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TRABAJO SOCIAL Y DERECHOS

HUMANOS. COMPROMISO CON


LA DIGNIDAD
CAPITULO IV
Victoria Gallardo.

FASIC
(FUNDACION DE AYUDA SOCIAL DE LAS
IGLESIAS CRISTIANAS)

FASIC nace en Chile en 1975 por la voluntad de diversas Iglesias


cristianas, unidas bajo el signo del ecumenismo y puestas al servicio de
la causa del hombre y de la sociedad, colocados por la dictadura en situa-
ción de perseguidos y oprimidos.

Su acción se desarrolla a lo largo de todo el país, a través de sus ofi-


cinas en Santiago y Valparaíso. Su quehacer se organiza en tres áreas: SA-
LUD NENTAL, DERECHOS HUMANOS Y DOCtnENTACION -
PUBLICACIONES, con un total de doce programas, ocho de los cuales
están a cargo de asistentes sociales.

Su rol de ayudar a reconstituir la vida bajo la represión se inscribe en


la promoción de los Derechos Humanos, y en una dirección específica:
el ser humano reprimido y la familia reprimida. FASIC, al asumir esta ta-
rea por tantos años, reflexiona y elabora su experiencia. Su proyección en
el üempo alienta la esperanza de una sociedad más justa, donde cada cual
asuma el rol protagónico que le cabe, incluido el propio. Será el anuncio
de la buena nueva donde imperen los valores superiores del hombre ba-
jo la égida de la libertad.

53
INDICE

del método de caso


caw-eptsbásicos de reconceptuali7Eión
l. Ls desdeel prxcso
2.
3.
diferente: La familia
intervención
4. Un ni\Ñlde modelo de interverwión en la crisis
El de caso y el
5.
"A veces, algunas veces,
el cantor tiene razón
si busca en algún rincón
la alegría de la vida,
de un día nace otro día
y a esa fuerza no la matZ'1
aunque maten al cantor..."

METODO DE CASO
1. LOS CONCEPTOSBASICOS DEL
profesional y el
No hay dudas de que orígenes del Servicio Social
de están íntimamente

históricamentepor la caridad y la filantropía, el Servicio


Sxial profesional esgrime como una técnica propia, que le confiere iden-
el método de caso.

La caridad, en grado importante de inspiración religiosa crisüana, se


expresa en la conceFión de "hacer el bien por amor a Dios". La filanÚ0-
pía. de inspiración no religiosa (masónica, por ejemplo), se exprsa la
ccuweFión de 'tlacer el bien por amor al hombre".

Según Juan Barreix2,ambas fuentes de inspiración para la Eción


cial pue&n ser caratuladas como "hacer el bien por el bien mismo".

Barreix, Juan. HistMia del Servicio Social. Esquema dial"ico para la elaborxi&
e ü)terpretación. Ed. Ecro, 1972.

54
Caridad y filantropía son vistas como "impulsos constructivos,.
hansurgido como resultado dc un complcjo dc culpa ror czpJotzi6n y
agresionesprevias quc no altcran su valor social'".

A fincs dcl siglo XVIII, la Rcvolución Industrial irrumpe cn Europa


y modifica sustancialmcnte cl escenario social: aparcce Ja fábrica y con
ella la naciente clasc obrcra. El nuevo modo de producciónda origcn a
una erupción explosiva dc problemas socialcs frcntc a los cuales todos los
métodosde la caridad y la filantropía se muestran no basta con
"hacerel bien"; hay que "hacerlo bien". Hacen falta métcb y t&níca.

Así pues, la evolución de estos "impulsos constructivos" se liga, en


el desarrollo histórico de Servicio Social, a la profesionali7Eión, a la su-
bordinacióna una disciplina científica y al uso de técnicas en forma
consciente y planificada. Se busca el logro de metas, la consecuciónde
objetivosclara y previamente definidos. Se vincula esta cción
sional a la existencia de agencias, instituciones u organizaciones que p-
nen en contacto al sujeto necesitado y al profesional.

El sujeto necesitado, el hombre, es considerado un "organisrno


social"4, y el caso es considerado "un acontecimiento vivo que siemve
incluye factores económicos, físicos, mentales, emocionales y
en proporciones diversas "5.

