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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Central de Venezuela


Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Postgrado: Especialidad en Derecho Mercantil
Materia: Atraso y Quiebra.
Profesora: Abg. Kimlen Chang Mora

El Proceso Concursal Italiano y Comparación con el derecho concursal de


Venezuela

Autora: Mariana Tabata Autora: Jeinilith Padrino.


Cédula de Identidad: 21.091.056 Cédula de Identidad: 20.483.371
Correo: marianatabata1606@gmail.com Correo: intelectual.padrino@gmail.com
Teléfono: (0412) 9034582 Teléfono: (0424)2129476
INDICE

INTRODUCCIÓN

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Régimen jurídico en Italia
Procesos concursales en Italia
a) Concordato preventivo
b) Quiebra o liquidación judicial
c) Liquidación administrativa obligatoria
Procesos conciliatorios u otras formas alternativas para la solución de la crisis.
1. Plan de recuperación (piano di risanamento)
2. Acuerdo de reestructuración (accordo di ristrutturazione)
RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS PROCESOS CONCURSALES EN VENEZUELA
El Atraso
Requisitos
De fondo:
Requisitos de forma del atraso
Liquidación
Quiebra
El convenio
Efectos del convenio
DIFERENCIAS MÁS IMPORTANTES CON EL RÉGIMEN JURÍDICO APLICABLE
EN VENEZOLANO
Atraso y concordato preventivo
Quiebra y liquidación judicial
ESQUEMAS DEL PROCESO CONCURSAL DE ATRASO EN VENEZUELA Y DEL
CONCORDATO PREVENTIVO DE ITALIA.
• Esquema de atraso en Venezuela
• Pasos para la quiebra en Italia
• Esquema de quiebra en Venezuela.

CRÍTICAS AL PROCESO DEL PAÍS EVALUADO, CRÍTICA AL PROCESO EN


VENEZUELA Y ELEMENTOS QUE PODRÍAN INCLUIRSE CON BASE A LA
EXPERIENCIA ANALIZADA.

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAINTRODUCCIÓN

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Régimen jurídico en Italia
Procesos concursales en Italia
d) Concordato preventivo
e) Quiebra o liquidación judicial
f) Liquidación administrativa obligatoria
Procesos conciliatorios u otras formas alternativas para la solución de la crisis.
3. Plan de recuperación (piano di risanamento)
4. Acuerdo de reestructuración (accordo di ristrutturazione)
RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS PROCESOS CONCURSALES EN VENEZUELA
El Atraso
Requisitos
De fondo:
Requisitos de forma del atraso
Liquidación
Quiebra
El convenio
Efectos del convenio
DIFERENCIAS MÁS IMPORTANTES CON EL RÉGIMEN JURÍDICO APLICABLE
EN VENEZOLANO
Atraso y concordato preventivo
Quiebra y liquidación judicial
ESQUEMAS DEL PROCESO CONCURSAL DE ATRASO EN VENEZUELA Y DEL
CONCORDATO PREVENTIVO DE ITALIA.
• Esquema de atraso en Venezuela
• Pasos para la quiebra en Italia
• Esquema de quiebra en Venezuela.

CRÍTICAS AL PROCESO DEL PAÍS EVALUADO, CRÍTICA AL PROCESO EN


VENEZUELA Y ELEMENTOS QUE PODRÍAN INCLUIRSE CON BASE A LA
EXPERIENCIA ANALIZADA.

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA
INDICE

INTRODUCCIÓN

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

MARCO TEÓRICO

RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS PROCESOS CONCURSALES EN VENEZUELA

DIFERENCIAS MÁS IMPORTANTES CON EL RÉGIMEN JURÍDICO APLICABLE


EN VENEZOLANO

ESQUEMAS DEL PROCESO CONCURSAL DE ATRASO EN VENEZUELA Y DEL


CONCORDATO PREVENTIVO DE ITALIA.

CRÍTICAS AL PROCESO DEL PAÍS EVALUADO, CRÍTICA AL PROCESO EN


VENEZUELA Y ELEMENTOS QUE PODRÍAN INCLUIRSE CON BASE A LA
EXPERIENCIA ANALIZADA.

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA
INTRODUCCIÓN

La actividad de los comerciantes es fundamental para el desarrollo de la


economía y estos asumen obligaciones ante múltiples acreedores que pueden verse
afectados por los desequilibrios que ocurran en la empresa, por lo que para el Derecho
reviste especial importancia la ocurrencia de las crisis patrimoniales. Estas crisis
pueden manifestarse bien a través de una crisis de liquidez o de solvencia y ambas no
se encuentran vinculadas, pudiendo presentarse de manera independiente.
Ante ambas, el Derecho dispone de procedimientos destinados a solventar este
tipo de situación, esto a través de los denominados procesos concursales. Es así como
surgen normas para regular las situaciones de crisis y definir procedimientos colectivos
con el propósito de afrontar las mismas y permitir la satisfacción de las deudas a los
acreedores.
De este modo, a partir del Derecho Concursal se formulan normas para
prevenir, atender o resolver las crisis. Dichas normas pueden orientarse a regular el
funcionamiento interno de la sociedad, permitir el rescate de la misma en caso de crisis
y por último regulaciones para el proceso de liquidación de la sociedad.
La noción clásica del Derecho Concursal tiene un carácter netamente
liquidatorio, pues se persigue la satisfacción de los acreedores. Sin embargo, en el
Derecho Contemporáneo se han planteado otros métodos destinados a favorecer el
rescate de la empresa y evitar su liquidación.
En Venezuela, aún se mantiene la concepción clásica presentada en el Código
de Comercio vigente, sin embargo en otros países se han adelantado iniciativas para
modificar esto. Por ello, la importancia de un análisis de Derecho Comparado para
evaluar nuestro sistema.
El caso del ordenamiento jurídico italiano resulta relevante pues el mismo se
mantiene en un constante proceso de evaluación sobre la orientación de las normas
destinadas a regular las crisis empresariales.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

• Objetivo general
Establecer una comparación entre los procesos concursales de Italia y
Venezuela.

• Objetivos específicos
Identificar el régimen jurídico vigente para los procesos concursales en Italia.
Establecer las características principales de los procesos concursales en Italia y
en Venezuela
Comprar los procesos concursales de Italia con los procesos concursales de
Venezuela.
MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La evolución histórica de la bancarrota como institución del derecho mercantil


se remonta a la época medieval, en la cual en las ciudades contaban con instrumentos
normativos distintos. A medida que se presentaba un avance en las iniciativas
comerciales, se hizo necesario revisar y ampliar las regulaciones de la materia, con el
fin de dar cierta seguridad a la empresa mercantil, pues en dicho entorno los riesgos
eran muy altos y el fallo de un comerciante podía afectar de forma negativa a una gran
cantidad de sujetos, pues tenía repercusión sobre toda la ciudad.
Por el potencial daño al mercado en general, la quiebra de un comerciante
constituía una conducta reprochable tanto desde el punto de vista jurídico como moral
y con el propósito de mantener el orden económico y proteger el comercio, las
regulaciones elaboradas tenían una marcada perspectiva represiva.
Así entonces, los estatutos que regían los municipios se establecían penas muy
severas al comerciante fallido, las cuales tenían carácter personal, extendiendo sus
efectos más allá del patrimonio. De modo que, el comerciante declarado en quiebra
podría perder su carácter de ciudadano e incluso recibir represalias físicas, pues esta
situación patrimonial se consideraba un delito y en consecuencia, el comerciante se
convertía en un criminal
Igualmente existía pluralidad de regulaciones en cuanto a los requisitos para la
procedencia de la quiebra, desde el punto de vista subjetivo. Cabe destacar que en
algunos municipios como Venecia, la quiebra también se extendió hasta aquellos
deudores sin carácter mercantil, sin embargo, en dicho territorio también se dio cabida
a otro modo de gestión de la quiebra, permitiéndose la suscripción de acuerdo entre el
deudor y sus acreedores.
Posterior a ello, con la unificación del territorio, entró en vigencia el Código de
Comercio del año 1865 de influencia francesa, regulándose por primera vez las crisis
patrimoniales. Dicho instrumento, fue sustituido posteriormente por el Código de 1882,
cuyas disposiciones en materia concursal se atribuyen a Pascuale Stanislao Mancini.
En el mencionado instrumento legal se introdujo la figura del curador de la quiebra y
se separó este proceso del llevado ante ja jurisdicción penal.
De acuerdo a las disposiciones del Código de Comercio de 1882, el comerciante
fallido podía continuar la gestión empresarial, sometido a ciertas condiciones para
mantener a salvo los intereses de los acreedores
Esta regulación se mantuvo en vigencia hasta el año 1942, cuando entra en vigor
el Real Decreto de 16 de marzo de 1942, n. 267, denominado comúnmente como Legge
Fallimentare, se convirtió en el instrumento que sirve de marco general para la
regulación de la quiebra. Este decreto asume un carácter principalmente represivo hacia
el empresario fallido y busca proteger la condición de los acreedores, para ello dispone
de cuatro procedimientos concursales: quiebra, concordato preventivo, administración
controlada y liquidación coactiva administrativa. La regulación de dichos procesos
presentaba un carácter principalmente liquidatario, para lo cual se le da un papel
preminente al órgano judicial.
Asimismo, en el marco de los mencionados procedimientos no se establecía
posibilidad de negociación o acuerdo entre el deudor y sus acreedores excepto en el
caso del concordato preventivo. Sin embargo, este último supuesto se encontraba
reservado específicamente a un tipo de empresario, el cual debía ser honesto y además
debía asegurar una oferta de pago a sus acreedores
Ahora bien, a partir del surgimiento de nuevos modelos económicos y el avance
del comercio se hizo necesario evaluar los criterios de las crisis empresariales. Por ello,
la doctrina y la jurisprudencia presentaron esfuerzos destinados a elaborar un nuevo
esquema de las crisis patrimoniales.
En este sentido, para 1979, mediante Decreto Legislativo n. 26 de fecha 30 de
enero se introdujo un nuevo proceso concursal, destinado a regular la crisis empresarial
de sujetos especiales, esto es, las grandes empresas. Este instrumento tenía como
objetivo principal favorecer la continuidad del giro comercial de aquellas empresas
consideradas como grandes, para lo cual se concedía la administración de la empresa a
un comisario especialmente designado para ello, con el propósito de reorganizar el
funcionamiento y permitir su reorganización.
El mencionado instrumento legal fue sustituido posteriormente por el Decreto
Legislativo n.270 de fecha 8 de julio de 1999, el cual rige el procedimiento
administrativo a seguir en el caso de las grandes empresas que enfrentan crisis de
solvencia.

