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EL CALDERO DE LA ESCUELA
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?n SEPTIEMBRE / 2000
XI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL CAMPO FREUDIANO XI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL CAMPO FREUDIANO
rles: lo indemostrable. lo indecidible y lo in cion=s de pase. carteles 90-92): Hav testimo oolítica" v la interpretación, que define la
1rr1
tecnológica. va en dirección contraria, y el
completo, categorías que agujerean al Uno nios que quieren decirlo todo, una especie ma�era de intervenir en dicho orden (Lacan, ideai de ia civiiº1zat.:;0n és que t:?Sú ande ;:,in
significante. Lo indemostrable y lo indecidi de voluntad de sutura de la necesaria incorn Lituraterre). sorpresas y sea calculable (la confección del
ble precisan la noción de lo incompleto en el pletud de la experiencia, completud feroz que Hacerse al síntoma no es finalmente otra mapa del genoma humano, por ejemplo, va
registro del saber, hay proposiciones de las desconoce el carácter fragmentario. Las se cosa que lo que Freud recomienda en Recuer en este sentido). Del mismo modo, la globa
que no se puede probar su verdad o false siones cortas nos advierten contra esa mez do, repetición y elaboración, puesto que pro lización del consumo empuja a la margina
ción lo mismo que para el positivismo del si
dad. En cuanto a la inconsistencia, esta tiene quindad que reza ante la inexistencia de Otro: pone una nueva relación con la enfermedad.
que ver con el registro de la verdad, es impo todo es lo mismo. Debemos poder decir "no" Sin embargo, los fines del análisis exigen glo XIX portaba la marca del exotismo.
sible demostrar con el Otro mismo la consis a la tendencia que homologa el deseo a la que previamente a esta "nueva relación" el El psicoanálisis no es indiferente a esta
tencia del Otro, cabe la posibilidad de que demanda. De no ser así cundirá el desgano, sentido del síntoma se haya descifrado y que declinación de la sorpresa. Si las interpreta
toda construcción significante se derrumbe la anorexia mental. v su significación fantasmática haya perdido ciones de Freud, aún las más explicativas,
en la contradicción, salvo que el objeto a se consistencia. La interpretación (semántica, tenían eficacia, era, precisamente, porque no
sitúe como su clave de bóveda éxtima (lec Marzo 25, 2000 asemántica, corte, puntuación, etc.) intervie habían sido escuchadas antes.
ne con este propósito. Freud no sabía que el inconsciente se
acostumbra al psicoanálisis y desconfiaba de
¿Por qué no basta una interpretación? lPor las sorpresas que podían provenir del analis
qué no alcanza con una sesión? Jacques Alain ta: "la intervención analítica presupone un
Miller se hacía la pregunta en Buenos Aires. largo contacto con el enfermo, y toda tentati
LA PRISA Y LA ESPERA Y en efecto, zpor qué nos daríamos una va de sorprenderlo en la primera consulta con
estrategia prolongada si no fuera que la re la comunicación brusca de sus secretos adi
por GRACIELA BRODSKY petición forma parte de esa "realidad sólida" vinados por el medico es técnicamente
con la que nos chocamos en el dispositivo? condenable y atrae al medico la cordial ene
La industria cinematográfica descubrió hace mistad del enfermo" (Freud, Análisis profa
Si se considera la experiencia analítica en En lo que hace a la duración total, es nor algunos años la eficacia del suspenso que no). Freud desaconsejaba la sorpresa como
su conjunto, la indicación de Lacan es que malmente el analizante quien esta apurado producen esos Terminators que renacen una recurso ... iporque toda su práctica era sor
"hace falta tiempo ... para hacerse al ser". No por concluir (excepción hecha de la reacción y otra vez a partir de un resto fraccionado ad prendente!. Prefería, mas bien, la sorpresa del
es equivalente a hacerse a la idea, aunque terapéutica negativa), mientras que al analis infinitum. analista: "Obtenemos los mejores resultados
seguramente la indicación esta tomada de ta le toca poner en juego el todavía ... una vez Pero la repetición no recae solo en el ana terapéuticos en aquellos casos en los que
esta expresión. En efecto, parece demostra más. lizante, y si este aporta con su síntoma la re actuamos como si no persiguiésemos fin nin
do que aunque la concepción del final de En cambio, en la sesión, al analizante petición de lo mismo, el analista, por su par guno determinado, dejándonos sorprender
análisis varíe, eso no incide directamente suele faltarle el tiempo para desplegar todo te, exige "una regularidad casi burocrática" por cada nueva orientación yactuando libre
sobre la duración de los análisis. Asimismo, lo que hubiera querido decir, mientras que el en la sucesión de las sesiones. mente sin prejuicio alguno" (Freud, Conse
tampoco parece tener incidencia en la ex analista indica que es suficiente. De todos modos, este cruce de dos repe jos al médico).
