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Antonio Nariño,
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mucha trascendencia, cuando yo debo estar con usted antes del fin del año, le
suplico que con la delicadeza propia de usted entretenga cualquier propuesta
que se le haga a ese gobierno, bien sea por la España o por otra potencia, hasta
que nos veamos. No dudo que Zea y Méndez escribirán a usted y que harán al
gobierno todas las comunicaciones propias de sus ministerios; pero repito
que si esta llega a tiempo, procure usted que nada se resuelva definitivamente
hasta nuestras vistas, supuesto que ha de ser poco el tiempo que medie desde
su recibo hasta mi llegada.
Aquí nos hallamos presenciando el ruidoso suceso de la causa de la reina
por adulterio, seguida en el parlamento en su presencia, pero esto no impide
que se trate de fijar nuestros futuros destinos de un modo acomodado a los
intereses y miras de los gabinetes de Europa. Por Dios, mi amigo, que los
heroicos generales que han seguido a usted en su gloriosa carrera no pierdan
de vista los sacrificios, las lágrimas y la sangre que nos ha costado una patria
que seguramente perderemos si no nos encuentran a todos acordes en los
principios, en el modo y en la ejecución. Nunca el peligro ha sido mayor, ni
nunca hemos estado en situación de sacar mejor partido si nos sabemos con-
ducir. Sería de más advertir a usted que debe reservar esta mi carta, como el
de asegurarle que soy con las mayores veras su más apasionado admirador y
amigo que besa su mano,
FUENTE EDITORIAL:
Hemández de Alba, Guillermo. Canas intimas del general Nariño, ob. cit.
NOTA:
1. Del original. Al dorso dice: South America. Al general Bolfvar en la Guayana o Bogotá (Del autor).
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CARTA DE PEÑALVER A BOLIVAR
Fernando de Peña/ver.
Mi querido Simón:
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alguna comisión para la misma España. El me dijo que le había escrito que
admitiese la diputación de cortes, pero yo no lo creo tan mentecato.
Este hombre, con dinero en Gibraltar, puede volver locos a los comer-
ciantes de Cádiz, escribiendo allí cuanto sea conducente a establecer la opi-
nión por la independencia, que ya tiene algunos amigos en la misma España.
Me parece que un hombre se necesita ahora en Gibraltar mucho más que en
Londres, y ninguno es más a propósito que el señor Nariño, pero es necesario
expensarlo con liberalidad, para que pueda costear la imprenta, pagar los
correos y los espías, y tener algo o más que alguna decencia ...
Fernando de Peña/ver.
FUENTE EDITORIAL:
O'Leary, ob. cit., t. 8, p. 366.
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CART A DE FRANCISCO ANTONIO ZEA
AL GENERAL BOLIVAR
Dentro de pocos días partirá para esa el general Nariño, con dirección al
cuartel general de vuestra excelencia, a hacerle comunicaciones importantí-
simas, y él informará a vuestra excelencia de cuanto pasa con el señor Mén-
dez, de su completo descrédito con el gobierno, con el comercio, con los
buenos amigos de la causa y con sus propias hechuras. De todo mandaré
documentos.
F. A. Zea.
FUENTE EDITORIAL:
Sin identificar.
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CARTA DE FRANCISCO ANTONIO ZEA AL LffiERT ADOR
... El general Nariño, que partirá dentro de pocos días, pondrá de mani-
fiesto a vuestra excelencia los resultados ventajosos de mis operaciones, a
pesar de cuanto diga el señor Méndez, que s610 debe imputarse a sí mismo los
sacrificios que el vergonzoso estado a que había llevado los negocios ha
hecho indispensables.
F. A. Zea.
FUENTE EDITORIAL:
Sin identificar.
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EN BOGOTA SE PUBLICA LA NOTICIA
SOBRE LmERTAD DE NARIÑO
Nariño, 1820.
FUENTE EDITORIAL:
Hemández de Alba, Guillenno. Proceso de Nariño, t. 2, presidencia de la República de Colombia, 1984,
p.587.
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CART A DE ROSCIO AL GENERAL BOLIV AR
Juan G. Roscio.
Juan G. Roscio.
FUENTE EDITORIAL:
O'Leary, ob. cit., t. 8, p. 506.
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CARTA DE ZEA AL MINISTRO DE RELACIONES
EXTERIORES DE LA REPUBLICA
El señor general Nariño ha salido hacia Francia, para embarcarse allí con
dirección a la Martinica. A su llegada se conocerán la importancia y la necesi-
dad del convenio que he hecho y en que no debe ponerse el menor reparo, so
pena de echarlo todo a perder ...
F. A. Zea.
FUENTE EDITORIAL:
Sin identificar.
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3 Nariño, T. VI
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CARTA DE NARIÑO DESDE PARIS
Antonio Nariño.
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barón de Humboldt estuve en el instituto. [Qué placer se siente, mi amigo, al
ir viendo los semblantes de tantos grandes hombres, de quienes he oído ha-
blar toda mi vida! Se ha hecho una coleccioncilla de libros que merece la pena
de haber venido, y de algunos instrumentos que no había en esa. Quién sabe
si todo esto es tiempo perdido; pero yo tendré, los días que me resten de vida,
el consuelo de no haberme desmentido un solo instante, y de haber hecho
cuanto estaba de mi parte.
Continuaré hasta el 23 viendo todo cuanto pueda, como el Gimnasio, en
donde yo no he estado, el Observatorio y Luxemburgo, a donde iré mañana,
que ya tengo conocimiento con el director del primero.
Exija usted de míster William que me conteste, si ya no lo hubiere hecho,
como lo creo.
Aquí me han exigido que deje mi retrato, y no me parece regular dejar de
mandar a usted una muestra. Usted verá en él sólo el recuerdo de un amigo
que lo estima y desea volverlo a ver en Fucha.
Nariño,
[Rúbrica].
FUENTE EDITORIAL:
Helguera, J. León. Boletín de historia y antigüedades, v. 48, números 555-556, enero-febrero de 1961,
p. 113-115.
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CARTA DE NARIÑO A JOS E MARIA VERGARA
Antonio Nariño.
Mi querido Vergara:
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CART A DE NA RIÑO A RIV AS
Antonio Nariño.
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que jamás deje las frías y nebulosas orillas del Támesis sin llevarlas consigo,
si antes que yo le escriba de la tierra de promisión tuviere que desampararlas.
¡Cuántas cosas bellísimas le podría decir de mis últimos días de París!
Pero no quiero; y sólo le aseguro que seremos felices, que existiremos; que
todo ese guirigay londinense se quedará en criminales proyectos. Amén.
Esta es para usted solo, y así, aunque me acuerdo de todos nuestros con-
tertulios y amigos, a nadie saludo, si no es que usted quiera manifestarlo al
pícaro de Real y al marrón de Méndez, que tiene más entresijos que el dios
Apis.
A Zea no le escribo porque, a pesar de nuestra antigua amistad y de lo
mucho que me ha servido para mi viaje, desde que volví las espaldas no ha
querido ni contestarme. Yo siempre seré el mismo para con él; no estamos
obligados a responder de lo que los otros hacen, sino de lo que nosotros hace-
mos. La reputación de Zea está en un momento de crisis, y yo siempre estaré
interesado en que sea favorable; pero él creo que no lo conoce, o que no me
cree capaz de contribuir a su éxito. Quizá tendrá razón, porque todo mi estu-
dio han sido solo mis trabajos.
Salud y amistad.
Nariño.
FUENTE EDITORIAL:
Helguera, J. León, ob. cit., p. 115-116.
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