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1.

Título

Libertad de Creencias y Derecho a la vida. ¿Cómo debe actuar el Estado y los Servicios Médicos
ante paciente Testigo de Jehová que se niega a recibir transfusión sanguínea?

2. Abstract

El presente trabajo pretender realizar un análisis respecto a la ponderación de derechos


constitucionalmente protegidos, como lo son el derecho a la vida y el derecho a la libertad de
creencias, específicamente cuando ello conlleva a la oposición de un tratamiento médico en
razón de dicho credo.

También acercarse a la realidad nacional en la materia y dar respuesta a la forma de actuación


que debe realizar el servicio hospitalario ante la situación comentada, además de encontrar las
distintas vías jurídicas para la protección de derechos, intentando identificar la más idónea y
eficaz en el caso que se requiera.

3. Índice

i) El derecho a la vida y la libertad de creencias


ii) La transfusión sanguínea como tratamiento médico, y el análisis de situaciones
particulares
iii) De la respuesta estatal y el actuar jurídico del servicio médico
iv) Conclusiones.

Desarrollo:

i) El Derecho a la vida y la libertad de creencias.

Durante los últimos años, debido a la constante evolución del derecho se han ido reformulando
ideas respecto a la ponderación de ciertos derechos fundamentales. En este sentido, es que,
respecto a determinadas materias, hay decisiones jurisprudenciales novedosas en lo que a la
ponderación de derechos se refiere, así como también nuevas tendencias doctrinarias que
vienen a modificar las tendencias que se estaban consolidando hace alrededor de 10 años. Es
dentro de este contexto que, existen modificaciones sustanciales en lo que a la protección de
adolescentes y niños se refiere, modificándose gran parte de la institucionalidad del derecho de
familia nacional, lo que tiene relevancia enorme para la debida protección de las garantías
fundamentales que establece nuestro sistema jurídico. Es bajo estas prerrogativas, que se hace
necesario realizar algunos breves alcances respecto a la actuación de la institucionalidad estatal,
tanto en su entidad judicial como su entidad sanitaria, en casos que haya ciertas zonas de
conflicto entre derechos fundamentales como el derecho a la vida y el derecho a la libertad de
creencias.
El derecho a la vida

El derecho a la vida es el derecho fundamental por antonomasia, y que, sin duda es el que reviste
una mayor importancia respecto a los demás derechos fundamentales, puesto que como se
señala “la vida humana es el presupuesto necesario de todos los derechos fundamentales, sin el
cual estos últimos no podrían gozarse ni ejercerse”1, lo que no debe confundirse con que sea un
derecho absoluto, pues admite excepciones y también puede ponderarse respecto al ejercicio
de otros derechos fundamentales cuando exista una pugna entre ellos. Por tanto, en un primer
acercamiento, se hace necesario precisar que el ejercicio de los demás derechos fundamentales
se encuentra supeditado a la existencia de la vida humana misma.

Corresponde delimitar lo que debemos entender por derecho a la vida, entendido por como tal
aquel “bien jurídico constitucional objetivo y con derecho de defensa, no disponible por la
persona, que comienza por lo general con la concepción del ser humano, prolongándose durante
todas las etapas de su vida hasta su muerte2”. Lo anterior nos da grandes pistas de la respuesta
que queremos entregar, toda vez que, si como se ha expuesto, el derecho a la vida es aquel
derecho sin el cual no se pueden ejercer el resto del catálogo de los derechos fundamentales,
éste a pesar de ser un derecho individual, no es de libre disposición para su titular ya que “impide
configurarlo como un derecho de libertad, que puede llevar incluido el derecho a determinar la
propia muerte”3, lo que nos lleva finalmente a que por su propia esencia “es un bien jurídico
irrenunciable, prohibiéndose a su titular renunciar o disponer del mismo”4.

