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15:7; 24:47; Hch 5:31; 11:18; 13:24; 19:4; 20:21; 26:20; Ro 2:4; 2Co 7:9,10; 2Ti 2:25; Hb
6:1,6; 12:17; 2Pe 3:9
ARREPENTIR(SE), ARREPENTIMIENTO
A. Verbos
1. metanoeo (μετανοέω, 3340), lit.: percibir posteriormente (meta, después, implicando
cambio; noeo, percibir; nous, mente, el asiento de la reflexión moral), en contraste a
pronoeo, percibir de antemano. Significa, por ello, cambiar de opinión o el propósito, y en
el NT involucra siempre un cambio a mejor, una enmienda, y siempre, excepto en Lc 17.3,
4, de arrepentimiento del pecado. La palabra se halla en los Evangelios Sinópticos (en
Lucas, nueve veces), cinco veces en los Hechos, doce veces en Apocalipsis, ocho en los
mensajes a las iglesias (2.5, dos veces, 16, 21, dos veces, «no quiere arrepentirse»;
3.3,19; las únicas iglesias en este capítulo que no reciben exhortación a este respecto son
las de Esmirna y Filadelfia); el único otro pasaje en que se halla es en 2 Co 12.21. Véase
también la nota general más abajo.
2. metamelomai (μεταμέλομαι, 3338), (meta, como en el Nº 1, y melo, tener cuidado de),
se usa en la voz pasiva en sentido de voz media, significando lamentar, arrepentirse en Mt
21.29, «arrepentido»; en el v. 32. no «os arrepentisteis»; en 27.32: «arrepentido»; en 2 Co
7.8, dos veces: «no me pesa»; (rv: «no me arrepiento»); «lamenté» (rv: «arrepentí»); y en
Heb 7.21, el único pasaje del NT en que se usa (negativamente) de Dios.¶ Véanse
PESAR, LAMENTAR.
B. Adjetivos
1. ametanoetos (ἀμετανόητος, 279), lit.: sin cambio de mente o de opinión (a, negativo,
metanoeo, cambiar de opinión o de parecer; meta, significando cambio; nous, mente). Se
usa en Ro 2.5, «no arrepentido».¶ Moulton y Milligan muestran de los escritos en los
papiros que la palabra se usa también «en un sentido pasivo, no afectado por un cambio
de mente, como ametameletos en Ro 11.29»: «sin arrepentimiento».
2. ametameletos (ἀμεταμέλητος, 278), no arrepentido de, sin lamentarse (a, negativo, y un
adjetivo verbal de A, Nº 2). Significa «sin cambio de propósito». Se dice. (a) de Dios con
respecto a sus dones y el llamamiento, «irrevocables» (rvr); «sin arrepentimiento» (rv); (b)
del hombre (2 Co 7.10, «arrepentimiento». metanoia, véase C) «de que no hay que
arrepentirse»; la diferencia entre metanoia y metamelomai, aquí ilustrada, se expresa
brevemente en el contraste entre arrepentimiento y lamentación.¶
C. Nombre
metanoia (μετάνοια, 3341), pensamiento posterior, cambio de parecer, arrepentimiento.
Se corresponde en significado a A, Nº 1, y se usa del arrepentimiento del pecado o del
mal, excepto en Heb 12.17, donde la palabra «arrepentimiento» parece significar, no
simplemente un cambio de parecer de parte de Isaac, sino tal cambio que revertiría los
efectos de su anterior estado de mente. La primogenitura de Esaú no podía ser devuelta,
implicaba una pérdida irrevocable.
Por lo que respecta al arrepentimiento del pecado, (a) se expone la demanda de parte de
Dios sobre el hombre (p.ej., Mt 3.8; Lc 3.8; Hch 20.21; 26.20); (b) la misericordia de Dios
en dar arrepentimiento o llevando a hombres a Él se expone (p.ej., en Hch 5.31; 11.18; Ro
2.4; 2 Ti 2.25). Los mss. más auténticos omiten la palabra en Mt 9.13 y en Mc 2.17, tal
como lo vierte la vm.
