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TERAPIA SISTEMICA DE PAREJAS (LOGOTERAPIA)

Tengo muchos años trabajando como psicoterapeuta y algunos de ser terapeuta familiar y
de parejas. Esta experiencia me ha permitido instrumentar un modelo para terapia de
parejas, de 10 sesiones. Nueve de cada diez parejas han afianzado y mejorado su relación.
Sólo en el caso de incesto, entre el esposo y la hija de ella, la relación no ha permanecido;
sin embargo, la pareja ha definido nuevas maneras de relacionarse.
Esta experiencia me ha permitido ver que los procesos de pareja muy largos, en muchas
ocasiones sirven para involucrar al terapeuta en el subsistema conyugal, haciéndole perder
efectividad. Cuando las parejas llegan al consultorio, generalmente han ensayado diversas
formas de pelear, de arreglar sus dificultades y de seguir adelante “más o menos mal” y si
el terapeuta no se cuida, el consultorio sirve como un nuevo espacio en donde se pueden
pelear, con la “novedad” de hacerlo también con nuevo público.
Por otra parte, los problemas económicos de muchas familias hacen que los procesos
largos, que son caros, sean difícilmente alcanzables.
Este trabajo intenta conjuntar dos visiones que pudieran ser utilizadas en la terapia de
parejas; por una parte, la visión sistémica de la Terapia Breve y, por la otra, las Vías y Guías
al sentido de la vida en pareja, que ofrece la Logoterapia.
La relación de pareja desde la perspectiva sistémica: Uno más uno, son tres.
Definición de la relación de pareja
1. Es una diada que nos protege de otros, y al mismo tiempo nos permite prescindir de otros.
2. Es la relación con un otro, que ha incurrido en nuestra soledad; que la ha transformado;
que es nuestro aliado y cómplice; que compensará y a quien compensaremos carencias; que
nos da seguridad y plenitud.
3. Concilia la necesidad de estabilidad y el deseo de transformación.
4. Es el espacio creativo donde se establecen, se armonizan y se hacen realidad los proyectos.
5. Es una organización con sus propias normas, con una estructura fuerte.
6. Ha de verse como una totalidad, fundamentada en la combinación de elementos y con un
modelo organizativo, con sus reglas, roles y jerarquías.
7. Es una “institución”, en la que se pueden distinguir la identidad de la pareja misma y los
dos que la forman; nace del “mito fundador” de la pareja y como institución es ajena al
tiempo, mientras que los cónyuges sí viven y transcurren en el tiempo.
8. Es una paradoja, porque al mismo tiempo que es una institución, es un sistema que puede
ser evolutivo y creativo.
Propósito de la Terapia de Pareja:
Gregory Bateson clasificó los distintos aprendizajes en Niveles, según la profundidad y
amplitud de su alcance.
Nivel I consiste en la asimilación de los “errores” que se cometieron y en la reparación
formal de esos errores.
El Nivel II implica la creación de nuevos puntos de vista y por tanto de nuevas reglas y
aprendizajes.
Facilitar aprendizajes de Nivel II, en los que se da un cambio de paradigmas, es el propósito
de la Terapia de Pareja, ya que en el Nivel I solamente se “cambian” las actitudes y técnicas,
sexuales, de comunicación o de reparto de roles.
Paradigma Sistémico:
La pareja son tres: él, ella y la relación entre ellos, como una entidad aparte.
En la relación terapéutica, son cinco: él, ella, la relación entre ellos, el terapeuta y la relación
con él.
Por lo tanto, la terapia de pareja es “una intervención sobre la relación de pareja en
presencia de dos personas que son a la vez creadores de esa relación y creación de ésta”
(Caillé, 1992).
El Absoluto de la pareja, un tercero en discordia...y que concuerda
Al hablar del “absoluto” de la pareja, podemos imaginarlo como un barco que la pareja con
las interacciones cotidianas ha ido construyendo: lo hizo de esta madera, con tales adornos
y sin otros tales; lo fue formando paso a paso, día con día y una mañana al voltear y ver su
barco, se sube en él y piensa que sólo este barco, así como está es la relación de pareja. La
parte esperanzadora es que, así como lo construyó, ahora puede modificarlo, rehacerlo,
deshacerlo, reconstruirlo y continuamente seguirlo construyendo.
Esa “entidad-barco” que cuenta como uno más, es el Absoluto, se define como “la imagen
mental compartida de la relación”
Es el “Modelo” interesante, inteligible, útil y creador de sentido, que constituye esa
relación.
