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Los estados financieros son herramientas que utilizan las empresas para conocer su
situación contable y de manejo de sus finanzas en un tiempo determinado con el fin de evaluar
periódicamente el desempeño financiero de esta. Lo que pretenden estos estados es “fijar metas
de desempeño e imponer restricciones a los administradores de la empresa” (Universidad Pontificia
Bolivariana, s/f, p. 1), además de proporcionar las bases e insumos para la toma de decisiones
rentables en pro del futuro de la empresa. Ahora, de acuerdo con la comisión de bolsa y valores de
los Estados Unidos S.E.C. (por sus siglas en inglés Securities and Exchange Commission) (2007), los
estados financieros son cuatro, a saber: estado de balances; estados de resultados; estados de flujo
de efectivo; y declaraciones del patrimonio neto. El presente trabajo va a profundizar en el tercer
estado financiero: flujo de efectivo, con lo cual se pretende además de explicar qué es, con qué se
relaciona y que componentes tiene, abordar la importancia de este estado en la evaluación de las
capacidades, avances y planificación de las inversiones de una empresa.
Por otra parte, el estado de flujo de efectivo se integra de tres diferentes tipos de
actividades, a saber, de operación, inversión y financiación (I.A.S.B., 1977), mediante las cuales
detallará el flujo de efectivos de una empresa en un tiempo determinado, enfatizando más en unas
actividades que otras de acuerdo con los objetivos y organización de la empresa. Así, las actividades
de operación se refieren a aquellas actividades orientadas a cumplir la misión de la empresa, es
decir, la prestación de los servicios por los cuales fue creada; por otra parte, las actividades de
inversión incluyen inversiones de la empresa en activos fijos y en compra de inversiones de
empresas diferentes; mientras que las actividades de financiación se refieren a todas las acciones
que pretenden adquirir recursos en pro del funcionamiento óptimo y crecimiento de la empresa.
Ahora, la relación de dichas actividades con el estado de flujo de efectivo radica en que cada
actividad expresa un flujo de efectivo único, que al integrarlo con el de las otras actividades
permiten visualizar y establecer el estado de los flujos de efectivo global; por lo tanto, de acuerdo
con la Norma Internacional de Contabilidad 7 (1977), las actividades de operación “son un indicador
clave de los fondos que se han generado, suficientes para reembolsar los préstamos, mantener la
capacidad de operación de la entidad, pagar dividendos y realizar nuevas inversiones sin recurrir a
fuentes externas de financiación”. Por lo tanto, las actividades ordinarias constituyen la base de los
ingresos (ganancias) y egresos (gastos) de efectivo de la empresa, y los cimientos de la socialización
del estado financiero de la entidad.
Por otra parte, las actividades de inversión y su relación con el estado de flujo de efectivo
radica en que el fujo de efectivo en estas actividades incluye los “desembolsos para recursos que se
prevé van a producir ingresos y flujo de efectivo en el futuro” (I.A.S.B., 1977). Con estas actividades,
el estado de flujo de efectivos no sólo consolida aquellos gastos que se dan en la cotidianidad de las
operaciones de la empresa, sino también considera las proyecciones a futuro de los gastos de la
empresa.
Después de definir el estado de flujo de activo y comprender su relación con las diferentes
actividades que puede desarrollar una empresa, es necesario mencionar los objetivos de llevar a
cabo un análisis de un estado de flujo de efectivo, así pues, este estado es útil en una empresa
porque suministra a los usuarios de los estados financieros la información necesaria para conocer
la capacidad de una empresa para generar efectivo y sus equivalentes; comprender las necesidades
que tiene una empresa de utilizar el efectivo; y saber en qué periodo de tiempo realmente se logra
la obtención del efectivo y sus equivalentes (I.A.S.B., 1977), también, porque permite evaluar las
capacidades de una determinada empresa o entidad para producir efectivo conforme a sus
actividades, y de cumplir con sus obligaciones externas de acuerdo con los tiempos establecidos y
necesidades de financiamiento externas; además, proporciona los elementos para evaluar las
diferencias entre las ganancias netas y los distintos gastos (Nuño, 2017).
Suministra información que permite a los usuarios evaluar los cambios en los activos netos de una
entidad, su estructura financiera (incluyendo su liquidez y solvencia) y su capacidad para afectar a los
importes y las fechas de los flujos de efectivo, a fin de adaptarse a la evolución de las circunstancias
y a las oportunidades La información acerca del flujo de efectivo es útil para evaluar la capacidad que
la entidad tiene para generar efectivo y equivalentes al efectivo, y permite a los usuarios desarrollar
modelos para evaluar y comparar el valor presente de los flujos netos de efectivo de diferentes
entidades. (I.A.S.B., 1977)
La citada norma menciona también que el estado de flujo de efectivo mejora y facilita el
análisis comparativo entre el rendimiento operativo de diferentes empresas, puesto que se utiliza
un solo tratamiento contable para los diversos sucesos económicos. Sin embargo, es pertinente
agregar que el estado de flujo de efectivo per se, si bien puede generar bastante información para
evaluar y analizar el estado financiero general de una empresa, lo ideal es aplicar los demás estados
que posibilitan una comprensión más a fondo de la realidad financiera de la entidad.