Régimen Jurídico En Italia

En cuanto al régimen jurídico que rige las situaciones de crisis patrimonial en


Italia, debemos hacer referencia en primer lugar al Real Decreto de 16 de marzo de
1942, n. 267 (legge fallimentare o ley de quiebras) el cual continua siendo el marco
normativo general de los procesos concursales, en todo lo que no se encuentre previsto
en otros instrumentos aprobados con posterioridad. Muchas de las disposiciones de su
texto se sustituyeron por dispositivos legales sucesivos, sin embargo aún se mantienen
algunos principios rectores incorporados en el instrumento de 1942.
Con el surgimiento de las nuevas necesidades en el ámbito comercial, se hizo
necesario adaptar el marco normativo, por ello fue dictada la ley 35/2005
(posteriormente ley 80 del 14 de mayo de 2005) en la cual se modifican los
procedimientos de concordato preventivo y la revocatoria concursal y se introducen los
acuerdos de reestructuración de deudas
En desarrollo de esta última ley, se elaboró el Decreto 5 de 2006 en el cual se
reforma orgánicamente lo dispuesto en la legge fallimentare, derogándose algunos
artículos y modificándose la redacción de otros. Entre los aspectos más resaltantes de
esta nueva regulación se encuentra la eliminación de la administración controlada y se
reforman de manera sustancial los procesos concursales, modificándose lo atinente al
concordato preventivo, otorgándole un carácter conservatorio de la empresa e
igualmente cambiando las disposiciones relativas a la revocatoria concursal.
Asimismo, para el año 2017 entró en vigencia la Ley 155 de fecha 19 de
octubre, mediante la cual se persigue armonizar la legislación local con los parámetros
de la Unión Europea, establecidos mediante el Reglamento Nro. 2015/848 y la
Recomendación 2014/15 del 12 de marzo de 2014.
De este modo, se instaura una reforma de los procesos concursales, destinada
a modificar los principios generales que rigen estos, para lo cual en primer lugar se
dispone la modificación del término quiebra, sustituyéndolo por “liquidación judicial”.
Asimismo se suprime lo atinente a la declaratoria de quiebra de oficio, dispuesta en el
Decreto Legislativo N. 270.
De igual manera, a través de esta reforma se busca unificar los criterios y
conceptos que rigen estos procesos, introduciendo una definición general para el estado
de crisis. La crisis empresarial debe considerarse entonces como una probabilidad de
insolvencia futura. Mediante la adopción de este concepto único, se busca dar celeridad
a estos procedimientos y armonizar el régimen que los rige, extendiendo los mismos a
todos aquellos sujetos considerados deudores, incluyendo a quienes ejercen actividades
comerciales, agrícolas o artesanales, excluyendo únicamente a los entes públicos.
Otro aspecto importante agregado a estos procesos, es lo relacionado con la
inclusión de herramientas telemáticas para llevar a cabo las notificaciones
contempladas en el procedimiento e incluso para la convocatoria de los acreedores,
buscándose utilizar estos métodos para votar y conformar la opinión acerca de la
situación de la empresa.
Igualmente se elimina el proceso de liquidación administrativa obligatoria para
las empresas que presenten un estado de crisis o insolvencia, de modo que, estas se
regirán por las disposiciones ordinarias vigentes para estas situaciones
El proceso de liquidación administrativa obligatoria se mantiene en vigencia
para los supuestos regulados por leyes especiales sobre la gestión de entidades
bancarias u otra clase de intermediarios financieros, así como también para los procesos
destinados a entidades administrativas.
En virtud de las reformas realizadas en este ámbito, mediante la Ley 155,
actualmente las crisis patrimoniales de los empresarios son abordadas mediante dos
fases, en primer lugar, se encuentra una fase denominada de alerta o preventiva,
dispuesta para todo aquel empresario mercantil en estado de crisis.
La fase de alerta se define por tener carácter extrajudicial y confidencial e
involucra a los órganos con funciones de control en la sociedad, así como los auditores,
los cuales se encuentran obligados a notificar a quienes ejercen la administración de la
existencia de indicios que adviertan sobre una probable situación de crisis. Igualmente.
De acuerdo a la ley 155, se dispone la creación de órganos especiales en las cámaras
de comercio con competencia para gestionar los acuerdos para la resolución de crisis
suscritos entre el deudor y sus acreedores.
El propósito fundamental de la fase de alerta es disminuir las probabilidades de
que un estado de crisis pase a ser de insolvencia y en consecuencia culmine en la
apertura de un procedimiento liquidatorio.

Procesos concursales en Italia


a) Concordato preventivo
Se encuentra regulado en los artículos 160 y siguientes del Decreto Legislativo
n. 5 del 2006, mediante el cual se suprimen los requisitos anteriormente establecidos
por la legge fallimentare, destinados a evaluar aspectos subjetivos del empresario
deudor, asimismo ya no es necesario presentar la inscripción del comerciante en el
Registro correspondiente ni se evalúa la contabilidad llevada de forma regular.
Igualmente, el estado de insolvencia no constituye un requisito para este tipo de proceso
concursal ni se exige oferta de pago alguna por parte del deudor a los acreedores.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 160, el concordato preventivo es
solicitado por el empresario que se encuentre en estado de crisis, siendo que esta
definición abarca el estado de insolvencia. El empresario se encarga de proponer un
plan destinado a la satisfacción de los créditos de sus acreedores, para ello puede
disponer de un proyecto para reestructurar la deuda, cesiones, adquisiciones de bonos
u otra clase de títulos, siendo que estas formas de resolver la crisis no son taxativas,
pues pueden adoptarse otras propuestas de solución según se considere necesario para
el caso. Asimismo, el deudor puede optar por clasificar los acreedores en grupos según
los criterios que considere pertinentes, estableciendo distintas clases entre ellos, siendo
que debe expresar los fundamentos de la clasificación
Inicio del procedimiento:
El deudor presenta la solicitud mediante escrito de demanda firmado por ante
el tribunal competente del lugar en el cual la empresa tiene su sede principal. La
demanda del deudor debe encontrarse acompañada por los siguientes documentos
requeridos de acuerdo al artículo 161:
a) un informe actualizado sobre el balance, situación económica y financiera
b) un estado analítico y estimativo de las actividades y un listado detallado de
los acreedores, en dicho listado deben incluirse los créditos y privilegios de cada uno.
c) un listado de los titulares de los derechos reales o personales sobre los activos
que se encuentren en propiedad o en posesión del deudor;
d) el valor de los activos y los acreedores específicos de los posibles accionistas
responsables de manera ilimitada
Igualmente, de acuerdo al numeral 3 del artículo ejusdem, la solicitud y los
documentos anteriormente enunciados, deben acompañarse por un dictamen
debidamente suscrito por un experto, que de fe acerca de la veracidad de los datos
presentados y la factibilidad del plan propuesto.
El empresario también puede presentar la demanda de concordato preventivo
con los estados financieros, el listado de acreedores y los titulares de derechos reales o
personales sobre sus activos, reservándose la presentación del plan para un plazo entre
los 60 y los 120 días, prorrogables por 60 días más.
Una vez verificada la documentación exigida y el cumplimiento de los
requisitos se abre el procedimiento de concordato preventivo. Para decidir acerca de la
admisibilidad o no del mismo, el tribunal cuenta con la facultad de evaluar la propuesta
de clasificación de acreedores, si la hubiere.
En caso de declararse inadmisible la solicitud presentada por no cumplir esta
con las condiciones establecidas y siempre que se verificare el cumplimiento de los
supuestos establecidos en los artículos 1 y 2 de la Ley, el tribunal decretará
automáticamente la quiebra del deudor,
Si la inadmisibilidad es declarada por falta de cumplimiento de la
documentación exigida, se dispondrá un plazo para la presentación de los nuevos
documentos. En todo caso, la declaratoria de inadmisibilidad puede ser recurrida por
el empresario solicitante del concordato.
En caso de admitirse la solicitud se da apertura al procedimiento, se delega a
un juez el desarrollo del mismo y en el mismo acto se ordena la convocatoria de los
acreedores para una reunión en un plazo dentro de los treinta días siguientes a partir de
su notificación y se fijará el plazo para realizar esta convocatoria; asimismo, con el
auto de admisión se nombra a un comisario judicial, cuya actividad se regula en los
artículos 165, 36, 37, 38 y 39 y se establece un plazo que no puede superar los 15 días,
para el depósito de la suma correspondiente al trámite por parte del deudor.
El decreto mediante el cual se admite el concordato preventivo debe ser
publicado de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 166 en el Registro de la Corte y se
envía comunicación electrónica a la Oficina encargada del Registro de empresas, en el
caso de los bienes inmuebles debe seguirse lo dispuesto en el artículo 88. Del mismo
modo, queda a criterio del tribunal, publicar este decreto en uno o más diarios.
Luego de emitirse el decreto de admisión, el juez encargado del procedimiento
debe solicitar los libros al deudor para realizar la anotación correspondiente y
devolverlos.
Desde su nombramiento y aceptación el comisario judicial debe llevar a cabo
todas las actuaciones necesarias para evaluar el plan presentado, mantener a los
acreedores informados y una evaluación constante sobre los registros contables y
fiscales, así como también llevar a cabo la supervisión de los actos realizados por el
deudor sobre su patrimonio.
A partir del inicio de este proceso, y mientras dure el mismo la administración
de los bienes y la gestión de la empresa corresponde al deudor, actuando bajo la
supervisión del comisario y el juez; siendo que para disponer de los activos mediante
actos que exceden la gestión ordinaria, debe contar con la autorización escrita del juez.
Ahora bien, mediante el decreto de admisión o a través de uno dictado posteriormente,
el tribunal puede fijar un monto límite para el requerimiento de la mencionada
autorización.
El deudor también puede acudir al juez para solicitar la disolución de los
contratos, excepto que se trate de aquellos relativos a la materia laboral.
Como efecto de este proceso, desde la admisión de la solicitud hasta la
homologación del concordato, los acreedores se ven impedidos de realizar acciones de
ejecución sobre los bienes del deudor.
Los acreedores posteriores pueden presentar una propuesta concurrente al
proceso hasta 30 días antes de la reunión de acreedores, siempre que representen un
porcentaje del 10% del balance.
Convocatoria y función del comisario
Para la convocatoria de los acreedores el comisario verifica el listado aportado
por el deudor y los asientos contables y procede a comunicar a los acreedores un aviso
en el cual se encuentre la fecha de la convocatoria. En el caso de desprenderse la
existencia de tenedores de bonos, el plazo para la convocatoria se amplía al doble de
los días establecidos.
El comisario también debe encargarse de hacer un inventario de los bienes que
conformen el activo del deudor, evaluando las causas de la situación del mismo y el
plan presentado. Esto lo presentará mediante un informe, el cual debe entregarse dentro
de los 45 días previos a la fecha convocada para la reunión de los acreedores. El
comisario podrá solicitar al juez apoyo técnico para la evaluación del patrimonio del
deudor y la valoración de los activos que lo conforman.
El papel del comisario es fundamental, pues este asume la tarea de evaluar la
situación del deudor, siendo que, si en el transcurso de dicha actividad resulta un
ocultamiento o disimulación de activos, supresión de cuentas por cobrar realizada de
forma maliciosa o cualquier otro hecho fraudulento, el funcionario se encuentra
obligado a dar parte de esto al juez. El juez podrá tomar las medidas oportunas para
investigar y si llega al convencimiento de los hechos, promoverá ante la Corte la
declaratoria de quiebra.