El Absoluto está formado por el denso compartir de ideas y comportamientos y por los
mitos (plano mítico) y ritos (plano ritual) que hacen la vida en pareja.
Tiende a ordenar el mundo y también sirve para marcar fronteras entre la pareja y ese
mundo.
Tiene vida propia, como si fuera el “cuerpo” de la relación de pareja; con coherencia interna
y consistencia.
El Absoluto de la pareja:
1. Es algo que gravita fuera de la pareja.
2. Que gira sobre sí mismo y puede evolucionar.
3. Que se mueve con la pareja, por lo que la relación de la pareja con su Absoluto puede
variar y buscar así revisarlo y recrearlo o rechazarlo y acabar con la relación de pareja.
4. Es algo que se mueve con el Absoluto del terapeuta, por lo que el terapeuta no conoce,
sino intenta comprender el modelo de la pareja, sin olvidar que él mismo tiene uno.
5. La misma relación terapéutica va formando un Absoluto, que ha de verse como parte del
proceso.
La necesidad que se desprende de esto es que es importante que exista un espacio
simbólico intermedio que separe al terapeuta y su Absoluto, de la pareja y su Absoluto, para
preservar la alteridad de los otros y la curiosidad por el modelo que el otro aplica.
Y al mismo tiempo, esto lleva a reconocer la importancia de los procesos breves de terapia,
que prevén la posibilidad la formación de un Absoluto de la relación que impida la eficacia
de las intervenciones del interlocutor.
Amar...y ¿para qué? La relación de pareja, una relación con sentido.
Visión Logo terapéutica
La logoterapia ofrece al ser humano el rescate de su humanidad, al rescatar su dimensión
espiritual; al permitirle encontrar el sentido, el para qué de su trabajo y de su presencia en
este tiempo y en estas circunstancias.
Hoy en día, jóvenes y adultos se preguntan la pertinencia de la relación de pareja. ¿Vale la
pena embarcarse en una travesía, que, por la experiencia de otros adultos, no es ni tan
sencilla, ni tan feliz, y sí muy complicada, con muchos vientos en contra y tormentas para
enfrentar?
La relación de pareja podría ser comparada con el viaje de Odiseo, de regreso a casa. Hay
cíclopes, sirenas y un sin fin de seres mitológicos que impiden vivir y navegar.
Nos parece que la logoterapia también tiene algo que decir al respecto, y en estas líneas
ofreceremos las guías que permiten “señalizar” el camino de la pareja y las Vías que
muestran cuáles pueden ser los caminos a recorrer, para que la vida en pareja sea una
empresa vital en la que se vaya construyendo una relación de pareja con sentido.
Usaremos la historia de una pareja que asistió a terapia de pareja y con la que se trabajó un
proceso logo terapéutico de corta duración, utilizando ambos marcos de referencia: el
sistémico y el logo terapéutico.
Humberto y Martha
Contexto:
Humberto tiene 45 años, Martha, 35. Casados hace 15 años. Con dos hijos adoptados, de 8
y 12 años, niño y niña, respectivamente.
Los dos son profesionistas, trabajando como maestros de tiempo completo, en una escuela
de la Ciudad de México. Él fue Director de esa escuela hace 5 años.
Ella es hija única y él el mayor de su familia, con dos hermanas menores solteras. Clase
social, media; apariencia personal, agradable y muy cuidada.
Demanda:
Martha llama por teléfono y brevemente expone que Humberto ya se dio cuenta que ella
anda con otra persona. Ella quiere salirse de la casa e irse a vivir con el otro. Le propongo
que vengan ella y su esposo y revisen su relación. Acceden y hacemos una cita.
Ella llega desaliñada y con ojos llorosos. Él arreglado, pero muy silencioso.
Platican cómo él fue a buscarla a la escuela y le dijeron que se había ido al banco; la esperó
y ella regresó con el otro señor. Se bajó de su carro y el esposo se acercó y saludó a ambos.
Ella se fue corriendo a trabajar y el otro se quedó en su carro. Humberto se queda
observando. Ella sube a uno de los pisos superiores y habla por teléfono en su celular con
alguien. Humberto ve cómo ella está viendo al otro y cómo el otro platica desde su carro con
ella. Cuando el otro se va, Humberto lo sigue y lo alcanza. Martha se da cuenta y corre a
alcanzarlos. Humberto le reclama al otro la relación con su esposa y le dice que si quiere se
quede con ella. El otro contesta que no hay nada entre ellos, que más bien Humberto tiene
que cuidar su relación porque la tiene a ella muy descuidada; que él ha sido un buen amigo
que la ha acompañado en su soledad. El otro se va.
