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Allan R. Brewer-Carías
Profesor de la Universidad Central de Venezuela
SUMARIO
I. La Constitución de 1999 y las propuestas de “reforma constitucional” de junio de 2007 las cuales
implican, en realidad, una “transformación del estado y la creación de un nuevo ordenamiento ju-
rídico” … p. 2
II. Los cambios en los principios fundamentales de la organización del Estado: del Estado federal
democrático y social de derecho al Estado socialista centralizado … p. 7
III. Los cambios en el sistema político: de la democracia representativa a la supuesta participación po-
pular conducida por el Poder Central… p. 27
IV. Los cambios en la forma del Estado: de la federación centralizada a la centralización total del Esta-
do… p. 41
VI. Los cambios en el régimen de los derechos humanos: De un Estado garantísta de derechos indivi-
duales a un Estado policial… p. 90
VII. Los cambios en la Constitución social: de un Estado social a un Estado socialista… p. 111
VIII. Los cambios en la Constitución económica: de un Estado social y promotor de economía mixta, a
un Estado socialista, de economía estatal centralizada y confiscatoria… p. 126
2
tas que se formulan en materia de protección y garantía de derechos humanos,
se lo configura como un Estado Policial; todo lo cual implica la creación de
un nuevo ordenamiento jurídico, que conforme a lo indicado en el artículo 347
de la Constitución, sólo podría efectuarse mediante el mecanismo de una
Asamblea Nacional Constituyente.
Las reformas que se proponen en el documento mencionado de junio de
2007, aún cuando de contenido parcial, definitivamente no consisten en “una
revisión parcial de la Constitución y la sustitución de una o varias de sus nor-
mas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto
Constitucional” lo que pudiera realizarse mediante el mecanismo de la refor-
ma constitucional conforme al artículo 342 de la Constitución; sino que, como
se dijo, buscan implementar una radical transformación del Estado.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela fue sanciona-
da por la Asamblea Nacional Constituyente en 1999, y luego de aprobada me-
diante referendo popular del 15 de diciembre de 1999, fue proclamada por la
Asamblea Nacional Constituyente el 20 de diciembre de 1999, entrando en
vigencia el 30 de ese mismo mes y año, fecha de su publicación en la Gaceta
Oficial (Gaceta Oficial Nº 36.860 de 30-12-99). Dicha Constitución, lamenta-
blemente, en su momento no ejecutó la transformación del Estado que se re-
quería para perfeccionar la democracia, y que imponía la necesidad de reem-
plazar el Estado centralizado de partidos que estaba y sigue estando en crisis
terminal, por uno de carácter efectivamente descentralizado y participativo. La
Constitución de 1999, a pesar de que denominó al Estado como “Federal des-
centralizado” (art. 4), no logró superar el esquema centralista de la Constitu-
ción de 1961, quedando con Estados federados minimizados políticamente, sin
recursos tributarios propios, que se le quitaron totalmente, y con entes legisla-
tivos regionales que no pasaron de ser las viejas y tradicionales Asambleas
Legislativas pero con otro nombre y ahora reguladas y sometidas al Poder
Nacional.
El centralismo del Estado en la Constitución de 1999 resultó agravado
con la eliminación del Senado, institución que hubiera podido permitir una
representación igualitaria de los Estados para participar en la formulación de
las políticas nacionales; y con la eliminación efectiva de la descentralización
política como condición para el perfeccionamiento de la democracia, tarea que
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quedó pospuesta, defraudándose así al país en su conjunto. Ese centralismo
de Estado, en todo caso, se ha acentuado en la práctica política de los últimos
siete años, y se pretende ahora constitucionalizar definitivamente con las Pro-
puestas de reforma 2007.
Pero no sólo en 1999 no se superó el centralismo del Estado, sino que la
Asamblea Constituyente no cambió nada en relación con la partidocracia, es
decir, el sistema conforme el cual los partidos políticos han ejercido el mono-
polio de la representación popular y de la participación política. Lo único que
se aprobó en esta materia en 1999, fue la eliminación de la denominación
“partidos políticos” del texto constitucional, pero con un claro objetivo hege-
mónico del partido de gobierno, pasar del Estado democrático multipartidista
de antaño hacia un Estado de partido único, cuya estructuración, en 2007, ha
comenzado a ser incluso una tarea del Estado mismo, produciéndose una im-
bricación total entre el Estado y el partido de gobierno. Todo ello también se
busca acentuar e institucionalizar en las Propuestas de reforma 2007, me-
diante la supuesta organización de la población para la participación en los
Consejos Comunales, que son instituciones sin autonomía política alguna,
controlados desde la Jefatura del gobierno y cuyos miembros no son electos
por votación universal, directa y secreta, y para cuyo funcionamiento, el ins-
trumento preciso es el partido único.
Pero al centralismo de Estado y a la partidocracia de Estado, en la Consti-
tución de 1999 se agregó una concepción con acento estatista en el sistema
socio económico, que choca con las ideas de libertad y solidaridad social que
se proclaman en la propia Constitución, sentando las bases para que el Estado
sustituya a la propia sociedad y a las iniciativas particulares, minimizándose-
las. Esta es, además, en materia del sistema económico, la orientación que se
busca reforzar en las Propuestas de reforma 2007, en las cuales se busca es-
tablecer un Estado socialista, donde la propiedad y la iniciativa privada des-
aparecen, dándosele al Estado la propiedad de los medios de producción, la
planificación centralizada y la posibilidad de confiscar bienes de las personas
materialmente sin límites.
En esta forma, siete años después de la sanción de la Constitución de
1999, el mismo Presidente de la República que en aquél momento motorizó la
concepción y sanción de dicha Constitución a través de sus seguidores quienes
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controlaron totalmente la Asamblea Constituyente; en enero de 2007 ha anun-
ciado el propósito de cambiar de nuevo la Constitución de 1999, pero con el
objeto, de transformar, ahora si radicalmente, el sistema político constitucional
venezolano, estableciendo un Estado del Poder Popular, como Estado So-
cialista, de economía estatal y centralizada, y un Estado Policial, lo que es
contrario al Estado social y democrático de derecho, de economía mixta y ga-
rantizador de los derechos humanos que reguló la Constitución de 1999. Con
las reformas propuestas, materialmente desaparece la democracia represen-
tativa y las autonomías político territoriales, sustituyéndosela por una su-
puesta democracia “participatíva y protagónica” controlada total y centraliza-
damente por el jefe de Estado, en la cual queda proscrita toda forma de des-
centralización política y autonomía territorial.
Las Propuestas de reforma constitucional 2007, como se dijo, a pesar
del signo de la confidencialidad que fue impuesto en el propio decreto de
creación de la Comisión Presidencial que las elaboró, han comenzado a circu-
lar, aún cuando parcialmente, en junio de 1999. Nuestro propósito en estas
notas, es analizar el sentido y alcance de estas propuestas de reforma (con el
riesgo, por supuesto de que se niegue su autenticidad, por el pacto de confi-
dencialidad conforme al cual se han elaborado), lo cual haremos confrontán-
dolas, en cada caso, con los aspectos más relevantes del texto constitucional
de 1999, precisamente para entender lo que se está proponiendo.
El documento de Propuestas de reforma que ha circulado en junio de
2007, en efecto, contiene propuestas de reforma sobre un número considerable
de artículos (12, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, , 24, 25, 28, 29, 31, 35,
36, 44, 47, 50, 52, 55, 57, 59, 60, 61, 62, 67, 65, 70, 71, 72, 73, 74, 79, 81, 83,
84, 85, 86, 87, 89, 90, 96, 98, 99, 100, 102, 103, 104, 106, 108, 109, 110, 111,
113, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 126, 127, 128, 129, 133, 140,
141, 143, 148, 149, 150, 152, 153, 156, 159, 160, 162, 163, 164, 165, 166,
168, 174, 175, 176, 178, 179, 181, 183, 184, 185, 187, 186, 188, 189, 191,
192, 193, 198, 206, 207, 208, 209, 211, 212, 222, 223, 224, 225, 226, 229,
230, 231, 232, 233, 236, 237, 238, 239, 240, 241, 242, 243, 246, 253, 254,
255, 258, 259, 260, 261, 262, 263, 264, 265, 266, 267, 268, 269, 270, 271,
272, 279, 280, 284, 285, 287, 288, 289, 290, 291, 293, 294, 295, 296, 297,
299, 300, 301, 302, 303, 304, 305, 306, 307, 310, 311, 312, 313, 314, 315,
5
316, 317, 318, 320, 337, 338, 341, 342, 344, 348 y 350); indicándose además,
aquellos respecto de los cuales no se propone reforma alguna (1, 2, 14, 26, 27,
30, 34, 37, 43, 45, 46, 51, 53, 54, 56, 58, 63, 64, 66, 68, 69, 75, 80, 82, 88, 97,
101, 105, 107, 112, 130, 131, 132, 134, 137, 138, 139, 142, 144, 145, 151,
154, 155, 161, 205, 210, 227, 228, 234, 235, 244, 245, 247, 248, 249, 250,
251, 252, 256, 257, 273, 278, 281, 282, 283, 286, 292, 298, 308, 309, 340,
343, 45, 346, 347 y 349).
En dicho documento, sin embargo, se omite toda referencia sobre los que
quizás son los artículos más importantes de la Constitución (3, 4, 5, 6, 7, 8, 9,
10, 11,32, 33, 38, 39, 40, 41, 42, 48, 49, 76, 77, 78, 91, 92, 93, 94, 95, 122,
123, 124, 125, 135, 136, 146, 147 157, 158, 169, 170, 171, 172, 173, 177,
180, 182, 190, 193, 194, 195,197, 199, 200, 201, 202, 203, 204, 213, 214,
215, 216, 217, 218, 219, 220, 221, 269, 274, 275, 276, 277, 319, 321, 322,
323, 324, 325, 326, 327, 328, 329, 330, 331 332, 333, 334, 335, 336 y 339), lo
que hace presumir que los mismos seguramente también serán objeto de pro-
puestas de reforma, que aún no se han terminado de elaborar o que todavía no
se quiere anunciar.
A continuación, por tanto, analizaremos las propuestas de reforma que se
han formulado y que han circulado al público; dejando para una ocasión poste-
rior el análisis de las propuestas que se formulen de los otros artículos por
ahora no mencionados.
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II
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co que estableció el Presidente de la República y que, como partido político,
pretendió funcionar con el nombre de “Movimiento Bolivariano 200”, deno-
minación que tuvo que ser cambiada por exigencias de la Ley Orgánica del
Sufragio. El partido del Presidente de la República entonces era y es el “parti-
do bolivariano” que se pretendió incluso consolidar como “partido militar”,
imponiéndose como nombre de la República.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
La Propuesta de reforma 2007 sigue la línea de incorporar el “bo-
livarianismo” como doctrina del Estado en varias normas, cuando en la
Constitución de 1999 sólo se hacía referencia al tema en el artículo 107,
al referirse a la obligatoriedad de la enseñanza en las instituciones pú-
blicas y privadas, hasta el ciclo diversificado, de los principios del idea-
rio bolivariano.
En la Propuesta de reforma, en el artículo 152 sobre las relaciones
internacionales de la República, se propone agregar que ellas además de
regirse por los principios que indica la Constitución de 1999: “princi-
pios de independencia, igualdad entre los estados, libre determinación y
no intervención en sus asuntos internos, solución pacífica de los conflic-
tos internacionales, cooperación, complementación, respeto de los dere-
chos humanos y solidaridad entre los pueblos en la lucha por su emanci-
pación y el bienestar de la humanidad, en primer término “se rigen por
la Doctrina Bolivariana” y además, por “la consolidación de un mundo
pluripolar”.
Además, el bolivarianismo se instituye en la Fuerza Armada Nacio-
nal al punto de proponerse el cambio por su denominación, por el de Fuerza
Armada Bolivariana (Arts. 236,6; 266,3; y 291).
8
la República Federal de Alemania (art. 20,1).
La idea de Estado social es la de un Estado con obligaciones sociales, de
procura de la justicia social, lo que lo lleva a intervenir en la actividad econó-
mica y social, como Estado prestacional. Tal carácter social deriva principal-
mente del valor fundamental de la igualdad y no discriminación que deriva del
Preámbulo y del artículo 1º de la Constitución, que además de derecho funda-
mental (art. 21) es el pilar de actuación del Estado (art. 2); y de la declaración
del principio de la justicia social como base del sistema económico (art. 299).
El Estado democrático, es el que fundamenta toda la organización políti-
ca de la Nación en el principio democrático. Ello deriva también del Preámbu-
lo (sociedad democrática) y de los artículos 2, 3, 5 y 6 de la Constitución. El
primer valor, por tanto, del constitucionalismo es la democracia, quedando
plasmado el Estado democrático en los principios fundamentales del texto
constitucional, comenzando por la forma de ejercicio de la soberanía mediante
mecanismos de democracia directa y de democracia representativa.
El Estado de derecho es el Estado sometido al imperio de la Ley como lo
señala el Preámbulo, es decir, el Estado sometido a la legalidad. Ello deriva no
sólo del principio de la supremacía constitucional consagrado en el artículo 7
y del sometimiento de los órganos del Poder Público a la Constitución y las
leyes (art. 137), sino de los sistemas de control de constitucionalidad (arts. 334
y 336) y de control contencioso-administrativo (art. 259) que constituyen la
garantía de la Constitución.
Por último, el Estado de justicia es el Estado que tiende a garantizar la
justicia por encima de la legalidad formal, estableciendo no sólo el valor justi-
cia en el Preámbulo y en el artículo 1º, sino regulando expresamente el dere-
cho de acceso a la justicia y a la obtención de una tutela efectiva de los dere-
chos e intereses de las personas, organizando unos tribunales que deben garan-
tizar una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autóno-
ma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebi-
das, sin formalismos o reposiciones inútiles (art. 26).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Aún cuando se desconoce la propuesta de reforma del artículo 2 de
la Constitución, debe indicarse que las Propuestas de reforma 2007 es-
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tán imbuidas con la idea de consolidar un Estado Socialista, que cam-
biaría radicalmente las bases del Estado social y democrático de dere-
cho y de justicia.
Entre las Propuestas conocidas de reforma en este sentido se desta-
ca la referencia a la propuesta de reforma del artículo 62 sobre la parti-
cipación del pueblo en el proceso de definición y ejecución de la gestión
pública y en el control y evaluación de sus resultados, lo que “constituye
la esencia del ejercicio directo de la soberanía por parte del pueblo y de
su protagonismo en función del desarrollo social integral para la cons-
trucción de la sociedad socialista”.
En la propuesta de reforma del artículo 70 se precisan los “medios
de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio directo de su so-
beranía, para la construcción del socialismo”.
En la propuesta de reforma del artículo 113 sobre la prohibición de
los monopolios, se indica que ello es “en aras de materializar los princi-
pios de la economía socialista y humanista”.
En la propuesta de reforma del artículo 299, sobre los principios
del régimen socioeconómico de la República, se indica que su objetivo
general es “asegurar el establecimiento de una sociedad socialista que
propenda al desarrollo humano integral y una existencia digna y prove-
chosa para la colectividad”.
En la propuesta de reforma del artículo 300 que se refiere a la
creación de empresas públicas, en lugar de que las mismas realicen “ac-
tividades sociales o empresariales” como indica la Constitución de 1999,
se busca regularlas sólo “para la promoción y realización de los fines de
la economía socialista”.
En la propuesta de reforma del artículo 316 sobre el sistema tribu-
tario, al regularse el principio de la progresividad se dispone que su ob-
jetivo es que “paguen cualitativa y cuantitativamente más tributos quie-
nes mayores niveles de egresos y patrimonios posean, todo bajo la óptica
de la solidaridad y el modelo tributario socialista”.
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territorial
Grandes esfuerzos se hicieron en la materia, pero la reforma y profundi-
zación de la descentralización política como forma de perfeccionar la demo-
cracia que debió ser el tema central del debate constituyente, no pasó del no-
minalismo expresado tanto en el Preámbulo como en el artículo 4 que precisa
que “La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentrali-
zado en los términos consagrados por esta Constitución”; fórmula más o me-
nos similar a la del artículo 2 de la Constitución de 1961 que decía que “La
República de Venezuela es un Estado federal, en los términos consagrados por
esta Constitución”. En la Constitución de 1999, sin embargo, se constituciona-
lizaron aspectos ya establecidos en la Ley Orgánica de Descentralización, De-
limitación y Transferencia de Competencias del Poder Público de 1989, que
ya tenía rango de ley constitucional en lo que se refería a la transferencia a los
Estados de competencias del Poder Nacional; y a lo largo de su articulado se
coló la impronta descentralizadora. Por ejemplo, en el artículo 6, al calificarse
al gobierno de la República, se dispone que “es y será siempre democrático,
participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y
de mandatos revocables”.
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poder a la población y creando las mejores condiciones, tanto para el ejercicio
de la democracia como para la prestación eficaz y eficiente de los cometidos
estatales” (art. 158). Por ello, el artículo 185 identifica al Consejo Federal de
Gobierno como “el órgano encargado de la planificación y coordinación de
políticas y acciones para el desarrollo del proceso de descentralización y
transferencia de competencias del Poder Nacional a los Estados y Munici-
pios”; y el artículo 166 de la Constitución dispone que los Estados “descentra-
lizarán y transferirán a los Municipios los servicios y competencias que ges-
tionen y que éstos estén en capacidad de prestar, así como la administración de
los respectivos recursos, dentro de las áreas de competencias concurrentes en-
tre ambos niveles del Poder Público”; y en general, el artículo 184 exige que
mediante ley, el Estado cree “mecanismos abiertos y flexibles para que los
Estados y los Municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y
grupos vecinales organizados los servicios que éstos gestionen previa demos-
tración de su capacidad para prestarlo”, entre otros aspectos, promoviendo “la
creación de nuevos sujetos de descentralización a nivel de las parroquias, las
comunidades, los barrios y las vecindades a los fines de garantizar el principio
de la corresponsabilidad en la gestión pública de los gobiernos locales y esta-
dales y desarrollar procesos autogestionarios y cogestionarios en la adminis-
tración y control de los servicios públicos estadales y municipales”(art. 184,6).
Pero en la realidad del funcionamiento del Estado no ha habido los avan-
ces y transformaciones necesarias para hacer realidad la descentralización de
la Federación, como era el cambio necesario en la distribución de los recursos
tributarios hacia los Estados; y más bien se retrocedió institucionalmente al
eliminarse el Senado y establecerse una Asamblea Nacional Unicameral (art.
186), y al permitirse la limitación por ley nacional de la autonomía de los Es-
tados (art. 162) y de los Municipios (art. 168), lo que es negar, de entrada, la
idea misma de descentralización política que está basada en el concepto de
autonomía territorial, precisamente entre los entes políticos-territoriales.
En consecuencia, la denominación de “Federación descentralizada” para
identificar la forma del Estado es, sin duda, un avance nominal, pero en los
términos establecidos en la Constitución, lo que no significa realmente avance
alguno, sino consolidación y mantenimiento parcial de reformas que se venían
realizando desde 1989, con algunos retrocesos.
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PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, siguiendo la orientación de la
práctica política de los últimos años, se busca centralizar definitivamen-
te el Estado y eliminar todo vestigio de descentralización como organi-
zación y política pública.
No se conoce el texto de las propuestas de reforma de los artículos
4, 6 y 136 de la Constitución, pero de las propuestas formuladas respecto
de otros artículos resulta la clara determinación de eliminar la descen-
tralización y la autonomía territorial. Ello ocurre, en particular, en la
propuesta de reforma del artículo 16, que en lugar de exigir como lo
hace en la Constitución de 1999, que la división político territorial ga-
rantice siempre “la autonomía municipal y la descentralización político
administrativa”, ambos elementos (autonomía y descentralización) se
eliminan y se pretende que la división territorial sólo garantice “la par-
ticipación del Poder Popular.”
En las Propuestas de reforma 2007, se propone eliminar todas las
competencias que se habían atribuido a los Estados en ejecución del
proceso de descentralización, y en especial en el artículo 156,26, se pro-
pone asignar y transferir al Poder nacional (“nacionalizar”) la compe-
tencia que el artículo 164,10 de la Constitución de 1999 atribuye a los
Estados en materia de la conservación, administración y aprovecha-
miento de autopistas y carreteras nacionales, como un avance en el pro-
ceso de descentralización.
Además, en el artículo 164 que en la Constitución de 1999 regula
las competencias de los Estado, en las Propuestas de reforma de 2007 se
propone eliminar las siguientes, confirmando la centralización total de
competencias públicas en el nivel nacional:
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
164,5 de la Constitución de 1999 en materia del régimen y aprovecha-
miento de minerales no metálicos, las salinas y ostrales. En la propues-
ta de reforma 2007 sólo se le busca dejar a los Estados competencias en
materia de administración de tierras baldías” (art. 164, 5)
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
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164,5 de la Constitución de 1999 en materia “la organización de la poli-
cía y la determinación de las ramas de este servicio atribuidas a la com-
petencia municipal, conforme a la legislación nacional aplicable”. Con
ello se elimina la competencia de los Estados en relación con la policía
municipal, y se dispone la centralización total del régimen de las policí-
as, al proponerse sustituir esa norma por el artículo 164,6 que sujeta a
“la organización de la policía estadal conforme a las competencias que
la legislación nacional determine”.
La competencia establecida en el artículo 164,7 de la Constitución
de 1999 en materia de “La creación, organización, recaudación, control
y administración de los ramos de papel sellado, timbres y estampillas”,
se busca minimizar y neutralizar con la propuesta de agregar al nuevo
artículo 164,7 que esa competencia es “sin menoscabo de la obligación
de aceptar especies de valor equivalente expedidas por el Poder Nacio-
nal u otros estados”.
Por otra parte, las referencias que se hacen en los artículos 269 y
272 (administración de justicia y penitenciaria descentralizadas) y en el
artículo 295 (administración electoral descentralizada) sobre la descen-
tralización, se eliminan e, incluso, la palabra descentralización se elimi-
na respecto de las empresas públicas en el artículo 300.
Pero además, el golpe de gracia a la forma federal del Estado y a
la descentralización, está en la competencia que en las propuestas de re-
forma 2007 se atribuye al Poder Nacional en el artículo 156, para “la
ordenación y gestión del territorio y el régimen territorial del Distrito
Federal, los estados, los municipios, territorios federales, ciudades fede-
rales, y de las dependencias federales y demás entidades regionales”.
Con esto, la división territorial pasó a ser una mera demarcación territo-
rial de las actividades de los órganos del Poder Nacional, convirtiéndose
los Estados y Municipios en simples “administraciones periféricas” del
Poder Central, sin autonomía alguna, sometidas a la ordenación y ges-
tión del Poder Nacional.
Por ello, también se propone eliminar la obligación que la Consti-
tución de 1999 imponía a la Asamblea Nacional de “velar por la auto-
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nomía de los Estados” (art. 187,16).
En cuanto a la “promoción de la participación” en el ejercicio de
las competencias municipales que prevé el artículo 178 de la Constitu-
ción, en las propuestas de reforma 2007 se busca encasillar el tema al
buscar precisar que se trata de “la promoción de la participación pro-
tagónica del pueblo organizado desde la comunidad”. Además, en ma-
teria de descentralización y transferencia de servicios “a las comunida-
des y grupos vecinales” que regula el artículo 184 de la Constitución de
1999, en las propuestas de reforma 2007 se propone encasillar dicha
descentralización sólo a “las comunidades organizadas como una polí-
tica primaria de la organización nacional de la República” y “previa
planificación democráticamente elaborada”(art. 184).
15
sustituyó por el Distrito Capital, donde tiene su sede la ciudad de Caracas co-
mo capital de la República, que es el asiento de los órganos del Poder Nacio-
nal. La Constitución, garantizó que en la capital debía existir una unidad polí-
tico territorial que integrase “un sistema de gobierno municipal a dos niveles,
los Municipios del Distrito Capital y los correspondientes del Estado Miran-
da”, garantizando el “carácter democrático y participativo” del gobierno.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en particular del artículo 16, se
busca cambiar la división político territorial, al agregarse los “territo-
rios Comunales” aún cuando sin definirse, y al disponerse que el objeti-
vo de la división territorial es garantizar “la participación del Poder
Popular”, cuya definición conceptual no se establece, ya que no se co-
noce la propuesta de reforma del artículo 136.
Se propone eliminar la garantía de la autonomía municipal y de la
descentralización político administrativa como condición esencial de la
división territorial. La creación de territorios federales especiales que la
Constitución exige que se haga mediante Ley Orgánica previa la realiza-
ción de un referendo también, se elimina, y se le atribuye tal facultad al
Presidente de la República previa aprobación de la mayoría de la
Asamblea Nacional. Igual sucede con la creación de territorios Comu-
nales.
La creación de estos territorios afecta el de los Estados, y por ello,
el artículo 16 de la Constitución exige la participación activa de la po-
blación del mismo para aprobar mediante referendo toda afectación del
territorio del Estado, lo que se elimina en la propuesta de reforma 2007.
Otra Propuesta de reforma que se formula se refiere al artículo 18,
mediante la eliminación del Distrito Capital y de la organización muni-
cipal del mismo, y su sustitución por el Distrito Federal, que se propone
revivir, pero sin garantía constitucional alguna de la autonomía muni-
cipal o territorial de esta entidad, o del “carácter democrático y partici-
pativo de su gobierno” como lo establece la Constitución de 1999, con lo
cual presumiblemente pasaría a estar controlado por el Poder Nacional,
como fue la concepción original del Distrito Federal en 1863, para que
16
en la capital de la República y sede del Poder nacional no exista go-
bierno local y democrático alguno con autonomía.
17
Constitución en materia de referendos (consultivas, aprobatorios, abrogatorios
y revocatorios) (arts. 78 y sigts.), en realidad son manifestaciones de democra-
cia directa, que perfeccionan la democracia. Igual ocurre con las previsiones
sobre las consultas populares, la revocatoria del mandato, la iniciativa legisla-
tiva, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciuda-
danos y ciudadanas (art. 62).
Sin embargo, lo grave de esta confusión, y del engaño sobre el verdadero
sentido de la democracia participativa; es que con ello se ha pretendido ejecu-
tar un proyecto político basado en un pretendido apoyo popular, que pretende
acaparar el poder y consolidarlo como hegemónico, concentrado y autoritario,
todo lo contrario a lo que impone un régimen democrático.