Junta o reunión de acreedores (artículo 175 y siguientes)


Junta de acreedores
En cuanto a la reunión o junta de acreedores, esta se encontrará presidida por el
juez y debe encontrarse el deudor o su correspondiente representante legal debidamente
acreditado en caso de impedimento absoluto de asistir. Los acreedores pueden asistir
personalmente o a través de un representante y a la reunión pueden concurrir los
garantes del deudor.
El objetivo de esta reunión es la discusión del plan propuesto por el deudor,
tomando en cuenta el informe adelantado por el comisario. Por ello, esta es la
oportunidad para los acreedores de presentar las oposiciones que tengan tanto al plan
presentado como a los créditos.
En la reunión el deudor también tiene la oportunidad de responder a las
oposiciones y aclarar las dudas sobre su propuesta. Tomando en consideración esto, el
juez podrá conceder algunas medidas provisionales sobre los créditos si así lo
considera, aun cuando estos sean impugnados.
La aprobación del acuerdo presentado se encuentra sujeta a la mayoría de
créditos, siendo que en el caso de encontrarse los acreedores divididos en clases se
tomará en cuenta la mayoría de los créditos según cada clase y si la mayoría de clases
votan favorablemente, el acuerdo se considerará aprobado. Cabe destacar que los
acreedores privilegiados no cuentan con derecho al voto, excepto que renuncien a ello.
De la reunión realizada se levanta un acta, la cual es suscrita por el juez, el
comisario y el Registrador. Asimismo, es posible fijar una oportunidad posterior a la
audiencia para continuar las operaciones y dar por terminado este paso, dicho plazo no
puede exceder de los ocho días.
Cuando el acuerdo no se aprueba por falta de mayoría, se remite el
procedimiento al tribunal, el cual fijará una oportunidad para la comparecencia del
deudor, el comisario y los acreedores disidentes. El tribunal cuenta con las más amplias
facultades para actuar de oficio durante el desarrollo de esta fase del proceso y luego
de ello, puede aprobar el acuerdo mediante un decreto motivado.

Terminación
La terminación del proceso se concordato preventivo ocurre con la
homologación dictada por el juez. Esta debe ser dictada en un lapso de seis meses a
partir de la presentación de la solicitud y luego de esto, el comisario mantendrá la
vigilancia para supervisar el cumplimiento del mismo, teniendo el deber de informar al
juez en caso de presentarse hechos de los cuales puedan generarse perjuicios para los
acreedores y en los supuestos de detectarse lo dispuesto en los artículos 1 y 5 de la ley,
se pasará al proceso de quiebra.

b) Quiebra o liquidación judicial


Este procedimiento se encuentra regulado a partir del artículo 5 del Decreto n.5
de 2006 y de acuerdo a las disposiciones vigentes, el término quiebra debe ser
sustituido por liquidación judicial. Este proceso concursal corresponde a aquellos
empresarios que se encuentren en estado de insolvencia, el cual se define como aquel
en el cual se encuentren imposibilitados de dar cumplimiento regular a sus obligaciones
y se manifiesta mediante indicios externos que se evaluaran en el transcurso del
procedimiento.
Inicio del procedimiento
La iniciativa del proceso de liquidación judicial corresponde al deudor, a uno o
más acreedores o al fiscal, este último se encuentra legitimado para hacerlo en aquellos
supuestos en que la insolvencia se asocia con un proceso penal, como por ejemplo, en
caso de disminución fraudulenta de activos, fuga o cierre de locales. Del mismo modo,
la liquidación judicial puede ser propuesta por el fiscal cuando la insolvencia se detecte
en un proceso de carácter civil.
Si el proceso es iniciado por el empresario este debe aportar sus registros
contables y fiscales correspondientes a los tres ejercicios anteriores o con los que
cuente en caso de que la duración de la empresa sea menor. Junto a lo anteriormente
mencionado, el deudor, debe aportar un listado detallado de los acreedores, indicando
los montos de créditos de cada uno; un informe detallado de los ingresos de los últimos
tres años; un listado de quienes ostentan derechos reales y personales sobre los bienes.
La demanda debe ser presentada ante el tribunal competente del lugar donde la
empresa tiene su sede principal y pueden acudir a este procedimiento los empresarios
activos, aquellos cuya actividad comercial ha cesado en el período anterior a un año
desde la solicitud y también es posible iniciar el procedimiento en caso del empresario
difunto.
Una vez presentada la solicitud, el Tribunal debe evaluar la misma para decidir
sobre la admisión. En este sentido, el órgano judicial encargado de decidir sobre esto
tendrá carácter colegiado y a partir de la recepción de la demanda cuentan con amplias
potestades cautelares.
Para emitir su veredicto, el tribunal debe convocar a los interesados, tanto
deudores como acreedores para que concurran en un plazo de quince días antes de la
celebración de la audiencia, siendo que tendrán un lapso de siete días antes de la misma
para presentar sus informes.
En caso de admitirse la solicitud de quiebra, en el mismo acto, el tribunal
nombrará un juez delegado para llevar el procedimiento, un curador y ordenará al
deudor la presentación de los registros contables y fiscales dentro de los tres días
siguientes. Del mismo modo, con la admisión se fijará lugar, fecha y hora para la
celebración de una reunión destinada a examinar el estado pasivo, la cual debe
realizarse en un plazo de 120 días siguientes a la sentencia declaratoria de quiebra,
pudiendo extenderse el mismo hasta 180 días si lo amerita la complejidad del caso.
Con la admisión también se otorga a los acreedores y terceros que ostenten
derechos reales o personales sobre los bienes del deudor, un lapso de treinta días para
presentar la demanda de insinuación por parte de los acreedores particulares que
pretendan hacer valer sus créditos
Luego de depositarse la sentencia declaratoria de quiebra en el Registro
correspondiente del Tribunal, debe notificarse la misma al deudor y al registro de
empresas.
Contra la sentencia que decida la admisión de la quiebra puede ejercerse
apelación y el plazo para ello comienza a partir de la notificación de la sentencia en el
caso del deudor y para el resto de los interesados a partir de la constancia en el Registro
de Empresas.
Una vez iniciado el procedimiento mediante la sentencia declaratoria, el
tribunal tendrá las competencias para intervenir en el mismo, resolviendo las
controversias que pudieren surgir, escuchando a las partes interesadas. El juez que ha
sido delegado para el procedimiento debe tomar las medidas pertinentes para la
conservación de los activos y debe convocar al curador y a los acreedores cuando
resultare necesario, asimismo autoriza los actos del curador y decide sobre las
reclamaciones de derechos reales y personales presentadas.

Curador y comité de acreedores


Con la admisión de la solicitud de quiebra, el tribunal designa a un juez que se
encargará de llevar a cabo el procedimiento, igualmente se nombra un curador, cuyas
atribuciones se encuentran reguladas en la ley pero además pueden fijarse en el plan de
liquidación. El curador tendrá como actividad principal administrar los activos del
empresario, bajo la supervisión del juez y los acreedores y debe presentar su aceptación
ante el tribunal. Los sujetos que pueden actuar como curador se encuentran enunciados
en el artículo 39 del Decreto, en el cual se indica pueden ser:

a) Abogados, contadores contables, contadores y contadores;


b) Personas con estudios profesionales o empresas asociada que
atengan los requisitos profesionales contemplados en la letra a).
c) Aquellos que han llevado a cabo funciones a administración,
gestión y control en empresas por acciones, donde pruebas de
aptitud empresariales adecuadas y siempre que no hayan
intervenido en su contra para una declaración de quiebra.

En cuanto a los acreedores, estos se encontrarán reunidos en un comité


designado por el tribunal, dentro de los 30 días siguientes a la sentencia declaratoria de
quiebra, tomando en consideración la opinión del curador y los acreedores. El comité
tendrá una conformación de tres a cinco miembros y se organizaran de forma interna,
nombrando un presidente del órgano.
La función principal del comité es supervisar la labor del curador, asimismo se
encargará de dar autorización para los actos que afecten el patrimonio y emitir opinión
en aquellos supuestos en los cuales la ley así lo prevea o cuando el juez lo considere
necesario. Los miembros del comité pueden pedir reembolso por los gastos en que
incurran o compensaciones según lo requieran.

Efectos de la declaratoria de quiebra


El principal efecto generado a partir de la sentencia, es que el deudor se ve
privado de la administración y disposición de sus activos y los actos o pagos efectuados
luego de la declaratoria se consideran ineficaces. En la quiebra se encuentran excluidos
los bienes y derechos de naturaleza estrictamente personal, los cheques de caracteres
alimentarios o relativos a derechos laborales, los frutos producto del usufructo legal
sobre bienes y otros que se encuentren excluidos por disposición expresa de la ley.
Se prevé el otorgamiento de beneficios para subsistencia, previa opinión de los
órganos de la quiebra, si el empresario o su familia no cuentan con los medios para
subsistir, concediéndose un beneficio de alimentación y salvaguardando el inmueble
que sirva como residencia principal.
En cuanto a los acreedores, urante el proceso de liquidación judicial, existe una
prohibición de realizar acciones de carácter ejecutivo o solicitar medidas cautelares
individuales, pues todos los acreedores se encuentran en concurso. Aquellos acreedores
que ostenten derechos de prenda o gravamen sobre bienes muebles pueden solicitar la
autorización para la venta de los mismos ante el juez, quien consultará esto con el
comité de acreedores y el curador. Igualmente, los acreedores privilegiados mantienen
su derecho de preferencia para la asignación de activos.
A partir de la sentencia declaratoria de quiebra, el tribunal puede decidir ordenar
la continuación del ejercicio de la empresa de forma limitada en caso de que la
interrupción de operaciones resulte en un daño importante para la compañía.

Revocatoria concursal
En el Real Decreto de 1942 se prevé en sus artículos 64 y siguientes la ineficacia
de una serie de actos considerados como revocables a partir de la declaratoria de la
liquidación judicial. Estos actos se refieren esencialmente a liberalidades, pues se
considera afectan la integridad del patrimonio y en consecuencia generan perjuicio a
la masa de acreedores. El período fijado para dichos actos se encuentra entre un año y
seis meses.
Inventario y audiencia
A partir de la declaratoria de quiebra, el curador debe elaborar un inventario de
los bienes del deudor, tomando el control de los activos, si se tratare de bienes
sometidos a registros debe insertarse una nota en los documentos correspondientes; y
en caso de bienes muebles sobre los cuales los terceros tienen derechos reales o
personales, previa autorización del juez y la comisión de acreedores puede proceder a
su entrega.
Del mismo modo, el curador, tomando en cuenta los recaudos presentados debe
elaborar una lista de acreedores, evaluando los créditos de cada uno de ellos, así como
un balance del último ejercicio financiero. Luego de ello debe notificar a todos los
acreedores y titulares de derechos para que estos participen en el proceso,
informándoles la fecha establecida para la audiencia de examen del estado pasivo
fijándose un plazo de treinta días anteriores a la misma para la presentación de
solicitudes de admisión de créditos.
El curador debe presentar su informe dentro de los quince días anteriores a la
audiencia.
En un plazo de ciento ochenta días a partir de la declaratoria de quiebra, el
deudor presentará un programa de liquidación en el cual planificará los métodos para
la realización de los activos. Este plan está sujeto a la evaluación de los acreedores.
Hasta los veinte días anteriores a la celebración de la audiencia, el curador
puede presentar un informe, previamente revisado por la comisión de acreedores, a
través del cual determina que no puede preverse la realización de activos suficientes
para cubrir el pasivo.