Martha y Humberto se van a su casa. Discuten toda la tarde, ella le dice que sí anda con él,
que ya tienen un departamento y que quieren vivir juntos. Se pelean mucho y al otro día
temprano me llaman y vienen a consulta a media mañana.
Los escucho y les pregunto cómo se sienten. Martha está muy enojada porque Humberto la
ha tenido muy descuidada, porque ha estado muy sola y porque el otro dijo que sólo eran
amigos, en lugar de defender la relación amorosa que tienen. Humberto está muy enojado,
pero también muy triste. Le dice que la quiere. Martha le contesta que ella no sabe.
Les propongo que trabajemos cinco sesiones, que incluyen la presente, revisando los temas
importantes en su relación, desde un enfoque logo terapéutico y que en la 6a. tomen la
decisión de seguir juntos o separarse y en cualquiera de los dos casos, las cuatro sesiones
restantes servirán para instrumentar la decisión tomada.
Les platico que la logoterapia tiene cinco Guías al sentido de la relación de pareja y que las
iremos recorriendo una a una, revisándolas y encontrando cuál es el sentido, si lo tiene, de
su relación como pareja. Acceden y les pido que no tengan ninguna relación
extramatrimonial mientras dure el proceso.
La tarea: platicar 15 minutos diarios hablando de sí mismos y sin permitir que las discusiones
les roben su tiempo de hablar, pensar qué esperan de la relación de pareja y anclarse en la
rutina cotidiana.
Guías al sentido de la relación de pareja
1. Autoconocimiento
Toda pareja son dos personas que vienen con una historia, de una familia y de un proceso
personal. Sus fortalezas, sus debilidades, sus temores y sus sueños; sus mitos y sus
quehaceres; su corporalidad, su psique, su mundo social, su camino espiritual, han
conformado a cada uno, estableciendo su “absoluto”.
Y allí están los dos absolutos, y dos seres humanos, pretendiendo “ser una sola carne” y
construir un absoluto de pareja.
El autoconocimiento tendría que ser requisito indispensable para poder establecer la
relación de pareja. ¿Cómo voy a conocer y compartir mi vida con alguien, si yo mismo me
desconozco?
La personalidad y el proyecto de vida de cada uno, han de estar al alcance de su propia
conciencia si se quiere establecer una relación a conciencia.
Durante las siguientes sesiones:
Revisan sus expectativas actuales, clarifican su “absoluto” y su historia como pareja.
Ella fue su alumna; él, el profesor más guapo: él empezó a cortejarla y ella a permitirlo. Se
hicieron novios contra la voluntad de la familia de ella y la oposición de la madre de él.
Deciden casarse, aunque ella no había terminado la carrera. Durante su matrimonio ella
terminó de estudiar, e hizo dos maestrías y dos diplomados; él hizo dos maestrías y fue
director y subdirector de la escuela.
Se casaron muy enamorados. A pesar de la oposición de sus respectivas familias.
Ahora ella espera que él le dé tiempo y que le demuestre más su amor.
Él quiere que ella esté más tiempo en la casa, que lo ame y que le sea fiel.
Para ella verbalizar sentimientos y necesidades es un poco más fácil; para él hablar de lo
que necesita y de su enojo, le resulta muy difícil.
Ella “parece” histérica y él excesivamente contenido.
Su “absoluto” es el de una pareja complementaria, con roles definidos, y reglas rígidas de
comunicación y comportamientos.
Durante la sesión pareciera que ella y él están acostumbrados a hablar de sí mismos, sin
escucharse demasiado, les pregunto qué tanto se conocen personalmente y qué tanto
comparten con el otro sus verdaderos sentimientos y pensamientos.
Con una serie de “preguntas ingenuas” los llevo a darse cuenta de cuántas cosas se han
callado durante estos años y cuánta riqueza habría ahora si las compartieran.
La logoterapia, como una herramienta importante para descubrir el sentido de la vida y de
la relación de pareja, en esta pareja ofrece alternativas que bien elegidas, pueden resultar
en una vida en pareja más sana y más feliz.