De este modo, un caso social está compuestopor factores


(del sujeto) y factores externos (del medio).

Mary Richmond definió primeramenteel métcxiode


"aquellos procedimientos que desarrollan la Frsonalidad medid)E ajus-
el hom-
tes efectuados conscientemente, individuo por individuo, entre
Richmotxi
bre y el medio social en que vive'%.Una definición psterior de

Social de Cases. Ed. La Prmsa Me-


Gordcn. Teoría y práctica del Trabajo
ncana 1'114,
4Hamilton, Gordcn, op. cit.
Hamilton, Gordcn, op. cit.
Hamilton, Gord(li, op. cit.
55
habla de "el arte de hacer diversas cosas para y con diferentes
a fin de alcanzar de una vez y simultáneamente su mejoramientZha

La investigación del caso que Mary Richmond proponía,


profundas causantes de los
apunt&
las raíces desajustes visibles y lleva,
por
neral, a concluir que éstas se ubican a nivel de estructuras disfunci
y que, por lo tanto, su tratamiento requiere reformas a nivelde
tes siempre micro y no existía cuestionamiento alguno de la
global social.

La influencia del desarrollo de la psicología y las teorías de Freud


ce que, posteriormente, se hable del caso como "de una personay
tuación: una realidad objeüva y el significado que esta realidadobjetiva
dene para quien la experimenta'%

Posteriormente, desde un punto de vista ecléctico, Bowers cenrael


ohie.üvo del Servicio Social profesional en el Caso Social Individudes
decir, en el individuo vulnerado. Para este autor el malestar socialeraal.
go así como "la suma de los malestares individuales", y por contrapcti-
da sostenía que el bienestar general surgiría como resultado de la suna
de los bienestares individuales.

Según Gordon Hamilton', quien recoge toda la influencia de las


cias sociales post Segunda Guerra Mundial, las principales hipótsis &
todas las definiciones aceptadas del método de caso son:

— El individuo y la sociedad son interdependientes.


las
— Lasftwrzas sociales ejercen influencia sobreel comportamientoy
de los sujetos.
fa-
— La mayoría de los casos son problemas interpersonales en que la
milia suele estar implicada.

Hamiltm, Gordon, op. cit.


• Hamiltai, GMdon. M). cit.
Hamiltm, Gordon, q». cit.

56
El es
a del

Xa que
el
cioES snü•aks
eso axnos relevante: el en ayu-
dSoa es ya &
de éstea la en se

el pinto de vista
prendeel óagnóstko y el tratamiento. En este un ep
sstene&r la relxón o vítxuh, desü•rollSa entreel
nal y el cliente. Este es el y ü2-
bajode el de A agregala entre'.isu,qtxpe-
de realizarse en la institución o en el &micilio cliente,
se a úlüma forma, con frecuencia, &Mnk11iaria-.
Se k sig-
na importancia en la fas de estudio Oe
el los y

que y Sn el m&do de
foca& a la solEón de hs individuales. s-
ñala que 'hay de abüdar
ciales:

a) a ravés de la estuctural y
b) medianteel mejMamkntodel individ1Ñy grupo
mientos

El Servicio y el de debían,hsta del


Fivilegiar el segundo punto vista.

DESDEEL PROCSO
2. L CUESTIONABffENTO
DE RECONCEPTUALIZACION DEL SERVICIO SOCIAL
A comEnzos la del 'O,
57
de la Revolución Cubana y de la c
vulsionada por los efectos
por Estados Unidos bajo las banderas de la Alianza para
zada
las tesis desarrollistas se encuentan
En las ciencias sociales,
de Naciones Unidas comienzan
ge. Las comisiones técnicas a
largo y ancho de Latinoamérica, Escuelas de Servicio Social
de
PO,imbuidasde los conceptos claves de las tesis desarrollistas:
ción, participación, grupo, organización de la comunidad. Se
a reemplazar la antigua denominación de Asistente Social pr la de
bajador Social.