Audiencia
En la audiencia, se presentarán las conclusiones del examen patrimonial del
curador y es la oportunidad para que los acreedores y el deudor realicen las
observaciones pertinentes, igualmente interviene el juez para decidir sobre las
conclusiones. El juez lleva la dirección de la instrucción y puede decidir la celebración
de este acto de forma electrónica o la extensión de la audiencia en un lapso que no
supere los ocho días siguientes, sin requerirse nueva notificación a las partes-
Mediante un decreto motivado, el juez aceptará o rechazará los créditos
presentados en el informe y discutidos en la audiencia, formándose el estado pasivo del
deudor, el cual se consagra en un decreto que será depositado en el registro y se envía
copia a todos los solicitantes. Contra el mencionado decreto los interesados pueden
interponer apelación dentro de los treinta días siguientes a la notificación.
Liquidación y cierre del procedimiento
Una vez celebrada la audiencia y establecidos los acuerdos, se procede a iniciar
el proceso de liquidación, en el cual los montos derivados de la liquidación de los
activos se cancelarán en el siguiente orden: pagos pre deducibles, pago de créditos con
derechos preferentes y por último el pago de los acreedores no garantizados.
Igualmente, la ley dispone regulaciones especiales para cada tipo de crédito a cancelar,
el curador cancelará las sumas asignadas de acuerdo al plan de distribución fijado por
el juez.
Al finalizar el proceso de liquidación y previo a la adjudicación, el curador
presenta un informe analítico de las operaciones contables y la gestión del
procedimiento.
El cierre del procedimiento ocurre cuando finalice la asignación de los activos
y la distribución de los acreedores para alcanzar el importe total de los créditos
admitidos o en caso de que en el transcurso del procedimiento se compruebe que no
podrá satisfacerse a los acreedores, en cuyo caso se cancela el registro de la empresa.
El cierre del procedimiento se dará por decreto y a partir de ese momento cesan
los organismos de la quiebra y el mismo podrá apelarse. En los casos en que, en un
lapso de cinco años posteriores al decreto de cierre del procedimiento, se reciba
solicitud del deudor o del acreedor puede ordenarse la reapertura de la quiebra en caso
de considerarse la existencia de activos que garanticen el pago de por lo menos el 10%
de la deuda. Si la solicitud de reapertura es aceptada se remitirá al juez y al síndico
notificación para el inicio del procedimiento en concurso de los antiguos y nuevos
acreedores.
a) Liquidación administrativa obligatoria
Aunque la liquidación administrativa obligatoria ha sido derogada en cuanto a
su aplicabilidad a los comerciantes, aún se mantiene para entidades bancarias,
intermediarios financieros o entes administrativos, por lo que se analizará este
procedimiento de manera sumaria.
Este procedimiento es iniciado a solicitud de uno o más acreedores o de las
autoridades competentes para el supuesto en el cual la entidad o empresa en cuestión
se encuentre en estado de insolvencia, siempre que no haya sido declarada en quiebra.
La solicitud es evaluada por el órgano judicial competente y este cuenta con la facultad
de disponer medidas destinadas a la conservación del patrimonio en aras de satisfacer
a los acreedores.
Igualmente se prevé que el órgano juridicial escuche la opinión del deudor y se
la autoridad del Estado encargada de la supervisión de la empresa para la emisión de la
sentencia y una vez se publique esta, si la liquidación se declara con lugar, comienza
el proceso de liquidación, para ello se designa un comisario que actuará de acuerdo a
las indicaciones de la autoridad supervisora. Igualmente se designará un comité
facultado para dar seguimiento al proceso de liquidación.
El orden para la distribución de los activos liquidados se establece en el artículo
111 del instrumento legal y pueden realizarse pagos parciales a determinados
acreedores o a cierta clase de estos, previa autorización de la autoridad supervisora.
Una vez finalizado el proceso de liquidación se procederá al cierre del mismo mediante
la publicación en Gaceta Oficial y en un diario designado por el Tribunal.
Procesos conciliatorios u otras formas alternativas para la solución de la
crisis.
a) Plan de recuperación (piano di risanamento)
Para la solución de las crisis patrimoniales, además de los procesos concursales
vistos anteriormente, el ordenamiento jurídico italiano reconoce la existencia de vías
alternativas ubicadas en el ámbito del derecho privado, en las cuales se favorece la
autonomía de las partes para negociar con el propósito de lograr el restablecimiento de
las operaciones normales de la empresa.
Entre estas alternativas, se encuentra el plan de recuperación o rehabilitación,
el cual es una forma de resolución extrajudicial de las situaciones de crisis
empresariales, por lo que no se requiere intervención alguna del tribunal. Este tipo de
plan es presentado por el deudor ante sus acreedores y solo requiere la aprobación de
estos y estar suscrito por un profesional experto en el área designado por el mismo
empresario.
Generalmente el esquema del plan se concreta entre el deudor y los acreedores
considerados como principales, tales como los proveedores más importantes.
El principal efecto de este tipo de plan, además de reorganizar la empresa, se
circunscribe a que a partir de su suscripción formal los actos realizados se encuentra
excluidos del periodo sospechoso de revocatoria concursal.

b) Acuerdo de reestructuración (accordo di ristrutturazione)

La segunda solución prevista por el ordenamiento italiano para la solución de


las crisis es el acuerdo de reestructuración. La diferencia en este supuesto es que el
mismo requiere de la intervención de la autoridad judicial, aunque se trata de un
acuerdo suscrito principalmente entre el deudor y sus acreedores. Por ello se considera
que el acuerdo consta de dos fases, la primera de carácter extrajudicial destinada a
formar el acuerdo entre el deudor y los acreedores; y la segunda, de carácter judicial,
en la cual el tribunal da su aprobación al acuerdo.
Este procedimiento se encuentra dispuesto para cualquier deudor sin importar
su estado, quien acompañando su solicitud con los requisitos exigidos para el
concordato preventivo depositará ante la autoridad judicial competente un acuerdo de
reestructuración de deuda celebrado con sus acreedores, acompañado de un informe de
un experto sobre su situación patrimonial y la viabilidad del acuerdo para garantizar la
cancelación de las obligaciones de manera regular.
Para la admisibilidad de este acuerdo es necesario que el mismo cuente con la
aprobación de los acreedores que representen un 60% de los créditos. Luego de la
recepción del acuerdo se abre un lapso de treinta días para la oposición de los
acreedores.
Analizadas las oposiciones presentadas, el tribunal procederá a la
homologación en caso de considerarse procedente el acuerdo.
En caso de no ser homologado, de acuerdo a la evaluación de la situación del
deudor, el rechazo del acuerdo puede conllevar a la declaratoria de quiebra cuando se
verifique el estado de insolvencia y la incapacidad de satisfacer a los acreedores.
a) Liquidación administrativa obligatoria (Italia)
Aunque la liquidación administrativa obligatoria ha sido derogada en cuanto a
su aplicabilidad a los comerciantes, aún se mantiene para entidades bancarias,
intermediarios financieros o entes administrativos, por lo que se analizará este
procedimiento de manera sumaria.
Este procedimiento es iniciado a solicitud de uno o más acreedores o de las
autoridades competentes para el supuesto en el cual la entidad o empresa en cuestión
se encuentre en estado de insolvencia, siempre que no haya sido declarada en quiebra.
La solicitud es evaluada por el órgano judicial competente y este cuenta con la facultad
de disponer medidas destinadas a la conservación del patrimonio en aras de satisfacer
a los acreedores.
Igualmente se prevé que el órgano juridicial escuche la opinión del deudor y se
la autoridad del Estado encargada de la supervisión de la empresa para la emisión de la
sentencia y una vez se publique esta, si la liquidación se declara con lugar, comienza
el proceso de liquidación, para ello se designa un comisario que actuará de acuerdo a
las indicaciones de la autoridad supervisora. Igualmente se designará un comité
facultado para dar seguimiento al proceso de liquidación.
El orden para la distribución de los activos liquidados se establece en el artículo
111 del instrumento legal y pueden realizarse pagos parciales a determinados
acreedores o a cierta clase de estos, previa autorización de la autoridad supervisora.
Una vez finalizado el proceso de liquidación se procederá al cierre del mismo mediante
la publicación en Gaceta Oficial y en un diario designado por el Tribunal.
Procesos conciliatorios u otras formas alternativas para la solución de la crisis.

RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS PROCESOS CONCURSALES EN


VENEZUELA
El Atraso
El atraso busca crear un sistema de liquidación del patrimonio, otorgándole al
comerciante un período de espera para el pago de todas sus obligaciones.
Evidentemente, este beneficio se otorga siempre que sea una crisis temporal y
solamente al comerciante honesto, que ha actuado de buena fe y que hasta ese momento
ha cumplido con todas sus obligaciones satisfactoriamente.

El atraso es un proceso, requiere la intervención de los órganos de


administración de justicia, de manera que los acuerdos extrajudiciales a los que puedan
llegar las empresas con sus acreedores para refinanciar las deudas no deben ser
considerados atraso.

Requisitos

De fondo:

1. Cualidad de comerciante honesto


2. El activo de la sociedad debe ser superior al pasivo: esta es la gran
diferencia entre el atraso y la quiebra, en donde el pasivo es mayor al activo.

3. Hay una falta de liquidez inexcusable e impredecible.

4. Cesación de pagos: el comerciante tiene una impotencia patrimonial de


satisfacer el pasivo en el tiempo y modo pactado, por lo cual el deudor se ve en la
necesidad de retardar los pagos, esto es lo que los autores llaman una insolvencia
relativa.

Requisitos de forma del atraso

1. Acompañar la solicitud con los libros de comercio.

2. Estado nominativo de los acreedores y deudores


3. Se requiere la opinión favorable de 3 acreedores.
La solicitud de atraso debe ser presentada ante el tribunal de comercio del
domicilio del comerciante, una vez presentada al tribunal le corresponde verificar los
extremos de ley, supliendo las funciones de las partes. Si el tribunal no admite la
demanda, la consecuencia es que se debe decretar la quiebra, porque existe una
confesión de la cesación de pagos. Ahora bien, existen excepciones, ya que si la razón
para la inadmisión de la demanda fue que el solicitante no era comerciante,
evidentemente el tribunal no puede decretar la quiebra, debido a que los procedimientos
de Derecho Concursal solo son aplicables a comerciantes, igualmente no podría
decretarse si no existe cesación de pagos, requisito esencial para la procedencia de la
quiebra.

Una vez verificados los requisitos y admitido el atraso el tribunal puede adoptar
las medidas de vigilancia necesarias para la conservación del patrimonio de la sociedad.
A su vez, el tribunal designará un funcionario llamado síndico, el cual tendrá carácter
permanente y nombrará una comisión de 3 acreedores; tanto el síndico como la
comisión van a ser convocados a una reunión que tendrá lugar al octavo día siguiente
a la admisión.

Luego de la admisión, se conforma la masa de acreedores, los acreedores no


pueden ejercer acciones individuales contra el deudor, todas las acciones se acumulan
al atraso y no pueden recibir pagos fuera del proceso de atraso, so pena de nulidad.
Todos estos efectos se derivan del principio de igualdad entre los acreedores.

El deudor solo puede hacer operaciones de simple detal (Art. 898 C.Co.), estará
sometido a las medidas cautelares que pueda tomar el tribunal, por ejemplo, para los
actos de administración y disposición podría necesitar autorización del tribunal o la
presencia del síndico, también podría decretarse una prohibición de salida del país.

En principio las relaciones jurídicas preexistentes no quedan modificadas, pero


puede haber casos en los que se establezcan limitaciones a ciertas operaciones que
afecten relaciones jurídicas anteriores, todo dependerá de las medidas adoptadas por el
tribunal.

El síndico es un auxiliar de justicia designado por el juez, cumple también la


función de ser un tercero que interviene en el proceso para asistir al comerciante y para
representar a la masa de acreedores. El artículo 970 del Código de Comercio, establece
las limitaciones para ser síndico.

El síndico es un funcionario que va a examinar la solicitud del comerciante para


determinar la realidad de su situación financiera, la idea es que el síndico recabe toda
la información necesaria y la presente mediante informes al momento de celebrase la
primera audiencia. Al ser un órgano del proceso va a participar en todos los actos del
mismo, bien sea como asistente del comerciante o como representante de la masa de
acreedores.