2. Capacidad de elección
Poder elegir esto o aquello, ahora o después, éste o aquél, es una de las mejores
herramientas que tiene el ser humano.
En la relación de pareja, se hacen innumerables elecciones y se toman decisiones que
trascienden el momento y el sentimiento imperante.
Ya elegir “salir “con alguien, significa una decisión; elegir hacerse novios, es otra decisión;
elegir vivir como pareja estable, es otra y elegir cada día la actitud que se asumirá con el
otro, “en la salud y en la enfermedad, ya pobre, ya rico, hasta que la muerte nos separe” es
un ejercicio continuo de elección y decisión.
Reconocer que tenemos esta capacidad de elección nos aleja de determinismos que
minimizan nuestra humanidad y nos hace responsables de lo que hacemos, pensamos y
sentimos.
Martha y Humberto al revisar quiénes son y cómo es que llegaron hasta esta situación, se
dan cuenta de todas las elecciones que han hecho a lo largo de estos años: eligieron
enamorarse, casarse, adoptar hijos, vivir en esa casa, seguir estudiando, que ella siguiera
trabajando y ahora pueden elegir qué hacer con esta relación de pareja tambaleante y
dolorosa: pueden romperla o pueden rehacer su absoluto y construirlo más adecuado a las
necesidades que tienen ahora.
3. Libertad y responsabilidad
Los seres humanos podemos vivir libres, libres de nuestro destino biológico; libres de
nuestro destino psicológico y libres de nuestro destino sociológico, porque podemos elegir
cómo responder a ese destino múltiple y a estas circunstancias que pareciera que no tienen
salida.
La libertad, dice Frankl, es ser libre de... para...Cada pareja ha de verse a sí misma,
enfrentando todos los destinos y condicionamientos ideológicos, biológicos, de género y
familiares, que la llevan a suponer que su destino ya está marcado. Los determinismos que
tienen que ver con la relación de pareja, como:” si ya no nos entendemos es mejor
separarnos, ya no hay nada qué hacer”; “si ya faltaste, ya no hay manera de remediarlo”,
etc., solamente son maneras de decir que este destino nuestro es irreversible. La
logoterapia afirma que somos libres para elegir y de allí, también somos libres para
responder “responsablemente” a esas elecciones.
El “para qué” complementa la libertad, es la responsabilidad. Es hacerme cargo de lo que
hago con mi vida, con mis problemas, con mi amor por mi pareja, con las dificultades y la
enfermedad que vendrán, con dotar de sentido a las situaciones que parecen inexplicables
e insalvables.
Mi responsabilidad me lleva a responder a la elección que hice y a las decisiones que tome
en la relación de pareja y también a modificar las actitudes que facilitan y mejoran esa
relación. La responsabilidad me lleva también a quedarme comprometidamente en esa
relación que yo, libremente, un día escogí.
Humberto y Martha, en estas sesiones tuvieron que revisar cómo habían utilizado su
libertad. Humberto reconoció que él había trabajado tanto para mantener su casa y su
prestigio de profesionista que se había “olvidado” de responder a la promesa de amar y
cuidar a su esposa, en los términos que ella lo necesitaba.
Martha reconoció que había usado su libertad para crecer y estudiar y en los momentos
difíciles, para aceptar otra relación que parecía que le ofrecía lo que no tenía con su esposo.
Y aquí estaban dos adultos, libres y responsables, en pleno uso de sus facultades, con
capacidad de elegir, preguntándose ahora cómo iban a utilizar su libertad y a qué nuevos
retos iban a responder.
Los invito a repensar su compromiso, a revisar su pasado y a buscar allí mismo la raíz del
amor que parece que está opacado. Y a hablarlo en sus 15 minutos de conversación diaria.
4. Unicidad
Soy único e irrepetible, nadie es como yo, en mi totalidad. Y también el significado de mi
vida es único e irrepetible, hay muchas cosas que yo y sólo yo puedo hacer y si no
respondiera a ese llamado de la vida, allí se quedará sin cumplirse, sin completarse.
El sentido de unicidad, hace que, en la relación de pareja, uno y otro se vivan con la dignidad
y la claridad de que son únicos e irrepetibles en sí mismos y también para su pareja. Facilita
que la relación sea horizontal, porque los dos son igualmente importantes; que sea
cuidadosa porque los dos son igualmente valiosos y que sea exclusiva, porque se ama la
unicidad del otro desde la propia unicidad y desde allí, el otro y yo mismo somos
irremplazables.
