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DOCENTE:
ASIGNATURA:
DERECHO LABORAL
CICLO:
III – CONTABILIDAD
ESTUDIANTE:
YPARRAGUIRRE MORENO
KONNIE STHEFANNY
2019
CHIMBOTE – PERÚ
“EL PUNTO DE QUIEBRE ENTRE LOS CONTRATOS CIVILES Y EL
CONTRATO LABORAL”
I. INTRODUCCIÓN
El trabajo es parte de la vida de las personas, pues las necesidades básicas deben ser
mantenidas a través de una fuente económica. Aquel que puede generarse de manera
independiente (ya sea constituyendo una empresa o por un tipo de contrato civil); o
de manera dependiente a través de un contrato laboral que mantendrá una relación
entre el empleador y como trabajador.
[2]
Pero debemos entender en principio, que el contrato de manera amplia se considera
como “(…) la convención o acto jurídico bilateral, y que incluye todo acuerdo dirigido
a crear, modificar o extinguir relaciones de obligación y a construir relaciones de
derecho de familia” (Instituto de Investigaciones Jurídicas, s.f., p. 5).
Pero ¿qué debemos entender por obligación? Según De Ruggiero (citado por Castillo,
2014) la obligación que emana del contrato debe ser estimado como “(…) vínculo o
sujeción de la persona, no importando el origen de la obligación permaneciendo
estrechamente interdependientes” (p. 02), que implica prestación de dar, hacer o no
hacer. Es pertinente recalcar que el vínculo sinalagmático entre las atribuciones de los
partes se da desde la celebración del contrato y se mantiene durante la ejecución del
contrato mismo jurídico en específico en el Código Civil Peruano regula en el Libro
VII en el apartado Fuente de las obligaciones.
A través de los artículos 1755 y 1756 del Código Civil peruano se hace mención de
como el prestador presta servicios a favor del comitente y entre las modalidades de
este contrato se tiene a la locación de servicios, contrato de obra, mandato, el depósito
y el secuestro –Solo para fines académicos nos fijaremos en locación de servicios-. Ya
pueden ser materia de toda clase de servicios materiales e intelectuales.
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Entre los elementos esenciales se tiene:
a. Prestación personal del servicio: El mismo que se entiende cuando el locador debe
prestar personalmente el servicio, pudiendo sin embargo valerse bajo su propia
dirección y responsabilidad, de auxiliares y sustitutos si la colaboración de
otros está permitida por el contrato o por los usos y no es incompatible con la
naturaleza de la prestación (art. 1766º del Código Civil).
b. Retribución: Es cuando el comitente queda obligado al pago de una retribución
al locador por los servicios que éste le preste. De acuerdo a lo consignado en el
Código Civil, de no haberse establecido ésta y no poder determinarse según las
tarifas profesionales o los usos, será fijada en relación a la calidad, entidad y
demás circunstancias de los servicios prestados.
En la práctica esta retribución recibe el nombre de Honorario, debiendo el
locador girar los Recibos por Honorarios que resulten pertinentes por los
montos que correspondan a sus servicios.
c. Prestación de Servicios autónomos: En concordancia con la definición de locación
de servicios establecida en el Código Civil “el locador se obliga, sin estar
subordinado al comitente, a prestarle sus servicios (…)”. La prestación de
servicios que efectúa el locador es independiente, autónoma, ya que no se
encuentra bajo la dirección del comitente; éste podrá obviamente indicarle cuál
es el resultado que espera obtener y fijar las instrucciones, pero no podrá dirigir
la prestación de servicios que efectúe el locador, vale decir no podrá interferir
en su labor. Es aquí donde reside la principal diferencia entre este tipo de
contratos y el contrato de trabajo, vale decir en el elemento “subordinación”.
Para Vilela (s.f.) el contrato de trabajo “(…) es el acuerdo de voluntades por el cual se
regula la prestación personal de servicios que efectúa una persona natural
denominada trabajador, bajo subordinación o dependencia, en beneficio de otra
persona, natural o jurídica, denominada empleador, a cambio de una remuneración”
(p. 1).
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Entre los elementos que se tienen regulados en la Ley de Productividad y
Competitividad Laboral (LPCL) se generaliza estos tres:
a. Prestación personal del servicio: En el sentido que los servicios, para ser de
naturaleza laboral deben ser prestados en forma personal y directa sólo por el
trabajador como persona natural (art. 5º de la LPCL).
b. Remuneración: La prestación de servicios debe ser remunerada. En este sentido
«Constituye remuneración para todo efecto legal el íntegro de lo que el
trabajador recibe por sus servicios, en dinero o en especie, cualquiera sea la
forma o denominación que tenga siempre que sean de su libre disposición. Las
sumas de dinero que se entreguen al trabajador directamente en calidad de
alimentación principal como desayuno, almuerzo o refrigerio que lo sustituya
o cena, tienen naturaleza remunerativa. No constituye remuneración
computable para efecto de cálculo de los aportes y contribuciones a la
seguridad social así como para ningún derecho o beneficio de naturaleza
laboral el valor de las prestaciones alimentarias otorgadas bajo la modalidad
de suministro indirecto". (Art. 6º, LPCL).
c. Subordinación: en nuestra legislación en el art. 9º de la LPCL, que señala: “Por
la subordinación, el trabajador presta sus servicios bajo dirección de su
empleador, el cual tiene facultades para normar reglamentariamente las
labores, dictar las órdenes necesarias para la ejecución de las mismas, y
sancionar disciplinariamente, dentro de los límites de la razonabilidad,
cualquier infracción o incumplimiento de las obligaciones a cargo del
Trabajador (…)”.
Si bien son las principales, a través del Decreto Supremo N° 001-98-TR del 20 de enero
del 1998, se determinó que para la suscripción de un contrato de trabajo se debe tener
en cuenta:
[5]
La inclusión en la Planilla: Los empleadores se encuentran obligados a registrar
al trabajador en planillas dentro de las setentidós horas de ingresados a prestar
sus servicios, independientemente de que se trate de un contrato por tiempo
indeterminado, sujeto a modalidad o a tiempo parcial.
En la medida que estén presentes los tres elementos reseñados, la relación existente
será de carácter laboral y los trabajadores tendrán derecho al pago de la remuneración
correspondiente. Adicionalmente y siempre que cumplan con determinados
requisitos específicos, también tendrán derecho al pago de una serie de beneficios tales
como Vacaciones, Gratificaciones Legales, Compensación por Tiempo de Servicios,
Utilidades, entre otros.
El estrecho entre estos tipos de contratos es corto, pues como se ha mencionado los
elementos que tiene que cumplir el contrato laboral son tres, y la subordinación es el
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que debe cumplirse. Por lo que el contrato de trabajo constituye un contrato real, esto
se tipifica por la forma y condiciones bajo las cuales se ha prestado el servicio con
prescindencia de la denominación que se le pudiese otorgar a dicha relación.
Atendiendo el principio del Derecho Laboral sobre la “Primacía de la Realidad” que
es el elemento implícito del ordenamiento constitucional ello en el fundamento 2 de
la Sentencia del Tribunal Constitucional 1944-2002-AA/TC.
[7]
VI. CONCLUSIONES
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VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y/O LINKOGRAFIAS
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