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La Cuenca de Tarija, conformada por el Subandino Sur, Pié de Sierra

y el denominado Antepaís del Chaco, tiene potencial para


aportar entre 14 y 25 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas a las
reservas del país, según los estudios efectuados no sólo en
territorio nacional, sino también en campos argentinos y
paraguayos unidos a ésta por las mismas estructuras
geológicas.
Poco más de la mitad de la superficie de Bolivia (52,2 %), que
equivale a 572.741 km cuadrados está compuesta por cuencas
sedimentarias, que son áreas con importante potencial para
producir hidrocarburos, líquidos o gaseosos; y, de ellas, el 40
% corresponde a la Cuenca de Tarija (observe el gráfico).
"Si vemos los más de 570.000 km cuadrados de Bolivia,
divididos en las distintas provincias geológicas, notamos que la
actividad de exploración y desarrollo se centralizó en el
Subandino Sur y el Pie de Sierra, que representan menos del 20
% del total de cuencas sedimentarias de Bolivia; son 105.000
km cuadrados aproximadamente”, explica el geólogo Carlos
Enrique Cruz.
El profesional tiene 30 años de experiencia en varias
compañías petroleras, liderando equipos multidisciplinarios para
la generación de prospectos, definición de planes exploratorios e
identificación de oportunidades de negocios en el rubro de los
hidrocarburos.
Cruz afirma que la Cuenca de Tarija tiene un gran potencial
exploratorio debido a la existencia de muchas trampas
estratigráficas. Éstas son estructuras geológica o rasgos
estratigráfico capaces de retener hidrocarburos, pues se
producen por un aumento de la permeabilidad de la roca
almacén o roca madre.
El potencial de la Cuenca de Tarija, según el geólogo,
cobra más relevancia porque "aún permanece inexplorada”.
Los Monos y Lochkoviano
Cruz tuvo la oportunidad de hacer estudios de geoquímica a
más de mil muestras de rocas de pozos y afloramiento y más de
35 muestras de hidrocarburos líquidos y gaseosos de la Cuenca
de Tarija. Esos análisis permitieron definir los sistemas
petroleros y la madurez de las rocas madres de la mencionada
cuenca, que son fundamentales para comprender cómo es la
carga de los principales reservorios.
Todo ello permitió también determinar que en el norte de
Argentina y en el Subandino de Bolivia, Los Monos es la
principal roca madre y tiene la madurez térmica suficiente para
generar hidrocarburos. Los Monos es una estructura geológica
que recorre gran parte del territorio boliviano, está presente en el
Subandino Norte y en el Subandino Sur y llega hasta Argentina.
Cabe señalar que el potencial de esa roca madre cambia en la
zona de Santa Cruz de la Sierra, los hidrocarburos proceden de
una roca más antigua, denominada Lochkoviano.
El historial exploratorio en estas dos rocas madres tiene
altibajos. En el caso del Lochkoviano, hubo un gran impulso a
fines de la década de los 50 y principios de los 60, cuando
empezaron los descubrimientos, pero luego -durante casi 40
años- las actividades quedaron estáticas y sin crecimiento.
En Los Monos, los primeros descubrimientos fueron a fines de
los años 70, en los campos del Río Pilcomayo, cerca a
Villamontes. Hasta que, a fines de los 90, se produce un gran
salto con los campos del Subandino Sur que dan como
resultado el desarrollo de campos como Margarita. "En los
últimos 10 años parece que se hubiera estancado un poco”,
asevera Cruz.

Dificultades en exploración
En su exposición magistral en el VIII Congreso Internacional
Bolivia Gas & Energía, el geólogo argentino hizo una
comparación entre la madurez exploratoria boliviana y la
argentina.
Ese país avanzó mucho en la exploración, sobre todo de la
Cuenca de Neuquén y de la del Golfo San Jorge, por lo tanto se
consideran cuencas maduras. "Pero, la Cuenca Austral tiene
poca exploración y tiene un promedio de un pozo exploratorio
cada 100 km cuadrados; en la Cuenca de Tarija hay un pozo
exploratorio cada 800 km cuadrados”, manifiesta Cruz.
La situación es dramática si se observa las provincias
geológicas Subandino Norte, Beni y Madre de Dios, donde en
promedio hay un pozo de exploración por cada 10.000 km
cuadrados.
Tras ese análisis, Cruz considera que "la Cuenca de Tarija está
aún más inmadura que la cuenca Austral de Argentina, que es la
menos explorada, mientras que las otras tres caen allá,
olvidadas completamente”.
"La densidad de pozos exploratorios y la madurez exploratoria
de Bolivia indican un gran potencial de producción de
hidrocarburos”, concluye el geólogo. Para él, a pesar de que el
Subandino Sur tiene fuerte riesgo geológico al definir la
ubicación de las trampas estratigráficas, aplicar análisis de
sistemas petroleros permitiría discriminar los yacimientos y así
hacer una revisión de reservas y recursos por descubrir.

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