En la siguiente sesión, los cambios aparentes empiezan a aparecer:
Llegan contentos, tomados de la mano y diciendo ella que ya decidió que sí quiere seguir
con él y él mostrándose muy complacido. Los desaliento y les digo que todavía no es el
tiempo; más bien todavía tendrán que trabajar la relación sexual, el manejo del dinero y la
relación con las familias extensas, que con los años se ha mejorado y nuevamente
deteriorado.
Es la oportunidad de revisar si su amor es sexual, placentero y quizá efímero; si es erótico,
con todas las características del enamoramiento basado en lo que el otro tiene, más que en
lo que es.
Al preguntarles qué aman en el otro y cómo lo aman, Humberto explicó que siempre había
amado la “candorosa” sonrisa de Martha y su disposición para aprender. También su belleza
y su sencillez.
Martha dijo que ella siempre se había sentido protegida por él y admiraba su cordura y su
seriedad.
Les pedí que durante la semana actuaran como si fueran a amarse toda la vida, aunque la
sonrisa candorosa ya no tuviera todos los dientes y aunque él por su edad ya no pudiera ser
tan protector.
Los aliento a trabajar las diferencias, la ternura, las necesidades y las expectativas de antes
y de ahora.
5. Auto trascendencia
La auto trascendencia es “la posibilidad de ignorarse a sí mismo para dedicarse a otra
persona u objetivo que se toma como significativamente convocante” (García Pintos,
1999).
En la relación de pareja y en la vida misma, no es suficiente haber caminado hasta ser una
persona autorrealizada; la autorrealización es sólo el principio del camino: allá en el
horizonte está el significado de mi vida, que encontraré al buscar y encontrar a Dios, y a los
otros, creando vínculos de servicio y de amor.
Así, la pareja ha de navegar hasta la mismidad y unicidad del otro; ha de buscarse y
encontrarse allí en la intimidad, al compartir y compartirse, al experimentar la mutualidad
de la entrega amorosa.
La autotrascendencia requiere correr el riesgo de ir hacia el otro, acciones para cristalizar
el deseo de trascender y paciencia para esperar que el otro abra su puerta y se permita la
cercanía.
La característica más importante de la autotrascendencia es que esté basada en valores, y
en la pareja, que el amor sea el motor que lleve y dirija el caminar hacia el otro.
Otra sesión:
Llegan muy enojados, por fin él puede decirle cómo se ha sentido humillado, enojado y
hecho a un lado; le pregunta que, si tuvo relaciones sexuales con el otro, ella lo niega y él
insiste; ella dice que sí. Él llora y ella también.
Les pregunto qué pasó con la tarea de amarse como si fueran a hacerlo toda la vida,
Humberto reconoce que no puede pensar en toda la vida si ella “se acostó” con otro. Le
pregunto que si eso le quita a ella el encanto que él descubrió en su sonrisa y que tiene que
ver con su encanto interno y con su esencia. El responde que de todas maneras la ama, pero
los celos no le permiten ver más allá. -¿Aunque se haya acostado con otro, así la amas? Él
voltea a verla, la toma de la mano y le dice: “Te amo más que antes porque ahora sé la clase
de guerrera que eres, pero también sé la clase de mujer amorosa que eres”. Martha llora y
se agacha.
Martha por su parte, reconoce que está muy enojada por el abandono en que él la tuvo y
porque ahora se hace la víctima. Le pregunto si puede amar a este hombre, así como está
el día de hoy, sin apariencia de fuerza y más enojado y claridoso que cuidador y protector y
amoroso. Con la cabeza baja dice que así lo ha amado desde siempre y que ahora que él es
como es, le da menos miedo y hasta podría pensar en aprender a amarlo como él necesita.
Explico que ahora sí están hablando del amor más alto, el amor espiritual, que significa
verdadera comunión con el otro, y en donde uno y otro son sujetos y no objetos de amor.
Ahora sí han ido más allá de ellos mismos, más allá del egoísmo y de ver al otro como
propiedad que no se comparte, han trascendido sus propios miedos y sus propias barreras
y están en camino de amar espiritualmente.
La tarea es tomar la decisión de si quieren o no seguir juntos y si fuera así, traer un regalo
pequeñito para dárselo al otro, como muestra del compromiso.
Llegan serios y el terapeuta está un poco asustado de lo que va a suceder.
