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AARON. Significado: “maestro” o “excelso”. Hermano mayor de Moisés, primer sumo sacerdote, hijo
de Amram y Jocabed (Exodo 6:20). Nació en Egipto (7:7). Su esposa Elisabet y 4 hijos: Nadab, Abiú,
Eleazar e Itamar (6:23). Portavoz de Moisés por su elocuencia (4:13-16), ante el pueblo (4:27-31) y el
Faraón (5:1-5), desempeño con Moisés oficio similar al de profeta (7:1-2). Hizo prodigios (7:8-12).
Intervino en las plagas para liberar al pueblo, los sabios egipcios dijeron: «El dedo de Dios está aquí»
(7:1-2). Acompañó a Moisés (8:21; 9:27; 10:3, 8, 16; 11:10; 12:1; Salmos 77:20).
Un mes luego de salir de Egipto, escucho murmuraciones del pueblo, los apaciguaron con la promesa
del maná y codornices, observo la gloria de Dios en forma de nube (16:1-10). Por orden de Moisés
conservó una urna llena del maná, que colocó con las tablas de la Ley en el arca (16:33-34). Sostuvo
los brazos de Moisés en alto hasta la puesta del sol, en la batalla librada por Josué (17:8-13).
Estuvo en el banquete que Jetro suegro de Moisés ofrecio para estrechar los lazos familiares con Israel
(18:1-12). Privilegiado de subir con Moisés al monte Sinaí, con sus hijos Nadab y Abiú y los 70
ancianos de Israel, vio a Dios sin perder la vida, encargado con Hur, de resolver las dificultades que se
presentaron por 40 días y 40 noches (24:9-18).
Cedió ante el pueblo, en fabricar un becerro de oro, gritando: «He aquí tu Dios que te sacó de Egipto»,
mientras se prepararon los enseres para un holocausto y sacrificio al día siguiente (32:1-6). El culto fue
interrumpido por la llegada imprevista de Moisés, que redujo el ídolo a cenizas y las arrojó al agua.
Moisés reprochó la conducta de Aarón por llevar al pueblo a ese pecado. (32:17-29). La promoción de
Aarón y sus hijos al sacerdocio, se describen vestiduras con detalle (39:1-31), el ceremonial,
culminando con la bendición de Aarón al pueblo y la manifestación de la gloria de Jehová (Lv. 8-9).
Una falta de confianza en la Palabra de Dios en Cades atrajo sobre Aarón y Moisés el castigo de no
entrar en la tierra prometida (Nm. 20:1-13). Murió a 123 años en el monte Hor, el pueblo lloró durante
30 días (Nm. 20:22-29; Dt. 10:6; 32:50-51). La casa sacerdotal «Casa de Aarón» (Salmos 115:10-12).
Su carácter careció de firmeza y dotes como Moisés, supo humillarse y reconocer su falta. Dios usa a
los que habiendo pecado, se arrepienten y reconocen sus errores. Su vara se guardó en el arca (Hebreos
9:4). Su sacerdocio es eterno y perfecto (Hebreos 5:1-10; 7:11-19). A pesar de sus flaquezas, fue
llamado por Dios, y ungido; llevo en su pecho los nombres de las 12 tribus, fue intercesor del pueblo
entrando en el santuario con la sangre expiatoria en el día de la expiación (Hebreos 6:20).
ABAGTA
Hebreo, «dispensador de fortuna». Funcionario de la corte del rey Asuero (Est. 1:10). Esquilo menciona
un Abagta entre los siervos de Jerjes I que perecieron con él en la batalla de Salamina.
ABDIAS. Poco se sabe del profeta. Significa «adorador o servidor del Eterno».
(a) Mayordomo de la casa de Acab (1 R. 18:3-16).
(b) Descendiente de David (1 Cr. 3:21).
(c) Padre de Ismaías, príncipe de Zabulón (1 Cr. 27:19).
(d) Príncipe de Judá (2 Cr. 17:7).
(e) Levita en tiempos del rey Josías (2 Cr. 34:12).
(f) Profeta que escribió el libro de Abdías.
ABDÓN
(a) Hijo de Hilel, de Piratón, juzgó 8 años a Israel. Tuvo muchos descendientes (Jue. 12:13-15).
(b) Jefe principal de la tribu de Benjamín (2 Cr. 8:23, 26, 28).
(c) Un benjaminita antecesor de Saúl (1 Cr. 8:30; 9:35-39).
(d) Siervo del rey Josías (2 Cr. 34:20).
(e) Ciudad levítica asignada a la casa de Gersón (Jue. 21:27, 30).
ABED-NEGO (también ABDENAGO). Nombre babilónico de Azarías, compañero de Daniel en
Babilonia (Dn. 1:7). Con Mesac y Sadrac, nombrado esclavo al servicio del rey Nabucodonosor (2:49).
Se rehusaron adorar la estatua de oro que el rey mando levantar, condenandolos a morir en un horno de
fuego (Dn. 3:13-22). Dios intervino para salvarlos (Dn. 3:24-26), sus cargos oficiales fueron restituidos
(Dt. 3:30). La fe de los 3 jóvenes ha sido de ejemplo, por resistirse a adorar ídolos o dioses falsos, o dar
más respeto a los hombres que a Dios (He. 11:33-34).
ABEL. Significado: “vapor” o “soplo”. Segundo hijo de Adán, era pastor, justo (Mateo 23:35) lleno de
fe (Hebreos 11:4). Por envidia su hermano lo asesino. Abel tipifica la «sangre inocente» (Mateo 23:34).
Dios acepto su ofrenda y no la de Caín. El sacrificio de un cordero pudo haber sido mandato de Dios
como anticipo del “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, plan de la Redención. El
paganismo distorsionó el propósito divino, ofreciendo víctimas humanas. Hebreos 11:4 dice que «por
fe Abel ofreció mejor sacrificio». ¿Fe a qué? La fe requiere el conocimiento, o, en este caso, revelación.
El sacrificio de Abel es prueba de obediencia a Dios, pero la ofrenda de Caín es prueba de un carácter
altivo, no se humillo a depender de su hermano, a pesar de la probable revelación de Dios.
En el Nuevo Testamento Abel es considerado como mártir (Mateo 23:35) de su fe (Hebreos 11:4) y de
su justicia (1 Jn. 3:12). El primero en morir de la raza humana, el primero en entrar en la gloria de
Dios. «La sangre de Abel» clamó justicia sobre la tierra, pero la sangre de Jesucristo trajo el perdón y la
salvación para todos los que se arrepienten (Hebreos 12:24; 1 Jn. 1:7).
ABÍAS «Jehová es Padre o Jehová es cuidadoso». Entre los personajes principales están:
(a) Segundo hijo de Samuel, que con su hermano fue juez de Israel por nombramiento de su padre. La
corrupción y mala administración de la justicia hizo levantar al pueblo, que pidió un rey (1 S. 8:1-5).
