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La cultura chavin :

La cultura Chavín es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló durante el Horizonte
Temprano. Tuvo su centro de desarrollo en Chavín de Huántar que está ubicado a 2 km del río Mosna y
Huachecsa, en el actual departamento de Áncash.12
Tradicionalmente, el desarrollo histórico de Chavín se considera como un “horizonte cultural” debido a sus
influencias artísticas y religiosas presentes en otras culturas contemporáneas a ella. Gran parte de aquel
desarrollo histórico corresponde al Periodo Formativo específicamente al Formativo Medio y al Formativo
Superior que tiene como características la intensificación del culto religioso, la aparición de la cerámica
estrechamente relacionada a los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del maíz y la papa, el
perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el desarrollo de la metalurgia y la textilería.
Fue el arqueólogo Julio César Tello (conocido como el «padre de la arqueología peruana») quien la descubrió y
consideró como la "cultura matriz" o "madre de las civilizaciones andinas",3 sin embargo descubrimientos
recientes sugieren que la civilización de Caral ―del periodo Precerámico Tardío― es más antigua que Chavín.
Tello planteó que la cultura chavín fue de origen amazónico debido a las múltiples representaciones de la
iconografía selvática en sus manifestaciones artísticas, especialmente en la cerámica. En su máximo
apogeo Chavín de Huántar, centro principal chavín, actual Patrimonio Cultural de la Humanidad,4 fue un
importante centro ceremonial y centro de irradiación cultural cuya influencia se extendió por gran parte de la costa
y sierra de los andes peruanos.
El centro ceremonial de la cultura chavín, Chavín de Huántar, se encuentra ubicado en el Callejón de
Conchucos en el lado oriental de la Cordillera Blanca, en la confluencia de los ríos Mosna y Huachecsa, afluentes
del río Marañón; en el actual distrito de Chavín de Huántar,5 en la provincia de Huari (región Áncash). Tiene como
coordenadas 9° 35′ 33.99″ S, 77° 10′ 42.43″ O y una altitud de 3150 msnm.
La cultura Chavín se extendió por gran parte de la región andina abarcando por el norte hasta los actuales
departamentos peruanos de Lambayeque y Cajamarca y por el sur hasta los actuales departamentos peruanos
de Ica y Ayacucho, por ello es considerada una cultura panandina. No está claro que en todos los lugares donde
se aprecia la cultura Chavín, fuera predominante la lengua y la etnicidad de los habitantes de Chavín de
Huantar.
La cultura Paracas

Paracas fue una importante civilización precolombina del Antiguo Perú, del periodo denominado Formativo
Superior u Horizonte Temprano, que se desarrolló en la península de Paracas, provincia de Pisco, región Ica,
entre los años 700 a. C. y 200 d. C. Es contemporánea en parte con la cultura Chavín que se desarrolló en el
norte del Perú. Buena parte de la información sobre los paracas proviene de las excavaciones arqueológicas
emprendidas en Cerro Colorado («Paracas-Cavernas») y en Warikayan («Paracas-Necrópolis») por el
arqueólogo peruano Julio C. Tello y su discípulo Toribio Mejía Xesspe en los años 1920. Actualmente se sabe
que lo que Tello denominó como «Paracas-Necrópolis» pertenece a otra tradición cultural, la llamada cultura
Topará, cuyo centro estaba ubicado más al norte, en el valle de Chincha.1
Los paracas practicaban una textilería de alta calidad, en lana y algodón, así como una cerámica decorada y
una cestería muy elaborada. También realizaban trepanaciones craneanas, cuyos fines aún se discuten.
La cultura paracas es la antecesora de la cultura nazca con la que tiene una evidente afinidad cultural; de hecho,
para muchos especialistas, la fase final de Paracas es en realidad la fase inicial de la cultura nazca.
La cultura paracas se desarrolló principalmente entre los ríos Ica y Pisco y en la península de Paracas (Región
Ica). En su época de mayor expansión, se extendió por el norte hasta Chincha y por el sur hasta Yauca en
la región Arequipa.
Algunos creen que el principal centro de los paracas pudo estar ubicado en Tajahuana, en el valle de Ica, por el
sector de Ocucaje. Se trataba de un poblado fortificado elevado sobre la cima de una peña de fácil defensa.
Cultura Moche