'El Servicio Social profesional implementa políticas •iales


apuntan a ia reforma del aparato económico, jurídico y político
ampliándosesu campo de acción como consecuencia de una rnayü
berturade la acción del Estado en el campo social.

El Servicio Social, como respuesta profesional, hace un gran énfai


en el concepto de responsabilidad social, plantea que el origen del proble-
ma y su solución se encuentran en estructuras sociales que requieren
reformadasglobalmente; hace una aplicación preferente de
de grupo y comunidad "10.

En este marco social üene su origen el proceso de recorreptualiz&


ción del Servicio Social que, en nueüo país, se da al calor del movimkn-
to de Reforma Universitaria. Las tesis desarrolladas comienzana ser
cuestionadas y el concepto de cambio de estructuras deja de ser tabú.

Durante el proceso de Reforma y uno los


blancosdel cuestionamiento fue el método de caso. Las críticas cen-
trabanen los siguientes argumentos:

— F! métododecasosesosüeneen laconcepcióndequeelproblemaes-
u cn cl individuo, no en el medio.

Gallardo, Victoria. Historia


crítica del Servicio Social en Otile. IV Ccrtgre-
so Regional Santiago.
Colegio Asistentes Sociales.

58
Sus procedimientos y técnicas conducen al ajuste o adaptación dcl in-
dividuo a un medio (sociedad) que se debía modificar estructural-
mente.

— En las sociedades latinoamericanas la mayoría dc los problemas son


sociales y no individuales. Las carencias y los estados dc ncccsidad
de los individuos provienen de estructuras socialcs injustas y de una
distribución profundamente desigual de las riquezas.

La proporcionalidad de "recursos versus necesidades" en países sub-


desarrollados, o dependientes económicamente, debe hacer preferir
las soluciones colectivas sobre las individuales.

— El método de caso no hace sino reforzar las soluciones parciales. Da


al quehacer profesional del asistente social el carácter de "parche",
siendo funcional, en última instancia, a las estructuras sociales vigen-

El método de caso tiene en su base una concepción de hombre obje-


to y no sujeto.

En resumen, frente al movimiento de reconceptualización que pre-


tendía un Servicio Sxial latinoamericano y en pro de un cambio de es-
reaccionario del
tructuras, el método de caso representaba el núcleo más
quehacer profesional.

EXPERIENCIADE
3. EL METODO DE CASO EN LA
HUMANOS
TRABAJO SOCIAL EN DERECHOS
Social en Derechos Humanosnace en Chi-
La experiencia de Trabajo Iglesias Cristianas para pre-
por l'as
le ligada a los esfuerzos desarrollados masivamente,comenza-
de quienes,
servar los derechos fundamentales Estado de septiembre de 1973.
golpe de
ron a ser perseguidos a partir del
e institucionalvigente hasta
El quebrantamiento del orden jurídico
59
momento pone al país cn una crisis cn quc ya no es posible hacer
uso
do las nonnas do convivencia conocidas. Las nuevas rcglas enmarcan en
una lógica (le guerra, y la dcnominación dc "cncmigo" es aplicada a
un
intportnntosector dc la ciudadanía.

Es cn este contcxto histórico quc comicnza un desarrollo del trabajo


scvial en ('l (Ic los derechos humanos, porquc nunca antes habían
si-
do violados dc modo tan gravc, adcmás dc abierta y sistcmáticamcnte,
los
dctrchos fundamentalesdc milcs dc pcrsonas cn nuestro país.

Nunca antes hubo una acción profcsional que necesitara reivindi-


car explícitanw•nte,como sustento dc su praxis, los derechos consagra-
dos la Carta Universal dc las Naciones Unidas sobre Derechos Hu-
manos.

El dcrccho a la vida y a la libertad constituyen en estas circunstancias


cl cjc en torno al cual sc cjcrcc cl quchaccr profesional.Como otras
profesioncs, cl Trabajo Social sc vc cnfrcntado a problemas inéditos. Pa-
ra encararlos, no existían antcccdcntcs, experiencias, parámetros o
modelos de acción que utilizar. Este cs otro elemento quc nos lleva a ubi-
car cn este período el nacimiento de este nuevo campo de acción prote-
sional.