También interviene la comisión de acreedores y debe estar conformada por 3


de los principales acreedores residentes del lugar donde se está llevando a cabo el
atraso. La función de la comisión de acreedores es recobrar información sobre el atraso
para complementar al síndico, informándole a este y a los demás acreedores sobre la
situación y procedencia del atraso. También operan como representantes de los
intereses de la masa de acreedores.

La asamblea de acreedores la primera oportunidad en la que se reúnen todos


los intervinientes en el proceso de atraso. Para la toma de decisiones se exige doble
mayoría (mayoría de cabezas y mayoría de créditos), es indispensable la presencia de
estos dos órganos para la celebración de la asamblea, si no están, la asamblea debe
diferirse. En el caso de que sean varios síndicos y solo uno de ellos acude a la asamblea,
el tribunal puede decidir celebrar la asamblea si el síndico presente manifiesta estar en
representación de todos. Al ser el juez quien preside la asamblea es indispensable su
presencia.
Otra característica importante de esta asamblea es que no es un acto único,
puede ser suspendida y reanudada las veces que sean necesarias, puede incluso
suspenderse para la realización de diligencias complementarias, pero en este caso será
necesaria la publicación de carteles en prensa para reanudar la asamblea.

El síndico y la comisión deben revisar:

1. La veracidad de los documentos presentados por el deudor en la


solicitud.
2. Deben realizar la apreciación de los créditos.
3. Manifestar su opinión sobre la procedencia del atraso (esta
opinión no es vinculante para el juez).
4. Señalar el plazo que pueda acordarse.
5. Opinar sobre las medidas conservatorias del patrimonio.
6. Opinar y proponer nombres de acreedores para la comisión de
vigilancia.

Una vez concluida la asamblea el tribunal fijará un plazo de 3 días hábiles para
la presentación de informes de parte de todos los interesados (normalmente estos
informes se presentan por escrito), en estos informes los acreedores y el síndico deben
votar sobre la procedencia del atraso, este voto no es vinculante. Esta asamblea es la
oportunidad que tienen los acreedores y el deudor a oponerse a algún crédito. En este
caso, el juez puede llamar a una etapa conciliatoria, buscando que el acreedor y el
deudor se pongan de acuerdo, si esto no es posible, se abrirá una incidencia por cada
impugnación en cuaderno separado.

Al tercer día siguiente a la reunión, una vez revisados los informes el tribunal
se pronunciará sobre la solicitud de atraso, admitiéndola o negándola, teniendo
especialmente en cuenta los votos de los acreedores. En el juicio de atraso el juez tiene
un poder discrecional absoluto para decretar o no la procedencia del mismo, el voto de
los acreedores debe ser tenido en cuenta pero no es vinculante. También debe
destacarse que esta sentencia tiene la particularidad de que no pone fin al proceso, si se
declara la procedencia del atraso aun es necesario que se realicen una serie de actos.

La sentencia que declara la procedencia del atraso debe contener el lapso de la


liquidación, el cual no puede exceder de 12 meses. A partir de ese momento las
obligaciones del deudor son exigibles y se consideran de plazo vencido, a menos que
el deudor demuestre haber saldado el pasivo o haber celebrado convenio con los
acreedores. También se nombra la comisión de vigilancia.

Liquidación

Consiste en convertir el activo no líquido en activo líquido para saldar las


deudas en el plazo establecido. El tribunal es discrecional en la fijación de las reglas
para la liquidación, lo cual es razonable ya que las condiciones pueden variar de
acuerdo al tipo de negocio, en algunos casos podría ser mejor liquidar los activos
individualmente y en otros casos podría ser mejor liquidar el fondo de comercio

Para la liquidación deben observarse los siguientes criterios:

● Se debe dar prioridad a los bienes de dificultoso mantenimiento


o susceptibles de deterioro (p. ej. Si se trata de la liquidación de un
supermercado, lo razonable sería que primero se liquiden los alimentos
perecederos).
● Cualquier conflicto en la liquidación debe ser resuelto por el
tribunal de la causa, oyendo la opinión de la comisión de vigilancia.
● Cada vez que el síndico considere que se han liquidado bienes
suficientes, puede solicitar el pago, pero siempre respetando la igualdad de los
acreedores (pagos parciales) y dando prioridad a los acreedores privilegiados.
● Se prevé la posibilidad de solicitar una prórroga (art. 908) hasta
por 12 meses más.
Quiebra
La quiebra es un proceso concursal que tiene como supuesto de procedencia la
cesación de pagos, La quiebra puede ser solicitada por el fallido o por sus acreedores.
Si la provoca el fallido debe incorporar a su solicitud su balance general, la explicación
de los motivos de la quiebra (memoria razonada) y un listado de acreedores. Con
respecto al lapso para solicitarla se aplica el art. 925 ya mencionado anteriormente, si
el deudor no realiza la declaración podría ser declarado como quebrado culpable (art.
917).
Si el deudor no realiza la declaración, el artículo 931 faculta a los acreedores a
solicitar la quiebra. Ahora bien, con relación a la legitimación del acreedor solicitante,
no se requiere que su crédito sea exigible, pero si es necesario que el deudor tenga
obligaciones mercantiles vencidas.

Esta solicitud se hace mediante demanda, en la cual se explican todos los hechos
y circunstancias constitutivos de la cesación de pagos (art. 932). De acuerdo al mismo
artículo 932, vista la solicitud y los recaudos el juez puede decretar como medida
preventiva la ocupación de los bienes del deudor, otorgándolos a un depositario. Este
depositario será junto con el síndico el administrador del patrimonio del deudor.

Sentencia declaratoria de la quiebra

El código de comercio establece de un modo terminante que la resolución


judicial que declara la quiebra es una sentencia. Esta decisión debe someterse a los
requisitos establecidos en el art. 937 del código de comercio, además de los requisitos
que establece el CPC para toda sentencia.

Con esta sentencia se abre el proceso de quiebra y se sientan las bases para su
desarrollo, la sentencia no agota sus efectos frente a quien inicia el proceso, los efectos
se extienden frente a todos los acreedores, independientemente del resultado de la
quiebra la sentencia va a tener ejecución inmediata, esto debido a que ocasionalmente
se establecen medidas para la liquidación, con independencia de que la sentencia sea
apelada.

Además de esto, la sentencia no solo se limita a abrir el proceso de quiebra, sino


que también debe contener las directrices necesarias para las operaciones de
liquidación. De acuerdo al art. 937 la sentencia debe contener:

a) La decisión sobre las defensas y excepciones opuestas.


b) El nombramiento del síndico y la convocatoria a la junta general de
acreedores.
c) Las medidas de protección del patrimonio del fallido.
d) Ordenar la notificación de los acreedores. Además, la sentencia debe ser
publicada de forma íntegra en un diario de circulación nacional, con el objetivo de que
todos los acreedores del fallido puedan estar en conocimiento de la quiebra.
e) En los casos de quiebra fraudulenta o culpable se debe ordenar la
participación a la jurisdicción penal.
f) La fijación de la fecha de la cesación de pagos, lo cual puede hacerse en
la sentencia o en auto separado.

La fijación de la fecha de la cesación de pagos, la cual no puede retrotraerse a


más de dos años de la declaratoria de quiebra, no obstante, a falta de fijación especial
se entenderá que la fecha de la cesación de pagos es la misma fecha de la declaratoria
de quiebra.

La fijación de la cesación de pagos es fundamental para determinar el “período


sospechoso”. Para establecer la fecha el tribunal puede utilizar el criterio material o el
criterio jurídico, es decir, puede tomar en cuenta la fecha en la que el deudor
efectivamente dejó de pagar o la fecha en la que se evidenció un acto de desequilibrio
económico en que agotó su capacidad de pago. En nuestro sistema se utiliza el criterio
material para la declaratoria de la quiebra y el criterio jurídico para la fijación de la
cesación de pagos y del “período sospechoso”.
Durante el período sospechoso hay un régimen especial de nulidades de los
actos realizados, con el objetivo de revisar la validez de los mismos, reprimir fraudes
y mantener la igualdad de los acreedores.

La sentencia que declara la quiebra debe contener:

● Nombramiento del síndico (el cual debe ser un abogado o un


comerciante).
● Prohibición de pagos, no se puede pagar directamente al acreedor, sino
al síndico o al tribunal.
● Convocatoria de todos los acreedores.
● Convocatoria de la primera junta de acreedores.

Es una sentencia con carácter de universalidad, debido a que tiene por objeto
organizar un procedimiento colectivo oponible a todos, se extiende a todos los bienes del
deudor, no solo a los mercantiles sino también a los personales, ya sean presentes o
futuros, no hay posibilidad de hacer cesar los efectos o desistir del proceso de quiebra.

Por otro lado, el fallido queda privado del ejercicio de acciones legales de defensa
del patrimonio, ya que una vez declarada la quiebra estas acciones solo pueden ser
ejercidas por el síndico, esto trae como consecuencia que el fallido solo pueda ejercer
acciones de naturaleza personalísima (estado y capacidad, familia).

Le declaratoria de quiebra produce el cese de los intereses, esto es una regla


general y se aplica tanto a los intereses moratorios como a los intereses convencionales.

La junta de acreedores

El desarrollo y atribuciones de la junta de acreedores están establecidos en el


artículo 960 del código de comercio. La junta de acreedores tiene principalmente dos
funciones, la verificación de los créditos y la decisión sobre la forma de liquidación:
1. Verificación de los créditos: Reunidos los acreedores, el juez pedirá que
cada uno exhiba los documentos justificativos de su crédito, con el objetivo que se
hagan las observaciones generales en cuanto a la legitimidad de los créditos.
2. Forma de liquidación: los acreedores pueden elegir si quieren que la
liquidación la haga el síndico o la hagan los propios acreedores, en este último caso se
requiere el voto favorable de los acreedores que representen más de la mitad de los
créditos.

Una vez acordada la liquidación por los acreedores, se propondrá a un acreedor


o a una terna de acreedores para el cargo de liquidador, de la cual el tribunal escogerá
el que haya de serlo; además, se elegirá también una comisión de tres acreedores para
que asista la liquidación.

El deudor también puede postular una terna de comerciantes, para que el


tribunal elija uno, el cual tendrá la función de inspeccionar la marcha de la liquidación.
Otra opción, aunque poco usual, es que el deudor proponga en la junta de acreedores
la celebración de un convenio.

La liquidación

Una vez concluida la junta de acreedores se abrirán 2 caminos paralelos: el


primero de ellos es la calificación de los créditos (lo cual explicaremos con
posterioridad), en esta etapa el síndico debe realizar un cuadro de calificación que será
discutido en una junta de calificación de créditos; el segundo camino paralelo es la
liquidación. La idea de realizar ambos procedimientos a la vez es que se vayan
liquidando los activos de manera que una vez concluida la calificación de créditos, ya
los activos o parte de ellos se encuentren liquidados, y se comiencen a realizar los
pagos.

Para la realización de la liquidación los síndicos deben seguir un orden de


prelación:
1) Realización de mercancías y de bienes mobiliarios

2) Realización de las acreencias

3) Venta del fondo de comercio

4) Realización del activo inmobiliario

Calificación de los créditos

El síndico debe realizar un cuadro de calificación de créditos en donde va a


recoger la totalidad de las acreencias, tanto las que figuran en el balance y contabilidad
del fallido, como las de aquellos acreedores que no estando en el balance, se hubieran
presentado con título justificativo de su crédito.

