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refugio del confidente. En la hora del triunfo pidió sus brazos para ceñirse a ellos, y hasta el
último día de su vida conservó como el más grande de sus cariños, como el más arraigado
de sus recuerdos, el recuerdo del amor por su viejo maestro.
Simón y Cayetano nunca pudieron avenirse y a decir del historiador Plaza, en su obra
“Ensayos sobre el arte en Venezuela” ésta fue la verdadera razón de por la cual se quitó el
primer apellido. Don Simón Rodríguez, fue autodidacta, él mismo se procuró su educación
y gracias a un viaje que hizo a Europa, recorriendo sus principales naciones ganó gran
prestigio.
La máxima de Don Simón Rodríguez era: “Educar es enseñar al hombre una industria que
asegure su subsistencia y una moral que regle sus acciones con los demás”
Entonces se llamó a don Simón Rodríguez. El nuevo maestro se consagró por entero a
su discípulo. Día y noche cuidó de él con paternal solicitud. Mas tarde cundo murió su
madre. Doña Concepción Palacios y Blanco, el señor Rodríguez tuvo para su noble pupilo
solicitudes de padre y madre. Con el genio suficiente para comprender, o mejor adivinar el
genio colosal de su pupilo, Rodríguez se propuso a vaciar en ese surco fecundo todo el
semillero liberador que gestaba en su cerebro. Las primeras lecciones que le dictaba, al
pequeño niño; El Maestro del Libertador, se la hacia al aire libre para enseñarle el inmenso
libro de la naturaleza. Después le enseñó las ideas revolucionarias de Juan Jacobo
Rousseau. Le dio a leer a Emilio, que era algo parecido a Bolívar “rico”, “de gran familia” y
“huérfano”.
Para esa época don Simón Rodríguez contaba con veintiún años y Simón Bolívar tenía
diez. Don Simón Rodríguez, no solo se encargó de ser un maestro de escuela para Bolívar
lo hizo un gran atleta también. En sus prolongadas excursiones por el campo hizo que
Bolívar desarrollara la aptitud para los ejercicios corporales, que hizo de él el caminador
infatigable, el jinete maestro, el nadador intrépido, que ninguno de sus compañeros de
armas pudo sobrepasar más tarde. Simoncito coronó, con trece años, “la primera” de Emilio
con la conformidad perfecta según las prescripciones del educador. Las carreras por los
bosques, las cabalgatas por las sabanas, las partidas en el lago de Valencia, lo habían hecho
fuerte y diestro”
Pero esa educación, tan bien comenzada, iba a ser bruscamente interrumpida, a
consecuencia de las ideas y procederes de Rodríguez, quien no cejaba en su empeño de
formar “gente para hacer República”
Pasó luego a los Estados Unidos y trabajó en una imprenta, ganaba solo para
mantenerse; permaneció allí durante tres años, al cuarto se fue para España, llegó a Cádiz, y
por Bayona se fue a la capital de Francia. Aquí conoció a un sabio alemán que residía en
Viena, y se fue con él a Austria.
Mientras tanto Simón Bolívar había ido a México y a España en 1799; había gozado de
las delicias de la corte de María Luisa de Parma en 1800; habían salido casi expulsado de
Madrid en 1801 y contrajo matrimonio con la Marquesa del Toro en 1802; volvió a su Patria
al enviudar prematuramente y retornó al Viejo Continente en 1803.
Atolondrado, y casi enloquecido por la pena llegó Bolívar a París. Y en plena Ciudad Luz,
en plena capital del mundo se encontró aún más solo. Recordó entonces a su maestro, y
para juntarse con él partió para Viena.
Simón Rodriguez
Ilustración realizada por Francisco Maduro
Simón Rodríguez fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo,
destacando por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, el cual
posteriormente trasmitirá a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor.
En cuanto a su vida familiar es poco lo que se sabe.En mayo de 1791 el Cabildo de
Caracas lo admite para ejercer el cargo de maestro en la escuela de primeras letras para
niños, lugar al que llegará al año siguiente Bolívar para iniciar su educación. En junio
de 1793 se casa con María de los Santos Ronco, acto en el cual se declaró "Expósito de
esta feligresía", término que se solía y se suele utilizar para designar a aquellas personas
abandonadas por sus padres.
Dos años después, tras fugarse el niño Bolívar de la casa de su tutor, es enviado a casa
de su maestro Simón Rodríguez quien se encargará definitivamente de su formación.
Durante este tiempo Rodríguez fue ganado a la causa independentista debido a la lectura
de los pensadores de la Ilustración; por lo que en 1797 se vincula al proyecto de
emancipación inspirado por el pedagogo mallorquín Juan Bautista Picornell, en
asociación con los venezolanos Manuel Gual y José María España. Luego del
descubrimiento y fracaso de esta primera tentativa revolucionaria, Rodríguez es
expulsado de Venezuela, adonde no regresará jamás. En 1797 luego de su salida del
país, se traslada a Kingston (Jamaica) donde residirá por algún tiempo y en el que
cambiará su nombre por el de Samuel Robinson. Posteriormente, viaja a Estados Unidos
donde vive hasta fines de 1800.
Exilio y vida en Europa
En abril de 1801 se halla en Bayona (Francia), de donde pasa a París y allí traduce, ese
mismo año, la Atala de Chateubriand. En esta ciudad se encuentra de nuevo con Simón
Bolívar en 1804, convirtiéndose a partir de este momento en una figura decisiva en el
rumbo que tomará la vida del futuro Libertador de América. En tal sentido, juntos
parten en abril de 1805 a un viaje que los llevará a Lyon y Chambery para luego
atravesar los Alpes y entrar a Italia. En Milán presencian la coronación de Napoleón
Bonaparte como rey de Italia. Finalmente, la gira culmina en Roma, donde el 15 de
agosto del mismo año, Bolívar, junto a Rodríguez y Fernando Toro, jura dedicarse por
completo a la causa de independencia de Hispanoamérica. Gracias a que el texto quedó
grabado en la memoria de Rodríguez, el mismo paso a la posteridad como sigue a
continuación: "Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro
por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi
alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".
Luego de una breve visita de Bolívar a Nápoles retornan a París hacia fines de 1805,
separándose tiempo después. En 1806 inicia un largo peregrinar por Europa, viviendo
en Italia, Alemania, Prusia, Polonia y Rusia; que culmina en 1823 cuando llega a
Londres donde se encuentra con Andrés Bello, emprendiendo ese mismo año el retorno
a América