tensión total el acortamiento de las sesio El analizante no se equivoca, hasta cier ticiones obedece a políticas distintas. Mien A medida que el saber que produce la
nes o la alternancia entre períodos con y to punto, indica Lacan, siempre se concluye tras la repetición del analizante persigue el experiencia analítica y que por una curiosa
sin sesiones separados a veces por varios demasiado pronto. Pero ese demasiado pron goce, la serie de sesiones prepara el terreno inversión temporal parece preceder a la ex
meses. to es lo único que evita que sea demasiado para "sorprender ese algo cuya incidencia periencia misma se acumula, se hace evi
En cambio, si dentro de la extensión del tarde. original fue marcada como traumatismo" (La dente que el saber solo da cabida a la sorpre
análisis se considera esa unidad que repre Considerada en detalle, esta tensión tem can, De la psychanalyse dans ses rapports sa cuando falla; de ahí la afinidad de la sor
senta cada sesión, lo que predomina es la poral entre el todo y la parte no hace más que avec la realite ). presa con la verdad y también con la histéri
prisa, no se trata de hace falta tiempo sino reflejar la tensión existente entre el síntoma, La sorpresa, tan cara a la fenomenología, ca, dedicada a demostrar la falla del saber.
más bien que no hay tiempo ... que perder. que "instituye el orden donde se revela nues no es un tema de actualidad. La proliferación De ahí también su límite: basta estar un poco
:1c::e,�ir1.0 ?2.r?.. encontrarla <iempre en e! mis Quisiera detenerme ahora un momento grosería. un pito catalán.
�;:.�::;:·:�, ;_,._,::l1 !"'0 l.!T1él acontecimiento sea verdaderamente inespe
mo lugar. Por eso el agente del discurso ana en la serie de las sesiones, e indicar que una una patada en el trasero. rado.
lítico no es la hísteriav; por cierto, tampoco serie es tal porque entre un suceso y otro Es solo en la articulación de la prisa con En fin, habría que demostrarlo, y no aho
la obsesión. media el intervalo. la espera que entiendo que Lacan pueda de ra, porque tenemos prisa. l1J
Es decir que preparar el terreno supone cir que la temporalidad del análisis es la an
Decía que la repetición prepara el terre la serie, pero la serie supone el intervalo, o gustia, y que es porque el deseo del analista
no para la sorpresa. Esta es doble. sea, la espera. suscita esa dimensión de la espera que el
Del lado del analizante, se produce en la No es, por cierto, la espera del "mientras sujeto es tomado en la eficacia del análisis
falla de la repetición. En efecto, cuando tro tanto", sino la que describe ese fenómeno "Seminario 1 O". Bibliografía
Lacan, J. Lituraterre, Suplemento de las notos de la Es-
pieza el inconsciente produce extrañas for que Freud la llamóErwartung: la espera acti Pienso que podría hacerse todo una clí cuela Freudiano de Bs As., 1980.
maciones: sueños, lapsus, actos fallidos. Tam va. Por ejemplo, el apronte angustioso de al nica de la espera: la espera en la obsesión, Freud, S. Recuerdo, repetición y elaboración, Amorror-
bién síntomas, pero estos solo sorprenden gunos pacientes el día de su sesión, la extra en la fobia, la espera en la escena sadoma tu, T.XI 1, 1 980.