La democracia para que sea participativa, tiene que ser una forma de vida
y su ejercicio tiene que ser cotidiano. Para que el ciudadano pueda participar
en los asuntos públicos, como cosa regular, tiene que tener acceso al poder, lo
tiene que tener cerca, lo que implica un bien arraigado y desarrollado sistema
de gobierno local, en cada lugar, asentamiento urbano o rural, basado en la
descentralización política. Pero descentralizar, creando autoridades locales
en los niveles territoriales más pequeños, implica desparramar el poder, lo que
es todo lo contrario a la concentración del Poder y al centralismo que se ha
venido desarrollando al amparo de la Constitución de 1999, a pesar de que se
la proclame como reguladora de la “democracia participativa”. Lo que se ha
hecho es utilizar la Constitución de manera engañosa para, que en nombre de
la sustitución de la democracia representativa por una supuesta democracia
participativa, acabar con la propia democracia como régimen político sustitu-
yéndola por un régimen autoritario, centralizador y concentrador del Poder.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, como se ha indicado anterior
mente, se elimina todo vestigio de autonomía territorial y de descentra-
lización política, con lo que no puede haber democracia participativa.
La participación democrática exige la existencia de entes políticos terri-
toriales autónomos, sin los cuales aquella no pasa de ser una simple
movilización que puede ser controlada desde el Poder Central. Es lo que
ocurre con los Consejos Comunales, cuyos miembros no son electos me-
18
diante sufragio sino designados bajo el control del propio Poder Ejecuti-
vo nacional. Consolidar ese esquema centralista es lo que persigue la
propuesta de reforma del artículo 16 al referirse a la división territorial
para garantizar “la participación del Poder Popular”.
Ese es también el sentido de la Propuestas de reforma 2007 sobre el
artículo 61, al agregar solo que “La participación del pueblo en forma
efectiva, suficiente y oportuna en el proceso de definición y ejecución de
la gestión pública y en el control y evaluación de sus resultados consti-
tuye la esencia del ejercicio directo de la soberanía por parte del pueblo
y de su protagonismo”; sin garantizar que ello sea mediante entes políti-
co territoriales autónomos, lo que hace la propuesta, vacía de democra-
cia.
En cambio, en casos en los cuales la Constitución garantiza la par-
ticipación del pueblo en políticas públicas, en las propuestas de reforma
2007 se busca eliminarlas, como en la propuesta de reforma del artículo
127 donde se propone eliminar le exigencia de que “es una obligación
fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, ga-
rantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de conta-
minación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la
capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de
conformidad con la ley”.
Por otra parte, en relación con la democracia representativa, que
implica el ejercicio del derecho al sufragio mediante votaciones univer-
sales, directas y secretas, en las Propuestas de reforma 2007, se busca
eliminarla, como por ejemplo ocurre con la elección de los jueces de paz
que en la Constitución se garantiza que debe ser “por votación univer-
sal, directa y secreta” y que en la propuesta de reforma del artículo 258
lo que se establece es que los jueces de “paz serán designados por la
asamblea de ciudadanos por votación universal, directa y secreta”, con
lo que se elimina el carácter popular de la elección.
19
lutamente excepcional en el derecho comparado, al establecer que la postula-
ción para cargos de Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, de los
Miembros del Consejo Nacional Electoral, del Defensor del Pueblo, del Con-
tralor General de la República y del Fiscal General de la República debía
hacerse ante la Asamblea Nacional, por sendos Comités de Postulaciones in-
tegrados por “representantes de los diferentes sectores de la sociedad” (arts.
270, 295 y 279). Lamentablemente, sin embargo, desde la sentencia del Tri-
bunal Supremo de Justicia de 30 de junio de 2000 (Nº 656) (Caso: Defensor
del Pueblo), y posteriormente por las leyes dictadas por la Asamblea (Poder
Electoral, Tribunal Supremo de Justicia, Poder Ciudadano), dicha participa-
ción fue confiscada y los Comités de postulaciones quedaron convertidos en
simples Comisiones parlamentarias ampliadas, integradas por parlamentarios
en forma mayoritaria, cuando estos no son por esencia “representantes de la
sociedad”, sino representantes políticos.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En ese sentido apuntan algunas de las propuestas de reforma 2007,
al establecer, por ejemplo, que el Comité de Postulaciones Electorales
conforme al artículo 295, “será designado por la Asamblea Nacional”,
con lo que se busca constitucionalizar la tendencia en convertirlos en
comisiones parlamentarias.
En cuanto a la propuesta de reforma del artículo 297 se cambia la
configuración del Comité de Evaluación del Poder Ciudadano para estar
integrado en lugar de por representantes de los diversos sectores de la
sociedad, “por Diputados y voceros de los diferentes sectores del Poder
Popular”
5. La supremacía constitucional
Dentro de los principios fundamentales de la organización del Estado,
otro de los que son esenciales al constitucionalismo moderno, es el de la su-
premacía constitucional, el cual se consagró expresamente en el texto de la
Constitución, al disponer el artículo 7 de la Constitución, que “la Constitución
es la norma suprema y el fundamento el ordenamiento jurídico”, y que “todas
las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta
20
Constitución”.
La consecuencia de la consagración expresa del principio de la suprema-
cía constitucional es la previsión del control difuso y concentrado de la consti-
tucionalidad de las leyes; y por la otra, la obligación de todos los jueces de
asegurar la integridad de la Constitución (art. 334).
21
Ciertamente, la precaria previsión del artículo 108 de la Constitución de
1961, había impedido a Venezuela ingresar decididamente al proceso de inte-
gración, por lo que, en contraste, la norma contenida en el artículo 153 de la
Constitución de 1999, permite en primer lugar, la creación de órganos supra-
nacionales, a los cuales se pueden atribuir competencias que la Constitución
asigna a los órganos del Poder Público, para que pueda existir un derecho co-
munitario; y segundo lugar, que las normas comunitarias no sólo tienen apli-
cación directa e inmediata en el derecho interno, desde que se considera que
son parte integrante del ordenamiento legal vigente, sino que tienen aplicación
preferente en relación a las leyes nacionales que se les opongan.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca agregar como objetivo
de la integración latinoamericana y caribeña previsto en el artículo 153
de la Constitución, de defender los intereses económicos, sociales, cultu-
rales, políticos y ambientales de la región, el de “consolidación de los
pueblos de nuestra América, como un bloque de Poder Autónomo entre
las naciones latinoamericanas”.
Por otra parte, se propone que en las políticas de integración, ade-
más privilegiar las relaciones con Iberoamérica, la República privilegie
las relaciones con “los países del Sur”, procurando sea una política co-
mún de toda América Latina “basada en un Pacto de repúblicas”.
22
nuestro constitucionalismo.
Conforme al artículo 322 el término seguridad de la Nación que se conci-
be como una función estatal; y la defensa de la Nación como responsabilidad
de todas las personas naturales y morales que se encuentren en el territorio
nacional. Por ello, a pesar de la concepción estatista de la seguridad que se
establece en el artículo 322, como responsabilidad esencial del Estado, en el
artículo 326 se la establece como una corresponsabilidad entre el Estado y la
sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, de-
mocracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conserva-
ción ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfac-
ción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezola-
nos sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertu-
ra para la comunidad nacional.
La Constitución de 1999, además, creó (art. 323) el Consejo de Defensa
de la Nación como el máximo órgano de consulta para la planificación y ase-
soramiento del Poder Público en los asuntos relacionados con la defensa inte-
gral de la Nación, su soberanía y la integridad de su espacio geográfico y para
establecer el concepto estratégico de la Nación.
Por último, las antiguas Fuerzas Armadas Nacionales (Ejército, Armada,
Aviación y Guardia Nacional), en la Constitución de 1999 pasaron a ser una
sola institución, la Fuerza Armada Nacional, integrada, sin embargo, confor-
me al artículo 328, por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Na-
cional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia
para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social inte-
gral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
No se conocen las propuestas de reforma de los artículos 322 y si-
guientes de la Constitución, pero de las propuestas de reforma en otros
artículos resulta que la Fuerza Armada Nacional se le cambia de nombre
por el de Fuerza Armada Bolivariana (Arts. 236,6; 266,3; y 291).
23
tución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Es-
tado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la
integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación
en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo
nacional, de acuerdo con la Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus
funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de per-
sona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina,
la obediencia y la subordinación.
No aparece en la Constitución, sin embargo, el carácter apolítico y no de-
liberante de la Fuerza Armada que establecía el artículo 132 de la Constitución
de 1961, ni la obligación esencial de la Fuerza Armada Nacional de asegurar
“la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución
y las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra
obligación”, como lo disponía dicha norma.
En cuanto a los miembros de las Fuerzas Armadas, la Constitución de
1999, les otorga el derecho de voto (art. 325), y además precisó que los ascen-
sos militares se obtienen por mérito, escalafón y plaza vacante y son compe-
tencia exclusiva de la Fuerza Armada Nacional, aún cuando deben estar regu-
lados por la ley respectiva (art. 331). Se eliminó, así, la previsión de la Consti-
tución de 1961 conforme a la cual los ascensos de altos oficiales debían obte-
ner autorización parlamentaria (art. 150, ord. 5º).
De toda esta normativa resulta un acentuado esquema constitucional mili-
tarista cuya combinación con el centralismo y el presidencialismo conduce al
autoritarismo, sobre todo cuando se constata que en la Constitución de 1999
quedó eliminada toda idea de sujeción o subordinación de la autoridad militar
a la autoridad civil, consagrándose, al contrario, una gran autonomía de la au-
toridad militar y de la Fuerza Armada Nacional, unificadas las cuatro fuerzas,
con la posibilidad de intervenir en funciones civiles. Ello se evidencia de las
siguientes regulaciones: primero, de la eliminación de la tradicional prohibi-
ción de que la autoridad militar y la civil no pueden ejercerse simultáneamen-
te, que establecía el artículo 131 de la Constitución de 1961; segundo, de la
eliminación del control por parte de la Asamblea Nacional respecto de los as-
censos de los militares de alta graduación (art. 331), que en el constituciona-
lismo histórico siempre se había previsto; tercero, de la eliminación del carác-
24
ter no deliberante y apolítica de la institución militar, como lo establecía el
artículo 132 de la Constitución de 1961, lo que abre la vía para que la Fuerza
Armada, como institución militar, pueda deliberar políticamente e intervenir y
dar su parecer sobre los asuntos de los que estén resolviendo los órganos del
Estado; cuarto, de la eliminación de la obligación de la Fuerza Armada de ve-
lar por la estabilidad de las instituciones democráticas que preveía el artículo
132 de la Constitución de 1961; quinto, lo que es más grave aún, de la elimi-
nación de la obligación de la Fuerza Armada de respetar la Constitución y las
leyes “cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra obliga-
ción”, como lo decía el artículo 132 de la Constitución de 1961; sexto, de la
atribución de los militares, en forma expresa, del derecho al sufragio (art.
330), lo cual podría ser incompatible, políticamente, con el principio de obe-
diencia; séptimo, del sometimiento a la autoridad de la Fuerza Armada de todo
lo concerniente con el uso de armas y no sólo las de guerra, lo que se le quita a
la Administración civil del Estado (art. 324); octavo, de la atribución, en gene-
ral, a la Fuerza Armada de competencias en materia de policía administrativa
(art. 329); noveno, del establecimiento del privilegio procesal a favor de los
generales y almirantes de que para poder ser enjuiciados, el Tribunal Supremo
de Justicia debe declarar previamente si hay o no mérito para ello (art. 266,
ord. 3); y décimo, de la adopción en la Constitución del concepto ya histórico
de la doctrina de la seguridad nacional, como globalizante, totalizante y omni-
comprensiva, conforme a la cual todo lo que acaece en el Estado y la Nación,
concierne a la seguridad del Estado, incluso el desarrollo económico y social
(art. 326).
Todo lo anterior da origen a un esquema militarista que si bien constitu-
cionalmente es una novedad, ha venido conduciendo a un apoderamiento de la
Administración civil del Estado por la Fuerza Armada, a la cual, incluso se le
atribuye en la Constitución “la participación activa en el desarrollo nacional”
(art. 328).
Todo lo anterior, muestra un cuadro de militarismo realmente único en
nuestra historia constitucional que ni siquiera se encuentra en las Constitucio-
nes de los regímenes militares.
25
8. El régimen de la responsabilidad del Estado
Una de las innovaciones importantes de la Constitución de 1999 en mate-
ria de régimen general del ejercicio del Poder Público, fue la previsión expresa
del principio de la responsabilidad patrimonial del Estado; es decir, de las per-
sonas jurídicas estatales, básicamente la que resultan de la distribución vertical
del Poder Público (Repúblicas, Estados y de Municipios), por los daños y per-
juicios que causen los funcionarios en ejercicio de sus funciones. Dispuso así,
el artículo 140 que “El Estado responderá patrimonialmente por los daños que
sufran los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la
lesión sea imputable al funcionamiento de la Administración Pública”.
La expresión “funcionamiento de la Administración Pública”, de carácter
muy genérico, permite que la responsabilidad del Estado se origine cuando la
lesión se derive del funcionamiento normal o anormal de los servicios públi-
cos a cargo del Estado o en general, de la actividad administrativa realizada
por la Administración Pública, como estructura orgánica.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma de 2007 se busca agregar a la norma
del artículo 140, un apartado en el cual se dispone, totalmente fuera de
contexto pues parece que se refiere a un supuesto caso de responsabili-
dad contractual y no de responsabilidad extracontractual que es la pre-
vista en la norma, y además, en una forma muy mal redactada, que “En
ningún caso se reconocerá responsabilidad cuando los daños alegados
por los particulares se refieran a la falta de ingreso de beneficios eco-
nómicos esperados, sean atribuibles a conflictos laborales o a conmo-
ciones públicas, o al ejercicio de poderes soberanos discrecionales”.
Además, también se propone agregar al artículo 140 una norma
también fuera de contexto pues su cuya regulación pertenece al Código
Civil, según la cual, “los ciudadanos y ciudadanas asimismo responde-
rán penal, administrativa y patrimonialmente por los daños que causen a
los bienes del dominio público y privado de la República, así como a los
de los entes o sociedades en las que esta tenga participación o al patri-
monio de las comunidades, consejos comunales y otros entes de interés
social protegidos por esta Constitución.
26
III
27
como un sistema de Estado de partidos, pero con el agravante de que la repre-
sentatividad política ha sido asumida por los solos partidos de gobierno, los
cuales a partir de 2007 se pretende que sean un sólo “partido único”.
A continuación, en todo caso, analizaremos las disposiciones más impor-
tantes de la nueva Constitución en cuanto al sistema político de democracia
participativa que nominalmente se persigue.
1. El derecho a la participación política
La Constitución comienza el Capítulo de los Derechos Políticos con la
consagración, en el artículo 62, del derecho a la participación política de todos
los ciudadanos, libremente, en los asuntos públicos, directamente o por medio
de sus representantes elegidos, lo que no estaba dispuesto en el texto constitu-
cional de 1961; y en la misma orientación de lo indicado en el artículo 5º de la
Constitución, lo que consolida la idea de un sistema político democrático repre-
sentativo y participativo.
Declaró, además, la Constitución, que la participación del pueblo en la
formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario pa-
ra lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto indivi-
dual como colectivo; siendo obligación del Estado y deber de la sociedad faci-
litar la generación de las condiciones más favorables para la práctica de la par-
ticipación.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, el artículo 62 se cambia el sen-
tido y propósito de la participación democrática, calificándola como el
mecanismo para la construcción de una sociedad socialista. La norma,
en efecto, se propone que disponga que “La participación del pueblo en
forma efectiva, suficiente y oportuna en el proceso de definición y ejecu-
ción de la gestión pública y en el control y evaluación de sus resultados
constituye la esencia del ejercicio directo de la soberanía por parte del
pueblo y de su protagonismo en función del desarrollo social integral
para la construcción de la sociedad socialista”.
28
participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, por una
parte, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta
popular, la revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa, constitucional y
constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos cuyas decisiones
deben ser de carácter vinculante, entre otros; y por la otra, en lo social y eco-
nómico, las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las
cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las ca-
jas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por
los valores de la mutua cooperación y la solidaridad.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, los medios de participación po-
lítica del artículo 70, se los identifica como medios del pueblo en ejerci-
cio directo de su soberanía “para la construcción del socialismo” y se
agrega, entre los medios de participación de orden político, además, a
los Consejos Comunales. Las Propuestas también buscan agregar a los
medios de participación en lo social y económico, a “la gestión directa y
democrática por parte de los trabajadores y trabajadoras de cualquier
empresa de propiedad social, colectiva o del Estado” y a “las empresas
de producción social, las organizaciones financieras comunales y micro-
financieras”.
2. El sistema electoral y la democracia representativa
La Constitución reguló al sufragio como un derecho (art. 63) eliminándo-
se toda consideración del voto como un deber, como lo disponía la Constitu-
ción de 1961 (art. 110), que debe ejercerse mediante votaciones libres, univer-
sales, directas y secretas, estableciendo la norma el principio general de que la
ley debe garantizar la personalización del sufragio y la representación propor-
cional, es decir, combinando el sistema de elección mayoritario con el sistema
de representación proporcional, el cual ya había sido legalmente establecido
desde la reforma de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política de
1989 (G.O. Extra. Nº 5.233 de 28-05-1998), y ratificado en el Estatuto Electo-
ral del Poder Público dictado por la Asamblea Constituyente el 30 de enero de
2000 (G.O. Nº 36.884 de 03-02-2000).
A tal efecto, la Constitución en el artículo 63 regula al sufragio como un
29
derecho constitucional que debe ejercerse “mediante votaciones libres, univer-
sales, directas y secretas” y exige que la ley garantice “el principio de la per-
sonalización del sufragio y la representación proporcional”; y en el artículo
293 destinado a regular las competencias de los órganos del Poder Electoral
dispuso que los mismos deben garantizar “la igualdad, confiabilidad, impar-
cialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales, así como la
aplicación de la personalización del sufragio y la representación proporcio-
nal“. Por último, el artículo 186 que regula específicamente la integración de
la Asamblea Nacional, exige que los diputados sean elegidos en cada entidad
federal “por votación universal, directa, personalizada y secreta con represen-
tación proporcional, según una base poblacional del uno coma uno por ciento
de la población total del país”.
En esta forma, se dispuso constitucionalmente un sistema electoral mixto
para la elección de los órganos representativos (Asamblea Nacional, Consejos
legislativos estadales, Concejos Municipales, Juntas parroquiales) que combi-
na la elección por mayoría y la elección por representación proporcional, lo
que implica la necesidad de que un porcentaje de los representantes electos se
elijan en circunscripciones uninominales y otro porcentaje en circunscripcio-
nes plurinominales, por listas cerradas y bloqueadas. En la Ley Orgánica se
dispuso, para los disputados, unos porcentajes del 50 % en cada caso; y para la
elección de los concejales, un porcentaje del 66% para los cargos nominales y
del 34% para los cargos electos de acuerdo a la aplicación del principio de la
representación proporcional (art. 12). En el Estatuto Electoral de 2000 se dis-
puso que el 60% de todos los representantes populares debían ser elegidos en
circunscripciones uninominales, según el principio de la personalización; y el
40 % de debía elegir por lista, según el principio de la representación propor-
cional (art. 15).
Para garantizar la combinación y aplicación de ambos sistemas, conforme
a la Ley Orgánica y el Estatuto Electoral, el procedimiento de adjudicación de
puestos comienza mediante la adjudicación de los electos por representación
proporcional en las circunscripciones plurinominales, para posteriormente sus-
traer de los puestos adjudicados en esa forma a los partidos, los que obtengan
por mayoría de votos en las circunscripciones uninominales y, en esa forma,
poder mantener el grado requerido de proporcionalidad entre los votos obteni-
30
dos y los puestos adjudicados.
El sistema opera, por supuesto, en relación con los candidatos de un
mismo partido postulados para la elección mayoritaria en los circuitos unino-
minales y para la elección por lista en las circunscripciones plurinominales.
Por tanto, si un partido sólo postula para elecciones uninominales o solo pos-
tula para las elecciones en las circunscripciones por lista, no habría deducción
alguna que hacer, de manera que una forma de burlar la Constitución y la Ley
y eliminar la proporcionalidad fue la desarrollada por la práctica política en
2005, por los partidos que respaldaban al gobierno, conforme al método que se
denominó de “las morochas”, y que consistió en un sistema de postulación de
candidatos a cuerpos deliberantes, donde una pluralidad de partidos o grupos
políticos actuaron postulando candidatos por lista y candidatos nominales; pe-
ro con la característica de que los partidos agrupados, participaron postulando
en sus listas, pero no lo hicieron en los circuitos uninominales, de manera que
los candidatos electos en estos no se dedujeron a los electos en las listas, atri-
buyéndose al grupo o partido político más representante que los que le debían
corresponder mediante el método del cociente. El método, aceptado por el
Consejo Nacional Electoral, fue impugnado vía acción de amparo ante la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el cual mediante sentencia
No. 74 de 25 de enero de 2006 (Véase en Revista de Derecho Público, No.
105, Caracas 2006, pp. 122-144), se limitó a señalar que “El principio de per-
sonalización del sufragio está garantizado por la nominalidad y la representa-
ción proporcional por el voto lista, dejando a la iniciativa de los ciudadanos y
de las organizaciones políticas el sistema de selección y postulación de sus
candidatos”. El Magistrado que salvó su voto respecto de dicha decisión (Pe-
dro Rafael Rondón Haaz), calificó el método como “un fraude a la Ley y más
grave aún, en un fraude a la Constitución, a través de un evidente abuso de las
formas jurídicas en pro de conseguir una finalidad distinta a la que las normas
constitucional y legal establecieron respecto del método de elecciones mixtas
uninominal-lista y a través de un evidente abuso de derecho de las organiza-
ciones con fines políticos a postular candidatos” (Revista de Derecho Público,
No. 105, Caracas 2006, pp. 122-144).
En cuanto a los electores, el artículo 64 de la Constitución califica como
tales a todos los venezolanos que hayan cumplido 18 años de edad no sujetos a
31
interdicción civil o inhabilitación política; atribuyendo expresamente a los in-
tegrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad, el derecho
al sufragio de conformidad con la ley. Los militares, sin embargo, no pueden
participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político (art. 330).
Esto, sin duda, constituye una novedad en el proceso político, en el cual tradi-
cionalmente los militares no habían tenido derecho de voto, con el riesgo de
acentuar un militarismo constitucional totalmente inconveniente.
En el texto de la Constitución de 1999 no hay una norma que sea equiva-
lente al artículo 112 de la Constitución de 1961 que establecía el derecho ciu-
dadano a ser electo y desempeñar funciones públicas. Es decir, no existe en la
Constitución de 1999 una norma general que regule el derecho de los ciudada-
nos a ejercer cargos públicos y a ser elegidos, lo cual es una falla evidente.
En la materia, lo único que regula la Constitución son normas restrictivas
o prohibitivas. Así, en general, el artículo 65 de la Constitución establece que
no podrán optar a cargo alguno de elección popular quienes hayan sido conde-
nados por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que
afecten el patrimonio público, dentro del tiempo que fije la ley, a partir del
cumplimiento de la condena y de acuerdo con la gravedad del delito.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca simplificar la disposi-
ción del artículo 65 al disponer la limitación para poder optar a cargo
alguno de elección popular a quienes hayan sido condenados por delitos
contra el patrimonio público, agregándose, además, a las personas con-
denadas por delitos de lesa humanidad.
32
Con carácter general, el artículo 66 de la Constitución, consagra el dere-
cho de los electores a que sus representantes rindan cuentas públicas, transpa-
rentes y periódicas sobre su gestión, “de acuerdo con el programa presentado”
(art. 66). La última frase agregada a esta norma implica la exigencia constitu-
cional indirectamente establecida, de que toda candidatura para cargo elegible
debe acompañarse de un programa que ha de ser presentado al electorado. Es-
ta exigencia, sin embargo, es de difícil cumplimiento en los casos de eleccio-
nes plurinominales de representación proporcional.
3. El principio de la alternabilidad y la reelección
Conforme al artículo 4 de la Constitución, el gobierno de la república y
de todas las entidades políticas tiene que ser democrático alternativo, y de allí
las limitaciones que la Constitución establece respecto de la reelección de fun-
cionarios.
En efecto, en cuanto al Presidente de la República, el artículo 230, cam-
biando radicalmente la tradición constitucional anterior, estableció la posibili-
dad de la reelección inmediata del Presidente de la República, aún cuando por
una sola vez, para un nuevo período; el artículo 192 dispuso que los diputados
a la Asamblea Nacional podían ser reelegidos sólo “por dos periodos consecu-
tivos como máximo”; el artículo 160 dispuso que los Gobernadores de Estado
podían ser “reelegidos, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo perío-
do”; el artículo 162 dispuso que los legisladores a los Consejos Legislativos de
los Estados podían ser reelegidos sólo “por dos periodos consecutivos como
máximo”; y el artículo 174 dispuso que los Alcaldes podían ser “reelegidos,
de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período”.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, al contrario de lo dispuesto en
estas normas constitucionales de 1999 que restringen la reelección, se
ha establecido el principio general de la reelección indefinida de los
cargos de elección popular, en particular, del Presidente de la República
(art. 230); los diputados a la Asamblea Nacional (art. 192); de los Go-
bernadores de Estado (art. 160); y de los Alcaldes (art. 174). La única
limitación que se propone reformar es la relativa a la reelección de los
legisladores a los Consejos Legislativos de los Estados sólo “por dos pe-
33
riodos consecutivos como máximo” (art. 162)
En cambio, en cuanto a la reelección de los altos funcionarios del
Estado, no electos, es decir, de los magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia, de los miembros del Poder Ciudadano (Fiscal General de la
República, Contralor General de la República y Defensor del Pueblo,
uniformemente, en las Propuestas de reforma 2007, se les ha reducido el
período y se ha dispuesto la posibilidad de reelección por una sola vez
(arts. 164, 280, 284 y 288). Sin embargo, nada se propuso respecto de la
reelección de los miembros del Consejo Nacional Electoral.
4. El sistema de partidos políticos y de asociación política
En un marcado criterio reactivo contra los partidos políticos, en la Cons-
titución de 1999 se eliminó tal expresión (sólo se regulan a las “organizacio-
nes con fines políticos”) estableciéndose, en cambio, un conjunto de regula-
ciones contra lo que habían sido los partidos políticos tradicionales.
La Constitución, en está forma, pretendió ignorar a los partidos políticos
cuando éstos son los que han controlado el poder y aún lo controlan. En efec-
to, la crisis del sistema político venezolano desencadenada a partir de la déca-
da de los ochenta del siglo pasado tuvo su motivo fundamental en la incom-
prensión de los partidos políticos y de su liderazgo respecto de los logros de-
mocráticos que habían alcanzado para Venezuela a partir de los inicios de la
década de los sesenta. La democratización del país había comenzado a plan-
tear exigencias de representatividad y de participación más allá de los propios
partidos, de manera que se abriera la democracia y se descentralizara el poder
y la participación, situación que los partidos no entendieron.