Ahora bien, en cuanto a elaboración del estado de flujo de efectivo, es necesario mencionar
que dependerá de la naturaleza del entorno económico en el cual se encuentre la entidad, es decir,
si se trata de un entorno no inflacionario, el flujo de efectivo se expresará en valores nominales,
mientras que, si se trata de un entorno inflacionario, la empresa expresará el estado de flujo de
efectivo en unidades monetarias. Así mismo, no se deben tener en cuenta en este estado, las
operaciones que no afectaron directamente el flujo de efectivo porque se manejaron con recursos
diferentes, se pospusieron, etc. (C.I.N.I.F., 2014).
Por otra parte, retomando la Norma Internacional de Contabilidad número 7 (I.A.S.B., 1977),
para cada tipo de actividad que ejecute la entidad se describen diferentes formas de desarrollar el
estado de flujo de efectivo. Si se trata de las actividades de operación, en donde el flujo de efectivos
deriva de las operaciones que constituyen la fuente de ingresos más importante, el estado de flujo
de efectivos se debe llevar a cabo mediante la aplicación de un método directo o un método
indirecto. El primero implica la utilización directa de los registros contables de las entradas y salidas
netas de efectivo; mientras que el segundo método
Implica la utilización del flujo de efectivo generado por las operaciones normales y se determina
tomando como punto de partida la utilidad neta del periodo, valor al cual se adicionan o deducen las
partidas incluidas en el estado de resultados que no implican un cobro o un pago de efectivo (Gómez,
2001).
Con lo anterior, se pone en evidencia uno de los puntos sobre los cuales recae la importancia
del estado de flujo de efectivo, pues más allá de ser un informe del estado y las decisiones
financieras de una empresa, obliga a las diferentes entidades a estandarizar sus reportes e
información con el fin de manejar todo bajo el concepto de “un solo lenguaje”, con el fin de
presentar la información a los usuarios de los estados financieros en una categoría y lenguaje
estándar que facilite la comprensión y aprovechamiento.
En seguida, con respecto a la administración del flujo del efectivo, lo que mencionan Ross,
Westerfield y Jaffe (2012) está relacionado con la complejidad postivia de este estado financiero, es
decir, si bien se requiere de una gran cantidad de insumos para poder desarrollarlo, es un estado
financiero sumamente importante puesto que reduce considerablemente el riesgo de plasmar
subjetividades o plasmar de manera conveniente las cifras del flujo de efectivo. Esto es lo particular
de este estado financiero, fomenta la legalidad puesto que usa una estructura que presiona a las
empresas en ser éticos y objetivos con el manejo de su información referente al flujo de efectivo y
sus equivalentes.
Por otra parte, el estado de flujo de efectivo pretende lograr una estandarización de la
información, es decir, establecer que las empresas plasmen sus estados financieros en un único
formato, esto más allá de la importancia en cuanto al concocimiento que tendrán los usuarios de
los estados financieros de la información de las empresas, lo cual es esencial para lograr un
crecimiento por la inversión de estos en las entidades, procura fomentar un ambiente en el cual las
empresas se puedan comparar entre sí y por lo tanto se genere cierta competencia productiva por
alcanzar más efectivo y sus equivalentes.
Finalmente, se evidenció que el estado de flujo de efectivo propende un pensamiento
objetivo y mucho más honesto por parte de las empresas puesto que utiliza el efectivo y sus
equivalentes como medio para plasmar el estado financiero de una entidad, así, se convierte en el
fundamento necesario que le permite llevar a cabo una toma de decisiones responsable por parte
del equipo de dirección de la empresa, y los usuarios se encuentran con un compendió de
información transparente que posibilita también la inversión por parte de estos en la empresa. De
esta manera, se justifica la importancia de este estado financiero que permite una aproximación
significativa al estado financiero global de una empresa; el estado de fluido de efectivo propende el
bien de una empresa y su rentabilidad.
Referencias
Reyes Caballero, J. A. (2013). Qué es el estado de flujo de efectivo y su importancia para las
empresas. Recuperado el 26 de octubre de 2019, de https://www.soyconta.com/que-es-el-
estado-de-flujo-de-efectivo-y-su-importancia-para-las-empresas/
Rondi, G., Casal, M. del C., Galante, M. J., & Gómez, M. (2013). Presentación del estado de flujo de
efectivo consolidado.
Ross, S. A., Westerfield, R. W., & Jaffe, J. F. (2012). Finanzas corporativas (9 Ed). México D.F.
Vintimilla Jara, J. C., & Osorio Orbes, D. A. (2012). Guía para la elaboración del estado de flujo de
efectivo según NIIF para pymes: método directo.