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GUIA PARA LA CELEBRACIÓN

COMUNITARIA
DE LA PALABRA DE DIOS.
Extraído de la Biblia de Nuestro Pueblo, Manual del
Peregrino América Latina.
Lo que sigue es una guía, no una norma,
para la Celebración comunitaria de la
Palabra de Dios en aquellas situaciones,
que por falta de presbíteros, no se pueda
realizar la Celebración dominical o diaria de
la Eucaristía.

1. CANTO INICIAL
Debe ser un canto orientado al tiempo
litúrgico que estamos celebrando, donde
todos los fieles puedan seguir.

2. SEÑAL DE LA CRUZ

El que preside (P): En el nombre del Padre


y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos (P): Amén.

3. SALUDO INICIAL
P. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el
amor del Padre y la comunión del Espíritu
Santo estén con todos nosotros.
T. Amén.
También se puede utilizar uno de estos
saludos, según el tiempo litúrgico:
Tiempo Ordinario.
P. El Señor, que dirige nuestros corazones
para que amemos a Dios, esté con todos
nosotros.
T. Amén.
Adviento.
P. El señor, que alimenta nuestra
esperanza por un mundo nuevo, esté con
todos nosotros. T. Amén.
Navidad.
P. El Señor, que se hizo hombre, hijo de
María, esté con todos nosotros. T. Amén.
Cuaresma.
P. El Señor, que nos llama a la conversión
porque el reino de Dios está cerca, esté con
todos nosotros. T. Amén.
Tiempo Pascual.
P. Jesucristo, nuestro Señor, ha resucitado.
¡Aleluya! A él la gloria y el poder por los
siglos de los siglos. T. Amén.

4. ACTO PENITENCIAL
El que preside la celebración invita al cato
penitencial de esta manera: P. Hermanos y
hermanas, humildemente, con corazón
arrepentido reconozcamos nuestros
pecados y pidamos perdón a Dios.

T. Yo confieso ante Dios todopoderoso y


ante ustedes hermanos, que he pecado
mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por
mi gran culpa. Por eso ruego a santa
María, siempre Virgen, a los ángeles, a
los santos y ustedes hermanos, que
intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor. Amén.

Según tiempo litúrgico:


Tiempo Ordinario.
P. Tú que eres el camino que conduce al
Padre: Señor ten piedad. T. Señor ten
piedad.
P. Tú que eres la verdad que ilumina a los
pueblos: Cristo ten piedad. T. Cristo ten
piedad.
P. Tú que eres la vida que renueva el
mundo: Señor ten piedad. T. Señor ten
piedad.
Adviento.
P. Tú que viniste al mundo para salvarnos:
Señor ten piedad. T. Señor ten piedad.
P. Tú que nos visitas continuamente con la
gracia de tu Espíritu: Cristo ten piedad. T.
Cristo ten piedad.
P. Tú que vendrás un día a juzgar nuestras
obras: Señor ten piedad. T. Señor ten
piedad.
Navidad.
P. Hijo de Dios, que, nacido de María, te
hiciste nuestro hermano: Señor ten piedad.
T. Señor ten piedad.
P. Hijo del hombre, que conoces y
comprendes nuestra debilidad: Cristo ten
piedad. T. Cristo ten piedad.
P. Hijo primogénito del Padre, que haces
con nosotros una sola familia: Señor ten
piedad. T. Señor ten piedad.
Cuaresma.
P. Tú que nos has hecho renacer por el
agua y el Espíritu: Señor ten piedad. T.
Señor ten piedad.
P. Tú que enviaste al Espíritu Santo para
crear en nosotros un corazón nuevo: Cristo
ten piedad. T. Cristo ten piedad.
P. Tú que eres el autor de la salvación
eterna: Señor ten piedad. T. Señor ten
piedad.
Tiempo Pascual.
P. Tú que has destruido el pecado y la
muerte con tu resurrección: Señor ten
piedad. T. Señor ten piedad.
P. Tú que has renovado la creación entera
con tu resurrección: Cristo ten piedad. T.
Cristo ten piedad.
P. Tú que das alegría a los vivos y la vida a
los muertos con tu resurrección: Señor ten
piedad. T. Señor ten piedad.
Se concluye el acto penitencial con esta
oración hecha por todos: Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.
5. GLORIA

Se recita o canta el Gloria en todos los


tiempos litúrgicos, menos en Adviento y en
Cuaresma.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz
a los hombres que aman al Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica; tú que estás sentado a la derecha
del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, solo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo la
gloria de Dios Padre. Amén.
6. ORACION PREVIA A LAS LECTURAS.
P. Bendito seas Dios, Padre nuestro,
porque caminas siempre a nuestro la
instruyéndonos con tu Palabra, aquella que
formó la creación entera; que habló por
medio de los profetas a tu pueblo; que se
hizo hombre, nuestro Señor Jesucristo; y
que nos sostiene por la inspiración del
Espíritu Santo. Que ella encienda siempre
nuestros corazones y nos dé la sabiduría y
la fuerza necesaria para hacer tu voluntad.
Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los
siglos de los siglos. T. Amén.
Según tiempo litúrgico:

Tiempo ordinario.
P. Bendito seas, Señor, porque nos
conduces al Padre. Tú dijiste: Yo soy la luz
del mundo, quien me siga no caminará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida;
ilumínanos, pues, con luz de tu Palabra
para que unidos a todos los hombres y
mujeres de buena voluntad trabajemos por
un mundo cada vez más humano. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por los
siglos de los siglos. T. Amén.
Adviento.
P. Bendito seas, Señor, porque viniste al
mundo para salvarnos. Que tu palabra nos
mantenga en vela aguardando tu venido y
salvación, para que con la fuerza de tu
espíritu seamos testigos de tu llegada a
todos los pueblos. Te lo pedimos a ti que
vives y reinas por los siglos de los siglos. T.
Amén.

Navidad.
P. Bendito seas, Señor, porque naciendo de
María asumiste nuestra condición humana,
pusiste tu morada entre nosotros. Que tu
Palabra nos llene siempre de gozo y lo
compartamos con Todos los hombres y
mujeres que luchas por el nacimiento de un
mundo mejor. Te lo pedimos a ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. T. Amén.
Cuaresma.
P. Bendito seas, Señor, porque nos haces
renacer a una vida nueva por el agua y el
Espíritu. Que tu Palabra convierta nuestros
corazones de piedra en corazones de
carne, y junto a los hombres y mujeres de
buena voluntad nos dé la fuerza necesaria
para trabajar por un mundo cada vez más
humano. Te lo pedimos a ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. T. Amén.
Tiempo Pascual.
P. Bendito Seas, Señor, porque con tu
resurrección has destruido el pecado y la
muerte. Tú dijiste: Yo soy la resurrección y
la vida. Quien cree en mí, aunque muera,
vivirá; y quien vive y cree en mí no morirá
para siempre. Que tu Palabra, Señor, nos
mantenga firmes en esta esperanza y nos
fortalezca para alcanzar la vida eterna.
T. Amén.

7. PROCLAMACION DE LA PALABRA.

Primera lectura: Lector (L): Del libro de…


L. Palabra de Dios. T. Te alabamos Señor.
Salmo: Respondemos a la primera lectura
con el Salmo responsorial… (Se recita la
antífona).
Segunda Lectura: De la…
L. Palabra de Dios. T. Te alabamos Señor.
Evangelio: El que preside la celebración
puede tomar la Sagrada Escritura y
mostrarla a toda la asamblea, luego
empieza diciendo: Del evangelio según…
L. Palabra de Dios. T. Te alabamos Señor.
A continuación se puede compartir una
breve reflexión o dejar el momento para el
silencio y la reflexión personal, o invitar a la
asamblea a que comparta lo que el Señor
con su palabra los invito.

8. EL CREDO.
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro
Señor; que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado; descendió a los infiernos, al
tercer día resucitó de entro los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre Todopoderoso;
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos. Creo en el Espíritu
Santo; la Santa Iglesia Católica, la
Comunión de los Santos; el perdón de
los pecados; la resurrección de los
muertos y la vida eterna. Amén.
9. ORACION DE LOS FIELES.

A continuación, el que preside la


celebración invita a todos a presentar sus
plegarias:
P. Confortados por la Palabra del Señor,
presentémosle nuestras plegarias o
peticiones:
Para finalizar el que preside concluye la
oración de los fieles así:
P. Todo esto te lo pedimos, a ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
T. Amén.

10.PADRE NUESTRO Y GESTO DE LA PAZ.


P. Y fieles al mandato de nuestro Señor, y
seguros de que no sólo nos llamamos hijos
e hijas de Dios, sino que lo somos decimos:
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo y danos hoy
nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas como nosotros
perdonamos a quienes nos ofenden, no
nos dejes caer en la tentación y líbranos
de todo mal. Amén.
Después del Padrenuestro, el que preside
la celebración invita al gesto de la paz.

P. Y como signo de que somos hijos e hijas


de un solo Padre y que perdonamos a los
que nos ofenden, nos damos un abrazo de
paz.

11.ORACION FINAL.
P. Señor Jesucristo, tú que nos envías a
anunciar tu Buena Noticia hasta los
confines del mundo, te pedimos que esta
celebración que hemos realizado nos anime
y fortalezca para conseguir lo que nos
hemos propuesto en ella. Te lo pedimos a ti
que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

12.DESPEDIDA.

P. El Señor nos bendiga, nos guarde de


todo mal y nos lleve a la vida eterna.
T. Amén.
13.CANTO FINAL.

SERVICIO DE EXEQUIAS RELIGIOSAS


Procedemos al servicio de exequias de (Se
nombra al difunto)
-- Concede, Señor, el descanso eterno.
y brille para él (ella) la luz perpetua. (3v)
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén
Creo que mi Redentor vive y que al final
de los tiempos he de resucitar del polvo.
Y en esta carne mía contemplaré a Dios,
mi Salvador. Lo veré yo mismo, no otro,
mis propios
ojos lo contemplarán. Y en esta carne
mía contemplaré a
Dios, mi Salvador.
ORACIÓN:
Dios Padre omnipotente, nuestra fe
confiesa que tu Hijo ha muerto y ha
resucitado. Concede a tu siervo (a) ---------
que ha participado ya en la muerte de
Cristo, participar también en su
resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
1) Lectura del profeta Isaías (25, 6~ 7-9)
En aquel día preparará el Señor de los
ejércitos, para todos los pueblos, en este
monte, un festín de manjares suculentos. Y
arrancará en este monte el velo que cubre a
todos los pueblos, el paño que tapa a todas
las naciones. Aniquilará la muerte para
siempre. El Señor Dios enjugará las
lágrimas de todos los rostros, y el oprobio
de su pueblo lo alejará de todo el país. - Lo
ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: aquí
está nuestro Dios, de quien esperábamos
que nos salvara; celebremos y gocemos
con su salvación.
-- Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
2) Salmo Responsorial: Sal. 129, 1-2. 3-
4ab. 4c-6.7-8
R/.Desde lo hondo a ti grito Señor.
(O bien):
Espero en el Señor, espero en su
Palabra.
- Desde lo hondo a ti grito, Señor: Señor,
escucha mí voz; estén tus oídos atentos a
la voz de mi súplica. R/.
- Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el
perdón, y así infundes respeto. R/.
- Mi alma espera en el Señor, espera en su
palabra; mi alma aguarda al Señor, más
que el centinela la aurora. R/.
- Aguarde Israel al Señor, como el centinela
la aurora; porque del Señor viene la
misericordia, la redención copiosa: y él
redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.