En todo caso, a finales del siglo XX, todos los males políticos de la Re-
pública se atribuyeron a los partidos políticos, al Pacto de Punto Fijo y a la
Constitución de 1961, centrándose el discurso político del nuevo liderazgo
autoritario militarista y populista en la destrucción y anatema de aquellos. En
ese contexto se desarrolló el proceso constituyente de 1999 y la sanción de la
nueva Constitución. Un nuevo partido político oficialista constituido a la me-
dida del nuevo liderazgo sirvió para el apoderamiento electoral del poder a
partir de 1999, al cual acompañaron viejos y marginados partidos políticos que
también participaron en el proceso de apoderamiento, y que en 2007 han sido
34
conminados a desaparecer e integrarse en un partido político único comandado
por el Presidente de la República, y en cuya constitución participó activamen-
te, contra todos los principios constitucionales, el Consejo nacional Electoral y
todos los altos funcionarios del Estado.
La Constitución de 1999, por ello, en definitiva, no cambió nada respecto
del sistema político de Estado centralizado de partidos que quedó incólume,
con más centralismo, habiéndose en realidad, en la práctica política, cambiado
unos partidos por otros, pero con mayor centralismo y con cúpulas más auto-
cráticas, como son los partidos que han apoyado el proyecto concentrador y
centralista del presidente Hugo Chávez.
Pero, a pesar de ello, la Constitución de 1999 engaña, al pretender igno-
rar en sus regulaciones a los partidos políticos, siendo que el partidismo o la
partidocracia está más arraigada que nunca. La Constitución de 1999, en efec-
to, comenzó por eliminar el derecho político de los ciudadanos “a agruparse
en partidos políticos para participar en la conducción de la vida política nacio-
nal”, como lo regulaba la Constitución de 1961. Esto dejó de ser un derecho
político de los ciudadanos, y la Constitución de 1999 pasó a regular sólo la
existencia de “agrupaciones con fines políticos” (art. 67), lo que en definitiva
puede ser cualquier asociación o agrupación y no necesariamente un partido
político. Sin embargo, en la práctica, lo que siguen existiendo son los partidos
políticos en su configuración más tradicional.
La reacción contra la falta de democratización interna de los partidos po-
líticos, y su conducción por cúpulas eternizadas de dirigentes, condujo a la
inclusión de una disposición en la Constitución, conforme a la cual no sólo la
designación de sus directivos debe realizarse mediante elecciones, sino que,
incluso, la escogencia de los candidatos de los partidos políticos a los cuerpos
y cargos representativos, debe realizarse mediante votación interna democráti-
ca (art. 67). Para ello, la Constitución, incluso, impuso la obligación de la or-
ganización de dichas elecciones internas, por el Consejo Nacional Electoral
(art. 293, ord. 6), lo cual se ha violado sistemáticamente.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca eliminar esta exigen-
cia del artículo 293,6 de la Constitución de la intervención del Consejo
35
Nacional Electoral en la organización de las elecciones internas de los
partidos políticos, de los sindicatos, y de los gremios profesionales, y
sustituirla por una norma que atribuya al Consejo, solamente, la posibi-
lidad de “asesorar las elecciones de sindicatos, gremios profesionales y
organizaciones con fines políticos cuando estos lo soliciten” y la posibi-
lidad de “cooperar en los procesos electorales de otras organizaciones
del Poder Popular que a solicitud de estas, o por orden del Tribunal Su-
premo de Justicia”.
Por otra parte, por los problemas derivados del financiamiento público a
los partidos políticos que regulaba la Ley Orgánica del Sufragio y Participa-
ción Política, lo que había conducido a un acaparamiento inequitativo de di-
chos fondos, los redactores de la Constitución reaccionaron contra ello, prohi-
biendo simplemente dicho financiamiento público y exigiendo control respec-
to del financiamiento privado de los partidos (art. 67). Indudablemente, con
esto, se retrocedió en lo que es la constante en todo el mundo democrático,
habiéndose abierto, de hecho, la posibilidad de financiamiento público irregu-
lar e ilegítimo a los partidos de gobierno.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca eliminar la prohibi-
ción establecida en el artículo 67 de financiamiento de los partidos polí-
ticos con fondos provenientes del Estado.
La propuesta de reforma, en lugar de la prohibición, establece me-
canismos de control general, al remitir a la ley para establecer “los me-
canismos para el financiamiento transparente de las actividades electo-
rales, el uso de los espacios públicos y acceso a los medios de comunica-
ción social en las campañas electorales, por parte de las asociaciones
con fines políticos”.
Sin embargo, en las propuestas de reforma del artículo 67, se elimi-
na la prohibición general que regula dicha norma de la Constitución de
1999, en el sentido de que “Las direcciones de las asociaciones con fines
políticos no podrán contratar con entidades del sector público”. En un
sistema de partido único oficialista, la eliminación propuesta es un lla-
36
mado a la legitimación de la imbricación total entre el partido y el Esta-
do.
Por otra parte, en la propuesta de reforma del artículo 67 se esta-
blece una prohibición general en cuanto al “financiamiento a las asocia-
ciones con fines políticos o a quienes participen en procesos electorales
por iniciativa propia, por parte de gobiernos o cualquier otra entidad
pública o privada extranjeros”.
En la Propuesta de reforma 2007, se ratificó el derecho de los ciu-
dadanos de concurrir a los procesos electorales postulando candidatos,
pero se agregó una disposición que no está ni en la Constitución ni en la
Ley y que obliga a los candidatos a que una vez inscritos ante el Consejo
Nacional Electoral, “es obligatorio mantenerse en los procesos electo-
rales” a cuyo efecto “la ley preverá las sanciones y excepciones a esta
norma”. Ello, sin duda, es una limitación inaceptable a la libertad políti-
ca y al derecho pasivo al sufragio con libertad.
37
mayoría de su gabinete está formada por directivos del partido, de manera que
en 2007, la creación del “partido socialista único” por parte del gobierno, fue
una operación del Estado, usando los recursos y medios públicos y hasta el
propio Consejo Nacional Electoral para su formación. Como nunca antes, la
simbiosis partido político-Administración Pública se ha enquistado en Vene-
zuela, abriéndose así vasos comunicantes que permiten canalizar financia-
mientos específicos, como incluso no se llegaron a ver en la época dorada de
la partidocracia de comienzos de los años ochenta.
Lo que en definitiva ocurrió como consecuencia del proceso constituyen-
te, fue el cambio de unos partidos por otros en el control del poder y en el do-
minio del juego electoral. La partidocracia o democracia de partidos ha segui-
do incólume, con los mismos vicios clientelares y los mismos controles por
cúpulas no electas en elecciones internas libres y democráticas. Nada, por tan-
to, ha cambiado en el sistema político, salvo la denominación de los partidos
políticos, que ahora son otros, y otro es su liderazgo.
5. El sistema de referendos y la democracia directa
Como se señaló, tanto el artículo 5º como el 62 de la Constitución prevén
el ejercicio del sufragio y del derecho a la participación política mediante la
elección de representantes, o en forma directa a través de los mecanismos pre-
vistos en la Constitución y en la ley, en particular, además de los previstos en
el artículo 70, mediante los referendos que son de 4 tipos en la Constitución
tal como se regulan en los artículos 71 a 74 de la Constitución, y que son el
referendo consultivo, el referendo revocatorio, el referendo aprobatorio, y el
referendo abrogatorio.
Lo importante de estas previsiones, además de regular mecanismos con-
cretos de democracia directa, es la consagración de la iniciativa popular como
medio de participación democrática para la formulación de la solicitud de la
convocatoria a los referendos: en el 10 % de los inscritos en la circunscripción
correspondiente para los referendos consultivos (art. 71); el 20 % de los inscri-
tos en la circunscripción correspondiente para los referendos revocatorios (art.
72); el 15 % de los inscritos en el registro electoral para los referendos aproba-
torios de ciertos tratados internacionales (art. 73); en 10% de los inscritos en el
registro electoral para los referendos abrogatorios de leyes (art. 74); y en 5 %
38
de los inscritos en el registro electoral para los referendos abrogatorios de de-
cretos leyes (art. 74).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca limitar la participa-
ción de los ciudadanos en materia de referendos al aumentarse el nú-
mero de firmas requeridas para la iniciativa en la convocatoria de los
referendos, así: el 20 % en lugar del 10 % de los inscritos en la circuns-
cripción correspondiente para los referendos consultivos (art. 71); el 30
% en lugar del 20 % de los inscritos en la circunscripción correspon-
diente para los referendos revocatorios (art. 72); el 20 % en lugar del
10% de los inscritos en el registro electoral para los referendos abroga-
torios de leyes (art. 74); y el 20 % en lugar del 5 % de los inscritos en el
registro electoral para los referendos abrogatorios de decretos leyes
(art. 74).
Además, en las propuestas de reforma se busca eliminar comple-
tamente la iniciativa popular para la solicitud de referendos aprobato-
rios de ciertos tratados internacionales, que en la Constitución está pre-
vista con el 15 % de los inscritos en el registro electoral (art. 73).
Por otra parte, específicamente en cuanto al referendo revocatorio,
la Propuesta de reforma pretende cambiar el sistema del mismo y hacer-
lo menos participativo y mas dificultoso: en primer lugar, en lugar de
que la solicitud de convocatoria del mismo corresponda directamente,
como un derecho popular, a un número no menor del 20 % de los electo-
res inscritos en la correspondiente circunscripción, con la propuesta de
reforma se busca que sea el Consejo Nacional Electoral, el que “a soli-
citud de algún interesado, activará el mecanismo para que los electores
o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción del Registro
Electoral, en un número no menor del treinta por ciento puedan solicitar
la convocatoria de un referendo para revocar su mandato”, distorsiona-
do la iniciativa popular; y en segundo lugar, en lugar de solo exigirse
que concurran al referendo un número de electores igual o superior al
25 % de los electores inscritos, para que se considere revocado el man-
dato, si votan a favor de la revocatoria un número igual o mayor de elec-
39
tores que los que eligieron al funcionario; en la propuesta de reforma se
exige que concurran al referendo un número de electores “igual o supe-
rior al número que participó en el proceso que lo eligió”, lo que signifi-
ca un porcentaje muy superior al previsto en la Constitución.
Adicionalmente en la Propuesta de reforma 2007, se busca restrin-
gir la iniciativa popular para la formulación de enmiendas constitucio-
nales reguladas en el artículo 341, aumentándose el porcentaje de ciu-
dadanos que la pueden requerir de 15 % al 20 %; para la formulación de
reformas constitucionales, aumentándose el porcentaje de ciudadanos
que la pueden requerir de 15 % al 25 % (art. 342); y para la solicitud de
convocatoria de la Asamblea Constituyente aumentándose el porcentaje
de ciudadanos que la requieran de 15 % al 30 % (348).
40
IV
DE LA FEDERACIÓN CENTRALIZADA
41
disposiciones que se refieren, en general, al Poder Público que, por tanto, ri-
gen respecto de los órganos de los tres niveles territoriales; y disposiciones
específicamente destinadas a cada uno de los niveles.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
No se conocen las Propuestas de reforma 2007 relativas al artículo
136 de la Constitución, que se refiere a la distribución y división del Po-
der Público.
Sin embargo, de las diversas Propuestas de reforma 2007 aparece
el concepto de Poder Popular, lo que sugiere que una de las reformas
que se propondrá será la estructuración del Poder Popular.
Por ejemplo, en la propuesta de reforma del artículo 16 se indica
que “la división político territorial será regulada por ley orgánica, que
garantice la participación del Poder Popular”; en la propuesta de re-
forma del artículo 149 se busca agregar a las categorías de contratos del
Estado, además de los de interés municipal, estadal o nacional, los con-
tratos de interés público comunal; en la propuesta de reforma del artí-
culo 174 se busca agregar un párrafo indicando que el Alcalde está obli-
gado “a rendir cuenta de su gestión, anual y públicamente, mediante un
informe que presentará ante el Consejo Municipal del Poder Popular y
ante la Federación de los Consejos Comunales existentes en el Munici-
pio”; en la propuesta de reforma del artículo 175 se indica que “la fun-
ción legislativa del Municipio corresponde al Concejo Municipal del
Poder Popular”; en la propuesta de reforma del artículo 186 se identifi-
ca a la Asamblea nacional, como “Asamblea Nacional del Poder Popu-
lar”; en la propuesta de reforma del artículo 189,3, sobre incompatibili-
dades de elección se habla de funcionarios comunales; en la propuesta
de reforma del artículo 239 se atribuye al Vicepresidente de la Repúbli-
ca la competencia de . “presidir el Consejo de Gobierno del Poder Po-
pular” (art. 239,6); en la propuesta de reforma del artículo 293 se facul-
ta al Consejo Nacional Electoral para “cooperar en los procesos elec-
torales de otras organizaciones del Poder Popular”; en la propuesta de
reforma del artículo 297 se cambia la configuración del Comité de Eva-
luación del Poder Ciudadano para estar “por Diputados y voceros de los
42
diferentes sectores del Poder Popular”; y en la propuesta de reforma del
artículo 350 se hace referencia al “pueblo de Venezuela en ejercicio del
Poder Popular”.
43
tencias tributarias que se le habían asignado (Gaceta Constituyente (Diario de
Debates), Noviembre 1999-Enero 2000, Sesión de 13-11-99, Nº 43, pp. 54 y
ss.), con lo que se retrocedió al mismo estado que existía en la Constitución de
1961. En esta forma, los Estados han seguido dependientes del Situado Cons-
titucional, el cual puede incluso disminuirse, además de que se le fijó un tope
máximo (20% de los ingresos nacionales) que en la Constitución de 1961 no
tenía (sólo había un mínimo); y si bien se crea en la Constitución el Consejo
Federal de Gobierno (art. 185) como órgano intergubernamental, su organiza-
ción por ley nacional puede conducir a su control por los órganos nacionales.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 relativas a la distribución de com-
petencias públicas entre los tres niveles territoriales de gobierno, termi-
na de centralizar materialmente todas las competencias del Poder Pú-
blico en el nivel nacional, mediante la asignación de nuevas competen-
cias al Poder Nacional o mediante la centralización de competencias
que tienen los Estados en la Constitución de 1999, que se eliminan.
Entre las nuevas competencias nuevas que se asignan al Poder Na-
cional está la del Registro Civil de Bienes (art. 156,5). El redactor de la
propuesta es posible que ignore que desde el siglo XIX esta es y ha sido
una competencia del Poder Nacional establecida en el Código Civil (Re-
gistro Público).
También se busca en las propuestas de reforma 2007 asignar al Po-
der nacional competencia en materia de las políticas de control fiscal
(art. 156,23), lo que implica la centralización total de la materia en la
Contraloría General de la República, eliminándose la supuesta autono-
mía de las contralorías de los Estados y Municipios (art. 290). Estas
propuestas se complementan con la que se formula respecto del artículo
163, en el cual se busca que las Contralorías estadales ejerzan el control
sobre las Administraciones de los Estados, respecto del “cumplimiento
de las metas, objetivos y programas previstos en los respectivos presu-
puestos, bajo la rectoría de la Contraloría General de la República”.
Igualmente se propone en las Propuestas de reforma 2007, en relación
con las Contralorías Municipales, que las mismas deben actuar bajo la
44
rectoría de la Contraloría General de la República (art. 176)
Se agrega también como competencia nacional, la relativa a los te-
leféricos (art. 156, 27)
Llama la atención que en el artículo 156, se busca atribuir al Poder
Nacional competencia además de en materia de derecho internacional
privado que siempre ha sido del ámbito nacional, competencia en cuanto
a la legislación de derecho internacional público. No se entiende cómo
se pretende que el derecho internacional público, cuya creación corres-
ponde a la comunidad internacional y a las relaciones entre Estados, se
pueda atribuir al Poder nacional de la República.
Además, en el artículo 156,28, que regula los servicios públicos
domiciliarios se atribuye al Poder Nacional, competencia en materia de
servicios de telefonía por cable, inalámbrica y satelital y televisión por
suscripción, ignorando que todos son servicios de telecomunicaciones ya
atribuidos al Poder Nacional en la misma norma (art. 156, 28). Igual-
mente, se busca asignar al Poder Nacional en el artículo 156, 32, compe-
tencia en materia de legislación económica y financiera ignorando que
un Título entero de la Constitución (Título VI) se destina a la materia
como competencia nacional
Entre las materias que se propone asignar al Poder nacional, des-
tacan aquellas que implican una completa centralización de competen-
cias en el Poder nacional y de ahogamiento definitivo de las competen-
cias estadales y municipales, al pretenderse en el artículo 156,10 atri-
buirse al Poder Nacional, competencia para “la ordenación y gestión
del territorio y el régimen territorial del Distrito Federal, los estados,
los municipios, territorios federales, ciudades federales, y de las depen-
dencias federales y demás entidades regionales”. En esta forma, los Es-
tados y Municipios dejan de ser “entidades políticas” y pasan a depen-
der totalmente del nivel nacional, como órganos sin autonomía alguna,
sometidas a la ordenación y gestión que establezca el Poder Nacional.
En este esquema de sumisión centralista también se propone reformar el
artículo 164,2 de la Constitución de 1999, para que los Estados tengan
competencia para ejercer “la coordinación de sus municipios y demás
45
entidades locales de conformidad con lo dispuesto en el artículo 156 or-
dinal 10 de esta Constitución” lo que implica la eliminación de la auto-
nomía municipal.
Por ello, incluso, en la Propuesta de reforma 2007 relativa al artí-
culo 168 sobre la autonomía municipal, se propone eliminar de ella, “la
gestión de las materias de su competencia”, y se propone agregar que el
ejercicio de las competencias por los municipios, debe realizarse “en
armonía con las orientaciones, la planificación y las políticas del Poder
Nacional”(art. 176).
Además, en el artículo 156,32, se busca atribuir al Poder Nacional
competencia en cuanto a la legislación administrativa, lo que implica la
centralización total de la legislación sobre la Administración Pública,
así sea estadal o municipal.
Por último, en las propuestas de reforma 2007, se busca eliminar
competencias que tienen tanto los Estados y Municipios en la Constitu-
ción de 1999, y asignárselas al Poder Nacional, como una muestra más
de la orientación totalmente centralista de la propuesta. En particular,
en el artículo 156,26, se propone asignar y transferir al Poder nacional
(“nacionalizar”) la competencia que el artículo 164,10 de la Constitu-
ción de 1999 atribuye a los Estados en materia de la conservación, ad-
ministración y aprovechamiento de autopistas y carreteras nacionales,
como un avance en el proceso de descentralización.
Además, en el artículo 164 que en la Constitución de 1999 regula
las competencias de los Estados, en las Propuestas de reforma de 2007
se propone eliminar las siguientes, confirmando la centralización total
de competencias públicas en el nivel nacional:
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
164,5 de la Constitución de 1999 en materia del régimen y aprovecha-
miento de minerales no metálicos, las salinas y ostrales. En la propues-
ta de reforma 2007 sólo se le busca dejar a los Estados competencias en
materia de administración de tierras baldías” (art. 164, 5)
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
164,5 de la Constitución de 1999 en materia de “organización de la po-
46
licía y la determinación de las ramas de este servicio atribuidas a la
competencia municipal, conforme a la legislación nacional aplicable”.
Con ello se elimina la competencia de los Estados en relación con la
policía municipal, y se dispone la centralización total del régimen de las
policías, al proponerse sustituir esa norma por el artículo 164,6 que su-
jeta a “la organización de la policía estadal conforme a las competen-
cias que la legislación nacional determine”. Igualmente en materia de
policía municipal, se dispone que la competencia municipal en la mate-
ria se ejerce conforme a la legislación nacional” (art. 178,15).
La competencia establecida en el artículo 164,7 de la Constitución
de 1999 en materia de “La creación, organización, recaudación, control
y administración de los ramos de papel sellado, timbres y estampillas”,
busca minimizar y neutralizar con la propuesta de agregar al nuevo artí-
culo 164,7 que esa competencia es “sin menoscabo de la obligación de
aceptar especies de valor equivalente expedidas por el Poder Nacional
u otros estados”.
Se desconoce en las propuestas de reforma la suerte de los ordina-
les 9 y 10 del artículo 164 de la Constitución, que seguramente se pro-
pondrá su eliminación, sobre la competencia de los Estados en materia
de “ejecución, conservación, administración y aprovechamiento de las
vías terrestres estadales”;y en materia de “la conservación, administra-
ción y aprovechamiento de carreteras y autopistas nacionales, así como
de puertos y aeropuertos de uso comercial, en coordinación con el Eje-
cutivo Nacional”.
Por otra parte, el artículo 165 de la Constitución al regular las ma-
terias de competencia concurrente, es decir, que corresponden a los tres
niveles de gobierno (nacional, estadal y municipal), dispone que su regu-
lación se debe realizar “mediante leyes de bases dictadas por el Poder
nacional, y leyes de desarrollo aprobadas por los Estados”. En las Pro-
puestas de reforma 2007, se las convierte a las competencias concurren-
tes en competencias exclusivamente nacionales al proponerse en dicho
artículo 165, pura y simplemente, que “las materias objeto de competen-
cias concurrentes serán reguladas por el Poder Nacional”, perdiendo
los Estados toda competencia en la materia.
47
Por último, en la Propuesta de reforma 2007, otro golpe de gracia
definitivo a la forma federal del Estado, es la propuesta de eliminar la
tradicional competencia residual de los Estados establecida en el artícu-
lo 164,11 de la Constitución de 1999, en el sentido de que les correspon-
de “todo lo que no corresponda, de conformidad con esta Constitución, a
la competencia nacional o municipal”; buscando sustituir esta disposi-
ción por otra que establezca que sólo corresponde a los Estados, “todo
lo que le atribuya esta Constitución o Ley Nacional” (art.164,11).
Por último, en materia de competencia nacional compartida con la
municipal, se propone eliminar toda referencia al ámbito municipal de
la previsión del artículo 156,14 de la Constitución de 1999 según la cual
compete al Poder Nacional la creación y organización de impuestos te-
rritoriales o sobre predios rurales y sobre transacciones inmobiliarias,
“cuya recaudación y control corresponda a los municipios, de confor-
midad con esta Constitución”.’Por ello, en la propuesta de reforma del
artículo 179 de la Constitución de 1999, se propone eliminar como in-
greso municipal, “el impuesto territorial rural o sobre predios rurales”
que se busca que pase a ser un impuesto nacional exclusivamente.
48
de la organización y el funcionamiento de los Consejos Legislativos Estadales,
es decir, el órgano que ejerce el Poder Legislativo en los Estados”. Esa materia
debería ser competencia exclusiva de los Estados a ser regulados en sus respec-
tivas Constituciones (art. 164,1).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, materialmente se elimina to-
talmente la autonomía de los Estados, y se los hace órganos dependien-
tes del poder central.
En tal sentido, en el artículo 156 se busca atribuir al Poder Nacio-
nal potestades en cuanto a “la ordenación y gestión del territorio y el
régimen territorial del Distrito Federal, los estados, los municipios, te-
rritorios federales, ciudades federales, y de las dependencias federales y
demás entidades regionales” con lo que, la división territorial pasa a ser
una mera demarcación territorial de las actividades de los órganos del
Poder Nacional, convirtiéndose los Estados en simples “administracio-
nes periféricas” del Poder Central, sin autonomía alguna, sometidas a
la ordenación y gestión del Poder Nacional.
Por ello, también se propone eliminar la obligación que la Consti-
tución de 1999 imponía a la Asamblea Nacional de “velar por la auto-
nomía de los Estados” (art. 187,16).
49
zar”) la competencia que el artículo 164,10 de la Constitución de 1999
atribuye a los Estados en materia de la conservación, administración y
aprovechamiento de autopistas y carreteras nacionales, como un avance
en el proceso de descentralización.
Además, en el artículo 164 que en la Constitución de 1999 regula
las competencias de los Estados, en las Propuestas de reforma de 2007
se propone eliminar las siguientes, confirmando la centralización total
de competencias públicas en el nivel nacional:
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
164,5 de la Constitución de 1999 en materia del régimen y aprovecha-
miento de minerales no metálicos, las salinas y ostrales. En la propues-
ta de reforma 2007 sólo se le busca dejar a los Estados competencias en
materia de administración de tierras baldías” (art. 164, 5)
Se propone eliminar la competencia establecida en el artículo
164,5 de la Constitución de 1999 en materia de “la organización de la
policía y la determinación de las ramas de este servicio atribuidas a la
competencia municipal, conforme a la legislación nacional aplicable”.
Con ello se elimina la competencia de los Estados en relación con la
policía municipal, y se dispone la centralización total del régimen de las
policías, al proponerse sustituir esa norma por el artículo 164,6 que su-
jeta a “la organización de la policía estadal conforme a las competen-
cias que la legislación nacional determine”.
La competencia establecida en el artículo 164,7 de la Constitución
de 1999 en materia de “La creación, organización, recaudación, control
y administración de los ramos de papel sellado, timbres y estampillas”,
busca minimizar y neutralizar con la propuesta de agregar al nuevo artí-
culo 164,7 que esa competencia es “sin menoscabo de la obligación de
aceptar especies de valor equivalente expedidas por el Poder Nacional
u otros estados”.
Se destaca también en las Propuestas de reforma 2007, la elimina-
ción la tradicional competencia residual de los Estados establecida en el
artículo 164,11 de la Constitución de 1999, en el sentido de que les co-
rresponde “todo lo que no corresponda, de conformidad con esta Consti-
50
tución, a la competencia nacional o municipal”; buscando sustituir esta
disposición por otra que establezca que sólo corresponde a los Estados,
“todo lo que le atribuya esta Constitución o Ley Nacional” (art.164,11).
51
En las Propuestas de reforma 2007, se dispone la posibilidad de re-
elección indefinida de los gobernadores (art. 160).
En cuanto al Poder Legislativo estadal, este se ejerce en cada Estado por
un Consejo Legislativo conformado por un número no mayor de 15 ni menor
de 7 integrantes, quienes proporcionalmente deben representar a la población
del Estado y a los Municipios (art. 162).
El artículo 162 contiene una norma que sin duda atenta contra la autono-
mía de los Estados, al establecer que la ley nacional debe regular el régimen
de la organización y el funcionamiento del Consejo Legislativo, cuando eso
corresponde a las Constituciones que deben dictar los Consejos Legislativos
de los Estados (art. 164).
En todo caso, en cuanto a su competencia, los Consejos Legislativos tie-
nen las atribuciones siguientes: 1) Legislar sobre las materias de la competen-
cia estadal; 2) Sancionar la Ley de Presupuesto del Estado; y 3) Las demás
que le atribuya la Constitución y la ley (art. 162).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en el artículo 162 se propone
agregar prohibiciones adicionales a “los Estados de la República”, in-
dicándose que no podrán: “asumir funciones diplomáticas ni consula-
res propias; suscribir tratados con países ni con organismos internacio-
nales; contratar deuda pública; y suscribir convenios, acuerdos o con-
tratos con contribuyentes o grupos de contribuyentes específicos con la
finalidad de excluirlos de la aplicación de las reformas tributarias”. Es-
to mismo se vuelve a proponer como reforma del artículo 183 que se re-
fiere a las prohibiciones a los Estados y Municipios, al proponerse in-
cluir dos ordinales (3 y 4) con las siguientes prohibiciones: “4.- Contra-
er deuda pública interna o externa, salvo en lo relativo a aquellos con-
tratos de gestión ordinaria cuya ejecución se extiende por varios ejerci-
cios fiscales”, y “5. Celebrar contratos, convenios o acuerdos tendientes
a excluir a determinados contribuyentes o grupo de contribuyentes de
la aplicación de la reforma tributaria que la entidad sancione”.