En la realización de este cuadro el síndico debe separar a los acreedores por


grupos, a esto se le llama graduación de los créditos, y se realiza para obtener el orden
en que los créditos van a ser considerados por la junta de calificación. El síndico deberá
ordenarlos de la siguiente manera:

En cada grupo los acreedores deberán estar ordenados cronológicamente.

Junta de calificación (art.1002): una vez hecho el cuadro de calificación, se


procede a la fase de calificación de créditos propiamente dicha, la cual inicia con la
junta de calificación. Esta junta general se celebrará en presencia del juez y tiene como
objetivo determinar cuáles acreedores participarán en el reparto de los bienes
liquidados. Puede haber tantas reuniones de calificación como fueren necesarias a la
total terminación de la calificación de todos los acreedores1.

La reunión se constituirá con los acreedores presentes, independientemente del


pasivo que representen. Los acreedores reunidos comenzarán a examinar cada una de
los créditos en el orden que estuvieren colocados, emitirán observaciones y luego

.
realizarán una votación para determinar si el crédito se admite o no, esta votación se
realizará por cabezas y basta con la mayoría simple para que el crédito sea admitido.

Es importante destacar que la admisión de un crédito debe hacerse en la calidad


y cantidad que fue reclamado, si se hicieren observaciones o rebajas el acreedor no
puede adherirse a ellas, el crédito se considerará rechazado. Por otro lado, una vez
admitido un crédito no puede ser impugnado.

Junta de conciliación (art. 1005): una vez analizados todos los créditos,
aquellos que hubiesen sido rechazados en la junta de calificación pasarán a la junta de
conciliación, en donde serán examinados nuevamente. Para la realización de esta junta
se requerirá la presencia de los acreedores rechazados y de los acreedores que votaron
por el rechazo, si alguna de las partes no está presente no será posible realizar la
conciliación y el crédito se considerará definitivamente rechazado.

Si las partes no concurren o habiendo asistido no se logra la conciliación, el


crédito será nuevamente rechazado y se abrirá una incidencia en el juicio para cada
crédito, la cual quedará abierta a pruebas. Por el contrario, los créditos conciliados
pasan a ser admitidos.

Lapso para comparecer a solicitar la calificación: en este punto debemos


interpretar en conjunto los artículos 998 y 959 del código de comercio, para determinar
cuál es lapso que tienen los acreedores para hacerse parte de la quiebra y solicitar la
calificación. De acuerdo a los mencionados artículos los acreedores se dividen en 3
grupos:

A pesar de que los artículos citados contienen esta regulación, la realidad es que
la junta de calificación se realiza normalmente en un plazo mucho mayor a 6 meses de
declarada la quiebra (que es el plazo máximo establecido para los acreedores
domiciliados fuera del país), por ello la mayoría de las veces el plazo que va a aplicar
para todos los acreedores es el plazo de los 8 días anteriores a la junta de calificación,
siempre que este plazo sea más favorable.
Finalmente, señala el artículo 998 que los acreedores que no se presenten en los
lapsos señalados, pueden presentarse después siempre que sea antes de la distribución
final de los fondos, y tendrán que asumir las costas que genere su calificación.

El convenio

El convenio no es tan frecuente en la quiebra como en el atraso, debido a que


en la quiebra las expectativas de recuperación no son tan altas como las del atraso. Sin
embargo, no se descarta la posibilidad del convenio, porque es posible que mediante el
mismo los acreedores puedan recuperan una parte mayor de su acreencia, en
comparación a lo que obtendrían de la liquidación.

Acreedores admitidos a votar: En principio, los acreedores que pueden votar


en las deliberaciones relativas al convenio son aquellos cuyos créditos hayan sido
calificados, sin embargo, el juez puede admitir provisionalmente los créditos aun no
calificados para que puedan votar (art. 1011).

En otras palabras, si un acreedor privilegiado con privilegio especial o un


acreedor hipotecario vota, se entiende que está renunciando a la garantía, en virtud de
que la ley entiende que dicho voto significa que el convenio es más favorable que la
garantía, de otra forma, si se admitieran los votos conservando los privilegios, podría
prestarse para fraudes. No obstante, todo esto aplica para el voto favorable al convenio,
si se vota en contra del convenio no se pierden los privilegios.

: En esta asamblea la presencia del fallido es indispensable, según el art. 1012


el fallido debe concurrir personalmente a la asamblea, a menos que el juez apruebe que
pueda estar representado por apoderado, como en el caso, por ejemplo, de enfermedad.
Si el fallido no acude a la junta, se puede acordar el diferimiento para otro día, pero si
el diferimiento no fuera acordado se extinguirá toda posibilidad de celebrar el
convenio.
Presencia del síndico: el síndico debe presentar un informe escrito acerca de las
causas, carácter y estado de la quiebra, así como de las operaciones realizadas, del
resultado de su administración y de la relación existente entre los activos y los pasivos
(art. 1013). Aunque la ley no lo exige, es conveniente la presencia del síndico para que
pueda aclarar cualquier duda que surja sobre su informe.

Mayorías requeridas para el convenio

El código establece una doble mayoría por cabezas y por créditos, de esta forma
se busca asegurar el convenio y proteger a las minorías

De acuerdo al art. 1014, para la aprobación del convenio se requiere el voto


favorable de las 2/3 partes de los acreedores que representen a su vez las ¾ partes de
los créditos, o viceversa, las ¾ partes de los acreedores que representen las 2/3 partes
de los créditos. Es importante aclarar que estas mayorías se exigen solo para la
aprobación del convenio, no hay requisito de quorum para constituir la asamblea.

Si no se obtiene ninguna de las 2 mayorías antes señaladas anteriormente el


convenio se considerará rechazado y no se admitirán nuevas propuestas de convenio.
No obstante, si no se obtienen las mayorías calificadas señaladas, pero se obtiene al
menos la mayoría simple de acreedores y de créditos, no se aprobará el convenio en
esa junta, pero se realizará una nueva asamblea al 8vo día siguiente con una nueva
propuesta de convenio. Esto se hace debido a que aunque no se obtuvo la aprobación,
hubo el voto favorable de una buena cantidad de acreedores, por lo cual merece la pena
volver a discutir el convenio (art. 1015).

Los acreedores tienen la posibilidad de ejercer oposición individual al convenio


(excepción al proceso concursal), para lo cual tienen un lapso de 6 días siguientes a la
celebración del convenio. Esta oposición la pueden hacer tanto los acreedores
reconocidos como los admitidos provisionalmente, incluso puede hacerla el síndico,
sin embargo, como indica el mismo art. 1019 “Cuando no hubiere más que un síndico
y éste fuere opuesto al convenio, se nombrará otro provisional para la secuela de la
oposición” (síndico ad-hoc).

Cabe destacar que la norma no hace distinción respecto a los acreedores, por lo
que cualquier acreedor puede oponerse, aun cuando no hubiere asistido a la asamblea
que aprobó el convenio, incluso un acreedor que votó a favor podría oponerse.

Con respecto a los acreedores privilegiados e hipotecarios, la jurisprudencia y


doctrina mayoritaria señala que estos no pueden oponerse al convenio, y si lo hacen
pierden su privilegio o garantía. La única posibilidad que tienen estos acreedores es
votar en contra del convenio en la asamblea, ya que como dijimos anteriormente, si
votan a favor también perderían su privilegio o garantía.

Una vez formulada oposición, se dará copia de la misma al fallido y al síndico


para que la contesten en un lapso de 6 días, admitiéndose las pruebas que sean
necesarias, sin embargo, como normalmente se trata de asuntos de mero derecho no
hay promoción de pruebas. Pasado este lapso el juez pasará a decidir sin informes.

Si no hay oposición, o habiéndola es desestimada, el tribunal deberá impartir la


aprobación del convenio.

Homologación del convenio: el convenio solo se hace obligatorio y surte todos


sus efectos cuando ha sido homologado por el tribunal. Para decidir el tribunal debe
tomar en cuenta un informe que le harán llegar los síndicos sobre los caracteres de la
quiebra y sobre la legalidad del convenio (art. 1020). Si el convenio fuera aprobado, el
tribunal se pronunciará sobre la excusabilidad del fallido.

El tribunal puede impartir la desaprobación del convenio, ya sea de oficio o


por oposición, en estos casos la desaprobación (o la oposición, de haberla) debe estar
fundada en alguna de las causas siguientes (art. 1021):

1º Ser la quiebra fraudulenta o culpable.


2º Haberse completado la mayoría que lo acordó con falsos acreedores o con
falsos créditos.

3º Haberse faltado a las formalidades establecidas para su celebración 2.

Con respecto al numeral primero es importante hacer una distinción, pareciera


contradictorio que la norma mencione a la quiebra fraudulenta y a la quiebra culpable
ya que anteriormente dijimos que no se puede celebrar convenio con el quebrado
fraudulento pero con el culpable sí, no obstante, esta norma lo que nos abre es la
posibilidad de oponernos a la celebración del convenio con el quebrado culpable,
debido a que el convenio con un quebrado fraudulento siempre será nulo.

Al juez no le está permitido hacer modificaciones a las estipulaciones del


convenio, esto se deduce de la noción del convenio como contrato, de manera que el
tribunal solo puede aprobar o desaprobar el convenio, no puede imponer condiciones
(p. ej. Que el fallido suministre una fianza). Si el convenio es aprobado se declarará el
fin de la quiebra, cabe destacar que esta decisión es inapelable, se considera cosa
juzgada y se le da inmediata ejecución.

Si por el contrario, se niega la aprobación, debemos hacer una distinción, si la


desaprobación está fundada en los numerales 1 y 2 del art. 1021 se trata de una decisión
irreversible y no puede volverse a proponer el convenio; ahora bien, si la desaprobación
se basa en el numeral 3, sí pueden presentarse nuevas proposiciones para lograr el
convenio.

Contenido del convenio

La noción del convenio tiene un contenido legal implícito que no es necesario


repetir en sus estipulaciones, aunque podría estipularse en contrario, este contenido
consiste en:
1. Cese del desasimiento, el fallido vuelve a estar al frente de sus negocios.
2. Terminan las funciones del síndico.
3. Se disuelve la masa, por lo que los acreedores recuperan su derecho a
accionar individualmente.

Pero además de este contenido implícito está el contenido contractual, en este


sentido vamos a encontrar cláusulas a favor del fallido y cláusulas a favor de los
acreedores. Entre las cláusulas más usuales a favor del fallido pueden nombrarse: la
concesión de lapsos y el otorgamiento de ciertas remisiones de deudas, bien sea al
capital o a los intereses.

También hay cláusulas en interés de los acreedores, entre las cuales están las
estipulaciones de garantías y el otorgamiento de ventajas particulares, además,
usualmente los convenios contienen una “cláusula de retorno a mejor fortuna”, según
la cual el deudor se compromete a que en caso de que llegue a mejor fortuna, a pagar
la integridad de sus deudas.

Efectos del convenio

● El convenio es obligatorio para todos los acreedores (art. 1022), salvo


los acreedores privilegiados y los acreedores de la masa.
● La masa deja de existir, por lo cual los acreedores recuperan el ejercicio
de acciones individuales.
● Se restablece el curso de los intereses en los términos estipulados en el
convenio.
● Si el fallido es un codeudor, el acreedor tiene íntegros sus derechos
contra los demás coobligados, ya que el convenio solo aplica para el fallido, no para
los deudores solidarios de la misma deuda (art. 1023).
● El fallido recupera su patrimonio y cesa el desasimiento, pero continúa
la capitis deminutio como consecuencia de la quiebra.
● Cesan las funciones de los órganos de la quiebra, en este caso el síndico
debe rendir cuentas de su actuación al tribunal y al fallido.