Dcsdc sus inicios cl Trabajo Social en Derechos Humanos se inser-


ta cn un quehacer la naturaleza de la problemática ex-
cede ampliamcntc la competencia de una sola disciplina.

De manera conscientc y explícita sc ponen en primer plano los prin-


cipios humanistas dc la profesión: una acción profesional
de ayuda efi-
caz a otra persona no cs tal sin cl reconocimiento del
dcrccho de cada per-
sona a gobernar su propia vida, a gozar de libertades
personales y civiles,
a buscar su propio desarrollo y el dc la sociedad de que
forma parte, con-
forme a su propia manera dc ver y construir cl mundo.

"La Carta dc Derechosdel Hombre implica un método


de administrar estos derechos, y democrático
cl mero hecho do ser hombre lo faculta
60
ヾれ
れ ぐれ新中 厭 、ぐ 当、 心 \
は、 &、
、当ユ 気、
】、 い れ気

、、、
いヾいミ、
れ 、ⅲい気 長& 、心ⅵ、
い一 心鑾、) ぐま12

、、、
ⅲはれ1、
ゞⅥ S ヾトⅢ1凛れ
、ゞい気 ゞぐ
靆Ⅲ凛れいこ浦 1心ⅱに、
れsいおd ぐ
ぐ ぐぶ爪 ⅲ、ぐ いは、、求 ー ざ、 、ぐ
、いい、
さ 裕d ぐ
れはt!、れ in 、 1kに
ⅸ 、
、、
新, ぶ y n1i20, es沁 れ 凛、
沁0懿、沁 靆心
Sⅲdぐ
20 Ⅸゞ ぐヾuぐ中 にinn ーい心ユコれcr ・
覊m靆「0 れ 製飛 s ⅲ市 盟 ⅲれ
ー 0、
洫】ー 0

ぐ討沁 リ\ ぶぐれ、 ヾdel mさ) 畿戛 、
) )、
& 沁
tm、dela ぐ
u叩 ⅱ心 ) ぐ
さい & 1れ
於気) 0

れぐ&ⅲOdesいぐqueenla れトⅵ3 ⅱー 、
zaciones humanN
dedemehos れヾ ぐ に 、3 ざ 410 ト
ゞ3ⅸ
22n
miliasque uda»れ0 sen背 聞よ
0ⅶ、

Haト
ⅱ魅虱靆 sに心ミ
i u20ま、 バは ー

ーcuales 、
trabaド

Un 2d0 心 ac la
2. Un espacio de catarsis emocional.

3. La historia vital del afectado cn general y la composición actual


desu
grupo familiar.

4. La objetivación de la situación actual.

El eje que sostiene este desarrollo es el vínculo que se establece


en-
tre el Asistente Social y la persona afectada; vínculo que se convierte
en
un Nirumento central en el proceso de ayuda y acompañamiento que
se
inicia a partir de la construcción conjunta del diagnóstico.

Este diagnóstico nos señala:

Desde lo psicológico: "En los pacientes atendidos precozmente, la


sintomatología se manifiesta en forma aguda y está estrechamente liga-
da a la experiencia traumática específica que la ha desencadenado. En ella
se destacan padecimientos síquicos tales como angustia exacerbada, tras-
tornos del sueño, pesadillas, vivencia paranoides, sentimientos de pérdi-
da, autodesvalorización, culpa, disminución del rendimiento intelectual
—principalmente en sus componentes de y memoria—,
labilidad emocional o estados de euforia, alteraciones del apetito y del
funcionamiento sexual, congelamiento o frialdad afectiva, aislamiento,
falta de emocional y llanto frecuente, irritabilidad, etc. 'h3.

La ausencia o precariedad de una conciencia sociopolítica afecta de


modo claro la vivencia del hecho represivo como experiencia traumática.

El caso de Arturo es significativo al respecto:

"Arturo tenía 25 años de edad cuando consultó porque experimenta-


ba una fuerte alteración de la capacidad de estudio. Señaló su temor a per-
der la memoria y la capacidad de atención y concentración. Temía fraca-

Varios autores (FASIC). Trauma, duelo y reparación. Ed. Interamericana, 1987.

