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UNIVERSIDAD CATÓLICA ANDRÉS BELLO.

FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
SEMINARIO DE DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO.
PROF. ALÍ DANIELS

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
LA RELACIÓN JURISPRUDENCIAL ENTRE EL
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO Y
EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS EN LAS DECISIONES DE
LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS Y OTROS TRIBUNALES
INTERNACIONALES, CON ESPECIAL ENFASIS
EN EL DERECHO A LA VIDA.

Realizado por:
Gabriel Ortiz
CI: 24311853

Caracas, 9 de enero de 2017

1
Índice

I. Introducción ...................................................................................................................... 2
II. Capítulo I: Los Hechos ...................................................................................................... 6
III. Capítulo II: El Derecho .................................................................................................... 17
IV. Capítulo III: El Análisis .................................................................................................... 23
V. Conclusiones…………………………………………………………………………… 26

1
Introducción

En 1994, el Juez y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,


Antonio Augusto Cançado Trindade, reconoció, en un coloquio internacional que
conmemoraba los 10 años de la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados, que entre el
Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humano
existían marcadas diferencias jurídicas; de ellas, destacaba, por ejemplo, la aplicación de
ambas ramas de derecho sobre el ámbito personal del individuo, pues, los Derechos
Humanos, ciertamente, admitían la procedencia de peticiones individuales o “titularidades del
individuo”, mientras que era difícil que el Derecho Internacional Humanitario estuviere de
acuerdo con esa consideración, principalmente por las distinciones que suele hacer entre
categorías de personas; no obstante, y a pesar de no ser sustantivamente idénticos, las
diferencias no desplazaban la posibilidad de una aplicación conjunta, pues, en sus palabras,
son ramas de derecho “esencialmente complementarias”1.

Un análisis semejante fue elaborado por el Profesor Noam Lubell, de la Universidad de


Essex, en Reino Unido, quién consideró que la Corte Internacional de Justicia, habría sentado
importantes precedentes internacionales en Opiniones Consultivas tales como las relativas a
la Legalidad del uso de las Armas Nucleares y la Legalidad de la Construcción de un Muro
en los territorios Palestinos Ocupados (sobre las cuales, nosotros, volveremos más adelante),
donde se concretaba la complementariedad de los Derechos Humanos y del Derecho
Internacional Humanitario, por lo que, era dable decir que el debate sobre la exclusión de
ambas ramas del Derecho Internacional, era un debate superado2.

Empero, y vale hacer la salvedad, Lubell fue más reservado que el Juez Trindade, pues, en
algún punto, admite la existencia de problemas pragmáticos que impiden que una relación
jurídica, posible cuando menos desde una perspectiva teórica, pueda funcionar en la realidad;
así, por ejemplo, sucede el supuesto donde durante un conflicto armado internacional se
manifiestan flagrantes violaciones a los derecho humanos por parte de un Estado involucrado,
pero ello no ocurre dentro de su territorio, sino dentro de un territorio ocupado ¿continuarían
entonces aplicando sobre ese Estado sus obligaciones internacionalmente pactadas en materia
de protección de Derechos Humanos durante un conflicto armado, o estas cesarían?
Precisamente ha sido la jurisprudencia quién se ha encargado de solventar estas
controversias, como lo veremos más adelante3.

1
CANÇADO TRINDADE, Antonio. (1994). “Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Derecho
Internacional de los Refugiados y Derecho Internacional Humanitario: Aproximaciones y Convergencias” en
Diez años de la Declaración de Cartagena sobre Refugiados – Memoria del Coloquio Internacional. San José.
IDHH, pp. 79-80. Cabe aclarar que la comparación establecida por Juez Trindade respondía no solo a una
comparación entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
sino que, a su vez, el Derecho Internacional de los Refugiados también estaba involucrado en su análisis, de allí
que comentare todo ello en un coloquio sobre la Convención de Cartagena sobre Refugiados.
2
LUBELL, Noam. (2005). “Challenges in Applaying Human Rights to Armed Conflicts” (En español “Los
Problemas de la Aplicación de los Derechos Humanos en los Conflictos Armados”). La Haya. Revista
Internacional de la Cruz Roja. Volumen 87, pp. 737-739.
3
Ibidem. pp. 741

2
Por su parte, planteando una tercera posición en este debate introductorio sobre la relación
jurisprudencial de ambos campos de Derecho, el Profesor de la Universidad de Cambridge,
Alexander Orakhelashvili, ha precisado que un enfoque preconcebido sobre el Derecho
Internacional Humanitario, que lo dispone como una lex specialis, esto es, como la ley
especial sobre la que debe operar toda regulación de un Conflicto Armado, no debe ser
entendida en ningún caso como una disposición derogatoria de las normas fundamentales del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, toda vez que, cuando existe una aplicación
de normas humanitarias se revela, más allá de las limitaciones evidentes, contenidos similares
con los Derechos Humanos, desmintiendo así, la posición doctrinaria que sostiene una
independencia total entre ambos campos de Derecho, la cual suele argumentar que las normas
humanitarias son mucho menos garantistas que las manejadas por los Derechos Humanos; sin
embargo, refuta Orakhelashvili, ello es así en una aplicación aislada del Derecho
Internacional Humanitario, y ese tipo de aplicaciones jurídicas no son, al menos en el
entendido de los Tribunales Internacional actuales, válidas, pues, la relación entre Derechos
es en primer lugar, necesaria, y en segundo, recíproca, de modo que, por ejemplo, las
limitaciones a los Derechos Humanos en situaciones extremas pueden proveer de contenido
los conceptos de necesidad militar y proporcionalidad, haciéndolos aún más humanitarios4

En cualquier caso, todas las posturas planteadas hasta este punto, dejan bastante claro que
existe una convergencia jurídica entre ambos campos del Derecho, sin embargo, lo que no
precisan será como es abordada esa convergencia por los distintos Tribunales Internacionales,
es decir, cual es el tratamiento o la interpretación jurídica que sustentan frente a la
vinculación normativa de los Derechos, y ello resulta particularmente relevante, toda vez que
interpretaciones diferentes conducen, a su vez, a divergencias en las relaciones jurídicas5.

Así, el propósito del presente Trabajo de Investigación, será, más allá de esclarecer los
aspectos positivos o negativos de las decisiones adoptadas por los distintos sistemas de
protección de Derechos Humanos y demás Tribunales Internacionales, el de describir, breve,
pero suficientemente, cuáles han sido las consideraciones de estos en relación a la
vinculación normativa de estas ramas del Derecho Internacional.

En efecto, como lo enuncia el título del Trabajo, nos concentraremos en mayor medida en
las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que se aproximen al
tratamiento del Derecho Internacional Humanitario, y ello, precisamente, en miras de
observar la evolución jurisprudencial que ha tenido un Derecho de tanta necesidad en nuestra
región dadas nuestras especiales coyunturas históricas, caracterizadas por constantes
convulsiones sociales que usualmente terminan derivando en importantes conflictos armados,

4
ORAKHELASHVILI, Alexander. (2008). “The Interaction between Human Rights and Humanitarian Law:
Fragmentation, Conflict, Parallelism, or Convergence” (En español: “La interacción entre los Derechos
Humanos y el Derecho Internacional Humanitario: Fragmentación, Conflictos, Parelelismos y Convergencia”.
Oxford. Revista Europea de Derecho Internacional. Volumen 19, pp. 181-182.
5
IBÁÑEZ RIVAS, Juana María. (2014). “Le droit international humanitaire au sein de la jurisprudence
contentieuse de la Cour interaméricaine des droits de l’homme” (En español “El derecho internacional
humanitario en la jurisprudencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”). Paris.
Universidad de Paris X Nanterre, pp. 167-198. Recuperada de la base de satos de tesis de Grado, Postgrado y
Doctorado de la Universidad Externado de Colombia.

3
pero que tardíamente fueron analizados a la luz del Derecho Internacional Humanitario a
partir del año 2000 por la Corte, sólo antecedido por un informe de la Comisión
Interamericana de 1997 relativo al caso “La Tablada”6,

Sin embargo, es de aclarar que el análisis no se limitara al Sistema Interamericano, esto es,
también se abordaran las puntualizaciones efectuadas por otros Tribunales u órganos parte de
Sistemas de Protección y demás Tribunales, así, vale citar, a la Corte Internacional de Justica,
al Tribunal Penal para la Ex Yugoslavia, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a la
Comisión Africana de Derechos Humanos, a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, y, por supuesto, a la ya referida Corte Interamericana de Derechos Humanos, por
tanto, es dable concluir dentro del espectro introductorio que la perspectiva investigativa
tendrá un carácter absolutamente general.

Por otro lado, a fines de abordar toda la problemática jurídica siguiendo un estudio lógico
coherente, hemos estructurado el Trabajo en tres Capítulos con finalidades diferentes, pero
que comparten conexiones. Así, el Capítulo I, versará sobre una descripción de los hechos de
las diferentes Sentencias de varios Tribunales Internacionales que guardan una vinculación
con nuestro objeto de análisis, esto es, los métodos de aproximación de los que se han valido
los Tribunales para abordar la vinculación entre los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario; es importante aclarar que, todos los Capítulos incluyendo el
primero, iniciaran por estudiar las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, luego las
del Tribunal Penal para la Ex Yugoslavia, para posteriormente vislumbrar las decisiones de
los Tribunales de otros Sistemas de Protección de Derechos Humanos, distintos al
Interamericano, esto es, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Comisión Africana
de Derechos Humanos; finalmente, se terminará por estudiar las decisiones de la Corte
Interamericana, y los informes de fondo de la Comisión Interamericana que resulten
relevantes para el caso.