Le pregunto a ella qué ha decidido. Ella contesta que quiere continuar con él, que terminó
la relación con el otro y que quiere amar a su esposo.
Le pregunto igualmente a él qué ha decidido: “Yo la amo y quiero continuar mi vida con
ella”.
Les pido que piensen de qué tendrían que pedirse perdón y que lo hagan. Ella pide perdón
por haberle sido infiel, por no haber hablado a tiempo, por no haberlo amado como él
necesitaba. Él pide perdón por no haber estado más cerca, por no haberla cuidado y estado
más al tanto de sus necesidades, por no haberle mostrado su amor de manera más clara.
Intercambian regalos de compromiso: ella le obsequia un crucifijo con su cadena, él un
anillo sencillito para que use con su argolla de casada.
Después de haber renovado su compromiso de permanecer juntos, les explico que
difícilmente podrán hacerlo si no descubren cuál es el sentido de esta relación de pareja y
sólo podrán hacerlo a partir de las Vías al sentido de la relación de pareja.
Hasta ahora, durante seis sesiones han revisado los recursos que tienen como pareja; han
expresado sus enojos y sus sueños, han trabajado las “tareas de cambio” y se han tropezado
con sus debilidades y fortalezas. Hoy decidieron otra vez, que quieren continuar y les toca
encontrar el significado de su relación amorosa.
Vías al sentido de la relación de pareja
La relación de pareja puede estar plena de significado y acontecimientos trascendentes, o
puede convertirse en un “vacío en compañía”, sin sentido y sin nada que le permita a la
pareja mantener y luchar por esa relación.
Los valores de creación, experiencia y actitud, son los caminos para encontrarle sentido a
ese vivir con él, la que hemos escogido para compartir nuestra vida.
Valores de creación
Es todo aquello que cada persona ofrece al mundo: su trabajo cotidiano, la creación y
construcción de la vida familiar; sus inventos, sus sueños hechos realidad, sus ideales
convertidos en ofrenda a sus semejantes.
En la relación de pareja, estos valores se expresan en los grandes sacrificios que uno y otro
hacen en regalo recíproco, y asimismo en los pequeños detalles que van sembrando de
semillas amorosas la cotidianidad. Todo lo que hacemos por el otro son valores de creación
y por sí mismos son un camino para encontrar el sentido de la vida en pareja.
7a. a 9a. sesiones:
Se dedican a instrumentar el cuidado y acompañamiento mutuos, la relación con las familias
extensas, los tiempos que van a compartir juntos, cómo van a hablar de los asuntos
“espinosos” cuando sea necesario; cómo van a enriquecer su relación sexual. La educación
de los hijos y los proyectos a futuro.
Para Martha y Humberto, aprender a dar no es una novedad, toda su vida lo han hecho,
pero ahora este dar tendrá que ser más sabio y más cuidadoso. No es dar por dar, sino
ofrecer al otro el corazón en cada cosa y en cada expresión que se comparta.
Es ir encontrando y dándole forma al sentido de esta relación que hoy por hoy reconocen
como importante y valiosa para ambos.
Valores de experiencia
Una puesta de sol, “la paz de un niño durmiendo”, una jacaranda que empieza a florecer, la
Gioconda de sonrisa velada, una pintura con una mujer que alimenta cuidadosamente a la
luna con polvo de estrellas, una Pequeña Serenata o un Claro de Luna, un unicornio azul, un
encuentro amoroso, son dádivas, dones que nos son dados, sólo porque están allí y
nosotros estamos allí también para recibirlos.
Los valores de experiencia son todo aquello que recibimos de Dios, de otros y aun de la
naturaleza.
Pareciera que estos son los valores más experimentados en la relación de pareja; sin
embargo, la prisa, la soberbia, la incomunicación, el vacío interior, y las neurosis colectivas,
impiden que algunas parejas puedan gozar juntas los regalos que Dios, ellos mismos y otros
les dan gratuitamente.
Permitirse experimentar el amor de la pareja es quizá la vivencia más importante, la más
enriquecedora y la que va limando las asperezas de la vida.
Vencer el aislamiento y la desconfianza para entrar en la intimidad es el aprendizaje
necesario, así como recuperar la capacidad de asombro ante la belleza que está allí, delante
de nuestros ojos.
Martha ha pedido que Humberto la cuide, pero tendrá que aprender a recibir el cuidado y
el amor que eso implica.