62
sus estudios debido a esos problemas. Al interrogársclc sobrecl ori-
esta situación, dijo que estuvo detenido cn dependencias dc la CNI
Nacional dc Informaciones) durante ocho días, a fines dc fcbre-
Vendado y esposado todo el tiempo, y que a consccucncia de
ello se sentía nerviosn.

Antes de ser detenido estudiaba en la noche Dibujo Técnico y traba-


cn cl día en una empresa constructora. Respecto a sí mismo, señaló
la experiencia dc detención fue una experiencia humillante y muy te-
dijo: 'Yo siempre he sido una persona muy ordenada,muy estu-
que he vivido para estudiar, nadie podría decir nada de mí, cómo
es que a mí me pase esto; no tomo, no llevo ninguna religión, no
tengo más que una mujer '

"En la primera entrevista comunicó su terror por lo que oía en el re-


cinto de intcrmgatorio: gritos de mujeres, de su primo, quejidos; oía a su
tío. Describió su perplejidad frente a la experiencia y se veía a sí mismo
'
en una actitud pasiva. tSiempre he sido reservado, tranquilo... Se des-
cribió como una persona socializada en la "normalidad"... que entendía
que el papel del Estado era protegerlo a fin de vivir en paz y seguridad,
pero que sentía que su confianza en la sociedad era una ilusión, puesto que
su experiencia de detención le mostraba que estaba inerme y desprote-
gido.
un sueño, mi
"Describió su detención así: es como un shock, parece
apenas veía el dia-
forma de ser no era para esto. Cuando llegaba a clases
rio, me causaban risa los cargos de los extremistas'

principal en la recreación angustiosa —depre-


"El factor patogénico
de ser agredido, torturado, vejado en una
de Arturo-—es la vivencia
absoluta. Su experiencia tiene condiciones aluci-
Kituacióndc inermidad
realidad inexistente, negada en la sociedad
nantes: es la irrupción de una
es la experiencia en sí mismo como víctima
y negada en su propia vida; propósitos vitales.
riesgo su vida y sus
dc esa realidad que pone en
ordenado de su vida privada, sus esca-
"El carácter regular, previsto, hecho sorprendente, de-
detención un
sos contactos sociales, hacen de la
63
sorganindor y finalmente traumático, que el sujeto con sus propios
re-
cursos (ideas, afectos) no pucdc controlar. La perturbación es global,
pe-
ro cl sujeto la focalizó cn su rendimiento intelectual probablemente co-
mo una forma de controlar su angustia.

"Es importante tener en cuenta que dentro dcl proyecto personal del
sujeto, y en su objetivo de llegar a scr profesional, la cárcel es un baldón
social y no tiene cl significado de la prisión política, que es vivida muchas
veces por los sujetos afectados como un reconocimiento de que se es un
enemigo importantedcl régimen. La cárcel, en cuanto baldón social,
amenazaba todo su proyecto'"'

Presentan una dramática desestructuración familiar en el primer pe-


ríodo que sigue al hecho represivo, y pérdida del trabajo o de las fuentes
materiales que proveían la subsistencia, pérdida de la red social de apo-
yos y pertenencias, pérdida cn general del marco relacional en que se in-
sertaba el afectado.

"Es en el planteamiento paulatino y consciente de esta realidad


don-
de la familia, junto a los recursos recibidos, se va dando
cuenta de la pér-
dida de un miembro del grupo familiar y de su significado,
como asimis-
mo de la necesidad de suplir roles y tener una explicación
lo más lógica
y verídica, pero no por ello menos lesiva.

La forma de asumir esta realidad encuentra un


importante soporte en
el mayor grado de conciencia socioeconómica que
maneja al grupo.•ts
El tratamiento social, que en la dinámica construcción
común con el
afectado parte desde la elaboración diagnóstica,
comprende:

Lira, Elizabeth. "Psicoterapia de un detenido


represi&i política, Ed. Siglo XXI, 1984. en Psicoterapia y
Subrayado de la autora.
Bel, Bena y otros. "Desestructuración familiar y su efecto en los
cia presentada al Seminario del Cono Sur "Efectos del terrorismo de menores",
Estado en la infan-
cia y adolescaicia", Buenos Aires, Argentina, 1987.