Nota: En el AT no es tan prominente el arrepentimiento con referencia al pecado como
aquel cambio de parecer o propósito, por piedad hacia aquellos que han sido afectados
por las propias acciones, o en quienes los resultados de las acciones no han cumplido sus
esperanzas, un arrepentimiento atribuido tanto a Dios como al hombre (p.ej., Gn 6.6; Éx
32.14; lo cual no implica nada contrario a la inmutabilidad de Dios, sino que el aspecto de
su mente cambia hacia un objeto que ha cambiado en sí mismo. Véase bajo
RECONCILIAR).
En el NT el tema tiene principalmente referencia al arrepentimiento del pecado, y este
cambio de parecer involucra tanto un apartarse del pecado como un acercarse a Dios. La
parábola del hijo pródigo es una notable ilustración de esto. Cristo empezó su ministerio
con un llamamiento al arrepentimiento (Mt 4.17), pero el llamamiento es dirigido, no a la
nación, como en el AT, sino al individuo. En el Evangelio de Juan, de carácter distinto a
los Evangelios Sinópticos, mencionados arriba, no se menciona el arrepentimiento, ni
siquiera en relación con la predicación de Juan el Bautista; en el Evangelio de Juan y en la
1ª Epístola se acentúan los efectos, p.ej., en el nuevo nacimiento, y, generalmente, en el
volverse activamente del pecado a Dios por el ejercicio de la fe (Jn 3.3; 9.38; 1 Jn 1.9),
como en el NT en general.
ARREPENTIMIENTO
El concepto del arrepentimiento en el A.T. se deriva principalmente de dos palabras
hebreas. La primera significa arrepentimiento en el sentido de cambio de acción o
propósito. Se usa mayormente en relación con Dios y su trato con gente (1 S 15:11, 29;
Sal 110:4), con unos pocos casos de referencia al arrepentimiento o al aplacamiento
humano (Job 42:6; Je 8:6; 18:19). Arrepentimiento de parte de las personas se expresa
principalmente por una palabra que significa “volverse” o “regresar.” Se usa la misma
palabra para el concepto de conversión, indicando que estas dos ideas son casi sinónimas
en el A.T.
El concepto de arrepentimiento en el N.T. también se expresa con dos palabras. Una
significa arrepentimiento en el sentido de pesar o remordimiento (Mt 21:30; 27:3). La otra
palabra del N.T. para arrepentimiento significa un cambio interior de la manera de pensar,
del afecto y de compromiso voluntario. Aunque semejante al concepto de conversión, este
término da énfasis al cambio interior que resulta del cambio exterior de volverse del
pecado hacia Dios, mientras que conversión señala especialmente el cambio total en la
dirección de la vida (cp. Hch 3:19; 26:20). Mientras el arrepentimiento pueda incluir la fe
(Hch 2:38; 11:18; 2 Pe 3:9), también puede acompañar la fe (Mr 1:15; Hch 20:21). En tales
casos, la fe pone énfasis en el sentido positivo del arrepentimiento en la nueva relación
con Dios. Como con la conversión, tanto los incrédulos y los creyentes que pecan están
llamados al arrepentimiento (Ap 2:5, 16) (véase CONVERSION; FE).
