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Dignidad Humana

Algunos textos para pensar la dignidad humana


a. “todo hombre y toda mujer, por más insignificante que parezca, tiene en si una nobleza
inviolable que ellos mismos y los demás deben respetar y hacer respetar sin condiciones; que
toda vida humana merece por sí misma, en cualquier circunstancia, su dignificación”
(Documento de Puebla 317)

b. Dignidad es la determinada categoría objetiva de un ser que reclama de sí mismo y de los


otros estima, custodia y realización” (Karl Raner)

c. Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es
solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, , de poseerse y de darse libremente y
entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su
Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar
(Catecismo de la Iglesia Católica 357)

d. “<<Dios no hace acepción de persona>> (Hch. 10, 34) porque todos los hombre tiene la
misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza. La encarnación del hijo de Dios
manifiesta la igualdad de todas las personas en cuanto a dignidad: <<ya no hay judío ni griego;
ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer; ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús>> (Ga. 3,
28). Puesto que en el rostro de cada hombre resplandece algo de la gloria de Dios, la dignidad
de todo hombre ante Dios es el fundamento de la dignidad del hombree ente los demás
hombre. Esto es, además, el fundamento ultimo de la radical igualdad y fraternidad entre los
hombres, independientemente de su raza, Nación, sexo, origen, cultura y clase” (Compendio
de la Doctrina Social de la Iglesia 144)

e. “las personas minusválidas son sujetos plenamente humanos, titulares de derecho y


deberes: <<A pesar de las limitación y los sufrimientos grabados en sus cuerpos y en sus
facultades, ponen mas de relieve la dignidad y la grandeza del hombre>>. Puesto que a
persona minusválida es un sujeto con todos sus derechos, ha de ser ayudada a participar en la
vida familiar y social en todas las dimensiones y en todos los niveles accesibles a sus
posibilidades” (Compendio de la doctrina Social de la Iglesia 148)

f. Redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona humana constituye


una tarea esencia; es más, en cierto sentido es la tarea central y unificante del servicio que la
Iglesia, y en ella los fieles laicos, están llamados a prestar a la familia humana.

Entre todas las criaturas de la tierra, solo el hombre es <<persona>>, sujeto consiente y libre y,
precisamente por eso, <<centro y vértice>> de todo lo que existe sobre la tierra. La dignidad
personal es el bien más precioso que el hombre posee, ,, gracia al cual supera en valor a todo
el mundo material.
Las palabras de Jesús: <<¿de qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si después pierde su
alma?>> (Mc. 8, 36)contiene una luminosa y estimulante afirmación antropológica: el hombre
vale no por lo que <<tiene>> -aunque poseyera el mundo entero-, sino por lo que <<es>>. No
cuentan tanto los bienes de la tierra, cuanto el bien de la persona, el bien que es la persona
misma.
A causa de su dignidad personal, el ser humano es siempre un valor en sí mismo y por sí mismo
y como tal exige ser considerado y tratado. Y al contrario, jamás puede ser tratado y
considerado como un objeto utilizable, un instrumento, una cosa. La dignidad personal
constituye el fundamento de la igualdad de todos los hombres entre sí.
De aquí que sea inaceptable las más vareadas formas de discriminación que, por desgracia,
continúa dividiendo y humillando a la familia humana: desde las raciales y económicas a las
sociales y culturales, desde las políticas a las geográficas, etc.
La dignidad personal es propiedad indestructible de todo ser humano. Es fundamental captar
todo el penetrante vigor de esta afirmación, que se basa en la unicidad y en la irrepetibilidad
de cada persona.
En su individualidad, la persona no es un número, no es un eslabón más de una cadena, ni un
engranaje del sistema. La afirmación que exalta más radicalmente el valor de todo ser humano
la ha hecho el Hijo de Dios encarnándose en el seno de una mujer.” (Christifideles Laici 37)

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