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La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en nuestro sistema penal
como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra la mujer y una de las
manifestaciones más graves de la discriminación hacia ellas.
“Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género. Se
considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias:
Haya existido entre el activo y la victima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso,
acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
La victima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la
vida;
Comúnmente los homicidios que se cometen contra las mujeres no son investigados
tomando en consideración que podrían tratarse de feminicidios. Por esta razón, el Modelo de
protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones
de género recomienda que todas las muertes violentas de mujeres que en principio
parecerían haber sido causadas por motivos criminales, suicidio y accidentes, deben
analizarse con perspectiva de género, para poder determinar si hubo o no razones de género
en la causa de la muerte y para poder confirmar o descartar el motivo de ésta.
En este artículo deseamos proponer que existe una relación entre la crisis del orden
patriarcal y el cuestionamiento a las formas de la dominación masculina por la emergencia
social de las mujeres, y el incremento en la violencia feminicida. Por lo que en esta sección
agregaremos algunas precisiones conceptuales que espero contribuyan a mostrarlo.
En lo que hace a México las evidencias y el registro sobre el feminicidio se han venido
realizando de manera más sistemática desde 1993 cuando afloraron en Ciudad Juárez
(Chih.) como un problema recurrente. Los datos y las hipótesis que orientan el análisis que
aquí presentamos están basadas en la sistematización de datos forenses sobre muertes
violentas de mujeres integrados a partir de los Certificados de Defunción en todas las
entidades de la República mexicana desde 1985 a 2010.
Las evidencias están por doquier. De acuerdo a la OMS (2013), América Latina es la
segunda región más peligrosa para las mujeres ya que solo contando los asesinatos de
mujeres por sus parejas o ex parejas, tenemos una tasa de 40.5 por ciento de feminicidios,
solo 18.3 por ciento menos que en los países del sureste asiático (58,8%) donde el
feminicidio se practica desde el nacimiento, y muy por encima de África (40.1%) donde
guerras interétnicas han estado acompañadas de prácticas genocidio feminicidas.
Ostentamos también en ese marco el oprobioso segundo lugar en porcentaje de violencia
sexual en contra de las mujeres (10.7%) por varones que no son sus parejas.
3. la violencia de pareja o violencia conyugal, como la forma más típica en que se expresan
los conflictos de género.
4. la demanda por el reconocimiento del ámbito privado como un campo de violaciones
constantes a sus derechos;
5. la intervención del Estado para la vigilancia de los derechos de las mujeres a través de la
judicializar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en leyes y normas
especiales, códigos civiles y penales;
7. las omisiones y fallas persistentes del Estado en la protección garantía de estos derechos,
como violencia institucional y por ende complicidad con los agresores.
El femicidio (voz castellana del inglés femicide) tiene una matriz feminista y por lo tanto
política. Se debe a propuesta de Diana Rusell (1976) en ocasión de un foro de feministas de
40 países bajo el nombre de Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres,
celebrado en Bruselas.
2. El femicidio sexual. Asesinato de mujeres por quienes las víctimas no tuvieron relación
sentimental o familiar, pasada o presente, precedidos o secundados por actos de violencia
sexual y en los que estuvo presente la privación de la libertad de las víctimas (rapto,
secuestro).
En esta segunda variante, Julia Monárrez (2009) ha introducido un matiz que identifica como
feminicidio sexual sistémico. Aunque la propia autora considera que no se trata propiamente
de una definición sociológica. Es una forma de feminicidio que se da en forma continua y con
marcas de violencia similares en los cuerpos. La autora supone que hay un patrón de
violencia "copiado", "reproducido" por diversos asesinos. El carácter sistémico deriva de la
suma de la impunidad de los agentes del Estado y la violencia de la explotación capitalista
sobre los cuerpos de las mujeres, quienes son simultáneamente: expoliadas por la maquila y
destrozadas por la violencia machista. Se refiere también a una especie de ambiente social
feminicida, donde el color de la piel, la clase social, la violencia patriarcal y las ilegalidades
permitidas a las empresas, prohíja un clima de violencia y desprecio hacia las mujeres. Es
decir el concepto delimita un campo de relaciones que combina diversas lógicas de poder
patriarcal.
Bibliografía Electrónica
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-69922014000200004
https://www.gob.mx/conavim/articulos/que-es-el-feminicidio-y-como-identificarlo?idiom=es