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Mensaje

Pierluisi 2020
Teatro Taboas - Manatí, Puerto Rico
17 de noviembre de 2019

¡Buenas tardes!
Me presento ante ustedes motivado por mi gran compromiso con Puerto Rico.

Agradezco a todos por decir presente y acompañarme hoy, al igual que a todos aquellos que
me escuchan a través de las redes, la radio y la televisión.

Decidí venir a Manatí, la Atenas de Puerto Rico, porque nuestra isla es mucho más que solo
el área metropolitana, y aquí tenemos un perfecto ejemplo de nuestro potencial como pueblo
en las artes, las ciencias, los deportes, la manufactura, el cuidado de la salud, el comercio y la
agricultura, áreas clave para el futuro de Puerto Rico.

Vengo de una familia trabajadora, de un hogar en el que ser servidor público se considera un
honor, y en el que velar por el bienestar de nuestro pueblo es una responsabilidad.

A mis 60 años, al repasar mi vida, veo que he podido lograr un buen balance entre cuidar a
mi familia, ejercer mi profesión y decirle presente a Puerto Rico.

La lucha por la igualdad me llamó desde joven en la universidad, me llevó a trabajar en la
oficina del Comisionado Residente Baltasar Corrada del Río mientras estudiaba derecho en
Washington, y me motivó a regresar a la isla para criar a mis hijos aquí, como muchos
boricuas en los estados quisieran hacer ahora. Entre mis años laborando como abogado, le
he servido a Puerto Rico en dos ocasiones, un cuatrienio como Secretario de Justicia y ocho
años como Comisionado Residente.

Cuando aspiré anteriormente a la gobernación lo hice convencido de que tengo la capacidad,
la experiencia y las relaciones en Washington para continuar haciendo una diferencia en
beneficio de nuestra gente.

Este pasado verano, luego de casi dos años de una lenta recuperación del impacto del
huracán María y golpeados por nuevos casos de corrupción y la conducta inapropiada de
varios altos funcionarios del gobierno, nuestro pueblo dijo presente y se hizo escuchar.

Esa renovada participación ciudadana se tradujo en un nuevo Puerto Rico que nos llama a
transformarnos. Atrás quedaron los tiempos de una ciudadanía apática o pasiva.
Ahora, esa energía y esa pasión viene a exigirle al gobierno que le responda, y que, en
toda propuesta y acción, le tenga presente.

En esos días de gran turbulencia política y social, salí de la comodidad de mi vida privada y
le dije presente a mi pueblo. Me honró recibir el apoyo de nuestra gente y en pocos días pude
sentar un tono de paz y tranquilidad. Consciente de que ya no estamos en el mismo Puerto
Rico, decidí escuchar al pueblo, auscultar lo que quiere y validar el llamado que he recibido
para regresar a servirle a Puerto Rico.

Desde el mes de septiembre he visitado más de la mitad de los municipios de la isla. He
compartido con comerciantes, agricultores, servidores públicos, funcionarios electos y miles
de puertorriqueños que han dicho presente para conversar conmigo en panaderías,
cafeterías, negocios, plazas y en sus hogares.

Es claro que todos tenemos unas metas comunes. Queremos que nuestro gobierno nos
tenga presente y nos ponga primero. Aspiramos a un nuevo Puerto Rico donde la
economía crezca, donde nuestra gente se sienta segura y pueda vivir digna y
plenamente, donde se agilice la reconstrucción, donde haya responsabilidad fiscal sin
necesidad de una Junta, donde tengamos un gobierno que esté libre de señalamientos,
y donde logremos la igualdad que solo garantiza la Estadidad.

Poco a poco iré expandiendo en todos los temas, pero hoy quiero compartir con ustedes un
corto resumen de mi visión para Puerto Rico, la cual está enfocada en el desarrollo
económico, una buena calidad de vida, responsabilidad fiscal, un gobierno limpio, sensible y
eficiente, y la lucha por la Igualdad.

DESARROLLO ECONÓMICO

El desarrollo económico es el punto de partida del futuro para nuestra isla. Lograr una
economía sostenible que genere las oportunidades y los empleos que necesitamos tiene la
más alta prioridad. Tenemos que maximizar el gran potencial que tiene Puerto Rico.
Esto requiere insertarnos de lleno en la economía de Estados Unidos y, al mismo
tiempo, enfocarnos en la internacionalización de Puerto Rico, haciendo realidad que
seamos el Puente de Estados Unidos a las Américas.

