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El 1 de abril de 1939 terminaba la Guerra Civil y las tropas franquistas triunfaban sobre
la República. Se iniciaba entonces una dictadura que se dilató hasta la muerte de
Franco en 1975. Hasta 1959 esta etapa, o primer franquismo, se caracterizó por las
secuelas dejadas por la guerra, especialmente los años cuarenta, con una posguerra de
reconstrucción nacional, autarquía económica y aislamiento internacional. En los años
cincuenta se producirá la apertura del país y el fin del aislamiento.
Tras el arrasamiento material, demográfico y moral que produjo la Guerra Civil, Franco
edificó un régimen sobre las ruinas de la guerra. El Estado que quiso crear Franco lo
vertebró sobre unas bases sociales e institucionales que garantizaran su permanencia
durante casi cuarenta años, contando para ello con la despolitización de las clases
populares. Su apoyo lo obtuvo de distintos grupos de poder:
A.- Respecto a la represión hay que diferenciar entre la producida como consecuencia
de la Guerra Civil, que fue especialmente dura (al terminar la guerra había 270.000
presos en las cáceles y en 1945 sólo había 43.000 y en este período se ejecutaron unas
30.000 personas) y la represión específica de la dictadura, que fue selectiva y ejercida
sobre grupos minoritarios que para las autoridades franquistas significaban un peligro
para el régimen.
Las depuraciones políticas, que afectaron especialmente a funcionarios, militares,
profesores, etc. sospechosos o confesos de haber colaborado con el Frente Popular
durante la República, siendo apartados de sus profesiones y muchos encarcelados por la
ley de Responsabilidades Políticas de 1939.
En 1940 se promulgó la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo. Para
Franco masones y comunistas eran los responsables de todos los males que España
había tenido desde el siglo XVIII.
El control de los medios de comunicación social y la censura fueron otros modos de
represión. Todas las emisoras de radio debían conectar obligatoriamente con Radio
Nacional de España para emitir un único “parte” informativo que previamente había
revisado la censura.
a) Años cuarenta.
b) Años cincuenta:
Años del final del aislamiento, en el que el régimen inició una cierta liberación cultural
por obra de católicos o falangistas aperturistas, como Ruiz-Jiménez, Dionisio Ridruejo
o Laín Entralgo. Se produjeron los primeros enfrentamientos y huelgas en la
Universidad (1956), lo que indicaba la contestación hacia el régimen que existía en
determinados grupos sociales. Esto llevará a una vuelta atrás en aquel primer proceso de
apertura.
En la segunda mitad de los cincuenta se inicia la decadencia de Falange en el
régimen. Muchos alcaldes y gobernadores civiles serán sustituidos por personas
afines a los tecnócratas, que se irán instalando en los principales centros de
poder del país (los tecnócratas eran partidarios de que fueran los técnicos o
expertos los que ocuparan los principales lugares de decisión frente a los
políticos. Buen número de estos tecnócratas estarán ligados al Opus Dei, una
prelatura de la Iglesia Católica fundada en 1928 por José Mª Escribá de
Balaguer, orientada a difundir los valores católicos en la vida corriente y, sobre
todo, entre las profesiones liberales, donde se pretende asegurar el éxito
individual. A partir de 1957 varios ministros del Opus entraron en el gobierno,
variando la orientación económica y de política internacional del régimen
franquista. En 1992 Escribá fue beatificado).
5.- La política exterior. Podemos distinguir dos etapas en este primer franquismo:
* Concordato con la Santa Sede (agosto de 1953): Roma apoyaba al régimen y éste
cedía en aspectos esenciales para la Iglesia: fuero especial, sostén económico, presencia
de la Iglesia en el ejército, presencia de obispos en las cortes y competencias en la
educación y la censura. A cambio Franco se reservaba el derecho de presentación de
obispos y se le reconocía en los actos religiosos (se le nombraba en misa).
Las consecuencias de estas medidas fueron negativas en los dos primeros años:
reducción del consumo (por los menores salarios), caída de precios y frenazo
económico, incremento del paro y de las emigraciones de españoles hacia Europa y
hacia la periferia más industrializada. Pero a partir de 1961, llegaron los efectos
positivos: incremento de la inversión por la afluencia de capital extranjero, reducción
del déficit público y la inflacción e incremento de la producción de modo notable en
la década de los sesenta. Este crecimiento económico favoreció aún más el éxodo rural
y alivió la presión social sobre el campo, que inició un proceso de modernización que
elevó el nivel de vida del campesinado.
1.- La oposición de la Iglesia: en los años sesenta la relaciones de Franco con la Iglesia
se fueron desgastando. En 1968 la policía tiene detenidos a religiosos que están al frente
de movimientos de oposición al régimen y se abrirá una cárcel en Zamora, previo
acuerdo con El Vaticano, por la que pasarán un centenar de sacerdotes, en su mayoría
vascos, acusados muchos de colaborar con ETA. Pablo VI pedirá a Franco que renuncie
al derecho de presentación de obispos y, ante su negativa, Roma endurecerá su actitud
frente al régimen.
El mismo año de 1969 se produjo el Caso Matesa. Matesa, una empresa dedicada a la
exportación de maquinaria textil, se había beneficiado de créditos y subvenciones del
Estado, concedidos por ministros del Opus Dei por operaciones no realizadas. Los
ministros independientes y falangistas airearon el escándalo llevándolo hasta las Cortes.
Franco reaccionó nombrando un nuevo gobierno, pero con gran mayoría de ministros de
línea tecnocrática. En este gobierno el almirante Carrero Blanco tomará las riendas del
poder por el progresivo empeoramiento de la salud del Caudillo con dos objetivos:
mantener la unidad de las fuerzas franquistas e impedir el crecimiento de la
oposición democrática.
En junio de 1973 Franco renuncia, por vez primera, a sus funciones de Jefe de Gobierno
y las traspasa a su fiel Luís Carrero Blanco. Carrero preside un gobierno “duro”, con el
objetivo de aplastar a la oposición democrática; pero éste se frustrará cuando del 20 de
diciembre de 1973 moría tras un atentado de ETA. Franco toma la última decisión
importante eligiendo a Carlos Arias Navarro como nuevo Presidente del Gobierno,
otro duro conocido por su contundencia en la Dirección General de Seguridad. Pero
Arias Navarro apenas podrá abordar los numerosos problemas que se presentarán:
1) Problemas con la Iglesia. El caso Añoveros: este obispo de Bilbao exige en una
homilía al gobierno el reconocimiento de la identidad y la lengua vascas. El gobierno
pretende que el obispo abandone su cargo a lo que él se niega y la Iglesia amenaza con
la excomunión al que pretenda usar la fuerza contra un obispo. Era el mayor
enfrentamiento que se producía en el régimen entre la Iglesia y el Estado.
El 20 de noviembre de 1975 moría Franco. Se decía que había dejado todo “atado y
bien atado”. A partir de este momento la alternativa ya no era el inmovilismo o
aperturismo, sino reforma política o ruptura democrática; es decir, reformar el
sistema progresivamente desde el propio régimen, o ir hacia un cambio drástico
rompiendo radicalmente con las estructuras del régimen franquista. Este será el
principal asunto que habrá que dilucidar durante la denominada Transición
Democrática, bajo el nuevo régimen monárquico dirigido por el rey Juan Carlos I de
Borbón.