(b) Fundador de una familia entre la descendencia de Aarón y Eleazar. En tiempos de David, cuando se
organizó el servicio del Templo, la octava división llevaba su nombre (1 Cr. 24:10). En el NT se le
llama (Lc. 1:5). De la clase de Abías era el sacerdote Zacarías, padre de Juan el Bautista.
(c) Uno de los hijos de Jeroboam, el primer rey de Israel. Era un joven apreciado y popular que fue
llorado por el pueblo cuando murió siendo aún joven (1 R. 14:1-18).
(d) Hijo de Roboam, 1er rey de Judá (Mt. 1:7); 1 Reyes. Nombrado Abiam. Reino 3 años. Venció a
Jeroboam en una memorable batalla (2 Cr. 13); siguió malos ejemplos de su padre (1 R. 14:23-24).
(e) En su forma femenina llevan este nombre:
Madre de Ezequías (2 Cr. 29:1), y la esposa de Hezrón, nieto de Judá (1 Cr. 2:24).
La madre de Ezequías es llamada Abía en 2 R. 18:2.
Abigail.
Varón se llamaba Nabal, su mujer Abigail, de buen entendimiento y hermosa apariencia, el hombre era
duro y de malas obras. (1 Samuel 25:2-42; 25:3). Matrimonios dispares, ejemplo el de Nabal y Abigail.
El muy rico, pero salvaje, de poco discernimiento y dado a los excesos. Ella mujer juiciosa, de buen
parecer y con sentido moral. David estaba con sus hombres y pidió a Nabal abastecimientos, ya que
protegió a sus pastores, pero este odiaba a David; por eso lo trató rudamente. La reacción de David es
comprensible: 400 soldados iban a la casa de Nabal. Pero, Abigail intervino, envió panes, vino, ovejas,
grano y fruta para David. El discurso de ella es un modelo de diplomacia, cayo a los pies de David y
disculpó la insensatez de su marido con palabras elocuentes. Pidió misericordia a David en nombre de
Jehová. Se despidió: «Acuérdese mi señor de su sierva.» Al Nabal morir, luego de una borrachera,
David «se acordó»: pidió tomarla por mujer. Ella acepto
Abigail mostró prudencia en dificultades y fe al decir a David, el escogido de Dios: «Aunque alguien se
haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor (David) será
ligada en la faz de los que viven delante de Jehová tu Dios, y Él arrojará la vida de tus enemigos como
de en medio del hueco de una honda.» Ella vio cumplidas esas palabras.
ABIATAR. «Padre de la abundancia».
Hijo de Ahimelec, sumo sacerdote a quien sucedió en el cargo (1 S. 22:20). Fiel consejero de David (2
S. 15:24; 17:15; 19:11); con Zadoc trajo el arca de la alianza a Jerusalén (2 S. 15:24 y 1 Cr. 15:11-12).
ABIMELEC «padre del rey». Son varios los que llevan este nombre:
(a) Rey de Gerar. Creyendo que Sara era hermana de Abraham, la tomó para su harén; advertido por
Dios, devolvió a Sara, llamando hermano a Abraham, a modo de reproche (Gn. 20).
(b) Cosa similar les sucedió a Isaac y Rebeca otro rey del mismo nombre, siendo este nombre un título
de los reyes filisteos, como Faraón era el título del rey de Egipto (Gn. 26:1-16).
(c) Hijo de Gedeón con una concubina siquemita. Indujo a los hombres de Siquem a que le eligieran
como su rey, dio muerte a 70 de sus hermanos. Solamente escapó Jotam, que lanzó una maldición sobre
los asesinos. Esta maldición se cumplió con la muerte de muchos de los hombres de Siquem, y con la
muerte del mismo Abimelec, causada pon una mujer en el sitio de Tebes (Jue. 8:31; 9; 2 S. 11:21).
(d) Sacerdote en el tiempo de David (1 Cr. 18:16), también llamado AHIMELEC (2 S. 8:17).
ABISAG = «padre de error», Una joven de Sunem, en Isacar, de gran hermosura, cuidó del rey David
en su vejez. El rey, empero, «nunca la conoció» (1 R. 1:4). Al morir él, Adonías, que ya había intentado
arrebatar el trono para sí y había sido perdonado, la pidió, por medio de la reina madre, a Salomón,
para que fuera su mujer. Salomón no solamente negó su petición, sino que lo hizo ejecutar, por implicar
ello la pretensión al trono (1 R. 2:13-26).
ABISAI = «fuente de riqueza» o «padre del don». Hijo de Sarvia, la medio hermana de David, y
hermano de Joab. Sirvió muchos años a David como uno de sus valientes. Fue con David al
campamento de Saúl mientras este dormía (1 S. 25:6-9), y expresó la intención de matarlo, a lo que
David se opuso (1 S. 26:5-9). Juntamente con Joab, se vengó traicioneramente de Abner por la muerte
de su hermano Asael (2 S. 2:18-24; 3:30). Fue fiel a David en la rebelión de Absalón (2 S. 18:2).
ABISÚA «padre del bienestar». Sumo sacerdote, el cuarto en tener esta dignidad. Hijo de Fineas (1 Cr.
6:4-5). Era bisnieto de Aarón (1 Cr. 5:30-31; 6:35; Esd. 7:5).
ACAB.
Significado: (en Hebreo) “hermano del padre.”
Séptimo rey de Israel, que sucedió a su padre Omri en el año 918 a.C. y reinó veintidós años. Se casó
con Jezabel, hija de Ed-Baal, rey de Tiro, mujer ambiciosa e idólatra, por cuya influencia fue
introducido en Israel el culto de Baal y Astoret. Acab erigió en Samaria un templo a Baal, persiguió a
los profetas de Dios, y se dice en la Biblia que hizo más para provocar al Señor a ira que todos los
reyes anteriores a él. A causa de esta apostasía Dios castigó a Israel con tres años de sequía y hambre,
hasta que el profeta Elías desafió y eliminó a los profetas de Baal en el monte Carmelo (1 R. 18:20-40).
Otro crimen repugnante de Acab, por consejo de su esposa, fue el asesinato legalizado por engaño de su
vecino Nabot, para apoderarse de su propiedad.
Hombre voluble, combatió primero contra Benadad, rey de Siria, al que venció dos veces, y como éste
se humillara, Acab hizo alianza con él. Una inscripción monolítica de Salmanasar III, rey de Asiria,
demuestra que, haciendo honor a esta alianza, peleó contra los asirios en la batalla de Karcar en el año
853 a.C. Finalmente, Acab, aprovechándose de una visita de Josafat, rey de Judá, le propuso una
expedición común para recobrar Ramot de Galaad al otro lado del Jordán. Los profetas de Baal le
animaron a la empresa, pero Miqueas (el único profeta de Jehová) predijo la muerte de Acab. Éste se
disfrazó para evitar el cumplimiento de la trágica profecía, procurando no llamar la atención; pero un
individuo del ejército enemigo, tirando al azar, hirió mortalmente al impío rey Acab y, según había
profetizado Elías años antes, su sangre fue lavada sobre su carro en el estanque de Samaria, y los perros
la lamieron después de un reinado de veintidós años. Fue sucedido por Ococías, su hijo.