3) Lectura del Evangelio según San


Juan: (11, 17-27)
No debe decir: “El Señor esté con
ustedes”
Dijo Marta a Jesús: Señor, si hubieras
estado aquí no habría muerto mi hermano.
Pero aun ahora sé que todo lo que pidas a
Dios, Dios te lo concederá.
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Marta respondió: Sé que resucitará en la
resurrección del último día.
Jesús le dice: Yo soy la resurrección y la
vida: el que cree en mí, aunque haya
muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en
mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
Ella contestó: Sí; Señor; yo creo que tú eres
el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que
venir al mundo.
- Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor,
Jesús.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos en común por la Iglesia, por la paz
del mundo y
por nuestra salvación. Roguemos al
Señor.
*Para que Dios se digne librar el alma de su
siervo (a)
del reino de las tinieblas y del tormento.
*Para que piadosamente se digne olvidar
para siempre
todos sus pecados.
*Para que se digne colocarlo (a) junto a Sí
en el Remo de
la luz y de la paz.
*Para que se digne coronarlo (a) a de
felicidad y admitirlo (a) en la asamblea de
los santos.
*Por todos los fieles difuntos, para que Dios
los admita en su Reino.
Oración:
¡Oh, Dios, Creador y Redentor nuestro!,
Concede a tus siervos, en especial a (se
nombra al difunto) el perdón de todos sus
pecados, y que por estas súplicas fraternas
alcancen de ti la misericordia que siempre
desearon.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
En este momento se asperja con agua
bendita al difunto
Después, se dice:
-- Venid en su ayuda, santos de Dios,
Salid a su encuentro, ángeles del Señor.
-- Recibid su alma y presentadla ante el
Altísimo.
-- Cristo, que te llamó, te reciba y los
ángeles te conduzcan al regazo de
Abraham.
-- Recibid su alma y presentadla ante el
Altísimo.
-- Dale, Señor, el descanso eterno.
y brille para él (ella) la luz perpetua (tres
veces).
-- Recibid su alma y presentadla ante el
Altísimo.
Oración:
En tus manos, Padre de bondad,
encomendamos el alma de (se nombra al
difunto). Nos sostiene la esperanza de que
resucitará con Cristo en el último día con
todos los que en Cristo han muerto.
Escucha nuestras oraciones, Dios de
misericordia, para que se abran a tu siervo
(a) las puertas del paraíso. Te pedimos,
Señor, que tu siervo (a) muerto (a) ya para
este mundo, viva para ti, y que tu amor
misericordioso borre los pecados que
cometió por fragilidad humana. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Se reza el Padre nuestro:
Padre nuestro, que estas en el cielo….
Oración Final:
Que por la misericordia del Señor las almas
de todos los fieles difuntos, en especial, la
de ---------, descansen en paz. Por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
---La Bendición de Dios: Padre...Hijo… y
Espíritu
(Y todos se hacen la señal de la cruz,
también el ministro que está realizando
el servicio)
NOTA: cuidado con decir “El Señor esté
con ustedes” (o
con vosotros). No le corresponde.
Cuidado.
Podemos continuar
Se procede a sacar al difunto...
Por lo general se le da la vuelta al féretro,
ya que estaba de frente como mirando el
altar, como manda la liturgia:
“En todo el centro del templo, si es posible
frente al altar, y al difunto, como si estuviera
mirando al altar (así lo dice expresamente el
ritual de los difuntos, Ritual de los
Sacramentos, Exequias en la Iglesia,
pagina 481, B.A.C., 1981). En el caso de los
laicos, dice, se coloca mirando al altar o el
crucifijo, tal como lo hacía cuando estaba
vivo”

EXEQUIAS DE NIÑOS ANTÍFONA DE


ENTRADA.
Mt 25,34.
-Venid, vosotros, benditos de mi Padre;
heredad el reino preparado para vosotros
desde la creación del mundo.
-Te damos gracias, Padre, Señor del cielo y
de la tierra, porque has revelado a los
pequeños los misterios de tu Reino.

ORACIÓN:
Dios de amor y de clemencia, que, en los
planes de tu sabiduría, has querido llamar a
ti, desde el mismo umbral de la vida, a este
niño, a quien hiciste hijo tuyo de adopción
en el Bautismo; escucha con bondad
nuestra plegaria y reúnenos un día con él
en tu gloria, donde creemos que vive ya
contigo. Por nuestro Señor.

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Isaías. 25,6a.7-9.
En aquel día preparará el Señor de los
ejércitos, para todos los pueblos, en este
monte, un festín de manjares suculentos. Y
arrancará en este monte el velo que cubre a
todos los pueblos, el paño que tapa a las
naciones. Aniquilará la muerte para
siempre. El Señor Dios enjugará las
lágrimas de todos los rostros, y el oprobio
de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo
ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: aquí
está nuestro Dios, de quien esperábamos
que nos salvara; celebremos y gocemos
con su salvación.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL. Sal 24,4bc-


5ab.6 y 7bc.20-21.
R/. A ti, Señor, levanto mi alma.
-Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme
en tus sendas, haz que camine con lealtad;
enséñame porque tú eres mi Dios y
Salvador. R/.
-Recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son eternas; acuérdate de mí
con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
-Guarda mi vida y líbrame, no quede yo
defraudado de haber acudido a ti. R/.
-La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti. R/.

SEGUNDA LECTURA:
Lectura de la primera carta del apóstol
San Pablo a los Tesalonicenses. 4,13-
14.17.
Hermanos: No queremos que ignoréis la
suerte de los difuntos, para que no os
aflijáis como los hombres sin esperanza.
Pues, si creemos que Jesús ha muerto y
resucitado, del mismo modo a los que han
muerto en Jesús Dios los llevará con él.
Consolaos, pues, mutuamente con estas
palabras.
-- Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San
Mateo 11,25-30.
En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy
gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has escondido estas cosas a los
sabios y entendidos y se las has revelado a
la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha
parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi
Padre, y nadie conoce al Hijo más que el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y
agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi
yugo y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera.

Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


Celebrante:
Hermanos, invoquemos con fe a Dios,
Padre todopoderoso, que resucitó de los
muertos a su Hijo Jesucristo para la
salvación de todos los hombres.
Para que afiance al pueblo cristiano en la fe
y en la unidad, Roguemos al Señor.
*Para que libre al mundo entero de todos
los males.
*Por nuestro hermano, el niño N. que en su
corta vida recibió la semilla de la vida eterna
en el Bautismo, para que goce de la
compañía de los santos.
*Por sus padres y familiares, para que
sepan hallar en la fe el consuelo y la
esperanza.
*Por los que se han dormido en la
esperanza de la resurrección, para que Dios
los reciba y los ilumine con la claridad de su
rostro.
*Por todos los que nos hemos reunido aquí
en la fe y en el amor, para que Dios nos
reúna también en su Reino glorioso.

Celebrante:
Terminemos nuestra oración repitiendo la
plegaria que el Señor nos enseñó: Padre
nuestro...
Se asperja con agua bendita al niño (a).
Escucha, Señor, las súplicas, con que
imploramos tu misericordia, para que un
día participemos en la vida eterna con
este niño, que ya vive en tu Reino. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Creo que mi Redentor vive y que al final
de los tiempos he de resucitar del polvo.
Y en esta carne mía contemplaré a Dios,
mi Salvador. Lo veré yo mismo, no otro;
mis propios ojos lo contemplarán. Y en
esta carne mía contemplaré a Dios, mi
Salvador.
Puede entonarse también otro canto
apropiado. Si no se puede ejecutar ningún
canto, es aconsejable que todos eleven
preces adecuadas, por ejemplo, con
algunas invocaciones.

Después el celebrante dice la oración:


Te rogamos, Señor, humildemente por N, a
quien tanto amas: recíbelo en el paraíso,
donde ya no hay ni luto, ni dolor, ni llanto,
sino paz y gozo con tu Hijo y el Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Al paraíso te lleven los ángeles, a tu llegada
te reciban los mártires y te introduzcan en la
ciudad santa de Jerusalén.

Otra antífona:

El coro de los ángeles te reciba, y junto con


Lázaro, pobre en esta vida, tengas
descanso eterno.

ORACION POR LOS DIFUNTOS EN EL CEMENTERIO

En el nombre del Padre y del Hijo…

MONICIÓN:
Queridos hermanos, nos reunimos hoy en
este cementerio para recordar a nuestros
hermanos que murieron en la paz de Cristo
y confiarlos con fe y esperanza, al amor de
Dios Padre. Por el bautismo fueron
incorporados a la Iglesia, la familia de Cristo
y, unidos a nuestra comunidad participaron
asiduamente en la mesa del Señor.
Pidamos, pues, ahora a Dios que los creó,
los alegre también en el banquete de su
reino y que puedan gozar con los santos y
elegidos de los premios eternos.

ORACIÓN COLECTA
Autor de la vida, acuérdate de nuestros
hermanos, familiares y bien hechores que,
confiando en ti, ha ido a su descanso
eterno; y, ya que este primer mundo acabó
para ellos, alégralos ahora en tu paraíso,
donde ya no hay llanto ni luto ni dolor, sino
paz y alegría con tu Hijo y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos.
Hermanos: Los que por el bautismo nos
incorporamos a Cristo fuimos incorporados
a su muerte. Por el bautismo fuimos
sepultados con él en la muerte, para que,
así como Cristo fue resucitado de entre los
muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en una vida nueva.
Porque si nuestra existencia está unida a él
en una muerte como la suya, lo estará
también a una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición
ha sido crucificada con Cristo, quedando
destruida nuestra condición de pecadores, y
nosotros libres de la esclavitud del pecado;
porque el que muere ha sido absuelto del
pecado. Por tanto, si hemos muerto con
Cristo, creemos que también viviremos con
él; pues si sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no mue-
re más; la muerte ya no tiene dominio sobre
él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
R/. Espero en el Señor, espero en su
palabra.
-Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor,
escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz de mi
súplica. R/.
-Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón, y así infundes
respeto. R/.
-Mi alma espera en el Señor, espera en su
palabra; mi alma aguarda al Señor más que
el centinela la aurora. R/.
-Aguarde Israel al Señor, como el centinela
la aurora;
porque del Señor viene la misericordia, la
redención copiosa Y él redimirá a Israel de
todos sus delitos. R/.

EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san
Lucas.
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una
ciudad llamada Naín, e iban con él sus
discípulos y mucho gentío. Cuando se
acercaba a la entra-da de la ciudad, resultó
que sacaban a enterrar a un muerto, hijo
único de su madre, que era viuda; y un
gentío considerable de la ciudad la
acompañaba. Al verla el Señor, le dio
lástima y le dijo: – «No llores». Se acercó al
ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se
pararon) y dijo: – « ¡Muchacho, a ti te lo
digo, levántate!» El muerto se incorporó y
empezó a hablar, Jesús se lo entregó a la
madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a
Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido
entre nosotros. Dios ha visitado a su
pueblo». La noticia del hecho se divulgó por
toda la comarca y por Judea entera.
Palabra del señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Hacia ti, Señor, levantamos nuestros ojos;
contempla, Señor nuestra tristeza, fortalece
nuestra fe y concede a nuestros hermanos
difuntos el descanso eterno. R/. Te lo
pedimos, señor.
*Tú que resucitaste a los muertos, concede
la vida eterna nuestros hermanos. R/.
*Tú que la cruz prometiste el paraíso al
buen ladrón, acoge a nuestros hermanos en
tu reino. R/.
*Tú que experimentaste el dolor de la
muerte y resucitaste gloriosamente del
sepulcro, concede a nuestros hermanos la
vida feliz de la resurrección. R/.
*Tú que lloraste ante la tumba de tu amigo
Lázaro, dígnate enjugar las lágrimas de
quienes lloramos la muerte de nuestros
hermanos. R/.

PADRE NUESTRO
Terminemos nuestra oración con la plegaria
que nos enseñó el mismo Jesucristo,
pidiendo que se haga siempre la voluntad
del Señor: Padre nuestro…

ORACIÓN
Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz
que tus siervos, que han salido de este
mundo, perdonados de sus pecados y libres
de toda pena, gocen junto a ti la vida
inmortal; y cuando llegue el gran día de la
resurrección y del premio, colócalos entre
tus santos y elegidos. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

CONCLUSIÓN
El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu
espíritu.
*El Dios de todo consuelo, que con amor
inefable creó al hombre y, en la
resurrección de su Hijo, ha dado a os
creyentes la esperanza de resucitar,
derrame sobre vosotros su bendición. R/.
Amén.
*Él conceda el perdón de toda culpa a los
que vivís aún en este mundo, y otorgue a
los que han muerte el lugar de la luz y de la
paz. R/. Amén.
*Y todos os conceda vivir eternamente
felices con Cristo, al que pro-clamamos
resucitado de entre los muertos. R/. Amén.
*Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda
sobre vosotros y os acompañe siempre. R/.
Amén.
O bien:
Señor, + dales el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.
Descansen en paz.
R/. Amén.
Sus almas y las almas de todos los fieles
difuntos, por la misericordia de Dios,
descansen en paz.
R/. Amén.
Podemos ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.

RESPONSO POR LOS DIFUNTOS


Canto de entrada:…
El Señor que por la resurrección de su Hijo,
nos ha hecho renacer a la esperanza de
una vida nueva, esté con todos nosotros.
R/. Y con tu espíritu

Amados hermanos: El Señor, en su


amorosa e inescrutable providencia, acaba
de llamar de este mundo a nuestro hermano
N. Su partida nos ha llenado a todos de
dolor y de consternación. Pero, en este
momento triste, conviene que reafirmemos
nuestra fe que nos asegura que Dios no
abandona nunca a sus hijos. Jesús nos
invita a esta confianza cuando dice:
“Vengan a mí todos los que están cansados
y agobiados, y yo los aliviaré”. Con esta
certeza, pidamos ahora al Señor que a
nuestro hermano le perdone sus faltas y le
conceda una mansión de paz y bienestar
entre sus santos. Y que a nosotros nos dé
la firme esperanza de encontrarlo
nuevamente en su reino.
SALMO 129
R/. Mi alma espera en el Señor.

*Desde el abismo de mis pecados clamo a


ti: Señor, escucha mi clamor; que estén
atentos tus oídos a mi voz suplicante. R/.
*Si conservaras el recuerdo de las culpas,
¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero
de ti procede el perdón, por eso con amor te
veneramos. R/.
*Confío en el Señor, mi alma espera y
confía en su palabra; mi alma aguarda al
Señor, mucho más que a la aurora el
centinela. R/.
*Como aguarda a la aurora el centinela,
aguarda Israel al Señor, porque del Señor
viene la misericordia y la abundancia de la
redención, y él redimirá a su pueblo de
todas sus iniquidades. R/.