Vamos a aprovechar todos los beneficios que tenemos por ser parte de la economía
americana, como las Zonas de Oportunidad, los programas federales de apoyo al comercio y
mejoras a la infraestructura, el creciente mercado hispano para nuestros productos y
servicios, la habilidad de aumentar el turismo desde los estados a Puerto Rico, y el
redesarrollo de Roosevelt Roads.

Asimismo, el Gobierno de Puerto Rico tiene que trabajar en equipo con la Comisionada
Residente Jenniffer González para agilizar el apoyo necesario del gobierno federal para
reconstruir a Puerto Rico.

Pero tenemos que ir más allá, diversificando y modernizando nuestra economía,
continuando el apoyo a la manufactura, incentivando la agricultura y fomentando el
crecimiento de industrias emergentes como la robótica, la inteligencia artificial, el mercado
de apuestas electrónicas, y la ciberseguridad. Invest Puerto Rico y las organizaciones
profesionales deben integrarse mejor para que Puerto Rico esté presente en sectores
estratégicos y mercados probados, para convertir a la isla en un centro mundial de oficinas
corporativas centrales y para promover la internacionalización de Puerto Rico, exportando
nuestros productos y servicios a todo el mundo.

Promocionar a Puerto Rico es también importante para el crecimiento del sector de turismo
y la economía del visitante. Tenemos que aumentar el número de visitantes a nuestra isla, y
extender la duración de esas visitas en todas las modalidades del turismo, incluyendo los
cruceros y las estadías en hoteles, paradores y propiedades de alquiler a corto plazo. La
integración efectiva del DMO, la Compañía de Turismo, la empresa que administra el
aeropuerto y todo el ecosistema que apoya este importante sector es la clave para lograr un
éxito medible.

De esta tierra 100 x 35 provienen cientos de profesionales, deportistas y artistas cuyo éxito
recorre el mundo entero. Igual que ellos se han destacado individualmente en sus
respectivas áreas, Puerto Rico tiene que destacarse como destino para invertir, visitar,
residir y al cual regresar.

En estas pasadas semanas he compartido con cientos de pequeños y medianos comerciantes
por toda la isla, y todos resaltan las dificultades que sufren a diario para ser exitosos, como
resultado de la burocracia, los permisos y los cambios contributivos. Lo que va a ayudar a
los pequeños y medianos comercios es facilitarles sus negocios y reducirles sus costos de
administración, por lo que tenemos que llevar a cabo una reingeniería real de cómo hacer
negocios en Puerto Rico. ¡Basta ya de escuchar que somos deficientes en uno u otro
renglón! Es hora de estar presente entre los primeros.

El Departamento de Desarrollo Económico tiene que darle la mayor atención a ejecutar las
reformas necesarias, emulando jurisdicciones como India, que adelantó sobre 60 posiciones
en los índices de competitividad del Banco Mundial, en cuestión de cinco años. No hay que
reinventar la rueda, solo hay que hacerlo, sin excusas.

Ahora bien, un desarrollo económico sostenible es el que protege nuestro ambiente y
combate las causas del cambio climático. Vivimos en una isla de belleza incomparable, y
tenemos que cumplir con nuestro compromiso de defender y mitigar los daños a nuestras
costas y playas, promover el redesarrollo de cascos urbanos minimizando el impacto en
terrenos verdes, propiciar la generación de energía renovable y eliminar el uso de los
combustibles fósiles como el petróleo y el carbón.

Los que tenemos la bendición de vivir en esta Isla tenemos el deber moral de cuidarla
con mucho recelo para que las próximas generaciones también gocen del privilegio de
llamarla su hogar.

La belleza de nuestra isla es un gran recurso, pero nuestro mejor activo es nuestra
gente. Por eso hay que invertir en capacitar nuestro capital humano. Dondequiera que voy,
nuestros jóvenes lo que piden son mejores oportunidades para echar pa’lante: los
emprendedores buscan una mano con el capital para crear su propio negocio, y los recién
graduados buscan una primera experiencia de trabajo para progresar. Potenciemos el
empresarimo, propiciemos las primeras experiencias de empleo en el servicio público
y la empresa privada, y logremos que nuestros jóvenes se queden aquí y que regresen
los que están fuera.