ACÁN
«perturbador».
Hijo de Carmi, de la tribu de Judá, que desobedeció el mandato divino tomando una parte de los
despojos de Jericó (Jos. 6:18-19; 7:1-26; 1 Cr. 2:7), por cuyo motivo el pueblo de Israel, hasta entonces
victorioso en la conquista de Canaán, sufrió una derrota ante la ciudad de Hai. Descubierto por la suerte
guiada por la providencia, Dios ordenó que el culpable fuese castigado y, junto con toda su familia, fue
apedreado (Jos. 22:20; 1 Cr. 2:7).
ACAZ. = «sostenido».
Hijo de Jotam, que reinó dieciséis años, desde el año 734 a.C. (2 R. 16:1). Se distinguió por su idolatría
y desprecio del verdadero Dios, y contra él se dirigen muchas profecías de Isaías (véanse cps. 7, 8 y 9).
Quemó a sus propios hijos consagrándolos a los ídolos. Levantó un altar en el templo de Jerusalén
según el modelo sirio, y aun lo cerró enteramente, por lo cual perdió el favor de Jehová y sufrió varias
derrotas en la guerra con Peka y Rezín.
Peka, rey de Israel, le tomó varios cautivos que fueron liberados por intervención del profeta Obed (2
Cr. 28:5-15), y sufrió otros reveses a manos de los edomitas y los filisteos (2 Cr. 28:16-20). Desoyendo
los consejos de Isaías, solicitó auxilio de Tiglatpileser, rey de Asiria, lo que éste lo aprovechó para
hacerle tributario suyo.
Su nombre aparece en una inscripción de Tiglat-pileser como uno de sus vasallos, y ello es una prueba
de la historicidad del relato bíblico, en contra de los racionalistas de hace un par de siglos, que lo
negaban.
Fue tan aborrecido por sus propios súbditos que le negaron sepultura entre los reyes de Israel.
ADA
Tiene un significado incierto, variando las opiniones entre «placer», «compostura» o «belleza».
(a) Una de las dos esposas de Lamec, madre de Jabal y Jubal (Gn. 4:19, 20, 23).
(b) Una de las esposas de Esaú, hija de Elón heteo. Fue madre de Elifaz (Gn. 36:2-4, 10). Elifaz fue
padre de siete de los jefes de Edom (Gn. 36:2, 4, 15, 16). (Ver BASEMAT.)
ADÁN. Nombre dado al primer hombre creado por Dios. La palabra hebrea aparece en el Antiguo
Testamento más de 500 veces y casi siempre significa <<hombre>> o <<ser humano>> (Gn. 7:23; 9:5-
6). Adán es el nombre común para indicar al primer progenitor del linaje humano. Muchos ven el
origen de la etimología de esta palabra en el sumerio Adán, o <<mi Padre>>. Flavio Josefo dice que en
la Antigüedad era común la opinión que hacía derivar el nombre de Adán de la palabra <<rojos>>,
aludiendo a la coloración de la piel y de acuerdo con la costumbre egipcia de poner en sus monumentos
los hombres coloreados en rojo.
El primer hombre creado por Dios—Adán— estaba en íntima relación con la tierra, Adamah (Gn. 2:5;
3:19-23; 10:9; 34:15; Sal. 7:1). Adán fue un hombre dotado de una personalidad y de características
propias (Gn. 4:1-25; 5:1-3ss; 1 Cr. 1:1). Adán es padre de todos los hombres; Dios lo creó primero a él
y luego a su mujer Eva, y ambos fueron los padres de toda la Humanidad: <<Los creó macho y
hembra>> (Gn. 1:26-28). Los hijos de Adán y Eva nombrados en la Biblia son Caín, Abel y Set (Gn.
4:1 -2:25), aunque engendró después otros anónimos. Al nacer Set, Adán tenía 130 años, y vivió hasta
930 años (Gn. 5:3-5). Adán fue el único entre los seres de la tierra creado a la imagen y semejanza de
Dios, con razón, con imaginación creativa y con inteligencia superior que le capacitaba para conocer,
amar y comunicarse, no tan solo con los demás seres inferiores, sino también con Dios. Fue la mayor y
la última de las obras de la Creación de Dios, y recibió dominio sobre todo lo que la tierra contenía.
Para que no estuviese solo, Dios le dio a Eva como compañera y ésta llegó a ser su mujer. Adán fue
hecho hombre perfecto (completo en todas las dotes físicas, mentales y espirituales) y colocado en el
jardín del Edén para someterlo a prueba, santo y feliz, pero expuesto a la tentación y el pecado. Adán
cayó por haber quebrantado el expreso mandamiento de Dios, por la tentación de Satanás y las
instancias de Eva, y así incurrió en la maldición él mismo y toda su posteridad.
En el Nuevo Testamento el nombre de Adán aparece 9 veces. Ocho veces en relación al primer hombre
(Lc. 3:38; Ro. 5:14; 1 Co. 15:22, 45; 1 Ti. 2:13, 14; Jud. 14). Y una en relación a Cristo (1 Co. 15:45).
En distintas ocasiones se hacen alusiones a Adán, el primer hombre, pero como nombre propio no
aparece (Mt. 19:4-8; Mr. 10:6-8; Ro. 5:8, 15-19).
De estas diferentes citas del Nuevo Testamento podemos concluir que Adán es único porque no tenía
padre ni madre, es el primero entre los hombres, y fue hijo de Dios por creación (Lc. 3:38), no por
descendencia de ninguna raza animal. Por esto tiene una relación especialísima con la raza humana. El
Nuevo Testamento la compara con la de Cristo, que es el último Adán progenitor espiritual de todos los
redimidos. Entre estas dos generaciones: la de Adán—el padre de todos los hombres— y Jesucristo —
el nuevo Adán— se desarrolla toda la historia de la raza humana (1 Co. 15:45-49; Ro. 5:13-19). No hay
nadie que haya vivido antes de Adán, porque es el primer hombre; y, así, tampoco hay nadie que haya
vivido antes de Cristo en la gracia, porque Cristo es el segundo Adán. Todos los hombres viven por y
en Cristo cuando son nacidos a El por la fe. Adán se convierte de este modo en un prototipo de
Jesucristo, el que habría de redimir a todos los hombres.
Por Adán entraron la muerte y el pecado. La Epístola a los Romanos nos dice explícitamente que por la
trasgresión de Adán el pecado entró en el mundo (cp. 5). Es Adán todos los hombres pecaron y
murieron. A través de la trasgresión de un hombre —Adán—, todos fueron hechos pecadores (Ro.
5:18). A través de su traspaso de la ley y de su condenación, todos los hombres llegaron a ser pecadores
y mortales; a través de la obra de Cristo, todos los hombres que siguen a Cristo son rescatados y
liberados del pecado y de la muerte.