Lacan, J, Intervenciones y textos 2 en "Del psicoanálisis
cuando irrumpen estruendosamente, como ña inquietud que tal otro va experimentando soquista, la espera en la vida cotidiana: la en sus relaciones con la realidad", Bs. As., 1993, Manatial.
en el desencadenamiento de la psicosis. Nor a medida que se aproxima la hora, o mien espera de la llamada telefónica, la espera de Freud, s. Análisis profano, Amorrortu, T. XL 1 980.
malmente, el síntoma se repite lo suficiente tras sube por el ascensor, etc. Es esa antici Freud, S. Consejos al médico sobre el ttatarrnento psi
la carta, la del invitado. coanalítico, Amorrortu, T. XII, 1980.
como para no sorprender. Su lema es: iOtra pación de que algo desconocido va a pasar y Creo que podría decirse, incluso, que la tocen. J, "El Seminario", Libro XII, inédito.
vez! O quizás: Otra vez... Los signos agrega que Freud describe entre los correlatos de la espera es la condición necesaria para que un Lacon, J. "El Seminario", libro X, inédito.
dos no logran disimular lo que no cesa. En angustia
cambio, si hubiera que encontrar la modali En verdad, no creo que se pueda enten
dad lógica que le va bien a la sorpresa, ha der la lógica de nuestra serie de sesiones cor
bría que hacerlo por fuera de cualquier no tas si no se incluye esta dimensión de la es
cesa. Ni necesaria ni imposible, la sorpresa pera, este no saber qué sucederá sobre el
es más bien, contingente. fondo de la espera, de que algo está por ocu UN SUJETO EN TRÁNSITO
Del lado del analista, la sorpresa provie rrir.
ne de la interpretación: responder como con Dar cuenta de la articulación entre la pri por FLORENCIA DASSEN
viene en el momento justo y saber concluir sa y la espera permite comprender, por ejem
a tiempo. plo, que la sala de espera sea parte de la se
sión misma: la espera hasta que se abre la Voy a intentar transmitirles un caso que con una demanda vacilante y mínima, y a la
Ahora, puesto que durante estos meses puerta, la vacilación, como la de los prisio llamaré L. con el objetivo de situar en pri vez manifiesta un gran sufrimiento. Impone
hablamos bastante de la prisa, diré algo de la neros, en el momento de pararse, y luego la mer lugar las coordenadas que permitieron los honorarios máximos que está dispuesta a
función de la espera. prisa de la propia sesión. En la sala de espe al analista desde las primeras entrevistas pagar, lo que yo acepto diciéndole que si se
ra, el analista es el "huésped", el desconoci una duda diagnóstica y en segundo lugar decide me vuelva a llamar. Así lo hace a la
Hablé antes de preparar el terreno para do que aparece de manera imprevista, un qué pudo avanzar en el análisis, la aproxi semana.
que el acontecimiento imprevisto, la sorpre poco unheimlich, pero solo un poco, porque mación a lo que llamaré el esbozo de un
sa, surja. Creo haber indicado que era la se el analizante llegó hasta ahí, y esperó, alerta, partenaire. Tiene una gran angustia por una crisis con
rie de sesiones la que preparaba el terreno lo que solo se revela inesperado sobre el fon su pareja, que es alcohólico, con la queja de
donde se alojaría, por un lado, la irrupción do de esa espera. L. tiene actualmente 38 años, vino a ver que se ve arrastrada a tener que girar en tor
del inconsciente, la irrupción de la verdad en En el Seminario 12, Lacan describe ese me hace cuatro años después de haber teni no a los problemas de él, lo que la ahoga. Su
la falla del saber para nombrarlo como lo hizo momento culminante (toma el ejemplo del do una primera entrevista con otros dos ana angustia se liga a una convicción con la que
Lacan en su momento, y por otro, la inter zen), ese momento singular donde ubica la listas, para decidir con cuál quedarse. Se pre viene, la de "ser sola". Cuando la incito a que
pretación o el corte, es decir la sorpresa que brusquedad que sigue a la espera, y que se senta diciendo "no" al Otro, con una gran pueda decir más, con mucha dificultad logra
proviene del analista. realiza por una palabra, una frase, una jacu desconfianza, muy dura en sus afirmaciones, abrir algunos puntos de su pasado que tie
dispc,siti\c, anc:Jí�Ico. Ya r10 sería un "ser ser sota es n fenómeno qu<:. bc\c.3. q .2.e tras
1 nueva temporalidad que se constituye
,2,i_;;i. El tiempo ya no es la sencilla representa