Prohibiciones similares se repiten en la propuesta de reforma del
artículo 317 sobre el sistema tributario.
52
4. La organización del Poder Público Municipal
De acuerdo con el artículo 168 de la Constitución, los Municipios consti-
tuyen la unidad política primaria de la organización nacional, gozan de perso-
nalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de la Constitución y de la
ley. En todo caso, la organización municipal debe ser democrática y debe res-
ponder a la naturaleza propia del gobierno local (art. 169).
La autonomía municipal comprende, conforme al artículo 168, lo si-
guiente: 1. La elección de sus autoridades; 2. La gestión de las materias de su
competencia; y 3. La creación, recaudación e inversión de sus ingresos. Ade-
más, conforme lo establecía el artículo 29 de la Constitución de 1961, los ac-
tos de los Municipios no pueden ser impugnados sino ante los tribunales com-
petentes, de conformidad con la Constitución y la ley; por lo que no pueden
ser revisados, en forma alguna, por los órganos del Poder Nacional ni de los
Estados.
De acuerdo con el mismo artículo 168, las actuaciones de los Municipios
en el ámbito de sus competencias se deben cumplir incorporando la participa-
ción ciudadana al proceso de definición y ejecución de la gestión pública y en
el control y evaluación de sus resultados, en forma efectiva, suficiente y opor-
tuna, conforme a la ley.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en el artículo 168 se elimina de
las competencias municipales la competencia esencial del numeral 2 del
artículo 168 relativa a “la gestión de las materias de su competencia”,
con lo que se vaciaría a los Municipios de todo sentido de entidad autó-
noma.
Además, se pretende en las propuestas de reforma 2007, eliminar la
autonomía jurídica e institucional que establece el artículo 168 de la
Constitución de 1968 en el sentido de que los actos de los Municipios só-
lo pueden ser impugnados ante los tribunales competentes, de confor-
midad con la Constitución y la ley y, por tanto, no pueden ser revisados,
en forma alguna, por los órganos del Poder Nacional ni de los Estados.
Igualmente se propone eliminar la previsión del artículo 168 de la
53
Constitución de 1999 que dispone que las actuaciones de los Municipios,
en el ámbito de sus competencias, se deben cumplir incorporando la
participación ciudadana al proceso de definición y ejecución de la ges-
tión pública y en el control y evaluación de sus resultados, en forma efec-
tiva, suficiente y oportuna, conforme a la ley.
54
debe ser elegido por un período de 4 años por mayoría de las personas que vo-
tan, y podrá ser reelegido de inmediato y por una sola vez, para un período
adicional.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en el artículo 174 se propone
establecer la posibilidad de reelección indefinida de los Alcaldes.
Además, en las Propuestas de reforma se limita la autonomía muni-
cipal, al pretender agregarse al artículo 174 que los Alcaldes están obli-
gados a rendir cuenta de su gestión, anual y públicamente, mediante un
informe que presentará ante el Consejo Municipal del Poder Popular y
ante la Federación de los Consejos Comunales existentes en el Munici-
pio, y en el caso que ese informe sea improbado, será sometido en un
lapso de 30 días a la consideración de la Asamblea Nacional para que
ésta decida por mayoría de sus integrantes si procede su destitución.
55
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se limita esta manifestación de
la autonomía municipal, y se propone que la Contraloría Municipal ac-
túe
“bajo la rectoría de la Contraloría General de la República”, estando
además, obligada a “conocer, procesar y decidir oportunamente todas
las denuncias o informaciones que sobre la materia de su competencia le
formulen los ciudadanos o ciudadanas individual o colectivamente en el
ejercicio de la Contraloría Social”.
56
V
57
demás órganos electorales.
La esencia del principio de la separación de poderes en la Constitución es
que cada órgano del Poder Público tiene sus funciones propias, que ejerce con
autonomía e independencia, en un sistema de balances y contrapesos confor-
me al cual ningún órgano del Poder Público está sujeto a otro ni puede estarlo,
salvo en lo que se refiere a los mecanismos de control judicial, control fiscal o
la protección de derechos humanos.
La separación penta-partita del Poder Público Nacional en la Constitu-
ción de 1999, sin embargo, es engañosa, pues encubre un peligroso sistema de
sujeción de unos poderes a otros, que constituyen la puerta abierta a la concen-
tración del Poder Público y al autoritarismo; habiendo conducido la práctica
constitucional a una concentración del poder en la Asamblea Nacional y a una
sujeción de aquél y de ésta al Presidente de la República. La Constitución de
1999, sin embargo, buscaba asegurar la separación entre el Legislativo y el
Ejecutivo, al disponer que los diputados a la Asamblea no podían ser designa-
dos para cargos ejecutivos, “sin perder su investidura, salvo en actividades
docentes, académicas, accidentales o asistenciales, siempre que no supongan
dedicación exclusiva” (art. 191)
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan diluír la separación de po-
deres entre el Legislador y el Ejecutivo, al eliminarse la pérdida de in-
vestidura de los diputados cuando acepten cargos ejecutivos y, al con-
trario, se establece una total permeabilidad al proponerse que los dipu-
tados a la Asamblea Nacional puedan aceptar o ejercer cargos públicos
sin perder su investidura, “si son llamados para ejercer cargos cual-
quiera de los Poderes Públicos Nacionales, previa autorización por la
mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional, pudiendo reincor-
porarse a sus funciones cuando cesen en la gestión y así lo determine
la mayoría de los integrantes de la Asamblea” (art. 191).
58
En efecto, un sistema de separación de poderes implica ante todo que el man-
dato de los titulares de los órganos que ejercen el Poder Público no puede ser
revocado por otro órgano del Poder Público y que los titulares tienen el dere-
cho de permanecer en sus cargos hasta su término, sin poder ser removidos,
salvo mediante enjuiciamiento penal. Esto sin embargo, está roto en la Consti-
tución de 1999, al atribuirse a la Asamblea Nacional la potestad de remover
conforme se regule en la Ley que la propia Asamblea debe dictar, a los magis-
trados del Tribunal Supremo (art. 265), al Fiscal General de la República, al
Defensor del Pueblo, al Contralor General de la República (art. 279) y a los
miembros del Consejo Nacional Electoral (art. 296).
Así, la separación de poderes y la autonomía e independencia que su-
puestamente existe en la flamante penta-división del Poder es un engaño, al
incorporarse, por primera vez en el constitucionalismo venezolano, la sujeción
en última instancia de todos los poderes públicos no electos a la Asamblea
Nacional, lo que puede conducir a una concentración del poder en el órgano
político como lo ha demostrado la práctica de la transición constitucional. La
Constitución, por tanto, es engañosa al proclamar una separación de poderes,
cuando establece el germen de su indebida concentración política.
2. El sistema presidencial de gobierno
Por otra parte, en la relación entre el Poder Ejecutivo Nacional y el Poder
Legislativo, la Constitución optó por continuar con el sistema presidencial de
gobierno, aún cuando se le hayan incrustado algunos elementos del parlamen-
tarismo como ya había sucedido en la Constitución de 1961.
Sin embargo, en la Constitución de 1999, el presidencialismo se ha exa-
cerbado por la extensión del período constitucional del Presidente de la Repú-
blica, con reelección inmediata; y por la pérdida de balance o contrapeso de
los dos poderes, entre otros aspectos por la eliminación del bicameralismo.
En efecto, el modelo presidencial escogido se combina con los siguientes
cuatro factores: en primer lugar, la extensión del período presidencial a seis
años; y en segundo lugar, la reelección inmediata del Presidente de la Repú-
blica (art. 230). Ello atenta contra el principio de la alternabilidad republicana
al permitir un largo período de gobierno de 12 años. Pero los dos elementos
anteriores se combinan con otros dos: tercero, lo complicado del referendo
59
revocatorio del mandato (art. 72), lo que lo hace prácticamente inaplicable; y
cuarto, la eliminación del principio de la elección del Presidente por mayoría
absoluta y doble vuelta, que estaba en el proyecto aprobado en primera discu-
sión del proyecto de Constitución. Ello se eliminó en segunda discusión, con-
servándose la elección por mayoría relativa (art. 228) que preveía la Constitu-
ción de 1961 y, por tanto, de gobiernos electos con una minoría de votos, que
hace al sistema ingobernable.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan acentuar el carácter presi-
dencialista del sistema de gobierno, al pretender eliminar la sola posibi-
lidad de reelección inmediata del Presidente por una sola, y establecer
formalmente la posibilidad de reelección indefinida del Presidente de la
República (art. 230), y al hacer aún más dificultosa la posibilidad de
realización de un referendo revocatorio del mandato del Presidente de
la república (art. 72).
60
la independencia, integridad, soberanía del territorio y defensa de la Re-
pública”, la de “procurar la mayor suma de felicidad posible, la liber-
tad, la justicia, la igualdad, la solidaridad y el humanismo ético”; se
elimina la previsión establecida en la Constitución de 1999 de que la de-
claración de los estados de excepción no modifica el principio de su
responsabilidad, ni la del Vicepresidente Ejecutivo, ni la de los Minis-
tros, de conformidad con esta Constitución y con la ley” (art. 232).
Otro elemento que debe mencionarse en la relación entre los Poderes del
Estado, es la atribución dada al Tribunal Supremo de Justicia para decretar, sin
mayores precisiones “la destitución del Presidente de la República” (art. 233).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007 se limita esta potestad del Tri-
bunal Supremo de Justicia, al exigirse que la destitución decretada por
el Tribunal Supremo de Justicia, queda sujeta a la “previa aprobación
de la Asamblea Nacional” (art. 233), lo que refuerza la concentración
del poder en la Asamblea.
Por otra parte, en cuanto a las causales de falta absoluta del Presi-
dente de la República, en las propuestas de reforma 2007 se busca exigir
que en los casos de renuncia del Presidente, esta debe ser “escrita, sus-
crita y debidamente aceptada por la Asamblea Nacional” (art. 233) lo
que de nuevo refuerza la concentración de poder en la Asamblea.
61
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Sin embargo, para reforzar aún más el presidencialismo, en las
Propuestas de reforma 2007, han invertido las dos normas de los artícu-
los 225 y 226. Se propone que el artículo 225 establezca que “el Presi-
dente de la República es el jefe del estado y Jefe de gobierno, en cuya
condición dirige al Ejecutivo Nacional”, incorporándose a la Constitu-
ción una terminología más propia de los sistemas parlamentarios (jefe de
gobierno); y se propone que en el artículo 226 (que recoge el texto del
225 de la Constitución de 1999), se agregue que además de al Vicepresi-
dente Ejecutivo, el Presidente puede nombrar “Vicepresidentes para de-
terminado territorio, sector o materia, quienes tendrán las competencias
que este les asigne”. Esta previsión se repite en la propuesta de reforma
de los artículos 236,3; 238; 239,10; 241, y 243. Se trata de una nueva fi-
gura para reforzar la acción directa del Presidente en el territorio o en
materias, independientemente del sistema de distribución vertical del
Poder Público o de las posibles autonomías, que se establezca, con lo
que se acentúa aún más el centralismo de Estado controlado por el Pre-
sidente. En las Propuestas de reforma 2007, sin embargo, los Vice Pre-
sidentes contradictoriamente no aparecen como miembros del Consejo
de Ministros, y solo se prevé que podrán ser convocados al mismo (art.
242).
3. El Poder Legislativo Nacional: la Asamblea Nacional
El Poder Legislativo Nacional se ejerce por la Asamblea Nacional como
cuerpo unicameral, en lo que la Constitución de 1999 cambió radicalmente la
tradición bicameral que caracterizaba a los órganos del Poder Legislativo Na-
cional desde 1811, y establecer una sola Cámara Legislativa lo que, por lo
demás, es contradictorio con la forma federal del Estado, y con la descentrali-
zación política.
De acuerdo con el artículo 186 de la Constitución, la Asamblea Nacional
está integrada por diputados elegidos en cada entidad federal, es decir, en los
Estados y en el Distrito Capital por votación universal, directa, personalizada
y secreta con representación proporcional, según una base poblacional del
1,1% de la población total del país. Cada entidad federal tiene derecho a ele-
62
gir, además, tres diputados adicionales a los antes señalados.
Los pueblos indígenas de la República tienen derecho a elegir tres dipu-
tados de acuerdo con lo establecido en la ley electoral, respetando sus tradi-
ciones y costumbres (art. 125).
En todo caso, cada diputado debe tener un suplente escogido en el mismo
proceso.
En cuanto al período constitucional de los diputados y, por tanto, de la
Asamblea, el artículo 192 dispone que durarán 5 años en el ejercicio de sus
funciones, pudiendo ser reelegidos por dos períodos consecutivos como má-
ximo.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 además de buscar cambiar la de-
nominación de la Asamblea Nacional por la de “Asamblea Nacional del
Poder Popular” (art. 186).
Además, las Propuestas de reforma 2007 buscan ampliar las com-
petencias de la Comisión Delegada de la Asamblea, agregándose a las
atribuciones de la misma previstas en el artículo 196 de la Constitución
de 1999, las de“7. Autorizar al Ejecutivo Nacional para celebrar contra-
tos de interés nacional, en los casos establecidos en la ley; y 8. Autorizar
el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras
en el País”.
63
(art. 198).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 busca eliminar esta congruente y
democrática incompatibilidad de que una vez revocado el mandato, el
diputado revocado no pueda optar a cargos de elección en el siguiente
período, y solamente establecer, en cambio, que el diputado “revocado,
no podrá optar a cargos de elección durante el período para el cual
había sido electo”.
64
Por otra parte, la Constitución de 1999 amplió la legitimidad para la ini-
ciativa para la discusión de las leyes ante la Asamblea la cual corresponde
conforme al art. 204: al Poder Ejecutivo Nacional (ord. 1); a la Comisión De-
legada y a las Comisiones Permanentes (ord. 2); a los integrantes de la Asam-
blea Nacional, en número no menor de tres (ord. 3); al Tribunal Supremo de
Justicia, cuando se trate de leyes relativas a la organización y procedimientos
judiciales (ord. 4); al Poder Ciudadano, cuando se trate de leyes relativas a los
órganos que lo integran (ord. 5); al Poder Electoral, cuando se trate de leyes
relativas a la materia electoral (ord. 6); a los electores en un número no menor
del 0,1% de los inscritos en el registro electoral permanente (ord. 7); y a los
Consejos Legislativos estadales, cuando se trate de leyes relativas a los Esta-
dos.
Otra innovación de importancia en esta materia fue la establecida en el
artículo 211 que estableció en forma general que durante el procedimiento de
discusión y aprobación de los proyectos de leyes, la Asamblea Nacional o las
Comisiones Permanentes, deben consultar a los otros órganos del Estado, a los
ciudadanos y a la sociedad organizada para oír su opinión sobre los mismos.
En particular, además, conforme al artículo 206, los Estados deben ser
consultados por la Asamblea Nacional, a través de los Consejos Legislativos,
cuando se legisle en materias relativas a los mismos. La ley debe establecer
los mecanismos de consulta a la sociedad civil y demás instituciones de los
Estados, por parte de los Consejos en dichas materias.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan eliminar la participación
política en la consulta de las leyes, al eliminarse que la ley debe estable-
cer “mecanismos de consulta a la sociedad civil”, como lo prevé el artí-
culo 206, y sustituirla por “mecanismos de consulta al pueblo” expre-
sión que es más imprecisa y elusiva para establecer dichos mecanismos.
65
Consejo Moral Republicano; los integrantes del Poder Electoral; los Estados, a
través de un representante designado por el Consejo Legislativo y los repre-
sentantes de la sociedad organizada, en los términos que establezca el regla-
mento de la Asamblea Nacional.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan eliminar toda consulta po-
sible a los Estados, cuando una ley afecte sus intereses, sustituyéndose el
derecho de palabra de los Estados a través de un o una representante
designado o designada por el Consejo Legislativo, como lo dispone el
artículo 211, por “los representantes del los Consejos comunales desig-
nados”.
66
entregará la versión para su lectura y sanción de la Ley”.
67
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan limitar las facultades de
control al establecer, por una parte, como excepción general a la obliga-
ción de los funcionarios de suministrar las informaciones y documentos
que les requieran la Asamblea o las Comisiones en sus funciones de con-
trol, al agregar al artículo 223 que “podrán excepcionarse de prestar
determinadas informaciones cuando ello afecta la seguridad y defensa
de la nación o la materia de reserva legal”; y por la otra que cuando se
trate de la comparecencia de las máximas autoridades de los poderes
públicos, las Comisiones no pueden acordarla sino que la misma debe
ser aprobada por la Directiva de la Asamblea Nacional (art. 224).
4. El Poder Ejecutivo Nacional
Conforme al artículo 225 de la Constitución, el Poder Ejecutivo se ejerce
por el Presidente de la República, el Vicepresidente Ejecutivo, los Ministros y
demás funcionarios que determinen la Constitución y la ley.
Dado el sistema presidencial de gobierno que se conserva en la Constitu-
ción, el artículo 226 dispone que el Presidente de la República es a la vez el
Jefe del Estado y del Ejecutivo Nacional, en cuya condición dirige la acción
del Gobierno.; y su elección se debe siempre realizar por votación universal,
directa y secreta, en conformidad con la ley (art. 227).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007 se propone en el artículo 225,
que se establezca que “el Presidente de la República es el jefe del estado
y Jefe de gobierno, en cuya condición dirige al Ejecutivo Nacional”,
incorporándose a la Constitución una terminología más propia de los
sistemas parlamentarios (jefe de gobierno); y en el artículo 236,2 atri-
buir al Presidente la facultad de “dirigir las acciones de Estado y de
Gobierno y coordinar las relaciones con los otros Poderes Públicas Na-
cionales en su carácter de Jefe de Estado”.
68
postulación o en cualquier momento entre esta fecha y la de la elección (art.
229).
De acuerdo con la misma orientación de la Constitución de 1961, se debe
proclamar electo el candidato que hubiere obtenido la mayoría de votos váli-
dos (art. 228), es decir, la mayoría relativa; habiéndose rechazado la propuesta
de establecer el el principio de la mayoría absoluta y la doble vuelta en la elec-
ción presidencial.
De acuerdo con el artículo 230, el período del Presidente de la República
es de 6 años, pudiendo ser reelegido de inmediato y por una sola vez, para un
período adicional. Fue totalmente inconveniente regular la reelección inmedia-
ta extendiendo a la vez el período constitucional del Presidente de los 5 años
que establecía la Constitución de 1961 (art. 135) a 6 años. Por ello, incluso se
propuso ante la Asamblea Constituyente que el período fuese de 4 años para
que hubiera reelección; sin embargo, la Constitución se aprobó previendo la
reelección por una sola vez y sólo para el período siguiente inmediato (art.
230).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan ahora incluso eliminar la
sola posibilidad de reelección inmediata del Presidente por una sola, y
establecer en su lugar, formalmente la posibilidad de reelección indefi-
nida del Presidente de la República (art. 230).
69
asigne el Presidente”. Esta previsión se repite en la propuesta de refor-
ma de los artículos 226, 236,3; 238; 239,10; 241, y 243. Se trata de una
nueva figura para reforzar la acción directa del Presidente en el territo-
rio o en materias, independientemente del sistema de distribución verti-
cal del Poder Público o de las posibles autonomías, que se establezca,
con lo que se acentúa aún más el centralismo de Estado controlado por
el Presidente. En las Propuestas de reforma 2007, sin embargo, los Vice
Presidentes contradictoriamente no aparecen como miembros del Conse-
jo de Ministros, y solo se prevé que podrán ser convocados al mismo
(art. 242).
70
El artículo 236 de la Constitución enumera las competencias del Presi-
dente de la República siguiendo la tradición constitucional anterior, con algu-
nas innovaciones como la de formular el Plan de desarrollo nacional y dirigir
su ejecución con la aprobación de la Asamblea (art. 236, 18) y fijar el número,
organización y competencia de los Ministerios y otros organismos de la Ad-
ministración (art. 236,20).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007 buscan eliminar la necesaria
aprobación de la Asamblea Nacional en relación con la formulación y
ejecución del Plan Nacional de desarrollo por parte del Presidente de la
República (art. 236, 18).
En cuanto a los Ministros son órganos directos del Presidente de la Re-
pública, y reunidos conjuntamente con este y con el Vicepresidente Ejecutivo,
integran el Consejo de Ministros (art. 242). Los Ministros tienen derecho de
palabra en la Asamblea Nacional y en sus Comisiones (art. 211). Además,
pueden tomar parte en los debates de la Asamblea Nacional, sin derecho al
voto (art. 245).
El artículo 246 de la Constitución establece que la aprobación de una
moción de censura a un Ministro por una votación no menor de las 3/5 partes
de los integrantes presentes de la Asamblea Nacional, implica su remoción.
En este caso, el funcionario removido no puede optar al cargo de Minis-
tro ni de Vicepresidente Ejecutivo por el resto del período presidencial.
Los Ministros reunidos con el Presidente y con el Vicepresidente integran
el Consejo de Ministros (art. 242), forma en la cual, conforme al artículo 236
de la Constitución, el Presidente de la República debe obligatoriamente ejercer
un conjunto de atribuciones (numerales 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 18, 20, 21, 22).
Las reuniones del Consejo de Ministros las preside el Presidente de la
República pero puede autorizar al Vicepresidente Ejecutivo para que las presi-
da cuando no pueda asistir a ellas. En todo caso, las decisiones tomadas deben
ser ratificadas por el Presidente de la República.
Conforme al mismo artículo 242 de la Constitución, de las decisiones del
Consejo de Ministros son solidariamente responsables el Vicepresidente Eje-
71
cutivo y los Ministros que hubieren concurrido, salvo aquellos que hayan
hecho constar su voto adverso o negativo. Por supuesto que dicha responsabi-
lidad solidaria también comprende al Presidente de la República cuando presi-
da el cuerpo.
El Procurador General de la República debe asistir al Consejo de Minis-
tros, pero con sólo derecho a voz (art. 250). La Procuraduría General de la
República se define en la Constitución, como un órgano del Poder Ejecutivo
Nacional que asesora, defiende y representa judicial y extrajudicialmente los
intereses patrimoniales de la República (art. 247). En particular, la Constitu-
ción exige que la Procuraduría debe ser consultada para la aprobación de los
contratos de interés público nacional.
Por último, otra innovación de la Constitución de 1999 fue la creación
del Consejo de Estado como órgano superior de consulta del Gobierno y la
Administración Pública Nacional (art. 251), presidido por el Vicepresidente
Ejecutivo, el cual sin embargo no ha sido puesto en funcionamiento. Tiene a
su cargo recomendar políticas de interés nacional en aquellos asuntos a los que
el Presidente de la República reconozca de especial trascendencia y requiera
su opinión. Corresponde a la ley respectiva determinar sus funciones y atribu-
ciones.
5. El Poder Judicial
A. Los principios de la justicia
Conforme al artículo 253 de la Constitución, la potestad de administrar
justicia emana de los ciudadanos y se imparte en nombre de la República por
autoridad de la ley. Además, conforme al artículo 26 de la Constitución, el Es-
tado debe garantizar “una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, trans-
parente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dila-
ciones indebidas ni formalismos o reposiciones inútiles”.
El sistema de justicia, es decir, los órganos del Poder Judicial está consti-
tuido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine
la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investiga-
ción penal, los auxiliares y funcionarios de justicia, el sistema penitenciario,
los medios alternativos de justicia, los ciudadanos que participan en la admi-
nistración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados para el
72
ejercicio (art. 253).
El principio de la independencia del Poder Judicial está declarado en el
artículo 254 de la Constitución, el cual, además, establece la autonomía finan-
ciera del mismo. Dicha norma, en efecto, dispone que el Tribunal Supremo de
Justicia goza de “autonomía funcional, financiera y administrativa”. A tal efecto,
dentro del presupuesto general del Estado se le debe asignar al sistema de jus-
ticia una partida anual variable, no menor del 2% del presupuesto ordinario
nacional, para su efectivo funcionamiento, el cual no puede ser reducido o
modificado sin autorización previa de la Asamblea Nacional. Lamentablemen-
te, lo que aparecía como una norma constitucional rígida, se cambió al atribuir
a la Asamblea Nacional la posibilidad de reducir o modificar el porcentaje se-
ñalado.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, sin embargo, se elimina este
principio de autonomía presupuestaria y solo se establece que “a tal
efecto, dentro del presupuesto general del Estado se le asignará al siste-
ma de justicia una partida anual suficiente del presupuesto ordinario
nacional, para su efectivo funcionamiento (art. 236, 18).
73
mover el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios
alternativos para la solución de conflictos.
B. Las Jurisdicciones en la Constitución
En la Constitución se establecen algunas normas que regulan en particu-
lar, las jurisdicciones constitucional, disciplinaria judicial, contencioso-
administrativo, electoral, penal militar, justicia de paz y jurisdicción indígena.
Así, la Constitución de 1999 establece expresamente que corresponde al
Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional, ejercer exclusivamente la
jurisdicción constitucional, para declarar la nulidad de las leyes y demás actos de
los órganos que ejercen el Poder Público, dictados en ejecución directa e inme-
diata de la Constitución o que tengan rango de Ley (art. 334).
El artículo 267 de la Constitución establece la jurisdicción disciplinaria
judicial, remitiendo a la Ley la determinación de los Tribunales disciplinarios
que la ejercerán. El régimen disciplinario de los magistrados y jueces debe
estar fundamentado en el Código de Ética del Juez Venezolano, que debe dic-
tar la Asamblea Nacional. El procedimiento disciplinario debe ser público, oral
y breve, conforme al debido proceso, en los términos y condiciones que establez-
ca la ley. Lamentablemente, sin embargo, la prolongación de la transitoriedad
constitucional y del funcionamiento de la Comisión de Funcionamiento del
Poder Judicial creada por la Asamblea Constituyente, han impedido sistemáti-
camente la estructuración de esta importante jurisdicción.
Siguiendo la orientación del artículo 206 de la Constitución de 1961, el
artículo 259 de la Constitución de 1999 dispone que “la jurisdicción conten-
cioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a los de-
más tribunales que determine la ley. Los órganos de la jurisdicción contencio-
so administrativa son competentes para anular los actos administrativos gene-
rales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviación de poder;
condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios
originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por
la prestación de servicios públicos; y disponer lo necesario para el restableci-
miento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad ad-
ministrativa”.
De acuerdo con el artículo 297 de la Constitución debe existir una juris-
74
dicción contencioso-electoral ejercida por la Sala Electoral del Tribunal Su-
premo de Justicia y los demás tribunales que determine la ley.