El Nuevo Testamento confirma así la historicidad de los relatos de los primeros 5 capítulos de Génesis
que se relacionan con Adán. En 1 Co. 15:45-47 tenemos una alusión clarísima al capítulo segundo de
Génesis, v. 7, y en la primera Epístola a Timoteo, cp. 2, v. 13, tenemos otra referencia al capítulo
segundo de Génesis, vs. 20 al 23. Son muchos los pasajes que en el Nuevo Testamento presentan
alusiones clarísimas —algunas veces implícitas, pero muchas veces explícitas— de los hechos
sucedidos antes de que se escribiese la Biblia y que ésta nos relata en sus primeros capítulos. El Nuevo
Testamento no pone duda a la historicidad de Adán, nos garantiza la historidad de aquellos relatos
antiquísimos sobre el origen de la Humanidad, sobre la entrada del pecado en el mundo, sobre la vida
que el Señor tenía preparada para los hombres que fueran obedientes, y sobre la nueva vida que nos
promete a través del nuevo Adán si nosotros seguimos a Jesucristo.
AGABO
(a) Profeta cristiano que llegó a Antioquía, procedente de Jerusalén, anunciando una gran hambre «en
toda la tierra habitada» (Hch. 11:27), lo que dio ocasión a la solidaridad de los hermanos de Antioquía
con los de Judea.
(b) Profeta cristiano que descendió de Judea a Cesarea, y anunció a Pablo su futuro encarcelamiento si
persistía en dirigirse a Jerusalén a pesar de las múltiples advertencias de Dios (Hch. 20:23; 21:4; 11,
12) de que no fuera.
Hay gran probabilidad de que sean dos menciones de la misma persona.
Agar
“Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente” Génesis 21:9-21
Lease: Génesis 21:9-21
Agar había sido sacada de Egipto cuando era una niña y vendida como esclava. Probablemente había
estado ya con Sara en Ur de los Caldeos. El caso es que entre muchos criados y criadas, Agar era tenida
en gran estima por su ama. Esto es evidente por el hecho que cuando Sara quería que Abraham tuviera
un hijo, cuando ella creía ser estéril, se la dio a Abraham, para que naciera de Agar el hijo de la
promesa. Desde el punto de vista de Sara era imposible conceder mayor honor a una esclava.
Y con todo, esto constituyó un pecado delante de Dios, para los tres aunque menos para Agar. Era un
pecado y como tal permaneció, pues el acto sexual no es permisible fuera del matrimonio. Es verdad
que las costumbres de la época eran diferentes, pero esto no anula las leyes de Dios. Por tanto, los tres
eran culpables. En el caso de Abraham y Sara a esta violación de los preceptos de Dios se añadía el
pecado de la incredulidad. El intento de asegurar el Hijo de la promesa a través de Agar era el resultado
de una falta de fe en la omnipotencia de Dios y la certeza de sus promesas. Agar, siendo una esclava
era, naturalmente, la menos responsable por tener menos libertad.
Por tanto, no es de sorprender que ni resulte de este arreglo humano ninguna bendición. Agar “miraba
con desprecio a su señora”, ya antes de nacer Ismael, y se escapa de su dueña. Luego, cuando Sara dio
a luz a un hijo, aparecen los celos entre las dos, celos que luego se trasladan de las madres a los hijos.
Ismael se burla de Isaac. Aparece la discordia entre Abraham y Sara. Sólo después de la intervención de
Dios Abraham despide a Agar. Esta vez sale para el desierto con el hijo.
Pero esto no completa el episodio de Agar, pues de él ha habido consecuencias visibles aún hoy. De
Ismael proceden los árabes, de los cuales salió Mahoma. Así que la fuerza del Islam que todavía es
potente en tres continentes, está en su origen unida al nombre de Agar.
De hecho, hay en esta circunstancia un misterio que no ha sido bien comprendido todavía. Es indudable
que esta muchacha egipcia había llegado a un conocimiento del verdadero Dios en la tienda de
Abraham. Por la gracia de Dios había aparecido la fe en su corazón. Y a través de esta promesa había
en ella fe en el Mesías. Agar tiene que haber soñado que iba a dar a luz al antecesor del Mesías. Y así lo
creería durante años, pero en el curso del tiempo sus ojos se abrirían y entró la desilusión.
Sin embargo, antes y después de esta ilusión de la fe, Agar fue objeto de un especial cuidado por parte
de Dios. Dos veces tuvo el privilegio de ser testimonio de la aparición del Señor. La primera vez en el
camino de Shur, cuando se había escapado; la segunda en el desierto de Beerseba, cuando Ismael se
estaba muriendo de sed. Con toda esta atención por parte de Dios es natural que tenga un gran
significado en la historia de su reino. Porque el Señor le dio ricas promesas. En el desierto de Beerseba
le dijo claramente que haría de su hijo una gran nación. Antes le había dicho que “sería hombre fiero, la
mano de todos contra él, su mano contra todos.” Y a Abraham, Dios le dijo que daría prosperidad a
Ismael por ser la simiente de Abraham. Todo esto está registrado en Génesis 16:10-12 y en 21:13,
mucho antes del nacimiento de Mahoma. Vemos que la profecía se ha cumplido literalmente. Y con
todo, esta página de la historia, que empieza con la fe de Agar y termina con la falsa fe del Islam,
permanece envuelto en la niebla. Sólo se puede decir que el pueblo nacido de Agar ha sido empleado
por Dios para disciplinar a su Iglesia. Pero hemos de considerar también que poseen grandes territorios
que constituyen una barrera contra el paganismo. Todos ellos, muchos millones, creen en un solo Dios,
y en la revelación profética de Dios. Hemos de recordar que los mahometanos reconocen a Jesús como
profeta. Su error es no creer en Jesús como Mesías, y en colocar un falso profeta por encima de Él. Por
ello permanecen en parte del Antiguo Testamento y rechazan el Nuevo. Colocan su fe en el contenido
del Corán.
Esto es quizá lo que insinúa Pablo cuando en Gálatas 4:22 compara a Sara con una mujer libre y a Agar
con una esclava, y místicamente lo interpreta significando que los que no encuentran al Mesías
permanecen “hijos de la esclava”, y los otros “hijos de la libre”. Es posible que se refiera a la Jerusalén
terrenal, y a la religión cristiana, que no busca su Jerusalén sobre la tierra, sino eternamente en los
cielos.
Sea como sea, Agar aparece en las Escrituras por más razones que meramente estimular nuestra
simpatía por el hecho que se perdió en el desierto. Aparece como un eslabón en la cadena de la
Providencia insondable de Dios. El nombre de Agar está entrelazado con las raíces de la historia de la
Iglesia de Dios.
AGRIPA.
Llevan este nombre dos monarcas descendientes de Herodes.
A – Agripa I
Nieto de Herodes el Grande, recibe el nombre de Herodes en el NT. Su nombre completo era Marco
Julio Agripa Herodes. El hiistoriador Josefo nos informa que era hijo de Aristóbulo (Ant. 18:5, 4).