Es menester, igualmente, restringir parte del campo de estudio tanto del Capítulo I, como
del resto de las secciones del Trabajo, pues, difícilmente llegaríamos a describir íntegramente
todos los hechos acaecidos en los casos necesarios para nuestro estudio, y además, seria irreal
plantearnos un estudio total de todas las Sentencia sobre casos que, en cualesquiera de sus
puntos, hiciere referencia al Derecho Internacional Humanitario en relación a los Derechos
Humanos; en realidad, nos enfocaremos en aquellos casos que hayan tenido una
trascendencia importante en la concepción de la vinculación jurídica entre ambos Derechos,
tanto para el Tribunal de donde provenga, como para toda la teoría de la relación jurídica
internacional. Ello, a su vez, lo determinaremos de acuerdo a los criterios adoptados por la
Doctrina. En definitiva, el Capítulo I estará referido a los hechos importante para el posterior
estudio jurídico, y su análisis final.

Ulteriormente, en el Capítulo II, nos dedicaremos al estudio de las normas jurídicas


aplicables en función de las decisiones adoptadas por los Tribunales; en este apartado, la
pregunta central, más aún dada la relación entre dos ramas del derecho Internacional Público
diferentes, pero complementarias, ¿Qué derecho es realmente aplicable al caso concreto?
6
Ibidem.

4
Igualmente haremos referencia a si realmente el Tratado invocado debe ser cumplido por el
Estado que esté sometido a las consideraciones de una Corte determinada. En síntesis, es un
Capitulo orientado a establecer pautas de Derecho.

Finalmente, el último Capítulo, tendrá por finalidad, a modo de sintetizar los estudios
realizados por los Capítulos que lo precedieron, el de comparar, en primer lugar, los
Derechos involucrados en nuestro análisis, pues, a pesar de que, ya desde esta breve
introducción hemos esclarecido que la jurisprudencia actual, concuerda en su mayoría, que la
relación entre ambos es complementaria, es académicamente importante saber en qué se
parecen, pero también en que difieren, y para lograrlo, partiremos precisamente de las
consideraciones del Capítulo II. Por último, entablaremos comparaciones en relación a cómo
han abordado los Tribunales el tema, de modo que podamos concluir que han logrado, y que
podrían mejorar. En síntesis, es un Capitulo dirigido al análisis jurídico.

El Trabajo finalizara con un apartado dedicado a nuestras conclusiones, pero ello, de la


forma más suscinta, pero convincente, posible, serían, inclusive como un listado de
cuestiones importante que hay que destacar de nuestro estudio.

Vale acotar, que el presente Trabajo de Investigación está regido por el formato de normas
metodológicas, en su 6ta edición, del Asociación Americano de Psicología7, en consonancia
con el Manual para la Elaboración del Trabajo de Grado y de Grado Especial de la Dirección
General de Postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello8. Del mismo modo, nos
remitimos a las condiciones generales para presentar el presente Trabajo realizadas por el
Profesor de la Cátedra para determinar la práctica metodológica implementada lo largo de
estas líneas.

7
ASOCIACIÓN AMERICANA DE PSICOLOGÍA. (2010). “Publication Manual of the American Psycological
Association” (En español “Manual de Publicación de la Asociación Americana de Psicología”). Washington
D.C. Asociación Americana de Psicología, pp. 169-189
8
DIRECCIÓN GENERAL DE POSTGRADO UCAB. ÁREA DE DERECHO. (2010). “Manual para la
Elaboración de Trabajos de Grado y de Grado Especial”. Caracas. Universidad Católica Andrés Bello, pp. 5-24

5
Capítulo I
Los Hechos

Basta con una suscinta revisión histórica del Derecho Internacional Humanitario y de los
Derechos Humanos, para confirmar lo disímil que resulta el origen histórico de ambos
campos jurídicos. Por un lado, el derecho “de la guerra” encuentra su génesis en arcaicas
costumbres bélicas practicadas por civilizaciones muy antiguas que se sostuvieron hasta
nuestros días, de allí que no es exagerado afirmar que es uno de los aspectos más viejos
reconocidos por el corpus iuris del Derecho Internacional Público; con el tiempo su
aplicación jurídica se concretó, especialmente a lo largo de la Edad Media, ayudado por el
cristianismo y eventos históricos tales como las Cruzadas, positivizado mas férreamente en
1949 con los Convenios de Ginebra9.

Por su parte, los Derechos Humanos, cuya nobel incorporación en 1948 al Derecho
Internacional Público pone de manifiesto la idea de una doctrina jurídica reciente, encuentran
su origen en el fundamento de la reivindicación del ciudadano, frente al Estado, y ello, en
situaciones tanto de paz como de guerra. Sus antecedentes abarcan desde la Petición de
Derechos de Inglaterra que data del año 1628, pasando por el Bill of Rights de los Estados
Unidos de América de 1776, hasta la Declaración de los Derechos del Hombre y el
Ciudadano de la Revolución Francesa de 178910.

Así, la jurisprudencia internacional no es sórdida ante las escuchas de esta diferenciación


del recuadro histórico de ambos derechos, es el caso, por ejemplo, de la Corte Internacional
de Justicia, máxima instancia judicial internacional, que reconoció en más de una oportunidad
que este elemento histórico disímil permitía establecer con seguridad, que ambos derechos
habían nacido para destinos diferentes, sin que ello, por supuesto, se interpretare como una
noción excluyente de los mismos11.

En la Opinión Consultiva sobre la Legalidad del Uso de las Armas Nucleares, la Corte
Internacional de Justicia se pronunció por primera vez sobre la relación jurídica entre el
Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos12. Esta fue una Opinión
solicitada por la Resolución 49/75K de la Asamblea General de las Naciones Unidas13, donde
los Estados de la Organización pretendían que la Corte Internacional de Justicia se
pronunciare sobre la licitud de su implementación.

9
KOLB. Robert. (1998). “The relationship between International Humanitarian Law and Human Rights Law: A
Brief History of the 1948 Universal Declaration of Human Rights and the 1949 Geneva Convention” (En
español: “La relación entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho de los Derechos Humanos: Una
Breve Historia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1949 y la Convención de Ginebra de
1949). Ginebra. Revista Internacional de la Cruz Roja. (S.V) No. 322, pp. 324-330
10
Ibidem.
11
CHENTAIL, Vincent. (2003). “The Contribution of the International Court of Justice to the International
Humanitarian law” (En español, La Contribución de la Corte Internacional de Justicia al Derecho Internacional
Humanitario”). Ginebra. Revista Internacional de la Cruz Roja. Volumen 85, pp. 240
12
Ibidem. cit.2
13
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. (1994). “Resolución 49/75K.1994”. Nueva York,
párr. 1-9.

6
La Opinión Consultiva fue ampliamente controvertida, en especial por no establecer
claramente si en situaciones de emergencia permanecía en pie la prohibición de armas
nucleares, o sencillamente, en virtud del derecho a la legitima defensa, era posible a la luz del
Derecho Internacional Humanitario cuando estuviese en riesgo la existencia del propio
Estado, concluir que su implementación no era ilícita14, sin embargo, a los fines del presente
Trabajo, resulta especialmente relevante lo dispuesto por la Corte en relación a la vinculación
entre ambas ramas del Derecho, sosteniendo que la protección especial que brinda el Pacto de
Derechos Civiles y Políticos no cesaba en tiempos de guerra, sin embargo, excluye al derecho
a la vida como uno de los elementos que no está amparado por los Derechos Humanos
durante un conflicto armado, sino, que muy por el contrario, la determinación sobre la
arbitrariedad de una privación a la vida debe ser determinada en función de la lex specialis
aplicable a los conflictos armados15.

Por lo pronto, vale tan sólo hacer referencia a los fines de este primer Capítulo a lo
decidido por la Corte, pues, las cuestiones sobre el derecho aplicable y su análisis jurídico
tendrán lugar en las secciones posteriores del presente Trabajo.

Posteriormente, en el año 2004, la Corte Internacional de Justicia se pronunció en torno a


la misma relación normativa, pero ello, en virtud de la Opinión Consultiva, nuevamente
solicitada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución ES-10/1416,
relativa a las Consecuencias Jurídicas de la construcción de un muro en los Territorios
Palestinos ocupados por parte de Israel.

En esta ocasión, en el marco del conflicto árabe-israelí, la Corte buscaba determinar cuál
de las normas del Derecho Internacional Público, era aplicable a los fines de resolver las
consecuencias jurídicas, y, por tanto, su violación o no de esas normas. Llama la atención,
por ejemplo, las alegaciones efectuados por el Estado de Israel, quién afirmó que bajo ningún
concepto los derechos humanos eran aplicables al conflicto que se vivía en los territorios
ocupados, toda vez que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos está destinado a
la protección de los ciudadanos de un mismo Estado y ello en tiempo de paz, por tanto, es el
Derecho Internacional Humanitario el único procedente17

Sin embargo, la Corte, en consonancia con su jurisprudencia y, de hecho, refiriéndose


expresamente a la Opinión Consultiva de 1996 sobre la Legalidad de las Armas Nucleares,
estimó que la protección garantizada por los Convenios, Convenciones o Tratados en materia
de Derechos Humanos, no se detenían durante un conflicto armado, dibujando así, un
recuadro de escenarios donde se podían dar las conexiones entre ambos derechos, a saber, un
primer escenario donde todas las normas protectorias aplicables a un caso concreto estaban
contempladas en principios del Derecho Internacional Humanitario; un segundo escenario

14
CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA (1996). “Opinión Consultiva sobre la Legalidad del Uso de las
Armas Nucleares”. La Haya, pp. 38, pár. 95.
15
Ibidem. pp. 19, párr. 25.
16
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. (2004). “Resolución ES-10/12”. Nueva York,
párr. 2-12
17
CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA. (2004). “Opinión Consultiva sobre las Consecuencias Jurídicas
de la construcción de un mero en los Territorios Palestinos Ocupados”. La Haya, pp. 39, párr. 102.

