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Revista Latinoamericana
36 | 2013
Sociedad Civil y democracia en América Latina:
desafíos de participación y representación
Gonzalo Delamaza
Editor
Centro de Investigación Sociedad y
Politicas Públicas (CISPO)
Edición electrónica
URL: http://polis.revues.org/9411 Edición impresa
ISSN: 0718-6568 Fecha de publicación: 15 décembre 2013
ISSN: 0717-6554
Referencia electrónica
Gonzalo Delamaza, « De la elite civil a la elite política. Reproducción del poder en contextos de
democratización », Polis [En línea], 36 | 2013, Publicado el 15 enero 2014, consultado el 30 septiembre
2016. URL : http://polis.revues.org/9411
© Polis
De la elite civil a la elite política. Reproducción del poder en contextos de... 1
Gonzalo Delamaza
1 Este trabajo amplía la discusión sobre modos específicos mediante los cuales se forman y
reproducen las elites políticas en contextos de democratización. Tomando a Chile como
caso de estudio, se postula que esta formación y reproducción se asocia principalmente a
dos condiciones del proceso político, que definen en gran medida su relación con la
sociedad: las condiciones institucionales en que se ejerce el poder y la concepción de
democracia que predomina. Nuestra hipótesis es que la transición pactada con la
dictadura saliente y el predominio de la concepción de elitismo democrático crearon las
condiciones para el tránsito de los integrantes de la sociedad civil al Estado,
restringiéndolo principalmente a su segmento de mayor educación y perfil tecno-político.
El segmento de la elite que analizamos es aquél que proviene de la sociedad civil
organizada y que transita hacia posiciones de poder político entre los años 1990 (inicio del
período democrático) y 2010 (fin del período político de la coalición de centro-izquierda
la Concertación- en el poder ejecutivo).
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intentar controlar o ejercer influencia desde dentro, en instituciones claves del arreglo
socioeconómico en un modelo con fuerte presencia del Estado en el desarrollo (Correa
2004; Moulian 2006; Valdivia 2010). Las clases medias, en cambio, crecieron y se hicieron
influyentes tanto a través de organizaciones políticas como el Partido Radical (PR) y la
Democracia Cristiana (DC), como a través del acceso directo a la burocracia estatal y su
continua expansión hasta 1973. El movimiento sindical, por su parte, actuó muy ligado a
la representación política, negociando con los partidos obreros el Partido Comunista (PC)
y el Partido Socialista (PS)- a partir de organizaciones nacionales que presionaban por
obtener reivindicaciones específicas (Collier y Collier 2001)
29 A lo anterior se debe agregar un segmento de especial relevancia para la reproducción del
liderazgo político como son las federaciones estudiantiles, desde la creación de la
Federación de Estudiantes de Chile (FECH) en la Universidad de Chile en los años veinte,
hasta la actualidad. Algo similar puede decirse de los Colegios Profesionales, que sin tener
un rol político tan visible y directo, fueron de gran importancia para los liderazgos de
clase media profesional y su ingreso al Estado.
30 Sin embargo, y tal como lo conceptualizan Collier y Handlin (2010) esa pauta
organizacional varió significativamente con las transformaciones sociales y del Estado en
América Latina. Nuevas formas de agrupación se desarrollaron, entre las cuales destacan
las organizaciones no gubernamentales (ONG), las organizaciones ciudadanas territoriales
y las surgidas a partir de identidades culturales. Se trata de redes asociativas, compuestas
por organismos mucho más dispersos y diversos, donde la relación con los partidos
políticos no cumple un rol central, puesto que es más distante, intermitente e
instrumental (2010:5).