sola" sin Otro y con hermano, sino un "ha la desconfianza inicial se escondía un índi como marco temporal homogéneo, regular ción de los ciclos de la naturaleza o del suje
cerse al ser sola" pero con el auxilio del ce de creencia que posibilitó una dire ccio y uniforme, global y cuadriculado, subdividi to, imaginarizados como tiempo un sagrado
Otro. El pasaje de la ausencia de parteriai- nalidad al Sujeto supuesto Saber en un gra do de modo total en siglos, décadas, lustros, o reducido a los estrechos tiempos individua
re a hacer del analista el destinatario de su do ínfimo. w años, meses, días, horas, minutos y segundos. les plegados a las experiencias singulares de
Cualquier teoría científica emergida en los hombres, bajo la forma de la duración de
ese contexto o con aspiraciones de cientifi las cosas; estos tiempos pierden importancia
cidad tiene que adaptarse a esa cronológica, frente al tiempo que el discurso capitalista
por ejemplo, es lo que sucede con la deriva crea como tiempo instrumental para medir
psicoanalítica cuando pretende establecer la producción y centrado en torno a la genera
TEMPORALIDADES DEL SUJETO una cronología del desarrollo de la libido, o ción de un plus de valor del producto.
de los complejos, una partición de las eda La sesión analítica planteada en estos
por MARIO ELKIN RAMÍREZ1 des de la vida que ha de estar inmersa en la términos no sería otra cosa que un proceso
teleología tiránica del ideal social capitalista. cronometrado en vistas a lograr un producto
Igual puede decirse de los estándares tem al servicio del capital. Es la trampa de la des
La percepción del fenómeno temporal experiencias de los hombres y de las colecti porales en la medición de algo tan contingen viación americana del psicoanálisis cuando
era concebido en la tradición occidental vidades humanas; fue la modalidad esencial te como una sesión analítica; al decir que una quiso adherirlo a los ideales sociales para
como un asunto esencialmente humano en de la existencia del tiempo occidental preca sesión analítica debe durar 45, 30 o incluso 5 producir sujetos adaptados al estilo de vida
oposición al tiempo de la eternidad divina2• pitalista, en el que, sin un marco temporal minutos, nos estaríamos rigiendo por un tiem estándar de la sociedad de consumo norte
El tiempo se estructuraba de una manera li homogéneo y sin instrumentos sofisticados po capitalista y no por un tiempo del sujeto,· americana.
neal y progresiva que no repetía las distintas de medición, la vida humana en su datación un tiempo de la producción capitalista don Que el tiempo sea dinero consiste en que,
fases de un ciclo, sino que constituía un re era sólo aproximativa e incierta, a partir de de el tiempo es oro, y una plusvalía está en en dicho transcurrir, el tiempo es la posibili
corrido que se transforma cualitativamente su asociación con un acontecimiento excep juego a costa de la desaparición del sujeto dad misma y muchas veces la realidad, de
en su paso por los momentos de su tránsito. cional o colectivo, que permanecía en la como regido por el tiempo así concebido. esa autovalorización del valor, en la sesión
Una concepción semejante del tiempo memoria de los grupos sociales de los que La instauración del tiempo del capitalis analítica así cronometrada el plus de senti
fue promovida por el judeocristianismo, forman parte; así por ejemplo, el nacimiento mo conlleva la desaparición de las historias do; es una hermenéutica interminable que
quien marcaba el inicio de su periplo en la de alguien era señalado como acaecido el locales, de los pueblos, de los imperios, de bajo el imperativo ideal social, produce sig
creación, pasaba luego por la caída en el pe año posterior a la gran inundación y bajo el las dinastías, de los sujetos, para crear una nificaciones fantasmáticas a granel, que pro
cado, se encaminaba hacia la búsqueda pro gobierno del rey Eduardo II. Es el tiempo del historia sola y coherente, una historia univer meten llenar el vacío del sujeto, aunque se
gresiva de la tierra prometida, del redentor o significante que acude a un código colecti sal y abstracta. El tiempo ya no es un atributo sabe que bajo esa proliferación haya además
de la evolución posterior, para llegar finalmen vo, es decir, a las trazas significantes del Otro del ser como duración, sino que él mismo un plus dejouissens, de goce en el sentido.