Convenio por abandono del activo: La cesión de bienes, voluntaria o judicial,


es una institución del derecho civil por la cual el deudor que no puede pagar sus deudas
abandona a sus acreedores todos sus bienes (arts. 1934 y ss CC).

El código de comercia ha instituido un convenio por abandono del activo del


fallido, que es una solución intermedia de la quiebra entre el convenio propiamente
dicho y la liquidación por los acreedores y que se distingue de la cesión de bienes civil
por expresa prohibición del art. 1025. Se llama convenio por abandono del activo un
arreglo, concluido en la asamblea del convenio entre el deudor y la masa, que comporta
el abandono a los acreedores de todo o parte de los bienes de la quiebra.

Este abandono tiene efecto liberatorio de la totalidad del pasivo, una vez
entregados los bienes se dan por saldadas las deudas. Ahora bien, este convenio no
pone fin al desasimiento en los bienes abandonados y en lo que respecta al síndico, sus
funciones no culminan con el convenio, sigue en su cargo hasta que se liquiden todos
los bienes.

Nulidad y resolución del convenio: el convenio puede ser anulado, no


obstante, a pesar de que el convenio tiene naturaleza contractual las causas de nulidad
son particulares y se encuentran establecidas en el art. 1029.

La nulidad de este artículo es absoluta y puede ser solicitada por cualquier


acreedor de forma individual, incluso podría solicitarla el fallido mismo o terceros que
han intervenido en el acto. Esta nulidad produce efectos frente a todos los acreedores
(la hayan pedido estos o no) y se extiende también a los que actúan como fiadores.

Con respecto a la resolución del convenio, esta puede solicitarse cuando hay un
incumplimiento de las estipulaciones del convenio por parte del fallido. La resolución,
a diferencia de la nulidad, afecta solamente a aquellos que la han solicitado, y
solamente están legitimados para accionar los acreedores afectados por el
incumplimiento

b) Liquidación administrativa obligatoria (Italia)


Aunque la liquidación administrativa obligatoria ha sido derogada en cuanto a
su aplicabilidad a los comerciantes, aún se mantiene para entidades bancarias,
intermediarios financieros o entes administrativos, por lo que se analizará este
procedimiento de manera sumaria.
Este procedimiento es iniciado a solicitud de uno o más acreedores o de las
autoridades competentes para el supuesto en el cual la entidad o empresa en cuestión
se encuentre en estado de insolvencia, siempre que no haya sido declarada en quiebra.
La solicitud es evaluada por el órgano judicial competente y este cuenta con la facultad
de disponer medidas destinadas a la conservación del patrimonio en aras de satisfacer
a los acreedores.
Igualmente se prevé que el órgano juridicial escuche la opinión del deudor y se
la autoridad del Estado encargada de la supervisión de la empresa para la emisión de la
sentencia y una vez se publique esta, si la liquidación se declara con lugar, comienza
el proceso de liquidación, para ello se designa un comisario que actuará de acuerdo a
las indicaciones de la autoridad supervisora. Igualmente se designará un comité
facultado para dar seguimiento al proceso de liquidación.
El orden para la distribución de los activos liquidados se establece en el artículo
111 del instrumento legal y pueden realizarse pagos parciales a determinados
acreedores o a cierta clase de estos, previa autorización de la autoridad supervisora.
Una vez finalizado el proceso de liquidación se procederá al cierre del mismo mediante
la publicación en Gaceta Oficial y en un diario designado por el Tribunal.
Procesos conciliatorios u otras formas alternativas para la solución de la crisis.
DIFERENCIAS MÁS IMPORTANTES CON EL RÉGIMEN JURÍDICO
APLICABLE EN VENEZOLANO
Atraso y concordato preventivo
En el caso del atraso la solicitud debe ser presentada por un comerciante que
cumpla con los siguientes requisitos:
En el caso del concordato preventivo, no se exigen requisitos subjetivos para en
relación al solicitante y este puede ser empresario de cualquier clase, incluyendo
artesanos.
El atraso procede cuando el comerciante presenta un activo superior al pasivo
y se exige la opinión favorable de tres acreedores
El concordato preventivo procede en caso de situación de crisis, no se exige
superioridad del activo y se incluye el estado de insolvencia. Igualmente se exige la
presentación de un informe emitido por un experto sobre la veracidad de los datos y la
factibilidad del acuerdo. No se exige opinión favorable de los acreedores
En el atraso no se exige que el deudor presente un plan de recuperación.
Mientras que en el caso del concordato preventivo este es un supuesto esencial para la
procedencia de la solicitud
En el atraso no se prevé la publicación de la admisión, cuando se trata del
concordato preventivo, este debe publicarse en el registro de la empresa
En el caso del atraso se exige la intervención de un síndico. Mientras que en el
caso del concordato preventivo se nombra a un comisario.
En el atraso la mayoría exigida para la aprobación del mismo es compuesta y
en el caso del concordato es una mayoría de créditos
En el atraso se prevé la intervención de una comisión de acreedores y una
comisión de vigilancia. En el concordato preventivo los acreedores intervienen de
forma individual en la reunión y no existe comisión de vigilancia, luego de la
homologación del acuerdo se mantiene la supervisión por parte del comisario.
Quiebra y liquidación judicial
En la quiebra se tiene como supuesto de procedencia la superioridad del pasivo
en relación al activo y esta debe probarse, en el caso de la liquidación judicial esta
procede cuando existe estado de insolvencia, no se comprenden tampoco la realización
de juntas de calificación o conciliación.
ESQUEMAS DEL PROCESO CONCURSAL DE ATRASO EN VENEZUELA Y
DEL CONCORDATO PREVENTIVO DE ITALIA.
• Esquema de atraso en Venezuela

Requisitos de fondo: Procedimiento (Art.900 C.Cm.)

• Cualidad de comerciante verificación


del deudor.
• Cesación de pagos excusable. Verificación de la solicitud y de los documentos.
• Competencia del tribunal. Se dictan las medidas de vigilancia que el juez considere.
E • Capacidad procesal. Se nombra: la comisión de los 3 acreedores y el síndico.
L Y de convocará por prensa a la reunión que debe verificarse el
8° día a la hora que se fije.
A Requisitos de forma (Art. 899 C.Cm):
T
R
• Solicitud de atraso expresa y Reunión (Art.902 C.Cm.)
A
Explicita.
S •
O • Libros de comercio. Se hablará de la opinión sobre los documentos que
• Balance comercial. acompañan la solicitud.
• Inventario no superior a 30 días • Se hablará sobre la admisión o negativa de la solicitud,
de vigencia indicando deudores veracidad de los créditos, plazos para pagar, medidas
y acreedores. conservativas necesarias.
• Patente de industria (si la tiene).
• Se levantará un acta haciendo constar la opinión de todos
• Opinión favorable de tres de sus
acreedores y los créditos que representan.
• Requisitos del Art.340 C.P.C. Admisión o negativa (Art.903 C.Cm.)
• No encontrarse en estado de
quiebra declarada.
3er día hábil, el juez oirá los informes que hagan el
solicitante, el síndico y los acreedores.

Oídos los informes el juez se pronunciará sobre la


admisión o negación de la solicitud.

Si no se admite, se podrá interponer apelación del fallo


ante el tribunal del municipio.
Fallo de admisión (Art.903 CCm.)
1- Duración de la liquidación: que no exceda de 12
meses.
2- Obligación del deudor de hacer constar haber pagado
a sus acreedores dentro de dicho plazo o haber
celebrado con ellos algún convenio.
3- Las medidas conservatorias y las precauciones que
juzgue necesarias para garantizar la integridad del
patrimonio del deudor.
4- Los acreedores que deben componer la comisión que
vigile la liquidación del patrimonio del deudor.
Durante la liquidación amigable:

• Se suspenderá toda ejecución contra el deudor no


pudiendo intentarse acción de cobro.
• Podrá celebrar con sus acreedores cualquier convenio
que le conceda mayores moratorias. (del convenio se
remitirá copia en todo caso al tribunal y de esta
manera el tribunal lo declarará así para que surta sus
efectos).
• Si se descubre la existencia de acreencias no
Liquidación amigable
declaradas o de no cumplir con las obligaciones
(Art. 905,906, 907
pendientes, el tribunal podrá revocar la liquidación
y 908 C.Cm.) amigable.
Extensión del plazo de la liquidación amigable
(Art. 908 C.Cm.)

Si se comprueba haberse pagado a los acreedores que en la


liquidación figuran en una parte considerable, o si
concurren circunstancias especiales, podrá el tribunal
acordar una prórroga del plazo fijado que no exceda de 12
meses más.

• Proceso en Italia

No judicial y Acuerdo de 30 para la Homologación


confidencial Reestructuración oposición
NO JUDICIAL

Art. 4 ley 155


Órganos de documentos
(Proceso de control en la exigidos por el Publicación
sociedad Art. 161
alerta)

obligación de Deudor Informe de


notificar al órgano presenta experto
administrador
Art. 5 Ley 155 Acuerdo de Acuerdo de Restructuración: Elimina el
Restructuración sin liquidación 60%
Aplica
Asimila al
Acuerdo de Restructuración:
concordato
de moratorio
preventivo

Plan de restructuración

Concordato
JUDICIAL
Quebró

Art. 6 Ley 155 requisitos Probabilidad de recursos


externos

Lo solicita: Demanda

Ante el tribunal de la sede principal de la empresa.


El
E empresario Requisitos
L que se haya
• Relación de la situación patrimonial de la empresa.
en estado de
• lista de acreedores.
C crisis.
• Lista de titulares de derechos reales o personales.
O
• Valor de los activos y lista de acreedores de los socios
N
responsables de manera ilimitada.
C
• Informe del experto.
O •
• Propone un acuerdo a Puede presentarse solo los estados financieros y el
R acreedores. listado de los acreedores, reservándose la presentación
D • Reestructuración. del plan para 60-120 días.
A • Atribución de
T actividad
Admisión
O empresarial. • Verificación de los requisitos y criterios de clasificación de
• Dividir acreedores en los acreedores.
clases. • Dele a un juez.
• Trato de los • Ordena convocatoria de acreedores en un plazo de 30 días.
acreedores. • Nombre a un comisario.
No admisión

• Fija plazos para la presentación de nevos


documentos.
• Si no cumple con los requisitos y se verifican los
supuestos de articulo 1 y 2; se decreta la quiebra.

Publicación

• Comunicación al fiscal.
• Se publica en el registro de empresas.
• Puede publicarse en prensa.

Acreedores posteriores

Acreedores posteriores pueden presentar


propuesta concurrente (hasta 30 días antes de
la reunión de acreedores)

Comisario
Evalúa solicitud y registros contables, evalúa un inventario
de los archivos y lo presenta 45 días antes de la reunión.

El deudor
Mantiene la administración de los bienes bajo
supervisión del comisario y juez.

Reunión (puede ser vía electrónica)

• Asisten: deudor, acreedores, juez comisario y garantes.


• Comisario presenta informe.
• Se hace oposición a los créditos.
• Se prueba el plan por mayoría de créditos o de clase.

Audiencia

• Decreto motivado de homologación.


• Si no se homologa y se verifican los supuestos del articulo 1 y
5 se decreta la quiebra.

FIN El comisario mantiene supervisión de cumplimiento del acuerdo.


• Esquema de quiebra en Venezuela.

