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¿Se quedó Guaidó sin impulso en su carrera contra

Maduro?
eltiempo.com/mundo/venezuela/el-futuro-de-juan-guaido-en-su-carrera-por-tumbar-el-regimen-de-
maduro-435512
November 20,
2019

El 11 de enero de este año, con un


respaldo mundial que poco a poco
alcanzó los 60 países, Juan Guaidó se
autoproclamó presidente interino de
Venezuela. Y su objetivo, para ese
entonces, estaba muy claro: sacar del
poder a Nicolás Maduro y convocar
a unas elecciones justas y
transparentes. Lo haría “por las
buenas o por las malas”, según dijo.

Su llegada al poder desató una ola de


protesta social, de movilización y de
solidaridad internacional pocas veces
vista.

De hecho, en el primer semestre, los acontecimientos parecían augurar una pronta


caída del régimen y un período de transición en Venezuela. Se juntaron la tensión
por intentar entrar camiones con ayudas humanitarias, la deserción de por lo menos
1.500 militares de las filas de Maduro para respaldarlo, las multitudinarias protestas e
incluso el concierto Live Aid Venezuela.

Pero ahora, a punto de finalizar el 2019, el panorama es totalmente diferente. No parece


haber una salida inmediata a la crisis política y económica en Venezuela y las llamadas
negociaciones de Oslo entre opositores y el gobierno de Maduro, auspiciadas por el
Gobierno de Noruega tras el intento de alzamiento militar del 30 de abril, no parecen
progresar.

“Hace tres meses que (el proceso de negociaciones) está muerto, que ellos lo mataron,
salieron corriendo", dijo Guaidó el 17 de noviembre. "Mataron ese mecanismo, la
opción de Venezuela es protestar, ejercer la ciudadanía", añadió el líder del
Legislativo.

Y ahora, las marchas ciudadanas, esas que el líder opositor ve como su arma principal,
esta vez no tuvieron el resultado esperado.

Según reportó la agencia EFE, el lunes y martes las marchas que convocó como parte de
su ‘agenda de conflicto permanente’ –plan de presencia constante en la calle hasta que
“cese la usurpación”, según sus propias palabras– no sobrepasaron las 5.000 personas.
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Las imágenes difieren mucho hoy de las calles repletas que se vieron entre enero y
marzo.
Hace tres meses que (el proceso de negociaciones) está muerto, que ellos lo mataron,
salieron corriendo

Este jueves habrá un nuevo pulso. Está planeada una nueva jornada de marchas y los
protagonistas, según el plan, serán los estudiantes universitarios. Y si bien hay
expectativa, no parece muy factible que contribuyan a aumentar la presión contra un
régimen que parece tener como su mejor estrategia sentarse a esperar que la marea
baje. Y hasta hoy, le ha funcionado.

Imagen de una de las marchas convocadas en Venezuela el sábado 16 de noviembre.

Foto:
EFE

¿La calle ya no es la respuesta?

"Lo hemos intentado todo", reconoció Guaidó el sábado pasado, tras anunciar su plan de
movilización permanente, aunque reconoció que "no hay fórmula mágica” para
lograr su objetivo, y más cuando Maduro todavía tiene al grueso de las Fuerzas
Militares de su parte, dándoles gran influencia en la vida política y económica del
vecino país.

Y ese es un punto clave, tal como reconoció a la agencia AFP el presidente de la firma
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encuestadora venezolana Datanálisis, Luis Vicente León, al afirmar que más allá de una
vaga oferta de amnistía, la estrategia de Guaidó carece de garantías para los militares de
que podrán "preservar su poder, integridad y patrimonio".

"Me cansé, Guaidó nos engañó. No hemos llegado a nada con marchas", se queja Bianca
Urdaneta, ama de casa de 36 años. Pero el autoproclamado presidente interino clama
por no acostumbrarse a una "falsa normalidad", cuando las remesas de cuatro
millones de personas que emigraron desde 2016 pudieran estar descomprimiendo
al Gobierno, sometido desde abril a un embargo petrolero estadounidense.

Por ello, para las voces especializadas, la estrategia parece decantarse hacia un plan a
largo plazo. "La protesta se ha desgastado por su uso y abuso", observa el analista
Benigno Alarcón en declaraciones a AFP.

Analistas e internacionalistas consultados por EL TIEMPO y también por agencias


internacionales señalan que es muy claro que si quiere volver a reactivar el ‘entusiasmo’
y la fuerza para poder lograr su objetivo, Guaidó y sus aliados deben reactivar las
negociaciones entre las partes.

Y, sin duda, los diálogos serán largos y complejos, puesto que deben abordar todos los
aspectos: desde el político, pasando por el modelo económico, hasta qué hacer con los
refugiados que han salido del país.

Así lo consideró Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Ciencia Política y


Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario. “Esa negociación debe tener un
fuerte acompañamiento internacional, ya sea Noruega, Barbados, el Grupo de Lima,
México, Uruguay o algunos países europeos. Sin apoyo internacional no habrá
efectividad”, agregó.

Para el experto, las negociaciones deben estar también soportadas en el apoyo popular.
Si bien las marchas y manifestaciones ya no lograrán los resultados que se han podido
ver en Chile o en Ecuador en los últimos días, “son una herramienta simbólica
importante que permitirá mantener a Venezuela en la agenda mediática e
informativa, y eso es muy importante. Que el Gobierno y el mundo sepan que aún hay 30
millones de venezolanos esperando respuestas y soluciones”. ¿Elecciones el otro año?

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El líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, se dirige a sus simpatizantes durante las
manifestaciones del 16 de noviembre de 2019.

Foto:
AFP. Federico Parra

Y vienen momentos de incertidumbre. El próximo 5 de enero, Juan Guaidó terminará su


periodo en el Parlamento, desde donde se autoproclamó como presidente interino. La
mayoría de la coalición apoya su continuidad, pero un acuerdo previo reserva la
presidencia rotativa a los partidos minoritarios, algunos críticos del dirigente y otros en
negociaciones con el gobierno.

Maduro quiere convocar a elecciones legislativas para intentar hacerse al único poder
que está en manos de la oposición. Pero los sectores contrarios al régimen insisten, y
es uno de sus puntos de honor en la mesa de negociación, que los comicios sean
presidenciales.

“Antes de este año tiene que haber un anuncio de un proceso electoral que podría dar
señales de lo que viene a futuro, bien sean las legislativas que promete el Gobierno o,
todavía más difícil, unas ‘megaelecciones’ en las que Maduro esté dispuesto a jugarse el
poder. Pero ya está muy claro que en Venezuela no pasará algo similar a lo que
ocurrió en 2002, cuando se fue temporalmente Hugo Chávez, o como hace pocos
días sucedió en Bolivia con la renuncia de Evo Morales”, añadió Jaramillo.

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Por eso, el politólogo venezolano Jesús Castillo cree que se está en un punto de inflexión:
"Si no responde la gente, Guaidó deberá promover un conflicto. Solo le va
quedando la opción de dar una sorpresa o 'morir' en el intento".

RAFAEL QUINTERO CERÓN


REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de EFE y AFP

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