31 En el contexto chileno de desarticulación social y política producida por el régimen
militar, adquirieron preeminencia también otro tipo de organizaciones. Desde allí
saldrían también un número importante de líderes políticos. Como se verá, el
componente más relevante de este conjunto, a partir del cual se realizó el reclutamiento
político durante la transición fueron los centros de estudio y las organizaciones
denominadas actualmente think tanks, las cuales están centradas en la producción de
conocimiento aplicado y buscan influir directamente en las políticas públicas (Brunner y
Barrios 1987; Lladser 1990; Gárate 2008)
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Tabla N° 1
Elite Política Chilena 1990 2010 según posición institucional
Cargo N %
Presidente 3 0,8
Subsecretario 41 10,6
Senador 25 6,5
Senador 25 6,5
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Tabla Nº2
Integrantes de la elite según pertenencia a organizaciones
Personas
Perteneció No Total
perteneció
N % N % N %
36 Esto podría llevar a concluir apresuradamente que la elite política proviene al amplio
espectro de la ciudadanía organizada y no de la militancia política. Ello, sin embargo, debe
ser desechado desde el inicio, puesto que, de acuerdo a la misma encuesta, el 93,5% de los
encuestados milita en un partido político. Vale decir que no hay aquí una superposición
entre ambas pertenencias, consistente con la tradición chilena de alta vinculación entre
sociedad y política.11 Se debe agregar ahora el perfil específico de la pertenencia
organizacional previa de la elite política, que se presenta en la Tabla Nº 3.
Tabla Nº 3
Pertenencia organizacional según tipo de organización
Organización % N
ONG 22,0 85
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Otra 4,4 17
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de los años sesenta y setenta. Lo volverían a tener en las protestas en contra de Pinochet
en los ochenta y en las movilizaciones masivas de 2006 y 2011. En cada coyuntura crítica
se fueron creando organizaciones políticas con una fuerte presencia de los jóvenes
universitarios. Así ocurrió con el surgimiento del PS en 1933, la Falange Nacional (que dio
origen a la DC) en 1934, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en la
Universidad de Concepción en 1965, el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y
el Movimiento Gremial, ambos en la Universidad Católica a fines de los años sesenta. Bajo
la dictadura, la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, controlada por los
gremialistas, también fue cantera de cuadros gubernamentales, que luego formaron la
Unión Democrática Independiente (UDI) en 1987. De tal manera que las federaciones de
estudiantes han sido una de las organizaciones de la sociedad civil donde más
frecuentemente se formado el liderazgo político nacional, incluso creando nuevos
partidos y movimientos políticos a partir de ello. Como se puede observar no se trata sólo
de control político por parte de los partidos existentes, sino también renovación y cambio
del sistema político a partir de la experiencia social y política de una generación de
dirigentes y estudiantes.15
42 Los Colegios Profesionales, por su parte, siguieron una pauta más ligada a la protección
corporativa del empleo y las profesiones, a través de una institucionalidad directamente
vinculada al Estado. Así, ocurrió por ejemplo, con el Colegio de Abogados, que fue creado,
financiado y estructurado como una repartición pública incorporada al presupuesto
nacional y con funciones de tutela sobre la profesión, precisamente por su carácter
público (Ibáñez 2003: 300 y ss.).
43 En la composición actual de la elite, vemos que nuevamente los movimientos
estudiantiles y los colegios profesionales ocupan las posiciones principales: en ambos
casos sobre un cuarenta por ciento de los encuestados menciona haber pertenecido a
alguna de esas organizaciones. En el caso de las organizaciones estudiantiles, predominan
sin contrapeso las organizaciones de estudiantes universitarios en todas sus expresiones,
que cubren el 85% de quienes participaron del movimiento estudiantil. No se trata de la
pertenencia simple a la organización sino al ejercicio de roles dirigenciales, puesto que
sobre el 80% de los encuestados fueron dirigentes en sus respectivas organizaciones.
Como era esperable, el 95% de ellos no siguió participando una vez asumidos los cargos
políticos.