64
y derivación o referencia.
a) Accionesde orientación, información
b) Acciones dc apoyo material.
scgurización.
c) Acogiday contención cmocional,
familiar y social.
d) Accionesfacilitadoras dclarcvinculación pcrsonal,
e) Acciones facilitadoras dc la reinscrción laboral.

Sin embargo, la dinámica de la situación represiva plantea la ncccsi-


dad permancnte de una rcevaluación diagnóstica del caso, y el ajuste co-
herente de los apoyos y acciones planteados en el tratamiento, en un pro-
ceso de retroalimentación sostenido.

"La situación represiva prolongada en el tiempo permite que tanto el


miembrodirectamente afectado como su grupo familiar encuentren una
nueva situación de equilibrio: la "normalidad" se constituye por una nue-
va rutina cotidiana y los nuevos roles y tareas asumidos, tales como el tra-
bajo de la madre, la participación política del hijo mayor o su precoz in-
serción laboral, la dispersión de los menores entre los parientes, etc.

"La libertad del padre o la madre prisioneros enfrenta a la familia a


una situación en que la exigencia de un nuevo equilibrio pasa por la re-
visiónde los nuevos roles aprendidos y por la constatación, a veces dra-
mática, de que ya nadie es la misma persona, y en que incluso, a veces,
el reencuentro enfrenta a virtuales desconocidos' '17.

Podemos decir, en resumen, que el método de caso aparece, desde la


experienciaen el trabajo de Derechos Humanos, traspasado por tres lí-
neas principales de acción:

Una acción asistencial, que revaloramos como ineludible en el pro-


ceso de ayuda a la recuperación de la autonomía.

Una acción terapéutica, que descubrimos como inherente al desarro-


110de un trabajo que tiene por eje el vínculo creado entre el asisten-
te social y el afectado.

Bel,Berta y otros, op.


cit.

65
— Una acción educativa, que destacamos como elemento esencial
en el
proceso de apoyo a la reinserción social.

4. UN NIVEL DE INTERVENCION DIFERENTE:


LA FAMILIA

Nuestra experiencia en el Trabajo Social de Derechos Humanos


muesra, en forma reiterada, que jamás la víctima de algunas de las for-
mas de represión es uno y solo individuo: sus efectos multiplicadores in-
vaden a las personas más cercanas, la familia, de modo dramático. Así
pues, cuando en las estadísticas señalamos como afectados a 600 deteni-
dos-desaparecidos, esa cifra debería multiplicarse por cuatro (el número
promedio de miembros de la familia nuclear es de a cinco pers()-
nas); cuando informamos de 452 presos políticos, de 1.000.000 de exilia-
dos, de miles de ejecutados, etc., deberíamos repetir esa operación mul-
tiplicadora.

Aunque no existe actualmente consenso dentro de las ciencias so-


ciales acerca de la universidad de la familia, es indudable que en nuestra
es la unidad primaria que asegura la reproducción y la satisf&
ción de las necesidades básicas de subsistencia y desarrollo del hombre,
así como la encargada de satisfacer las necesidades afectivas de sus
miembros.

El impacto del hecho represivo en la familia ha sido descrito y ana-


limadoen numerosos estudios realizados por los profesionales que tra-
bajan en el área de los Derechos Humanos: 'La detención de uno de sus
transforma a los niños en observadoresatónitos de la cotidia-
neLi hogareña y de la alteración emxional que sufre el otro. A este
último el arresto del cónyuge le provoca, primero, intensa angustia, Y10
fuerza a desplegar acciones que, por lo general, desconoce, como son los
recursos legales y la averiguación del paradero del afectado. Sobre todo
en los sectores populares, la detención del jefe del hogar se traduce, en
breve plazo, en graves dificultades para la subsistencia y obliga a la
mujer a preocuparse no sólo de atender a los niños, sino de ingeniárse-

66
las para procurarles mantención, con el cambio de roles que ello involu-
cra"18

Así, no podemos sino mirar a la familia como totalidad afectada por


situaciones traumáticas que quiebran la línea de su ciclo vital y marcan
dolorosamente su evolución y desarrollo. Los niños aparcccn, cn nucstra
óptica, especialmente dañados.