Oremos:
Escucha, Señor, la oración de tus fieles;
desde el abismo de la muerte, nuestro
hermano N. espera la abundancia de tu
redención; redímelo de todos sus delitos y
haz que en tu reino vea realizada toda su
esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA
Evangelio según San Mateo 25,1-13
"En aquel entonces el reino de los cielos
será semejante a diez vírgenes, que
tomaron sus lámparas y salieron al
encuentro del esposo. Cinco de entre ellas
eran necias, y cinco prudentes. Las necias,
al tomar sus lámparas, no tomaron aceite
consigo, mientras que las prudentes
tomaron aceite en sus frascos, además de
sus lámparas. Como el esposo tardaba,
todas sintieron sueño y se durmieron. Más a
medianoche se oyó un grito: ¡He aquí al
esposo! ¡Salid a su encuentro!". Entonces
todas aquellas vírgenes se levantaron y
arreglaron sus lámparas. Mas las necias
dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro
aceite, porque nuestras lámparas se
apagan".
Replicaron las prudentes y dijeron: "No sea
que no alcance para nosotras y para
vosotras; id más bien a los vendedores y
comprad para vosotras".
Mientras ellas iban a comprar, llegó el
esposo; y las que estaban prontas, entraron
con él a las bodas, y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras vírgenes y
dijeron: "¡Señor, señor, ábrenos!"
Pero él respondió y dijo: "En verdad, os
digo, no os conozco". Velad, pues, porque
no sabéis ni el día ni la hora".
Palabra del señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
HOMILÍA:
Aunque tengamos muy sabido que la
muerte tiene que llegar también a la gente
que conocemos y amamos, y aunque
incluso la enfermedad nos lo anuncie, hoy
nos encontramos aquí tristes y
sorprendidos. Tristes porque conocíamos y
apreciábamos y amábamos a este hermano
nuestro que se ha ido, y sorprendidos
porque, por más que lo sepamos, siempre
nos parece que no puede ser, que no es
posible que la vida de este mundo llegue un
momento en que termine. Pero esta es la
realidad, esta es la condición humana: llega
un día en que la vida de este mundo
termina, y los hombres nos hallamos ante la
hora de la verdad, el momento definitivo de
la existencia. Y hoy estamos aquí para decir
adiós a este hermano nuestro que llego a
este momento definitivo, a esta hora de la
verdad. Él no se encuentra ya entre
nosotros, él está ahora ante Dios esperando
que la bondad infinita del Padre que le abra
las puertas de la vida eterna, de la
esperanza eterna, del gozo eterno. Él se ha
presentado ante Dios, ante el Padre,
llevando en sus manos, como las doncellas
del evangelio, la lámpara encendida de su
buena voluntad, la lámpara encendida del
bien que se haya esforzado en realizar en
este mundo. Y nuestra confianza, la
confianza de los cristianos, es ésta: que
Dios va a tomar esta luz, esta pequeña
llama y la va a convertir en la luz eterna del
gozo, de la vida, de la paz. Por eso nos
encontramos aquí Para decirnos
mutuamente que creemos en la bondad
infinita de Dios y para orar todos juntos por
este hermano nuestro, para que
verdaderamente Dios lo acoja para siempre
en su Reino.
Con la esperanza puesta en la resurrección
y en la vida eterna que Cristo nos ha
prometido, profesemos ahora nuestra fe,
diciendo:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra; Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al
tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios, Padre Todopoderoso;
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección
de la carne y la vida eterna. Amén.

PRECES FINALES
Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor,
esperanza de los que vivimos aún en este
mundo, vida y resurrección de los que ya
han muerto; llenos de confianza, digámosle:
R/. Tú que eres la resurrección y la vida,
escúchanos.
*Recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son eternas, y no te acuerdes
de los pecados de nuestro hermano N. R/.
*Por el honor de tu nombre, Señor,
perdónale todas sus culpas y haz que viva
eternamente feliz en tu presencia. R/.
*Que habite en tu casa por días sin término
y goce de tu presencia contemplando tu
rostro. R/.
*No rechaces a tu siervo ni lo olvides en el
reino de la muerte, sino concédele gozar de
tu dicha en el país de la vida. R/.
*Sé tú, Señor, el apoyo y la salvación de
cuantos a ti acudimos; sálvanos y
bendícenos, porque somos tu pueblo y tu
heredad. R/.
Canción:

El mismo Señor, que lloró junto al sepulcro


de Lázaro que, en su propia agonía, acudió
angustiado al Padre, nos ayude a decir:
Padre nuestro...

Escucha, Señor, nuestras súplicas y ten


misericordia de tu siervo N., para que no
sufra castigo por sus pecados, pues deseó
cumplir tu voluntad; y ya que la verdadera fe
lo unió, en la tierra, al pueblo fiel, que tu
bondad ahora lo una al coro de los ángeles
y elegidos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
R/. Amén.
V/. Dale, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille para él la luz eterna.
+ Su alma, y el alma de todos los fieles
difuntos, por la misericordia de Dios
descansen en paz.
R/. Amén.
Canción:…

RESPONSO POR TODOS LOS FIELES DIFUNTOS


En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
R/. Amén.
Bendito sea el nombre del Señor que ama y
sustenta la vida.
R/. Bendito sea ahora y por siempre.
Monición:
Orar por los difuntos, es decir, por aquellos
que ya han pasado el momento de la
muerte, es una buena costumbre cristiana.
Muestra la fe que Dios Padre aliviará las
penas de nuestros hermanos que están en
el purgatorio, pagando
aún la satisfacción por las faltas que
cometieron en la vida presente. Quienes
están en el purgatorio esperan el momento
de ir a la presencia de Dios. Son hermanos
nuestros que han sido salvados, pero están
en un proceso de
plenificación. Nosotros los que ahora
estamos en la tierra podemos orar por ellos
a través de la Misa, las oraciones y
sacrificios.
Es muy tradicional el rezo de este responso
por los difuntos y una práctica muy querida
por Don Bosco, que la sugería como una
gran fiesta, instituida como la “castagnata”,
cuando él repartía castañas a sus
muchachos después de haber orado por los
hermanos que unidos a nosotros, se
disponen para gozar la vida eterna.

Oración:
Padre de benevolencia, que por el amor
que tienes a los hombres te dignaste enviar
a tu Hijo haciéndolo hombre por obra del
Espíritu Santo en el seno de María
Santísima, para que viviera entre nosotros,
compartiendo nuestras privaciones y a
través de su pasión y muerte en cruz nos
abriera el camino de la Pascua eterna, te
suplicamos que dirijas con piedad tus ojos
hacia nuestros hermanos difuntos, que
habiendo salido de esta vida, se disponen
para contemplar tu rostro de misericordia.
Acepta pues, oh Dios
de todo consuelo, las súplicas que por ellos
te ofrecemos, para que purificados de todo
pecado, perfeccionados en la caridad y
libres de toda culpa puedan gozar de tu
divina presencia por toda la eternidad. Te
recomendamos particularmente a nuestros
parientes, bienhechores y en especial a
aquellos que por nuestro mal ejemplo hayan
podido tener ocasión de pecado. Que María
Santísima, consuelo de los afligidos, refugio
de los pecadores y auxiliadora de los
cristianos interceda por nuestros hermanos
a fin de que gocen de la gloria que has
preparado para todos tus santos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén

SALMO 129
R/. Mi alma espera en el Señor.
*Desde lo hondo a ti grito Señor ¡Señor!
Escucha mi voz; estén atentos tus oídos a
la voz de mi súplica. R/.
*Si llevas cuenta de mis delitos, Señor
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el
perdón, y así infundes
respeto. R/.
*Mi alma, espera en el Señor, espera en su
palabra: mi alma aguarda al Señor más que
el centinela la aurora. R/.
*Aguarde Israel al Señor, como el centinela
la aurora; porque del Señor viene la
misericordia, la redención copiosa; y Él
redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.

ORACIÓN POR TODOS LOS FIELES


DIFUNTOS
Oh Dios, creador y redentor nuestro,
concede a las almas de tus hijos el perdón
de todos sus pecados, para que por
nuestras fervorosas oraciones, consigan la
felicidad y la paz que siempre desearon.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Lectura del Santo Evangelio según San
Juan. (12, 24‐26)
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
Ha llegado la hora de que sea glorificado el
Hijo del hombre. Les aseguro que, si el
grano de trigo no cae en tierra y muere,
queda infecundo; pero, si muere, da mucho
fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde,
y el que se aborrece a sí mismo en este
mundo se guardará para la vida eterna. El
que quiera servirme, que me siga, y donde
esté yo, allí también estará mi servidor; a
quien me sirve, el Padre lo premiará.
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor
Jesús.

PRECES FINALES
Oremos a Dios nuestro Padre, fuente de
bondad y de misericordia, por medio de
Jesucristo su Hijo, y digámosle.
R/. Tú eres la resurrección y la vida.
*¡Señor! Tú que lloraste en la tumba de
Lázaro, dígnate enjugar nuestras lágrimas.
R/.
*Tú, que resucitaste a los muertos,
concédele la vida eterna a nuestros
hermanos. R/.
*Tú que purificaste a nuestros hermanos
con las aguas del Bautismo, dígnate
admitirlos en el lugar de tus santos y
elegidos. R/.
*Y a nosotros aún peregrinos en esta vida,
dígnate alimentar nuestra fe y nuestra
esperanza en la vida eterna. R/.
Padre nuestro...
Dales Señor el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua
Descansen en paz.
R/. Amén.
Los nuestros y todos los fieles difuntos por
la misericordia
de Dios descansen en paz.
R/. Amén

Bendición por intercesión de María


Dios te salve, Reina y madre de
misericordia…
Dulce Madre, no te alejes…
V. María Auxilio de los Cristianos
R. Ruega por nosotros
LAS EXEQUIAS POR LOS DIFUNTOS

Nota: Las siguientes celebraciones están


tomadas del “Ritual de Exequias” de la
Comisión Episcopal Española de Liturgia (2ª
edición 1989). Dada la escasez de
sacerdotes, están pensadas para ser
dirigidas por laicos. Si el difunto es un niño,
un joven, un accidentado o suicida se hacen
las adaptaciones convenientes. La letra A/
V/ ORACIÓN EN CASA DEL DIFUNTO
1. En el momento de expirar
(Algún familiar o amigo puede hacer la
señal de la cruz
en la frente del difunto y decir)
A/. Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
estén contigo,
te infundan esperanza y te conduzcan a la
paz de su reino. Concede, Señor, a
nuestro(a) hermano(a) N., cuyos ojos no
verán más la luz de este mundo, contemplar
eternamente tu belleza y gozar de tu
presencia por los siglos de los siglos.
T/. Amén.
A/. Este primer mundo ha pasado
definitivamente para
Nuestro (a) hermano (a) N. Pidamos al
Señor que le conceda gozar ahora del cielo
nuevo y de la tierra nueva
que él ha dispuesto para sus elegidos.
A/. Vengan en su ayuda, santos de Dios;
salgan a su
encuentro, ángeles del Señor.
R/. Reciban su alma y preséntenla ante el
altísimo.
A/. Cristo que te llamó te reciba, y los
ángeles te conduzcan al seno de Abrahán.
R/.
A/. Dale, Señor, el descanso eterno y brille
para él (ella) la
luz perpetua. R/.
A/. Hacia ti, Señor, levantamos nuestros
ojos; contempla
nuestra tristeza, fortalece nuestra fe en este
momento de
prueba y concede a nuestro(a) hermano(a)
N. el descanso eterno.
T/. Amén.
Que Cristo, que sufrió la muerte de cruz por
N. le
conceda la felicidad verdadera, roguemos
al Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor.
*Que Cristo, el Hijo de Dios vivo, lo (la)
reciba en su
paraíso, roguemos al Señor.
*Que Cristo, el buen Pastor, lo (la) cuente
entre sus
ovejas, roguemos al Señor.
*Que le perdone todos sus pecados y lo (la)
agregue al
número de los elegidos, roguemos al
Señor.
*Que pueda contemplar cara a cara a su
Redentor y
gozar de la visión del Señor por lo siglos de
los siglos,
roguemos al Señor.

A/. Oremos como Jesús nos enseñó.


T/. Padre nuestro...
A/. Te pedimos, Señor, que tu siervo(a) N.
que ha muerto
ya para este mundo, viva ahora para ti y
que tu amor
misericordioso borre los pecados que
cometió por
fragilidad humana. Por Jesucristo nuestro
Señor. T/. Amén.