Conforme al artículo 261, la jurisdicción penal militar es parte integrante
del Poder Judicial, y sus jueces deben ser seleccionados por concurso. Su ám-
bito de competencia, organización y modalidades de funcionamiento se deben
regir por el sistema acusatorio, de acuerdo con lo previsto en el Código Orgá-
nico de Justicia Militar. En todo caso, la comisión de delitos comunes, viola-
ciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, serán juzgados
por los tribunales ordinarios, limitándose la competencia de los tribunales mi-
litares a delitos de naturaleza militar.
Por otra parte, conforme al artículo 260 de la Constitución se autoriza a
las autoridades legítimas de los pueblos indígenas para aplicar en su hábitat
instancias de justicia con base en sus tradiciones ancestrales y que sólo afecten
a sus integrantes, según sus propias normas y procedimientos, siempre que no
sean contrarios a la Constitución, a la ley y al orden público. En todo caso, la
ley debe determinar la forma de coordinación de esta jurisdicción especial con
el sistema judicial nacional.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007, en una confusión entre Jurisdic-
ción como conjunto de órganos judiciales con una competencia específi-
ca como siempre se ha usado en el derecho venezolano, y “jurisdicción”
como la función estatal de decidir sobre derecho en casos concretos,
particularmente atribuida como función propia a los órganos del Poder
Judicial, o “jurisdicción” como ámbito de acción territorial de los órga-
nos del Estado; propone eliminar de la Constitución la denominación
de “Jurisdicción” y sustituirla por “competencia”. Así se propone en
relación con la Jurisdicción Contencioso Administrativa (art. 259), ju-
risdicción de los pueblos indígenas (art. 260) jurisdicción penal militar
y jurisdicciones especiales (art. 261), Jurisdicción Constitucional
(266,1), y Jurisdicción disciplinaria judicial (art. 267, 270) y la Juris-
dicción contencioso electoral (art. 297); la cual se busca ahora denomi-
nar como competencia contencioso administrativa (art. 259), competen-
cia en las instancias judiciales de los pueblos indígenas (art. 260; com-
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petencia penal militar y competencias especiales (art. 261), competencia
constitucional (266,1), competencia disciplinaria judicial (art. 267) y
competencia contencioso electoral (art. 297). Para sólo destacar el tema
de la Jurisdicción contencioso administrativa o de la Jurisdicción
Constitucional, la propuesta de reforma ignora los principios más ele-
mentales y universales del derecho administrativo y del derecho consti-
tucional.
Las Propuestas de reforma 2007, además, en relación con los me-
dios alternativos de solución de conflictos, como el arbitraje, la concilia-
ción y la mediación que el artículo 258 exigen que deben ser promovi-
dos, busca limitar su aplicación en “lo relativo a la propiedad pública y
social, materias atinentes al orden público y demás excepciones estable-
cidas en esta Constitución”.
En relación con las instancias de justicia de los pueblos indígenas
se elimina la limitación de su uso en materias que sean contrarios al or-
den público (art. 260).
En cuanto a la Jurisdicción penal militar, que se pretende denomi-
nar, competencia penal militar, se elimina la exigencia de la Constitu-
ción (art. 261) de que se regirán por el sistema acusatorio remitiéndose
solo a lo que disponga el Código Orgánico de Justicia Militar; y además
se elimina el principio fundamental de que “la comisión de delitos co-
munes, violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humani-
dad, serán juzgados por los tribunales ordinarios” que establece el artí-
culo 261, con lo que se abre la posibilidad de que esos delitos cometidos
por militares se juzguen por tribunales militares.
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cipio de la elección popular y democrática por votación universal, dire-
cta y secreta de los jueces de paz sustituyéndose la elección popular di-
recta por la designación “por la asamblea de ciudadanos por votación
universal, directa y secreta conforme a la ley”.
C. Los principios de la carrera judicial
Ahora bien, en cuanto a la carrera judicial, de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 255 de la Constitución, el ingreso a la carrera judicial y el ascen-
so de los jueces se debe hacer por concursos de oposición públicos que asegu-
ren la idoneidad y excelencia de los participantes y serán seleccionados por los
jurados de los circuitos judiciales, en la forma y condiciones que establezca la
ley. El nombramiento y juramento de los jueces corresponde al Tribunal Su-
premo de Justicia. La ley debe garantizar la participación ciudadana en el pro-
cedimiento de selección y designación de los jueces. Lamentablemente, nada
de esto se ha implementado, y en 2007 todavía no se habían realizado los con-
cursos públicos, y en su sustitución, lo que se establecieron fueron sistemas de
titulación de jueces suplentes sin concursos, en clara violación de la Constitu-
ción.
La Constitución además, concibió al Comité de Postulaciones Judiciales
(art. 270), como un órgano asesor del Poder Judicial para la selección de los
candidatos a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (art. 264). Igual-
mente, el Comité debe asesorar a los colegios electorales judiciales para la
elección de los jueces de la jurisdicción disciplinaria.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Las Propuestas de reforma 2007, incomprensiblemente, proponen
que el Comité de Postulaciones Judiciales sea un órgano asesor del Po-
der Ciudadano en lugar del Poder Judicial (art. 270); y se busca que el
mismo intervenga además de en la selección de los Magistrados al Tri-
bunal Supremo, en la designación del Director de la Dirección Ejecuti-
va de la magistratura y del Servicio de la defensa Pública. (art. 270).
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establezca la ley. Sin embargo, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Jus-
ticia de 2004, lo que reguló fue una comisión parlamentaria ampliada, contro-
lada por el parlamento, burlando la disposición constitucional,
Por otra parte, la Constitución dispuso que los jueces sólo podían ser re-
movidos o suspendidos de sus cargos mediante los procedimientos expresa-
mente previstos en la ley (art. 255), es decir, los juicios disciplinarios, llevados
por jueces disciplinarios, los cuales hasta 2007 no se habían establecido. Estos
jueces, conforme al artículo 267 de la Constitución deben actuar como “juris-
dicción disciplinaria judicial”, fundamentados en el Código de Ética del Juez
Venezolano, que debe dictar la Asamblea Nacional, a través de un procedi-
miento que debe ser público, oral y breve, conforme al debido proceso, en los
términos y condiciones que establezca la ley. Lamentablemente, sin embargo, la
prolongación de la transitoriedad constitucional y del funcionamiento de la
Comisión de Funcionamiento del Poder Judicial creada por la Asamblea Cons-
tituyente, han impedido sistemáticamente la estructuración de esta importante
jurisdicción.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se legitima y regulariza esta
transitoriedad, al disponerse que “mientras no se constituyan los tribu-
nales, estará a cargo de una comisión judicial integrada por los presi-
dentes de las diferentes salas del Tribunal Supremo. En ejercicio de la
competencia disciplinaria, se podrá suspender o remover a los jueces
provisorios o titulares” art. 267)
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gremial, sindical o de índole semejante, ni realizar actividades privadas lucrativas
incompatibles con su función, ni por sí ni por interpuesta persona, ni ejercer nin-
guna otra función pública a excepción de actividades educativas.
La Constitución, por último, prohibió a los jueces asociarse entre sí (art.
256), lo que constituye, sin duda, una limitación constitucional al derecho de
asociación (art. 52).
D. El Tribunal Supremo de Justicia y el gobierno y administración del
sistema judicial
La Constitución de 1999 creó el Tribunal Supremo de Justicia en
sustitución de la Corte Suprema de Justicia, el cual funciona en Sala Plena y
en Salas Constitucional, Político-Administrativa, Electoral, de Casación Civil,
Casación Penal y de Casación Social, cuya integración y competencia deben
ser determinadas por su ley orgánica, regulándose sólo la competencia de la
Sala Social en lo referente a la casación agraria, laboral y de menores (art.
262).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, sin embargo, se elimina la
enumeración de las salas del Tribunal Supremo, remitiéndose la inte-
gración, competencia y funcionamiento de las mismas a la ley (arts. 262,
y art 266). Ello implica, ante todo, la eliminación del rango constitucio-
nal de la Sala Constitucional como el órgano de la Jurisdicción Consti-
tucional.
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cia, que en 2000 decidió que los mismos no se aplicaban en los casos de “rati-
ficación” de los Magistrados.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se relajan estos estrictos requi-
sitos, y se dispone que el requisito de ejercicio de la abogacía es solo du-
rante un mínimo de 10 años; que el requisito de haber sido profesor
universitario en ciencia jurídica es solo durante un mínimo de diez
años, eliminándose el requisito de ser profesor titular; en cuanto al re-
quisito de haber sido juez por un mínimo de 15 años, se elimina, sustitu-
yéndoselo por haberse desempeñado en el Sistema Judicial por un mí-
nimo de 10 años (art. 263).
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En las Propuestas de reforma 2007, se establece un período de seis
años para los magistrados, pudiendo ser reelegidos por una sola vez
(art. 264).
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cial”, eliminando al Consejo de la Judicatura que como órgano con autonomía
funcional ejercía estas funciones conforme a la previsión del artículo 217 de la
Constitución de 1961.
De acuerdo con el artículo 267, entonces, corresponde al Tribunal Su-
premo de Justicia la dirección, el gobierno y la administración del Poder Judi-
cial, la inspección y vigilancia de los tribunales de la República y de las De-
fensorías Públicas. Igualmente, le corresponde la elaboración y ejecución de
su propio presupuesto y del presupuesto del Poder Judicial, conforme a los
principios establecidos en el artículo 254. Para el ejercicio de estas atribucio-
nes, el Tribunal Supremo en pleno debe crear una Dirección Ejecutiva de la
Magistratura, con sus oficinas regionales.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca reformar el artículo
267 para establecer directamente en la Constitución que la dirección, el
gobierno y la administración del Poder Judicial, lo ejercerá el Tribunal
Supremo “a través de la Magistratura, cuyo titular será designado por
la Asamblea Nacional, mediante el mismo procedimiento de nombra-
miento de los magistrados”. En esta forma, se limita la potestad del Po-
der Judicial en cuanto al gobierno y administración del Poder Judicial,
con la intervención de la Asamblea Nacional.
En las Propuestas de reforma 2007, además, se atribuye a los tribu-
nales disciplinarios, además de la jurisdicción disciplinaria sobre los
jueces, “la inspección y vigilancia de los Tribunales”, eliminándose es-
ta competencia de las que tiene el Tribunal Supremo. Sin embargo, como
dichos tribunales no se han regulado y creado, en la propuesta de refor-
ma 2007 se propone regular transitoriamente el tema disponiéndose que
“mientras no se constituyan los tribunales, estará a cargo de una comi-
sión judicial integrada por los presidentes de las diferentes salas del Tri-
bunal Supremo” (art. 267).
El artículo 268 estableció como parte integrante del sistema judicial al ser-
vicio de defensa pública, que la ley debe regular con autonomía; y el artículo
272 precisó las características del sistema penitenciario, prescribiendo que debe
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crearse un ente penitenciario con carácter autónomo y personal exclusivamente
técnico y que debe regirse por una administración descentralizada a cargo de los
gobiernos estadales, o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de
privatización.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se limita una vez más el carác-
ter del Tribunal Supremo de Justicia como rector del sistema judicial, y
se atribuye a la Asamblea nacional la competencia para designar al ti-
tular del Sistema autónomo de Defensa Pública con el mismo procedi-
miento como se designan los magistrados (art. 268).
En cuanto al sistema penitenciario, en las Propuestas de reforma
2007 se elimina tanto la necesidad de que se cree un ente penitenciario
con carácter autónomo y personal exclusivamente técnico y exigencia de
su administración descentralizada a cargo de los gobiernos estadales, o
municipales, como la posibilidad de que sean sometidos a modalidades de
privatización (art. 272).
6. El Poder Ciudadano
Otra innovación de la Constitución de 1999 fue declarar formalmente
como formando parte de la distribución del Poder Público Nacional, además
del Poder Legislativo Nacional, del Poder Ejecutivo Nacional y del Poder Ju-
dicial, tanto al Poder Ciudadano como al Poder Electoral (art. 136).
En cuanto al Poder Ciudadano, el mismo lo ejercen dos órganos de rango
Constitucional con tradición en el país, como la Contraloría General de la Re-
pública y el Ministerio Público (Fiscalía General de la República) y un órgano
nuevo creado por la Constitución de 1999, el Defensor del Pueblo, en la orienta-
ción general de los organismos similares creados en toda América Latina. Así,
conforme al artículo 273 de la Constitución los órganos del Poder Ciudadano
son la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la Contraloría General
de la República y sus titulares, designados por períodos de 7 años, reunidos,
forman el Consejo Moral Republicano (art. 274).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en cuanto a los miembros del
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Poder Ciudadano (Fiscal General de la República, Contralor General de
la República y Defensor del Pueblo), uniformemente, se les ha reducido
el período a seis años y se ha dispuesto la posibilidad de reelección por
una sola vez (arts. 280, 284 y 288).
Estos órganos tienen a su cargo, como atribución común de conformidad
con la Constitución y la ley, prevenir, investigar y sancionar los hechos que
atenten contra la ética pública y la moral administrativa; velar por la buena
gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público, el cumplimiento y la
aplicación del principio de la legalidad en toda la actividad administrativa del
Estado, e igualmente, promover la educación como proceso creador de la ciu-
dadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia, la responsabilidad
social y el trabajo (art. 274).
En todo caso, el Poder Ciudadano es independiente y sus órganos gozan
de autonomía funcional, financiera y administrativa, a cuyo efecto, dentro del
presupuesto general del Estado se le debe asignar una partida anual variable.
Sin embargo, dichos funcionarios pueden ser removidos por la Asamblea na-
cional, con lo que queda lesionada su autonomía e independencia.
Los representantes del Consejo Moral Republicano deben formular a las
autoridades, y funcionarios de la Administración Pública, las advertencias so-
bre las faltas en el cumplimiento de sus obligaciones legales. De no acatarse
estas advertencias, el Consejo Moral Republicano puede imponer las sancio-
nes establecidas en la ley. En caso de contumacia, el Presidente del Consejo
Moral Republicano debe presentar un informe al órgano o dependencia al cual
esté adscrito el funcionario público, para que esa instancia tome los correcti-
vos de acuerdo con el caso, sin perjuicio de las sanciones a que hubiere lugar
en conformidad con la ley (art. 275).
Además, conforme al artículo 278, el Consejo Moral Republicano debe
promover todas aquellas actividades pedagógicas dirigidas al conocimiento y
estudio de la Constitución, al amor a la patria, a las virtudes cívicas y demo-
cráticas, a los valores trascendentales de la República y a la observancia y res-
peto de los derechos humanos.
A los efectos del nombramiento de los titulares de los órganos del Poder
Ciudadano por la Asamblea Nacional, el Consejo Moral Republicano debe
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convocar un Comité de Evaluación de Postulaciones del Poder Ciudadano,
que debe estar integrado por representantes de diversos sectores de la socie-
dad.
Dicho Comité debe adelantar un proceso público de cuyo resultado se
debe obtener una terna por cada órgano del Poder Ciudadano, que debe ser
sometida a la consideración de la Asamblea Nacional que, mediante el voto
favorable de las 2/3 partes de sus integrantes, escogerá en un lapso no mayor
de treinta días continuos, al titular del órgano del Poder Ciudadano que esté en
consideración.
Si concluido este lapso no hay acuerdo en la Asamblea Nacional, el Po-
der Electoral debe someter la terna a consulta popular.
El artículo 279 dispone, sin embargo, que en caso de no haber sido con-
vocado el Comité de Evaluación de Postulaciones del Poder Ciudadano, la
Asamblea Nacional debe proceder, dentro del plazo que determine la ley, a la
designación del titular del órgano del Poder Ciudadano correspondiente.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente el ré-
gimen del Comité de Evaluación del Poder Ciudadano, atribuyéndose a
la Asamblea Nacional la potestad de convocarlo, disponiendo su inte-
gración, no por representantes de los diversos sectores de la sociedad
como exige el artículo 279 de la Constitución de 1999, sino “por Dipu-
tados y voceros de los diferentes sectores del Poder Popular” (art. 279).
Se propone, además, la eliminación de la exigencia del nombramiento de
los miembros del Poder Ciudadano por el voto favorable de las dos ter-
ceras partes de sus integrantes de la Asamblea Nacional, por sólo la ma-
yoría de sus integrantes.
Por otra parte, en las Propuestas de reforma 2007 se propone que
la Asamblea Nacional pueda remover a los integrantes del Poder Ciu-
dadano por la mayoría de sus integrantes. (art. 279).
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el régimen constitucional de las mismos sigue las mismas orientaciones que
las que estaban en la Constitución de 1961. En particular, respecto de la Con-
traloría General de la República dado su ámbito de control sobre ingresos,
gastos y bienes nacionales, las funciones de la misma se establecieron “sin
perjuicio de las facultades que se atribuyan a otros órganos en el caso de los
Estados y Municipios, de conformidad con la ley”(art. 289,1); y en cuanto al
control de la deuda pública, la misma la ejerce la Contraloría “sin perjuicio de
las facultades que se atribuyen a otros órganos en el caso de los Estados y
Municipios, de conformidad con la Ley”(art. 289,2).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se elimina toda referencia a
que las funciones de la Contraloría General de la República se ejerce
“sin perjuicio de las facultades que se atribuyan a otros órganos en el
caso de los Estados y Municipios, de conformidad con la ley”(art.
289,1); o en materia de deuda pública, “sin perjuicio de las facultades
que se atribuyen a otros órganos en el caso de los Estados y Municipios,
de conformidad con la Ley”(art. 289,2)
Por otra parte, par asegurar el predominio de la Contraloría Ge-
neral de la República en materia de control fiscal, particularmente sobre
los Estados y Municipios, en las Propuestas de reforma 2007 se propone
agregar al artículo 290 que remite a la ley la regulación de lo relativo a
la organización y funcionamiento de la misma, que: “las funciones de
control de la Contraloría General de la República podrán extenderse de
acuerdo con la ley a los institutos autónomos, empresas del Estado, fun-
daciones y todos los demás entes en los cuales la República tenga parti-
cipación o aporte fondos. La ley determinará así mismo, lo relativo al
sistema nacional de control fiscal en los ámbitos nacional, estadal y mu-
nicipal y proveerá lo conducente para asegurar la idoneidad, probidad y
estabilidad de los Contralores Estadales y Municipales, cuya selección
se hará mediante concurso público convocado por la Contraloría Ge-
neral de la República y serán designados y destituidos por el Contralor
General”.
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La novedad constitucional en esta materia fue la creación de la Defenso-
ría del Pueblo, a cargo del Defensor del Pueblo, a quien compete la promo-
ción, defensa y vigilancia de los derechos y garantías establecidos en la Cons-
titución y los tratados internacionales sobre derechos humanos, además de los
intereses legítimos, colectivos y difusos de los ciudadanos (art. 280); y cuya
actividad se rige por los principios de gratuidad, accesibilidad, celeridad, in-
formalidad e impulso de oficio (art. 283).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se asigna a la Asamblea Na-
cional la potestad de designar al sustituto del Defensor del Pueblo en
caso de faltas absolutas del mismo, mientras se cumple el procedimiento
de designación art. 280).
7. El Poder Electoral
Otra innovación de la Constitución de 1999 fue que elevó al rango consti-
tucional al órgano de control electoral, el cual conforme a la Constitución de
1961 (art. 113) sólo tenía rango legal. Así, el artículo 292 dispone que el Po-
der Electoral se ejerce por el Consejo Nacional Electoral como ente rector y,
como organismos subordinados a éste, la Junta Electoral Nacional, la Comi-
sión de Registro Civil y Electoral y la Comisión de Participación Política y
Financiamiento, con la organización y el funcionamiento que establezca la ley
orgánica respectiva.
Entre las funciones del Poder Electoral (artículo 293) además de la orga-
nización, administración, dirección y vigilancia de todos los actos relativos a
la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos,
así como de los referendos (ord. 5), está la de organizar las elecciones de sin-
dicatos, gremios profesionales y organizaciones con fines políticos en los tér-
minos que señale la ley. Así mismo, puede organizar procesos electorales de
otras organizaciones de la sociedad civil a solicitud de éstas, o por orden de la
Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (ord. 6). Esto se configura
como una injerencia intolerable del Estado en las organizaciones intermedias
de la sociedad.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
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En las Propuestas de reforma 2007, se elimina la competencia que
el artículo 293,7 le asigna al Poder Electoral en materia de Registro Ci-
vil, y se elimina, además, la potestad del Poder Electoral de intervenir
en el funcionamiento interno de las asociaciones, proponiéndose en la
norma del ordinal 6 del artículo 293, que se asigne al Consejo Nacional
Electoral, competencia sólo para “asesorar las elecciones de sindicatos,
gremios profesionales y organizaciones con fines políticos cuando estos
lo soliciten” así como para “cooperar en los procesos electorales de
otras organizaciones del Poder Popular a solicitud de estas, o por or-
den del Tribunal Supremo de Justicia”.
El artículo 296 exige que el Consejo Nacional Electoral debe estar inte-
grado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos;
tres de ellos serán postulados por la sociedad civil, uno por las facultades de
ciencias jurídicas y políticas de las universidades nacionales, y uno por el Po-
der Ciudadano.
Los tres integrantes postulados por la sociedad civil deben tener seis su-
plentes en secuencia ordinal, y cada designado por las Universidades y el Po-
der Ciudadano tendrá dos suplentes, respectivamente.
El artículo 295 crea un Comité de Postulaciones Electorales de candida-
tos a integrantes del Consejo Nacional Electoral, el cual debe estar integrado
por representantes de los diferentes sectores de la sociedad, de conformidad
con lo que establezca la ley. Lamentablemente, sin embargo, también en este
caso, la Ley Orgánica del Poder Electoral lo que ha organizado en lugar del
Comité, es una comisión parlamentaria ampliada, sujeta al parlamento. En to-
do caso, los integrantes del Consejo Nacional Electoral son designados por la
Asamblea Nacional con el voto de las 2/3 partes de sus integrantes. Los inte-
grantes del Consejo Nacional Electoral escogerán de su seno a su Presidente,
de conformidad con la ley.
Los integrantes del Consejo Nacional Electoral duran siete años en sus
funciones y deben ser elegidos por separado: los tres postulados o postuladas
por la sociedad civil al inicio de cada período de la Asamblea Nacional, y los
otros dos a la mitad del mismo (art. 296).
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PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se establece directamente que
el Comité de Postulaciones Electorales, integrado por representantes de
los diferentes sectores de la sociedad, será designado por la Asamblea
Nacional (art. 295).
Además, en el artículo 296, se busca sustituir la postulación de unos
miembros del Comité por “la sociedad civil”, como lo indica el artículo
296 de la Constitución, por “los sectores sociales del pueblo organiza-
do”; y la postulación de otros en vez de por “las universidades naciona-
les” por las “universidades públicas” (art. 296).
En las propuestas de reforma 2007, además, se busca eliminar la
necesidad del voto de las dos terceras partes de los integrantes de la
Asamblea Nacional para designar los miembros del Consejo Nacional
Electoral, por el voto de la mayoría absoluta de sus integrantes (art.
296).
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VI
A UN ESTADO POLICIAL
Así como la Constitución Política regula la organización del Estado me-
diante sistemas de distribución y división (separación) del Poder Público; la
Constitución Social tiene por objeto regular el estatuto de las personas y de la
sociedad civil y sus relaciones con el Estado. Ello se concreta en el régimen de
los derechos y deberes constitucionales de las personas, en el cual se establece
esa relación Estado-Sociedad.
En esta materia de los derechos constitucionales y, en particular, en relación
con los derechos humanos, sin duda, la Constitución de 1999 fue un texto en el
cual se incorporaron notables innovaciones signadas por la progresividad de la
protección de los derechos humanos, como resulta del texto del Capítulo I sobre
Disposiciones Generales del Título IV sobre los Deberes, Derechos Humanos y
Garantías. Sin embargo, también hubo notables regresiones específicas, como la
violación de la reserva legal como garantía de los derechos por la previsión de
la delegación legislativa al Ejecutivo, y de las regulaciones excesivamente pa-
ternalistas y estatistas en el campo de los derechos sociales, en las cuales se ha
marginado a la sociedad civil.
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limitaciones o excepciones establecidas por esta Constitución y las leyes”. Es-
ta norma, sin embargo, desapareció del texto constitucional y nada se estable-
ce en la Constitución de 1999. No obstante, es evidente que el principio sigue
rigiendo en la forma expresada, derivada del derecho fundamental a la igual-
dad ante la ley (art. 21) y de la regulación expresa de la nacionalidad y ciuda-
danía, lo que por exclusión permite construir el régimen de los extranjeros.
En cuanto a la nacionalidad, la innovación fundamental de la Constitu-
ción de 1999 se refirió a la previsión expresa de la nacionalidad por nacimien-
to como un derecho humano, razón por la cual se dispuso en el artículo 35 que
los venezolanos por nacimiento “no pueden ser privados de su nacionalidad”.
Es decir, no puede haber acto estatal alguno que disponga la perdida de la na-
cionalidad venezolana por nacimiento.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se ha propuesto eliminar la ga-
rantía constitucional del derecho humano a la nacionalidad originaria,
prevista en el artículo 35 de la Constitución, consistente en la prohibi-
ción de que mediante un acto estatal se pueda privar a alguien de su na-
cionalidad originaria. La propuesta de reforma es sin duda, contraria al
principio de la progresividad que existe en materia de derechos humanos
(art. 19).
91
optar o adquirir otra nacionalidad”, cambió radicalmente el régimen anterior,
conforme al cual, de acuerdo con el artículo 39 de la Constitución de 1961, la
nacionalidad venezolana se perdía por opción o adquisición voluntaria de otra
nacionalidad. Se estableció así el derecho de las personas a gozar de doble o
múltiple nacionalidad, habiendo sin embargo la Constitución establecido res-
tricciones en cuanto al ejercicio de altos cargos públicos al exigir no sólo la
nacionalidad originaria, sino ésta como única nacionalidad (art. 41).
La Constitución, por otra parte, establece la posibilidad de renuncia de la
nacionalidad (art. 36), exigiendo por ejemplo, en caso de renuncia de la nacio-
nalidad por nacimiento, que para su recuperación la persona entre otros requi-
sitos se domicilie en el territorio por un lapso no menor de dos años (art. 36).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca agravar los requisitos
para la recuperación en estos casos de la nacionalidad por nacimiento
renunciada, exigiéndose que la persona se domicilie en el territorio por
un lapso no menor de diez años ininterrumpidamente.
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nal, Ministro, Gobernadores y Alcaldes de Estados y Municipios no fronterizos,
la Constitución exige que los venezolanos por naturalización deben tener domi-
cilio con residencia ininterrumpida en Venezuela no menor de quince años y
cumplir los requisitos de aptitud previstos en la ley (art. 41).
