LA IMPORTANCIA DE SABER COMUNICARSE

¿Por qué es importante en la actualidad, saber comunicarse? – A continuación, esbozamos

sumarialmente ocho razones, para que cada estudiante extraiga aquellas que le sean más aceptables o
plantee sus propios motivos:

1. Para adquirir competencias orales, escritas y audiovisuales que nos permitan integrarnos y
participar válidamente en los medios, entidades y organizaciones líderes del país en que vivimos.
2. Para interpretar y producir mejores textos comunicativos, con diferentes fines, como por ejemplo,
la intención de concursar o competir con los demás.
3. Para potenciar nuestra expresividad y creatividad a través de los distintos y múltiples medios de
comunicación existentes.
4. Para interesarnos en las enseñanzas que nos han legado los antecesores sobre el conocimiento
de la lengua y motivarnos en las aplicaciones de este conocimiento en el presente y futuro
desarrollo científico y tecnológico de la comunicación.
5. Para valorar y respetar el patrimonio cultural lingüístico de nuestro país, aprendiendo a apreciarlo
como un disfrute y recurso de nuestro desarrollo intelectual.
6. Para conocer e identificar los mecanismos, tecnologías y formas que nos ofrecen las actuales
expresiones oral, escrita, audiovisual y de ‘massmedia’, en su ayuda a realizarnos frente al
mundo económico, político y científico de la presente era.
7. Para mejorar nuestra capacidad de una buena elección académica y profesional, conociendo las
disciplinas y estudios relacionados con la comunicación, y
8. Para aprender a trabajar en equipo, tarea fundamental de la época, relacionándonos
constructivamente con otras personas y adaptando actitudes de cooperación, flexibilidad, interés
y respeto, que nos permitan llevar a buen término tareas comunes.

Es deseable llegar a ser un dirigente o un líder porque ellos son los encargados de que las cosas se
cumplan y ocupan posiciones consideradas de nivel superior o de especial competencia. Pero si ello no
se da, el buen orador o escritor obtiene que su tarea de saber comunicarse – dependiente o
independientemente realizada - facilite el buen desempeño del grupo social al que se pertenece e
infunda seguridad y confianza al mismo; al tiempo, de éste se logra el respeto y la comprensión y, en
muchas ocasiones, una adecuada retribución económica y social.

Pero, en definitiva, no hay que olvidar – como lo señala Joan Fontrodona ("Ciencia y práctica en la
acción directiva") [FONTRODONA 1999, Pág.78] - que las raíces de emprender se encuentran en la
persona humana. Hoy ya sabemos que los problemas más importantes de las instituciones o de las
empresas no son los económicos ni los tecnológicos, sino los antropológicos y los sociológicos. El actual
ejecutivo o directivo no es sólo un experto o un estratega: ha de ser sobre todo, un humanista capaz de
conocer con profundidad y rigor a los hombres y a su entorno social.