7
donde todas las normas protectorias aplicables a un caso concreto estaban garantizadas en
disposiciones propias del Derecho Internacional de los Derechos Humanos; y un último
escenario, donde sencillamente, las normas protectorias estaban contempladas en ambas
ramas del Derecho Internacional Público18.

Igualmente, la Corte consideró en relación al argumento esbozado por Israel ut supra que,
por lo menos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, a pesar de no tener un
artículo donde expresamente se señalare que sobre territorios ocupados continuaría teniendo
vigencia las garantías que de él se derivan, los Estados siguen siendo responsables por lo
actos que cometan, aun cuando ello ocurra fuera de sus límites territoriales, por lo que era
dable concluir que, el Pacto continuaba siendo aplicable, toda vez que el Estado es
responsable por sus actuaciones extraterritoriales cuando sus actos provienen de su
jurisdicción19. Esta es una aseveración interesante, sobre la que volveremos en el siguiente
Capítulo, pues, precisamente en el espectro introductorio planteábamos nosotros una
interrogante qué a su vez, se planteaba el Profesor, Noam Lubell, y este apartado,
sencillamente encuentra la respuesta.

Un último Caso de la Corte Internacional de Justicia relevante a tomar en consideración,


fue el interpuesto por la República Democrática del Congo en contra de Uganda, con motivo
de una serie de ocupaciones territoriales donde, alegaban, habrían ocurrido numerosas
violaciones a los Derechos Humanos de nacionales congoleses20. Vale hacer la acotación que
este mismo caso lo analizaremos más adelante, pero no desde la misma Corte Internacional
de Justicia, sino que, la República del Congo también llevo un procedimiento sobre el mismo
caso ante la Comisión Africana de Derechos Humanos en el año 2003.

En cualquier caso, no ocurre nada diferente a lo ya planteado en las Opiniones Consultivas


que anteceden a esta Caso contencioso. La Corte Internacional de Justicia enfatiza que, en el
marco de los conflictos armados internacional, los Derechos Humanos son tan válidos como
el Derecho Internacional Humanitario, por lo que los criterios de ambos campos de Derecho
debían ser implementados para la resolución del Caso21. Llama la atención, como lo
puntualiza el profesor Orakhelashvili, que, en esta Sentencia, la Corte omite el término “lex
specialis” por lo que, este será un tema importante en el análisis del siguiente Capítulo22.

Además de la Corte Internacional de Justicia, vale en un segundo estadio hacer una breve
referencia al Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, donde en su basta
jurisprudencia se terminaron por resolver varias interrogantes que permanecían sin contestar
dentro del espectro del Derecho Internacional Humanitario Moderno; destaca, por ejemplo, el
haber por fin esbozado una definición en torno a lo que debe entenderse por Conflicto
Armado, ello, tanto en su vertiente interna como en sus características externas, esto es,

18
Ibidem. párr. 106.
19
Ibidem. párr. 111.
20
CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA. (2005). “Sentencia sobre las actividades armadas en el territorio
del Congo (República Democrática del Congo VS. Uganda)”. La Haya, pp. 27-39, párr. 29-34
21
Ibidem. párr. 216.
22
Ibidem. cit. 4, pp. 163

8
cuando pugnan dos Estados o más en una misma controversia, o cuando se trata de
confrontaciones entre un Gobierno y grupos disidentes23.

Pero a nuestros fines, resulta especialmente relevante las consideraciones efectuadas por el
Tribunal en el caso “La Fiscalia VS. Zejnil Dalic, Zdravki Mucic y Esad Lanza”, pues, en
algún punto de la faceta motiva de la Sentencia, cuando la Corte analizaba la equiparación
jurídica de la prohibición internacional de la violación sexual por medio de la práctica del
sexo oral a un trato cruel, degradante e humillante, sostiene que a pesar de que ello no este
expresamente regulado en un instrumento internacional aplicable, sencillamente constituye
un acto que atenta contra la dignidad humana, que en todo caso, es el fundamento filosófico
que sustenta y da sentido tanto al Derecho Internacional Humanitario, como al Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, así, el Tribunal Penal para la Ex Yugoslavia
concluía que la dignidad humana era el núcleo común entre ambos campos del Derecho24.

Ahora bien, pasaremos en este punto a describir la situación fáctica de las Casos decididos
por otros Sistemas de Protección diferentes al Sistema Interamericano, para luego sí, abordar
este último, tanto desde la instancia de la Comisión Interamericana, como desde la Corte
Interamericana.

Mencionábamos en los párrafos anteriores que estudiaríamos un Caso que también fue
interpuesto ante la Corte Internacional de Justicia en el año 2005, pero ello, en otro órgano
internacional perteneciente, igualmente, a un Sistema adjudicativo de Derecho Internacional.
Se trata de un caso controvertido donde principalmente Uganda, con la ayuda de Ruanda y
Burundi, ocupó territorio de la República Democrática del Congo, y allí, se reportaron
importantes violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos. Durante la presentación de
Informes a fines de resolver el Caso, en concreto, con el Informe de Fondo de la Comisión, la
República Democrática del Congo alegó que Uganda y los demás países involucrados eran
responsables, no sólo de haber violado las dispersiones de la Carta de Banjul, mejor conocida
como la Carta Africana de Derechos Humanos, sino que, a su vez, era responsable de haber
transgredido los Convenios de Ginebra de 194925.

La Comisión Africana, en su informe de fondo de mayo del año 2003, concordó con parte
de los alegatos ofrecidos por la República Democrática del Congo, así, sostuvo que la Carta
de Banjul contemplaba en sus artículos 60 y 61, la posibilidad de interpretar las disposiciones
de la Convención a la luz de, en primer lugar, otros Tratados o Convenios aprobados y
avalados por las Naciones Unidas que permitiesen nutrir de contenido las ideas de la
Convención de Banjul, y en segundo lugar, cualquier Tratado o Convención, aceptado en su
generalidad por todos los Estados Africanos, generaba también el mismo efecto jurídico-

23
SALMÓN, Elizabeth. (2012). “Introducción al Derecho Internacional Humanitario”. Lima. Instituto de
Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 29
24
TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL PARA LA EX YUGOSLAVIA. (1998). “La Fiscalia VS. Zejnil
Dalic, Zdravki Mucic y Esad Lanza”. La Haya, párr. 183.
25
MOLLEL, Andrew. (2009). “International adjudication and resolution of armed conflicts in the Africa´s Great
Lake: Focus in the DRC conflict” (En español “Adjudicación Internacional y resolución del conflicto armado
africano del Gran Lago: Concentrado en el conflicto de la República Democrática del Congo”). Joensuu,
Finlandia. Revista de Derecho y Resolución de Conflictos. Volumen 1, pp. 17.

9
interpretativo. Así las cosas, la Corte analizó las violaciones presentadas por la República
Democrática del Congo a la luz de lo establecido en el artículo 75 del Protocolo I de los
Convenios de Ginebra de 194926.

Igualmente, vale hacer referencia, no precisamente a un informe de fondo de la Comisión


Africana, sino a un informe de comentarios generales al artículo 4 de la Carta de Banjul,
relativo al Derecho a la vida, adoptado en el periodo de sesiones ordinarias número 57 de la
Comisión27. Comentábamos durante la descripción de la Opinión Consultiva emitida por la
Corte Internacional de Justicia que, el derecho a la vida, no era una de las disposiciones que
continuaba bajo el amparo de los Derechos Humanos durante el curso de un Conflicto
Armado, pues, el núcleo del problema con el derecho a la vida residía en las privaciones
arbitrarias a la vida, y la determinación sobre que podía constituir o no, una privación
“arbitraria” estaba determinada por las disposiciones de la lex specialis aplicable al caso
concreto, esto es, el Derecho Internacional Humanitario. Semejante análisis dibuja la
Comisión en estos comentarios sobre el derecho a la vida, donde estipula que, durante un
conflicto armado las garantías que se desprenden del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, sencillamente no cesan en sus funciones, empero, en el marco de la determinación
de la arbitrariedad de una privación a la vida, es el Derecho Internacional Humanitario quién
se da la tarea de determinar si efectivamente fue una privación arbitraria28.

Vale acotar, que existe una diferencia sustantiva entre las consideraciones de la Comisión
Áfricana, y las apreciaciones de la Corte Internacional de Justicia, pero volveremos sobre
ellas más adelante, en otro capítulo, concretamente, en torno a la idea de la lex specialis, toda
vez, que no corresponde a esta instancia realizar determinaciones jurídicas, sino
descripciones sobre lo decidido.

Ulteriormente, vale atender la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.


Para ello, evocamos a la Profesora Kristiina Honko, de la Universidad de Tampereen, de
Finlandia, ha establecido que, efectivamente, la forma como el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos ha abordado la interpretación del Derecho Internacional Humanitaria, ha
sido preocupantemente escaso, esto es, atendiendo en momento a asuntos políticos y en otros,
jurídicos, de allí que, el acercamiento por parte de la Corte hacia el Derecho Internacional
Humanitario, fuere y este siendo muy reservado, empero, la receptividad ha sido mucho más
abierta y palpable en los últimos años29.

