La cáscara de coco es esa cubierta fibrosa de 5-10 cm de grosor del fruto de coco
que envuelve la estructura de cáscara dura de 3.5 mm de espesor. La apariencia
externa de la cáscara varía desde un marrón decididamente opaco cuando está completamente maduro hasta un verde brillante cuando es inmaduro. Hay otras variedades cuyas cáscaras son de color amarillo dorado o marrón amarillo. La cáscara está llena de fibras largas y gruesas, todas corriendo en una dirección. Las fibras están incrustadas en una matriz de material llamado polvo de fibra de coco. Como las cáscaras son porosas, absorben o retienen agua (Banzon y Velasco 1982). Según la Asociación Unida de Coco de Filipinas (UCAP), el peso promedio de la cáscara de la fruta de coco es de 0.4 kg. Se ha establecido que el 30% de la cáscara se puede obtener como fibra de coco comercial (Manas 1974). De esta fibra extraíble, el 40% es el tipo grueso que generalmente se conoce como fibra de cerdas y el 60% es la fibra de colchón de material más fino (Romualdez 1976). Las cáscaras de coco generalmente se eliminan de los cocos enteros en la granja cerca de los árboles de donde se cosechan. Después del descascarillado, las cáscaras se apilan y se dejan pudrir en los campos o normalmente se queman como desechos. Sin embargo, una mayor parte se utiliza como combustible en la fabricación de copra en granjas. Hasta cierto punto, las cáscaras se utilizan en artesanías, pulidoras de pisos y otras aplicaciones menores. Hasta cierto punto también, la cáscara de coco se usa para la extracción de fibra de coco. Las actividades de extracción de fibra se concentran principalmente en el sur de Tagalog y Misamis Occidental en Mindanao. El número de plantas de extracción que funcionan ha disminuido de 6 en 1980 a 3 en 1983. Existen dos (2) métodos para procesar la cáscara de coco: a saber, el manual y los procesos mecánicos. El proceso manual es simple y no se necesita inversión en equipos. Las cáscaras de coco se recogen y se recogen en un arroyo o pozo de agua durante varias semanas para aflojar las fibras de la médula. Las cáscaras retiradas se retiran y se golpean en una varilla redonda para triturar y separar la fibra de la médula. El producto es una mezcla de cerdas y fibra de colchón. Este proceso es el más utilizado en Filipinas porque es muy eficiente y necesita períodos de extracción más cortos para la cáscara antes del proceso de información. La composición de la cáscara de coco se ilustra en la tabla siguiente. FIBER OLD NUT (%) YOUNG NUT (%) VERY YOUNG NUT (%) Water soluble substances 26 29 38. 50 Pectin, others soluble in boiling water 14. 25 14. 85 15. 25 Hemicelluloses 8.5 8.15 9. 00 Lignin 29. 33 31. 64 20. 13 Cellulose 23. 87 19. 26 14. 39 : G. N. Prabhu, Technologist, Coir Board, India El exudado aceitoso obtenido del calentamiento de las cáscaras de coco (Cocos nucifera Linn.) Es utilizado por practicantes del sistema indio de medicina para la tiña. infección. La destilación destructiva de los depósitos se realizó a escala comercial en Sri Lanka desde 1939 en adelante. Los fenoles constituyen más del 30% del alquitrán sedimentado total, y de esto una gran parte es fenol ordinario. (S. VENKATARAMAN, T. R. RAMANUJAM,1980) Las cáscaras de coco son similares en composición a las maderas duras. El contenido de celulosa es algo bajo y el contenido de lignina es alto. El análisis de la cáscara de coco mostró: humedad 8%, cenizas 0.6%, etanol extractor 4.2%, lignina 29.4%, pentosanos 27.7%, anhídridos urónicos 3.5%, celulosa 26.6%, contenido de metoxilo 5.6% y nitrógeno 0.11% (Child, 1984). Se han informado estudios de que diferentes partes del coco se usan como medicinas tradicionales en diferentes regiones del mundo para diferentes enfermedades y como alivio preventivo de los síntomas relacionados con la menopausia [3,4,5]. La demanda de extractos fenólicos ha aumentado debido a sus posibles aplicaciones en las industrias alimentaria y farmacéutica. Las plantas poseen actividades antimicrobianas y antioxidantes responsables de la prevalencia de dermatofitosis comúnmente conocida como infección por tiña. En 1977, cuando Emmons et al. [6] informaron que las especies de hongos Microsporum, Epidermatophyton y Trichophyton son agentes causantes de la infección micótica, se prestó mucha atención al uso de fungicidas derivados de plantas industriales basados en la flora. Los compuestos fenólicos tienen un alto potencial antioxidante y propiedades antimicrobianas y son buenos estabilizadores de alimentos [9]. Los antioxidantes en los alimentos de origen vegetal inhiben la eliminación de radicales libres, compuestos quelatos, elementos metálicos y lipoxigenasa (Theebo,2016) Las cáscaras de coco analizadas por cromatografía de gases (GC) combinada con espectrometría de masas (GC-MS presenta ácidos grasos saturados, y se identificaron 15 ácidos grasos insaturados. Hubo un porcentaje mínimo y máximo de ácidos grasos saturados de Cocos nucifera presentes en el rango ácido del ácido tetracosgnoico (0.2%) y hexadecórico (5.43%), ácidos grasos insaturados superiores e inferiores encontrados en el ácido gamma linolénico (0.27%), 9 - ácido octaico octadec (11.89%) y ácido octadec 9 - enoico (11.89%). Los ácidos grasos se encuentran entre los principales componentes básicos de las células vivas, lo que hace que la biosíntesis de lípidos sea un objetivo potente para los compuestos con propiedades antibióticas, antivirales y antifúngicas. Se estudiaron los potenciales antibacterianos de los extractos crudos acuosos y de n-hexano de la cáscara de Cocos nucifera contra cuarenta y cinco cepas de patógenos Vibrio y otros veinticinco aislados bacterianos que normalmente están implicados en las infecciones de alimentos y heridas. El extracto acuoso fue activo contra 17 de las bacterias probadas y 37 de los aislados de Vibrio; mientras que el extracto de n-hexano mostró actividad antibacterian contra 21 de las bacterias de prueba y 38 de las especies de Vibrio de prueba (Akinyele et al., 2011).