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Universidad de Palermo

Facultad de ciencias sociales

Psicología de la personalidad

Trabajo practico sobre trastornos de la personalidad

Alumno:
Sol Evelyn paz

Profesor:
Alejandra Pérez

Tema:
Trastorno obsesivo – compulsivo

Año:
2019
Desarrollo trabajo práctico:

Según el dsm IV – TR Un trastorno de la personalidad es un patrón


permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que
se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene
su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a
lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto. Desde
el dsm IV – TR podemos ver que Los trastornos de la personalidad están
reunidos en tres grupos que se basan en las similitudes de sus
características. El grupo A incluye los trastornos paranoide, esquizoide y
esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen
parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye los trastornos antisocia l,
límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos
trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C
incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivocompulsivo
de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer
ansiosos o temerosos. Es frecuente que los individuos presenten al mismo
tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos
distintos.

Las Características diagnósticas que pueden presentar los trastornos de la


personalidad,va a ser que son patrrones persistentes de formas de percibir,
relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se
ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y
personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la
personalidad c uando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un
deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. La característica
principal de un trastorno de la personalidad es un patrón permanente de
experiencia interna y de comportamiento que se ap arta acusadamente de
las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta en al menos
dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad
interpersonal o del control de los impulsos. Este patrón persistente es
inflexible y se exti ende a una amplia gama de situaciones personales y
sociales y provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. El
patrón es estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio
se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de
otro trastorno mental y no es debido a los efectos fisiológicos directos de
una sustancia (por ejempl o: una droga, una medicación o la exposición a
un tóxico) ni a una enfermedad médica (por ejemplo, traumatismo
craneal).
Ahora me voy a basar en el trastorno de la personalidad que quiero trabajar
que es el F60.5 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad [301.4],
ahora explicare desde el dsm Iv las características diagnósticas, los sintomas y
trastornos asociados y también voy a dar la estimacion de prevalencia de este
trastornos en los pacientes estudiados en el dsm IV y los que llegan a las
consultas psicologicas
Las características diagnósticas de estos pacientes va a ser que su
característica esencial van a tener una preocupación por el orden, el
perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la
flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia. Este patrón empieza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos. Los sujetos
con trastorno obsesivocompulsivo de la personalidad intentan mantener la
sensación de control mediante una atención esmerada a las reglas, los
detalles triviales, los protocolos, las listas, los horarios o las formalidades
hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la actividad.
Son excesivamente cuidadosos y pr opensos a las repeticiones, a prestar
una atención extraordinaria a los detalles y a comprobar repetidamente
los posibles errores. No son conscientes del hecho de que las demás
personas acostumbran a enfadarse por los retrasos y los inconvenientes
que deri van de ese comportamiento. Por ejemplo, cuando estos
individuos pierden una lista de las cosas que hay que hacer, son
capaces de invertir una gran cantidad de tiempo buscándola, en lugar de
emplear unos minutos en volver a confeccionarla de memoria y poner se
a hacer las tareas de que se trate. El tiempo se distribuye mal y las
tareas más importantes se dejan para el último momento. El
perfeccionismo y los altos niveles de rendimiento que se autoimponen
causan a estos sujetos una disfunción y un malestar sig nificativos.
Pueden estar tan interesados en llevar a cabo con absoluta perfección
cualquier detalle de un proyecto, que éste no se acabe nunca. Por
ejemplo, se retrasa la finalización de un informe escrito debido al tiempo
que se pierde en reescribirlo re petidas veces hasta que todo quede
prácticamente «perfecto». Los objetivos se pierden y los aspectos que no
constituyen el objetivo actual de la actividad pueden caer en el desorden.
También se puede observar que Los sujetos con trastorno obsesivo
compulsivo de la personalidad pueden ser demasiado tercos, escrupulosos
e inflexibles en temas de moral, ética o valores.

Los síntomas y trastornos asociados que se pueden ver en estos pacientes


va a ser Cuando las normas y los protocolos establecidos no dictan la
respuesta correcta, la toma de decisiones se convierte en un proceso de
larga duración y a menudo doloroso. Los sujetos con trastorno obsesivo
tancompulsivo de la personalidad tienen tas dificultades para decidir qué
tareas son prioritarias o cuál es la mejor forma de hacer alguna cosa
concreta, que puede ser que nunca empiecen a hacer nada. Tienen
tendencia a trastornarse o enfadarse en las situaciones en las que no
son capaces de man tener el control de su entorno físico o interpersonal,
si bien es típico que la ira no se exprese de manera abierta. Por
ejemplo, una persona puede enfadarse si el servicio de un restaurante
es malo, pero, en lugar de quejarse a la dirección, meditará sobr e
cuánto va a dejar de propina. En otras ocasiones, la ira puede
expresarse con una indignación justiciera por lo que aparenta ser una
cuestión secundaria. Las personas con este trastorno están especialmente
atentas a su status respecto a las relaciones de dominiosumisión y
muestran una deferencia exagerada a una autoridad a la que respetan y
una resistencia exagerada a una autoridad que no respetan.
Prevalencia: Los estudios que han utilizado evaluaciones sistemáticas
sugiere estimada del trastorno obsesivon una prevalencia compulsivo de la
personalidad aproximadamente del 1% en las muestras de población
general y del 310% en los individuos que acuden a clínicas de salud
mental.