Por su parte, el Profesor de la Universidad de Londres, perteneciente también al Comité


Internacional de la Cruz Roja, Louise Doswald Beck, ha considerado que la Convención
Europea de Derechos Humanos mantiene alusiones directas en su artículo 15.2 a lo que debe

26
COMISIÓN AFRICANA DE DERECHOS HUMANOS. (2003). “Informe de Fondo del Caso República
Democrática del Congo VS. Burundi, Ruanda y Uganda”. Banjul, Gambia, párr. 70.
27
COMISIÓN AFRICANA DE DERECHOS HUMANOS. (2015). “Comentarios Generales N°. 3 de la Carta
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos: Derecho a la Vida. Art. 4”. Banjul, Gambia, pp. 15. párr. 32.
28
Ibidem.
29
HONKO, Kristina. (2016). “La relación entre el Derecho Internacional Humanitario y la Convención Europea
de Derechos Humanos: Su evolución en el contexto de los conflictos armados”. Tampere, Finlandia.
Universidad de Tampere, pp. 1.

10
entenderse como privaciones a la vida durante un conflicto armado, sin embargo, continúa
cuestionándose, al igual que Honko, el motivo por el cual el Tribunal Regional Europeo, no
ha analizado más directamente el Derecho internacional Humanitarios, pues, en su entender,
y más dócilmente que el autor anterior, el Tribunal si lo ha interpretado en casos no
necesariamente recientes, solamente que la Corte no hacía menciones directas al Derecho
internacional Humanitario, aun cuando se valía de este para decidir los casos30. En cualquiera
de estos escenarios, es importante analizar las consideraciones de ambos autores, y sobre
ellos, volveremos en los siguientes Capítulos.

Doctrinariamente, coincidimos con las opiniones propuestas por los dos autores anteriores,
pues, efectivamente, existieron en el pasado numerosos casos en donde el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos le correspondió examinar Casos donde ciertamente existía un
Conflicto Armado en curso. No obstante, a los fines del presente Trabajo, nos
concentraremos en dos Casos concretos donde ya la Corte Europea de Derechos Humanos
hace notorias las relaciones normativas entre el Derecho Internacional Humanitario y los
Derechos Humanos, de allí que no deba sorprender lo nobel de las fechas de los Casos
contenciosos que presentaremos.

El primero de ellos, es el caso Varnava y otros VS. Turquía, que se desarrolla en el marco
del Conflicto Armado acaecido entre Turquía y Chipre durante 1974. El punto fue, que varios
soldados chipriotas fueron detenidos por tropas turcas haciéndolos prisioneros de las fuerzas
militares de estas últimas, y durante el tiempo en el que estuvieron cautivos fueron sometidos
a numerosos tratos crueles e inhumanos, en ocasiones, rayando en la tortura. Así las cosas, la
Corte Europea reconoce que, para poder pasar a decidir sobre la causa de fondo, sería
necesario que se interpretase el Artículo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos a
la luz de los principios rectores de los Conflictos Armados pertenecientes al Derecho
Internacional Público, tal es el caso, del Derecho Internacional Humanitario, que, según la
Corte, busca precisamente evitar que la guerra se deshumanice aún más de lo que ya es31.

Más recientemente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos abordo el tema de la


relación jurídica entre ambos cuerpos normativos en el caso contencioso “Al Jedda”, en el
marco de las intervenciones perpetradas por tropas británicas sobre Irak, durante el Conflicto
Armado que se desarrolló en este país tras la intervención de una coalición aliada liderada por
occidente, esto es, Estados Unidos, a fin de encontrar una serie de armas de destrucción
masiva que supuestamente ocultaba el longevo gobierno de Saddam Hussein dentro de su
Territorio. Elk punto fue, que, entre octubre de 2004 y diciembre de 2008, para un total de 18
meses, fue injustamente detenido el Sr. Abdul-Razzaq Ali Al-Jedda, por parte de tropas
británicas, quienes lo mantuvieron en cautiverio, en paupérrimas condiciones de detención,
por un tiempo donde no se verificó en momento alguno la celebración de un juicio destinado

30
DOSWALD BECK, Louise. (2006). “The right to life in armed conflicts: does international humanitarian law
provide all the answers?” (En español “El derecho a la vida en los conflictos armados: ¿el Derecho Internacional
Humanitario proporciona todas las respuestas?”). Ginebra. Revista Internacional de la Cruz Roja, Volumen 88,
pp. 883-885.
31
TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOPS HUMANOS. (2009). “Varnava y Otros VS. Turquía”.
Estrasburgo, párr. 185.

11
a verificar la culpabilidad del referido ciudadano en los hechos que le imputaban las Tropas
inglesas32.

La Corte consideró que, efectivamente, tal y como lo apuntaba el Reino Unido durante el
desenvolvimiento del juicio, no existía una obligación expresa en el Derecho internacional
Humanitario en relación a la obligación de celebrar un juicio a los detenidos a fin de verificar
su culpabilidad o inocencia, y que por tanto, eso era más bien una regulación propia de los
Derechos Humanos, y en el caso de las Intervenciones Armadas de Irak de la primera década
del Siglo XXI, la norma aplicable al caso concreto era el Derecho Internacional Humanitario,
que nada decía al respecto33. No obstante, la Corte se refirió a lo decidido por la Corte
Internacional de Justicia unos años antes en uno de los casos que ya hemos descrito ut supra
en este mismo Capítulo, esto es, la situación acaecida durante la ocupación ugandesa sobre
territorios de la República Democrática del Congo; en este sentido, el Tribunal Europeo
admite que existe un estrecho vínculo entre los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario, por lo que, las garantías que se desprenden del primero no podía
considerarse que cesaban en tiempos de hostilidad, por el contrario continuaban aplicando,
solo que, su pragmatismo estaba llevado de la mano de las regulaciones impuestas, a su vez,
por las costumbres humanitarias, así, la garantías judiciales que se le debían brindar el Sr. Al
Jedda, no se suspendían, pues, el Derecho Internacional Humanitario no desplaza al Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, sino que lo nutre de contenido, orientándolo, más
aún, cuando ello se debe a acciones directas del Estado que debe velar por el fiel y cabal
cumplimiento de sus obligaciones pactadas internacionalmente de buena fe, de modo que se
entiende que a pesar de que la detención ocurrió en Irak, fue ejecutada por tropas británicas,
en el ejercicio, precisamente, de la jurisdicción británica34.

Culminado pues, el examen descriptivo de los Sistemas Regionales de Protección


diferentes al Interamericano, vale hacer referencia, a modo de paréntesis, al Informe del año
2005 de la Comisión de Derecho internacional de las Naciones Unidas, relativo a la
Fragmentación del Derecho internacional Público, donde se concluye, durante al análisis de
la relación preexistente entre el concepto de “Regionalismo” y la “Lex Specialis” en cuanto
al alcance de esta última dentro de los regímenes jurídicos considerados autónomos 35 que una
interpretación de la lex especialis que desconociere la norma original que daba sentido,
precisamente, a su aplicación especial, resultaba cuando menos incoherente con los informes
presentados por los distintos países que conformaban la comisión, por lo que, la tendencia

32
PEJIC, Jelena. (2011). “The European Court of Human Rights´Al-Jedda judgment: the oversight of
International Humannitarian Law” (En español “La Corte Europea de Derechos Humanos en el juicio de Al-
Jedda: la vigilancia del Derecho Internacional Humanitario). Ginebra. Revista Internacional de la Cruz Roja,
Volumen 93, pp. 838-839.
33
Ibidem. Cit. 2. Vale hacer referencia nuevamente a las preocupantes interrogantes planteadas por el Profesor
de la Universidad de Essex, Noam Lubell, cuando disponía que, uno de los problemas pragmáticos de la
relación jurídica entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, era precisamente como confluían las garantías judiciales durante tiempos de hostilidad ¿Continuaban
aplicando? Es una de las interrogantes que nos proponemos dilucidar en los próximos apartados
34
TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS. (2011). “Al Jedda VS. UK”. Estrasburgo, párr. 107
35
COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS
NACIONES UNIDAS. “Informe de Derecho Internacional del 57˚ periodo de sesiones”. Nueva York, pp. 227-
230, especialmente, párr. 459.

12
consuetudinaria era, más bien, la de atribuir a la lex Specialis una aplicación particular dentro
de una norma general, sin que esta última quedaré desplazada, pues, de ser así, sencillamente
estaríamos despojando de sentido alguno que algo tenga “aplicación especial” proviniendo de
una “fuente general”, y ello operaba con especial razón en los sistemas regionales, entendidos
como cuerpos normativos propios de un sistema geográfico determinado y delimitado36.