En cuanto a los extranjeros, el artículo 271 de la Constitución estableció el
principio de que en ningún caso podrá ser negada la extradición de los mismos
cuando sean “responsables de los delitos de deslegitimación de capitales, dro-
gas, delincuencia organizada internacional, hechos contra el patrimonio públi-
co de otros Estados y contra los derechos humanos”.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente el ré-
gimen de protección frente a los delitos mencionados de deslegitimación
de capitales, drogas, delincuencia organizada internacional, hechos co-
ntra el patrimonio público de otros Estados y contra los derechos huma-
nos; y se propone establecer en el artículo 271, solamente que la extra-
dición de los extranjeros solo se debe conceder en cumplimiento de un
tratado o de una ley, atendiendo al principio de reciprocidad, quedando
excluida de la extradición los delitos políticos y aquellos a los cuales
corresponda la pena de muerte o condena a cadena perpetua, según el
derecho del Estado reclamante”.
2. El régimen general de los derechos humanos
El artículo 19 de la Constitución de 1999 comienza el Título relativo a
los “Deberes, Derechos y Garantías constitucionales”, con una innovación en
la materia, disponiendo que el Estado debe garantizar a toda persona, confor-
me al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejerci-
cio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. El
respeto y garantía de los derechos, por tanto, son obligatorios para los órganos
del Poder Público de conformidad con la Constitución, los tratados sobre de-
rechos humanos suscritos y ratificados por la República y las leyes que los
desarrollen.
Se establece así, en primer lugar, la garantía estatal de los derechos
humanos, conforme al principio de la progresividad y no discriminación; y en
segundo lugar, la obligación estatal de respetarlos y garantizarlos no sólo con-
93
forme a la Constitución y a las leyes sino conforme a los tratados sobre dere-
chos humanos ratificados por la República.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, el artículo 19 agrega, como ti-
tulares de los derechos humanos que el Estado debe garantizar, además
de a las personas, “a las colectividades”.
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puesta de reforma, la posibilidad de “criminalizar” la disidencia.
95
cional a los tratados internacionales sobre derechos humanos, siguiendo los
antecedentes de la Constitución del Perú de 1979 (art. 105), de la Constitución
Argentina de 1994 (art. 75) y la orientación de la jurisprudencia de la Corte
Suprema sentada entre otras, en la sentencia de declaratoria de nulidad de la
Ley de Vagos y Maleantes (Véase en Revista de Derecho Público, Nº 69-70,
Caracas 1997, pp. 178-179). Estos antecedentes llevaron a la inclusión de una
norma, en el artículo 23, de la cual se destacan los siguientes aspectos: prime-
ro, el otorgamiento expreso de jerarquía constitucional a los tratados, pactos y
convenciones sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la Repúbli-
ca; segundo, la aplicación prevalente de los mismos en relación con la Consti-
tución y las leyes, si establecen normas más favorables; y tercero, la aplica-
ción inmediata y directa de los mismos por los órganos que ejercen el Poder
Público.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007 se busca reducir y minimizar los
importantes efectos protectivos de derechos humanos establecidos en es-
ta norma del artículo 23 de la Constitución de 1999, eliminándose to-
talmente la jerarquía constitucional y su prevalencia sobre el orden in-
terno, al formularse la norma en el sentido de que “los tratados, pactos y
convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por
Venezuela, mientras se mantenga vigentes, forma parte del orden inter-
no, y son de aplicación inmediata y directa por los órganos del Poder
Público”.
La eliminación de la jerarquía constitucional de los tratados de de-
rechos humanos y su valor prevalente sobre lo regulado en el orden in-
terno, es un duro golpe al principio de la progresividad en la protección
de los derechos que se recoge en el artículo 19 de la Constitución, que
no permite regresiones en la protección de los mismos.
Además, en las propuestas de reforma 2007 se agrega a la norma
del artículo 23 que “Corresponde a los tribunales de la República co-
nocer de las violaciones sobre las materias reguladas en dichos Trata-
dos”, lo que no tendría mayor efecto pues los tribunales tienen esa com-
petencia, pero no exclusiva. Sin embargo, la propuesta de reforma no
96
busca ratificar la competencia de los tribunales nacionales, lo que la-
mentablemente busca es establecer una prohibición constitucional para
la aplicación de la Convención Americana de Derechos Humanos en
cuanto a la competencia que tiene la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos para conocer de las violaciones de la misma. Con una
norma de este tipo, Venezuela quedaría excluida de la jurisdicción de
dicha Corte internacional y del sistema interamericano de protección
de los derechos humanos.
97
En la Constitución de 1999 se estableció, además, la garantía de la irre-
troactividad de la ley en relación con toda “disposición legislativa” (art. 24),
cualquiera que pueda ser el contenido de su regulación, y por tanto, no sólo en
materia penal. La consecuencia es que por supuesto, también en materia civil,
laboral, administrativa, comercial o de cualquier otra índole la garantía de la
irretroactividad es esencial para el ejercicio de los derechos humanos
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007 lamentablemente se busca redu-
cir la garantía de la irretroactividad de la ley, al limitársela a la “mate-
ria penal”, lo que también debe considerarse como una regresión y vio-
lación del principio de la progresividad.
98
En la Constitución de 1999, además, se incorporó una importante norma
protectiva sobre la garantía judicial y el derecho de acceso a la justicia que
tiene toda persona para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colec-
tivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente (art. 26). De esta norma, se destaca no sólo el dere-
cho de acceder a la justicia para la protección de sus derechos e intereses, in-
cluso de carácter colectivo y difuso, sino el derecho a la tutela efectiva de los
mismos, y el derecho a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
Además, en el mismo artículo constitucional se establecen los principios
generales del sistema judicial al establecer que “El Estado garantizará una jus-
ticia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, indepen-
diente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin forma-
lismos o reposiciones inútiles”.
La Constitución regula, además, la garantía de protección mediante re-
cursos efectivos: el derecho y la acción de amparo y la acción de habeas data
(art. 27), conforme a todos los principios fundamentales en materia de amparo
que se desarrollaron en aplicación de la Ley Orgánica de Amparo sobre Dere-
chos y Garantías Constitucionales.
La más importante de las garantías constitucionales, además del acceso a
la justicia, es que ésta se imparta de acuerdo con las normas establecidas en la
Constitución y las leyes, es decir, en el curso de un debido proceso. Estas ga-
rantías se han establecido detalladamente en el artículo 49 que exige que “el
debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrati-
vas”, regulándose las siguientes en forma detallada: el derecho a la defensa; la
presunción de inocencia; el derecho a ser oído; el derecho al ser juzgado por
su juez natural, que debe ser competente, independiente e imparcial; las garan-
tías de la confesión; el principio nullum crimen nulla poena sine lege; el prin-
cipio non bis in ídem y la garantía de la responsabilidad estatal por errores o
retardos judiciales.
Pero entre las garantías constitucionales de los derechos humanos, sin
duda, la más importante es la garantía de la reserva legal, es decir, que las li-
mitaciones y restricciones a los derechos sólo pueden establecerse mediante
ley formal. De allí la remisión que los artículos relativos a los derechos consti-
99
tucionales hacen a la ley.
Pero ley, en los términos de la garantía constitucional, sólo puede ser el
acto emanado de la Asamblea Nacional actuando como Cuerpo Legislador
(art. 202). Este es el único acto que puede restringir o limitar las garantías
constitucionales, como lo indica el artículo 30 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
Sin embargo, esta garantía puede considerarse que se violentó en el pro-
pio texto constitucional de 1999, al regular la “delegación legislativa” al Pre-
sidente de la República, mediante las llamadas “leyes habilitantes” (art. 203),
para poder dictar actos con rango y valor de ley en cualquier materia (art. 236,
ord. 8), que en la Constitución de 1961 sólo estaban reducidos a materias eco-
nómicas y financieras (art. 190, ord. 8).
Esto ha abierto la vía para la violación de la reserva legal que, como se
dijo, es la garantía constitucional más importante en relación con la efectiva
vigencia y ejercicio de los derechos humanos. La Corte Interamericana de De-
rechos Humanos, sin embargo, ha decidido formalmente en la Opinión Con-
sultiva OC-6/86 de 9-3-86 que la expresión “leyes” en el artículo 30 de la
Convención sólo se refiere a las emanadas de “los órganos legislativos consti-
tucionalmente previstos y democráticamente electos” (Revista IIDH; Instituto
Interamericano de Derechos Humanos Nº 3, San José 1986, pp. 107 y ss.), por
lo que en ningún caso las leyes habilitantes podrían autorizar al Presidente de
la República para dictar “decretos-leyes” restrictivos de derechos y garantías
constitucionales.
Por último, entre las garantías constitucionales, en el artículo 29 de la Cons-
titución se estableció expresamente la obligación del Estado de investigar y san-
cionar legalmente los delitos contra los derechos humanos cometidos por sus
autoridades; enumerándose una serie de delitos respecto de los cuales las accio-
nes penales son imprescriptibles.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, sin duda confundiendo el senti-
do protectivo de la norma, se agregó que la obligación del Estado de in-
vestigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos
no sólo se refiere a los cometidos por sus autoridades sino además, “por
100
los particulares”, lo que es absolutamente inútil pues ello es de la esen-
cia de la función judicial y de los tribunales. La norma, en realidad lo
que persigue es garantizar que los delitos cometidos por funcionarios no
queden impunes, amparados por la potestad estatal.
En la reforma, además, en relación a la imprescriptibilidad de la
acción penal en relación con los delitos de lesa humanidad, violaciones
graves a los derechos humanos y los crímenes de guerra, se agrega “las
violaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes, la desapari-
ción forzada de personas”.
Además se propone sustituir la garantía judicial prevista en la nor-
ma, al proponerse cambiar la redacción de que “las violaciones de dere-
chos humanos y los delitos de lesa humanidad serán investigados y juz-
gados por los tribunales ordinarios”, por la frase de que “Las violacio-
nes de derechos humanos y los delitos de lesa humanidad serán investi-
gados por el Ministerio Público y juzgados por los tribunales competen-
tes”. Con la redacción que se propone de sustituir la garantía de los
“tribunales ordinarios” por los “tribunales competentes”, lo que abre
es la posibilidad de que se puedan establecer en esos casos, tribunales
ad hoc o que los tribunales militares sean los que conozcan de esos deli-
tos. Esta regresión también afecta el principio de la progresividad.
101
procedimientos establecidos en la Constitución y la ley, las medidas que sean
necesarias para dar cumplimiento a las decisiones emanadas de los órganos
internacionales previstos en este artículo.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente el sen-
tido de esta norma de la Constitución de 1999, eliminándose su efecto
protectivo, en evidente violación del principio de la progresividad.
En efecto, en la propuesta de reforma, en primer lugar, se sustituyó
el sentido del derecho previsto de “solicitar el amparo a sus derechos
humanos” el de “demandar violación a sus derechos humanos”; en se-
gundo lugar, se busca limitar el derecho de toda persona a dirigir peti-
ciones o quejas ante los órganos internacionales creados para la protec-
ción de los derechos humanos, con el objeto de demandar violación a sus
derechos humanos, “siempre que hayan agotado las instancias nacio-
nales”; es decir, se pretende constitucionalizar la limitación al acceso a
las instancias constitucionales al necesario agotamiento de las instan-
cias nacionales, lo que puede hacer nugatorio el derecho de acceso a las
instancias internacionales; y en tercer lugar, se propone sustituir la
obligación del Estado de adoptar “conforme a procedimientos estableci-
dos en esta Constitución y la ley, las medidas que sean necesarias para
dar cumplimiento a las decisiones emanadas de los órganos internacio-
nales”, por una obligación de ejercer “conforme a procedimientos esta-
blecidos en esta Constitución y la ley, las medidas que sean necesarias
para dar cumplimiento a las decisiones emanadas de los órganos inter-
nacionales a través de los tribunales nacionales”. Con ello, se busca
restringir una vez más el ámbito de actividad protectiva de los tribunales
internacionales.
4. Los derechos individuales
El Capítulo IV del Título III de la Constitución se destina a regular “los
derechos civiles”, los que, en realidad, en castellano y conforme a la tradición
constitucional venezolana, son los derechos individuales. En realidad, la ex-
presión “derechos civiles” es una traducción de la expresión en inglés, “civil
rights” que se incorporó en la traducción al español del Pacto Internacional de
102
Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas, que es ley en la República
(Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 2.146 de 28-01-78).
Se regula, así el derecho a la vida, como inviolable, con la prohibición de
que se pueda establecer la pena de muerte (art. 43). En la Constitución de
1999, se reforzó la previsión de este derecho, obligándose en particular al Es-
tado a proteger “la vida de las personas que se encuentren privadas de su liber-
tad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cual-
quier otra forma”.
La Constitución, además, reguló expresamente el derecho al nombre (art.
56); y el derecho a la inviolabilidad de la libertad personal (art. 44), con los
siguientes derechos y garantías: garantías ante el arresto o detención; derecho
a la defensa y a no estar incomunicado; límite personal de las penas; la identi-
ficación de la autoridad; el derecho a la excarcelación; la protección frente a la
esclavitud o servidumbre; la prohibición de la desaparición forzosa de perso-
nas (art. 45).
En cuanto al derecho a la libertad personal, la garantía más importante
que se estableció en la Constitución de 1999 fue la de que el arresto o deten-
ción de las personas sólo puede tener lugar “en virtud de orden judicial, a me-
nos que sea sorprendida in fraganti” (art. 44,1).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente el sen-
tido de esta norma protectiva de la Constitución de 1999, al pretender
definirse el propio texto constitucional el sentido de la flagrancia, en
una forma tan amplia, que la garantía de la intervención judicial des-
aparece, dando origen a la posibilidad de detenciones administrativas,
policiales y políticas. En la propuesta de reforma de este artículo se pro-
pone agregar a la norma del artículo 44,1 de la Constitución de 1999
que “se entiende que hay flagrancia, cuando se sorprende al imputado
en plena ejecución del delito, o lo acabe de cometer y se le persiga para
su aprehensión, o se le sorprenda a poco de haberse cometido el delito,
cerca del lugar donde se produjo el hecho punible, con instrumentos u
otros objetos que hagan presumir la autoría el mismo, o cuando el sos-
pechoso se vea perseguido por la autoridad, la víctima o el clamor pú-
103
blico”.
Por otra parte, en la propuesta de reforma de nuevo en violación
del principio de la progresividad, se busca autorizar constitucionalmente
que personas no investidas de autoridad puedan detener a otras perso-
nas, al buscarse cambiar la norma que dispone que “En este caso será
llevada ante una autoridad judicial en un tiempo no mayor de cuarenta y
ocho horas a partir del momento de la detención”; por una que establece
que “en este caso será llevada ante una autoridad judicial en un tiempo
no mayor de cuarenta y ocho horas a partir del momento de la aprehen-
sión que de él o ella hagan personas investidas o no de autoridad”.
104
sentido de establecer en su lugar, que “será requerida orden de un juez
competente para su registrado, inspección o allanamiento, respetando
siempre la dignidad humana” sin limitación, agregándose inconvenien-
temente que “se exceptuará la presentación de orden judicial en aque-
llos casos en que se pretenda impedir la comisión de un delito”, con lo
que se deja abierta, materialmente sin límites y a la sola interpretación
del funcionario policial, el allanamiento del hogar o domicilio.
Por otra parte, en las propuestas de reforma 2007, se busca elimi-
nar las limitaciones establecidas respecto de “visitas sanitarias” en el
sentido de que sólo pueden practicarse “previo aviso de los funcionarios
que las ordenen o hayan de practicarlas”.
105
además, el derecho de reunión (art. 53); el derecho a la libre expresión del
pensamiento (art. 57); y el derecho a la información oportuna, veraz e impar-
cial, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados
directamente por informaciones inexactas o agraviantes (art. 58).
Una larga polémica se planteó en las discusiones constitucionales de
1999 respecto de la utilización de los adjetivos “oportuna, veraz e imparcial”
para calificar la información que toda persona tiene derecho a recibir, no por-
que no deba ser así, sino porque todos estos calificativos en la Constitución
podrían dar lugar a que desde el Estado pueda establecerse algún control para
determinar la veracidad, la oportunidad o la imparcialidad de la información, y
con ello el establecimiento de alguna “verdad oficial”. En una Constitución
signada por el principio de la progresión en la mayoría de los derechos indivi-
duales, esta regresión en materia de derechos individuales es inadmisible, pues
abre una grieta que puede servir al autoritarismo.
Por otra, en el artículo 57 se prohibió el anonimato, la propaganda de
guerra y los mensajes discriminatorios o que promuevan la intolerancia reli-
giosa; y garantizó a los funcionarios públicos el derecho de dar cuenta de los
asuntos bajo sus responsabilidades.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se busca eliminar la prohibi-
ción que establece el artículo 57 de la Constitución de 1999, de los men-
sajes que específicamente promuevan la intolerancia religiosa, y se
agregó la prohibición de los mensajes que promuevan “la intolerancia,
el odio o la incitación al delito”.
Además, se busca eliminar del artículo 57 de la Constitución, la
prohibición de la censura a los funcionarios públicos para dar cuenta
de los asuntos bajos sus responsabilidades.
106
de tener acceso a los archivos y registros administrativos, sin perjuicio de los
límites aceptables dentro de una sociedad democrática en materias relativas a
seguridad interior y exterior, a investigación criminal y a la intimidad de la
vida privada (art 143).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se busca ampliar este derecho
de acceso a los archivos y registros, no sólo administrativos, sino “pú-
blicos y privados’, pero sólo “en los cuales consten derechos que especí-
fica y particularmente les conciernen y cuya prueba no podrían obtener
de otro modo”.
Por otra parte se busca omitir la referencia limitativa respecto del
acceso a lo aceptable dentro de una sociedad democrática, y en su lugar
se propone establecer que los órganos de los poderes públicos no pue-
den dar a conocer las materias de sus archivos relativos a la intimidad
de la vida privada, investigación criminal y judicial en curso, seguridad
y defensa, políticas financieras y fiscales, y otras que la ley declare de
contenido confidencial, reservado o secreto. Los funcionarios que divul-
guen informaciones a las cuales atribuyen carácter confidencial o secre-
to esta Constitución o las leyes incurrirán en responsabilidad civil, ad-
ministrativa y penal de acuerdo con ellas”.
107
En las propuestas de reforma 2007, se agrega a esta norma del ar-
tículo 28 de la Constitución que las “personas naturales y jurídicas solo
están autorizadas a suministrar a los particulares y poderes públicos las
informaciones que deban rendirle de acuerdo a la ley”; y en cuanto a
las excepciones, se elimina toda referencia específica a las informacio-
nes periodísticas.
108
En las propuestas de reforma 2007, se amplían las excepciones al
ejercicio del derecho en el sentido de que no se pueda invocar no sólo
cuando afecte su personalidad o constituya delito, sino cuando afecta “a
la sociedad” o una persona o grupo de personas”.
109
nacionalidad y el ejercicio de los derechos políticos al sufragio y el acceso a
las funciones públicas.
La Constitución de Constitución de 1999, en todo caso, eliminó la posibi-
lidad de que se pudiesen “suspender” las garantías constitucionales, como lo
autorizaba el artículo 241, en concordancia con el artículo 190,6 de la Consti-
tución de 1961, y que dio origen a tantos abusos institucionales, quedando la
potestad de excepción, a la sola posibilidad de “restringir” (art. 236, ord. 7) las
garantías constitucionales; y en ningún caso permite la suspensión de los dere-
chos humanos en si mismos, que en un Estado democrático no son suspendi-
bles.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, en una regresión asombrosa en
materia de derechos humanos, en la propuesta de reforma del artículo
337, no sólo se busca volver a establecer la posibilidad de que se puedan
por decisión Ejecutiva “suspender” las garantías constitucionales, sino
más grave aún que se puedan “suspender” los derechos constituciona-
les lo cual es inadmisible en una sociedad democrática.
Por lo demás, en franca violación del principio de progresividad en
materia de derechos humanos, se busca reducir los derechos y garantías
que no pueden ser suspendidos, a solo “los derechos a la vida y prohibi-
ción de incomunicación o tortura”, eliminándose la prohibición que es-
tablece el artículo 337 de la Constitución de 1999 de que puedan res-
tringirse los derechos al debido proceso, a la información y los demás
derechos humanos intangibles”.
110
VII
111
La Constitución reguló, además, expresamente, el derecho a la vivienda
(art. 82), como una declaración; y el derecho a la salud y a su protección con
el deber de participar activamente en su promoción y defensa de la salud, y de
cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, “de
conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratifica-
dos por la República” (art. 83).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se elimina toda referencia a los
tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la Re-
pública, que establezcan medidas sanitarias y de saneamiento que deben
ser cumplidas por las personas.
En esta materia, a los efectos de que el Estado pueda garantizar “el dere-
cho a la protección de la salud”, el artículo 84 le impone la obligación de
crear, ejercer la rectoría y gestionar un “sistema público nacional de salud”, de
carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de
seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integra-
lidad, equidad, integración social y solidaridad.
Es decir, el servicio de salud se concibe constitucionalmente como inte-
grado al sistema de seguridad social (como un subsistema) y se lo concibe
como gratuito y universal, lo que no guarda relación alguna con el sistema de
seguridad social que se establece para los afiliados o asegurados. El servicio
de salud, en realidad, tiene esas características, pero siempre que esté fuera del
sistema de seguridad social. Esta norma, en realidad constitucionaliza incon-
venientemente el régimen de la seguridad social de las últimas décadas, que
no ha funcionado.
Se establece además, con rango constitucional, que los bienes y servicios
públicos de salud son propiedad del Estado y no pueden ser privatizados.
Por último, se establece el principio de que la comunidad organizada tie-
ne el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planifi-
cación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públi-
112
cas de salud.
En el artículo 85 de la Constitución se establece que es una obligación
del Estado, el financiamiento del sistema público de salud, que debe integrar
los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y
cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado, ade-
más, debe garantizar un presupuesto para la salud que permita cumplir con los
objetivos de la política sanitaria.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se elimina la previsión del artí-
culo 85 de la Constitución de 1999, sobre la obligación del Estado de
“garantizar un presupuesto para la salud que permita cumplir con los
objetivos de la política sanitaria”; y se sustituye la indicación de que
“en coordinación con las universidades y los centros de investigación,
se promoverá y desarrollará una política nacional de formación de pro-
fesionales, técnicos y técnicas y una industria nacional de producción de
insumos para la salud”, por la de que “El Estado promoverá y desarro-
llará una política nacional de formación de profesionales, técnicos y téc-
nicas y una industria nacional de producción de insumos para la salud y
garantizará un presupuesto que permita cumplir con los objetivos de la
política sanitaria”.
113
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se agrega al artículo 86, la
prohibición de que los remanentes netos del capital destinado a la salud,
a la educación y la seguridad social se puedan invertir en actividades de
riesgo”.
2. Los derechos laborales
En el mismo Capítulo relativo a los derechos sociales y de la familia, la
Constitución de 1999, en la misma orientación de la Constitución de 1961,
incorporó el conjunto de derechos laborales al texto constitucional, pero esta
vez ampliándolos y rigidizándolos aún mas, llevando a rango constitucional
muchos derechos que por su naturaleza podrían ser de rango legal. Se reguló,
así, expresamente, el derecho y el deber de trabajar y el trabajo como libertad
(art. 87).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, se sustituye la garantía consti-
tucional de que “la libertad de trabajo no será sometida a otras restric-
ciones que las que la ley establezca”, por la previsión de que “el trabajo
está sometido al régimen establecido en esta Constitución y leyes de la
República”
Por otra parte la previsión constitucional del artículo 87 de la
Constitución de 1999 que impone a todo patrono garantizar a sus traba-
jadores “condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo ade-
cuados”, debiendo el Estado adoptar “medidas y crear instituciones que
permitan el control y la promoción de estas condiciones”, se propone
que sea sustituida por la previsión de que el Estado debe garantizar
“que en todos los centros laborales se cumplan las condiciones de segu-
ridad, higiene, ambiente y relaciones sociales acordes con la dignidad
humana” y debe crear “instituciones que permitan el control y supervi-
sión del cumplimiento de estas condiciones de trabajo”. Se propone,
además, agregar a la norma constitucional una previsión que disponga
que “en aplicación de los principios de corresponsabilidad y solidaridad
el patrono o patrona adoptará todas las medidas para el cumplimiento
de dichas condiciones”.
114
La Constitución estableció además, la igualdad en el trabajo (art. 88); la
protección estatal al trabajo en virtud de ser “un hecho social” (art. 89).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las propuestas de reforma 2007, en el artículo 89 se indica que
el trabajo cómo un hecho social, constituye la fuente de toda riqueza.
Además, en las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar al
artículo 89 de la Constitución dos principios adicionales para mejorar
las condiciones laborales, que son, por una parte, la prohibición de que
se puedan “establecer o conceder en cualquier parte del territorio na-
cional, ramas de la industria, empresas o explotaciones, la dispensa de
la obligación de cumplir con las leyes laborales, tributarias, ambientales
o de otra índole con respecto a su establecimiento fabriles”; y por la
otra, la obligación impuesta a los patronos de “implementar los meca-
nismos para la formación permanente de sus trabajadores y trabajado-
ras”.
El primero de estos nuevos principios se repite en la propuesta de
reforma del artículo 317.
115
de sindicatos de una región o federaciones de rama de industria”.
116
del interés social y del derecho de la comunidad al conocimiento y dis-
frute de tales creaciones”. Se propone además, agregar que “el Estado
tiene el derecho de declarar de interés público determinadas obras o
creaciones o categorías de ellas a fin de asegurar a la sociedad su dere-
cho al conocimiento y al desarrollo cultural”.
117
En cuanto al derecho a la educación, el artículo 102 de la Constitución
comienza estableciendo, en general, que “la educación es un derecho humano
y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria”. La con-
secuencia de lo anterior es la previsión del mismo artículo 102, en el sentido
de imponer al Estado la obligación de asumir la educación como “función in-
declinable” y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como
instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio
de la sociedad.
En consecuencia, constitucionalmente se declara a la educación como un
servicio público; precisándose, sin embargo, que “el Estado estimulará y pro-
tegerá la educación privada que se imparta de acuerdo con los principios con-
tenidos en esta Constitución y en las Leyes”.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar al artículo
102, la precisión de que la educación “está guiada por el principio de
que educar es formar voluntades para el ejercicio de la solidaridad y la
participación ciudadana”, y que entre sus fundamentos, está el desarro-
llo del “pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática
basada en la valoración ética del trabajo”.
118
nes de la Organización de las Naciones Unidas”; y tercero, el principio
de que “las contribuciones de los particulares a proyectos y programas
educativos públicos a nivelo medio y universitario serán reconocidas
como desgravámenes al impuesto sobre la renta según la ley respecti-
va”.
