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¿Qué es un aborto?
El aborto consiste en la interrupción del embarazo y se puede producir tanto de forma
espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto concluye con la expulsión
del fetoa través del canal vaginal.
Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a causa de una
serie de complicaciones en el feto o en la madre. Generalmente ocurre durante las 12
primeras semanas de gestación y no precisa de ningún tipo de intervención quirúrgica,
pero a partir de la semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. La tasa de aborto
espontáneo se encuentra entre el 15 y el 20 por ciento entre aquellas mujeres que saben
que están embarazadas.
Muerte fetal
Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de gestación se
conoce como muerte fetal y en estos casos siempre se requiere de cirugía para extraer
el feto del útero. Es un caso extraordinario, pues sólo ocurre en menos del 1 por ciento
de los embarazos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un menor
movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la espalda o el vientre. Factores
como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes pueden aumentar las
probabilidades de que esto ocurra, pero también se puede producir por preclampsia y
eclampsia, enfermedades infecciosas, anomalías congénitas graves, posmadurez
o lupus, entre otras patologías.
Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer. Hay dos
formas de interrumpir un embarazo:
Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las
nueve primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona,
una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman
durante tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir
algunos sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de este
tratamiento son cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones,
fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.
Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto
quirúrgico:
Aspiración con vacío manual
La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas de
embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con un
instrumento succionador de manera manual.
Dilatación y evacuación
Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo pero
siempre antes de la semana 13. Consiste también en la extracción del tejido que reviste
el útero, pero se realiza a través de una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del cual se
succiona todo aquello a eliminar para completar el aborto. Tras esta operación pueden
surgir algunos sangrados así como cólicos menstruales. La efectividad del aborto
quirúrgico es cercana al 100 por cien.
Después de un aborto
Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero adicional
para determinar si queda tejido fetal en el útero. También se estudia si los restos
expulsados correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de células que
son el resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que queden
restos, se recurre a un legrado.
Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo
menstrual vuelve a la normalidad
Por otro lado, los métodos anticonceptivos reversibles son más comunes
en África y Europa, mientras que los permanentes se utilizan más en Asia
y Norteamérica.
Hormonas inyectables
Ventajas: este método tiene una efectividad mayor del 99% y es útil para
mujeres que no pueden tomar la píldora anticonceptiva o suelen tener
olvidos (ya que hay que tomarla cada día). Además, no tiene interacciones
con la medicación. Otra ventaja es que disminuye la probabilidad de
cáncer de matriz y de enfermedad inflamatoria pélvica.
Las hormonas que contiene son las mismas presentes en la píldora, por lo
que actúa de la misma forma: impidiendo la ovulación, afinando el
revestimiento uterino y espesando el moco cervical, lo que hace
prácticamente imposible el embarazo.
Como todos los métodos hormonales, este puede servir también para
frenar reglas abundantes. Otro aspecto positivo consiste en que ayuda a
proteger a la mujer del cáncer de ovario, útero y colon.
Píldoras
Sencillamente, estas hormonas evitan que los ovarios liberen óvulos (un
proceso conocido como ovulación, que es periodo ideal para que la mujer
se quede embarazada). La píldora se debe tomar cada día,
preferiblemente a la misma hora, durante 21 días y luego se descansa
una semana para que llegue el período.
También existen píldoras que sólo contienen progestina, que parece que
no están asociadas al riesgo de desarrollar coágulos de sangre.
Actualmente hay unas nuevas píldoras combinadas que se toman cada día
durante 12 semanas, pero con una frecuencia de la menstruación de una
vez cada 3 meses, en vez de una vez al mes. Esto también se puede hacer
con las píldoras convencionales, tomando las pastillas durante tres meses
sin parar, indicándose que no existen efectos nocivos conocidos de esta
práctica.
Por otro lado, pueden darse efectos secundarios como cambios de humor,
senos sensibles o dolores de cabeza, incluso formación de coágulos de
sangre o cáncer de cuello de útero, pero eso es muy infrecuente. Además,
tampoco protege de las enfermedades de transmisión sexual.