La cultura Moche es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló entre los siglos II y VII en el
valle del río Moche (actual provincia de Trujillo, en el departamento de La Libertad). Esta cultura se extendió hacia
los valles de la costa norte del actual Perú.
Las sociedades moches hicieron grandes obras de ingeniería hidráulica: canales de riego y represas, lo que les
permitió ampliar su frontera agrícola a gran escala.
Fueron grandes arquitectos; su materia prima fue el adobe. Construyeron complejos religiosos-administrativos de
carácter monumental, conformados por palacios y templos o huacas (en forma de pirámide trunca), las cuales los
recubrían de grandes murales en alto y bajo relieve, pintados con colores extraídos de la naturaleza, donde
plasmaron sus dioses, mitos, leyendas y toda su cosmovisión cultural. Las más notables de estas construcciones
son las llamadas Huacas del Sol y de la Luna, en el valle de Moche.
Fueron los mejores metalurgistas de su época; doraron el cobre mucho antes que en Europa; y conocieron una
variedad de técnicas (laminado, martillado, alambrado, soldadura, etc.), fabricando herramientas, armas,
atuendos, emblemas, ornamentos y toda su variada y rica parafernalia ritual.
Son considerados los mejores ceramistas del Perú antiguo, gracias al fino y elaborado trabajo que realizaron en
sus ceramios. En ellas representaron, tanto de manera escultórica como pictórica, a divinidades, hombres,
animales y escenas significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción del
mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y realismo con que los dotaban. De este arte
sobresalen los huacos retratos y los huacos eróticos.
Fueron grandes navegantes: construyeron caballitos de totora, los que hacían más pequeños para la pesca y
más grandes para sus viajes hasta las costas ecuatoriales, desde donde traían la concha Spondyllus, sagrada
para los moches, y en general, para el resto de las culturas costeñas del Antiguo Perú.
Políticamente, las sociedades moches ―de fuerte segmentación en clases sociales― se organizaban en reinos
o señoríos confederados. Se ha podido conocer más sobre esta cultura gracias al descubrimiento de algunas
tumbas intactas de sus gobernantes o señores, como la del Señor de Sipán y la Dama de Cao.
Cultura Wari

Wari o Huari fue una civilización andina que floreció en el centro de los Andes aproximadamente desde
el siglo VII hasta el XIII d. C., llegando a expandirse hasta los actuales
departamentos peruanos de Lambayequepor el norte, Arequipa por el sur y hasta la selva del departamento del
Cusco por el este,
La ciudad más grande asociada con esta cultura es Wari, que se encuentra ubicada unos 15 kilómetros al
noroeste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta ciudad fue centro de un imperio que cubría la mayor parte de la
sierra y la costa del Perú actual. El Imperio wari estableció centros arquitectónicos distintivos en muchas de sus
provincias, tales como Cajamarquilla o Piquillacta. Es, junto al Imperio incaico, una de los dos únicas culturas
consideradas «imperiales» aparecidas en el hemisferio sur.
Su principal actividad era de carácter militar. Combatieron a lo largo y ancho del territorio peruano, conquistando
los diversos señoríos de su tiempo. También tuvieron grandes centros religiosos como Pachacámac.
La presencia del Dios de las Varas en las vasijas rotas wari, que se asemeja a una divinidad que aparece grabada
en la «Puerta del Sol» de Tiwanaku, indicaría influencia cultural tihuanaquense. Esta imagen aparece dibujada
en unas grandes urnas ayacuchanas que se conocen como estilo conchopata, pues este es el sitio donde se les
encontró por primera vez. La influencia de Tiahuanaco, así como la de Nazca seria crucial en la formación cultural
y religiosa de esta cultura. En Ayacucho existió la cultura huarpa, que desarrolló importantes contactos
económicos con Nazca, permitiendo que en Ayacucho se produjera un notable desarrollo de la producción
artesanal y cultural.
Los huarpas abandonaron sus pueblos para reunirse en la ciudad de Wari y otras cercanas. Estos pobladores
tenían una larga tradición militar debido a las constantes luchas por los recursos en las montañas. Estas son las
condiciones que permiten el tránsito de huarpa a wari, entre los años 560 a 600; se desarrolló una cerámica
ceremonial conocida como «robles moqo» que tiene un área mayor, que involucra al menos las regiones de
Ayacucho, Ica, Nazca, el valle del Santa y por la sierra hasta el Callejón de Huaylas.
En la ciudad de Wari se pueden observar edificaciones monumentales como edificios públicos de varios tipos,
mausoleos, templos y residencias, siendo las más conocidas las del sector denominado Uspa Qoto, Capillayoq,
en el sector llamado Cheqowasi hay unas cajas de piedra muy bien labradas, son una especie de mausoleos con
varias cámaras; son subterráneos. Debieron servir para la preservación de cadáveres de importantes dignatarios
de la ciudad. Al pie de los muros que delimitan los edificios hay una gran red de canales para el abastecimiento
del agua.
Cultura Nazca