Requisitos Art. 914 C.cm: Faces del Proceso:

L • Condición Escrito (Art.925 C.Cm.) Debe ser por escrito, ante el juez
A • de comerciante competente del domicilio, dentro de
• Cesación de pago los 3 días siguientes a la. Cesación de
• Obligaciones de pagos. El secretario anotara en el
Q naturaleza mercantil. escrito la fecha de presentación.
U • Que el comerciante
I estado de atraso. Documentos que deben acompañar la manifestación
E (Art. 426 C.Cm.)
B
R • Balance general
A • Memoria razonada de las casas de la quiebra.
Clasificación Art.915 C.cm:
Dichos documentos serán fechados y firmados por el fallido bajo
• Quiebra fortuita juramento de ser verdaderos.
• Quiebra culpable
• Quiebra fraudulenta En los casos de ser una sociedad a nombre colectivo o en
comandita: deberán firmar todos los socios solidarios presentes
en el lugar.

Si fuere una Sociedad Anónima: los firmaran los administradores


presentes.

El balance contendrá (Art. 927 C.Cm.)

• La relación y valores de todos los bienes muebles


e inmuebles,
• Estados demostrativos con debida separación de
los débitos y créditos, de los gastos y de las
ganancias y pérdidas.

Declaración del comerciante (Art. 929 C.Cm.)


Se puede declarar. Pero no puede ser pedida ni
pronunciada de oficio sino dentro de los 3 meses
siguientes a su muerte. Los bienes del difunto quedan
separados de sus herederos.
Comerciante (Art.930 C.Cm.)
La quiebra puede ser declarada pero solo dentro de los 5
años posteriores al retiro.
Escrito (Art.931 y 932 C.Cm.)

• Los acreedores pueden provocar la declaración de


quiebra aun cuando sus créditos no sean exigibles.
• Lo harán mediante demanda en que expliquen los
hechos y circunstancias de la cesación de pagos. Podrá
el juez disponer como medida preventiva la ocupación
de todos los bienes del demandado además podrá
prohibir que se le hagan pagos y se le entregue
mercancía.

Comparecencia y contestación (Art. 933 C.Cm.)

De la demanda en declaración de quiebra se pasará copia certificada al demandado con la orden


de comparecencia a la hora que se fije el 5° día.

En la oportunidad fijada se oirá la contestación del demandado, en la cual solo podrá oponer las
siguientes excepciones de defensa:

1. Declinatoria de la jurisdicción del juez ante el cual se propuso la demanda, por


incompetencia de este.
2. No tener el demandante el carácter que se atribuye de acreedor del demandado, no tener
el apoderado del demandante la representación que se atribuye.
3. No tener el demandado el carácter de comerciante.
4. No encontrarse el demandado en estado de quiebra porque no haya incurrido en cesación
de pago.

Aunque el demandado quisiera alegar varias excepciones o defensas indicadas debe proponerlas
conjuntamente.

Puede también el demandado acogerse en esa oportunidad al beneficio de atraso si sostuviera que
Articulación (Art. 9234 C.Cm.)
debe acordársele.
El juez abrirá una articulación por 8 días sin termino de distancia, dentro del cual las
partes promoverán las pruebas las cuales se evacuarán en el mismo termino sin
prorrogarlo.

Declaración del comerciante (Art. 935 C.Cm.)

En la sentencia se examinarán las excepciones, pero si alguna fuere la declinatoria de


competencia, se dejarán sin decidir las demás que sean resueltas por el juez competente.

Comerciante (Art.936 C.Cm.)

• Con lugar: se ira apelación en un solo efecto al fallido.


• Sin lugar: se oirá apelación en ambos efectos al acreedor
• Pasos para la quiebra en Italia
SOLICITUD SENTENCIA DECLARATORIA
EVALUACION DE CRÉDITOS Y CUSTODIA DE BIENES
AUDIENCIA LIQUIDACION CIERRE
CRÍTICAS AL PROCESO DEL PAÍS EVALUADO, CRÍTICA AL
PROCESO EN VENEZUELA Y ELEMENTOS QUE PODRÍAN INCLUIRSE
CON BASE A LA EXPERIENCIA ANALIZADA.
Del análisis de los procesos concursales en Italia y en Venezuela, resalta la
coincidencia de ambos en cuanto al principio de la par conditio creditorum como
fundamento de las vías dispuestas para el abordaje de las crisis patrimoniales. Ambos
ordenamientos jurídicos coinciden además en los órganos interventores en esta clase
de procedimiento, entre los cuales se encuentran además del juez, los acreedores en
masa representados de distintos modos y un sujeto designado por el tribunal (comisario
o curador), asimismo, los efectos de ambos procedimientos mantienen similitudes en
cuanto a las limitaciones del deudor para realizar actos de administración y disposición
sobre sus activos.
Ahora bien, en el caso del ordenamiento italiano se han adelantado reformas a
los instrumentos normativos que rigen los procesos concursales, de modo que puedan
adecuarse a las nuevas dinámicas del ámbito comercial. Para ello, junto al principio de
la par conditio creditorum se asumió la conservación de la empresa, de modo que todos
estos procesos se encuentren orientados a mantener el giro comercial y la superación
de la situación de desequilibrio patrimonial.
Con este propósito, el ordenamiento italiano flexibilizó los requisitos exigidos
para acceder al concordato preventivo, esto en cuanto a aquellos de carácter subjetivo,
eliminando la exigencia de la demostración de honestidad o cuestiones asociadas con
las cualidades morales del deudor, de modo que se favorece la consecución de acuerdos
entre el mismo y sus acreedores, independientemente de la ética del comerciante o
empresario.
En este aspecto se encuentra una diferencia fundamental con el ordenamiento
venezolano, en el cual entre los requisitos de fondo del atraso se encuentra la honradez
del comerciante, lo cual resulta relevante para el control del juez, pues la eliminación
de este tipo de requisitos podría conllevar a una proliferación de solicitudes maliciosas
por parte de comerciantes que no se encuentren en situación de crisis, pero pretendan
beneficiarse del proceso establecido a tal fin.
Del mismo modo, en el proceso de atraso venezolano se exige la opinión
favorable de tres acreedores, lo cual no se exige en el ordenamiento italiano. En este
sentido, el proceso venezolano resulta más garantista en cuanto a la participación de
los acreedores, mientras que en Italia se deja la iniciativa a disposición del deudor
En el caso de la legislación italiana se da preminencia a las soluciones a la
situación de crisis concertadas entre los acreedores y el deudor de modo que el juez
solo asume una labor fiscalizadora y de control sobre los procesos.
Por otra parte, es importante resaltar que en Italia se llevó a cabo un proceso de
despenalización o reducción de los efectos de la quiebra sobre el comerciante, de modo
que se eliminó el anterior registro de quebrados y las sanciones de carácter personal
para el mismo se reducen. Asimismo, se favorece la intervención del comerciante en la
gestión del proceso de quiebra, bajo la supervisión del curador y el juez.
Del análisis de ambos ordenamientos jurídicos, resalta que la regulación
moderna de Italia extiende las soluciones legislativas a los estados de crisis
empresarial, tomando este como un estadio o situación económica de desequilibrio que
se erige como fase previa a la insolvencia. Al presentarse una situación de crisis, esta
se desarrolla en distintos estadios, partiendo de un desequilibrio, que si perdura en el
tiempo tiene consecuencias más gravosas y siendo el último de ellos el paso hacia la
insolvencia, la cual se considera parte del estado de crisis. La insolvencia se define
entonces como aquella situación en la cual el patrimonio no tiene la capacidad de
responder a los compromisos asumidos ante los acreedores, de modo que el activo
resulta insuficiente ante el pasivo.
Ahora bien, en este sentido, el ordenamiento italiano presenta una mayor
evolución en cuanto a la evaluación de los conceptos de crisis patrimonial, así como
una definición más amplia en relación a estos, en comparación con la regulación
venezolana. Igualmente se observa un proceso de actualización normativa en el ámbito,
el cual no ha llevado a cabo en Venezuela, así como tampoco contamos en el país con
la introducción de mecanismos telemáticos para el desarrollo de las gestiones asociadas
con dichos procesos.
De igual manera, como crítica a la regulación de los procesos concursales
venezolanos puede apuntarse que estos no contemplan fases preventivas o de alerta,
aspecto que si es tomado en cuenta en la legislación italiana. Del mismo modo, en
Venezuela no encuentran consagración normativa los métodos de resolución
extrajudicial de la crisis patrimonial.
CONCLUSIONES

En cuanto a los procesos del Derecho Concursal, a nivel doctrinal se han


elaborado distintos métodos para abordar las crisis de los comerciantes, los cuales se
distinguen según la finalidad perseguida por los mismos. En este sentido, tomando la
clasificación de Joaquim Bisbal se encuentran los métodos de mercado destinados
principalmente a un fin liquidatario de la sociedad; el gubernativo en el cual se busca
una recuperación empresarial mediante la intervención de los órganos administrativos
del Estado y por último los métodos de mercado corregidos, de acuerdo a los cuales la
crisis de un comerciante puede abordarse de modo de preservar la sociedad.
Tomando estos conceptos y del análisis de los ordenamientos jurídicos italiano
y venezolano en relación a los procesos concursales, encontramos que en el primero de
ellos se ha planteado una evolución asentada principalmente en el propósito de
favorecer la recuperación de la crisis y en consecuencia la continuidad comercial. De
este modo, en Italia, aun cuando se mantienen los principios característicos de esta
clase de procesos, se ha incorporado una visión moderna a través de la cual se favorecen
las soluciones concertadas de la crisis y se incorpora la posibilidad de llegar a estas de
forma extrajudicial.
En el ordenamiento italiano los procesos concursales se circunscriben al
concordato preventivo (equivalente al proceso de atraso venezolano) y la quiebra, pero
la legislación ha dado cabida a la resolución extrajudicial de la crisis a través de los
planes de rehabilitación y los acuerdos de reestructuración.
En el caso de Venezuela, por la ausencia de actualizaciones posteriores a la
regulación establecida en el Código de Comercio, no existen estos avances en materia
legislativa de modo que los procesos concursales mantienen una visión clásica
principalmente liquidatoria y no existen mecanismos destinados a favorecer la gestión
de la crisis de manera privada, manteniéndose los procesos de atraso y quiebra como
únicas soluciones establecidas en la legislación para la solución de las situaciones de
crisis patrimonial.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA

BISBAL, Joaquim. LA EMPRESA EN CRISIS Y EL DERECHO DE


QUIEBRAS. (Una aproximación económica y jurídica a los procedimientos de
conservación de empresas). Cometa, Zaragoza.

DECRETO LEGISLATIVO 9 gennaio 2006, n. 5. Disponible en:


https://www.tuttocamere.it/files/pconcorsuali/2006_5.pdf

GUGLIELMO, Giovanni. LA CONTINUITÀ AZIENDALE DELL’IMPRESA


IN CRISI NEL CONCORDATO E NELLE PROCEDURE NEGOZIATE (2016).
Disponible en: https://tesi.luiss.it/16963/1/112643_GUGLIELMO_GIOVANNI.pdf

LEGGE 19 ottobre 2017, n. 155. Disponible en:


http://www.dottrinalavoro.it/wp-content/uploads/2017/10/155-2017-Legge-delega-
riforma-crisi-impresa.pdf

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http://www.ponrec.it/media/189642/legge_80_2005_conversione-dl-35-2005.pdf

PISANI, María. La Quiebra (2005). Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas,


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Regio decreto 16 marzo 1942 n. 267

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