Desde una perspectiva general, se entiende que ningún derecho fundamental es absoluto, y que
todos pueden estar sometidos a una ponderación, en tanto esta se realice de una manera
adecuada conforme a la racionalidad del ente interpretativo. Sin embargo, existe también
aspectos a tomar en cuenta respecto si el derecho a la vida, entendiendo su relevancia para el
ejercicio de los demás derechos fundamentales, puede estar sujeto a limitación por el derecho
a la libertad de creencias, y las situaciones en que podría ejercerse tal limitación.

La libertad de Conciencia

La libertad de Conciencia, podemos definirla como en una dimensión subjetiva como “el derecho
fundamental de todo individuo a expresar o guardar silencio sobre sus convicciones, así como a
adecuarlas a su conducta externa”5. Por su parte, otra definición podemos encontrar como “la
facultad de toda persona para formarse su propio juicio sin interferencias, el derecho de pensar
con plena libertad lo que posibilidad la propia selección o determinación de valores de acuerdo
con los cuales formula su proyecto de vida y la conformación a dicho pensamiento de su actividad
externa personal y social”6

Por su parte, es reconocido tanto por tratados internacionales de Derechos Humano, como
también en nuestro ordenamiento constitucional la Libertad de conciencia. Esta consagración la
podemos ver en la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, donde su
artículo 18 se señala “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y

1
NOGUEIRA (2010), p. 391
2
NOGUEIRA (2010), p. 418
3
NOGUEIRA (2010), p. 418
4
NOGUEIRA (2010), p. 418
5
MARABEL MATOS (2016), p.76
6
NOGUEIRA (2008), p. 11
de religión”, mientras que se va a ratificando en diferentes instrumentos internacionales como
la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 12 “Toda persona tiene derecho
a la libertad de conciencia y de religión”, lo cual se replica de forma casi idéntica en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y en otros instrumentos jurídicos internacionales.

A nivel constitucional, la libertad de conciencia también se encuentra debidamente protegida


en nuestra constitución como emana del artículo 19 que señala “La constitución asegura a todas
las personas: N°6. La libertad de Conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio
libre de cultos que no se opongan a la moral, las buenas costumbres o al orden público”.

Por su parte, como emana de lo mencionado con anterioridad, podemos entender que se
encuentra implícita la denominada Libertad Religiosa, entendida tal como “La facultad de
desarrollar o no una fe en un ser superior, asumiéndola individualmente y colectivamente,
practicándola en público o en privado, mediante el culto, las prácticas, las enseñanzas, el
cumplimiento de ritos y ordenando su vida según sus exigencias7”, y que dentro de su esfera
privada, también ese encuentra protegida en el catálogo de derechos fundamentales a través
del concepto más amplio de libertad de creencias ya mencionado.

Señalado ello, y tal como ocurre con todos los derechos fundamentales, se encuentra sujeto a
limitaciones. Estas se encuentran en la salud y seguridad pública, la moral, …… tal como emana
de los instrumentos internacionales

Entonces cabe tener presente en un primer acercamiento que, conforme a lo dicho con
anterioridad, tanto el Derecho a la Vida, como el Derecho a la Libertad de creencia, y en
particular la libertad religiosa, se encuentran garantizados como Derechos Fundamentales, a
nivel Constitucional y a nivel internacional a través de los diversos tratados sobre Derechos
Humanos que emanan de los organismos internacionales competentes. Sin embargo, a pesar de
ser ambos derechos fundamentales, existe una posibilidad cierta, que estos entren en conflicto
en determinadas situaciones, ante las cuales debemos hacer una adecuada ponderación de
derechos, que logre darnos una solución a determinados casos particulares.

Este es el caso que ocurre, cuando una persona se opone a determinados tratamientos médicos,
como ocurre en particular con la Hemotransfusión (transfusión sanguínea) de personas que
profesan el credo de Testigos de Jehová, aun cuando en determinadas situaciones la realización
de este procedimiento médico les salve la vida, o en caso de no realizarlo, le acelere o
directamente produzca la muerte.

7
NOGUEIRA (2008), p.15.

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