2. Al colocar el cadáver en el cajón


(Algún familiar o amigo presente dirige)
A/. Señor, tú has dicho: “Si el grano de trigo
muere da
mucho fruto”. Haz que este cuerpo,
humillado ahora por la muerte, descanse de
sus fatigas y, como semilla de
resurrección, espere tu venida mientras su
alma goza
entre los santos por los siglos de los siglos.
T/. Amén.
A/. Por el amor y alegría que irradió su
mirada.
R/. Concédele, señor, contemplar tu
rostro.
A/. Por el dolor y las lágrimas que
oscurecieron sus
ojos. R/.
A/. Por haber creído en ti sin haber visto.
R/.
A/. Señor, este rostro que nos ha sido tan
querido va a
desaparecer para siempre de nuestros ojos;
ahora
levantamos hacia ti nuestra mirada: haz que
este(a)
hermano(a) nuestro(a) pueda contemplarte
cara a cara
en tu reino, y aviva en nosotros la
esperanza de que
volveremos a ver este mismo rostro
glorificado junto a ti y
gozaremos de él en tu presencia por los
siglos de los siglos.
T/. Amén.
Señor, escucha nuestra oración por tu
siervo(a) N.
Todos R/. Señor, ten piedad.
*Ilumina sus ojos con la luz de tu gloria. R/.
*Perdónale sus pecados y concédele la vida
eterna. R/.
*Atiende a los que te suplican y escucha la
voz de los que
lloran. R/.
*Consuélanos en nuestra tribulación. R/.
A/. Oremos como nos enseñó el Señor.
T/ Padre nuestro... Ave María... Gloria al
Padre...
Oración Comunitaria en Casa del Difunto
(Velorio)
Nota: Si no hay sacerdote o diácono, la
puede dirigir un
laico. Más abajo (p. 20 y ss.) proponemos
formularios
alternativos de Oraciones, Lecturas; Salmos
y Oración de
los fieles.
1. RITOS INICIALES
A/. Bendigamos al Señor que, por la
resurrección de su
Hijo, nos ha hecho nacer para una
esperanza viva, por
Cristo nuestro Señor. T/. Amén.
A/. Aunque el dolor por la pérdida de un ser
querido llena
de pena nuestros corazones, avivemos en
nosotros la
llama de la fe, para que la esperanza que
Cristo ha hecho nacer en nosotros dirija
ahora nuestra oración para encomendar a
nuestro(a) hermano(a) N. en las manos del
Señor, Padre misericordioso y Dios de todo
consuelo.
(Se canta o recita el salmo 129 con la respuesta
que se propone. Las estrofas las puede cantar un
salmista o bien las va recitando alguno de los
presentes. También se puede cantar otro canto
como “Juntos como hermanos”).
Respuesta: mi alma espera en el señor,
espera en su palabra; mi alma aguarda al
señor, porque en él está la salvación.
1. Desde lo hondo a ti grito, Señor: Señor,
escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz de mi
súplica.
2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el
perdón, y así infundes respeto.
3. Mi alma espera en el Señor, espera en su
palabra; mi alma aguarda al Señor, Más
que el centinela a la aurora.
4. Aguarde Israel al Señor, como el
centinela a la aurora;
porque del Señor viene la misericordia, la
redención copiosa; y él redimirá a Israel de
todos sus delitos.
A/. Oremos (pausa): Señor, escucha en tu
bondad nuestras súplicas ahora que
imploramos tu misericordia por tu siervo(a)
N.. A quien has llamado de este mundo:
dígnate llevarlo(a) al lugar de la luz y de la
paz, para que tenga parte en la asamblea
de tus santos. Por Jesucristo nuestro Señor.
T/. Amén.

2. LITURGIA DE LA PALABRA
Luego se lee alguna de las siguientes
lecturas
L/. Lectura del libro de la Sabiduría (3,1-
6.9)
“La vida de los justos está en manos de
Dios y no los tocará el tormento. La gente
insensata pensaba que morían,
consideraba su tránsito como una desgracia
y su partida de entre nosotros como una
destrucción; pero ellos están en paz. La
gente pensaba que cumplían una pena,
pero ellos tenían total esperanza en la
inmortalidad; sufrieron pequeños castigos,
recibirán grandes favores, porque Dios los
puso a prueba y los halló dignos de sí; los
probó como el oro en el crisol, los recibió
como sacrificio de ofrenda. Los que confían
en él comprenderán la verdad, los fieles a
su amor seguirán a su lado; porque Dios
ama a sus devotos, se apiada de ellos y
mira por sus elegidos”.
Palabra de Dios. Gloria a ti señor Jesús.
L/. Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Romanos (14, 7-9. 10c-12)
Hermanos: “Ninguno de nosotros vive para
sí mismo y
ninguno muere para sí mismo. Si vivimos,
vivimos para el
Señor; si morimos, morimos para el Señor;
en la vida y en
la muerte somos del Señor. Para esto murió
y resucitó
Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.
Todos
compareceremos ante el tribunal de Dios,
porque está
escrito: “Por mi vida, dice el Señor, ante mí
se doblará toda rodilla, a mí me alabará
toda lengua”. Por eso, cada uno dará
cuenta a Dios de sí mismo”.
Palabra de Dios. Gloria a ti señor Jesús.
(Si se hacen dos lecturas, entre la primera y la
del Evangelio se puede cantar un canto de
meditación como un salmo (ver más abajo p. 23).
(Salmo 22).
L/.Lectura del Santo Evangelio según
san Juan (11, 17-27)
“En aquel tiempo, cuando Jesús llegó a
Betania, Lázaro
llevaba ya cuatro días enterrado. Betania
está como a tres kilómetros de Jerusalén; y
muchos judíos habían venido a ver a Marta
y a María para darles el pésame por la
muerte de su hermano. Cuando Marta supo
que Jesús venía en camino, salió a su
encuentro mientras que María permaneció
en casa. Y Marta dijo a Jesús: “Señor, si
hubieras estado aquí mi hermano no habría
muerto. Pero yo sé que todo lo que pidas a
Dios, Dios te lo concederá”. Jesús le dijo:
“Tu hermano resucitará”. Marta respondió:
“Yo sé que resucitará en la resurrección de
los muertos en el último día”. Jesús le dijo:
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree
en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que
está vivo y cree en mí no morirá para
siempre. ¿Crees esto? Ella le contestó: “Sí,
Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios, el que tenía que venir al mundo”.
Palabra del Señor. Gloria a ti señor
Jesús.
(Si está presente un sacerdote o diácono, dirige a
los presentes una breve homilía. De lo contrario
alguno de los presentes puede hacer algún
comentario y guardar un momento de silencio.
Luego todos hacen la Profesión de fe).

A/. Con la esperanza puesta en la


resurrección y en la vida eterna que en
Cristo nos ha sido prometida, profesemos
ahora nuestra fe, luz de nuestra vida
cristiana.
T/. Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y
de la tierra. Creo en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció
bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de
Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo
en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección
de la carne y la vida eterna. Amén.

3. Oración de los fieles


A/. Oremos, hermanos, a Cristo el Señor,
esperanza de los que vivimos aún en este
mundo, vida y resurrección de los que han
muerto; llenos de confianza digámosle:
R/ tú que eres la resurrección y la vida,
escúchanos.
*Recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son eternas, y no te acuerdes
de los pecados de nuestro(a) hermano(a)
N., roguemos al Señor.
*Señor, por el honor de tu nombre,
perdónale todas sus
culpas y haz que viva eternamente feliz en
tu presencia,
roguemos al Señor.
*No rechaces a tu siervo(a) N. ni lo (la)
olvides en el reino
de la muerte, sino concédele gozar de tu
dicha en el país
de la vida. roguemos al Señor.
*Acuérdate, Señor, de los familiares y
amigos a quienes
entristece esta muerte y auméntales la fe
para que
encuentren consuelo y paz, roguemos al
Señor.
*Acoge en tu Reino de vida a todos
nuestros seres queridos que han muerto
con la esperanza de la resurrección,
roguemos al Señor.
(Se pueden agregar peticiones
espontáneas)
*Señor, sé tú el apoyo y la salvación de los
que acudimos
a ti: sálvanos y bendícenos porque somos
tu pueblo,
roguemos al Señor.

A/. El mismo señor, que lloró junto al


sepulcro de Lázaro y
que, en su propia agonía acudió conmovido
al Padre, nos ayude a decir la oración que
él nos enseñó:
T/. Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en
el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día; perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.

(Se puede rezar también un Avemaría)


A/. Escucha, Señor, nuestras súplicas y ten
misericordia de
su siervo(a) N. para que no sufra castigo
por sus pecados,
pues deseó cumplir tu voluntad; y ya que la
verdadera fe lo (la) unió aquí en la tierra al
pueblo fiel, que tu bondad
divina lo (la) una al coro de los ángeles y
elegidos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
T/. Amén.
A/. Dale, Señor, el descanso eterno.
T/. Y brille para él (ella) la luz perpetua.
A/. Descanse en paz.
T/. Amén.

A/. Su alma y las almas de todos los fieles


difuntos, por la
misericordia de Dios, descansen en paz.
T/. Amén.
Se puede terminar con un canto como
“Resucitó”, “El
Señor resucitó, aleluya”, “Tú nos dijiste que
la muerte”,
“Mientras recorres la vida”.
Notas:
1. Para la celebración de las Exequias que
requiere la presencia del sacerdote (o al menos
del diácono), hay diversos formularios en el
Ritual y no los recogemos aquí. Algunas
estaciones se pueden suprimir. El momento
central es la celebración de la Misa de cuerpo
presente.
2. En caso de la cremación del cadáver, es
conveniente que la celebración de las Exequias
tenga lugar antes de la cremación. También el
Ritual prevé un rito exequial ante la urna de las
cenizas que no deberán quedar depositadas en
la iglesia ni llevarlas a ella con ocasión de
ORACIÓN EN EL CEMENTERIO
(ENTIERRO)
Si no hay sacerdote, algún laico dirige esta
oración ante
la sepultura o el nicho.
A/. Bendigamos al Señor que, por la
resurrección de su
Hijo, nos ha hecho nacer a una esperanza
viva.
T/. Bendito seas por siempre, Señor.
A/. Hermanos: Vamos ahora a cumplir con
el deber
doloroso de dar sepultura a nuestro(a)
hermano(a) N.
Pero antes de colocarlo(a) en el sepulcro,
elevemos nuestras súplicas a Dios Padre y,
con la fe puesta en la resurrección de
Cristo, el primer resucitado de entre los
muertos, pidámosle que bendiga esta
tumba (este nicho) donde el cuerpo de
nuestro(a) hermano(a) descansará
esperando la resurrección del último día.
Oremos:

Todos oran unos momentos en silencio.


A/. Señor Jesucristo que al descansar tres
días en el
sepulcro santificaste la tumba de los que
creen en ti, de tal forma que la sepultura no
sólo sirviera para enterrar el
cuerpo, sino también para acrecentar
nuestra esperanza
en la resurrección; concede a nuestro(a)
hermano(a) N.
descansar aquí de sus fatigas, durmiendo
en la paz de este sepulcro hasta el día en
que tú, que eres la Resurrección y la Vida,
lo (la) resucites y lo (la) ilumines con la
contemplación de tu rostro glorioso. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
T/. Amén.
Colocan el cuerpo en la sepultura y rezan:
A/. Hermanos, Jesús ha dicho: “Yo soy la
resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque haya
muerto, vivirá, y el
que está vivo y cree en mí no morirá para
siempre”.
Oremos por nuestro(a) hermano(a) N.
diciendo:
Te lo pedimos, señor.
*Señor, tú que lloraste ante la tumba de
Lázaro, dígnate
enjugar nuestras lágrimas, roguemos al
Señor.
*Tú que resucitaste a los muertos, dígnate
dar la vida
eterna a nuestro(a) hermano(a) N.,
roguemos al Señor.
*Tú que perdonaste en la cruz al buen
ladrón y le
prometiste el paraíso, dígnate perdonar y
llevar al cielo
a nuestro(a) hermano(a), roguemos al
Señor.
*Tú que purificaste a nuestro(a) hermano(a)
con el agua
del bautismo, dígnate admitirlo entre tus
santos y elegidos, roguemos al Señor.
*(Tú que alimentaste a nuestro(a)
hermano(a) con tu cuerpo y con tu sangre,
dígnate también admitirlo(a) en
la mesa de tu reino, roguemos al Señor.
*Y a nosotros que lloramos su muerte,
dígnate confortarnos con la fe y la
esperanza de la vida eterna, roguemos al
Señor.
A/ Reunidos en el nombre del Señor,
oremos todos como él nos enseñó:
T/ Padre nuestro... Ave María... Gloria al
Padre...
A/. Padre nuestro que estás siempre atento
a las súplicas de tus hijos, escucha los
deseos de nuestro corazón, concede a tu
siervo(a), cuyo cuerpo acabamos de
depositar en el sepulcro, participar con tus
santos y elegidos de la recompensa de la
gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
T/. Amén.
A/. Dale, Señor, el descanso eterno.
T/. Y brille para él (ella) la luz perpetua.
A/. Descanse en paz.
T/. Amén.
A/. Su alma y las almas de todos los fieles
difuntos, por la
misericordia de Dios, descansen en paz. T/.
Amén.

FORMULARIOS PARA DIVERSAS


CIRCUNSTANCIAS
1. Oraciones
Por un niño
Oremos: Señor, tú que conoces nuestra
profunda tristeza por la muerte del (de la)
niño(a) N., concede a quienes
acatamos con dolor tu voluntad de
llevártelo(a), el consuelo de creer que vive
eternamente contigo en la gloria. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Por un joven
Oremos: Concede, Señor, la felicidad de la
gloria eterna a tu siervo(a) N. a quien has
llamado de este mundo cuando el vigor de
la juventud embellecía su vida corporal;
muestra para con él (ella) tu misericordia y
acógelo (a) entre tus santos en el canto
eterno de tu alabanza. Por Jesucristo
nuestro Señor.
En caso de accidente o suicidio
Oremos: Escucha, Señor, las súplicas de tu
pueblo unidas a las lágrimas de dolor que
sentimos por la muerte inesperada de
nuestro(a) hermano(a) N. y haz que alcance
tu misericordia y goce para siempre de la
luz de aquella patria en que no hay más
sufrimiento ni muerte.
Por Jesucristo nuestro Señor.