Ahora bien, habiendo efectuado ese paréntesis, procedemos a, en última instancia, valorar
descriptivamente la evolución histórica del Derecho internacional Humanitario en el seno de
la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La Profesora de la Universidad Autónoma de México, sostiene que, efectivamente, en el


Sistema Interamericano, el primer órgano en pronunciarse sobre el Derecho internacional
Humanitario como Instrumento de aplicación interpretativa, fue la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, que en 1997 emitió su informe de fondo respecto al caso “La
Tablada”37, allí, la Comisión consideró que:

“Por ejemplo, tanto el artículo 3 común como el artículo 4 de la Convención Americana,


protegen el derecho a la vida y, en consecuencia, prohíben, inter alia, las ejecuciones
sumarias en cualquier circunstancia. Las denuncias que aleguen privaciones
arbitrarias del derecho a la vida, atribuibles a agentes del Estado, están claramente
dentro de la competencia de la Comisión. Sin embargo, la competencia de ésta para
resolver denuncias sobre violaciones al derecho no suspendible a la vida que surjan
de un conflicto armado, podría encontrarse limitada si se fundara únicamente en el
Artículo 4 de la Convención Americana. Esto obedece a que la Convención
Americana no contiene disposiciones que definan o distingan a los civiles de los
combatientes, y otros objetivos militares ni, mucho menos, que especifiquen cuándo
un civil puede ser objeto de ataque legítimo o cuándo las bajas civiles son una
consecuencia legítima de operaciones militares”38.

Sin embargo, la Comisión a pesar de referirse al Derecho Internacional Humanitario como


una norma interpretativa necesaria, no dispuso dentro de las peticiones solicitadas a la Corte
Interamericana ninguna referencia al referido cuerpo normativo; por lo que resultaba
inconsistente dentro de la decisión del informe de fondo, abogar por la interpretación del
Derecho Internacional Humanitario pero solicitar que la Corte solo se pronunciare sobre
normas de Derechos Humanos; en síntesis fue una primera aproximación que no se terminó
de configurar en un caso contencioso propiamente dicho39.

Posteriormente en el año 2000 la Corte examinó el caso de una insurrección castrista en


territorio colombiano, allí murieron y desaparecieron una cantidad importante de personas,
pero los órganos judiciales a instancia interna siempre mantuvieron la decisión de absolver a
36
Ibidem.
37
NUÑEZ PALACIOS, Susana. (2011). “Interpretación y aplicación del Derecho internacional Humanitario en
el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”. Revista Jurídica de la Universidad Autónoma Metropolitana
de México de Azcapotzalco, Volumen 77, pp. 15-32.
38
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (1997). “Informe nº 55/97, caso 11.137,
Argentina. La Tablada”. San José, párr. 161.
39
Ibidem.Cit.37.

13
los militares involucrados. Finalmente el caso fue del conocimiento de la Corte
Interamericana, que habría revisado el informe de fondo emitida por la Comisión sobre el
caso en cuestión; allí, esta última insistía que para resolver la crisis del caso posteriormente
conocido como “Las Palmeras” era necesario acudir a los principios rectores del Derecho
Internacional Humanitario, empero, el Estado colombiano interpuso una excepción
preliminar de falta de competencia por parte de la Corte, toda vez, que la Corte sólo podía
pronunciarse sobre normas que se desprendiera de la Convención Americana; los convenios
de Ginebra de 1949 no eran normas que se desprendieran de la Convención Americana, por
lo que la Corte carecía de competencia material para aplicar el Derecho Internacional
Humanitario. Efectivamente la Corte admitió la excepción preliminar incoada por el Estado
colombiano manteniendo en suspenso la interpretación de los Acuerdos de Ginebra.40

Posteriormente, ese mismo año, durante el mes de noviembre, la Corte se pronunció sobre
la procedencia del Derecho Internacional Humanitario en el caso Bámaca Velásquez VS.
Guatemala, que versaba sobre una desaparición forzada al miembro de la Unidad
Revolucionaria Guatemalteca, Efraín Bámaca Velásquez41. En esa oportunidad, la Corte
consideró que:

“Lo anterior no impide que, como lo ha señalado la propia Corte, esas disposiciones del
orden internacional humanitario --otra vertiente del sistema internacional que
reconoce la condición del individuo como sujeto del Derecho de gentes--, sean
tomadas en cuenta para la interpretación de la propia Convención Americana. No se
trataría, en la especie, de aplicar directamente el artículo 3 común de los Convenios
de Ginebra, sino de admitir los datos que proporciona el conjunto del orden jurídico -
-al que ese precepto pertenece-- para interpretar el sentido de una norma que el
tribunal debe aplicar directamente”42.

Ello supuso, un acercamiento más íntimo, a nivel fáctico por supuesto, con el Derecho
Internacional Humanitario, que efectivamente, se fue sosteniendo en el tiempo en nuevas
decisiones que se presentaron ante la Corte Interamericana, entre ellas, destacan
concretamente, algunas que son de especial interés para el presente Trabajo, no obstante, nos
remitimos a nuestro espectro introductorio, donde señalábamos que, a pesar de tener la
intención de hacer un recuento enfático en cuanto a la compilación jurisprudencial de la Corte
Interamericana en torno al Derecho Internacional Humanitario, resultaría irreal plantearnos
una labor donde sintetizáramos todas y cada una de las Sentencias respectivas, así las cosas,
haremos algunas alusiones a otras Sentencias y pasaremos a analizar el Derecho aplicable en
casa una de las decisiones, examinando si, efectivamente, era el Derecho aplicable.

Ahora bien, en 2005, la Corte se pronunció sobre la responsabilidad internacional del


Estado Colombiano tras la aquiescencia de una serie muertes, lesiones y abusos cometidos en

40
BURGORGUE-LARSEN, Laurence y ÚBEDA DE TORRES, Amaya. (2010). “La ´Guerra´ en la
Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Bogotá. Anuario Colombiano de Derecho
Internacional, Volumen. 3, pp.117-122.
41
Ibidem. Cit. 37
42
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. (2000). “Bámaca Velásquez VS. Guatemala”.
San José, párr. 24.

14
contra de la población de Mapiripán por parte de una serie de paramilitares43. En todo caso, la
Corte reconoció que del artículo 3 común de los Convenios de Ginebra se formulan
obligaciones especiales que los Estados no pueden ignorar cuando a su cuidado se encuentra
población civil sensible a posibles violaciones a derechos fundamentales. Profundizando en la
idea de que esas Obligaciones debían ser necesariamente interpretadas a la luz del Derecho
Internacional Humanitario en consonancia con lo establecido en el artículo 29.b de la
Convención Americana, relativo a las normas interpretación del mencionado instrumento44.

Más recientemente, habría que mencionar dos Sentencia más recientes por parte de la
Corte, que, en cierta medida, confirman lo establecido en el precedente del Caso Mapiripán,
en este sentido, vale hacer referencia a dos casos más donde el Estado demandado era el
colombiano, a saber, en primer lugar, la Masacre de Santo Domingo VS. Colombia, y en
segundo, Operación Génesis VS. Colombia.

En el primero de ellos, el caso de la Masacre de Santo Domingo, la Corte analizo una


situación fáctica donde, el Gobierno Colombiano, de la mano con sus Fuerzas Armadas,
celebrar una operación militar dirigida a la desmovilización de tropas de las FARC en la
localidad de Santo Domingo, empero, durante el ataque fallecieron varios civiles, por lo que,
la Corte, nuevamente evocando lo decidió en el caso de la Masacre de Mapiripán, estimó que,
para determinar si la Operación Armada estaba ajustada a derecho, era necesario basarse en
los principios rectores del uso de la fuerza de acuerdo al Derecho Internacional Humanitario,
de modo que, haciendo un examen por todos los criterios sentados, esto es, proporcionalidad,
distinción y precaución, sería posible concluir si realmente la Operación generó víctimas
incidentales innecesarias, por lo que, resultaba dable decir que se trataba de una privación
“arbitraria” de la vida45.

El segundo de estos, versa sobre el caso de la Operación Génesis VS. Colombia, también
llamado “Comunidades afordescendientes desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica VS.
Colombia”. Los hechos del caso son bastante confusos, pues, prácticamente todas las
versiones planteadas ante la Corte por las partes fueron controvertidas, así, se hablaba de una
Operación Militar llamada “Génesis”, orquestada por las Fuerzas Armadas Gubernamentales,
que, parecido a los sucesos de la Masacre de Santo Domingo, derivaron en la muerte
incidental de varios civiles, sin embargo, simultaneo a la celebración de la Operación, muy
cerca del lugar donde esta ocurría, varias Tropas paramilitares causaban estragos en la
sociedad civil del municipio del Choclo. El Juicio, en este sentido, se basó más que todo en
una serie de alegaciones del Estado Colombiano donde inculpaban a las Tropas paramilitares
de las muertes, mientras que las víctimas insistían en una responsabilidad directa por parte
del Gobierno. En todo caso, la Corte, tal y como lo hizo en el caso de la Masacre de Santo
Domingo, se valió de los principios del uso de la fuerza en el curso de los Conflictos
Armados provistos por el Derecho Internacional Humanitario, a fin de determinar la presunta

43
Ibidem. Cit. 37
44
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. (2005). “Masacre de Mapiripán VS.
Colombia”. San José, párr. 111-114.
45
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. (2012). “Masacre de Santo Domingo VS.
Colombia”. San José, párr. 210-230.

15
“arbitrariedad” de las privaciones a la vida, ello, a la luz de lo dispuesto en el artículo 29.b
del Pacto de San José46.

