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HISTORIA DE LA CATRINA

La Catrina es un símbolo de la cultura popular de la nación mexicana. La


Catrina representa la muerte, dicho simbolismo nos revela la cosmovisión y
la percepción de una cultura sobre el inevitable fenómeno de la muerte.
Fue bautizada por el importante muralista Diego Rivera. El nombre resulta de
la palabra “catrín” que era un hombre elegante y bien vestido, imagen
popular en México que plasmaba a las clases aristocráticas de finales del
siglo XIX y principios del XX.

La Catrina apareció en una de sus obras llamada: Sueño de una tarde


dominical en Alameda Central. Se produjo para el Hotel del Prado, un hotel
muy importante ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Lamentablemente este desapareció a causa de la catástrofe natural de
1985. En la actualidad se encuentra en el Museo Mural Diego Rivera. Es una
de las obras más emblemáticas y representativas del periodo fructífero del
Muralismo Mexicano.

Pero Diego Rivera no fue el primero en representar esta dama blanca,


elegante y delgada, ya que fue José Guadalupe Posada el precursor de
esta representación. La obra de Rivera mencionada con anterioridad está
dedicada a este gran artista, estimado el más importante grabador
mexicano y a quien Rivera siempre reconoció como su gran inspiración. La
Calavera Garbancera, este fue el nombre que le dio Posada a su obra,
Garbancera era una palabra utilizada por los mexicanos para catalogar a
las personas que vendían garbanza y que aun siendo indígenas actuaban y
se mostraban como europeos, renegando de su cultura nativa. La obra
también denunciaba la pobreza de los mexicanos.

La historia de La Catrina se popularizó durante los gobiernos de Benito


Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En aquellos periodos, se
empezaron a difundir textos escritos por la clase media que cuestionaban
tanto la situación del país como las injusticias realizadas por las clases
privilegiadas. Los escritos de carácter burlón estaban acompañados de
dibujos de cráneos y esqueletos, que se empezaron a reproducir y adoptar
en los periódicos subalternos o en México, llamados de combate.

José Guadalupe Posada colaboró en medios como El Padre Cobos, El


Ahuizote y La Patria Ilustrada. Fue un gran atacante del contexto social y
político que afrontaba su país, sus críticas sociales muy contundentes
evidenciaron situaciones de desigualdad e injusticia en la sociedad
porfiriana. Posteriormente le hicieron famoso sus dibujos de “calacas”; las
calacas o calaveras ilustraban corridos, historias de crímenes, a políticos,
damas, toreros, en pocas palabras, las calaveras eran usadas para expresar
cualquier situación cotidiana. Es por ello que sus calaveras, representan al
pueblo, a su carácter desenfado y festivo, y a la situación de la época,
aunque hoy se les inscriba más al día de muertos debido a su popularidad y
quizá por el cambio de los contextos y los imaginarios.

También surgieron las calaveras literarias, básicamente son versos


tradicionales que se escriben y enuncian en vísperas del día de muertos. Es
una costumbre propia de la cultura mexicana y una manifestación de la
cultura popular que tiene como objeto hacer burla tanto a los vivos como a
los muertos, y recordar que todos vamos a morir. Se inscriben dentro de un
lenguaje satírico y son textos muy breves pero cargados de la cosmovisión
cultural mexicana frente a la muerte. Algunas afirmaciones expresan que la
costumbre tiene sus orígenes en el colonialismo y tiene raíces en ciertas
expresiones de la religiosidad europea de la alta Edad Media, como la
Danza Macabra o Danza de la Muerte, aunque claro está que fue
aculturada por los habitantes de Nuevo España, nombre de México durante
la colonia. Hoy en día se acostumbra que los niños en la escuela, hagan
burla o crítica de algún personaje o situación de interés general o moda
siguiendo el formato de las calaveras literarias.