2. LECTURAS
Lectura del libro de Job. (19, 1. 23-27a).
“Respondió Job a sus amigos: “¡Ojalá se
escribieran mis palabras en cobre, con
cincel de hierro y en plomo se escribieran
para siempre en la roca! Yo sé que está
vivo mi Redentor y que al final se alzará
sobre el polvo: después que me arranquen
la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo
lo veré y no otro, mis propios ojos lo verán”.
Lectura del profeta Isaías. (25, 6a. 7-9).
“Aquel día el Señor de los ejércitos
preparará para todos los pueblos en este
monte un banquete de manjares
suculentos... Aniquilará la muerte para
siempre. El Señor enjugará las lágrimas de
todos los rostros; devolverá la honra a su
pueblo y a toda la tierra, lo ha dicho el
Señor. Aquel día se dirá: Aquí está nuestro
Dios, de quien esperábamos que nos
salvara; celebremos y gocemos con su
salvación”.
Otras Lecturas del AT.
Lectura de la primera carta del apóstol
san Pablo a los Corintios. (15, 20-26).
Hermanos: “Cristo resucitó de entre los
muertos, el primero de todos. Si por un
hombre vino la muerte, por un hombre ha
venido la resurrección. Si por Adán
murieron todos, por Cristo todos volverán a
la vida. Pero cada uno en su puesto:
primero Cristo como primicia; después,
cuando él vuelva, todos los que son de
Cristo; después los últimos, cuando Cristo
devuelva a Dios Padre su reino. Cristo tiene
que reinar hasta que Dios haga de sus
enemigos estrado de sus pies. El último
enemigo aniquilado será la muerte”.
Lectura de la segunda carta del apóstol
san Pablo a los Corintios. (5, 1. 6-10).
Hermanos: “Es cosa que ya sabemos: si se
destruye esta nuestra tienda terrena,
tenemos un sólido edificio construido por
Dios, una casa que no ha sido levantada
por mano de hombre y que tiene duración
eterna en los cielos. En consecuencia
siempre tenemos confianza, aunque
sabemos que, mientras el cuerpo sea
nuestro domicilio, estamos desterrados
lejos del Señor. Caminamos sin verlo,
guiados por la fe...Por lo cual en destierro o
en patria nos esforzamos por agradarle.
Porque todos tendremos que comparecer
ante el tribunal de Cristo para recibir premio
o castigo por lo que hayamos hecho en esta
vida mortal”.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los Filipenses. (3, 20-21).
Hermanos: “Nosotros somos ciudadanos
del cielo, de donde aguardamos un
Salvador, el Señor Jesucristo. El
transformará nuestro cuerpo humilde según
el modelo de su cuerpo glorioso, con esa
energía que posee para sometérselo todo”.
Lectura del libro del Apocalipsis. (14, 12-
13).
“Esta es la hora de la paciencia para los
santos, para los que guardan los mandatos
de Dios y la fe en Jesús. Luego oí una voz
que decía desde el cielo: Escribe: Dichosos
los muertos que mueren en el Señor. Sí,
dice el Espíritu, que descansen de sus
fatigas porque sus obras los acompañan”.
Otras Lecturas del NT
Rom 5, 5-11: Justificados por su sangre
seremos salvados por él.
Rom 8, 14-23: Aguardando la redención de
nuestro cuerpo.
1 Cor 15, 51-57: La muerte ha sido
absorbida en la victoria.
2 Cor 4, 14 5, 1: Lo que se ve es transitorio,
lo que no se
ve es eterno.
2 Tim 2. 8-13: Si morimos con él viviremos
con él
Apoc 21, 1-7: Ya no habrá muerte.
3. Salmos responsoriales
Salmo 22
R/. El señor es mi pastor, nada me falta.
*En verdes praderas me hace recostar; / me
conduce
hacia fuentes tranquilas / y repara mis
fuerzas. R/.
*Me guía por el sendero justo, / por el honor
de su nombre. / Aunque camine por
quebradas oscuras, / nada temo porque tú
vas conmigo; / tu vara y tu cayado me
sosiegan. R/.
*Preparas una mesa ante mí / enfrente de
mis enemigos;
/ Me unges la cabeza con perfume / y mi
copa rebosa. R/.
*Tu bondad y tu misericordia me
acompañan / todos los días de mi vida, / y
habitaré en la casa del Señor / por años sin
término. R/.

Salmo 24
R/. A ti, señor, levanto mi alma.
*Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu
misericordia son eternas; / acuérdate de mí
con misericordia, / por tu bondad, Señor. R/.
*Ensancha mi corazón oprimido / y sácame
de mis tribulaciones. / Mira mis trabajos y
mis penas / y perdona todos mis pecados.
R/.
*Guarda mi vida y líbrame, / no quede yo
defraudado de haber acudido a ti. / La
inocencia y la rectitud me protegerán /
porque espero en ti. R/.
Salmo 102
R/. El señor es compasivo y
misericordioso.
*El Señor es compasivo y misericordioso, /
lento a la ira y
rico en clemencia; / no nos trata como
merecen nuestros
pecados / ni nos paga según nuestras
culpas. R/.
*Como un padre siente ternura por sus
hijos, / siente el
Señor ternura por sus fieles; / porque él
conoce nuestra
masa, / se acuerda de que somos barro. R/.
*Los días del hombre duran como la hierba,
/ florecen
como flor del campo, / que el viento la roza
y ya no
existe, / su terreno no volverá a verla. R/.
*Pero la misericordia del Señor dura
siempre, / su justicia
pasa de hijos a nietos / para los que
guardan su alianza /
y recitan y cumplen sus mandatos. R/.
Otros salmos: El 113 que evoca el paso de
Israel a la tierra
prometida; y el 117 que da gracias por los
hechos salvadores de Dios con su pueblo.
4. Evangelios
Lectura del santo evangelio según san
Marcos. (15, 33-39).
“Al llegar el mediodía toda la región quedó
en tinieblas hasta la media tarde: Y a la
media tarde Jesús clamó con voz potente:
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has
abandonado? Uno echó a correr y
empapando una esponja en vinagre la
sujetó a una caña y le daba de beber... Y
Jesús dando un fuerte grito expiró. El velo
del templo se rasgó en dos de arriba abajo.
El centurión que estaba enfrente, al ver
cómo había expirado, dijo: Realmente este
hombre era Hijo de Dios”. Palabra del
Señor. Gloria a ti señor Jesús.
Lectura del santo evangelio según san
Juan. (5, 24- 29).
“En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos.
Les aseguro: el que escucha mi palabra y
cree en el que me envió posee la vida
eterna y no se le llamará a juicio porque ha
pasado de la muerte a la vida. Les aseguro
que llega la hora, y ya estamos en ella, en
que los muertos oirán la voz del Hijo de
Dios y los que hayan oído vivirán. Porque lo
mismo que el Padre dispone de la vida, así
también ha dado al Hijo el disponer de la
vida. Y le ha dado poder de juzgar porque
es el Hijo del hombre. No les sorprenda
porque llega la hora en que los que están
en el sepulcro oirán su voz: los que hayan
hecho el bien resucitarán para la vida y los
que hayan hecho el mal resucitarán para la
condenación”.
Palabra del Señor. Gloria a ti señor
Jesús.
Lectura del santo evangelio según san
Juan. (12, 23- 26).
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus
discípulos: Ha llegado la hora de que sea
glorificado el Hijo del hombre. Les aseguro
que si el grano de trigo no cae en tierra y
muere, queda infecundo; pero si muere da
mucho fruto. El que se ama a sí mismo se
pierde y el que se aborrece a sí mismo en
este mundo se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme que me siga y donde
esté yo, allí también estará mi servidor; a
quien me sirva, el Padre lo premiará”.
Palabra del Señor. Gloria a ti señor
Jesús.
Otros Evangelios
Mt 5, 1-12: Las bienaventuranzas.
Mt 11, 25-30: Vengan a mí y yo los aliviaré.
Mt 25, 31-46: El juicio final.
Lc 23, 39-43: Hoy estarás conmigo en el
paraíso.
Lc 24, 13-35: Los discípulos de Emaús.
Jn 14, 1-6: En la casa de mi Padre hay
muchas estancias.

5. Oración de los fieles:


A/. Hermanos: Invoquemos confiadamente
a Dios Padre todopoderoso que ha
resucitado a su Hijo de entre los muertos,
para que escuche nuestra plegaria por los
vivos y por los difuntos.
*Por la Iglesia santa de Dios, para que sea
en el mundo
testimonio del destino feliz que sobrepasa
las fronteras
de la muerte, roguemos al Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor

*Por la paz de las naciones y de los


hombres, llamados a
la vida verdadera que supera todo dolor,
roguemos al
Señor.
*Por nuestro(a) hermano(a) N. para que el
Padre
celestial lo acoja en sus brazos
misericordiosos,
roguemos al Señor.
*Por los familiares de nuestro(a)
hermano(a) N. para que
pongan en Dios su esperanza y confíen en
la promesa
de salvación, roguemos al Señor.
*Por todos los fieles difuntos para que,
purificados de sus
culpas, alcancen la eterna bienaventuranza,
roguemos
al Señor.
A/. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son
eternas y escucha las oraciones que te
hemos presentado; acuérdate de nuestro(a)
hermano(a) N. y admítelo a disfrutar de la
claridad de tu presencia. Por Jesucristo
nuestro Señor.
A/. Pidamos confiadamente por nuestro
hermano(a) N.
y también por la Iglesia y por todos los
hombres.
*Para que Dios reciba a nuestro(a)
hermano(a) N. y le dé
la felicidad que no tiene fin, roguemos al
Señor.
*Para que perdone sus pecados y
debilidades y lo admita en su reino glorioso,
roguemos al Señor.
*Para que consuele a los familiares y
amigos que lloran
su muerte, roguemos al Señor.

*Para que dé fortaleza y esperanza a los


enfermos y a
todos los que sufren, roguemos al Señor.
*Para que reciba en la felicidad de su reino
a todos los
difuntos, roguemos al Señor.
*Para que nos haga crecer en la fe y en el
amor a los que
participamos en esta celebración,
roguemos al Señor.
A/. Escucha, Señor, las oraciones que te
dirigimos en favor de nuestro(a) hermano(a)
N. y de todos los fieles difuntos; llévalos
junto a ti al lugar de la luz y de la vida. Por
Jesucristo nuestro Señor.

ORACIÓN EN EL CEMENTERIO EL DÍA


DE DIFUNTOS
La costumbre de visitar los cementerios el
día de difuntos
es una buena oportunidad para orar por
ellos y afirmar
nuestra fe en la resurrección. Proponemos
para esta ocasión la siguiente celebración.
A/. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. T/. Amén.
A/. Bendigamos al Señor que, por la
resurrección de su Hijo, nos ha hecho nacer
a una esperanza viva.
T/. Bendito seas por siempre, Señor.
A/. Hermanos: Todos tenemos familiares y
amigos que han muerto. Hoy los
recordamos a ellos y a todos los que han
fallecido y los encomendamos a la
misericordia de Dios. En este cementerio
nos unimos para afirmar nuestra fe en
Cristo que ha vencido la muerte y nuestra
esperanza de que él vencerá también
nuestra muerte y nos reunirá con nuestros
seres queridos en su reino de gloria. Que
esta celebración nos anime a ser fieles al
Señor y a seguir los buenos ejemplos que
nuestros familiares nos dejaron en su vida.
Comencemos reconociendo nuestros
pecados ante el Señor (momentos de
silencio).
Tú que resucitaste a Lázaro del sepulcro,
señor, ten piedad. Tú que has vencido la
muerte y has resucitado, cristo, ten
piedad. Tú que nos has prometido una vida
eterna contigo, señor, ten piedad.
A/. El Señor todopoderoso tenga
misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la
vida eterna. T/:
Amén.
L/. Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Romanos (6, 3-4. 8-9).
“Hermanos: Los que por el bautismo nos
incorporamos a
Cristo, fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo
fuimos sepultados con él en la muerte para
que, así como
Cristo fue resucitado de entre los muertos
por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en
una vida nueva Por tanto, si hemos muerto
con Cristo, creemos que también viviremos
con él; pues sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no
muere más; la muerte ya no tiene dominio
sobre él”.
Palabra de Dios. T/.Te alabamos, Señor.
A/. Hermanos: Invoquemos con fe a Dios
Padre
todopoderoso que resucitó de entre los
muertos a su Hijo
Jesucristo para la salvación de todos. Para
que afiance al pueblo cristiano en la fe, la
esperanza y el amor, roguemos al Señor.
Todos: te lo pedimos, señor.
*Para que libere al mundo entero de todas
sus injusticias,
violencias y signos de muerte, roguemos al
Señor.
*Para que acoja e ilumine con la claridad de
su rostro a
todos los que han muerto en la esperanza
de la
resurrección, roguemos al Señor.
*Para que reciba en su reino a N. y N. (se
pueden decir
nombres) y a todos los difuntos de nuestras
familias,
roguemos al Señor.
*Para que nuestra visita y nuestras ofrendas
de flores,
velas y comida sean signos de nuestra fe
en la vida más
allá de la muerte, roguemos al Señor.
*Para que la fe en Cristo mueva nuestros
corazones para
dar frutos d solidaridad y de justicia,
roguemos al Señor.
A/. Oremos, hermanos, como Jesús mismo
nos enseñó.
T/. Padre nuestro... Dios te salve María...
Gloria al Padre...
A/. El Dios de todo consuelo, que con amor
inefable creó al hombre y en la resurrección
de su Hijo ha dado a los
creyentes la esperanza de resucitar,
derrame sobre
nosotros su bendición.
T/. Amén.
A/. Él nos conceda el perdón de nuestras
culpas a los que
vivimos en este mundo y otorgue a los que
han muerto el
lugar de la luz y de la paz.
T/. Amén.
A/. Y a todos nos conceda vivir eternamente
felices con
Cristo, al que proclamamos resucitado de
entre los
muertos.
T/. Amén.
A/. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y
Espíritu Santo descienda sobre nosotros y
nos acompañe
siempre.
T/. Amén.
A/. Dales, Señor, el descanso eterno
T/. Y brille para ellos la luz perpetua.