Dios (su cambio de parecer o de propósito): Ge 6:6–7; Ex 32:14; Jue 2:18; 1 S 15:11, 29;
1 Cr 21:15; Sal 106:45; 110:4; Je 4:28; Jon 3:9; Ro 11:29
humano
mandado por ♦ A.T.: 1 R 8:47; Eze 14:6 ♦ Juan el Bautista: Mt 3:2 ♦ Jesús: Mt 4:17;
11:20–21; Mr 1:15; Lc 5:32; 13:3–5; Ap 2:5; 3:19 ♦ los apóstoles: Mr 6:12; Lc 24:47; Hch
2:38; 8:22; 11:18; 17:30; 20:21; 26:20: naturaleza del cambio (del pecado hacia Dios): Hch
8:22; 20:21; 26:20; 2 Co 12:21; Ap 2:21–22; 16:9
medios de ♦ predicación: Mt 12:41; Hch 2:37–38 ♦ milagros: Mt 11:21 ♦ reprensión y
verdadera tristeza por el pecado: 2 Co 7:8–9; 2 Ti 2:25 ♦ misericordia de Dios: Ro 2:4 ♦
gracia divina: Hch 5:21; 2 Ti 2:25 ♦ beneficios de: Lc 24:47; Hch 2:38; 3:19; 5:31; 11:18; 2
Co 7:9 f.; 2 Ti 2:25–26; 2 Pe 3:9: conduce a una vida cambiada: Mt 3:8; 21:30; Lc 3:8; Hch
26:20: gozo en el cielo por: Lc 15:7–10: ejemplos de: Je 31:19; Jon 3:5–10; Mt 12:41;
21:28–32: remordimiento: Ex 13:17; Jue 21:6; Mt 27:3 (véase también
REMORDIMIENTO): rechazo de: Je 8:6; Mt 11:20–21; Ro 2:4; Ap 2:21; 9:20–21; 16:9, 11:
imposibilidad de: Is 6:10; Heb 6:6; 12:17
costumbres relacionadas a ♦ cilicio y cenizas: Jon 3:5–8 (cp. Mt 12:41); Mt 11:21 ♦ ayuno:
Jon 3:5–8
En El Antiguo Testamento
Puesto que Israel debe a Dios obediencia absoluta y cae bajo juicio cuando se desvía,
solo por el arrepentimiento puede restablecer su relación favorable con Él. La nación
puede apartar para este reconocimiento un día entero (Neh 9; cf. las liturgias del
arrepentimiento conservadas en Is 63.7–64.12; Dn 9.4–19; Os 9 y 14). Como símbolo de
su renuncia al pecado, el arrepentido rasga sus vestidos, ayuna, se viste de cilicio, o se
sienta en cenizas. Los profetas recalcan el aspecto personal del arrepentimiento (p. ej.,
Acab, 1 R 21), al exigir una reorientación de todo el individuo que conduzca a la
obediencia, confianza en Dios y rechazo total a ídolo y dependencia de lo humano. El
arrepentimiento demanda una renovación del espíritu y del corazón (Ez 18.31); esto es
posible solo como consecuencia de la redención divina (Is 44.22; Jer 31.33; Ez 11.19;
36.26).
En lenguaje antropomórfico, se afirma que Dios también se arrepiente, con lo cual se
señala simplemente un cambio en su relación con el ser humano (p. ej., Gn 6.6s).
En El Nuevo Testamento
Juan el Bautista continúa la demanda de arrepentimiento (Mt 3.8, 10) y asimismo Jesús
(Mc 1.15; Lc 13.1ss), pero con mayor énfasis en la limpieza interior y la totalidad de la
demanda divina (Lc 14.33; Mt 18.3; Lc 5.32). En un sentido nuevo Jesús hace posible el
arrepentimiento, porque este se completa con la fe, con el discipulado cristiano.
En la predicación de la iglesia apostólica el arrepentimiento es básico (Hch 3.19; 2 Co 7.9;
Heb 6.1; Ap 2.21; etc.; cf. Concordancia); se relaciona con el bautismo (Hch 2.38), la fe
(Hch 20.21) y el perdón (Lc 24.47). Este regreso a Dios (1 P 2.25) se basa en la obra de
Cristo (Hch 17.30); es a la vez una responsabilidad humana (Hch 8.22) y un don de Dios
(Ro 2.4; 2 Ti 2.25) mediante el Espíritu (Hch 10.45).
En el Nuevo Testamento arrepentimiento, por lo general, es traducción de la voz griega
metánoia, que significa «cambio de actitud o de propósito en la vida» y no solo
«penitencia» como solía traducirse en las versiones catolicorromanas antiguas (TA, Sc.).
Arrepentimiento
A. Descrito como:
«Convirtieron» Hch 9.35
«Arrepiéntete» Hch 8.22
«Volvéis» 1 S 7.3
«Conversión» Hch 15.3
B. Clases:
Nacional Jl 3.5–8
Interna Sal 51.10–13
Inútil He 12.16,17
Verdadero Hch 9.1–20
Irreal Éx 9.27–35
C. Derivado del regalo de:
Dios Hch 11.18
Cristo Hch 5.31
Espíritu Zac 12.10
D. Cosas que llevan a:
Paciencia de Dios 2 P 3.9
Bondad de Dios Ro 2.4
Convicción del pecado Hch 2.37,38
E. Produce:
Vida Hch 11.18
Remisión de pecados Mr 1.4
Espíritu nuevo Ez 18.31
Nuevo corazón Ez 18.31
Gozo Lc 15.7,10
F. Señales:
Vida reformada Mt 3.8
Restitución Lc 19.8
Pena consagrada 2 Co 7.9,10
ARREPENTIMIENTO
Mat. 3:8 Producid.. frutos dignos de a.