Muchos artistas, después de estos dos grandes precursores de la Calavera


Garbancera o Catrina, han reinterpretado y adaptado, con diferentes
estilos, formas, colores y personalidades la figura esquelética. Por ejemplo,
Andrew Gallimore, un talentoso maquillador británico que ha realizado
extraordinarias obras inspirado en la Catrina.

Hoy en día, la catrina, ha tomado fuerza cultural notable tanto en México


como a nivel mundial, esta invención popular se ha vuelto un artefacto
popular y ha salido del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva
mexicana, de sus usos y costumbres. Es sin duda la carta de presentación de
cualquier mexicano y nos expone la posición frente a la muerte. Es entonces,
el símbolo más importante del Día de Muertos del México contemporáneo.
La fiesta sirve para recordar a los que se fueron, para reunir a la familia y a
la sociedad en un ritual que recuerda a aquellos personajes que han
partido, pero también es una fiesta en la que se reflexiona, inevitablemente,
en la mortalidad humana. La recordamos por un modo particular, calaveras
literarias que se burlan de nuestro futuro cadáver.

Los movimientos feministas y organizaciones en general han adoptado la


Catrina para llevar a cabo la segunda versión de la Marcha de Catrinas en
las calles de la Ciudad de México. Esas mujeres pintadas con calaveras salen
a las calles disfrazadas de muertas, representando y alzando la voz por las
mujeres que han sido asesinadas a manos del popular machismo que
invade la sociedad mexicana.
Altar de muertos de 7 niveles: Qué significa
Un altar de siete niveles simboliza los pasos necesarios para descansar en
paz; este tipo de altar es el más tradicional

El Día de Muertos es una de las tradiciones mexicanas con mayor alcance;


en 2003, la UNESCO consideró esta fiesta como Patrimonio Oral e Inmaterial
de la Humanidad.

La celebración a los muertos data de épocas prehispánicas.

Los niveles del altar de muertos representan los estratos de la existencia. Por
ejemplo, un altar de dos niveles simboliza la tierra y el cielo; los de tres niveles
incorporan el inframundo o purgatorio.

Un altar de siete niveles simboliza los pasos necesarios para descansar en


paz; este tipo de altar es el más tradicional.

Elementos que debe contener el altar

Los elementos más destacados que debe contener un altar de muertos son:

La imagen del difunto, que se coloca en la parte más alta del altar;
Una cruz, que va al lado de la imagen del difunto, puede ser de sal o ceniza;
Una imagen de ánimas del purgatorio, sirve para que en caso de que el
espíritu del muerto se encuentre en dicha instancia, salga más rápido;
Copal o incienso, que sirve para purificar y limpiar;
Arco, se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de
los muertos;
Papel picado, representa la alegría del Día de Muertos;
Velas, veladoras y cirios: representan la luz que guía;
Agua: es de mucha importancia porque refleja la pureza del alma, además
sirve para que los espíritus mitiguen su sed. También se puede colocar un
jabón o toalla a un costado, para que los difuntos se pueda asear;
Flores de cempasúchil: sirven de guía a los espíritus en este mundo;
Calaveras: sirve para recordar que la muerte siempre está entre nosotros;
Comida: se pone para que el alma que nos visita disfrute los platillos que le
gustaron en vida;
Pan: representa la eucarestía;
Bebidas alcohólicas: igual que la comida, son para el disfrute de las almas;
Objetos personales: se colocan para que los difuntos recuerden sus
momentos en vida.
Con información de la Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la
Universidad Veracruzana.
La leyenda de las mariposas

La llegada de las mariposas monarca a México coincide con la celebración


del Día de Muertos; por esa razón hay una leyenda que cuenta que estas
mariposas son en realidad las almas de los fieles difuntos que regresan para
celebrar con los vivos; otra versión señala que los muertos viajan en las alas
de las mariposas.

¿Por qué festejamos a los muertos?

Porque algún día nosotros seremos los festejados y nos uniremos a esas
ánimas que nos visitan.