Nuestra población envejeciente es también un valioso recurso con el potencial de
aportar a nuestra economía y a nuestra sociedad. Florida se nutre de su población
retirada y Puerto Rico tiene mucho que ofrecer a nuestros envejecientes. Un desarrollo
económico multisectorial garantiza un futuro próspero para todo nuestro pueblo, el joven y
el no tan joven.

CALIDAD DE VIDA

Aparte de toda iniciativa de desarrollo económico, tenemos que asegurar que Puerto
Rico sea el mejor lugar para vivir, estudiar, trabajar, invertir, criar una familia y
retirarse. Aspiramos a una calidad de vida comparable a la de los estados, que es a donde se
mudan la mayoría de nuestros hermanos puertorriqueños en busca de más oportunidades.
Lo que une a los boricuas que me cruzaba cada vez que iba y venía de Washington, es ese
deseo de regresar a casa con sus familias.

Los principales componentes de una calidad de vida digna son la seguridad, la salud,
la educación, y la atención y protección de los sectores necesitados y vulnerables.
Éstos son los servicios esenciales de verdad y representan la misión primordial del
gobierno.

Eso es lo básico, y tenemos que hacer bien lo básico, antes que todo lo demás.

Sentirnos seguros en nuestro entorno es lo que todos queremos.
Desde mis años como Secretario de Justicia en los 90, la seguridad siempre ha sido una
prioridad. Fue entonces cuando comenzamos los acuerdos entre las agencias de ley y orden
federales y estatales. En el Congreso, trabajé duro para aumentar los recursos federales en
la isla, porque nuestra seguridad es una responsabilidad compartida con el gobierno federal.
Ese trabajo en conjunto tiene que continuar y mejorar.

La pieza clave sigue siendo el apoyo a nuestros servidores del orden público, quienes ya
están recibiendo un significativo aumento salarial y se merecen un retiro digno que incluya
el Seguro Social. Asimismo, en un Puerto Rico seguro no puede existir la impunidad, por lo
que tenemos que darle mayor prioridad al esclarecimiento de crímenes, reasignando los
recursos necesarios a las unidades investigativas.

Necesitamos crear una cultura de respeto a la vida y a la dignidad humana. Como
pueblo tenemos que unirnos en contra de la violencia, en particular contra la violencia
doméstica, el maltrato de menores y envejecientes, y también el maltrato a los
animales. Unidos, las agencias del gobierno, la academia, las instituciones sin fines de lucro
y de base de fe, el comercio y la ciudadanía en general, tenemos que atacar la violencia en
todos los frentes.

Más aún, para tener paz y sosiego, no puede haber espacio para el discrimen. Los derechos
nos cobijan a todos, sin importar género, raza, edad, culto, orientación sexual, o procedencia.
La dignidad humana es inviolable. Y no es cuestión de mera tolerancia. Es cuestión
de respetar a los demás y respetar la diversidad.

Por otro lado, el acceso a buenos servicios de salud es una pieza central para nuestra calidad
de vida. En primer lugar, tenemos que continuar la lucha en Washington para asegurar los
fondos necesarios para cumplir con la salud de nuestra gente. Nuestra Comisionada
Residente ha dado una batalla valiente. Todos tenemos que apoyar sus gestiones para evitar
el precipicio fiscal de los fondos de Medicaid.

Pero no es sólo procurar más fondos. Un sistema de salud de primera requiere apoyo a la
clase médica y a los demás proveedores de salud. Tenemos que establecer un sistema de
tarifas razonables, tenemos que fiscalizar los servicios y los planes médicos, tenemos que
propiciar la contratación directa de grupos médicos y tenemos que darle énfasis a la salud
mental de nuestro pueblo.

Además, el Departamento de Salud tiene que llevar la voz cantante en los temas de
prevención, turismo médico, residencias médicas y telemedicina a través de toda la isla,
incluyendo en Vieques y Culebra.