Mat. 3:11 os bautizo en agua para a.
Luc. 5:32 llamar.. a pecadores al a.
Luc. 24:47 en su nombre se predicase el a.
Hech. 5:31 para dar.. a. y perdón de pecados
Hech. 20:21 testificando.. acerca del a.
Rom. 2:4 la bondad de Dios te guía al a.
Heb. 6:6 sean otra vez renovados para a.
Heb. 12:17 no halló más ocasión de a.
2 Ped. 3:9 sino que todos procedan al a.
Arrepentimiento
v. Dolor, Tristeza
Mt 3.8; Lc 3.8 haced, pues, frutos dignos de a
3.11 a la verdad os bautizo en agua para a
Mc 1.4; Lc 3.3 predicaba el bautismo de a para
Lc 24.47 predicase en su nombre el a y el perdón
Hch 5.31 dar a Israel a y perdón de pecados
11.18 a los gentiles ha dado Dios a para
20.21 testificando .. acerca del a para con
26.20 a Dios, haciendo obras dignas de a
Ro 2.4 ignorando que su benignidad te guía al a?
2 Co 7.9 sino porque fuisteis contristados para a
7.10 la tristeza .. produce a para salvación
Heb 6.1 el fundamento del a de obras muertas
6.6 recayeron, sean otra vez renovados para a
12.17 no hubo oportunidad para el a, aunque
2 P 3.9 perezca, sino que todos procedan al a
ARREPENTIMIENTO
Dolor en el corazón, Génesis 6.6.
Arrepentimiento falso, Éxodo 9.27.
Recompensa por arrepentimiento, Levítico 26.40–42; Deuteronomio 30.1–10; Jueces 3.9–
15; Nehemías 1.9; Jeremías 7.3.
Locos pecados, Números 12.11.
Dios misericordioso, Deuteronomio 4.29–31.
Prosperidad ligada al arrepentimiento, Deuteronomio 30.1–10.
Arrepentimiento nacional, Josué 24.16–27; 1 Samuel 7.3; 2 Crónicas 7.14.
Sacrificio de hija, Jueces 11.30–40.
Arrepentimiento sincero, 1 Samuel 7.3.
Arrepentimiento real, 1 Samuel 15.13–35.
Palabra de Dios causa arrepentimiento, 2 Reyes 22.11.
Arrepentimiento del rey, 2 Crónicas 33.12.
Lágrimas de arrepentimiento, Esdras 10.1.
Arrepentimiento limitado, Job 34.31–33.
Confesión y arrepentimiento, Job 42.1–9.
Perdón seguro, Salmo 32.5, 6.
Oración de arrepentimiento, Salmo 41.4; Lamentaciones 5.21–22.
Fuente de nuevo gozo, Salmo 51.12–13.
Votos de arrepentimiento, Salmo 66.13–14.
Arrepentimiento de estudiante, Proverbios 5.12–13.
Locuras y desvaríos, Eclesiastés 1.17–18.
Placeres en vez de arrepentimiento, Isaías 22.12–13.
No perder oportunidad, Isaías 55.6–7.
Necesidad de arrepentimiento, Isaías 64.5.
Gran amor de Dios para Israel, Jeremías 3.11–17.
Llamado al arrepentimiento, Jeremías 3.14.
Confusión y arrepentimiento, Jeremías 3.24–25.
Ejemplo para otros, Jeremías 4.1–2.
No sembrar entre espinos, Jeremías 4.3.
Descanso para el alma, Jeremías 6.16.
Cilicio, cenizas y luto, Jeremías 6.26.
Llamado a arrepentirse, Jeremías 7.1–15.
No hay hombre que se arrepienta, Jeremías 8.4–7; Zacarías 1.4.
Rechazan el arrepentimiento, Jeremías 8.6; Apocalipsis 9.20–21; 16.10–11.