El artículo publicado por la Universidad Veracruzana sintetiza de esta


manera la razón de este festejo para los mexicanos:

"La muerte, en este sentido, no se enuncia como una ausencia ni como una
falta; por el contrario, es concebida como una nueva etapa: el muerto
viene, camina y observa el altar, percibe, huele, prueba, escucha. No es un
ser ajeno, sino una presencia viva. La metáfora de la vida misma se cuenta
en un altar, y se entiende a la muerte como un renacer constante, como un
proceso infinito que nos hace comprender que los que hoy estamos
ofreciendo seremos mañana invitados a la fiesta".
HISTORIA DE LA CATRINA O GARBANCERA

Armando de la Garza

La Catrina o Calavera Garbancera (José Guadalupe Posada).


La Catrina, originalmente llamada La Calavera Garbancera, es una figura
creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego
Rivera.

La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez,


Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a
popularizar textos escritos por la clase media que criticaban tanto a la
situación del país como de las clases privilegiadas.

Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de


cráneos y esqueletos se empezaron a reproducir en los periódicos llamados
de combate. Estas eran calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo
pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio…
todas para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una
sociedad, como es el caso de “La Catrina”.

La palabra “catrín” definía a un hombre elegante y bien vestido, el cual iba


a acompañado de alguna dama con las mismas características; este estilo
fue una imagen clásica de la aristocracia de fines del siglo XIX y principios
del XX.

Es por ello que, al darle una vestimenta de ese tipo, Diego Rivera convirtió a
la “La Calavera Garbancera” en “La Catrina”.

La versión original es un grabado en metal con autoría del caricaturista José


Guadalupe Posada.

El nombre original es Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra


con la que se conocía entonces a las personas que vendían garbanza que
teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o
franceses (este último más común durante el Porfiriato) y renegaban de su
propia raza, herencia y cultura.

Esto se hace notable por el hecho de que la calavera no tiene ropa sino
únicamente el sombrero; desde el punto de vista de Posada, es una crítica
a muchos mexicanos del pueblo que son pobres, pero que aun así quieren
aparentar un estilo de vida europeo que no les corresponde.
«…en los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz».

Diego Rivera fue quien le dio su atuendo característico, con su estola de


plumas, al plasmarla en su mural ‘Sueño de una tarde dominical en la
Alameda Central’, donde la calavera aparece con su creador, José
Guadalupe Posada y una versión infantil de Rivera y con Frinda Kahlo.

El mural fue pintado al fresco en 1947, mide 4.70 x 15.60 mts. y tiene un peso
de 35 toneladas, incluyendo una estructura metálica que lo refuerza.

Originalmente fue realizado por Rivera para un hotel muy importante en el


Centro Histórico de la ciudad de México, el Hotel del Prado (destruido en los
sismos de 1985) y actualmente está ubicado en el Museo Mural Diego Rivera,
creado especialmente para preservar el mural, considerado uno de los mas
conocidos visualmente de la fructífera etapa del muralismo mexicano.

Las Catrinas también estuvieron acompañadas en los periódicos por las


famosas calaveras. Las calaveras literarias, son composiciones en verso
tradicionalmente mexicanas que en vísperas del día de muertos se suelen
escribir como otra de las manifestaciones de la cultura popular para hacer
burla tanto a los vivos como a los muertos, y recordar que todos nos vamos
a morir. Están escritas con un lenguaje satírico o burlesco y son textos muy
breves pero que reflejan todo el espíritu y festividad del mexicano frente a
la muerte. Hoy en día se acostumbra que desde que los niños son pequeños,
en la escuela, hagan burla o crítica de algún personaje o situación de interés
general o moda con este formato.

José Guadalupe Posada apuntó: “La muerte, es democrática, ya que a fin


de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo
calavera”. A pesar de ello, las calaveras que el imaginó y grabó están vivas
en el imaginario de México.

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