44 En cuanto a los Colegios Profesionales, se perciben tendencias muy concentradas en tres
colegios de profesiones liberales de alto prestigio y organizaciones muy consolidadas en
el país: abogados, ingenieros y médicos. El caso de los abogados alcanza al 45% de las
menciones, siguiendo la tendencia tradicional de fuerte presencia de esa profesión entre
los políticos en Chile.
Tabla Nº 4
Pertenencia a Colegios Profesionales
Colegios y Asociaciones N %
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No especifica 3 1,9
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Tabla N° 5
Miembros de la Elite pertenecientes a Principales Centros de Estudio
VECTOR (PS) 5 4%
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sesenta, durante el gobierno de Frei Montalva, cuando se establecen muchas de las que
permanecen hasta hoy y acordes con el modelo profesionalizado de acción social que las
caracteriza. Las dos grandes expansiones de la acción social y política de la época fueron
la reforma agraria y la llamada promoción popular, es decir el intento por organizar
formalmente a los pobladores y pobladoras urbanos, para otorgarles modos de
participación en el ámbito vecinal. De la primera nació el sindicalismo campesino y de la
segunda, las juntas de vecinos y los centros de madres, las llamadas organizaciones
territoriales y funcionales. El vehículo de promoción de dichas reformas fueron algunos
organismos del Estado. Pero también se apoyó sobre instituciones no gubernamentales
que formularon muchas de las propuestas y realizaron acciones de capacitación y
formación de líderes, promovieron iniciativas de educación popular. Todos ellos
vinculados a acciones de la iglesia que acompañaban el proceso social y político.
54 El contexto creado por la dictadura militar, al cerrar los espacios de participación y
aplicar una política económica de fuerte impacto negativo sobre las condiciones de vida
de los sectores populares, produjo como reacción el surgimiento de nuevas
organizaciones y la reconversión de algunas antiguas. Sucesivas oleadas de organismos
que combinaron la atención a problemas sociales y de derechos humanos vulnerados con
acciones de organización, educación, concientización y agitación política y social.
55 La mayor cantidad y variedad de ONG surgió durante la década de los ochenta,
sustentadas por la cooperación no gubernamental y la solidaridad obtenida por el exilio
chileno para las acciones dentro del país. Los espacios no gubernamentales fueron
decisivos para la rearticulación de la iniciativa social y política en diferentes segmentos
de la sociedad chilena. Detrás de la emergencia del movimiento de ONG estaba la
evolución de una estrecha alianza e intercambio de propósitos, estrategias y metodologías
de trabajo entre una cooperación internacional políticamente democrática e influenciada
por las corrientes del exilio latinoamericano, una generación de profesionales y técnicos
con experiencia de militancia social y política o participación en el gobierno a partir de
mediados de los años sesenta y, por último, líderes sociales, comunitarios y militantes
políticos de base que participaron en la reconstrucción de los vínculos y valores del
movimiento social popular.
56 La presencia de las ONG como pertenencia previa de los miembros de la elite política es
menor que la de los centros de estudio, pero aún así resulta muy significativa (22,5%)
superando tanto a las organizaciones territoriales como al sindicalismo. Si se considera a
las asociaciones de derechos humanos como parte de este fenómeno, el total agregado
resulta aún mayor. La pauta de distribución de las menciones, sin embargo, es mucho más
dispersa y variada que en el caso de los centros de estudio. Sólo una ONG concentra cinco
menciones. Se trata del Programa de Economía del Trabajo (PET). El PIIE y el Centro de
Asesoría Sindical (CIASI) reciben tres menciones cada una.22 Ello refuerza el privilegio de
este tipo de centros y del conocimiento que producen, en la selección de las elites
políticas. Aparte de las instituciones mencionadas, otras seis ONG reciben dos menciones
cada una, mientras las demás se distribuyen entre 58 organizaciones. A su vez el 62% de
los encuestados ocupó roles dirigenciales en ellas, lo que parece estar indicando que más
que un vínculo fuerte de las ONG como tales a la política, lo que se verificó fue la selección
de individuos específicos, dirigentes de las mismas y militantes de partidos políticos, para
integrar las filas del Estado. Consecuentemente con ello, sólo un 22% de los participantes
en ONG lo siguió haciendo luego de haber asumido sus cargos políticos.