Nacido el 10-9 a.C., sus años juveniles fueron de aventurero y derrochador, pero al llegar a Roma
consiguió el favor de Calígula que, al acceder al trono en el año 37 d.C. declaró a Agripa como sucesor
de Felipe el tetrarca, que había muerto tres años antes. Acusando a Antipas, que se había casado con su
hermana Herodías, Agripa consiguió su deposición y exilio, y le sucedió en los territorios de Galilea y
Perea en el año 39 d.C. Era todavía huésped de Calígula en Roma cuando el tirano fue asesinado en el
año 41 d.C. Habiendo usado su influencia en la elección del sucesor de Calígula, Claudio, este
emperador no sólo le confirmó en su posición anterior, sino que además le añadió los dominios de
Judea, Samaria y Abilene, con lo que la extensión de su dominio se hizo casi idéntica a la de su abuelo
Herodes el Grande. Estaba en estos dominios cuando leemos de él en el Nuevo Testamento como «el
rey de Herodes» (Hch. 12). Hizo matar a espada a Jacobo, el hermano de Juan, y por cuanto ello había
complacido a los judíos, hizo también encarcelar a Pedro. Esto sucedió alrededor del año 43 d.C.; al
cabo de un año, el rey, al permitir ser llamado un dios, fue herido por la mano de Dios, muriendo de
una manera dolorosa. El relato dado por Josefo de sus cualidades administrativas, de sus esfuerzos por
los judíos mientras estaba en Roma, y sus deseos de fortificar y embellecer Jerusalén, no pueden
aligerar su culpa al lanzarse contra los apóstoles para agradar a los judíos; ello arroja una mancha
imborrable sobre él, así como su soberbia en el último momento de su vida, que le hizo el justo objeto
de la ira de Dios, que no dará Su gloria a otro.
B – Agripa II
Hijo del anterior. Con sólo 17 años a la muerte de su padre, el emperador Claudio le encomendó el
gobierno de Calcis, en el Líbano, hasta que llegara a la mayoría de edad. Se había criado en la corte de
Roma, y era partidario de los romanos. A los 21 años de edad, Claudio le dio las tetrarquías de
Traconite, Abilene, y otras partes del noreste de Palestina. Después Nerón le añadió varias ciudades. Es
el rey Agripa ante el que Pablo hizo su defensa (Hch. 25:26). Pablo afirma que era experto en todas las
costumbres y cuestiones que se daban entre los judíos. Las cosas concernientes a Cristo no habían sido
hechas en un rincón, y el rey las conocía. Pablo sabía que Agripa creía en los profetas. Agripa le dijo:
«Por poco me persuades a ser cristiano.» Pablo, como verdadero evangelista, deseaba que Agripa y
todos los que estaban con él llegaran a ser como él era, excepto sus cadenas. Agripa tuvo un largo
reinado, y utilizó su influencia para inducir a los judíos a que se sometieran, cuando se rebelaron contra
los romanos. Luchó al lado de Vespasiano al desencadenarse la guerra, y fue herido de una pedrada de
honda en el sitio de Gamala. Después de la caída de Jerusalén se retiró a Roma donde fue nombrado
pretor. Murió en el año 100 d.C.
AGAR Agar era una egipcia al servicio de Sara, esposa de Abraham. Creyéndose incapaz de concebir
hijos, Sara le propuso a Abraham que tomara por concubina a Agar (Génesis 16:3). Más adelante, Agar
huyó al desierto por los celos y dureza de Sara. Obedeció a un ángel que se le apareció en el desierto, y
regresó a donde su ama. Después de su regreso dio a luz a Ismael, hijo de Abraham. (Ver “Ismael”.)
AGRIPA I y II, HERODES. Nieto de Herodes el Grande, Agripa I gobernó como rey en Palestina.
Hizo ejecutar a Jacobo, y él mismo murió devorado por los gusanos (Hechos 12). Su hijo Agripa II fue
rey de ciertas partes de Palestina del norte, y es a él a quien Pablo dirige su discurso de Hechos 25:13 y
siguientes.
AGUR = «recolector».
Hijo de Jaqué, y autor de una colección de proverbios (Pr. 30:1-14). Jerónimo y muchos otros de los
padres opinaban que se trataba de un nombre simbólico de Salomón. Esto es muy improbable, ya que
se da un nombre paterno. Estos nombres más bien parecen indicar que estos dichos fueron recogidos de
fuentes antiguas anteriores a Israel, como sucede con Job. En la LXX no aparece el encabezamiento de
la sección.
Amós, contemporáneo de Isaías y Oseas, fue el primero de los profetas menores. Fue hijo de Nahum y
padre de Matatías en la genealogía del Salvador (Lucas 3:25). Como natural de Judea, de la clase media
o la clase baja, Amós vivió en Terna, en el Reino del Sur, unos 10 kilómetros al sur de Belén. Era la
suya una aldea de pastores. Él tenía un pequeño rebaño de ovejas (Amós 1:1) y tenía a su cuidado unas
higueras silvestres (Amós 7:14). Amós era “recolector” de higos. En Oriente, la fruta madura cae al
suelo y luego es “recogida”; por lo común no se toma del árbol, como en Occidente. Puede también
llamársele “pellizcador” de higos, pues suele irritarse de ese modo la fruta para acelerar la maduración.
Aunque no se educó en las escuelas de los profetas, fue llamado por Dios a profetizar en Israel (Amós
7:15) durante los reinados de Uzías de Judá y Jeroboam II de Israel. Fue a Betel a reprenderla por sus
pecados, pero Amasías el sumo sacerdote lo obligó a volver a Judá (Amós 7:10?17), mediante orden de
expulsión que obtuvo del rey Jeroboam. Después de regresar a su casa, Amós escribió la esencia de sus
discursos en un rollo que constituye el más antiguo libro de profecía que haya llegado a nuestras
manos.
ALFEO
(a) Padre de Leví el recaudador de impuestos (Mt. 2:14), a quien se identifica, generalmente, con el
apóstol y evangelista Mateo. No sabemos nada más de él por la Biblia.
(b) Otro personaje que lleva este nombre es el padre del apóstol Santiago, que es llamado también «el
hijo de Alfeo» para distinguirlo de Santiago el hijo del Zebedeo (Mt. 10:3; Mr. 3:18; Lc. 6:15; Hch.
1:13). No hay razones de peso para identificarlo con el otro personaje que lleva este nombre y que es
padre de Leví. También se ha intentado identificarlo con Cleofás (Lc. 24:18) y con el otro Cleofás (Jn.
19:25). La identificación de estos personajes con Alfeo no se puede sostener por razones de naturaleza
lingüística.
AMASAI
(a) Nombre de varios levitas (1 Cr. 6:35; 15:24; 2 Cr. 29:12).
(b) Uno de los capitanes del grupo de confianza de David (1 Cr. 12:18).
(c) Un sacerdote del tiempo de Nehemías (Neh. 11:13).