No envanecerse, Jeremías 13.15.
Verdadero arrepentimiento, Jeremías 14.20–22.
Arrepentimiento no sincero, Jeremías 21.1–10.
Cambiar malos caminos, Jeremías 25.5.
Lágrimas de arrepentimiento, Jeremías 31.9; 50.4–5.
Arrepentimiento en la juventud, Jeremías 31.19.
Señal de arrepentimiento, Ezequiel 9.3–6.
Volverse del pasado maligno, Ezequiel 16.59–63.
Vergüenza delante del Señor, Ezequiel 16.63.
Justos e impíos, Ezequiel 18.24–31.
El Señor quiere vida eterna para todos, Ezequiel 18.32.
Necesidad consciente de arrepentimiento, Ezequiel 20.43.
Dios prefiere arrepentimiento a juicio, Ezequiel 33.10–12.
Arrepentimiento real, Daniel 6.13–18.
Oración de Daniel por arrepentimiento, Daniel 9.1–19.
Hora de buscar al Señor, Oseas 10.12.
Volverse a Dios, Oseas 12.6.
Pecados causan caída, Oseas 14.1–2.
Respuesta congregacional, Joel 1.14; 2.12–17.
Ayuno, lloro y lamento, Joel 2.12.
Ni con plagas se arrepienten, Amós 4.6–11.
Nínive se arrepiente, Jonás 3.3–6.
Cilicio y ayuno, Jonás 3.8.
Respuesta de Dios al arrepentimiento, Jonás 3.10.
Caer y levantarse, Miqueas 7.8–9.
Recuerdo de días mejores, Hageo 2.3.
Ayuno sincero y arrepentimiento, Zacarías 7.1–6; Malaquías 2.13.
Volverse a Dios, Malaquías 3.7.
Predicación de arrepentimiento, Mateo 3.1–3.
Arrepentimiento de Judas, Mateo 27.3.
Bautismo de arrepentimiento, Marcos 1.4; Lucas 3.3; 13.5.
Mujer arrepentida, Lucas 7.36–50.
Confesión de malas obras, Hechos 19.18–19.
Vergüenza de pecados pasados, Romanos 6.21.
Papel del dolor en el arrepentimiento, 1 Corintios 5.1–2.
Tristeza que produce arrepentimiento, 2 Corintios 7.9–10.
Convertirse de la idolatría, 1 Tesalonicenses 1.9.
Lloro y tristeza, Santiago 4.9.
Arrepentimiento en la Segunda Venida, Apocalipsis 1.7.
Sin deseos de arrepentirse, Apocalipsis 2.21.
Consecuencias de la falta de arrepentimiento, Apocalipsis 18.7–8.
ARREPENTIMIENTO
Jer 31.19 porque después que me aparté tuve a 5162
Mt 3.8 haced, pues, frutos dignos de a 3341
3.11 yo a la verdad os bautizo en agua para a 3341
9.13 llamar a justos, sino a pecadores, al a 3341
Mr 1.4 Juan…predicaba el bautismo del a para 3341
Lc 3.3 y él fue…predicando el bautismo del a 3341
3.8 haced, pues, frutos dignos de a, y no 3341
5.32 llamar a justos, sino a pecadores al a 3341
15.7 que por 99 justos que no necesitan de a 3341
24.47 y que se predicase en su nombre el a 3341
Hch 5.31 dar a Israel a y perdón de pecados 3341
11.18 a los gentiles ha dado Dios a para vida 3341
13.24 predicó Juan el bautismo de a a todo 3341
19.4 Juan bautizó con bautismo de a, diciendo 3341
20.21 testificando a…acerca del a para con 3341
26.20 a Dios, haciendo obras dignas de a 3341
Ro 2.4 ignorando…su benignidad te guía al a? 3341
2 Co 7.9 porque fuisteis contristados para a 3341
7.10 la tristeza…produce a para salvación 3341
He 6.1 el fundamento del a de obras muertas 3341
6.6 recayeron, sean otra vez renovados para a 3341
12.17 no hubo oportunidad para el a, aunque 3341
2 P 3.9 perezca, sino que todos procedan al a 3341
Arrepentimiento
[NT] (a) En la predicación de Juan el Bautista Mt 3.2*; Lc 1.16.