Implante subdérmico
Preservativo masculino
Preservativo femenino
Son parecidos a los masculinos, pero más anchos. Consiste en una bolsa
de plástico delgada, flexible y blanda que se introducen en el interior de
la vagina antes de las relaciones sexuales para evitar que el semen llegue
al útero y disminuir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión
sexual.
Capuchones cervicales
Sin embargo, hay que retirarlo antes de que hagan las 48 horas y proceder
a su correcta limpieza. Son parecidos al diafragma, pero más pequeños,
rígidos y menos perceptibles.
Diafragma
DIU
Es un pequeño dispositivo en forma de “T” que puede ser de cobre o de
plástico, y que se introduce en el útero con la ayuda de un profesional.
Según UW Heath, este método está cada vez es más extendido por ser el
más eficaz controlando la natalidad de forma reversible (más del 99%).
Actualmente son seguros y pueden ser efectivos a muy largo plazo (de 5
a 10 años).
Existen distintos tipos y tamaños. Por ejemplo, los que contienen más
cobre son los que tienen más efectividad protegiendo a la mujer contra el
embarazo.
Ventajas: tiene alta efectividad, no requiere estar atenta a él cada día o
cada vez que se tienen relaciones, ya que se coloca una vez y su acción
puede durar mucho tiempo. Además, ya hacen efecto desde el primer
momento en el que se introduce. En cuanto se retira también se vuelve
enseguida a los niveles normales de fertilidad.
Anillo vaginal
Ventajas: tiene una eficacia del 99%, no requiere estar atento a ello cada
día ni antes de cada relación sexual y puede aliviar los síntomas
premenstruales y el malestar y dolor del período.
Espermicidas
En este método se atiende a los ciclos hormonales para encontrar los días
del mes en los que se es más o menos fértil, aprovechando los días de
poca infertilidad para practicar relaciones sexuales.
Los primeros días después del periodo, la vagina está más seca y casi no
puede percibirse el moco.
Retirada
Además, los jóvenes que solían usar este método también tenían actitudes
hacia el embarazo más positivas que otros, o pensaban que los
preservativos reducían el placer sexual.
MÉTODOS DEFINITIVOS
En la mujer la esterilización se llama LIGADURA DE TROMPAS y en el hombre, VASECTOMÍA.
Son métodos de última elección, apropiados para aquellas parejas que tengan ya hijos e hijas y
que estén completamente seguras que no quieren tener más descendencia.
Estos métodos tienen una eficacia total si están bien hechos, pero son definitivos. No protegen
contra las enfermedades de transmisión sexual ni el SIDA.
A veces, estas infecciones se transmiten por vías que no son sexuales; por ejemplo, de madre a
hijo durante el embarazo o el parto, por transfusiones de sangre o agujas compartidas.
Es posible contraer enfermedades de transmisión sexual de personas que parecen muy sanas y
que, incluso, pueden no saber que tienen la infección. Las ETS no siempre presentan síntomas;
por esta razón, los expertos prefieren el término «infecciones de transmisión sexual» en vez de
«enfermedades de transmisión sexual».
Síntomas
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden presentar una diversidad de signos y
síntomas, o no manifestar síntomas. Por ese motivo pueden pasar desapercibidas hasta que
ocurre una complicación o se le diagnostica la infección a la pareja. Entre los signos y síntomas
que podrían indicar la presencia de una ITS se encuentran:
Fiebre
Los signos y síntomas pueden aparecer a los pocos días después de haber estado expuesto, o
pueden pasar años hasta que se presenten los problemas; depende de cada organismo.