AMNÓN
Hijo mayor de David; fue mandado asesinar por su hermano Absalón en venganza por haber forzado y
violado a su hermana Tamar (2 S. 13). Amnón fue muerto por los criados de Absalón, que le había
invitado a una fiesta del esquileo y lo había embriagado. David no tomó acción alguna. Amnón no
aceptó su responsabilidad moral por el abuso de su hermana, añadiendo a sus pecados, de lascivia e
incesto, el de falta de arrepentimiento (2 S. 13:16).
AMÓS = «porteador».
Uno de los profetas, nativo de Tecoa, en Judá, posiblemente el padre del profeta Isaías. Le dijo él a
Amasías: «No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y
Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel» (Am. 7:14, 15). Su
lenguaje indica familiaridad con la vida rural (cp. Am. 2:13; 3:12; 4:9; 5:8; 6:12; 7:1, 2). Nos dice él
que su profecía fue dada en los días de Uzías, rey de Judá, y de Jeroboam II, hijo de Joás, rey de Israel,
dos años antes del terremoto; o al menos que empezó en aquel tiempo (Am. 1:1).
AMRAFEL
Rey de Sinar (la planicie deprimida de aluviones al sur de Babilonia), aliado de Quedorlaomer, rey de
Elam, en la invasión de la región al sur del mar Muerto, en tiempos de Abraham. En el curso de esta
expedición Lot fue hecho prisionero, pero después liberado al vencerlos Abraham (Gn. 14). La
identificación que se había hecho entre Amrafel y Hammurabi el Grande ha quedado retardada por el
descubrimiento arqueológico de las «Cartas de Mari», que asignan al reinado de Hammurabi una fecha
más tardía, en fecha posterior a la de Abraham.
Bibliografía:
Donovan A. Courville: «The Exodus Problem and its Ramifications», Challenge Books, Loma Linda,
California, 1973;
Joseph P. Free: «Archaeology and Bible History», Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950;
Warwick Bray y David Trump: «Diccionario de Arqueología», Editorial Labor, Barcelona, 1976.
AMRAM = «gente exaltada».
(a) Miembro de la tribu de Leví, hijo de Coat, esposo de Jocabed y fundador de la casa patriarcal de los
amramitas (Nm. 3:27; 1 Cr. 26:23). Fue antecesor de Aarón y Moisés, llegando a la edad de 137 años
(Éx. 6:20; cp. las expresiones de Gn. 46:16-18, 19-22; Mt. 1:5, 6, 8, 11).
(b) Hijo de Bani, que tomó una esposa extranjera; Esdras le persuadió a que la despidiera (Esd. 10:34)
Ana, madre de Samuel
«Jehová empobrece, y Él enriquece; abate y ensalza» (1a Samuel 2:7).
Léase: 1a Samuel
Ana llegó a ser madre por fe. Se nos presenta en el relato como una mujer estéril. Luego pasó a ser
madre y con ello se completa su papel. Después de esto su nombre no es mencionado otra vez. Por
tanto, la revelación de Dios ya no se expresa en Ana, la madre, sino en Samuel, el hijo que ella pidió al
Señor.
En algunos aspectos, pues, Ana nos recuerda a Sara, pero en otros, es totalmente distinta. El amor de
Sara, es verdad, estaba en conflicto con el de otra mujer, antes de que fuera madre. Pero antes de que le
naciera este hijo no podemos hallar el menor rasgo de fe en Sara. La hallamos riendo en su
incredulidad, y es la firme fe de Abraham la que la induce a creer.
No se puede decir que el marido de Ana ejercía una influencia similar a la de Abraham en su esposa.
No cabe duda que era un buen hombre. Iba a Silo a adorar en el santuario cada año, y amaba a Ana
mucho más que a Penina, su otra esposa. Para Elcana el problema de Ana era su esterilidad. Y lo
enfocaba desde un punto estrictamente psicológico: «Ana, ¿por qué llorasí… ¿No te soy yo mejor que
diez hijosí» No vemos en parte alguna que tuviera una fe firme. Se resignaba fácilmente a la condición
de Ana. No participaba en la lucha de la oración con Dios, como hacía Abraham. No ponemos en duda
que oraría de vez en cuando: «Señor, dale a Ana mi querida esposa un hijo.» Pero estas oraciones
generales no implican un conflicto profundo para el alma, y muchas veces quedan sin contestar.
Por otra parte, Ana tenía una concepción clara de que Dios podía concederle un hijo. Nuestra
generación tiende a confiar en la ciencia en circunstancias similares, olvidando que es Dios quien rige
los destinos de los hombres. Para Ana todo se reducía a un problema de fe. El hijo tenía que serle dado
por Dios. Y en realidad, Dios había hecho grandes planes para ella. Este era un momento decisivo en la
historia de su pueblo y Dios había dispuesto que Samuel, el futuro profeta, naciera de Ana. En su
espera prolongada vemos que Dios está preparando a Ana para su decisiva contribución a la vida de
Samuel.
En su tribulación Ana se rinde por completo a la confianza de Dios. Su fe firme es que Dios puede
convertirla en madre. Podemos llamarle intuición, podemos llamarlo inspiración divina, pero había
algo que instigaba a Ana, que la hacía persistir. No se contentaba sin el hijo. Se desentendía de todo lo
que la rodeaba, incluso de la irritación, que le causaba Penina, que tenía varios hijos, no daba mucho
valor a la consolación que le prodigaba su esposo; su mirada estaba fija sólo en Dios.
Había llegado otra vez el tiempo en que Elcana y su esposa iban a Silo para las festividades. Y entrando
en el santuario «con amargura del alma oró a Jehová y lloró abundantemente». Oró con todo el fervor
de su alma. Luchaba con Dios y no estaba dispuesta a ceder hasta recibir respuesta a su oración. No
sabemos todos los motivos en la mente de Ana. Es posible que no fueran todos ellos puros. La imagen
de Penina y el deseo de triunfar sobre ella y librarse de sus burlas es posible que la empujara. Al leer su
cántico vemos que menciona la satisfacción de haberse resarcido de las anteriores mofas que ella le
hacía. Pero esto era secundario. Su deseo era un hijo para dedicarlo al Señor, según vemos en el voto
solemne que hace. Y Ana tiene fe en el hecho que Dios puede concedérselo. Veía la respuesta no como
meramente posible, sino cierta. Su fe la inducía a aferrarse al Dios vivo.
La petición fue contestada. El Señor le dio a Samuel. Como es natural, no toda madre está dispuesta a
entregar a su hijo a Dios en el momento de nacer. A través de Ana, sin embargo, este pensamiento pasa
de Dios a cada madre cristiana. Como Ana tienen que reconocer que Dios es el que da los hijos.
Cuando se hace este reconocimiento las madres están más dispuestas a dedicar a sus hijos al Señor que
los ha creado.
ANATOT = «respuestas».
(a) Benjamita, hijo de Bequer (1 Cr. 7:8).
(b) Uno de los principales del pueblo que selló el pacto de Nehemías (Neh. 10:19).