A/. Que las almas de todos los fieles


difuntos por la
misericordia de Dios descansen en paz.
T/. Amén.
Modo de rezar el Rosario
para difuntos.
A continuación encontrarás el rosario para
los difuntos para cada día de la semana.
La alegría de la Madre es mirar a sus hijos
unidos en el Amor y ser consuelo e
intercesión por los hermanos. Nuestra
Santísima Madre ruega con nosotros al
Padre Nuestro, con su Hijo y el Espíritu
Santo, ahora y en la hora de la muerte. Al
invocarla, en el Santo Rosario, intercede
por nuestros difuntos para que alcancen el
Descanso eterno y la luz perpetua en el
cielo que nos tiene prometido nuestro
Señor. Al orar, dialoga y descansa en la Paz
y el Gozo de la presencia de nuestro Señor,
pues está presente cuando dos o más se
reúnan en su nombre. Para ofrecer este
Santo Rosario, deja que el perdón limpie
errores, rencores, deudas y separación.
Escucha a nuestra Madre del Cielo, nos
hizo hermanos en Cristo y nos pide, como
en las Bodas de Caná: «...Hagan todo lo
que Él les mande.» (Jn 2,5)
Dios te Bendice, acúnate en los brazos de
Jesús y de María.
NOTA:
Estos rosarios se rezan ante el cuerpo del
difunto durante la velación, si no es posible
asistir al duelo, conviene hacerlo en familia
o personalmente, aún en la distancia, para
interceder con nuestra Santísima Madre por
el alma de nuestro ser querido. Los días
siguientes se inicia el novenario.
I.- INICIO
Todos: En el Nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones
de tus fieles y enciende en ellos el fuego
de Tu amor; envía Señor Tu Espíritu…
Todos: y se renovará la faz de la tierra.
¡Oh Dios! Que iluminas los corazones de
Tus hijos con la luz del Espíritu Santo,
haznos dóciles a Tu Espíritu para gustar
siempre del bien y gozar de Tus consuelos,
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Abre Señor nuestros labios, para alabar y
bendecir tú Santísimo Nombre y el de la
purísima Virgen María. Purifica nuestro
corazón de todos los pensamientos malos,
vanos e impertinentes, ilustra nuestro
entendimiento e inflama nuestra voluntad,
para que digna, atenta y devotamente,
recemos el Santo Rosario y merezcamos
ser oídos ante tu Divina Majestad, por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, te adoro profundamente y te ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los Tabernáculos del
mundo; en reparación por todos los ultrajes,
con que Él mismo es ofendido y por los
méritos infinitos de Su Santísimo Corazón y
por la intercesión del Corazón Inmaculado
de nuestra Madre Santísima, te pedimos la
conversión de los pobres pecadores.
Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo;
te pido perdón por todos los que no creen,
no adoran, no esperan y no te aman. (Se
repite 3 veces)

II.- ACTO DE CONTRICIÓN


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero, creador, Padre y redentor mío
por ser Tú quién eres y porque te amo
sobre todas la cosas me pesa de todo
corazón haberte ofendido, prometo
firmemente con la ayuda de tu gracia nunca
más pecar, apartarme de todas las
ocasiones de ofenderte confesarme y
cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Amén.
III-OFRECIMIENTO
*Hemos venido a rezar por el difunto (a)
_____
*Padre clementísimo, te recordamos el alma
de nuestro (a) hermano (a) ___________
apoyados en la certeza de que resucitará
en el último día con Cristo y con todos los
que han muerto en Cristo.
*Que tu corazón misericordioso se
conmueva, por nuestro (a) hermano (a)
abre a tu hijo (a) las puertas del cielo, y a
nosotros, que permanecemos en este
mundo, consuélanos con las palabras de la
Fe, hasta que un día todos encontremos a
Cristo y permanezcamos con El y con
nuestro hermano (a) __________ Por
Cristo nuestro Señor. Amén.
¡Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre
nuestra, Reina del Santo Rosario! Fiados en
tu bondad nos acercamos a Vos, para
honrar tu nombre y consolar nuestras
almas.
Abre, Señora, la puerta de tu corazón y
descúbrenos la luz de estos Misterios,
contenidos en el Santo Rosario para que en
ellos encontremos virtud para nuestras
almas, tranquilidad para nuestro corazón,
paz para nuestras familias, salud para
nuestros enfermos y libertad para las almas
del Purgatorio.
Socorre especialmente a nuestro (a)
hermano (a) __________ y concédenos la
dicha de ser hijos tuyos en vida y en
muerte.
Todos: Amén.
IV.- LOS 5 MISTERIOS
Los misterios que vamos a ofrecer por el
descanso eterno de nuestro hermano (a)
______son:

MISTERIOS DE GOZO (lunes y sábado)


Lunes – GUÍA: Rezaremos estos misterios
gozosos por que la Voluntad de Dios sea el
principio y el fin de todos los hombres.
Sábado – GUÍA: Rezaremos estos
misterios gozosos por el pronto Triunfo del
Corazón Inmaculado de Nuestra Madre
Celestial.
GUÍA: Hermanos, Roguemos
confiadamente a Dios, fuente de toda vida
para que llene con la gloria y felicidad de los
santos a nuestro hermano (a) ___.
Pidámosle que tenga misericordia de él
(ella) en el día del juicio; que lo (la) libre
de la condenación y lo (la) absuelva de los
castigos merecidos por sus culpas para que
reconciliado (a con Dios nuestro Padre, sea
llevado (a) por Jesucristo, nuestro buen
pastor, hasta su reino eterno, para gozar de
su compañía y la de todos los Santos.

PRIMER MISTERIO GOZOSO


La Anunciación del Ángel y la Encarnación
del Verbo divino en las entrañas virginales
de María Oh María dulcísima, consuelo de
las almas! En este Padre nuestro y diez
Ave Marías te ofrecemos al gozo que
tuviste, cuando saludada del Ángel te
anunció la Encarnación del Hijo de Dios en
tus entrañas por él te suplicamos que el
alma de nuestro hermano N., y las demás
del purgatorio, reciban de los Ángeles, por
tu intercesión, alegres nuevas de la gloria, a
donde vayan a descansar por todos los
siglos. Amén
(Al terminar las 10 avemarías)
GUÍA: Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo.
TODOS: Como era en el principio, ahora
y siempre por los siglos de los siglos,
Amén.
*Por tu limpia concepción ¡oh! Soberana
Princesa, una muy grande pureza te pido de
corazón, que las almas no se pierdan ni
mueran sin confesión.
*Oh Jesús mío perdona sus pecados líbralo
(a) del fuego del infierno lleva a todas las
almas al cielo especialmente a las más
necesitadas de tu divina misericordia. Así
sea.
LA SÁBANA SANTA
Señor Dios que nos dejaste la señal de tu
pasión y muerte Santísima en la sábana
Santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo
Santísimo, cuando por José fuiste bajado
de la cruz, concédenos oh piadosísimo
Señor, que por tu muerte y sepultura santa
y por los dolores y angustias de tu
Santísima Madre Señora nuestra sea
llevada el alma de nuestro hermano ( a )
___ a la gloria de tu resurrección a dónde
vives y reinas con Dios Padre en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. Amén.
+ Dale Señor el descanso eterno
Y brille para él (ella) la luz perpetua,
Descanse en paz. Así sea.
Si por tu preciosa sangre Señor lo (la)
habéis redimido.
Que lo (la) perdones te pido por tu
pasión dolorosa.
De las puertas del infierno. Libra su alma
Señor.
Que el alma de nuestro hermano (a) _y las
de más del purgatorio por la Misericordia de
Dios descansen en paz. Así sea.
SEGUNDO MISTERIO GOZOSO
La Visitación de Nuestra Señora y la
santificación del Bautista ¡Oh! María, refugio
de pecadores, en este Padre nuestro Y
diez Ave marías te ofrecemos al gozo que
tuviste cuando visitando a santa Isabel
fuiste de ella reconocida por Madre de Dios,
y el niño Juan libre de las prisiones de la
culpa; por este gozo te suplicamos visites y
consueles al alma de nuestro hermano N., y
las demás del purgatorio, y las libres de las
prisiones que padecen y salgan libres a la
gloria. Amen.
TERCER MISTERIO GOZOSO
El Nacimiento del Hijo de Dios ¡Oh María,
estrella del mar, norte fijo de la Iglesia! En
este Padre nuestro y diez Avemarías te
ofrecemos al gozo que tuviste cuando
naciendo de tu vientre, como de la aurora,
el Sol de Justicia, Cristo, alumbró a los que
estaban en tinieblas; por Él te suplicamos
que el alma de nuestro hermano N y las
demás del purgatorio, merezcan por Ti salir
de las tinieblas de aquella oscura cárcel a
los resplandores de la gloria. Amen
CUARTO MISTERIO GOZOSO
La presentación del Niño Jesús en el templo
y Purificación de Nuestra Señora ¡Oh
purísima María, que sin obligarte la ley de
la purificación presentaste a tu santísimo
Hijo en el templo, con especial gozo de
verle reconocido por verdadero Dios! En
este Padre nuestro y diez Ave marías te
ofrecemos, suplicando que el alma de
nuestro hermano N., y las demás del
purgatorio, sean purificadas para el templo
de la gloria. Amén
QUINTO MISTERIO GOZOSO
El niño perdido y hallado en el templo ¡Oh
María, seguro medio para hallar a Jesús! En
este Padre nuestro y diez Ave marías te
ofrecemos por el gozo que tuviste hallando
en el templo al Niño Dios, sin culpa tuya
perdido; por Él te suplicamos que el alma
de nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio, tengan por tus ruegos el alivio
de sus penas mirando a Jesús en el templo
de su gloria. Amen

MISTERIOS DE LUZ (jueves)


Rezaremos estos misterios por la Salvación
y Conversión del género humano.
Hermanos, también roguemos
confiadamente a Dios, fuente de toda vida
para que llene con la gloria y felicidad de los
santos a nuestro hermano (a) ____.
Pidámosle que tenga misericordia de él
(ella) en el día del juicio; que lo (la) libre de
la condenación y lo (la) absuelva de los
castigos merecidos por sus culpas para que
reconciliado (a con Dios nuestro Padre, sea
llevado (a) por Jesucristo, nuestro buen
pastor, hasta su reino eterno, para gozar de
su compañía y la de todos los Santos.

PRIMER MISTERIO DE LUZ


El Bautismo de Jesús en el Jordán. Oh
María dulcísima, consuelo de las almas! En
este Padre nuestro y diez ave marías te
ofrecemos a la luz que recibiste al ver al hijo
amado en quien el Padre Nuestro se
complace, por él te suplicamos que el alma
de nuestro hermano N., y las demás del
purgatorio, reciban de los Ángeles, por tu
intercesión, alegres nuevas de la gloria, a
donde vayan a descansar por todos los
siglos. Amén
SEGUNDO MISTERIO DE LUZ
La autorrevelación de Jesús en las bodas
de Cana. ¡Oh! María, refugio de pecadores,
en este padre nuestro y diez ave marías
te ofrecemos al gozo que tuviste cuando,
gracias a tu intervención, Cristo transforma
el agua en vino, abre el corazón de los
discípulos a la fe; por este gozo te
suplicamos visites y consueles al alma de
nuestro hermano N., y las demás del
purgatorio y las libres de las prisiones que
padecen y salgan libres a la gloria. Amen.
TERCER MISTERIO DE LUZ
El anuncio del Reino de Dios, invitando a la
conversión. «El tiempo se ha cumplido y el
Reino de Dios está cerca: convertíos y
creed en la Buena Nueva» (Mc 1, 15)
¡Oh María, estrella del mar, norte fijo de la
Iglesia! En este padre nuestro y diez
avemarías te ofrecemos al gozo que tuviste
cuando viste que el tiempo se ha cumplido y
el Reino de Dios está cerca, naciendo de tu
vientre, como de la aurora, el Sol de
Justicia, Cristo; por Él te suplicamos que el
alma de nuestro hermano N y las demás del
purgatorio, merezcan por Ti salir de las
tinieblas de aquella oscura cárcel a los
resplandores de la gloria. Amen
CUARTO MISTERIO DE LUZ
La Transfiguración. «Y vino una voz desde
la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi
Elegido; escuchadle» (Lc 9, 35)
¡Oh purísima María, que fuiste conociendo
la luz de tu santísimo Hijo, con especial
gozo de verle reconocido por el Padre
Nuestro, como hijo elegido para hablar en
su nombre. En este padre nuestro y diez
avemarías te ofrecemos, suplicando que el
alma de nuestro hermano N., y las demás
del purgatorio, sean purificadas para el
templo de la gloria. Amén Jesús
QUINTO MISTERIO DE LUZ
La institución de la Eucaristía. ¡Oh! María,
con el fruto de tu vientre, Jesús, te da la
primera comunión de la humanidad,
convirtiéndote en el sagrario viviente del
Padre en el Hijo con el Espíritu Santo. En
este padre nuestro y diez ave marías te
ofrecemos porque gozas que Cristo se hace
nuestro alimento con su Cuerpo y su
Sangre bajo las especies del pan y del vino,
entregando su amor por la humanidad hasta
el extremo; por Él te suplicamos que el alma
de nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio, tengan por tus ruegos el alivio
de sus penas mirando a Jesús en el templo
de su gloria. Amen

MISTERIOS DE DOLOR (martes y


viernes)
Martes: Rezaremos estos misterios por la
santificación de todos los sacerdotes y
consagrados...
Viernes: Rezaremos estos misterios por las
almas benditas del Santo Purgatorio.
Hermanos, también roguemos
confiadamente a Dios, fuente de toda vida
para que llene con la gloria y felicidad de los
santos a nuestro hermano (a) __.
Pidámosle que tenga misericordia de él
(ella) en el día del juicio; que lo (la) libre de
la condenación y lo (la) absuelva de los
castigos merecidos por sus culpas para que
reconciliado (a con Dios nuestro Padre, sea
llevado (a) por Jesucristo, nuestro buen
pastor, hasta su reino eterno, para gozar de
su compañía y la de todos los Santos.