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advierte una significativa presencia de integrantes de los think tanks y fundaciones de ese
sector.
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Tabla N° 6
Principales organizaciones de proveniencia por segmentos de la elite (%)
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Tabla N° 7
Parlamentarios pertenecientes a la Elite
Hombres 11 40 14 68 133
Mujeres 0 4 0 8 12
TOTAL 55 90
Tabla Nº 8
Pertenencia organizacional según tipo de organización
Organización % N
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ONG 9,1 5
Otra 3,6 2
68 Las dos prevalencias principales coinciden con el universo completo: en primer término
los movimientos estudiantiles universitarios y en segundo término los colegios
profesionales. Tal como en el caso anterior la universidad es ámbito de reproducción del
liderazgo político, por lo que 24 de 29 ocuparon cargos directivos. Mientras en los
Colegios Profesionales no ocurre lo mismo, pues solo 3 de los 22 integrantes fueron
dirigentes en ellos.
69 Pero le siguen en importancia no los centros de estudio, sino las organizaciones
territoriales y las de voluntariado, seguidas por las religiosas y las asociaciones gremiales.
Las primeras y las últimas pueden ser consideradas como lugares para reproducir el
liderazgo, mientras entre las de voluntariado y las religiosas el fenómeno es más acotado
(sólo la mitad de los parlamentarios miembros ejercieron liderazgo en ellas). Por último
cabe destacar la importancia de los clubes de membresía (y por lo tanto pagados), que
equiparan a los centros de estudio, indicando una tendencia de carácter socialmente más
elitaria. Como era esperable, resulta mucho menor la proveniencia de las ONG y
prácticamente nula la participación en agrupaciones de derechos humanos y sindicatos.
70 Una comparación con el resto de los parlamentarios muy mayoritariamente de la
Concertación- en el mismo período, arroja el siguiente resultado, que se muestra en la
Tabla N° 9. Los parlamentarios de la Concertación provienen -aún más marcadamente que
sus colegas de la Alianza- de los movimientos estudiantiles y colegios profesionales.
También los concertacionistas tienen mayor peso de sus miembros provenientes de
organizaciones territoriales y movimientos religiosos. Mucho más marcada todavía es la
diferencia respecto de las asociaciones de derechos humanos, los centros de estudio y las
ONG, lo cual le da el sello específico a esa bancada. Se trata de lugares no tradicionales de
reproducción del liderazgo. A su vez son relativamente menos los de clubes de membresía
(diferencia leve), organizaciones de voluntariado y asociaciones gremiales. Inversamente
la derecha proviene menos del sindicalismo, aunque el porcentaje en el resto de los
parlamentarios también es bastante bajo.
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Tabla Nº 9
Pertenencia organizacional según tipo de organización.
Tabla N° 10
Perfil de las bancadas parlamentarias según principales organizaciones de
proveniencia
71 Se puede concluir entonces que el perfil comparado de los parlamentarios indica una
mayor vinculación de la bancada oficialista a las organizaciones de la sociedad civil en la
mayor parte de las categorías, con un reclutamiento que combina fuentes tradicionales
con no tradicionales. La derecha presenta menor pertenencia organizacional previa, pero
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Conclusiones
73 El artículo ha analizado la composición de la elite política chilena entre 1990 y 2010 a la
luz de tres aspectos: su participación previa en organizaciones de la sociedad civil, su
composición interna de acuerdo a segmentos de la elite y sus diferencias entre bloques
políticos en el parlamento. La encuesta aplicada a 386 personas que han ocupado
posiciones político-institucionales de elite en el período ha permitido establecer la
prevalencia abrumadora del sexo masculino y del patrón social de clases medias
profesionales en todas las categorías (ejecutivo, parlamento y partidos).