ANDRÉS Andrés fue el primero de los discípulos llamados por Jesús, creció en Betsaida de Galilea,
donde fue pescador junto con su hermano Simón Pedro. Con base en el testimonio de Juan el Bautista,
Andrés logró que Pedro lo acompañara a escuchar a Jesús. Como apóstol, se menciona varias veces a
Andrés en el Nuevo Testamento: en la alimentación de los cinco mil (Juan 6:8) informó a Jesús que un
muchacho tenía cinco panes y dos peces. En Juan 12:20?22 presentó a Jesús algunos griegos y en
Marcos 13:3, junto con Pedro, Santiago y Juan, solicita de Jesús más detalles sobre la destrucción del
templo; el día de Pentecostés estuvo en el aposento alto con Santiago y los demás apóstoles (Hechos
1:13). La tradición dice que Andrés fue crucificado en Patrás de Acaya, pero no hay certeza al respecto.
AOD
Juez libertador del pueblo de Israel que Jehová les levantó para que los librase del rey de Moab; Aod
era zurdo (Jue. 3:15). Este juez reunió a los israelitas y los organizó, y así pudieron acabar con el
ejército de sus enemigos (Jue. 3:27-29). Por medio del buen gobierno de Aod el pueblo tuvo ochenta
años de paz (Jue. 3:30).
APIA
Del griego «Apfia».
Cristiana que recibe salutación de Pablo en el encabezamiento de su epístola a Filemón. Pudiera
tratarse de la esposa de Filemón (Flm. 2).
APOLOS Apolos nació de padres judíos en Alejandría, Egipto. Era varón devoto, “poderoso en las
Escrituras” (Hechos 18:24); pero sólo conocía las enseñanzas de Juan el Bautista. Apolos conoció a dos
fabricantes de tiendas, Aquila y Priscila, los cuales le enseñaron más acerca de Dios. Tras la instrucción
recibida de ellos, estuvo dos años en Acaya, y enseñó lo que había aprendido. Más tarde fue maestro en
Corinto, después que Pablo se fue. En esa ciudad hubo divisiones en la iglesia; un grupo se proclamó
seguidor de Pablo, otro de Apolos y otro de Cefas (Pedro), y uno más, seguidor de Cristo. Esa
situación llevó a Pablo a escribir su primera epístola a los Corintios, en la cual les pide unirse “en una
misma mente y un mismo parecer” (1ª Corintios 1:10). La última mención a Apolo se halla en Tito
(3:10).
AQUILA fue un judío fabricante de tiendas que alcanzó in fluencia en la iglesia cristiana en los días
iniciales. Después que el emperador Claudio ordenó la expulsión de todos los judíos que vivían en
Roma, Aquila y su esposa Priscila se fueron a Corinto (Hechos 18:1?3). Allí conocieron a otro
fabricante de tiendas, Pablo de Tarso, cuya ocupación primordial era esparcir el evangelio de Cristo.
Trabaron amistad, y Aquila y su esposa se convirtieron al cristianismo antes que Pablo se fuera de
Corinto. Se destacaban por su celo cristiano (1ª Corintios 16:19; Romanos 16:3?4), acompañaron a
Pablo a Éfeso, y más tarde regresaron a Roma, en donde convirtieron su casa en sitio de reunión de la
joven iglesia (Romanos 16:5). Después volvieron a Éfeso para continuar la obra del Evangelio, y esto
es lo último que de ellos sabemos. (Ver “Priscila”.)
ARTAJERJES I Asuero. Asuero es el nombre de cuatro reyes de Media y Persia en la Biblia y en los
Apócrifos. En Tobías (14:15) de los Apócrifos se menciona a Asuero (o Astiages) junto con
Nabucodonosor relacionándolo con la destrucción de Nínive (612 A.C.). En Daniel (9:1), se da el
nombre de Asuero (o Ciaxares) al padre de Darío el medo (o Astiages, alrededor de 594 A.C.). En
Esdras (4:6), Asuero (o Cambises, hijo de Ciro) se identifica como rey de Persia (529?521 A.C.). Darío
Histaspes reinó en 521?485 A.C. Su hijo Jerjes, también llamado Asuero, reinó aproximadamente en
485?465 A.C. El libro de Ester habla mucho de este ilustre rey que casó con Ester (Ester 1:1
siguientes.). Su hijo Artajerjes I (464?424 A.C.), se menciona en los libros de Esdras y Nehemías.
ARIEL
(a) Un moabita (2 S. 23:20)
(b) Nombre hebreo aplicado a Jerusalén «la ciudad donde habitó David» (Is. 29:1, 2, 7). La misma
palabra ocurre tres veces en Ez. 43:15, 16.
(c) Un jefe judío que estuvo con Esdras en el río Ahava y que el restaurador de Jerusalén envió a buscar
colaboradores para la obra emprendida.
La palabra Ariel se interpreta generalmente por «león de Dios» u «hogar de Dios».
ARTEMAS
Nombre propio de origen griego: «fresco, sano».
Cristiano de una de las comunidades fundadas por Pablo; según Tito (Tit. 3:2), Pablo lo envió, en
compañía de Tíquico, a Tito.
ASA
Dos personajes aparecen con este nombre en la Biblia:
(a) Asa hijo de Elcana y padre de Berequias, morador de los poblados netofatitas. Su hijo fue uno de los
que al regresar del exilio se estableció en Jerusalén (1 Cr. 9:16).
Asa tercer rey de Judá y reformador de las costumbres del pueblo. Reinó 41 años (911-870). Eliminó
los ídolos que habían introducido sus antepasados y favoreció el retorno del pueblo a la adoración del
verdadero Dios (1 R. 15:12, 13; 2 Cr. 15:8, 17; 1 R. 15:15). Hizo un censo de la población, fortificó las
fronteras, rechazó victoriosamente a los invasores. Le sucedió su hijo Josafat. Mateo lo incluye entre
los antepasados de Cristo (1 R. 15:17-22, 23; 1 Cr. 14:5, 6; 14:9-15; 16:7-20; Mt. 1:7).
Asenat
“Y le dio Faraón por mujer (a José) a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On” (Génesis 41:45).Lease:
Génesis 41:45-52
Faraón estaba decidido a convertir a José en un egipcio de modo completo; quería que este joven
hebreo asimilara el estilo de vida nacional. José le había agradado, era un hombre valioso; Faraón le
consideraba un genio, un verdadero hombre de estado. Pero él no tenía idea del Dios de Israel, que era
quien había enviado a José para salvar a Egipto. Desde el principio Faraón se opuso a Jehová.
Para transformar a José en una perla de la corona de Egipto, le concede toda clase de honores. Le
cambia el nombre, por el de Safnat-paneaj (que significa “declarador de lo oculto”), y le da por mujer a
Asenat. Esto era un honor, pues era la hija de Potifera, sacerdote de On, la ciudad sagrada de los
adoradores del sol. La casta de sacerdotes era muy elevada en Egipto, hombres con estudios profundos
y que eran el depósito de la sabiduría de Egipto, conocida en la historia de modo tradicional.