Nazca es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló básicamente en los valles del
actual departamento de Ica, alrededor del siglo I y entró en decadencia en el siglo VII. Su centro estaba ubicado
en Cahuachi, en el margen izquierdo del Río Grande, en la actual provincia de Nazca.
Su territorio llegó a abarcar desde Chincha por el norte, hasta Arequipa por el sur y por el este hasta Ayacucho.
Hasta el siglo VI d. C., aumentaron sus contactos con la zona andina, llegando inclusive hasta las zonas altas
de Ayacucho. Este contacto tuvo especial importancia en la formación de la cultura Huari.
Un aspecto distintivo de Nazca es su cerámica policromada, con figuras de hombres, animales, plantas, etc. En
muchas de estas cerámicas, se representan a hombres mutilados. El arte textil floreció tanto como en la época
de los Paracas. Tuvieron un estilo propio de trabajo de los metales, aunque de menor calidad al de la época
de Chavín.
Lo más impresionante de esta civilización son los trazos efectuados en las Pampas de Nazca, conocidos como
las Líneas de Nazca, que representan figuras gigantescas de animales, seres humanos y diseños geométricos,
hechos a una escala extraordinariamente grande y con mucha precisión. Se ignora su fin, aunque se ha teorizado
que fuera un gigantesco calendario, resultado de observaciones astronómicas. Según los últimos hallazgos y
estudios presentados en mayo de 2015 por parte de la Universidad Japonesa de Yamagata, se postula que las
líneas servían como epicentros de la actividad ritualista tanto de los Nazca como de otra culturas circundantes.
Se ha desvelado que las líneas fueron hechas por más de una cultura y en momentos históricos distintos. De esta
manera cumplían una función integradora para todas las culturas que yacían entre la costa y sierra Iqueña. Se
concluye también que servían para adornar el camino del peregrino hacia la ciudad de Cahuachi, centro socio-
político de la cultura Nazca, ya que las líneas están hechas para verse desde cierta altura.1
La economía nazquense estaba basada en la agricultura intensiva. Los nazcas lograron resolver el problema de
tierras eriazas en la costa mediante el empleo de una red de acueductos, que constituye una verdadera hazaña
de su ingeniería hidráulica.
A treinta kilómetros de la ciudad de Nazca se halla el Cementerio de Chauchilla. Una necrópolis al aire libre en la
que a pesar de los saqueos todavía se pueden ver momias en buen estado de conservación así como restos de
cerámica.
Cultura Caral

La civilización Caral o cultura Caral se desarrolló entre 3000 y 1800 a. C., siendo la expresión más nítida del
surgimiento de las primeras sociedades complejas en el área norcentral peruana o Norte Chico. En toda esta
área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en Barranca, al norte de Lima, donde en apenas 40 kilómetros
desde el mar, se han identificado 20 asentamientos de esa civilización, siendo la de mayor dimensión y
complejidad la ciudad de Caral o Caral-Supe, de la que deriva el nombre de la cultura.
La existencia de esta civilización fue desvelada a partir de 1996, gracias a los trabajos de un equipo de
arqueólogos encabezados por Ruth Shady, a través del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe. Los estudios
rigurosos han demostrado que esta civilización es contemporánea con otras civilizaciones primigenias del mundo,
como la de Egipto, India, Sumeria, China, pero a diferencia de ellas (que intercambiaron sus logros), se desarrolló
en completo aislamiento. En América, es la más antigua de las civilizaciones prehispánicas, superando en 1500
años a la civilización Olmeca, otro importante foco civilizatorio situado en Mesoamérica. En el Perú supera en
antigüedad a la cultura Chavín (1200 a.C.), que durante mucho tiempo había sido considerado como la cultura
madre del Perú. Actualmente, según todos los indicios, se puede afirmar que a partir de la civilización caral se
origina la civilización andina.
El área de desarrollo e influencia de la civilización caral, llamada área norcentral peruana, es de 400 por 300 km,
y comprende los valles de la costa (Santa, Nepeña, Sechín,
Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los callejones serranos
de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las cuencas de los ríos Marañón, Huallaga y las
cabeceras del Ucayali en la selva.
En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia de Barranca, departamento de
Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se han identificado 20 asentamientos de esta civilización, 1
cuyas extensiones van de 0,16 hectáreas hasta casi 80 hectáreas.2 Ocho de ellos son los de mayor tamaño, entre
los que destaca nítidamente por su complejidad la ciudad sagrada de Caral, de la que deriva el nombre de la
cultura. Fue, sin duda, la capital de la región. Los otros asentamientos con construcciones monumentales son
Pueblo Nuevo, Cerro Colorado, Allpacoto y Llapta (en la margen derecha del Supe); y Lurihuasi, Miraya y
Chupacigarro (en la margen izquierda).3 En el litoral cercano a la desembocadura del Supe destaca Áspero, que
fue según todos los indicios la ciudad pesquera de Caral.4

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