Вы находитесь на странице: 1из 1

Discurso de Graduación – 08/12/18

Pastores, maestros, familiares y hermanos; que el Señor les continúe bendiciendo. Hay una gran diferencia entre las
ceremonias que celebrarán las universidades y colegios durante ésta temporada, y la que celebramos hoy en ésta
institución. Las universidades y colegios generalmente inculcan en sus alumnos principios basados en la autonomía
humana, la superación profesional y las ambiciones terrenales. Nosotros en cambio, hemos convivido y aprendido durante
estos años a la sombra del lema de nuestra institución: SERVIR AL SEÑOR JESUCRISTO CON EXCELENCIA. Si somos
siervos del Señor, debemos estar conscientes de que el grado que hoy se nos otorga no es un motivo de enaltecimiento
sino un llamado al servicio humilde de Jesús.

Estamos convencidos de que no somos más que siervos inútiles, escogidos de entre lo débil y menospreciado del mundo
para que la gloria sea del Señor y no de nosotros. Hoy estamos aquí celebrando la providencia y la fidelidad de nuestro
gran Pastor. Hoy decimos con alegría: hasta aquí nos ha ayudado el Señor y nos seguirá ayudando. ¿Amén? Hoy
reconocemos que estamos aquí no por nuestros méritos, no por nuestras capacidades, no por nuestras fuerzas y logros
personales; sino por la gracia del Señor que nos ha fortalecido y mantenido durante estos años de formación académica
en el IFM. Hoy estamos aquí con nuestras esperanzas enfocadas en Nuestro Señor Jesucristo y su Reino. No venimos
aquí por la paga, ni por la popularidad que pueda traer el ministerio; no hemos venido persiguiendo fama o posición de
honor. Hemos respondido al llamado de nuestro Padre a servirle y nuestro anhelo más ferviente es un día poderle ver cara
a cara y escuchar que nos diga; bien hecho buen siervo fiel.

Hemos venido aquí porque queremos ser instrumentos de cambio en las manos del Señor; instrumentos de cambio para
una sociedad que se hunde en la corrupción, el pecado y el vicio. Anhelamos ser instrumentos de cambio para las familias
que no encuentran su propósito e identidad pues están ahogadas en el divorcio, la infidelidad, la rebeldía y el egoísmo.
Deseamos ser instrumentos de cambio para una niñez y una juventud que batalla con las drogas, la pornografía, el crimen,
la anorexia y la prostitución. Queremos ser instrumentos de cambio para una sociedad que gime a gritos ser transformada.
Y queremos ser instrumentos de cambio para una iglesia comprada a precio de sangre que anhela santificarse hasta que
llegue el día de presentarse ante su Señor limpia, sin mancha ni nada de qué avergonzarse.

Por eso; ésta ceremonia no es ostentosa ni llena de lujos. Por eso ésta ceremonia no está centrada en nuestros logros.
Hoy la gloria no se centra en los graduandos sino en aquel que ha llamado, enseñado y entrenado a los que hoy nos
graduamos. Y nuestra oración y ruego es que nuestro Padre nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca cada día de
nuestra existencia.

¿Qué han hecho estos 4 años de preparación en nuestra vida?


Hemos aprendido que somos más fuertes de lo que imaginábamos. Hemos descubierto que sabemos mucho menos de lo
que pensábamos. Hemos aprendido que dependemos únicamente de la gracia y misericordia de Jesucristo. Hemos sido
sorprendidos por la grandeza y majestad de nuestro Dios; a quien servimos y rendimos gloria sin haberle visto aún y otras
tantas cosas como a ser estudiantes o estudiar 1 día antes, a improvisar con hambre porque el día no fue suficiente para
estudiar, a sacarle un 20 al profesor Garrillo cuando todos lo creían imposible, un hecho con el cual podemos demostrar el
pasaje de Lucas 1:37, a ver 1000 lenguajes figurados en un texto de la Biblia de 500 palabras. En fin, no me alcanzaría el
tiempo para describir todo lo que aprendimos.

Por eso damos gracias:


Damos gracias al Todopoderoso que vive y reina para siempre. Damos gracias a Nuestro Señor por nuestras familias.
Agradecemos por nuestros padres, por nuestros hermanos y por nuestros familiares. Agradecemos por nuestros amigos,
por su apoyo oportuno e incondicional. Agradecemos al Señor por nuestros maestros y pastores; por su sabiduría y su
humildad. Por enseñarnos con sus habilidades y sus limitaciones. Agradecemos al Señor por el IFM y la fidelidad de sus
miembros, Sra. Nancy y hermano Manuel, gracias por todo y rogamos que Dios derrame su bendición y auxilio en medio
de los muchos desafíos a los que se enfrentan. Hoy decimos GRACIAS SEÑOR, Te suplicamos que sigas completando tu
obra en nosotros. Queremos ser siervos por amor a ti. Nos despedimos con un hasta pronto y con esperanza, una
esperanza que no muere sino que cada vez es más fuerte; es la esperanza de un día encontrarnos de nuevo y todos juntos
inclinarnos ante nuestro Padre rindiéndole la gloria y el honor debido a su nombre.

Hasta entonces; sigamos peleando la batalla de la fe. Confrontando con la verdad del evangelio, consolando con el
testimonio de Jesucristo. Guiando a la iglesia del Señor y predicando las buenas nuevas de salvación. Hasta entonces,
sigamos deleitándonos cada día en el gozo que solo Cristo puede dar; evitemos dañar a la Iglesia de Cristo; edifiquemos,
prediquemos y sirvamos en amor. Hasta entonces, sigamos llevando toda carga y toda angustia a los pies de Cristo, quien
nos ha sostenido éstos años, quien nos ha provisto de lo necesario, quien nos ha llamado a servirle despojándonos de
nosotros mismos; quien se despojó a sí mismo por amor a nosotros y nos manda seguir su ejemplo. Sigamos dependiendo
de nuestro Buen Pastor; quien ha sido fiel cada día, quien no nos desampara, quien nos fortalece, confronta y anima a
seguir adelante. Quien nos acompaña aunque andemos por valles de sombra de muerte. Quien nos promete volver por
nosotros. Recordemos que el día de hoy nos graduamos no para ser servidos, sino para servir; para servir al Señor con
excelencia. A él Sea la Gloria por siempre.

Вам также может понравиться