PRIMER MISTERIO DE DOLOR


La oración del Huerto ¡Oh! dolorísima
Madre de Jesús, quien despedido y
apartado de tu compañía oró en el Huerto
con mortales agonías, donde por un Ángel
fue confortado; en este padre nuestro y
diez avemarías te ofrecemos, y te
suplicamos que por tu intercesión el alma
de nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio, sean confortadas de los ángeles
en sus penas. Amén.
SEGUNDO MISTERIO DE DOLOR
Desnudo Jesús es cruelmente azotado ¡Oh!
María, mar de dolores! En este padre
nuestro y diez ave marías te ofrecemos en
memoria del gravísimo dolor que tuviste
viendo desnudo y azotado cruelmente al
Hijo de tus entrañas: por Él te suplicamos,
que el alma de nuestro hermano N, y las
demás del purgatorio sean libres de los
azotes que allí padecen de la divina
Justicia, por virtud de los azotes que Jesús
llevó por su misericordia. Amén.
TERCER MISTERIO DE DOLOR
Coronan a Jesús de espinas ¡Oh! María,
cárdena lirio entre espinas! En este padre
nuestro y diez ave marías te ofrecemos en
honra del agudísimo dolor que tuviste
viendo a tu amado Hijo, hermoso lirio de los
valles, afeado y coronado de espinas:
suplicamos por este dolor, que el alma de
nuestro hermano N, y las demás almas del
purgatorio, sean libres de las espinas de
penas que padecen y coronadas en la
gloria. Amén.
CUARTO MISTERIO DE DOLOR
Jesús condenado a muerte y con la cruz a
cuestas se encuentra con María su tierna
Madre ¡Oh María traspasada de dolor en la
calle de la Amargura por encontrar en ella a
tu inocente Hijo, sentenciado a muerte y
agobiado con el grave peso de la cruz! En
este padre nuestro y diez ave marías te
ofrecemos y suplicamos que el alma de
nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio, por tus ruegos sean libres de la
cruz de penas que padecen. Amén
QUINTO MISTERIO DE DOLOR
Crucifixión de Jesús y soledad de María ¡Oh
desconsolada Reina, afligida Madre y
desamparada Virgen! En este padre
nuestro y diez ave marías te ofrecemos, y
pedimos por el agudo dolor que atravesó tu
amante corazón viendo morir entre tantas
afrentas y dolores a tu santísimo Hijo, para
redimir con su muerte al género humano,
que el alma de nuestro hermano N, y las
demás del purgatorio, donde están solas y
afligidas , la sangre de tu Hijo las alivie las
penas y su muerte les de vida de gloria.
Amén

MISTERIOS DE GLORIA (miércoles y


domingo)
Miércoles: Rezaremos estos misterios por
la Unidad de la Iglesia y la Paz del mundo
entero.
Domingo: Rezaremos estos misterios por
el Reinado del Sagrado Corazón de Nuestro
Señor Jesucristo, en todas las almas.
Hermanos, también roguemos
confiadamente a Dios, fuente de toda vida
para que llene con la gloria y felicidad de los
santos a nuestro hermano (a) __.
Pidámosle que tenga misericordia de él
(ella) en el día del juicio; que lo (la) libre de
la condenación y lo (la) absuelva de los
castigos merecidos por sus culpas para que
reconciliado (a con Dios nuestro Padre, sea
llevado (a) por Jesucristo, nuestro buen
pastor, hasta su reino eterno, para gozar de
su compañía y la de todos los Santos.

PRIMER MISTERIO DE GLORIA


La Resurrección del Señor ¡Oh María,
Señora, alegría de los justos y consuelo de
los pecadores! En este padre nuestro y
diez ave marías te ofrecemos en memoria
de la alegría que tuviste viendo resucitado y
glorioso a tu santísimo Hijo: suplicamos que
así como con la presencia de Jesús
recibieron alegría las almas de los santos
Padre en el limbo, la tengan el alma de
nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio. Amén

SEGUNDO MISTERIO DE GLORIA


Ascensión de Cristo nuestro Señor a los
cielos ¡Oh! María, Madre de Dios, llena de
sumo gozo en la subida a los cielos de tu
santísimo Hijo, en compañía de los santos
Padre que libertó de la oscura cárcel del
limbo, llevándolos consigo a la gloria! En
este padre nuestro y diez ave marías te
ofrecemos, y suplicamos que el alma de
nuestro hermano N, y las demás del
purgatorio, sean libres de aquellas penas,
llevadas por manos de los santos Ángeles a
la gloria. Amén Jesús
TERCER MISTERIO DE GLORIA
Venida del Espíritu Santo ¡Oh! María, dulce
Esposa del Espíritu Santo! En este padre
nuestro y diez ave marías te ofrecemos al
gozo que tuviste cuando bajó el divino
Espíritu sobre Ti y sobre todos los
Apóstoles, para que con la ausencia de
Jesús no quedaseis huérfanos: por Él te
suplicamos que el alma de nuestro hermano
N, y las demás del purgatorio, salgan a
gozar de los abrazos de su Esposo Jesús
en la gloria. Amén.
CUARTO MISTERIO DE GLORIA
Dichoso tránsito de María santísima ¡Oh!
dichosísima María, cuyo purísimo
espíritu en la hora de la muerte
entregaste en manos de tu santísimo
Hijo, y después unido al cuerpo
resucitaste gloriosa! En este padre
nuestro y diez ave marías te ofrecemos,
pidiéndote que el alma de nuestro
hermano N, y las demás del purgatorio,
sean libres de sus penas y te acompañen
en la gloria. Amén

QUINTO MISTERIO DE GLORIA


Asunción y Coronación de María santísima
¡Oh! soberana virgen María, Madre de Dios,
que resucitada en cuerpo y alma fuiste
sublimada a la gloria y coronada por
Emperatriz de los Ángeles y de los
hombres! En ste padre nuestro y diez ave
marías te ofrecemos, suplicándote que al
alma de nuestro hermano N. y las demás
del purgatorio, merezcan por tus ruegos ser
libres de las penas que padecen , para que
sean coronadas de gloria, y que en
compañía de tu santísimo Hijo te amen por
todos los siglos. Amén
V.-CONCLUSION
Guía: Dios te salve, María Santísima Hija
de Dios Padre, Virgen purísima antes del
parto, en tus manos encomendamos
nuestra Fe para que la ilumines, llena eres
de gracia el Señor es contigo, bendita Tú
eres entre todas las mujeres y bendito es el
fruto de Tu vientre Jesús, Santa María…
Guía: Dios te salve, María Santísima,
Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el
parto, en tus manos encomendamos
nuestra Esperanza para que la alientes,
llena eres de gracia el Señor es contigo,
bendita Tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de Tu vientre Jesús,
Santa María…
Guía: Dios te salve María Santísima,
Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen
purísima después del parto, en tus manos
encomendamos nuestra caridad para que la
inflames, las necesidades de Tu obra y las
nuestras para que las remedies y las almas
de toda la humanidad para que las salves,
llena eres de gracia el Señor es contigo,
bendita Tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de Tu vientre Jesús,
Santa María…
Guía: Dios te salve María Santísima, templo
trono y Sagrario de la Santísima Trinidad,
Virgen concebida sin la culpa original
SALVE:
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza
nuestra. Dios te salve a Ti llamamos, los
desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos
gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. ¡Ea!, pues, Señora abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos Tus ojos
misericordioso y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu
vientre, ¡Oh clemente!, ¡Oh piadosa!, ¡Oh
dulce siempre Virgen María! Ruega por
nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las divinas
gracias y promesas de Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
LETANIA:
Señor, ten Dios, Padre Celestial
piedad Ten piedad de
Señor, ten nosotros
piedad Dios, Hijo Redentor
Cristo, ten del mundo
piedad Ten piedad de
Cristo, ten nosotros
piedad Dios Espíritu Santo
Señor, ten Ten piedad de
piedad nosotros
Señor, ten Santísima Trinidad,
(A cada
piedad una de las siguientes
que eres un letanías
solo Dios
responderemos
Cristo, óyenos Ruega
Ten piedad de y por
por el (ella)
nosotros)
Cristo, óyenos nosotros
Cristo,María.
Santa Rosa Mística.
escúchanos
Santa Madre de Torre de David.
Cristo,
Dios. Torre de marfil.
escúchanos
Santa Virgen de las Casa de oro.
Cordero de Dios que quitas el pecado del
mundo,
Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del
mundo,
Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del
mundo,
Ten piedad y misericordia de nosotros.
Bajo Tu amparo nos acogemos santa
Madre de Dios no desprecies nuestras
súplicas en las necesidades, antes bien
líbranos de todos los peligros ¡Oh Virgen
gloriosa y bendita!
*Ruega por el (ella) y por nosotros Santa
Madre de Dios, para que seamos dignos
de alcanzar las divinas gracias y
promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
*Te rogamos Señor, infundas Tu Gracia
en nuestras almas para los que por el
anuncio del ángel hemos conocido la
Encarnación de Tu Hijo Jesucristo, por
Su Pasión y Su Cruz, seamos llevados a
la gloria de la Resurrección, por el
mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
*Señor Dios que nos dejaste la señal de
Tu sagrada vida, pasión y muerte, la
Sábana Santa en la cual fue envuelto Tu
Cuerpo santísimo, cuando por José
fuiste bajado de la Cruz, concédenos
Señor ¡Oh piadosísimo Señor! que por
Tu muerte y sepultura santa, sean
llevadas las almas de vuestros siervos a
descansar a la gloria de la Resurrección,
donde vives y reinas con Dios Padre en
la unidad del Espíritu Santo, Dios por
todos los siglos y de los siglos, Amén.

CONSAGRACION A LA SANTÍSIMA
VIRGEN
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me
ofrezco enteramente a ti y en prueba de
mi filial afecto te consagró en este día y
para siempre: mis ojos, mis oídos, mi
lengua, mi corazón, en una palabra todo
mi ser, ya que soy todo(a) tuyo(a), ¡Oh
Madre de bondad!, guárdame y
defiéndeme como cosa y posesión tuya.
Amén
Señor San José
Ruega por nosotros
DESPEDIDA
Guía: Oh Dios, cuyo Unigénito Hijo, con
su vida, muerte y resurrección, nos
alcanzó el premio de la vida eterna:
concédenos a quienes recordamos estos
misterios del Santo Rosario, imitar lo
que contienen y alcanzar lo que
prometen. Por el mismo Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
*Dulce Madre no te alejes, tu vista de
nosotros nunca apartes, ven con
nosotros a todas partes y nunca solos
nos dejes, ya que nos proteges tanto
como verdadera Madre, haz que nos
bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Amén.
Novenario para difuntos 1er día
Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu
presencia a tu hijo (a) N… a quien has
llamado de esta vida. Perdónale todos sus
pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz
eternas, levántalo (a) para que viva siempre
con todos tus santos en la gloria de la
resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N……
R/.En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
V. Vengan benditos de mi Padre, tomen
posesión del Reino preparado para ustedes
(Mateo 25,34).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
V. Quiero que donde yo esté, estén también
conmigo,
dice Jesucristo (Juan 17,24).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.