Mayoritariamente esta elite tuvo participación en organizaciones de la sociedad civil
antes de ocupar sus cargos.
La importancia de los factores bajo estudio radica en el hecho que una elite proveniente
muy mayoritariamente de la sociedad civil organizada, es reclutada selectivamente según
pautas del proceso político que indican importantes cambios en las relaciones entre la
sociedad y la política.
74 La composición de la elite gobernante se refleja en las organizaciones de la sociedad civil
en los cuales participaron previamente, las cuales han sido medios de reproducción de su
liderazgo, aún en condiciones de interdicción política, como fue el período dictatorial. El
grupo mayoritario lo hizo en organizaciones que tradicionalmente han cumplido esa
función para los grupos medios: los movimientos estudiantiles y los colegios
profesionales. Sin embargo sólo en el parlamento son mayoría los provenientes del
movimiento estudiantil universitario.
75 Un segundo grupo importante, sin embargo, ofrece un perfil más tecnopolítico y muestra
una modificación de los patrones de reclutamiento y reproducción del liderazgo. Es el
caso de los Centros de Estudio y, secundariamente, de los directivos de las ONG. El
primero de ellos pareciera ser un grupo de creciente importancia y proyección futura,
mientras el segundo una situación más propia de una coyuntura donde la sociedad civil
fue un espacio sustitutivo de la acción política propiamente tal y un espacio para sus
líderes. Los Centros de Estudio, sin embargo, se relacionan estrechamente con
determinadas opciones y partidos políticos, pues no se trata de centros pluralistas o
netamente académicos y el reclutamiento se concentra en un pequeño número de ellos.
76 El impacto de la tecnopolítica es menor en los parlamentarios que no accedieron a la
conducción superior del ejecutivo. También es mayor su vinculación a organizaciones
tradicionales de reproducción del liderazgo de diferentes sectores medios profesionales y
empresariales, así como su pertenencia a organizaciones religiosas.
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77 Nuestras conclusiones avalan la idea de que las condiciones del elitismo democrático
reforzado favorecieron el surgimiento de una elite política relativamente homogénea en
términos sociales, especialmente educacionales. Pero también permiten relevar la
importancia de la socialización política a través de la participación en un número
relativamente restringido de organizaciones e instituciones, que tienden a concentrar a
los miembros de la elite. Es el caso de los colegios profesionales, los centros de
pensamiento y de las ONG, donde solo unas pocas instituciones concentran a gran parte
de los entrevistados. Pero también lo es en el movimiento estudiantil. Si se cruza la
participación estudiantil con las universidades de proveniencia, se verifica la
concentración abrumadora de los integrantes de la elite en la Universidad de Chile y la
Universidad Católica, las principales universidades, ambas ubicadas en la capital del país.
78 Las relaciones entre la sociedad civil organizada y el poder político se han transformado
significativamente. Se cierra el acceso de los sectores populares organizados, quienes
quedan fuera de las posiciones de poder institucionalizadas, las cuales habían logrado
penetrar en alguna medida en el período anterior a 1973. Las mujeres, por su parte,
logran aún una exigua presencia en la elite política. Por otra parte se incrementa el peso
de los estamentos de mayor educación y alta tecnificación, vinculados a los partidos
políticos, pero con importantes márgenes de independencia. En el caso del ejecutivo, la
pertenencia a centros de estudio desplaza al movimiento estudiantil como ámbito de
reclutamiento de líderes políticos. Así, se configura una trayectoria de baja movilidad
social: si bien la elite política proviene de la sociedad civil, en la práctica lo hace desde la
elite de esa sociedad civil y se aleja de ella en su desarrollo. Las consecuencias a largo
plazo de ello para la democracia y el distanciamiento entre la política y la ciudadanía
deberán ser analizadas en estudios posteriores.