119
requisitos para la utilización del espectro radioeléctrico”. En esta forma
se declara a los medios de comunicación en general, es decir, a la pren-
sa, la radio y la televisión, como servicios públicos, con todas las impli-
caciones regulatorias que ello implica en el derecho público.
120
concurso de oposición; y que las elecciones de rector, vicerrectores, se-
cretario, decanos y directores de escuelas de las universidades se deci-
dan por mayoría absoluta de los universitarios que concurran a votar”.
Tercero, se limita el principio de la inviolabilidad del recito univer-
sitario, al disponerse que ello es “con las excepciones que establezca la
Ley”, quedando la inviolabilidad a la merced del legislador, que fue lo
que la Constitución de 1999 quiso evitar.
121
Además, la Constitución destina normas para regular la política de orde-
nación territorial (art. 128); los estudios de impacto ambiental y el régimen de
los desechos tóxicos; y las cláusulas contractuales ambientales obligatorias
(art. 129).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar al artículo
129 sobre las cláusulas obligatorias en los contratos públicos que pue-
dan afectar recursos naturales, el principio de que “será nula y se ten-
drá por no escrita cualquier cláusula que pretenda obligar a la Repúbli-
ca o a los entes públicos a indemnizar a la contraparte por la falta de
beneficios económicos esperados dentro de cierto lapso y menos cuando
dicha ausencia de beneficios esperados o calculados se deba a disturbios
públicos, conflictos laborales o mediadas de ejercicio de la soberanía o
de defensa de los recursos naturales y la ecología”.
5. Los derechos de los pueblos indígenas
Otra de las innovaciones de la Constitución de 1999 fue la incorporación
de un conjunto de normas sobre los derechos de los pueblos indígenas, respec-
to de los cuales sólo había una escueta norma de protección en la Constitución
de 1961 (art. 77). En esta forma el artículo 119 reconoció la existencia de los
pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económi-
ca, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y
derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan
y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. A tal
efecto, la Constitución impuso al Ejecutivo Nacional, con la participación de
los pueblos indígenas, el deber de demarcar y garantizar el derecho a la pro-
piedad colectiva de sus tierras, las cuales se declararon inalienables, impres-
criptibles, inembargables e intransferibles.
De esta norma, sin duda, surgía el peligro del reconocimiento de las bases
jurídicas de un Estado dentro del Estado, desde que se reconoce que puede
haber en el país, un pueblo, con su organización política en sus propios terri-
torios. Estos elementos: pueblo, gobierno y territorio son los componentes
esenciales de todo Estado, lo que podría originar problemas en cuanto a la in-
122
tegridad territorial. Precisamente por ello, sin embargo, fue que se incorporó el
artículo 126, en el cual se dispuso que “Los pueblos indígenas, como culturas
de raíces ancestrales, forman parte de la Nación, del Estado y del pueblo ve-
nezolano como único, soberano e indivisible. De conformidad con esta Consti-
tución tienen el deber de salvaguardar la integridad y la soberanía nacional”.
Se agregó en la norma, que “El término pueblo no podrá interpretarse en esta
Constitución en el sentido que se le da en el derecho internacional”.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, sin embargo, se propone elimi-
nar del artículo 126 precisamente las últimas dos frases, es decir, que de
conformidad con la Constitución los pueblos indígenas “tienen el deber
de salvaguardar la integridad y la soberanía nacional” y que “el térmi-
no pueblo no podrá interpretarse en esta Constitución en el sentido que
se le da en el derecho internacional”.
123
121, la precisión de que dicho régimen educativo será implementado por
el Estado en forma progresiva; y además, que “Los pueblos y comuni-
dades indígenas tienen derecho al uso, aprovechamiento sustentable y
conservación de los recursos naturales, exceptuando los del subsuelo,
dentro de su hábitat y tierras para sus actividades tradicionales, subsis-
tencia y desarrollo económico con fines exclusivamente comunita-
rios…”.
124
cuerpos deliberantes de las entidades federales y locales con población indíge-
na, conforme a la ley”.
6. Los deberes constitucionales
En el Capítulo X del Título III se establecen el conjunto de deberes cons-
titucionales de las personas, los cuales se complementan con otras disposicio-
nes del texto constitucional: el deber de defender a la patria (art. 130); el deber
de acatar la Constitución (art. 131); los deberes de solidaridad social (art.
132); el deber de contribuir con los gastos públicos (art. 133); el deber de
prestar el servicio civil y militar (art. 134); el deber de educarse (art. 102); el
deber de trabajar (art. 87); y los deberes de los padres e hijos (art. 76).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar al artículo
133 sobre el deber de toda persona de coadyuvar a los gastos públicos
mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la
ley, la frase “siempre conforme con los principios de progresividad y te-
rritorialidad de las rentas”.
125
VIII
126
Además, el Estado, al ser titular desde siempre del dominio público sobre
el subsuelo conforme a la pauta que marcaron las Ordenanzas de Nueva Espa-
ña, en vigencia en los territorios de las antiguas Provincias Coloniales de Es-
paña en el Mar Caribe desde la segunda mitad del siglo XVII, en el caso de
Venezuela ha convertido al Estado en la entidad económica más poderosa del
país, por ser dueño del petróleo, lo que le ha llevado a intervenir en forma im-
portante en la actividad económica.
Siguiendo, en cierta forma, las orientaciones de la Constitución de 1961
en materia de Constitución Económica, la Constitución de 1999 estableció
igualmente, pero sin decirlo, un sistema económico de economía social de
mercado que se fundamenta en la libertad económica, pero que debe desen-
volverse conforme a principios de justicia social, que requieren de la interven-
ción del Estado.
1. Principios del sistema económico
En esa orientación, precisamente se inscribe el contenido de las normas
de la Constitución de 1999 al establecer un sistema económico que se desarro-
lla sobre la libertad económica, aún cuando debe desenvolverse conforme a
principios de justicia social, que requieren de la intervención del Estado. Es
decir, la Constitución, como se dijo, establece un sistema de economía mixta,
conforme al cual, el artículo 299 prescribe que el régimen socioeconómico de
la República se fundamenta en los siguientes principios: justicia social, demo-
cratización, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, producti-
vidad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una
existencia digna y provechosa para la colectividad.
El sistema económico en la Constitución, por tanto, se fundamenta en la
libertad económica, la iniciativa privada y la libre competencia, pero con
la participación del Estado como promotor del desarrollo económico, regula-
dor de la actividad económica, y planificador con la participación de la so-
ciedad civil. Se trata, en definitiva, de un sistema de economía mixta que tal
como lo precisó la Sala Constitucional del Tribunal Supremo en sentencia N°
117 de 6 de febrero de 2001, es “un sistema socioeconómico intermedio entre
la economía de libre mercado (en el que el Estado funge como simple progra-
mador de la economía, dependiendo ésta de la oferta y la demanda de bienes y
127
servicios) y la economía interventora (en la que el Estado interviene activa-
mente como el “empresario mayor”)”, conforme al cual, el texto constitucio-
nal promueve “expresamente la actividad económica conjunta del Estado y de
la iniciativa privada en la persecución y concreción de los valores supremos
consagrados en la Constitución”; persiguiendo “el equilibrio de todas las fuer-
zas del mercado y la actividad conjunta del Estado e iniciativa privada”.
Conforme a este sistema, al igual que sucedía en el régimen de la Consti-
tución de 1961, dijo además la Sala Constitucional, que la Constitución:
128
lidad de iniciar y mantener una actividad económica sujeta al cumplimien-
to de determinados requisitos. Así, pues, su mínimo constitucional viene refe-
rido al ejercicio de aquella actividad de su preferencia en las condiciones o
bajo las exigencias que el propio ordenamiento jurídico tenga establecidas”
(sentencia N° 460 de 06-04-2001, Caso: Only One Import C.A. vs. Guardia
Nacional, en Revista de Derecho Público, N° 85-88, Editorial Jurídica Vene-
zolana, Caracas 2001).
En definitiva, como también lo puntualizó la Sala Constitucional en la
misma sentencia al analizar el alcance de la cláusula del Estado social de de-
recho:
129
la Constitución es frágil, pues la Constitución tiene una carga manifiestamente
estatista en materia económica, al atribuir al Estado la responsabilidad funda-
mental en la gestión y prestación de los servicios públicos básicos en materia
de salud, educación y seguridad social, y de los de carácter domiciliario como
distribución de agua, electricidad y gas, sino que ello también deriva de la re-
gulación, en el mismo, de un conjunto de potestades reguladoras, de control y
de planificación.
Por otra parte, las normas relativas a la economía son básicamente las
destinadas a prever la intervención del Estado, destinándose a lo privado, en
realidad, las escuetas normas reguladoras de la libertad económica (art. 112) y
de la propiedad privada (art. 115). No existe, sin embargo, el equilibrio nece-
sario entre lo público y lo privado, privilegiándose en el sector privado sólo
actividades no fundamentales en la generación de riqueza y empleo como la
agrícola (art. 305), la artesanía (art. 309), la pequeña y mediana empresa (art.
308), y el turismo (art. 310).
A ello se agregan normas de control y persecución como las relativas a
los monopolios y a los delitos económicos (arts. 113 y 114); la declaración
como del dominio público del subsuelo, las costas marítimas y las aguas (arts.
112 y 304) lo que abre un campo importante adicional respecto del control
estatal del uso y aprovechamiento de dichos bienes; la reserva al Estado de la
industria petrolera, y la posibilidad de reserva de otras actividades, servicios o
explotaciones de carácter estratégico (art. 302); y las normas que prevén las
potestades planificadoras del Estado, tanto a nivel nacional (arts. 112 y 299)
como a nivel local (art. 178).
El Estado, así, en la Constitución es responsable de casi todo, y puede re-
gularlo todo, y la iniciativa privada aparece marginal y marginada, dando co-
mo resultado un texto constitucional en materia económica, que globalmente y
en su conjunto, es el de una Constitución hecha para la intervención del Esta-
do en la economía y no para el desarrollo de la economía por los privados bajo
el principio de la subsidiariedad de la intervención estatal
130
los organismos de la Administración Pública nacional, sino para los particu-
lares y empresas, es decir para el sector privado, puede considerarse como in-
compatible con el sistema constitucional de economía mixta que regula el tex-
to de 1999.
131
de reforma 2007 se constitucionalizan las confiscaciones.
El nuevo artículo 115 que se propone, en efecto, tiene la si-
guiente redacción:
“En atención a la Democracia económica, se reconoce y garantiza
la propiedad, pudiendo ser ésta pública, entendida como la que per-
tenece a los Entes del Estado, sea del dominio público o privado; la
propiedad social, entendida como aquella que pertenece al pueblo
en su conjunto y a las futuras generaciones, aunque en su adminis-
tración y control participe activamente el Estado como ente social
por excelencia; la propiedad colectiva, entendida como aquella que
es asignada a grupos sociales o de personas para su aprovecha-
miento, uso o goce en comunidad, pudiendo ser de origen social o
privado; la propiedad mixta, entendida como aquella existente en-
tre el sector público y el sector privado, para el aprovechamiento de
recursos o ejecución de actividades, siempre bajo el respeto absolu-
to de la soberanía económica y social de la nación, y bajo el control
del Estado; y, la propiedad privada, entendida como aquella que se
otorga a los y las particulares, sobre bienes de consumo y medios
de producción legítimamente adquiridos”.
Además, en lugar de la prohibición de las confiscaciones, la Pro-
puestas de reforma 2007 buscan establecer lo contrario, en el sentido de
que:
“La propiedad cuyo uso atente o afecte los derechos de terce-
ros o de la sociedad, podrá ser objeto de confiscación por parte del
Gobierno Nacional, de acuerdo a la ley”.
En relación con la expropiación, además de prevérsela como en el
artículo 115 de la Constitución de 1999, se pretende constitucionalizar
el mecanismo de la ocupación previa, con eventual resarcimiento poste-
rior, al proponerse la siguiente redacción, y la indemnización oportuna,
en la expropiación en lugar de previa como lo establece la Constitución
de 1999, asi:
“La propiedad estará sometida a las contribuciones, cargas,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utili-
132
dad pública o de interés general. Por causa de utilidad pública o in-
terés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa in-
demnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier cla-
se de bienes, sin perjuicio de la facultad de los órganos del Estado,
de ocupar previamente y durante el proceso, los bienes objeto de
expropiación, previo cumplimiento de los requisitos que establezca
la Ley, entre ellos el de garantizar el resarcimiento posterior del
sujeto expropiado”.
En las mismas propuestas de reforma 2007, se propone otra redac-
ción del artículo 115, en la cual se restringe aún más el ámbito de la
propiedad privada, que quedaría reducida a las remuneraciones del tra-
bajo, y a los bienes necesarios para satisfacer las necesidades vitales,
así:
En virtud que el trabajo es el origen de todo valor económico, todos
y todas tienen derecho a la propiedad privada sobre las remuneraciones,
ingresos y ahorros provenientes de su trabajo, así como sobre los bienes
necesarios para satisfacer sus necesidades costeados por ellos, incluida
la vivienda adquirida de tal forma o mediante título legítimo, así como el
derecho de herencia sobre tales bienes. Se reconoce también la propie-
dad privada personal sobre los instrumentos de trabajo de profesionales,
investigadores, artesanos, artistas o grupos de producción familiar siem-
pre que no sean aplicados como medios de producción para explotar el
trabajo de terceros.
En esta redacción del artículo 115, además, se busca establecer la
posibilidad de la expropiación sin garantía judicial alguna, así:
“La República podrá declarar mediante resolución adminis-
trativa la expropiación de bienes por causa de utilidad pública o
interés social, a cuyo efecto pagará justa indemnización determi-
nada por los órganos de los poderes públicos, de acuerdo con la
ley”.
Con estas normas, simplemente desaparece el derecho de propiedad
como elemento fundamental del orden jurídico.
133
La Constitución de 1999, además, prohíbe que se decreten o ejecuten
confiscaciones de bienes salvo en los casos permitidos por la propia Constitu-
ción y, en particular, por vía de excepción, mediante sentencia firme, respecto
de los bienes de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, res-
ponsables de delitos cometidos contra el patrimonio público, o de quienes se
hayan enriquecido ilícitamente al amparo del Poder Público y los provenientes
de las actividades comerciales, financieras o cualesquiera otras vinculadas al
tráfico ilícito de sustancias psicotrópicas y estupefacientes (art. 116 y 271).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Como se dijo, al contrario de esta prohibición de las confiscaciones
que regula la Constitución de 1999, en las Propuestas de reforma 2007
relativas al artículo 155 se busca establecer lo contrario, en el sentido de
que:
“La propiedad cuyo uso atente o afecte los derechos de terce-
ros o de la sociedad, podrá ser objeto de confiscación por parte del
Gobierno Nacional, de acuerdo a la ley”.
Además, en la Propuestas de reforma del artículo 116, de la Consti-
tución relativo a la prohibición de las confiscaciones, se propone, ade-
más de eliminar la necesidad de sentencia firme, ampliar la excepción
para incluir la posibilidad de confiscación en los casos de delitos de
“falsificación de moneda y operaciones comerciales y legítimas de bie-
nes prohibidos o regulados”; y “de trata de personas y la destrucción
de recursos naturales y de la ecología, así como los de las personas in-
cursas en las contravenciones señaladas en los artículos 114 y 117 de es-
ta Constitución, quedando a salvo los derechos del afectado de recurrir
ante los Tribunales competentes”.
Las Propuestas de reforma 2007 buscan establecer también la con-
fiscación, en materia de seguridad alimentaria (art. 305) y de elimina-
ción del latifundio (art. 307).
134
en materia tributaria para gravar las tierras ociosas y establecer las medidas
necesarias para su transformación en unidades económicas productivas, resca-
tando igualmente las tierras de vocación agrícola.
Por otra parte, la norma establece el derecho de los campesinos y demás
productores agropecuarios a la propiedad de la tierra, en los casos y formas
especificados por la ley respectiva. Esto implica el establecimiento de obliga-
ciones constitucionales al Estado para proteger y promover las formas asocia-
tivas y particulares de propiedad para garantizar la producción agrícola, y para
velar por la ordenación sustentable de las tierras de vocación agrícola con el
objeto de asegurar su potencial agroalimentario.
Excepcionalmente dispone el mismo artículo constitucional, que el legis-
lador creará contribuciones parafiscales con el fin de facilitar fondos para fi-
nanciamiento, investigación, asistencia técnica, transferencia tecnológica y
otras actividades que promuevan la productividad y la competitividad del sec-
tor agrícola.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone eliminar del artícu-
lo 307 toda idea de promover la desaparición del latifundio mediante
medidas tributarias para gravar las tierras ociosas, así como la política
de transformar el latifundio en unidades económicas productivas, resca-
tando igualmente las tierras de vocación agrícola; y su sustitución por
una disposición que establezca que “la República determinará mediante
Ley la forma en la cual los latifundios serán transferidos a la propiedad
del Estado, o de los entes o empresas públicas, cooperativas, comuni-
dades u organizaciones sociales capaces de administrar y hacer produc-
tivas las tierras”.
Se propone agregar a la norma, además, que a los fines de garanti-
zar la producción agrícola, el Estado protegerá y promoverá la propie-
dad social; y que la ley creará tributos sobre las tierras productivas que
no sean empleadas para la producción agrícola o pecuaria.
Por último, se propone agregar a la norma que la confiscación de
“aquellos fundos cuyos dueños ejecuten en ellos actos graves de destruc-
ción ambiental, los dediquen a la producción de sustancias psicotrópi-
135
cas o estupefacientes o la trata de personas o los utilicen o permitan su
utilización como ámbitos para la comisión de delitos contra la seguri-
dad y defensa de la Nación”.
136
Por último, la Constitución de 1999 también reconoció el derecho de los
trabajadores y de la comunidad, para desarrollar asociaciones de carácter social y
participativo, como las cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas
asociativas, para realizar cualquier tipo de actividad económica (art. 118).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en el artículo 118 se busca
agregar, a las asociaciones que pueden establecerse para mejorar la
economía popular, a los “consejos comunales, organizaciones comuni-
tarias, comunidades indígenas, empresas de producción social”; agre-
gándose que el Estado debe ejercer “la supervisión e incluso la inter-
vención necesaria para evitar que se desvíen de su objetivo comunitario,
cooperativo y de interés social, para constituirse en meros instrumentos
de intereses privados particulares”.
3. El régimen de la intervención del Estado en la economía
En el texto constitucional se regulan las diferentes facetas de la interven-
ción del Estado en la economía, como se han venido desarrollando en las últi-
mas décadas.
En primer lugar, de las normas constitucionales se puede construir la fi-
gura del Estado promotor, es decir, que no sustituye a la iniciativa privada,
sino que fomenta y ordena la economía para asegurar su desarrollo. Ello resul-
ta de las siguientes regulaciones: la promoción del desarrollo económico (art.
299); la promoción de la iniciativa privada (art. 112); la promoción de la agri-
cultura para la seguridad alimentaria (art. 305); la promoción de la industria
(art. 302); la promoción del desarrollo rural integrado (art. 306); la promoción
de la pequeña y mediana industria (art. 308); la promoción de la artesanía po-
pular (art. 309); y la promoción del turismo (art. 310).
En particular, el artículo 299 de la Constitución, como se ha destacado,
establece los principios en los que se fundamenta el régimen socioeconómico
de la República que se enumeran como “los principios de justicia social, de-
mocracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productivi-
dad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una
existencia digna y provechosa para la colectividad”. Conforme a estos princi-
pios, se dispone que el Estado conjuntamente con la iniciativa privada pro-
137
moverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar
fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la
población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la segu-
ridad jurídica , solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad
del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la rique-
za mediante una planificación estratégica democrática participativa y de con-
sulta abierta.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente el sen-
tido y orientación de este artículo 299, eliminándose el principio de libre
competencia, y en su lugar estableciéndose los principios de “predomi-
nio del interés común sobre el individual, ética pública y emulación”, es-
tableciéndose como fines del sistema económico no sólo asegurar al de-
sarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la
colectividad, sino “el establecimiento de una sociedad socialista”. Por
otra parte, la promoción del desarrollo económico no se asigna “al Es-
tado conjuntamente con la iniciativa privada”, sino “al Estado conjun-
tamente con la sociedad”
138
tes indicados, el Estado debe adoptar las medidas que fueren necesarias para
evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio, del abuso de la posi-
ción de dominio y de las demandas concentradas, teniendo como finalidad la
protección del público consumidor, los productores y productoras y el asegu-
ramiento de condiciones efectivas de competencia en la economía.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone cambiar radical-
mente el régimen de la actividad económica, estableciéndose en la pro-
puesta de reforma del artículo 113 una serie de limitaciones a la misma
que van mucho más allá de la restricción de los monopolios y la posición
dominante de empresas, privilegiando la economía estatal.
En efecto, en la propuesta de reforma del artículo 113, en primer
lugar, se busca establecer que la prohibición de monopolios no se aplica
a ´aquellos casos en que el Estado los establezca, reservándose activi-
dades o servicios en función del interés social, en aras de materializar
los principios de la economía socialista y humanista”.
En segundo lugar, se declaran contrarios a los principios funda-
mentales de esta Constitución no sólo las actividades que tengan por ob-
jeto el establecimiento de un monopolio, sino también de un “oligopolio,
monopsonio u oligopsonio”.
En tercer lugar, solo se prohíbe la posición de dominio de en rela-
ción con las empresas de propiedad privada.
En cuarto lugar, se propone prohibir, en general, las “actividades,
acuerdos, prácticas, conductas y omisiones de los particulares, empre-
sas, o grupo de ellas que vulneren de alguna manera los métodos y sis-
temas de producción social y colectiva que afecte la propiedad social y
colectiva, e impidan o dificulten la justa y equitativa concurrencia de
bienes y servicios”.
En quinto lugar, se propone incluir en la norma una disposición
conforme a la cual, “el Estado, en corresponsabilidad con los particula-
res planificará y adoptará las medidas que fueren necesarias para evitar
los efectos nocivos y restrictivos del monopolio, del abuso de la posición
139
de dominio y de las demandas concentradas, teniendo como finalidad la
protección del público consumidor, de los productores y productoras y
el aseguramiento de condiciones efectivas de competencia en la eco-
nomía”.
En sexto lugar, se busca declarar en la Constitución que “el Estado
podrá asumir posiciones de control cuando por razones de estrategia así
lo requiera; y
En séptimo lugar, se busca también declarar en la propia Constitu-
ción, que “la concentración de la propiedad privada sobre los medios de
comunicación y empresas del mismo ramo, vinculado a ello, en condi-
ciones de monopolio y oligopolio, es contraria tanto al derecho, a la plu-
ralidad y libertad de la comunidad como al interés social, y será materia
de limitación, regulación y sanción por la ley, la cual dispondrá medi-
das expeditas para evitar esta indebida restricción de la competencia.
140
titución la reservó al Estado, a los efectos de defender las actividades econó-
micas de las empresas nacionales públicas y privadas, disponiendo en relación
con las inversiones extranjeras que estarían sujetas a las mismas condiciones
que la inversión nacional.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar dentro de
los objetivos de la política comercial defender y promover no sólo las ac-
tividades económicas de las empresas nacionales públicas y privadas, si-
no de las empresas mixtas, cooperativas y otras unidades productivas
comunitarias nacionales; eliminándose toda referencia a las inversio-
nes extranjeras.
141
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar al artículo
310 que la creación y fortalecimiento del sector turístico nacional debe
realizarla el Estado “atendiendo a su potencial recreativo y cultural, fa-
voreciendo su disfrute por los sectores populares y evitando que dañe
las economías locales, los ecosistemas y los recursos naturales o pueda
ser utilizado para favorecer el vicio y las conductas adictivas e inmora-
les”.
142
los Hidrocarburos de 1975, adquirió rango constitucional en el texto de 1999,
pero conforme lo establezca la ley orgánica respectiva, la cual podría ser mo-
dificada, como en efecto ha ocurrido en 2000. La reserva, por tanto, puede
considerarse que no es ni rígida ni absoluta, sino flexible, conforme lo esta-
blezca la ley orgánica respectiva.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se cambia radicalmente la con-
cepción de esta regulación, proponiéndose el establecimiento de la re-
serva en la propia Constitución, por razones de conveniencia nacional,
en una forma materialmente ilimitada, no sólo respecto de “la actividad
explotación de los hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos”, sino de
las “explotaciones, servicios y bienes de interés público y de carácter
estratégico”, sin precisión ni definición alguna. Con esta propuesta, todo
servicio que se declare en una ley como de interés público, quedaría re-
servado al Estado.
Se propone agregar a la norma en las propuestas de reforma 2007
que “el Estado privilegiará por carácter estratégico y de soberanía, el
uso de tecnología nacional para el procesamiento de los hidrocarburos
líquidos, gaseosos y sólidos, especialmente de aquellos cuyas caracterís-
ticas constituyen la mayoría de las reservas y sus derivados”.
143
En las Propuestas de reforma 2007, también se cambia radicalmen-
te la concepción de esta regulación, proponiéndose sustituirla por una
que establece que “la Nación o el ente a través del cual ésta ejerza la in-
dustria de los hidrocarburos conservará la totalidad de las acciones en
las filiales de éste. Y la mayoría accionaría decisiva que permita el con-
trol y dirección en las asociaciones estratégicas, empresas y cualquier
otra persona jurídica que se haya constituido o se constituya como con-
secuencia del desarrollo de negocios de Petróleos de Venezuela S.A.”.
4. El régimen tributario
El régimen tributario en la Constitución quedó integrado con escuetas
normas conformadas de manera dispersa e insuficente. Por ejemplo, la Consti-
tución, en esta materia, no reguló nada específico sobre el necesario respeto de
la capacidad contributiva de las personas ni sobre el principio de que la impo-
sición debía revertir hacia los contribuyentes-ciudadanos, en servicios públi-
cos adecuados. Nada se reguló en el texto constitucional, además, sobre las
garantías constitucionales del contribuyente frente al ejercicio de la potestad
tributaria, ya que es precisamente con ocasión de su ejercicio que todo el po-
der del Estado se puede volcar sobre los individuos. Al contrario, las únicas
normas nuevas previstas en la Constitución en esta materia, tienden a castigar
la evasión fiscal con penas privativas de la libertad personal (art. 317), esta-
bleciéndose en las Disposiciones Transitorias normas destinadas a regularizar
el terrorismo fiscal (Disposición Transitoria Quinta), elaboradas pensando
como si sólo las grandes empresas fueran contribuyentes, a quienes sólo hay
que perseguir, e ignorando que en un sistema de Estado con incapacidad fi-
nanciera estructural, todas las personas son o deben ser potencialmente contri-
buyentes y, por tanto, sujetos de persecución fiscal. En esta materia conside-
ramos que la Constitución se olvidó del ciudadano y de la protección y seguri-
dad que había que brindarle.
Las siguientes, sin embargo, son las normas más destacadas en esta mate-
ria.
