analíticos, prácticos y convergentes en nuestro pensamiento que esta regla resulta difícil de seguir,
pero es crucial. Crear y juzgar al mismo tiempo es como echar agua caliente y fría en el mismo
cubo.
2"Pensar libremente. Es muy importante la libertad de emisión. Las ideas locas están bien. Las
ideas imposibles o inimaginables están bien. De hecho, en cada sesión tendría que haber alguna
idea suficientemente disparatada que provocara risa a todo el grupo. Hace falta recordar que las
ideas prácticas a menudo nacen de otras impracticables o imposibles. Permitiéndote pensar fuera
de los límites de lo habitual, de lo normal, pueden surgir soluciones nuevas y geniales. Algunas
ideas salvajes se transforman en prácticas. Cuanto más enérgica sea la idea, mejores pueden ser
los resultados; es más fácil perfeccionar una idea que emitir una nueva.
3"La cantidad es importante. Hace falta concentrarse en generar un gran número de ideas que
posteriormente se puedan revisar. Cuanto mayor sea el número de ideas, más fácil es escoger
entre ellas. Hay dos razones para desear una gran cantidad de ideas. Primero, parece que las ideas
obvias, habituales, gastadas, impracticables vienen primero a la mente, de forma que es probable
que las primeras 20 o 25 ideas no sean frescas ni creativas. Segundo, cuanto más larga sea la lista,
más habrá que escoger, adaptar o combinar. En algunas sesiones, se fija el objetivo de conseguir
un número determinado de ideas, del orden de 50 o 100, antes de acabar la reunión.
4"El efecto multiplicador. Se busca la combinación de ideas y sus mejoras. Además de contribuir
con las propias ideas, los participantes pueden sugerir mejoras de las ideas de los demás o
conseguir una idea mejor a partir de otras dos. ¿Qué tiene de bueno la idea que han dicho? ¿Qué
se puede hacer para mejorarla o para hacerla menos salvaje? Utiliza las ideas de los demás como
estímulo para tu mejora o variación. A veces, cambiar sólo un aspecto de una solución
impracticable la puede convertir en una gran solución."