Cuando consideres que ya eres sexualmente activo o a los 21 años; lo que ocurra
primero
Causas
Parásitos (tricomoniasis)
Factores de riesgo
Toda persona sexualmente activa está en riesgo de exponerse, en cierto grado, a una infección
de transmisión sexual. Los factores que pueden aumentar ese riesgo incluyen:
Tener relaciones sexuales sin protección. La penetración vaginal o anal por una pareja
infectada que no usa un preservativo de látex aumenta significativamente el riesgo de
adquirir una ITS. El uso incorrecto o irregular de preservativos también puede
aumentar tu riesgo.
El sexo oral puede ser menos riesgoso, pero aun así las infecciones se pueden transmitir sin el
uso de un preservativo de látex o un protector bucal. Los protectores bucales (piezas delgadas,
cuadradas, de goma, fabricadas con látex o silicona) evitan el contacto piel con piel.
Tener relaciones sexuales con varias parejas. El riesgo es mayor cuando tienes
relaciones sexuales con más cantidad de personas. Así sean parejas simultáneas o
relaciones monogámicas consecutivas.
Tener antecedentes de ITS. Si ya has tenido una ITS es mucho más fácil que tengas
otra.
Hombres que solicitan recetas para medicamentos que tratan las disfunciones
eréctiles. Los hombres que piden a sus médicos recetas para ciertos medicamentos,
como sildenafil (Viagra), tadalafil (Cialis) y vardenafilo (Levitra), tienen mayor riesgo de
contraer una ITS. Si le pides a tu médico alguno de estos medicamentos, asegúrate de
estar informado y tener relaciones sexuales seguras.
Complicaciones
Debido a que, en las primeras etapas de una infección de transmisión sexual, muchas personas
no tienen síntomas, es importante realizarse exámenes para detección de infecciones de
transmisión sexual de modo de evitar complicaciones.
Dolor pélvico
Complicaciones en el embarazo
Inflamación ocular
Artritis
Enfermedades cardíacas
Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer rectal y cervical asociado con el virus del
papiloma humano (VPH)
Prevención
Permanece con una pareja que no esté infectada. Otra forma confiable de evitar las
infecciones de transmisión sexual es tener una relación mutuamente monógama a
largo plazo con una pareja que no esté infectada.
Espera y verifícalo. Evita las relaciones sexuales vaginales y anales con parejas nuevas
hasta que ambos se hayan realizado exámenes para detectar infecciones de
transmisión sexual. El sexo oral es menos riesgoso, pero usa un preservativo de látex o
un protector bucal —un trozo cuadrado y delgado de látex o silicona— para evitar el
contacto directo entre las membranas mucosas orales y genitales. Ten en cuenta que
no existe ningún buen examen para detección de herpes genital para cualquier tipo de
sexo, y el examen para detección del virus del papiloma humano (VPH) no está
disponible para hombres.
No se recomiendan los preservativos hechos con membranas naturales, ya que no son tan
eficaces para prevenir las infecciones de transmisión sexual. Ten en cuenta que, si bien los
preservativos reducen el riesgo de exposición a la mayoría de las infecciones de transmisión
sexual, proporcionan un menor grado de protección para las infecciones de transmisión sexual
relacionadas con las úlceras genitales expuestas, como el virus del papiloma humano (VPH) o
herpes. Además, los métodos anticonceptivos que no son de barrera, como los anticonceptivos
orales o los dispositivos intrauterinos, no protegen contra las infecciones de transmisión
sexual.
Cuando se lo utiliza para ayudar a prevenir la infección por VIH, Truvada es adecuado
únicamente si el médico está seguro de que no tienes una infección por VIH.
El médico también debería realizar exámenes para detectar infección por hepatitis B. Si no
tienes hepatitis B, el médico podrá recomendarte la vacuna contra la hepatitis B, si aún no la
recibiste. Si tienes hepatitis B, el médico debería revisar el funcionamiento de tus riñones
antes de recetar Truvada.
Debes tomar Truvada a diario, según la indicación médica, y deberás realizarte análisis de
seguimiento para VIH y la función renal cada algunos meses. Debes utilizar Truvada
únicamente junto con otras estrategias de prevención, como el uso del preservativo cada vez
que tienes relaciones sexuales