En forma casi idéntica que lo establecido en el artículo 223 de la Consti-
tución de 1961, el artículo 316 de la Constitución de 1999 dispuso que el sis-
tema tributario debe procurar la justa distribución de las cargas públicas según
144
la capacidad económica del contribuyente, atendiendo al principio de progre-
sividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del ni-
vel de vida de la población, y se sustentará para ello en un sistema eficiente
para la recaudación de los tributos.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, respecto del artículo 316 sobre
los principios del sistema tributario, además de establecerse que el mis-
mo procurará la justa distribución de las cargas públicas según la capa-
cidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de pro-
gresividad, así como protección de la economía nacional y la elevación
del nivel de vida de la población, se propone agregar el principio de la
“territorialidad de la renta, de acuerdo con el cual los tributos se can-
celan al Estado en cuyo territorio esté situada la fuente o la causa de su
enriquecimiento”. Con esta propuesta, se convierte a los Estados de la
Federación, a los cuales se los minimiza en las diversas propuestas de
reforma y se les quita toda competencia tributaria, en recaudadores úni-
cos de todos los tributos nacionales.
En cuanto al principio de la progresividad, en las propuestas de re-
forma 2007 se propone la transformación del sistema tributario en un
sistema tributario socialista, al agregar al artículo 316, expresamente,
que “la ley establecerá medidas especiales para asegurar la aplicación
estricta del principio de progresividad a los fines de que paguen cualita-
tiva y cuantitativamente más tributos quienes mayores niveles de egre-
sos y patrimonios posean, todo bajo la óptica de la solidaridad y el mo-
delo tributario socialista”.
145
lo 317 la prohibición general del efecto confiscatorio de los tributos.
En dicho artículo, después de reiterarse el principio de que no pue-
den cobrarse impuestos, tasas, ni contribuciones que no estén estableci-
dos en la ley, ni concederse exenciones y rebajas, ni otras formas de in-
centivos fiscales, sino en los casos previstos por las leyes, se propone
agregar a la norma una prohibición general respecto de todo tipo de es-
tímulos fiscales, en el sentido de que “en consecuencia, ni los Cuerpos
Legislativos ni ninguna otra autoridad de la República, los Estados y
Municipios podrán ningún caso suscribir acuerdos, convenios ni contra-
tos con el objeto de excluir a contribuyentes o grupo de contribuyentes
de la aplicación de futuras reformas tributarias, ni para garantizarles la
estabilidad de ciertas medidas hacendísticas. El capital financiero no
podrá ser exonerado de tributos ni gozar de regímenes tributarios más
favorables que el aplicado directamente en actividades productivas”.
Esta propuesta prohibitiva se repite y reitera en las propuestas de
reforma que se formula respecto de los artículos 52, 89 y 162.
146
183 que se refiere a las prohibiciones a los Estados y Municipios, las si-
guientes prohibiciones: “contraer deuda pública interna o externa, sal-
vo en lo relativo a aquellos contratos de gestión ordinaria cuya ejecu-
ción se extiende por varios ejercicios fiscales”, y “celebrar contratos,
convenios o acuerdos tendientes a excluir a determinados contribuyen-
tes o grupo de contribuyentes de la aplicación de la reforma tributaria
que la entidad sancione”.
Ello se reitera en las propuestas de reforma del artículo 162.
147
para cubrir el servicio de la deuda pública”; y se propone agregar que,
“los Estados y Municipios no podrán contraer deudas públicas, aparte
de los contratos de gestión continuada y ordinaria que abarquen varios
ejercicios fiscales”. Esta prohibición se propone también, en forma re-
iterativa, en las propuestas de reforma de los artículos 162,183 y 317.
En el artículo 315, referido a la ejecución presupuestaria, al esta-
blecerse que los presupuestos públicos anuales de gastos deben estable-
cer de manera clara, para cada crédito presupuestario, el objetivo espe-
cífico a que esté dirigido los resultados concretos que se espera obtener,
se propone eliminar la necesidad de indicar, también a los funcionarios
públicos responsables para el logro de tales resultados.
148
mo administrador de la hacienda pública “quien las coordinará y ejecu-
tará con el Banco Central de Venezuela conjuntamente con el Ejecutivo
Nacional”, es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor inter-
no y externo de la unidad monetaria.
En segundo lugar, se elimina de la Constitución, la previsión de la
autonomía del Banco Central de Venezuela para la formulación y el
ejercicio de las políticas de su competencia, y en su lugar se propone
agregar a la norma que el Banco “colaborará y apoyará técnicamente
al Ejecutivo Nacional en la formulación de las políticas monetarias, y
velará por la ejecución de las mismas” y que ejercerá “sus funciones en
estricto cumplimiento de la política económica, financiera, monetaria y
productiva general diseñada y establecida por el Ejecutivo Nacional,
para alcanzar los objetivos superiores del Estado y la Nación”.
En tercer lugar se elimina la previsión de que el Banco Central de
Venezuela, para el adecuado cumplimiento de su objetivo, tendrá entre
sus funciones, las de “formular y ejecutar la política monetaria, partici-
par en el diseño y ejecutar la política cambiaria, regular la moneda, el
crédito y las tasas de interés , administrar las reservas internacionales”
y se propone sustituir dicha norma pro una que disponga que entre las
funciones del banco está “las de ejecutar la política monetaria y cambia-
ria formulada por el Ejecutivo Nacional, regular la moneda, el crédito y
las tasas de interés, administrar las reservas internacionales en estricto
apego a la política general monetaria establecida por el Ejecutivo Na-
cional bajo los lineamientos de esta Constitución y las leyes”.
6. El régimen de los bienes públicos
Por último, en materia económica, la nueva Constitución trae un conjunto
de disposiciones constitucionales, muchas novedosas, sobre el régimen de los
bienes del Estado, que deben destacarse.
En la nueva Constitución se declaran como bienes del dominio público y
que, por tanto, en los términos del Código Civil (art. 543) son inalienables e
imprescriptibles a los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiera que
sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar te-
rritorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental, (art.
149
12).
La misma norma del artículo 12 de la Constitución dispone que las costas
marinas son bienes del dominio público; entendiéndose por tales costas, la
parte de la ribera que baña el mar, es decir, la playa o zona que está entre la
alta y la baja marea, como lo ha establecido la jurisprudencia de la Corte Su-
prema (Véase la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en Sala Político
Administrativa de 13-08-64 en Gaceta Forense Nº 45, 1964, p. 235 a 237).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se propone agregar a la misma
norma del artículo 12, que son del dominio público “las playas adyacen-
tes y las vías para el libre acceso a ellas”.
El artículo 304 de la Constitución dispone que todas las aguas son bienes
del dominio público de la Nación, insustituibles para la vida y el desarrollo.
Corresponde a la ley establecer las disposiciones necesarias a fin de garantizar
su protección, aprovechamiento y recuperación, respetando las fases del ciclo
hidrológico y los criterios de ordenación del territorio.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, se busca consagrar en la nor-
ma sobre el dominio público de las aguas, la reserva a la República, lo
que elimina la competencia municipal en la materia, “del servicio de
potabilización y distribución de las aguas bajo principios de interés so-
cial”, con la prohibición establecida en la Constitución de que tales ser-
vicios se puedan “privatizar ni ceder en concesión”.
En cuanto a las tierras baldías, estas de acuerdo con el Código Civil, son
los bienes inmuebles que no tienen dueño (art. 542), y que se atribuyen a los
Estados. La nueva Constitución les asigna la “administración” de las tierras
baldías de su jurisdicción” (art. 164,5), cambiando el régimen de la Constitu-
ción de 1961 que reservaba dicha administración de baldíos al Poder Nacional
(art. 136,10).
En cuanto a los ejidos municipales en la Constitución de 1999 se repitió
el dispositivo del artículo 32 de la Constitución de 1961, en el sentido de que
150
su inalienabilidad e imprescriptibilidad (art. 181).
En la Constitución sin embargo, se agregó una disposición novedosa que
en forma similar a la definición de las tienen baldías en relación con los Esta-
dos, considera que los terrenos situados dentro del área de las poblaciones de
los Municipios, carentes de dueño, se consideran terrenos ejidos, sin menos-
cabo de legítimos derechos de terceros, válidamente constituidos. Igualmente,
el artículo 181 de la Constitución constituye en ejidos, las tierras baldías ubi-
cadas en el área urbana, quedando sólo exceptuadas las tierras correspondien-
tes a las comunidades y pueblos indígenas. Además, se establece que la ley
debe determinar la conversión en ejidos de otras tierras públicas.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En las Propuestas de reforma 2007, en el artículo 181 de la Consti-
tución se busca calificar expresamente a los ejidos como bienes del do-
minio público.
151
IX.
152
tividad de las normas y principios constitucionales”, correspondiéndole ser “el
máximo y último intérprete de la Constitución” y velar “por su uniforme in-
terpretación y aplicación” (art. 335); y, en particular, ejercer la jurisdicción
constitucional (arts. 266, ord. 1º y 336).
Una de las formas específicas para el ejercicio de la justicia constitucio-
nal, es la posibilidad que tiene todo juez de la República de ser juez de la
constitucionalidad de las leyes. Se trata del método denominado de control
difuso de control de la constitucionalidad de leyes que existe en nuestro país
desde el siglo XIX, que estaba regulado en el artículo 20 del Código de Proce-
dimiento Civil, conforme al cual, como se estableció en el artículo 334 de la
Constitución de 1999, “en caso de incompatibilidad entre esa Constitución y
una ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales,
correspondiendo a los tribunales en cualquier causa, aun de oficio, decidir lo
conducente”.
Pero además de constitucionalizarse el control difuso de la constituciona-
lidad de las leyes, en la Constitución de 1999 se precisó el régimen del control
concentrado de la constitucionalidad de las leyes, configurándose claramente
al Tribunal Supremo de Justicia, como Jurisdicción Constitucional, al cual el
artículo 334 le asignó la competencia exclusiva “declarar la nulidad de las le-
yes y demás actos de los órganos que ejercen el Poder Público dictados en eje-
cución directa e inmediata de la Constitución o que tengan rango de ley”.
Es decir, la novedad más importante de la Constitución de 1999 en esta
materia, fue la creación de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia (art. 262), a la cual se le atribuyó la Jurisdicción Constitucional (art.
266,1) consistente en la potestad anulatoria de las leyes y demás actos de igual
rango y jerarquía, y el ejercicio de otras competencias en materia de justicia
constitucional.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
Aún cuando se desconocen las propuestas de reforma de los artícu-
los 333 a 336 de la Constitución, de otras propuestas de reforma, por
ejemplo del artículo 266,1, en las Propuestas de reforma 2007 se propo-
ne eliminar la noción de Jurisdicción Constitucional y sustituirla por
“competencia constitucional” y se propone, además, eliminar del texto
153
constitucional, la existencia de la Sala Constitucional del Tribunal Su-
premo de Justicia (art. 262 y 266).
2. Las competencias del Tribunal Supremo de Justicia en materia de jus-
ticia constitucional
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo, como Jurisdicción consti-
tucional, tiene las siguientes atribuciones de control concentrado de la consti-
tucionalidad, con poderes anulatorios, de las leyes nacionales y demás actos
con rango de ley de la Asamblea Nacional; las Constituciones y leyes estada-
les, de las ordenanzas municipales y demás actos de los cuerpos deliberantes
de los Estados y Municipios dictados en ejecución directa e inmediata de la
Constitución; los actos con rango de ley dictados por el Ejecutivo Nacional;
cuando colidan con la Constitución; y los actos en ejecución directa e inme-
diata de la Constitución, dictados por cualquier otro órgano estatal en ejercicio
del Poder Público (art. 336,1 a 4).
La acción para la solicitud de declaratoria de nulidad de las leyes, es una
acción popular, que puede intentarse por cualquier ciudadano conforme a una
tradición que se remonta al año 1858.
El Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional, además, tiene las
siguientes competencias para controlar la constitucionalidad de actos estatales
antes de su entrada en vigencia:
En primer lugar, la prevista en el artículo 336,5 en relación con los tra-
tados internacionales de “verificar, a solicitud del Presidente o Presidenta de
la República o de la Asamblea Nacional, la conformidad de la Constitución
con los tratados internacionales suscritos por la República antes de su ratifica-
ción”.
En segundo lugar, la prevista en el artículo 203 de la Constitución con-
forme al cual, la Sala Constitucional debe pronunciarse sobre la constituciona-
lidad del carácter orgánico, antes de su promulgación, de las leyes orgánicas
que así hayan sido calificadas por la Asamblea Nacional.
En tercer lugar, la prevista en el artículo 204 de la Constitución, en los
casos del veto presidencial a las leyes, conforme al cual la Sala Constitucional
debe pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de una ley o de algunos de sus
154
artículos, a solicitud del Presidente de la República, antes de la promulgación
de la ley.
De acuerdo con el artículo 339 de la Constitución, el Decreto que declare
el Estado de Excepción debe ser presentado a la Sala Constitucional del Tri-
bunal Supremo, para que se pronuncie sobre su inconstitucionalidad. Por ello,
el artículo 336 le atribuye a la Sala, competencia expresa para dicha revisión,
que puede ejercer aun de oficio.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se busca eliminar del artículo
336,6 de la Constitución, la potestad constitucional atribuida al Tribunal
Supremo de controlar de oficio estos decretos de Estados de excepción.
155
Poder Electoral) y a nivel estadal y municipal (Poder Legislativo y Poder Eje-
cutivo).
Es decir, se trata de resolución de controversias sobre atribuciones consti-
tucionales entre los órganos del Poder Público; que son distintas a las contro-
versias administrativas que se susciten entre la República, los Estados, Muni-
cipios u otro ente público, las que compete ser resueltas por la Sala Político-
Administrativa del Tribunal Supremo (art. 266,4), como jurisdicción conten-
cioso-administrativa.
Por último, el artículo 336,10 de la Constitución atribuye a la Sala Cons-
titucional, competencia para “revisar las sentencias definitivamente firmes de
amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas
jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos estableci-
dos por la ley orgánica respectiva”. Esta potestad de revisión no es obligatoria,
sino que se ejerce a juicio de la Sala, en forma discrecional. De lo que se trata
fue de evitar que se pudiera abrir un recurso extraordinario, de obligatoria de-
cisión por la Sala, contra todas las sentencias referidas, lo cual sería imposible
de manejar, por la magnitud de casos.
De acuerdo con el artículo 335 de la Constitución el Tribunal Supremo de
Justicia debe garantizar la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales; y es el máximo y último intérprete de la Constitución, por lo
que debe velar por su uniforme interpretación y aplicación.
En todo caso, el valor de las interpretaciones constitucionales que, en
particular, establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de
las normas y principios constitucionales “son vinculantes para las otras Salas
del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la República”. Se le
da, así, a las interpretaciones constitucionales de la Sala, valor de precedente,
de obligatoria aplicación por los demás tribunales y, además, por las otras Sa-
las del Tribunal Supremo.
3. El régimen de los estados de excepción
El Capítulo II del Título relativo a la “Protección de la Constitución”, es-
tá destinado a regular las circunstancias excepcionales que pueden originar
situaciones de excepción que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de
las instituciones y de las personas, y que ameritan la adopción de medidas po-
156
lítico constitucionales para afrontarlas.
A. Los estados de excepción
El artículo 337 de la Constitución califica expresamente como estados de
excepción, “las circunstancias de orden social, económico, político, natural o
ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de las institu-
ciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan insuficientes
las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos”.
Se trata, por tanto, de circunstancias excepcionales que sobrepasan las
posibilidades de su atención mediante los mecanismos institucionales previs-
tos para situaciones normales. El artículo 338 remite a una Ley Orgánica para
regular los estados de excepción y determinar las medidas que pueden adop-
tarse con base en los mismos.
El artículo 338 de la Constitución, además, precisa los diversos tipos es-
pecíficos de estados de excepción, en la siguiente forma:
Puede decretarse el estado de alarma cuando se produzcan catástrofes,
calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamen-
te en peligro la seguridad de la Nación o de sus ciudadanos. Dicho estado de
excepción debe tener una duración de hasta treinta días, siendo prorrogable
por treinta días más.
El estado de emergencia económica puede decretarse cuando se susciten
circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la vida
económica de la Nación. Su duración debe ser de sesenta días prorrogables
por un plazo igual.
También puede decretarse el estado de conmoción interior o exterior en
caso de conflicto interno o externo, que ponga seriamente en peligro la seguri-
dad de la Nación, de sus ciudadanos o de sus instituciones. En este caso, la
duración puede ser de hasta por noventa días, siendo prorrogable hasta por
noventa días más.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se busca eliminar del artículo
338 los lapsos de duración de los estados de excepción de 30 días para
los estados de alarma, 60 días para los estados de emergencia económi-
157
ca y 90 días para los estados de conmoción interior o exterior, con la
posibilidad de sólo por un lapso igual, y en su lugar establecer pura y
simplemente que los estados de excepción durarán “mientras se man-
tengan las causas que dieron origen a la medida”, lo que los puede
convertir en estados de excepción de duración ilimitada.
B. El Decreto de estado de excepción
En las circunstancias excepcionales antes mencionadas, corresponde al
Presidente de la República, en Consejo de Ministros, decretar los estados de
excepción. (art. 337).
De acuerdo con el artículo 339, el Decreto que declare el estado de ex-
cepción, debe ser presentado, dentro de los ocho días siguientes de haberse
dictado, a la Asamblea Nacional, o a la Comisión Delegada, para su conside-
ración y aprobación, y a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justi-
cia, para que se pronuncie sobre su constitucionalidad.
El Decreto debe cumplir con las exigencias, principios y garantías esta-
blecidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El Presidente de la República puede solicitar a la Asamblea Nacional la
prórroga del Decreto por un plazo igual, y puede ser revocado por el Ejecutivo
Nacional o por la Asamblea Nacional o por su Comisión Delegada, antes del
término señalado, al cesar las causas que lo motivaron. En todo caso, la apro-
bación de la prórroga de los estados de excepción corresponde a la Asamblea
Nacional (art. 338).
C. La restricción de las garantías constitucionales
En los casos en los cuales se decreten estados de excepción, el Presidente
de la República en Consejo de Ministros también puede restringir temporal-
mente las garantías consagradas en la Constitución, salvo las referidas a los
derechos a la vida, prohibición de incomunicación o tortura, el derecho al de-
bido proceso, el derecho a la información y los demás derechos humanos in-
tangibles (art. 337).
A esta lista de garantías constitucionales que no pueden restringirse en
forma alguna, y que están reguladas en los artículos 43; 43,2; 46,1; 49, y 58;
158
se deben considerar como “los demás derechos humanos intangibles” cuyas
garantías tampoco pueden restringirse, a los indicados en el Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (art. 4), y en la Convención Americana de
Derechos Humanos (art. 27), y que son: la garantía de la igualdad y no discri-
minación; la garantía de no ser condenado a prisión por obligaciones contrac-
tuales; la garantía de la irretroactividad de la ley; el derecho a la personalidad;
la libertad religiosa; la garantía de no ser sometido a esclavitud o servidumbre;
la garantía de la integridad personal; el principio de legalidad; la protección de
la familia; los derechos del niño; la garantía de la no privación arbitraria de la
nacionalidad y el ejercicio de los derechos políticos al sufragio y el acceso a
las funciones públicas.
En esta forma, en primer lugar, se eliminó de la Constitución de 1999 la
posibilidad de que se pudiesen “suspender” las garantías constitucionales, co-
mo lo autorizaba el artículo 241, en concordancia con el artículo 190,6 de la
Constitución de 1961, y que dio origen a tantos abusos institucionales, que-
dando la potestad de excepción, a la sola posibilidad de “restringir” (art. 236,
ord. 7) las garantías constitucionales.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, en una regresión asombrosa en
materia de derechos humanos, en la propuesta de reforma del artículo
337, no sólo se busca volver a establecer la posibilidad de que se puedan
por decisión Ejecutiva “suspender” las garantías constitucionales, sino
más grave aún que se puedan “suspender” los derechos constituciona-
les lo cual es inadmisible en una sociedad democrática.
Por lo demás, en franca violación del principio de progresividad en
materia de derechos humanos, se busca reducir los derechos y garantías
que no pueden ser suspendidos, a solo “los derechos a la vida y prohibi-
ción de incomunicación o tortura”, eliminándose la prohibición que es-
tablece el artículo 337 de la Constitución de 1999 de que puedan res-
tringirse los derechos al debido proceso, a la información y los demás
derechos humanos intangibles”.
159
estado de excepción y restrinja las garantías, obligatoriamente debe “regular el
ejercicio del derecho cuya garantía se restringe” (art. 339). Es decir, no basta
“restringir” una garantía constitucional pura y simplemente, sino que es indis-
pensable que en el mismo Decreto se regule (normativamente) en concreto el
ejercicio del derecho. Por ejemplo, si se restringe la libertad de tránsito, en el
mismo Decreto de restricción debe especificarse en qué consiste la restricción,
como podría ser la prohibición de circular a determinadas horas (toque de
queda), por ejemplo, o en determinados vehículos.
D. La garantía del normal funcionamiento de los Poderes Públicos
La declaratoria del estado de excepción en ningún caso interrumpe el
funcionamiento de los órganos del Poder Público (art. 339).
Además, la declaración de los estados de excepción no modifica el prin-
cipio de la responsabilidad del Presidente de la República, ni la del Vicepresi-
dente Ejecutivo, ni la de los Ministros de conformidad con la Constitución y la
ley (art. 232).
4. La revisión constitucional
La rigidez de la Constitución se concretiza en la previsión de procedi-
mientos y vías institucionales específicas para la revisión de la Constitución,
la cual en ningún caso puede hacerse por la Asamblea Nacional mediante el
solo procedimiento de formación de las leyes. En general, se exige para la re-
visión constitucional la participación del pueblo como poder constituyente
originario.
En la Constitución de 1999 se han establecido tres mecanismos institu-
cionales para la revisión constitucional que se distinguen según la intensidad
de las transformaciones que se proponen, y que son las Enmiendas constitu-
cionales, las Reformas Constitucionales y la Asamblea Nacional Constituyen-
te.
A. Las Enmiendas constitucionales
El procedimiento de la Enmienda para la reforma constitucional, tiene
por objeto la adición o modificación de uno o varios artículos de la Consti-
tución, sin alterar su estructura fundamental (art. 340).
De acuerdo con el artículo 341,1 la iniciativa para la Enmienda puede par-
160
tir del quince por ciento de los ciudadanos inscritos en el registro civil y electo-
ral; o de un treinta por ciento de los integrantes de la Asamblea Nacional o del
Presidente de la República en Consejo de Ministros.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se busca restringir la iniciativa
popular para las enmiendas, aumentándose, en el artículo 341, el por-
centaje de ciudadanos que la requieran de 15 % al 20 %.
161
Por último, la Constitución exige que las enmiendas sean numeradas con-
secutivamente. Se deben publicar a continuación de la Constitución sin alterar
el texto de ésta, pero anotando al pie del artículo o artículos enmendados la
referencia de número y fecha de la enmienda que lo modificó.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se propone modificar las forma-
lidades de publicar las enmiendas al final del texto con indicación al pié
de los artículos enmendados, y en su lugar, se propone que el artículo
341, diga pura y simplemente que “las enmiendas serán numeradas y se
incorporarán como un solo cuerpo al texto constitucional”
B. Las Reformas constitucionales
En cuanto a las Reformas constitucionales, conforme al artículo 342 de la
Constitución, tienen por objeto una revisión parcial de la Constitución y la
sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructu-
ra y principios fundamentales del texto constitucional.
De lo anterior resulta que la diferencia entre la Enmienda y la Reforma es
muy sutil: aquella tiene por objeto “la adición o modificación de uno o varios
artículos de la Constitución, sin alterar su estructura fundamental”; ésta tiene
por objeto, “la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la
estructura y principios fundamentales del texto constitucional”. En definitiva,
podría decirse que la Enmienda tiene por objeto “añadir o modificar” unos ar-
tículos y la Reforma la “sustitución” de unos artículos, pero en uno u otro ca-
so, sin alterar o modificar la estructura fundamental de la Constitución.
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, en el artículo 342 en cuanto al
objeto de la reforma de revisión parcial de esta Constitución, se propone
que además de que pueda consistir en “la sustitución de una o varias de
sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales
del texto Constitucional”, se agregue también la posibilidad de “supre-
sión y adición” de una o varias normas.
162
quiere que el texto sea discutido y aprobado por la Asamblea Nacional antes
de ser sometido a referendo.
En efecto, la iniciativa de la Reforma de la Constitución la puede ejercer
la Asamblea Nacional mediante acuerdo aprobado por el voto de la mayoría
de sus integrantes; el Presidente de la República en Consejo de Ministros o a
solicitud de un número no menor del 15 % de los electores inscritos en el re-
gistro civil y electoral (art. 342).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se busca restringir la iniciativa
popular para las reformas constitucionales, aumentándose, en el artícu-
lo 342, el porcentaje de ciudadanos que la requieran de 15 % al 25 %.
163
En caso de que no sea aprobada la reforma, el artículo 345 dispone que la
iniciativa de la reforma no puede presentarse de nuevo en un mismo período
constitucional a la Asamblea Nacional.
El Presidente de la República debe promulgar las reformas dentro de los
diez días siguientes a su aprobación. Si no lo hiciere, se aplica lo previsto en el
artículo 216 de la Constitución (art. 346).
C. La Asamblea Nacional Constituyente
Por último, como mecanismo de revisión constitucional, la Constitución
de 1999, producto de una Asamblea Nacional Constituyente que como institu-
ción para la reforma constitucional no estaba prevista ni regulada en la Consti-
tución de 1961; prevé precisamente dicho mecanismo en los artículos 347 y
siguientes.
El artículo 347 comienza precisando lo que es lo esencial en este proceso:
que el pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario; y
que en consecuencia, en ejercicio de dicho poder puede convocar una Asamblea
Nacional Constituyente “con el objeto de transformar al Estado, crear un nuevo
ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.
La Asamblea Nacional Constituyente en la Constitución de 1999, por
tanto, no está concebida como “poder originario” alguno, el cual queda reser-
vado al pueblo, en forma intransferible. Sin embargo, contradictoriamente se
especifica en el artículo 349 que los poderes constituidos no pueden en forma
alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente, con lo
cual la misma podría sobreponerse a los poderes constituidos.
La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente co-
rresponde al Presidente de la República en Consejo de Ministros; a la Asam-
blea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; a
los Concejos Municipales en cabildos, mediante el voto de las dos terceras
partes de los mismos; y al quince por ciento de los electores inscritos en el re-
gistro electoral (art. 348).
PROPUESTAS DE REFORMA 2007
En la Propuesta de reforma 2007, se busca restringir la iniciativa
popular prevista en el artículo 348 para la solicitud de convocatoria de
164
la Asamblea Constituyente aumentándose el porcentaje de ciudadanos
que la requieran de 15 % al 30 %.
165
dice el propio espíritu de la Constitución que habla de participación política
hasta la saciedad.
166