te al juicio final y el logro un paraíso diferente. para orientarse. deviene una figura posible de ese ser, cosifi El nuevo marco temporal característico
Apoyadas sobre otra relación entre el Se trataba de un tiempo aristotélico, con cada e independiente de la experiencia hu de la modernidad es además soportado por
hombre y la naturaleza, las sociedades occi cebido como una dimensión del ser común mana. el brazo armado de la ciencia, la tecnología
dentales construyeron luego otro esquema de a todos los hombres; el tiempo era un atribu Una nueva relación hombrenaturaleza es que ha hecho posible que la medición sea
percepción temporal, en el que el tiempo era to universal y en tanto tal era múltiple pues planteada por el discurso de la ciencia al bo cada vez más exacta, disciplinar y estable de
pensado como histórico y social, pero igual se derivaba de las diversas experiencias vivi rrar al sujeto con esta temporalidad, pues, se ese mismo tiempo. En consecuencia, asisti
mente enmarcado en una estructura lineal y das por los seres hablantes. desarrolla una nueva actitud frente al mundo mos a la progresiva afirmación de ese marco
progresiva. Este desplazamiento de una con La emergencia del discurso de la ciencia en la que los tiempos del sujeto y de la natu temporal como figura dictatorial que quiere
cepción a otra tuvo, como consecuencia una y de la modernidad capitalista modifica pro raleza son desacralizados en su totalidad, asimilarse al propio fenómeno temporal.
multiplicación de los tiempos individuales fundamente la totalidad social y la forma de para ser percibidos y equiparados de forma Sin embargo, al querer dar consistencia
vividos, en tanto que plegados a las plurales percepción del tiempo, haciendo emerger instrumental. a ese tiempo por fuera de la experiencia hu
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XI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL CAMPO FREUDIANO XI ENCUENTRO INTERNACIONAL DEL CAMPO FREUDIANO
(en tormocron). proresor ae, Llepunorr1t::,-,¡.::, ::.a 'r$'1:.:..::.· �= '='::·<:::. l'l.,,S:·.;.-:-::::
001 tguolmeílte en Santo Tomás
1
Se2ún el testimonio de Lacan al pensar este ra hay una falta, discordancia del yo, colma
nálisis de lo Universidad de Antioquia. en se Sumo Teológico. deseo como deseo de despertar en infracción da. poi una in·,a.g.:::il, "'f..E..:;',udic, dd ispe\o; cr,
2 San Augustín. Lo cuidad de Dios. Ed. Porrúa. México. 3 Aguirre Carlos. Broudel o debate, Venezuela. Fondo
pp. 243-244 y Confesiones libro undécimo. capítulo XV. Editorial Tropíkos. 1998. a la ley del deseo de hacer dormir, que encon la segunda el sujeto se barra por la falta de
tramos ya en Freud, vinculado al fantasma. un significante que supone puede suplir, y así
Esta formulación implica una posibilidad se dirige al Otro. Por lo que en esta pareja sim
v un límite. La posibilidad conlleva la trave bólica el concepto esencial es el reconoci
sía del fantasma como modo de decir del miento, que forcluye, dice Miller, cualquier
deseo, de despertar del deseo y encuentra su pregunta a nivel del goce.
EL DESEO DEL ANALISTA límite en la silenciosa satisfacción pulsional, de La tercer pareja, pareja del deseo, esta
Y LA CESIÓN ANALÍTICA la que no hay despertar, ni se atraviesa. blece la relación entre el sujeto dividido y el
Lacan lo pone en estos términos al final objeto a. Es la fórmula del fantasma que in
por NILDA HERMANN de su clase del 1/ 1/ 734: "Después de la ubi troduce el a como objeto. No se trata de que
cación del sujeto respecto de a, la experien el Otro detente solamente el significante del
cia del fantasma fundamental deviene la pul reconocimiento, que por supuesto falta y hace
"No sería exagerado decir que en el Se trata en este caso de introducir una sión. LQué deviene entonces quien ha expe necesario que el sujeto busque el objeto en tér
cuestionamiento del análisis, incesante paronomasia como "forma breve" a saber: rimentado esa relación opaca con el origen, minos de complemento, el a toma entonces
amago, no sólo en la opinión pública sino la incidencia de la experiencia del encuen con la pulsión? LCómo puede un sujeto que valor de objeto de deseo con relación a un Otro
mucho más aún en la vida íntima de todo tro con un analista, lo que llamamos sesión, ha atravesado el fantasma radical vivir la pul en falta -cf. Significante de una falta en el Otro,
psicoanalista, se cierne la impostura en un cambio de posición del sujeto lo que sión? Esto es el más allá del análisis y nunca del piso superior del grafo del deseo y a un
como presencia contenida, excluida, llamamos cesión de goce. ha sido abordado." sujeto también en falta, barrado.