Ahora voy a ejemplificar este trastorno con un caso clínico de un paciente de


23 años, es soltero y trabaja en la granja familiar, voy a contar dos breve
episodio que le sucedieron a el, los hechos son los siguientes:

Episodio 1: “La primera vez que notó este problema fue cuando estaba
estudiando en la universidad. Vivía allí y permanentemente tenía el
pensamiento, cuando lavaba la ropa, de que podría haber mezclado la ropa
suya con la de otros compañeros. También temía haber usado dinero que le
habían prestado o que le había sacado a otros estudiantes, aunque en realidad
nunca pedía prestado y siempre se aseguraba de pagar todo lo que debía. Se
sentía con la obligación de controlar permanentemente si había cerrado la
canilla o apagado la luz y los artefactos eléctricos. De lo contrario pensaba que
alguien podría verse afectado o que podía causar algún daño. Al final pasaba
tanto tiempo controlando las cosas que tenía poco tiempo para estudiar y dejó
la universidad sin aprobar nada. Al año siguiente fue convocado al servicio
militar donde se le dio tanto para hacer que no tuvo oportunidad de controles”

Episodio 2: “Al regresar a su casa la necesidad de controlar todo volvió aún


más fuerte que antes. Casi no podía conducir un auto porque si pasaba
personas o animales en la ruta, debía pararse para ver si no estaban
lastimadas. No podía salir a cazar con su padre porque después de cada tiro se
tenía que asegurar de que nadie a su derecha, izquierda o aún detrás hubiera
sido herido. Lo hacía aun sabiendo que esto no era posible. Su capacidad de
trabajo disminuyó porque tenía que pensar en cada tarea antes de poder
hacerla Y debía controlar cada una; después de terminarla. Se lo veía parado,
inmóvil con ojos bajos, absorbido en sus pensamientos. Durante las
conversaciones comunes decía muy poco porque se trababa en el medio de las
oraciones, o en el medio de las palabras. Cuando decía algo debía
reconsiderarlo y controlarlo antes de continuar. Trató de sobreponerse a la
necesidad de controlar todo pero no lo logró. Gradualmente perdió la confianza
en sí mismo, se sintió sin ganas y fatigado, perdió toda iniciativa y pasaba
mucho tiempo descansando o durmiendo”

Atraves de estos dos episodios que tuvo este chico de 23 años podemos
observar que los síntomas de este paciente responden a los criterios para
trastorno obsesivo-compulsivo con obsesiones y compulsiones de larga data,
que se manifestaban de forma repetitiva y desagradable y causaban angustia e
interferencia con el funcionamiento social e individual. Aceptaba que estos
síntomas se originaban en su propia mente, y que eran ideas excesivas y sin
razón. Al comienzo trató de superarlas sin éxito, y por último había desistido.
Las compulsiones parecen ser predominantes, lo que puede especificarse por
el cuarto carácter del código F42.1.trastorno obsesivo compulsivo,
predominantemente con actos compulsivos. Este trastorno estaba acompañado
por estado de ánimo depresivo., cansancio, falta de iniciativa, falta de
confianza en sí mismo, y disminución de la autoestima, lentitud e hipersomnia,
coincidiendo con un episodio depresivo leve (F32.0) Y la concurrencia de un
episodio depresivo con un trastorno obsesivo-compulsivo no es poco
frecuente. Un episodio depresivo moderado o severo puede estar acompañado
por obsesión y compulsión como parte de ese trastorno, y si así fuera, el
diagnóstico de episodio depresivo es primero. Por otro lado, un trastorno
obsesivo-compulsivo severo y discapacitante puede llevar a una reacción
depresiva, coincidiendo con los criterios de episodio depresivo como
diagnóstico subsidiario. En este caso, el TOC tuvo lugar antes, y el síndrome
depresivo fue posterior y claramente secundario con respecto al primero