Un pueblo saludable es nuestra mejor apuesta al futuro, y la educación es la clave del
éxito.

Le fallamos al futuro cuando nuestros niños no logran recibir una educación de
excelencia en el presente. Nuestros educadores necesitan apoyo total, y los estándares
académicos tienen que elevarse de inmediato.

Una población bilingüe es una población exitosa en la economía global. Todos
nuestros hijos tienen que aprender inglés, pero igual de importante es que dominen
el español.

Asimismo, la enseñanza de ciencias, matemáticas y tecnología tiene que mejorar, porque el
enfoque tiene que ser la calidad de la educación. Debemos continuar expandiendo las
escuelas Montessori, las escuelas especializadas y las escuelas vocacionales. Y es
indispensable establecer mejores estrategias para cumplir con nuestra población de
educación especial, aprovechando al máximo todos los fondos federales que tenemos
disponibles para ello.

También es necesario enfocarnos en retener y atraer maestros de difícil reclutamiento,
proveerles el debido adiestramiento a nuestros educadores y procurar intercambios de
maestros con estados hispanos y con organizaciones como Teach for America. En esto, la
Universidad de Puerto Rico tiene que ser el principal aliado del Departamento de Educación,
utilizando sus recursos para suplir necesidades del Departamento sin recurrir a tanto
contratista externo.

En estos tiempos en que la mayoría de las madres y los padres tienen que trabajar, no
debemos estar soltando a nuestros hijos a la calle a las tres de la tarde. Nuestras escuelas
deben ofrecer horario extendido con estudios supervisados, tutorías, las artes y deportes,
mientras los maestros participantes reciben un diferencial. Ya hay programas similares en
algunos municipios que deben continuar, al tiempo que integramos los esfuerzos del
gobierno con el apoyo de las instituciones sin fines de lucro para atender a nuestros niños.

La educación es un área en la que podemos exportar servicios e internacionalizarnos, en
particular en la Universidad de Puerto Rico, ya que puede atraer más estudiantes de fuera de
la isla, ofrecer clases por internet, y proveer profesores visitantes a otras instituciones
educativas del exterior.

Si queremos un Puerto Rico de futuro, tenemos que poner la acción en la educación
del presente.

Ahora bien, la valía de los pueblos se mide de acuerdo a cómo se tratan a los menos
afortunados. Atacar la pobreza infantil y sus causantes, proveer asistencia a madres
solteras, aumentar las ofertas de cuido de niños, servir a los discapacitados, proteger a
nuestros envejecientes y honrar a nuestros veteranos son también prioridades básicas y
servicios esenciales.

RESPONSABILIDAD FISCAL CON PRIORIDADES CLARAS

Todos queremos un nuevo Puerto Rico con sus finanzas en orden y sin Junta de
Supervisión Fiscal. La mejor forma de salir de la Junta es demostrándole a nuestro
pueblo, al Congreso y a todo el mundo que no hay razón para una Junta.

Tenemos un Plan Fiscal que hay que mejorar, pues es necesario cantárselas a la Junta para
revertir recortes irrazonables, garantizar los servicios que ofrecen los municipios y
estabilizar la Universidad de Puerto Rico. Acabemos de poner al día los estados financieros
del gobierno, instituyamos las mejores prácticas de contabilidad, y justifiquemos todo gasto
público a base de su necesidad y eficacia. Cuando concluya el proceso de la quiebra y del
ajuste de la deuda pública, solo tendremos que balancear nuestros presupuestos de
forma real y transparente para salir de la Junta.

GOBIERNO LIMPIO Y EFICIENTE

Enfocando todo gasto en nuestras prioridades, lograremos eliminar todo exceso o
despilfarro del dinero del pueblo para lograr un gobierno limpio. ¡Basta ya de corrupción!
El germen de la corrupción ataca particularmente en el área de contratos.

Tenemos que reformar totalmente el proceso de contratación pública. Primeramente,
seamos más específicos al prohibir donativos políticos que puedan estar directa o
indirectamente relacionados al otorgamiento de contratos del gobierno. Es hora de
que empleados, propietarios o representantes de cualquier entidad que esté
proponiendo ser contratada por una instrumentalidad del gobierno no puedan hacer
donativos políticos. ¡Punto y se acabó!