Cabe finalizar esta exposición sobre situación fáctica jurisprudencial haciendo referencia a
un caso bastante reciente, data del año 2015, “Crúz Sánchez VS. Perú”, en este sentido, la
Corte Interamericana se enfocó en una Operación de Rescate de Rehenes que acaeció durante
el Conflicto Armado peruano donde se enfrentaron el grupo disidente “Sendero Luminoso” y
el Gobierno del entonces Presidente Fujimori. En aquel entonces, durante una celebración en
la embajada de Japón, una serie de rebeldes irrumpieron en el recinto diplomático, tomando
por rehenes a varios de los invitados. La cuestión fue, que, durante la Operación de Rescate
de Rehenes, denominada “Nipón 96” o “Chavín de Huántar”, cuando fueron supuestamente
increpados los secuestradores, mucho de ellos fallecieron, y algunas de las muertes en
circunstancias poco claras, al punto, de sospechar sobre ejecuciones extrajudiciales47. La
Corte, por su parte, consideró, que, en primer lugar, como lo establecía su jurisprudencia
reiterada, las disposiciones del Derecho Internacional Humanitario nutrían de contenido los
elementos jurídicos de la Convención Americana, del mismo modo, estimó varios análisis
importantes en relación al concepto de necesidad militar48.

Capitulo II
El Derecho

46
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (2013). “Comunidades afrodescendientes
desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica (Operación Génesis VS. Colombia)”. San José, párr. 221-222.
47
CORTE INTERAMERICANA DE DEERECHOS HUMANOS. (2015) “Crúz Sánchez VS. Perú”. San José,
párr. 139-173
48
Ibidem. párr. 272-274.

16
Las preguntas centrales que pretendemos dilucidar en las siguientes líneas es ¿Qué
Derecho es aplicable a los casos planteados en el Capítulo anterior? ¿Las decisiones son
cónsonas con la mayoría de los criterios doctrinarios sentados en torno a la relación jurídica
entre ambos Derechos? Cabe advertir, lo efectuaremos de la forma más suscinta posible, sin
descuidar, por supuesto, satisfacer nuestras propias interrogantes que nos hemos pues a
identificar en el Capítulo anterior.

Previo a efectuar ese análisis, sin embargo, resultará menester establecer algunas
aclaratorias sustanciales en relación al Derecho Internacional Humanitario y los Derechos
Humanos, de modo que podamos tener claro, tanto en que se parecen como en que difieren
ambos campos jurídicos, sin que ello suponga una conclusión diferente a la que ya hemos
sostenido hasta este punto, esto es, que las normas jurídicas de ambos cuerpos normativos
encuentran un punto de convergencia en la teoría jurisprudencial actual de los distintos
Tribunales Internacionales y Regionales, por lo que, deben entenderse como Derechos
complementarios49.

Los Derechos Humanos, por un lado, encuentran su fundamento jurídico-filosófico, en la


persona humana, en su reivindicación subjetiva frente a las arbitrariedades del Estado,
pretende, en este sentido, invertir la línea vertical de autoridad, sustituyendo al Estado por los
ciudadanos, y a los ciudadanos por el Estado, esto es, el Estado se debe a su sociedad civil, no
en el orden contrario. Así, los Derechos Humanos encuentran una condición de inherencia, de
universalidad, que traen consigo consecuencias jurídicas tales como la irrenunciabilidad de
los Derechos Humanos. Así, impone una serie de Derechos, pero también de Obligaciones,
que, por supuesto, tienen una mayor carga sobre el Estado, y ello, en principio, para tiempos
de paz, pero la jurisprudencia contemporánea acepta su continuidad durante tiempos de
conclusión social y Conflictos Armados50.

Por su parte, el Derecho Internacional Humanitario se consagró con el propósito de limitar


el uso de la Fuerza durante tiempos de hostilidad, principalmente con el fin de resguardas a la
sociedad civil. En él, no existe una relación jurídica vertical entre los sujetos que son pasibles
de sus regulaciones, como suele ocurrir cuando se analizan los Derechos Humanos, sino que,
en el Derecho Internacional Humanitario, el sujeto de derecho encuentra una relación jurídica
horizontal, sencillamente son vistos como combatientes en igualdad de condiciones, que
deben necesariamente respetar las reglas de la Guerra, en una situación de fidelidad con su
contraparte51. Del mismo modo, cuando se trata de ventajas militares y objetivos legítimos, es
dable decir, que se constituyen como sujetos los cuales pueden ser, efectivamente, derribados,
eliminados52.

Ahora bien, habida cuenta de estas diferencias sustanciales, cabe recordar lo dispuesto en
nuestro espectro introductorio y en el Capítulo anterior, donde apuntábamos que varios

49
Ibidem. Cit. 1.
50
OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS
(2011). “La Protección Jurídica Internacional de los Derechos Humanos durante los Conflictos Armados”.
Nueva York y Ginebra. Publicaciones Naciones Unidas, pp. 7-23
51
Ibidem.
52
Ibidem.

17
autores, entre ellos, el Profesor Noam Lumbell de Cambridge53 y el Profesor de Oxford,
Alexander Orakhelashvili54, les preocupaba el planteamiento de la idea de la Lex Specialis.
Esta, fue una interpretación esbozada por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión
Consultiva relativa a la Legalidad del Uso De las Armas Nucleares 55, no obstante, esta
interpretación resulta altamente problemática, pues, la forma como lo plantea la Corte fue
utilizada por algunos especialistas en el área para determinar que, en situaciones de Guerra,
ciertamente, el Derecho Internacional Humanitario desplazaba la aplicabilidad del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, no obstante, esta una tesis que no es posible sostener
en derecho56, sobretodo, por la labor efectuada por la Comisión Africana, que en los
Comentarios Generales al Derecho a la vida, dejaron bastante claro que, más que sustituir, la
función era la de nutrir de sentido lo que, por ejemplo, en el marco del Derecho a la vida,
debe entender como una disposición que permite entender al Derecho a la Vida y las
privaciones arbitrarias57.

Efectivamente, como lo plantean Laurence Burgorgue-Larsen, y Amaya Úbeda de la


Torre58, en la evolución jurisprudencial de la Corte Internacional de Justicia, es posible
vislumbrar como se desvanece, poco a poco, la idea de la Lex Specialis, de modo que
resuelve, en parte, nuestra interrogante sobre cuál de los derechos debía aplicar, la respuesta
es que ambos. En primer lugar, porque no figuran como cuerpos jurídicos normativos
excluyentes, y en segundo, que es una respuesta de la razón anterior, porque son
complementarios59.

No obstante, durante el litigio internacional del Caso República Democrática del Congo
VS. Uganda60, tal y como lo plantea el Profesor Nubell, se plantean retos en el marco de la
extraterritorialidad y la aplicación pragmática de los Derechos Humanos desde su
continuidad durante los Conflictos Armados61, pero, precisamente, es la Jurisprudencia, en
este caso concreto, quién resuelve la controversia, pues, a consideración de la Corte, aun
cuando las actividades de los militares ugandeses se desarrollaron en territorios ocupados, es
de destacar, que ellas estaban en el ejercicio de la jurisdicción del país de donde provenían,
por lo que, efectivamente resultaba dable concluir, que el hecho de esas actividades tomaren
lugar fuera de los límites del Estado, no podía ser utilizado como un subterfugio para
separarse de sus obligaciones internacionales pactadas de buena fe, así, los Derechos

53
Ibidem. Cit. 2.
54
Ibidem. Cit. 4.
55
Ibidem. Cit. 14
56
TODESCHINI, Vito. (2016). La referencia electrónica en artículos jurídicos del blog europeo de Derechos
Humanos “Ejil Talk. “The relation between International Humanitarian Law and Human Rights Law in the
African Commission’s General Comments to the Right to Life” (En español: La relación entre el Derecho
Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en los Comentarios General
al Derecho a la Vida de la Comisión Africana). Recuperado de: http://www.ejiltalk.org/the-relationship-
between-international-humanitarian-law-and-human-rights-law-in-the-african-commissions-general-comment-
on-the-right-to-life/
57
Ibidem.
58
Ibidem 40.
59
Ibidem.
60
Ibidem. Cit. 20.
61
Ibidem. Cit. 2.

18
Humanos continuaban aplicando, y las obligaciones que de este se derivan también62. En este
caso, además, la Republica Democrático del Congo firmó los Convenios de Ginebra en 1961,
mientras que Uganda lo hizo en 1964, este dato, sin embargo, es relativamente irrelevante,
pues, las normas de la guerra son costumbres internacionales, que no necesariamente deben
estar firmadas por los Estados para que funjan en su aplicación, pues, son expresiones de
costumbres prexistentes, como los sostuve el Juez de Sierra Leona, parte de la Corte
Internacional de Justicia, el Juez Koroma.63

Por otro lado, en el caso de la Sentencia que analizamos del Tribunal Penal para la Ex
Yugoslavia64, se llegaba a la conclusión que el núcleo central que compartían el Derecho
Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, era el
respeto por la dignidad humana. No es casualidad que en esa Sentencia se llegare a esa
conclusión, pues, en primer lugar, se equiparaban los dos derechos a la luz de una situación
de hostilidad de un Conflicto Armado, donde ocurrieron múltiples vejaciones y tratos crueles
e inhumanos, de donde destaca, por ejemplo, la violación por vía oral65. Lo importante de
esta Sentencia, para nuestros fines, es que concluye que, cuando está en juego la dignidad
humana, debe considerarse que aplican tanto las disposiciones propuestas por el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, como las precisiones esbozadas por el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos.

Ahora bien, en el marco de la Comisión Africana de Derechos Humanos, nosotros


disponíamos que, trataban un Caso que llegaría dos años después del conocimiento de esta
instancia, a Tribunales internacionales de la talla de la Corte Internacional de Justicia, así,
nuevamente, el caso en cuestión sobre la República Democrática del Congo VS. Uganda, es
visto desde la perspectiva de una aplicación conjunta de las reglas de ambos cuerpos
normativos, pues, se entiende que la Convención de Banjul, autorizaba una interpretación
extensiva de las disposiciones de ese Tratado, concretamente, los Artículos 60 y 61 de la
Carta, establecían que, era posible analizar la Convención de acuerdo a otros instrumentos
internacionales, colocando como prioridad, aquellos aprobados, o por lo menos, avalados por
la Organización de Naciones Unidas66.