"Esto, porque el trauma y el quiebre se producen en etapas de su de-


sarrollo como personas en que la familia representa el ámbito necesario
al ensayo y despliegue de las nuevas adquisiciones de su cognición, de sus
afectos, emociones y habilidades y roles sociales."

Las exigencias que la situación traumática les plantea, superan los re-
cursos de que disponen e introducen en sus vidas, de modo violento y pre-
coz, responsabilidades y tareas de adultos.

Es significaüvo al respecto el caso de María N.. 42 años, casada, la-


bores de casa, siete hijos entre 20 y 9 años al momento de su detenci(il
el 25 de octubre de 1984.

María N. trabajaba además, ocasionalmente, como comerciante. Su


marido estaba cesante y era ella quien aportaba económicamente al sus-
tento en esos momentos. Permaneció un año recluida en la cárcel de San
Miguel, Santiago.

Al salir en libertad, encuentra su hogar destruido materialmente:


"Habían vendido hasta las sillas para comer, todo era desorden y mugre,
me pasé las dos primeras semanas fregando y limpiando".

la abue-
El hijo mayor se había ido del hogar a vivir de allegado con
hija de 15
la materna. El hogar estaba virtualmente a cargo de Nena, su
años.

Varios autores, FASIC, op. cit.


67
Luego de la detención de María, los hijos habían sufrido situaciones
dc amcdrcntamicntoy pcríodos de abandono por partc dcl padre.

El período dc prisión producc cn María N. un cambio radical: no lo.


gra comunicarsc con su cónyuge, sicntc quc los hijos no obcdcccn, que
se adaptaron a una forma dc vida quc clla no logra aceptar; sc sicntc cri-
ticada y que ha perdido habilidades antcriorcs: "Ahora no me gusta salir,
me picrdo,me altera tcncr que comprar, ya no sé cómo haccrlo, y también
siento que no soporto la casa ni los niños".

"María N. abandona finalmente su hogar a los tres mcscs de su regre-


so. Nena, la hija mayor, sicntc que no la podrá perdonar, que su madre la
obliga a asumir cosas que no son dc su responsabilidad, que la privó de
su apoyo y guía, que la odia.

"Los hijos menores no quieren saber nada más de ella, alguno incur-
sionó en la vagancia, otros han tenido conductas de deserc ión escolar. Ne-
na, muy resentida, sigue a cargo de lo que resta de este grupo familiar 'h9.

5. EL METODO DE CASO Y EL METODO DE


INTERVENCION EN LA CRISIS

Nuestra práctica nos indica que el método de caso en el Trabajo so-


cial de Derechos Humanos es asimilable a lo que se ha denominado mé-
todo de intervención en las crisis. Esta asimilación no sólo facilita la com-
prensión teórica del modelo que guía nuestra práctica, sino que expresa
en buena medida el tipo de intervención más utilizada en el trabajo de De-
rechos Humanos.

Aunque la evolución histórica del método de intervención en las cri-


sis sitúa las problemáticas a enfrentar, fundamentalmente en los cambios
socioculturales de la vida urbana moderna y en las crisis que aparecen en
el curso del ciclo evolutivo de las familias y personas, creemos que
su pa-

Bel, Berta y otros, op. cit.

68
es útil a situxioncs crisis de distintcxsorígenes que los seña-

este modo. las definiciones de crisis relacionan con aconteci-


mientes el duelo, el nacitniento de un niño, el matritnonio, cambias
de tratxxioy txssidencia.etc. Caplan, citado
i
por Aguilera y Messick, dc-
tine la crisis apatxviendo cuando 'una persona afronta obstáculos
que inteqx»nen a nrtas en su vida, que por algún tiempo
resultaninsupemt»lescon los métodos acostutllbrados para resolver pro-
t»lemas.Un periodo transitorio es seguido por un Fríodo de desorgani-
tación en el cual se hacen diversos intentos infructuosos de solución' Z

Sin embargo, también se ha dado una evolución posterior del mode-


lo de intervención en ligado a los problemxs de salud mental comu-
nitaaa.