Todo contrato, incluyendo contratos de servicios profesionales, debe surgir de un
proceso totalmente transparente y competitivo. Cada peso que gastemos en un contrato
tiene que estar justificado y todo contrato de consultoría tiene que requerir el traspaso de la
información y conocimiento al personal de la agencia concernida. No debemos contratar
consultores para labores que puedan rendir nuestros empleados públicos a menor
costo. La meta es reducir dramáticamente la contratación externa del gobierno. Si
alguien quiere trabajar para el gobierno, que sea empleado y que se ajuste al salario
establecido en ley. Con el dinero del pueblo no se juega.

Tenemos que darles mayor atención a los servidores públicos. En años recientes ha habido
una marcada reducción en el número de empleados públicos y, en busca de ahorros, el
gobierno ha incentivado el retiro voluntario de empleados de todas las agencias. A pesar de
que eso ha conllevado ahorros, el resultado ha sido que muchas agencias hoy carecen de
personal clave, que muchos empleados se tienen que mover a posiciones sin el debido
entrenamiento y que la memoria institucional del gobierno ha desaparecido. Esto afecta
tanto a los ciudadanos como a los negocios que necesitan servicios eficientes.

El gobierno de Puerto Rico necesita una fuerza laboral profesional, preparada y bien
remunerada. Ya hemos perdido demasiados empleados públicos. Lo que necesitamos
hacer es apoyar, adiestrar, y remunerar adecuadamente a los que tenemos y reclutar a los
que nos hacen falta. Un nuevo orden en la empleomanía gubernamental y el mejor uso de la
tecnología es lo que necesita nuestro gobierno para ejecutar su misión de forma eficaz y sin
espacio para la corrupción. La profesionalización del servicio público es lo que nos va a
ayudar a mejorar al gobierno.

Tengamos presente que, para cumplir con nuestro pueblo, más allá de planificar, hay
que ejecutar.

IGUALDAD

Hoy más que nunca, el mundo entero exige la igualdad. Siempre he denunciado que nuestro
estatus colonial es la causa principal de la crisis socioeconómica que sufre nuestra isla. Las
dificultades que estamos enfrentando en obtener la ayuda que nos corresponde para
recuperarnos del huracán María son un ejemplo patente de cómo nos perjudica la
desigualdad política, la falta de representación democrática en la toma de decisiones en el
Congreso y la falta del voto presidencial.

Creo firmemente que la Estadidad es la mejor opción de estatus para Puerto Rico. La
Estadidad es una, y hay 50 ejemplos que emular.

Un referéndum Estadidad “SÍ o NO” en una papeleta aparte en el proceso eleccionario es una
acción clara y sencilla que no hay forma de tergiversar. Los que quieren la Estadidad votan
SÍ y los que están en contra votan NO.

La discusión eterna de este tema nos limita como pueblo. Vamos a solucionar, de una
vez y por todas, el problema del estatus.

PIERLUISI PRESENTE

Amigas y amigos que me acompañan. Es mucho lo que hay que hacer. Vivimos en tiempos
distintos, en momentos históricos que nos requieren evolucionar, y en circunstancias que
nos exigen transformación. Estos pasados tres meses han sido de mucha reflexión para mí.
He escuchado el llamado de nuestro pueblo para servir. Y también he escuchado y
entendido los reclamos de nuestra gente para que hagamos las cosas de forma
diferente y efectiva.

Ustedes me conocen. Soy una persona sensible, prudente y pragmática en mis
decisiones. Mi naturaleza, la que heredé de mis padres, me ayuda a escuchar y
analizar diferentes puntos de vista e intereses encontrados, para tender puentes en
vez de construir barreras, para buscar el balance y la reconciliación, que es
indispensable en estos tiempos de tanta polarización.

Respetando las diferencias y enfocándonos en nuestras metas comunes vamos a
poner la casa en orden para que cada hijo de nuestra patria progrese.

Hoy con mucha humildad les agradezco profundamente su apoyo.
¡Y hoy con una gran responsabilidad sobre mis hombros
Y con mucha pasión y compromiso, les digo PRESENTE
para ser el próximo gobernador de Puerto Rico.
¡Que Dios bendiga a Puerto Rico!

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