Oremos:
Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu
presencia a tu hijo (a) N…. a quien has
llamado de esta vida. Perdónale todos sus
pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz
eternas, levántalo (a) para que viva siempre
con todos tus santos en la gloria de la
resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-

¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre


verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que
quieres que tengamos suma delicadeza de
conciencia y santidad perfecta: te rogamos
nos la concedas a nosotros; y a los que por
no haberla tenido se están purificando en el
purgatorio, te dignes aplicar nuestros
sufragios y llevarlos pronto de aquellas
penas al cielo. Te lo pedimos por la
intercesión de tu Madre purísima y de San
José.
Oración Final y responso
Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date
prisa en socorrerme.
Gloria al Padre…Como era en el
principio…
V. No te acuerdes, Señor, de sus pecados.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro…

V. De la puerta del infierno


R/. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R/. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R/. Y llegue a ti mi clamor.
Conclusión
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate
de los hijos que tienes en el purgatorio y,
presentando nuestros sufragios y tus
méritos a tu Hijo, intercede para que les
perdone sus deudas y los saque de
aquellas tinieblas a la admirable luz de su
gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y
de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede
juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por
las almas del purgatorio.
Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio
compadecerse y perdonar: te rogamos
suplicantes por las almas de tus siervos que
has mandado emigrar de este mundo, para
que no las dejes en el purgatorio, sino que
mandes que tus santos ángeles las tomen y
las lleven a la patria del paraíso, para que,
pues esperaron y creyeron en ti, no
padezcan las penas del purgatorio, sino que
posean los gozos eternos. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R/. Amén.
Novenario para difuntos 2do.
Día
Oh Dios mío, de quien es propio
compadecerse y perdonar: te rogamos
suplicantes por las almas de tus siervos
que has mandado emigrar de este
mundo, para que no las dejes en el
purgatorio, sino que mandes que tus
santos ángeles las tomen y las lleven a
la patria del paraíso, para que los que
esperaron y creyeron en ti, no padezcan
las penas del purgatorio, sino que
posean los gozos eternos. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
Iniciemos este 2do. Día del Novenario para
difuntos
Por la Señal, etc.
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N…
R/.En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que eres
cabeza de todos tus fieles cristianos que en
ti nos unimos como miembros de un mismo
cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos
unas más y más contigo y que nuestras
oraciones y sufragios de buenas obras
aprovechen a las ánimas de nuestros
hermanos del purgatorio, para que lleguen
pronto a unirse a sus hermanos del cielo.
SALMODIA
Ant. 1: De tierra me formaste y me
revestiste de carne; Señor, Redentor
mío, resucítame en el último día.
Salmo 39, 2-14. 17-18
Yo esperaba con ansia al Señor; él se
inclinó y escuchó mi grito: me levantó de la
fosa fatal, de la charca fangosa;
afianzó mis pies sobre roca, y aseguró mis
pasos;
me puso en la boca un cántico nuevo, un
himno a nuestro Dios. R/.
Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos y
confiaron en el Señor Dichoso el hombre
que ha puesto su confianza en el Señor, y
no acude a los idólatras, que se extravían
con engaños. R/.
¡Cuántas maravillas has hecho, Señor Dios
mío, cuántos planes en favor nuestro! Nadie
se te puede comparar:
intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número. R/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas y en
cambio, me abriste el oído; no pides
sacrificio expiatorio, entonces yo digo:
«Aquí estoy como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.» R/.

Conclusión:
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate
de los hijos que tienes en el purgatorio y,
presentando nuestros sufragios y tus
méritos a tu Hijo, intercede para que les
perdone sus deudas y los saque de
aquellas tinieblas a la admirable luz de su
gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y
de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede
juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por
las almas del purgatorio.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio


compadecerse y perdonar: te rogamos
suplicantes por las almas de tus siervos que
has mandado emigrar de este mundo, para
que no las dejes en el purgatorio, sino que
mandes que tus santos ángeles las tomen y
las lleven a la patria del paraíso, para que,
pues esperaron y creyeron en ti, no
padezcan las penas del purgatorio, sino que
posean los gozos eternos. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R/. Amén.

3er. día del Novenario por


nuestros difuntos
He proclamado tu salvación ante la gran
asamblea; no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
Iniciemos este 3er. día del Novenario por
nuestros difuntos Por la Señal, etc.
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N…
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu

Oremos:
Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu
presencia a tu hijo (a) N… a quien has
llamado de esta vida. Perdónale todos sus
pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz
eternas, levántalo (a) para que viva siempre
con todos tus santos en la gloria de la
resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los
que pecan castigas con justicia en esta vida
o en la otra: concédenos la gracia de nunca
pecar y ten misericordia de los que,
habiendo pecado, no pudieron, por falta de
tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad
y por amor del regalo, satisfacer en esta
vida y están padeciendo ahora sus penas
en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos
pronto a su descanso...

Ant. 2: Señor, dígnate librarme, date


prisa en socorrerme.
He proclamado tu salvación ante la gran
asamblea; no he cerrado los labios: Señor,
tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he proclamado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R/.
Tú, Señor, no me niegues tu clemencia, que
tu misericordia y tu lealtad me guarden
siempre, porque me cercan desgracias sin
cuento. R/.
Se me echan encima mis culpas y no puedo
huir; son más que los cabellos de mi cabeza
y me falta el valor. R/.
Señor, dígnate librarme; Señor, date prisa
en socorrerme.
Alégrense y gocen contigo todos los que te
buscan; digan siempre: «Grande es el
Señor»,
los que desean tu salvación. R/.
Yo soy pobre y desdichado, pero el Señor
cuida de mí;
tú eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío,
no tardes. R/.

Ant. 2: Señor. Dígnate librarme, date


prisa en socorrerme.
V. No te acuerdes, Señor, de sus pecados.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R/. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R/. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R/. Amén.

V. Señor, oye mi oración.


R/. Y llegue a ti mi clamor.

Conclusión:
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate
de los hijos que tienes en el purgatorio y,
presentando nuestros sufragios y tus
méritos a tu Hijo, intercede para que les
perdone sus deudas y los saque de
aquellas tinieblas a la admirable luz de su
gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y
de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede
juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por
las almas del purgatorio.

Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio


compadecerse y perdonar: te rogamos
suplicantes por las almas de tus siervos que
has mandado emigrar de este mundo, para
que no las dejes en el purgatorio, sino que
mandes que tus santos ángeles las tomen y
las lleven a la patria del paraíso, para que,
pues esperaron y creyeron en ti, no
padezcan las penas del purgatorio, sino que
posean los gozos eternos. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.

4o. día del Novenario por


nuestros difuntos
En este 4o. día del Novenario por nuestros
difuntos. Señor, creo que eres el camino, la
verdad y la vida, pero aumenta mi fe.
Ayúdame a hacer tu voluntad siguiendo la
presencia de tu Espíritu Santo en mi espíritu
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N……
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que exiges
la penitencia aun de los pecados veniales
en este mundo o en el otro: danos temor
santo de los pecados veniales y en
misericordia de los que, por haberlos
cometido, están ahora purificándose en el
purgatorio y líbralos a ellos y a todos los
pecadores de sus penas, llevándoles a la
gloria eterna.
Ant. 3: Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro del
Señor?
Salmo 41
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan, noche y día,
mientras todo el día me repiten: «¿Dónde
está tu Dios?» Recuerdo otros tiempos y mi
alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo
y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué
te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón y el Monte
Menor.
Una sima grita a otra sima con voz de
cascadas:
tus torrentes y tus olas me han arrollado.
De día el Señor me hará misericordia, de
noche cantaré la alabanza del Dios de mi
vida.
Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué me
olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío, hostigado
por mi enemigo?
Se me rompen los huesos por las burlas del
adversario;
todo el día me preguntan: «¿Dónde está tu
Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué
te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Ant. 3: Mi alma tiene. Sed del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro del
Señor?
V. Grande es tu ternura, Señor.
R. Con tu palabra dame vida.
V. No te acuerdes, Señor, de sus pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.
Conclusión
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate
de los hijos que tienes en el purgatorio y,
presentando nuestros sufragios y tus
méritos a tu Hijo, intercede para que les
perdone sus deudas y los saque de
aquellas tinieblas a la admirable luz de su
gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y
de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede
juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por
las almas del purgatorio.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio
compadecerse y perdonar: te rogamos
suplicantes por las almas de tus siervos que
has mandado emigrar de este mundo, para
que no las dejes en el purgatorio, sino que
mandes que tus santos ángeles las tomen y
las lleven a la patria del paraíso, para que,
pues esperaron y creyeron en ti, no
padezcan las penas del purgatorio, sino que
posean los gozos eternos. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.

5o. día del Novenario por


nuestros difuntos.
Iniciemos el 5o. día del Novenario por
nuestros difuntos. Por la Señal, etc.
En el nombre al Padre, en el nombre de
Jesús, con el Espíritu Santo
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N…
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los
regalados en esta vida, que no pagaron por
su culpa o no tuvieron bastante caridad con
el pobre, castigas en la otra con la
penitencia que aquí no hicieron:
concédenos las virtudes de la mortificación
y de la caridad y acepta misericordioso
nuestra caridad y sufragios, para que por
ellos lleguen pronto a su descanso eterno.
Responsorio 1Co 15, 25-26; cf. Ap 20,
13. 14
R. Cristo debe reinar hasta que Dios
ponga todos sus enemigos bajo sus
pies. * El último enemigo aniquilado será la
muerte.
V. Entonces la muerte y el hades
devolverán los muertos, y la muerte y el
hades serán arrojados al lago de fuego.
R. El último enemigo aniquilado será la
muerte.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

6o. día del Novenario por


nuestros difuntos.
Iniciemos el 6o. día del Novenario por
nuestros difuntos.
Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el
nombre de Jesús, con el Espíritu Santo.
Amén
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N…
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que
quisiste que honrásemos a nuestros padres
y parientes y distinguiésemos a nuestros
amigos: te rogamos por todas las ánimas
del purgatorio, pero especialmente por los
padres, parientes y amigos de cuantos
hacemos está novena, para que logren el
descanso eterno.
Responsorio Jn 5, 28-29; 1Co 15, 52
R. Los que están en el sepulcro oirán la
voz del Hijo de Dios. * Los que hayan
hecho el bien saldrán a una resurrección de
vida; los que hayan hecho el mal a una
resurrección de condena.
V. En un Instante. en un abrir y cerrar de
ojos, al toque de la última trompeta, los
muertos despertarán
R. Los que hayan hecho el bien saldrán a
una resurrección de vida; los que hayan
hecho el mal, a una resurrección de
condena.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y brille
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.
7o. día del Novenario por
nuestros difuntos
Iniciemos el 7o. día del Novenario por
nuestros difuntos.
Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el
nombre de Jesús, con el Espíritu Santo.
Amén
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N……
R/.En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los
que no se preparan a tiempo para la
muerte, recibiendo bien los últimos
sacramentos y purificándose de los
residuos de la mala vida pasada, los
purificas en el purgatorio con terribles
tormentos: te suplicamos, Señor, por los
que murieron sin prepararse y por todos los
demás, rogándote que les concedas a todos
ellos la gloria y a nosotros recibir bien los
últimos sacramentos.
Responsorio Cf. Jb 19, 25. 26. 27
R. Sé que mi Redentor vive y que en el
último día yo resucitaré de la tierra; * y
en mi carne veré a Dios, mi salvador.
V. A quien yo mismo veré y no otro y mis
ojos lo contemplarán.
R. Y en mi carne veré a Dios, mi
salvador.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.
8o. día del Novenario por
nuestros difuntos.
Iniciemos el 8o. día del Novenario por
nuestros difuntos.
Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el
nombre de Jesús, con el Espíritu Santo.
Amén
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N…
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N… a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los
que vivieron en este mundo demasiado
aficionados a los bienes terrenales y
olvidados de la gloria, los retienes
apartados del premio, para que se
purifiquen de su negligencia en desearlo:
calma, Señor misericordioso, sus ansias y
colma sus deseos, para que gocen pronto
de tu presencia, y a nosotros concédenos
amar de tal manera los bienes celestiales,
que no deseemos desordenadamente los
terrenos.
Responsorio Cf. Sal 50, 4
R. Señor, no me juzgues según mis
actos: nada digno de mérito he hecho en
tu presencia; por esto ruego a tu
majestad, * que tú, Dios mío, borres mi
culpa.
V. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi
pecado.
R. Que tú, Dios mío, borres mi culpa.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.

V. Señor, oye mi oración.


R. Y llegue a ti mi clamor.

9o. día del Novenario por


nuestros difuntos
Iniciemos el 9o. día del Novenario por
nuestros difuntos.
Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el
nombre de Jesús, con el Espíritu Santo.
Amén
V. Hemos venido a rezar por el difunto (a)
N……
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Estamos seguros de haber pasado de la
muerte a la vida, porque amamos a
nuestros hermanos (1 Juan 3,14).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros,
nada temo, porque Tú estás conmigo
(Salmo 22,4).
R/. En tus manos, Señor, encomiendo su
espíritu
Oremos: Señor nuestro, que eres amor;
recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a
quien has llamado de esta vida. Perdónale
todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz
y paz eternas, levántalo (a) para que viva
siempre con todos tus santos en la gloria de
la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén-
¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos
ofendido; también me pesa porque
podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina
gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta.
Amen.
LECTOR: Señor mío Jesucristo, cuyos
méritos son infinitos y cuya bondad es
inmensa: mira propicio a tus hijos que
gimen en el purgatorio anhelando la hora de
ver tu faz, de recibir tu abrazo, de
descansar a tu lado y; mirándolos,
compadécete de sus penas y perdona lo
que les falta para pagar por sus culpas.
Nosotros te ofrecemos nuestras obras y
sufragios, los de tus Santos y Santas; los de
tu Madre y tus méritos; haz que pronto
salgan de su cárcel y reciban de tus manos
su libertad y la gloria eterna.
Responsorio 1Ts 4, 13-14; Jr 22, 10
R. No os aflijáis por la suerte de los
difuntos, como los hombres sin
esperanza. * Pues si creemos que Jesús
ha muerto y resucitado, del mismo modo
a los que han muerto en Jesús, Dios los
llevará con él.
V. No lloréis por el muerto, ni os lamentéis
por él.
R. Pues si creemos que Jesús ha muerto
y resucitado, del mismo modo a los que
han muerto en Jesús, Dios los llevará con
él.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia
sus pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca
para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo
en fuego.
Padrenuestro.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.

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