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Relajación es el proceso y el resultado de relajar o de relajarse.

Este verbo, por su parte, se refiere a mitigar, suavizar o aflojar


algo. Muscular, por otro lado, es aquello asociado a los músculos (los
tejidos que se componen de fibras de tipo contráctil). Se conoce
como relajación muscular a lo que ocurre cuando la contracción de
un músculo finaliza. De este modo, la relajación implica que las fibras
regresan a su lugar original como consecuencia del término de un impulso
nervioso.
Para comprender este concepto, hay que conocer cómo funciona el
proceso de contracción muscular. Los músculos, a partir de un estímulo,
adquieren una cierta tensión que los lleva a estirarse o a acortarse y da
lugar a la producción de una fuerza motora. También existen las
contracciones involuntarias (llamadas reflejos)
La relajación muscular tiene lugar al momento de finalizar la contracción.
En dicho proceso, la tensión se va reduciendo hasta desaparecer. Esto
puede fomentarse a través de diversos ejercicios e incluso mediante el
uso de fármacos (conocidos como relajantes musculares).
La tensión muscular también se asocia a la tensión mental: los
ejercicios de relajación muscular, por lo tanto, no sólo permiten
incrementar el bienestar físico, sino que también ayudan a minimizar
la ansiedad y a reducir el estrés.
Uno de los métodos de relajación muscular más conocidos es el propuesto
en la década de 1920 por Edmund Jacobson. Este médico sostenía que
la ansiedad y la tensión de los músculos estaban vinculadas. Por eso
ayudaba a sus pacientes para que pudieran relajar sus músculos de
manera voluntaria y así disminuir síntomas vinculados a la ansiedad, el
insomnio y otros trastornos.
La técnica desarrollada por Jacobson se conoce como relajación
muscular progresiva, y él mismo la puso en práctica con sus propios
pacientes, a quienes entrenó para tratar la ansiedad, la
hipertensión, el insomnio y la úlcera, todos trastornos contra los
cuales resulta efectivo relajar los músculos voluntariamente. Cabe señalar
que esta técnica goza de popularidad aún en la actualidad.
Para llevar a cabo la relajación muscular progresiva es necesario en
primer lugar sentarse en una silla cómoda o en un sillón, ya que lo ideal es
dejar los brazos reposados sobre una superficie paralela al suelo. Otra
opción es recostarse en una cama, siempre que ofrezca mayor comodidad
que la silla. Las piernas, por su parte, no deben estar cruzadas. La
vestimenta también es importante, ya que no se aconseja dejarse el
calzado puesto ni usar ropa ajustada. Relajación es el proceso y el
resultado de relajar o de relajarse. Este verbo, por su parte, se
refiere a mitigar, suavizar o aflojar algo. Muscular, por otro lado, es
aquello asociado a los músculos (los tejidos que se componen de fibras
de tipo contráctil).
Se conoce como relajación muscular a lo que
ocurre cuando la contracción de un músculo
finaliza. De este modo, la relajación implica que las
fibras regresan a su lugar original como
consecuencia del término de un impulso nervioso.
Para comprender este concepto, hay que conocer cómo funciona el
proceso de contracción muscular. Los músculos, a partir de un estímulo,
adquieren una cierta tensión que los lleva a estirarse o a acortarse y da
lugar a la producción de una fuerza motora. También existen las
contracciones involuntarias (llamadas reflejos).
La relajación muscular tiene lugar al momento de finalizar la contracción.
En dicho proceso, la tensión se va reduciendo hasta desaparecer. Esto
puede fomentarse a través de diversos ejercicios e incluso mediante el
uso de fármacos (conocidos como relajantes musculares).
La tensión muscular también se asocia a la tensión mental: los
ejercicios de relajación muscular, por lo tanto, no sólo permiten
incrementar el bienestar físico, sino que también ayudan a minimizar
la ansiedad y a reducir el estrés.
Uno de los métodos de relajación muscular más conocidos es el propuesto
en la década de 1920 por Edmund Jacobson. Este médico sostenía que
la ansiedad y la tensión de los músculos estaban vinculadas. Por eso
ayudaba a sus pacientes para que pudieran relajar sus músculos de
manera voluntaria y así disminuir síntomas vinculados a la ansiedad, el
insomnio y otros trastornos.
La técnica desarrollada por Jacobson se conoce como relajación
muscular progresiva, y él mismo la puso en práctica con sus propios
pacientes, a quienes entrenó para tratar la ansiedad, la
hipertensión, el insomnio y la úlcera, todos trastornos contra los
cuales resulta efectivo relajar los músculos voluntariamente. Cabe señalar
que esta técnica goza de popularidad aún en la actualidad.

Para llevar a cabo la relajación


muscular progresiva es necesario en primer lugar sentarse en una silla
cómoda o en un sillón, ya que lo ideal es dejar los
brazos reposados sobre una superficie paralela al suelo. Otra opción es
recostarse en una cama, siempre que ofrezca mayor comodidad que la
silla. Las piernas, por su parte, no deben estar cruzadas. La vestimenta
también es importante, ya que no se aconseja dejarse el calzado puesto ni
usar ropa ajustada.
Una vez ubicados en la postura deseada, el primer paso es respirar
profundamente un par de veces. Seguidamente, se comienza con una serie
de ejercicios bien definidos para tensar y relajar grupos musculares
específicos, para poco a poco tomar el control de cada zona y
conseguir relajarla voluntariamente.
Algunos de dichos ejercicios para conseguir la relajación muscular
progresiva son los siguientes:

* cerrar las manos con fuerza, tensarlas y luego destensarlas.


Seguidamente, abrirlas y estirar los dedos, para que se relajen;
* tensar los bíceps, agitando las manos antes y después para asegurarnos
de no tensarlas también;
* mover los hombros hacia atrás con cuidado y luego dejarlos volver a su
posición normal;
* dejando los hombros en posición relajada, girar la cabeza hacia cada
lado lentamente, procurando llegar hasta el límite para conseguir
la tensión pero con cuidado de no excederse, y luego volverla a su
posición original;
* también se puede inclinar la cabeza hacia adelante, buscando acercar el
mentón al pecho lo máximo posible. El movimiento contrario (hacia
atrás) no se recomienda, pero es otro de los ejercicios posibles;
* abrir los ojos hasta alcanzar el límite y luego relajar los párpados.

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