Humberto también tendrá su aprendizaje: cómo recibir si siempre ha dado y si eso significa
no parecer tan fuerte como quisiera.
Abrirse a la experiencia de recibir al otro, implica reconocer la necesidad propia; significa
decirle al otro que allí en la intimidad hay un espacio para su corazón y su persona toda. Es
una renuncia al aislamiento y a la soberbia y al deseo de que el otro sea diferente de cómo
es; simplemente es decirle “sí” a la vida en la persona del otro.
Aprender a dar y a recibir les llevará toda la vida, pero dicen ellos que bien vale la pena.
10a. sesión:
Les pido que cada uno traiga una flor para esta última sesión. Y ropa adecuada para hacer
una renovación de sus votos.
Ella llega con un vestido blanco y flores blancas, él de traje negro y también con rosas
blancas.
Les pido que compartan qué han aprendido:
A hablar, a tener una pelea justa, a confiar en el otro, a saber, que su relación de pareja es
muy valiosa, a re-conocerse, a asumir sus enojos y a expresarlos, a cuidarse, a escucharse,
a utilizar los recursos que tienen los dos para mejorar y vivir en pareja y él dijo que también
a no ser tan “bueno”, a usar su “parte fuerte”. Se dieron cuenta también que las crisis son
parte de la vida y que las pueden enfrentar y que si necesitan ayuda la buscarán.
VALORES DE ACTITUD
La relación de pareja tiene muchos días felices, muchos días soleados y de calma y también
hay otros de tormenta y oscuridad.
La vida “light” ha llevado a muchas parejas a desechar la relación cuando se tienen que
enfrentar a acontecimientos dolorosos e irreparables: una enfermedad incurable de él, ella
o de algún hijo; la pérdida del trabajo; un desastre natural; la muerte, la historia personal
incambiable, etc.
Este nuevo comienzo de Martha y Humberto parece sencillo, pero tendrán muchas
tormentas que enfrentar, como la relación con los compañeros de trabajo que supieron del
problema, las dificultades con la familia de él, la muerte de las mamás de los dos, la
enfermedad de uno de los hijos, la vejez y quizá de vez en cuando la culpa por lo que sucedió
y entonces tendrán que recurrir a estos valores de actitud y allí mismo reencontrar el
significado de seguir como pareja.
Tienen el proyecto de trabajar con otras parejas en un ministerio cristiano.
Tenemos la renovación de votos: Él le ofrece amarla y cuidarla hasta que la muerte los
separe. Ella le promete amarlo, serle fiel y cuidarlo para siempre.
Les leo un pasaje del Cantar de los Cantares, oro con ellos, les regalo una vela como símbolo
de su relación y de su amor.
Los abrazo, los despido y se van.
Seguimiento:
Más o menos cada seis meses me llaman y nos vemos para comentar cómo van. Han crecido
como pareja, están colaborando con otras parejas, están sanos, sus hijos creciendo bien y
ellos siguen trabajando y cuidándose mutuamente.
Reflexiones:
Con un gran número de parejas, utilicé el Modelo de Terapia Breve; muchas veces funcionó
y los resultados se han mantenido, sin embargo, siempre me parecía que a menos que
incluyera un elemento espiritual, no estaba completo el proceso.
La logoterapia nos permite incorporar este elemento de una manera natural y mucho más
universal y también sistematizar ciertos contenidos y vislumbrar ciertos caminos, más claros
y con mayor profundidad.
Este Modelo de breve duración, manejado desde la logoterapia, ha de ser probado y
validado, a sabiendas que los procesos personales y de pareja ni pueden medirse
rigurosamente, ni someterse a una temporalidad, que, por ser impuesta, resulta artificial.
Aquí está el reto, ¿cómo enriquecer la logoterapia con las herramientas de la Terapia Breve?
o, lo que sería lo mismo, ¿cómo hacer más trascendente la Terapia Breve con la logoterapia?
La reflexión sobre la manera como están construidos este Modelo de trabajo, cada relación
de pareja y cada relación entre terapeuta y pareja, nos permitirá explorar, encontrar e
intentar nuevas maneras de intervención, enriqueciéndolas con nuestro propio “absoluto”
que por más experimentado puede ser muy rico y creativo, al tiempo que se recrea al
responder a la vida en la relación con otros.
¿Amar, para qué?
Para vivir una relación con sentido, dando amor, recibiéndolo y enfrentando juntos la vida,
ya que “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos” Cantar de
los Cantares

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