La Comisión analizó las transgresiones por parte de Uganda a las disposiciones


internacionales en cuestión, desde el artículo 75 del Protocolo I de los Convenios de Ginebra,
firmado por el referido Estado en 1991, por ello, que pueda resultar aplicable. Finalmente, la
Comisión concluyo que efectivamente existía evidencia suficiente como para concretar que
Uganda había transgredido ambos ordenes normativos. Lo importante de lo decidido por la
Comisión, es que aplica una regla semejante a la invocada por la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que en sus más recientes decisiones ha justificado la
aplicación del Derecho Internacional Humanitario con base en el artículo 29.b de la
Convención Americana de Derechos Humanos como una regla interpretativa, que permite

62
Ibidem. Cit. 20
63
Ibidem. Cit. 11.
64
Ibidem. Cit. 24
65
Ibidem.
66
Ibidem. Cit. 26

19
ampliar la esfera de entendimiento de los Derechos Humanos en situaciones irregulares como
los Conflictos Armados67, así, la Comisión Africana hace exactamente lo mismo, pero
basándose en la autorización expresa que le conceden los Artículos 60 y 61 de la Carta de
Banjul68.

Igualmente, en el 2015, la Comisión se pronuncia, no precisamente sobre un caso


contencioso, pero si sobre un documento cuyo valor repercutiría de forma sustancial en su
jurisprudencia, al menos esclareciendo sus decisiones del pasado. Se trata de los Comentarios
Generales al Artículo 4 de la Carta de Banjul, relativo al Derecho a la Vida y que enuncia
taxativamente la prohibición de privaciones “arbitrarias” a la vida69. Como lo comenta Vito
Todeschini de la Universidad de Dinamarca70, los planteamientos de los comentarios
esbozados por la Comisión precisan que la “arbitrariedad” de una privación a la vida va
determinada por el Derecho Internacional Humanitario. Este análisis rompe con el esquema
planteado en 1996 por la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre la
legalidad del uso de las Armas Nucleares71, toda vez, que coloca en un punto cardinal el
hecho de que la ley general es la que da sentido a la ley especial, algo con lo que, en su
momento, estuvo de acuerdo el Informe de la Comisión de Derecho Internacional Público de
la Asamblea General de las Naciones Unidas, por lo que, nuevamente queda satisfecha la
pregunta, toda vez que, los Derechos Humanos son aplicables en la medida que el Derecho
Internacional Humanitario da sentido a sus disposiciones durante tiempos de hostilidad72.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por otro lado, representa todo un reto jurídico
dentro del análisis de la relación del Derecho Internacional Humanitario. Bien apuntaba
Kristiina Honko de la Universidad de Tampereen, en Finlandia, que hubo muchos casos
distintos a los planteados por nosotros en el Capítulo anterior donde el Tribunal se le
presentaron casos donde, efectivamente, ocurrían Conflictos Armados, pero prescindía de un
análisis a la luz del Derecho Internacional Humanitario, inclusive, se daba el caso de hacer
referencia a disposiciones normativas de ese derecho, sin hacer alusiones directas a la
enunciación del Derecho73.

Por fortuna, el Tribunal Europeo en los últimos años ha expresado con más notoriedad la
relación jurídica prexistente entre ambos Derechos, sobretodo, en los casos que si
describimos en el Capítulo I. Por ejemplo, en el caso Varnava y Otros VS. Turquía, la Corte
expresaba que el artículo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos debía ser
digerido a través de las normas rectoras del Derecho Internacional Humanitario74. Basta pues,
dejar bastante claro que esta es una regla a la que se incorpora el Tribunal Europeo, seguida
por la Comisión Africana desde 2003 (pero profundizada en el año 2015) y por la Corte

67
Ibidem. Cit.45
68
Ibidem. Cit. 26
69
Ibidem. Cit. 27
70
Ibidem. Cit. 56.
71
Ibidem. Cit. 14
72
Ibidem. Cit. 35
73
Ibidem. Cit. 29
74
Ibidem. Cit. 31.

20
Interamericana de Derechos Humanos desde el año 200575. Cabe acotar, que Turquía firmó
los Convenios de Ginebra en 1954.

En el reciente caso de “Al Jedda”, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se disponía


a aclarar que toda privación de la Libertad, y el seguimiento de las debidas Garantías
Judiciales, debían estar fundamentalmente vinculadas a los Derechos Humanos, aun cuando
ello ocurriere en situaciones de Conflictos Armados. Esta es una Sentencia de una
importancia especialísima, de allí que, desde una perspectiva del Derecho, nos veamos
obligados a establecer varias consideraciones. En primer lugar, es dable nuevamente
referirnos a la interrogante que se planteó en algún momento el Profesor Noam Lubell en
relación a las dificultades pragmáticas que planteaba colocar a caminar la relación entre el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario,
pues, la relación era bastante clara en la Jurisprudencia en cuanto al Derecho a la vida, objeto
principal de esta investigación, pero no lo era tanto, en relación a Derechos como las
Garantías Judiciales76.

Jelena Pejic, del Comité Internacional de la Cruz Roja77, opina acertadamente que este es
un problema que se remite al famoso caso de la República del Congo contra Uganda, pues, se
maneja en la esfera de la extraterritorialidad, toda vez, que los hechos del caso ocurren
durante la ocupación de territorios iraquíes entre los años 2004 y 2007 por parte de la
coalición occidental, de la que era parte el Reino Unido. Sin embargo, debe prevalecer bajo
toda circunstancia la tesis de la complementariedad de los Derechos, así, el hecho de que las
acciones del Reino Unido no se manifestaran dentro de su territorio, no era una condición
suficiente como para concluir que esta eximido de cumplir sus obligaciones internacionales
pactadas de buena fe, pues, sus Tropas, al detener al Sr. Al Jedda, estaban, precisamente, en
el ejercicio de la jurisdicción británica, por lo que, las Obligaciones reconocidas por el Reino
Unido, Estado parte del Sistema de Protección de Derechos Humanos Regional Europeo
desde 1950, no cesaban, a pesar de no estar en su Territorio, y además, de existir un conflicto
armado en Curos, por lo que, es dable concluir, que el Derecho del señor Al Jedda a tener un
juicio que verificare su culpabilidad o inocencia debía, necesariamente, tener lugar, y ello, no
ocurrió78. En síntesis, la conclusión es evidente, nuevamente, prevalecen ambos derechos, sin
embargo, en este caso particularmente, al no tener el Derecho Internacional Humanitario una
disposición expresa en torno a las Garantías Judiciales, efectivamente, los Derechos
Humanos consiguieron un papel protagónico en la relación complementaria.

Por último, debemos hacer un análisis del Sistema Interamericano, que, una vez más, este
dirigido a responder la pregunta ya planteada en varias ocasiones ¿Qué derecho es realmente
aplicable? Sin duda alguna, el primer acercamiento a un caso contencioso donde se debiera
analizar el Derecho Internacional Humanitario en la Corte, no fue en momento alguno
satisfactorio, pues, en aquel caso de “Las Palmeras VS. Colombia”79, sencillamente la Corte

75
Ibidem. Cit. 30
76
Ibidem. Cit. 2.
77
Ibidem. Cit. 32
78
Ibidem.
79
Ibidem. Cit. 40

21
acepto una excepción preliminar que denegó toda competencia material sobre el Derecho
Humanitario, pues, la Corte sólo podía pronunciarse sobre disposiciones propias de la
Convención, ya que, este era el único Instrumento Internacional que le autorizaba cualquier
decisión adjudicativa80. Sin embargo, tal y como los sostiene la abogada peruana, Juana
María Ibáñez en su tesis81, no debe darse una connotación tan pesimista a esta decisión, pues,
la Corte fue cara en explicitar las amplias diferencias entre la aplicación jurídica y la
interpretación jurídica, por lo que, a pesar de aceptar la excepción preliminar incoada por
Colombia durante el litigio, no descarto, que en el futuro, fuere posible que se pronunciare
sobre disposiciones de la Convención a la luz del Derecho Internacional Humanitario, pero
ello, en una función interpretativa, sin que el Estado, además, estuviere en desacuerdo, todo
ello, en virtud de lo dispuesto en el artículo 29.b de la Convención82. Esta predicción de la
Corte no tardaría en consumarse, ya que afínales del mismo año 2000, durante el mes de
noviembre, fue emitida la Sentencia de fondo del caso Bámaca Velázquez VS. Guatemala83 ,
donde la Corte, por fin, tuvo la oportunidad de interpretar el Derecho Internacional
Humanitario durante privaciones arbitrarias a la libertad.