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NOTAS
1. El intento de formar un tercer partido de derecha por parte del senador Francisco Javier
Errázuriz no fructificó.
2. En el Senado en casi veinticinco años- sólo un parlamentario ha logrado, en 2006 y 2013, ser
electo por fuera de los dos pactos vigentes desde 1989.
3. Ver la secuencia de Encuestas semestrales del Centro de Estudios Públicos (CEP) (http://
www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_4936.html ) y mensuales de Adimark (http://www.adimark.cl/
es/estudios/documentos/003_ev_gob_3_mar12.pdf: láminas 51 y ss.).
4. En la Democracia Cristiana (DC) el senador y ex presidente del partido, Adolfo Zaldívar, formó
un nuevo partido y se alió con la derecha desde 2009. Otros dirigentes, principalmente socialistas,
renunciaron a su partido para ser candidatos presidenciales en 2009, como el ex ministro Jorge
Arrate, el senador Alejandro Navarro y el ex diputado Marco Enríquez-Ominami. Este último
obtuvo un 20% de los votos en 2009 y formó el Partido Progresista (PRO), postulando nuevamente
a la presidencia en 2013 (obteniendo el 11%). Todos ellos han conformado nuevas agrupaciones
políticas que hasta la legislatura 2010 2014 no habían logrado acceso al parlamento por la vía
electoral.
5. Aún no ha sido suficientemente estudiado el enorme impacto de la interpretación del libro de
Arturo Valenzuela, tanto en Chile como en la ciencia política internacional ocupada de los
asuntos de la democracia en los años setenta y ochenta. En cualquier caso la actualidad política
del texto para el diseño de la transición chilena era algo explícito para quienes publicaron su
traducción en 1989 a través de FLACSO en Chile. Ver al respecto las palabras introductorias de
Angel Flisfich y Juan Linz a la traducción de 1989. Curiosamente, sin embargo, la principal
recomendación política del autor, establecer un régimen parlamentario, no fue tomada en
consideración durante la transición chilena.
6. En Chile se denomina Chicago Boys a los discípulos de Milton Friedmann, formados
mayoritariamente en la Universidad de Chicago y que controlaron la política económica durante
la mayor parte de la dictadura militar. CIEPLAN -Corporación de Investigaciones Económicas para
Latinoamérica- es un centro de estudios de gran influencia política. Creado en los años setenta,
albergó a los economistas democratacristianos expulsados de la Universidad Católica y tuvo gran
influencia en los gobiernos de la Concertación. Expansiva fue un think tank creado en los años
noventa como una red de profesionales destinado a influir en políticas públicas con un enfoque
liberal. Tuvo una importante presencia en los primeros gabinetes del gobierno Bachelet (2006 -
2010).
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De la elite civil a la elite política. Reproducción del poder en contextos de... 29
7. En los hechos se cumplió la previsión planteada por Silva respecto de los partidos políticos,
quien señaló: No espero una restauración del su antigua posición pivotal en el sistema político
chileno. Pueden encontrar quizás un reaseguro (redoubt) en el Congreso, pero no en una posición
dominante a nivel ministerial, como fue el caso antes de septiembre de 1973 (Silva 1991: 407).
8. El segmento ejecutivo está compuesto por tres grupos: a) Presidentes de la república,
ministros y subsecretarios; b) intendentes regionales, jefes de división y de gabinete que
permanecieron más de un período presidencial en el cargo; c) consejeros del Banco Central;
superintendentes, presidentes del Consejo Nacional de Televisión; vicepresidentes de CORFO;
Directores de Presupuesto y Directores Nacionales de algunos servicios de especial relevancia en
el poder ejecutivo.
9. Naturalmente el universo seleccionado no incluye posiciones de elite política no
institucionales, como ocurre con asesores externos y otras personas. En trabajos anteriores
utilizamos también el enfoque de redes de política pública para comprender el alcance y
características de formas menos institucionalizadas de ejercicio del poder (Delamaza 2010;
Delamaza et al. 2012).