ambigua, contra la cual el psicoanalista se Si bien se trata de una variación ortográ Es a esta altura del trabajo de J.A. Miller
resguarda con cierto número de ceremo fica, me interesa enmarcarla en la gramática Encuentro en un desarrollo más reciente en esa clase, que encuentro su lectura de un
nias, formalidades y ritos." general, allí donde S. Freud ha localizado la de J.A. Miller la continuidad de esta proble desarrollo posterior en la enseñanza de La
J. Lacan' pulsión cf. "Pegan a un niño", para relacio mática, se trata de la clase del 18/3/98 de su can que va a permitir, según entiendo, avan
narla, en términos de confrontación, a lo que seminario Le partenairesimptóme, en la que zar en la conceptualización del deseo del
Ricardo Piglia, escritor ficcional y ensa J. Lacan ha conceptualizado como deseo del habiendo reconocido en la enseñanza de analista respecto del Seminario XI. Me refie
yista argentino, afirma en su libroFormas bre analista. Lacan una forma repetitiva y constante justi ro al pasaje de la tercer pareja, pareja del
oes? que el psicoanálisis es una de las formas fica en ella una teoría de las parejas, en una deseo, fórmula del fantasma, a una cuarta
más atractivas de la cultura contemporánea, J.A. Miller en su homenaje a J. Lacan sucesión. pareja. La pareja del goce. Cito a Miller "La
ya que en medio de la crisis generalizada de pronunciado en el III ENCUENTRO DEL CAM La primera pareja entre a a', el moi y el primera escritura que puedo dar de la pareja
la experiencia trae una épica de la subjetivi PO FREUDIANO EN BRASIL en julio de 1991 i(a), el yo y el otro, es la pareja imaginaria del goce es de nuevo la fórmula del fantas
dad, una versión violenta y oscura del pasa y publicado como EL DESEO DE LACAN3 for que encontramos en el piso inferior del grafo ma. "5
do personal. mula una pregunta: Zpor qué usamos dos tér del deseo. Y tiene su orden de causalidad en Veremos que lo que cambia es el estatu
Y hace la observación de que a menudo minos, deseo y pulsión?. la identificación. to del objeto.
los psicoanalistas no explicitan esto. Voy a retomar su respuesta: " ... tratamos La segunda pareja, entre el sujeto y el El sujeto dividido que ha rescatado su
Quisiera hacer de este Encuentro ocasión de distinguir entre dos tipos de querer, dos Otro, calificada como simbólica, es la pareja deseo retenido en el Otro bajo las formas del
para explicitar a mi vez que la sesión analíti tipos de voluntad, un querer decir y un que del significante. a debe pagar el precio.
ca, cuando no se deja regir por ningún están rer gozar." J .A. Miller plantea una relación de homo Vemos aquí perfilarse un movimiento de
dar preestablecido, puede ser el soporte de Allí también formula el deseo como una logía entre estas dos parejas: se puede pre inversión análogo al que encontramos en los
un cambio en las condiciones de goce de un cesión con relación a la pulsión. Y el deseo guntar en ambas cuál es el término inicial y Escritos de Lacan que cito " ... la fidelidad a la
sujeto, que autorice la variación ortográfica del analista, en tanto deseo de saber como en ambas los términos están en una relación envoltura formal del síntoma, que es la ver
propuesta en el título a modo de afirmación. un deseo de acuerdo con la voluntad de goce. unívoca de complementariedad. En la prime dadera huella clínica a la que tomábamos
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