José podía interpretar sueños, y podía penetrar los secretos de la naturaleza. Era también un sabio, y es
lógico que se le asimilara a la casta sacerdotal. No sabemos si José estaba contento con este arreglo. En
todo caso el resultado del mismo fue, sin duda, implicarle en la idolatría egipcia y el pasar a ser un
miembro de esta casta le acarreaba el prestigio resultante de esta idolatría.
No tenemos derechos a suponer que José se casara con esta mujer con entusiasmo. Sabemos que José
podía resistir la tentación de la carne, como nos lo muestra que la mujer de Potifar, sin duda una mujer
de gran experiencia a este respecto, fracasó en sus repetidos intentos de hacerle caer en el lazo de sus
encantos.
Como sea, sabemos que Asenat entró en la casa de José como su esposa. Y los mismos nombres de los
dos hijos que José tuvo con ella nos dan idea de que empezaba José a cosechar el fruto de su liviandad
y poca entereza. El primero se llamó Manasés, porque dijo José: “Dios me hizo olvidar todo mi trabajo
y toda la casa de mi padre.” El segundo se llamó Efraim: “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi
aflicción.” El plan de Faraón de hacer de José un egipcio tenía éxito. Asenat estaba contribuyendo a
que José se resignara a la idea que había muerto para la casa de su padre.
Sucedió, como sabemos, que por la providencia de Dios, la casa de su padre volvió a recobrarle, en
Egipto. Entonces José mismo se volvió a unir a los suyos hasta el punto que insistió en que sus huesos
fueran enterrados con los de sus padres en Canaán.
Si no hubiera habido otras influencias en su matrimonio con Asenat, José habría sido enterrado en
Egipto. Pero hay algo de la sangre de Asenat en las venas de Efraim y de Manasés, que los divide del
verdadero Israel. De estos dos hijos apareció con el tiempo el cisma y la separación entre las
generaciones ulteriores de Jacob.Efraim se opone a Judá, y Jeroboán, al hijo de Salomón. Esto resulta
en el conflicto entre Samaria y Jerusalén. Es en Samaria que el servicio de Baal predomina; es allí que
Jezabel da muerte a los profetas del Señor. Así que José, que se elevó a una posición de autoridad y
distinción acaba completamente eliminado. La gloria de la familia de Jacob se acumula sólo sobre
Judá.
Si se pregunta por qué la tribu de José fue eliminada tan rápidamente, la Escritura nos da la respuesta:
“José se casó con Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.”
ASUERO
(a) Soberano del Imperio Persa mencionado en el libro de Esdras (Esd. 4:6). En la historia profana se le
llama Jerjes o Artajerjes, siguiendo la nomenclatura griega. (Véase ARTAJERJES). En el texto
Masorético, rey persa del mismo nombre. Este gobernante es el mismo que las crónicas históricas nos
describen en la batalla de las Termópilas luchando contra los griegos. Hijo y sucesor de Darío I, reinó
entre los años 485-465 a.C.; sometió a Egipto, que se había insurreccionado, y prosiguiendo los planes
de su padre contra Grecia, devastó la Beocia e invadió el Ática, pero fue derrotado en la famosa batalla
de Salamina y tuvo que huir a Asia. (Véase ESDRAS).
(b) Padre de Darío, rey de Media (Dn. 9:1).
Atalía
«Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la
descendencia real.» (2a. Reyes 11:1)
LEASE: 2a CORINTIOS 22.
Hay un paralelo sorprendente entre la relación de Israel con Judá y la de los descendientes de Caín, y
los de Set. Caín se apartó, él y su familia, de todas las personas temerosas de Dios en su día. Años más
tarde las hijas de los camitas tentaron a los hijos de Set, y acabaron preparando la escena para el
diluvio. De la misma manera el idólatra Israel se separó primero de Judá. Luego por medio de una
mujer licenciosa, trató de entrampar a Judá, y con ello lo preparó para la cautividad babilónica.
La licenciosa mujer que de esta manera preparó la caída moral de Judá fue Atalía, la hija de Acab y de
Jezabel. Era la verdadera personificación de toda la maldad de sus padres. Jezabel había traído el
veneno de Sidón y lo había inyectado en las venas de Israel. Y ahora Atalía iba a trasvasarlo a las venas
de Jerusalén. Notamos en este relato que un rey de la casa de David, en vez de aliarse con el profeta de
Dios en el conflicto entre Acab y Elías, se decidió en cambio a favor de la dinastía de Acab. Incluso
permitió a Joram, príncipe heredero que se casara con la hija de Jezabel.
Si Jerusalén no se hubiera ya apartado mucho del servicio de Jehová, la llegada de Atalía y sus
sacerdotes de Baal habría incitado una reacción violenta en contra por parte del pueblo de Jerusalén.
Pero no ocurrió tal cosa. Al contrario, Atalía pasó a regir Israel en el momento que fue hecha reina.
En bastantes aspectos Atalía se parece a su propia madre Jezabel, y lo que hizo Atalía en Jerusalén es
similar a lo que había hecho Jezabel en Jezreel, en Samaria. Aparecieron en Jerusalén templos a Baal
por todas partes. El tenor de vida de Jerusalén cambió completamente. La mundanalidad prevalecía y
los que temían a Jehová tuvieron que partir de Jerusalén.
Pero Jehová llamó a Jehú, el cual eliminó a la dinastía de Acab en Israel y dio muerte al hijo de Atalía,
Ocozías. En vista de ello Atalía decidió exterminar a todos los otros hijos de Joram, su esposo, posibles
herederos del trono, y se puso ella misma al frente.
Milagrosamente se salvó un hijo de Ocozías, Joás, que fue escondido en casa de Josafat, una hija del
rey Joram, mujer del sacerdote Joyada. Esta mujer era hermana de Ocozías. Atalía reinó seis años.
Después de este tiempo Joyada proclamó rey a Joás. Atalía fue ejecutada y todos los altares de Baal
derribados.
Parece no haber límites a la capacidad para el mal en una mujer con las entrañas de Jezabel o de Atalías
cuando no reconoce los límites de su propia naturaleza humana, o rehúsa aceptar las limitaciones que
Dios ha establecido.
AUGUSTO CÉSAR
Primer emperador romano, hijo de Cayo Octavio y Atia, sobrina de Julio César. Fue miembro del
Triunvirato junto con Antonio y Lépido, y al morir este último compartió el imperio con Antonio. Al
ser los dos demasiado ambiciosos para compartir el poder, se enfrentaron, venciendo Augusto César en
la batalla de Accio, en el año 31 a.C. A partir de entonces reinó en solitario. Cuatro años después fue
confirmado como «emperador» y «Augusto» en el año 27 a.C. Empezó a tener relación con Palestina a
la derrota de Antonio, que había sido apoyado por Herodes. En contra de todo lo esperado, trató
bondadosamente a Herodes, lo confirmó como rey, y añadió Samaria y Gadara a sus dominios. Herodes
dio una lealtad