10. Para efectos operacionales se determinó la pertenencia de cada encuestado a una sola
categoría dentro de la elite. Para ello se estableció una jerarquía de posiciones consideradas
según su mayor poder relativo. Ello nos permitió clasificar a los encuestados según la posición de
mayor poder alcanzada, sin considerar otras posiciones que también puede haber ocupado. El
orden establecido fue: presidente y ministros; senadores; diputados; subsecretarios e intendentes
por más de un período presidencial; ejecutivos de entidades semiautónomas; jefes de división y
gabinete por más de un período presidencial y directivos de partidos políticos por más de un
período. Esta clasificación produjo una subrepresentación de los directivos de partidos políticos,
puesto que la gran mayoría de ellos ocupó también alguna de las otras posiciones, consideradas
de mayor poder.
11. Dicha superposición no implica que todos los integrantes, ni los dirigentes de las
organizaciones de la sociedad civil fuesen militantes. Solo significa que el segmento de
pertenecientes a dichas organizaciones y movimiento que transitó hacia la elite política eran
muy mayoritariamente militantes políticos. No abordamos en este artículo la relación entre
pertenencia organizacional y militancia con anterioridad al ingreso a la elite.
12. Ninguno de ellos, sin embargo, continuó en la carrera política. Otros dirigentes sindicales,
como el socialista Arturo Martínez, que fue presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, y
el comunista Cristián Cuevas, dirigente de los trabajadores del cobre, han intentado llegar al
parlamento sin éxito.
13. Es posible que eso haya variado en el período posterior a 2010. Por primera vez en muchos
años se eligió como presidente a un acaudalado empresario (Sebastián Piñera) y gran parte de su
primer gabinete y equipos técnicos fue reclutado entre cuadros de ejecutivos privados y
empresariales.
14. En este trabajo no abordaremos las organizaciones territoriales y funcionales, centrándonos
en los cuadros de la elite provenientes de las clases medias.
15. Sobre la historia de la FECH, ver Brodsky (1988), García (2006). Sobre el paso de la dirigencia
estudiantil a la arena política en diferentes momentos históricos, ver Gazmuri (2001) y Huneeus
(2000). Sobre el caso del Movimiento Gremial y la derecha, ver Valdivia (2010).
16. Por cierto hay dirigentes profesionales en el parlamento, pero no es la pauta predominante
de transición de liderazgo.
17. El 58,5% de los encuestados declara profesar la religión católica, mientras el 29,7% señala no
profesar religión alguna. La influencia de la Iglesia Católica incluye por cierto a la DC, pero
también a una buena parte de la izquierda renovada actual, escindida de la DC a fines de los años
sesenta. En la derecha, la UDI, el partido heredero de Pinochet, es también un partido ligado a
movimientos conservadores católicos.
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18. Destacan las instituciones respaldadas por los jesuitas, como el Centro Bellarmino, ILADES y
DESAL, fundada por el jesuita belga Roger Vekemanns, quien también fundó la Escuela de
Sociología de la Universidad Católica (Beigel 2011).
19. La importancia académica de estos centros se puede apreciar si se considera que entre 1980 y
1985 FLACSO reporta 157 presentaciones en seminarios extranjeros y 183 en Chile, mientras
CIEPLAN 139 en el extranjero y 204 en Chile (Lladser 1990: 256).
20. Durante los años ochenta surgieron también otros centros de pensamiento ligados a
corrientes ideológicas o políticas como el Centro de Estudios Públicos (CEP) ligado a la derecha
liberal, el Centro de Estudios del Desarrollo (CED) a la DC, VECTOR al PS y el Instituto Científico
Alejandro Lipschutz (ICAL) al PC.