La determinación de la existencia de un Conflicto Armado es fundamental en el marco de


la aplicación de la regla de interpretación provista por el artículo 29.b de la Convención
Americana, pues, el Sistema Interamericano ha brindado criterios que pueden ser seguidos
para determinar el uso de la fuerza y sus restricciones, pero ello, en tiempos de paz,
diferentes, por supuesto, a los ya acostumbrados según las reglas consuetudinarias del
Derecho Internacional Humanitario. Así, los casos de la Masacre de Mapiripán, la Masacre
de Santo Domingo, la Operación Génesis y Crúz Sánchez, son casos especialmente
relevantes, pues, en ellos, no sólo se confirma que las disposiciones del Derecho
Internacional Humanitario no desplazan a los Derechos Humanos, sino que lo nutren,
además, se analiza a profundidad, y prácticamente, por oficio (cosa que difícilmente se
hubiese podido creer durante los años 2000 y 2005) de los criterio de distinción, precaución y
proporcionalidad que limitan el uso de la fuerza durante Operaciones Armadas. De este
modo, la Corte Interamericana ha evolucionado en su jurisprudencia, a tal punto, que
ciertamente, confirma que ambos derechos son aplicables, uno desde la esfera de la
interpretación, y otro desde la aplicación propiamente dicha.

80
Ibidem.
81
Ibidem. Cit. 5
82
Ibidem.
83
Ibidem. 42.

22
Capitulo III
El Análisis

En este Capítulo, nos propondremos llegar a nuestras propias conclusiones sobre los
elementos planteados tanto en el Capítulo de la Narrativa de Hechos, como en el Capítulo
anterior referente al Derecho y las Normas aplicables.

En primer lugar, desde nuestra percepción, el criterio sentado por la Corte Internacional de
Justicia de la Lex Specialis fue, al menos en la primera oportunidad que se hizo referencia a
este84, exagerado, en el sentido de, haber dispuesto por un lado que ciertamente las
disposiciones del Derecho Internacional de los Derechos Humanos no cesaban en tiempos de
Conflictos Armados, pero que la determinación de las privaciones arbitrarias a la Vida debían
ser decididas en función del derecho internacional Humanitario, eso, efectivamente, dejaba la
garantías del Derecho a la Vida proporcionadas por los Derechos Humanos fuera de la
ecuación de los Conflictos Armados, y esta, no es una aseveración dramática o amarillista de
nosotros, pues, efectivamente, la Corte sostuvo en la referida Opinión Consultiva sobre la
licitud del uso de las Armas Nucleares, que el amparo de la vida a la luz de los Derechos
Humanos estaba fuera de to cabida jurídica cuando existiere un Conflicto Armado, de allí
que, concordemos con Vito Todeschini, de la Universidad de Dinamarca85, cuando afirma
que este fue un criterio particularmente alarmante, y que, desde su perspectiva, fue
paulatinamente corregido por la Corte86, es por ello, que por ejemplo, en el litigio relativo a
las ocupaciones Ugandesas sobre los territorio congoleses, cuando se habla del Derecho
Internacional Humanitario en relación con los Derechos Humanos, se sostiene que ambos
deben ser considerados, prácticamente en condiciones de igualdad, para decidir violaciones
en el curso de conflictos armados87.

Concordamos, y nos parece mucho más acertada, la posición asumida por la Comisión
Africana de Derechos Humanos, al estipular que, lo que es “arbitrario” dentro de la privación
de una vida a lo largo del desarrollo de un Conflicto Armado, debe ser determinado por el
contenido jurídico del Derecho Internacional Humanitario88. Pudiere ser, aunque
probablemente nos estemos equivocando, que el entendimiento que la Comisión logró tener
en torno a estos temas, se deben a las espaciales coyunturas histórico-políticas que le ha
correspondido, lamentablemente, a la región africana padecer, con una frecuencia alarmante,
en relación a convulsiones y enfrentamiento hostiles entre los países que integran ese
Continente, pero al fin y al cabo, es ello tan solo una interpretación que nosotros ofrecemos
sobre este presupuesto tan acertado que logró conseguir la Comisión Africana en sus
Comentarios al Derecho a la Vida.

La incorporación, por otro lado, de un Tribunal Penal, en este caso, el de la Ex


Yugoslavia, estaba dirigido a involucrar a un Tribunal de una tendencia disímil dentro de la
esfera de estudio del presente Trabajo, y, por fortuna, hemos podido comprobar que,
84
Ibidem. Cit. 14.
85
Ibidem. Cit. 56
86
Ibidem. Cit. 40
87
Ibidem. Cit. 63.
88
Ibidem Cit. 26

23
haciendo sus salvedades, concuerda con la mayoría del corpus iuris del Derecho
internacional Público en el marco del estudio de la relación entre ambos cuerpos normativos
internacionales89, de hecho, creemos que es el más claro, pues, logra ubicar un punto de
convergencia de sencilla asimilación, esto es, dispone que, efectivamente, el núcleo común
que consagra una relación jurídica entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, es la dignidad humana. Por lo tanto, el Tribunal
Penal nos facilita una fórmula que no presenta dificultades en su compresión, esto es, cada
vez que en un Conflicto Armada exista una transgresión importante a la dignidad humana,
allí, precisamente allí, operaran, juntos, ambos Derechos90.

El Profesor de la Universidad de Essex, Noam Lubell, facilitó, por su parte, una de las
interrogantes que guiaron toda la investigación presente, esto es, los problemas pragmáticos
que se presentan en el marco de la aplicación de una relación jurídica que hoy día no está
puesta en duda en la Jurisprudencia, a la realidad, principalmente, por motivos de
extraterritorialidad91. Fue allí donde resultó importante referirnos al Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, que particularmente, en la Sentencia del fondo del caso “Al Jedda VS.
UK”92. Allí, se confirmó lo que ya la Corte Internacional de Justicia habría dicho en 2005,
que, un Estado, continuaba siendo responsable por sus actuaciones, aun cuando estas
ocurrieran fuera de su Territorio, por ejemplo, en Territorios ocupados, pues, se entendía que,
permanecía en el ejercicio de su jurisdicción. Asimismo, la referida Sentencia del Tribunal
Europeo hacía más visible las conexiones de los Derechos bajo estudio en una esfera
diferente a la del Derecho a la Vida, así, un punto de especial problemática son las Garantías
Judiciales, ¿Cómo estas aplicaban cuando en el Derecho Humanitario no había una referencia
a ellas? Sencillamente lo hacían desde los Derechos Humanos, pues, como lo hemos
sostenido reiteradamente, los Derechos Humanos no cesan en su Aplicación.

Por último, la Corte Interamericana, a pesar de poder creerse en principio que mantuvo
contradicciones en el marco de cómo abordo el tema de la interpretación extensiva del
Derecho Internacional Humanitario en función de la permisología concedida por el artículo
29.b de la Convención Americana, nosotros valoramos mucho la coherencia que ha
mantenido en sus decisiones, así, en el caso de Las Palmeras, la Corte a pesar de negarse a
aplicar el Derecho Humanitario, y por razones justificadas en razón de la carencia de
capacidad material a nivel de Competencia, para pronunciarse, dejó claro que las
interpretaciones a los Convenios de Ginebra de 1949 no estaban restringidas, pero,
ciertamente que no tenía Competencia sobre Instrumentos jurídicos diferentes a la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos.

Por otro lado, la Jurisprudencia más reciente de la Corte Interamericana, ha sido mucho
más receptiva con el Derecho Humanitario, al punto, que las invocaciones interpretativas de
este han venido dadas por oficio del mismísimo Tribunal. Particularmente, en los casos de la
Masacre de Santo Domingo, la Operación Génesis y Crúz Sánchez VS. Perú, la Corte

89
Ibidem. Cit. 24.
90
Ibidem.
91
Ibidem. Cit. 2.
92
Ibidem. Cit. 31.

24
sistematizó la mayor parte de su comprensión alrededor de las restricciones al uso de la
fuerza en el marco de los conflictos armados, así las cosas, los principios rectores tales como
la distinción, la proporcionalidad y la precaución son vitales en el determinación de la
privación arbitraria de las vidas, pues, si en algo es consonó el Sistema Interamericano con el
Africano y el Europeo, es en reconocer que, al final, la arbitrariedad de cualquier privación,
viene a estar determinada por la Lex Specialis, sin que esta última noción desplace la correcta
aplicación de los Derechos Humanos, que suplen las falencias del primero, mientras que el
segundo hace lo mismo.

25
Breves conclusiones

 La aplicación del Derecho internacional Humanitario durante conflictos armados, no


desplaza la aplicación de los Derechos Humanos.
 La teoría jurisprudencial que prevalece en todos los Tribunales examinados es la de la
Complementariedad entre los derechos.
 La discusión de ahora, en la doctrina, no es si existe conexión o no entre los derechos,
es como es dable aplicar esa conexión a la realidad.
 Existen derechos como las Garantías Judiciales, de mayor dificultad, en el marco de la
construcción de relaciones jurídicas entre los Derechos implicados en el análisis. Pero
ello no implica que no puedan darse.
 Las obligaciones derivadas de los Derechos Humanos siguen aplicando cuando las
acciones del Estado tengan lugar en un territorio distinto al suyo, destaca, por
ejemplo, el caso de los territorios ocupados.
 La Corte Internacional de Justicia ha paulatinamente dosificado su primer
planteamiento sobre la Lex Specialis de acuerdo a la Opinión Consultiva de 1996.
 El Tribunal Penal para la Ex Yugoslavia concreta la relación jurídica alrededor de la
idea de la dignidad humana
 La Comisión Africana tuvo un acercamiento intimo con el Derecho Internacional
Humanitario, estableciendo reglas que luego siguieron los demás Tribunales
Regionales del Planeta.
 El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha guardado cierta cautela en el marco de
la aplicación de las normas humanitarias.
 La Corte Interamericana ha sido coherente en su jurisprudencia en cuanto a las
normas de interpretación que de desprenden del artículo 29.b de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos

26
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Sánchez VS. Perú”. San José, párr. 139-173.

28
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30

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