La pmblemática que se pÑxsentaen el ána de los Derechc< Humanos


pncipita lo general casis de alto contenido traumático, lo que no se
da necesariamente en otros tipos de crisis. Por lo tanto, es un tipo de cri-
sis en la cual no rata sólo de encontrar la solución de un problema,
puesto que los hechos reprrsivos (detención, allanamiento, tortura, desa-
parecimiento, ejecución, muerte en falso enfrentamiento, prisión, exilio,
relegación, etc.) se relacionan con la situación estructural de existencia
de un régimen que utiliza la represión de la disidencia como una forma
de su propia permanencia.

Las crisis en las que el hecho mpresivo precipita a las personxs, in-
cluso si son vividas individualmente, tienen siempre una implicancia co-
lectiva, social.

Esto determina también, y necesariamente, que el daño pmvo-


cado requiera una reparación que incluye, justamente,
a todo el cuervx» sx»-
cial en que el sujeto se inserta. El tratamiento o la
intervención, entonces,

Aguilera, Donna y Messick, Jeanicr. Contml de los conflictos emocionales, Ed


In-
terunencana, México, 1976.

69
de una acción que se posterga en la
historia,paracl

los tac le: es Ñlevantes mencionados por diversos


autorescomo
de alta incidenciaen la solución de problemas, la experiencia
lacion•ada con el pasadarc-
iato aparece como signi
ficativa en lassi.
tuaciones iolatorias de los De techos Humanos. Al respecto,
son ilustra-
ti\QS los casos de familiares de detenidos desaparecidos o
de ejecutados:
de 25 I : eso político, refiere que sus días
recientesen
los cuarteles de C.N t hicieron revivir dramáticamente la
situaciónde
detención de su padre kquien está detenido-desaparecido), y que
al vivir
esa experienciacomenzó a aceptar la certeza de su muerte (del
padre),
preferible a imaginarlo en esas condiciones".

Por otra pañe, las crisis, secuelas del hecho represivo, aparecenenla
mayoría de los casos asociadas a un compromiso político bien definido
o a una clara conciencia de participación y protagonismo social. Esto de-
termina, como hemos dicho, que un soporte importante en la situaciónde
crisis lo constituya el bagaje político-ideológico, tanto del afectado como
de su grupo familiar. Esto suele ser reivindicado, además, en forma vigo-
rosa por los mismos afectados.

Estos elementos son insoslayables en la evaluación de la persona y su


problema, pues al tiempo que se constituyen en factores causales, adquie-
ren también el carácter de elementospositivos o coadyuvantes en la so-
lución de la crisis.

Tanto la experiencia pasada como el grado de compromisopolí-


ticoideológico afectan la percepción que el propio individuo tiene de la
situación, y determinan en buena parte el proceso de diagnóstiCOY
tratamiento, o el grado de intervenciónposible por parte del asistente
social.

En los siguientes esquemas proponemos una forma de visualizar los


paradigmas del método dc caso y de intervención en las crisis asociadOS
a su aplicación en la problemática de derechos humanos.

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METODO DE CASO

DIAG50s-nco TRATAMIENTO
A irjfrrrrzi(rj, referencia, apoyos mate-
rial'",
Egzblf%irnmto de vínculo, zogich, segurización, acompaña-
rrjicn%.
C = Val,cri-vzí6rjde la propia y recursos, motivación al
cw;cjo de y scriales y laborales,estímulo
a la a grupos y organizaciones sociales.

proprmtz dc revisión apunta a reconocer y revalorar los ele-


mcntrn arrfrm aporlzn, sin descormer sus orígenes históricos ni el
maco del que provienen. Reconocerlos y valorarlos
corro que enriquecen nuestra práctica y, desde su contras-
tzj(ÃJ con clic elaborar y rcclaborar teoría para el quehEer profesional.
Cn qv±zcr voíes;onal definitivamente no neutral, un quehacer profe-
reconoce, virrula y en una concepción de hombre
likrc y wljdzio, supto y de una historia en que las mayorí-
a; vrr•mídas y dolorosamcntz de nuestro continente encuen-
su i&sntidd y destino común.

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