21. El ciclo no se detendrá, pues posteriormente surgen otros think tanks ligados a políticos,
partidos y corrientes, así como fundaciones de los ex presidentes de la república: Expansiva
(fundada por Andrés Velasco, luego ministro de Hacienda y precandidato presidencial),
Corporación Justicia y Democracia (Patricio Aylwin), Fundación ProyectAmerica (ex ministro José
Antonio Viera Gallo); Fundación Democracia y Desarrollo (Ricardo Lagos), Progresa (Marco
Enríquez-Ominami), Dialoga (Michelle Bachelet), entre otros.
22. Llama la atención que los dos primeros sean centros pertenecientes a la AHC, que ofrecen un
perfil mixto entre centro de estudio y ONG (algo similar sucede con el CIDE).
23. Estos datos coinciden con los resultados de un estudio sobre diputados entre 1961 y 2010. En
él se establece que, por una parte se ha incrementado la participación previa de los diputados en
el movimiento estudiantil (39% en el periodo 1990 2010 contra 24% en el período anterior a 1973)
y, por otra, ha disminuido la presencia relativa de directivos de la sociedad civil (54% antes de
1973 contra 48% después de 1990, con tendencia a la baja durante período) (Cordero y Funk 2011:
63).
RESÚMENES
Este artículo analiza las trayectorias de las personas que formaron parte de la elite política
chilena entre 1990 y 2010 y que provenían de la sociedad civil organizada. Para ello se utilizan los
datos de una encuesta de trayectoria aplicada a 386 personas que ocuparon cargos superiores en
el ejecutivo, parlamento y partidos políticos durante el período. Se analiza la proveniencia, los
canales de acceso, ubicación institucional de las personas provenientes de la sociedad civil y,
eventualmente, su trayectoria de salida de posiciones formales de poder político durante el
período. Se postula que las restricciones institucionales y el diseño de «elitismo democrático
reforzado» de la transición chilena significaron que el amplio estamento de la sociedad civil
chilena que accedió al poder político, pertenecía previamente a posiciones privilegiadas dentro
de la misma, principalmente al segmento de mayor educación. También reforzó el peso y
consolidación de una elite tecnopolítica, especialmente en el poder ejecutivo.
This article analyzes the trajectories of people who were part of the chilean political elite
between 1990 and 2010 and who came from civil society organizations. For that it uses data from
a trajectory survey of 386 people who occupied top positions in the executive, parliament and
political parties during the period. We analyze the origin, access channels and institutional
placement of persons from civil society and, eventually, their way out of formal positions of
political power. We hypothesize that the institutional constraints and the design of «reinforced
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democratic elitism» of the chilean transition meant that the wide segment of civil society that
came to political power, previously belonged to privileged positions within it, mainly to the more
educated segment. It also reinforced the importance and consolidation of a «techno-political
elite», mainly in the executive branch.
Este artigo analisa as trajetórias das pessoas provenientes da sociedade civil organizada que
faziam parte da elite política do Chile entre 1990 e 2010. São usados dados de uma pesquisa
aplicada a 386 pessoas que ocupavam altos cargos no executivo, o parlamento e os partidos
políticos durante o período. Ele analisa a origem, os canais de acesso e localização institucional de
pessoas da sociedade civil e, eventualmente, o seu caminho fora das posições formais de poder
político durante o período. Nossa hipótese é que as limitações institucionais eo desenho do
«elitismo democrático fortalecido» da transição chilena fez com que a ampla camada da
sociedade civil chilena chegou ao poder político anteriormente pertencia a posições privilegiadas
dentro dela, principalmente o segmento de maior educação. Ele também reforçou o peso ea
consolidação de uma «elite tecno-política», especialmente no Poder Executivo .
ÍNDICE
Keywords: political elite, civil society, technopolitics, democratization
Palavras-chave: elite política, sociedade civil, democratização
Palabras claves: sociedad civil, tecnopolítica, democratización
AUTOR
GONZALO DELAMAZA
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