Ahora me gustaría comenzar a hablar de que tratamiento psicológico podemos


comenzar a utilizar para paliar el trastorno compulsivo – obsesivo, siguiendo
una investigación sobre este trastorno podemos observar que muchos
terapeutas van a estar a favor de la terapia cognitiva de Beck, ahora explicare
que es la terapia cognitiva de Beck y para qué sirve. Pero antes me voy a
centrar en explicar el modelo de personalidad que tiene el autor, El modelo de
Beck sobre la personalidad es un modelo de esquemas. Aunque no ha
intentado desarrollar una teoría sistemática de la personalidad, Beck estipula
que los esquemas se aprenden durante la infancia y luego se auto perpetúan,
sesgando las interpretaciones de las experiencias posteriores, añadiendo, por
consiguiente, mayor credibilidad al esquema. Debido a que los esquemas son
estructuras inferidas, puede que una persona no se dé cuenta de sus propios
esquemas ni de cómo operan en el procesamiento de la información. Mientras
que sólo ciertos esquemas pueden ser activados en los trastornos del Eje I
(como un esquema cognitivo de peligro durante episodios de ansiedad), Beck
supone que los esquemas típicos de los trastornos de personalidad funcionan
de una forma más continua en estos trastornos. Al hablar de los trastornos de
personalidad, Beck y Freeman (1990) incluyen la conducta interpersonal, la
emoción y las visiones de uno mismo y de los demás, junto con las
cogniciones, las creencias y los esquemas, conceptos que son típicos de los
primeros trabajos de Beck y sus colaboradores. El enfoque de Beck para el
tratamiento de los trastornos de personalidad es multidimensional, pero con la
atención puesta principalmente en la cognición. Beck y Freeman identifican el
contenido de ciertos esquemas para cada uno de los trastornos de
personalidad incluidos en el DSM-IV, excepto para el trastorno límite (debido a
que el contenido del trastorno límite es menos específico que el de los otros
trastornos), pero a mí me interesa el del trastorno obsesivo-compulsivo, estos
paciente van a tener el siguiente esquema cognitivo: «Los fallos, defectos o
errores son intolerables», y según Beck La terapia para los trastornos de
personalidad actúa de la forma típica en que lo hace la terapia cognitiva. Se
identifican los esquemas y se afrontan dentro de una relación de colaboración.
Beck y sus discípulos recomiendan que la relación sea más profunda y cálida
que la que se necesita para el tratamiento de un trastorno del Eje I. En vez de
prestar atención principalmente a los síntomas y a las cogniciones, el terapeuta
se familiariza completamente con la vida total del paciente y asume el papel de
tutor, educándole en las relaciones interpersonales y en otros asuntos. Además
de las técnicas cognitivas, la terapia cognitiva de los trastornos de personalidad
emplea la representación de papeles, la imaginación y el revivir las
experiencias infantiles, con el fin de desarrollar una visión más positiva de uno
mismo y de los padres. Se aconseja a los terapeutas que vigilen sus propias
reacciones emocionales, con el fin de detectar la información importante sobre
el paciente y disminuir los sentimientos negativos sobre el mismo.
Pretzer y Fleming (1989) han propuesto varias directrices para la terapia
cognitiva de los trastornos de la personalidad. Estas directrices sugieren
hipótesis de investigación para futuros estudios:

1. Las intervenciones son más eficaces cuando se basan en una


conceptualización individualizada de los problemas del paciente.
2. Es importante que el terapeuta y el paciente trabajen en colaboración
para conseguir objetivos compartidos y claramente identificados.
3. Es importante prestar más atención de la que suele ser normal a la
interacción paciente-terapeuta.
4. Considerar especialmente las intervenciones que no requieran una
amplia autor revelación del paciente.
5. Las intervenciones que aumenten la sensación de autoeficacia del
paciente a menudo reducen la intensidad de la sintomatología del mismo y
facilitan otras intervenciones.
6. El terapeuta no debería fiarse principalmente de las intervenciones
verbales.
7. El terapeuta debería tratar de identificar y abordar los temores del
paciente antes de llevar a cabo los cambios.
8. El terapeuta debería anticipar los problemas con la adherencia.
9. El terapeuta no debería suponer que el paciente se desenvuelve en un
ambiente razonable o funcional.
10. El terapeuta tiene que prestar atención a sus propias reacciones
emocionales durante el transcurso de la terapia.
11. El terapeuta debería ser realista con respecto a la duración de la terapia,
los objetivos de la misma y los criterios para la autoevaluación.

Con respecto a la última directriz, el tratamiento de los trastornos de


personalidad lleva mucho más tiempo que el tratamiento relativamente
breve de la depresión y de la ansiedad. Un tiempo no inferior al que conlleva
la modificación de las estructuras cognitivas subyacentes, algo que no
puede lograrse en un breve período de tiempo. Los pacientes normalmente
quieren resultados rápidos, pero los terapeutas también pueden volverse
impacientes, tanto con el proceso terapéutico como con el paciente, que
podría ser calificado como “resistente”. No obstante, al tratar con los
trastornos de personalidad, es conveniente recordar que la “resistencia” se
debe a características de personalidad, aspectos que constituyen la
verdadera razón de que el paciente se encuentre bajo tratamiento.

Bibliografía:

 dsm IV – TR ( apartado trastorno de la personalidad (645}


 MANUAL PARA EL TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE
LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS: Vol. 2: Formulación clínica,
medicina Conductual y trastornos de relación
 caso clínico del trastorno obsesivo - compulsivo

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