(b) En la predicación de Jesús Mt 4.17; 11.20–21; 12.41; Lc 13.3, 5; 15.7, 10.
(c) En la predicación de los discípulos Mc 6.12; Hch 2.38; 3.19; 17.30; 26.20.
(d) En el Apocalipsis 2.5, 16, 21; 3.3, 19; 16.9.
ARREPENTIMIENTO
EL CRISTIANO CAMBIA RADICALMENTE
Anuncié… que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de
arrepentimiento.
Hechos 26:20
La palabra que utiliza el Nuevo Testamento para hablar de arrepentimiento significa que
la manera de pensar cambia de tal forma que cambian los puntos de vista, los valores, las
metas y las formas, y que la persona vive toda su vida de una manera distinta. El cambio
es radical, tanto exterior como interiormente; mente y juicio, voluntad y afectos, conducta y
estilo de vida, motivaciones y propósitos; todo queda involucrado. Arrepentirse significa
comenzar una nueva vida.
El llamado al arrepentimiento fue la exigencia primera y fundamental en la predicación de
Juan el Bautista (Mateo 3:2), de Jesús (Mateo 4:17), de los Doce (Marcos 6:12), de Pedro
el día de Pentecostés (Hechos 2:38), de Pablo a los gentiles (Hechos 17:30; 26:20), y del
Cristo glorificado a cinco de las siete iglesias de Asia (Apocalipsis 2:5, 16, 22; 3:3, 19).
Formó parte del resumen que hizo Jesús del Evangelio que se habría de llevar a todo el
mundo (Lucas 24:47). Corresponde a la exhortación constante que le hacen a Israel los
profetas del Antiguo Testamento para que regrese al Dios del que se ha alejado (por
ejemplo, Jeremías 23:22; 25:4–5; Zacarías 1:3–6). Siempre se presenta el arrepentimiento
como la senda que lleva a la remisión de los pecados y a la restauración del favor divino,
mientras que la impenitencia es el camino hacia la destrucción (por ejemplo, Lucas 13:1–
8).
El arrepentimiento es fruto de la fe, la cual es a su vez fruto de la regeneración. No
obstante, en la vida real el arrepentimiento es inseparable de la fe, al ser el aspecto
negativo de la vuelta a Cristo como Señor y Salvador (el positivo es la fe). La idea de que
pueda haber fe salvadora sin arrepentimiento, y de que alguien puede ser justificado al
abrazar a Cristo como Salvador mientras lo rechaza—como Señor, es un destructor
engaño. La fe verdadera reconoce a Cristo como lo que Él es en realidad, el rey que Dios
ha nombrado sobre nosotros, así como el sacerdote que Dios nos ha dado, y la verdadera
confianza en Él como Salvador se expresa también en la sumisión a Él como Señor.
Rechazar esto equivale a buscar la justificación a través de una fe impenitente, que no es
tal fe.
En el arrepentimiento, dice la Confesión de Westminster,
el pecador, al ver y sentir no sólo el peligro, sino también lo inmundos y detestables que
son sus pecados, como contrarios que son a la naturaleza santa y a la justa ley de Dios, y
apoyado en lo que ha podido comprender de su misericordia en Cristo hacia los que son
penitentes, se duele tanto de sus pecados, y los detesta tanto, que se aparta de todos
ellos para acercarse a Dios, haciendo el propósito y el esfuerzo de caminar con Él en
todos los caminos de sus mandamientos. (XV.2)
Esta declaración destaca el hecho de que el arrepentimiento incompleto, llamado a veces
“atrición” (remordimiento, autorreproche y dolor por el pecado, movido por el temor al
castigo, sin deseo ni resolución alguna en cuanto a dejar de pecar) es insuficiente. El
arrepentimiento verdadero es la “contrición”. tal como la presenta en sí mismo David en el
Salmo 51, que tiene en su centro un firme propósito de no pecar más, sino vivir desde
este momento una vida que demuestre que nuestro arrepentimiento es pleno y real (Lucas
3:8; Hechos 26:20). Arrepentirse de un vicio significa marcharse en sentido contrario;
practicar las virtudes más directamente opuestas a él.