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Platón no es solo el creador del razonamiento filosófico, también el de la razón (el logos)

filosófico. Hasta entre sus adversarios, la filosofía sigue siendo platónica.

Clase del 19 de febrero de 1986

Platón cumplió un papel muy considerable en la destrucción del mundo griego. Si la


democracia ateniense se derrumbó fue en definitiva porque estaba en el orden de las cosas.
Porque era un régimen viciado en su fundamento, un régimen dominado por la multitud
ignorante, una multitud apasionada y pasional y no por el sabio o la sabiduría, el justo o la
justicia. Así, la caída de la democracia ateniense no es una tragedia histórica, se convierte en
un caso de justicia filosófica inmanente.

Por un lado, PLATON llevó a cabo esto de un modo positivo, al poner en primer plano la idea de
que puede y debe haber una episteme de la política, un saber seguro y cierto que permita
orientarse en el dominio político. En ese sentido se debe considerar el régimen descrito en LAS
LEYES como más moderado que el de la REPUBLICA. Sin embargo, el régimen de LAS LEYES
sigue siendo en lo esencial, un régimen teocrático. Y es él quien allana el camino no solo a la
crítica del régimen democrático sino también a la crítica ambigua de la ley como tal. ambigua
cuando la leemos en EL POLITICO, lo que permite a Platón justificar sus pretensiones de
superar la ley escrita en nombre de un saber superior.

Platón es quien invierte la concepción griega de la justicia. ¿Quién debe dar qué y quien debe
tener qué?...lo que plantea el problema de la distribución entro los ciudadanos y al mismo
tiempo abre el camino a una interrogación. Entonces PATON invierte esa definición y hace de la
justicia lo que podemos llamar, una propiedad holista u holística, una propiedad del todo.

Para P la justicia es el hecho de que el conjunto de la ciudad esté bien dividida, bien articulada
(esta es la concepción de la Republica y de Las Leyes), y que en ese conjnto cada uno tenga su
ligar y no trate de tener otro. Según una frase de “la republica”, la justicia consiste en ocuparse
de sus asuntos, hacer lo que le toca, sin tratar de ocuparse de todo, lo que le corresponde, lo
que le es propio, lo que corresponde a su lugar.

Pero a la vez, en Platón encontramos por primera vez un intento de fundar en el derecho y la
razón, la jerarquía de la ciudad. En la ciudad griega, la existencia de libres y esclavos o de ricos y
pobres es un hecho. Con Platón, se convierte en un derecho. Algo que se apoya en la
naturaleza diferente de los individuos que componen la ciudad.

El mismo Platón que abruma a los retóricos, procede retóricamente varias veces. Trata de
ganarse la convicción actuando sobre lo plausible, lo verosímil.

Trabaja el espíritu del oyente y no solo su razón, para tratar de mostrarle que el bien y el mal
existen y que un hombre decente sólo puede estar del lado del bien.

Lo mismo en el caso de los sofistas; los abruma pero él mismo es un sofista incomparable. Hay
sofismas y paralogismos en sus diálogos.

Lo que dice Platón cuando acusa a los demagogos puede volverse contra él.
Platón carece de pudor. Acusa a políticos de Atenas, y en especial a Pericles; dice que si esa
gente fuera verdaderamente justa, inteligente, habrían criado a sus hijos de manera
correspondiente. Y quien lo dice es alumno de Sócrates, cuyos alumnos muchos fueron de Los
Treinta Tiranos, osea que es el resultado de la enseñanza de Sócrates. Además Platón no crió
ningún hijo, ni bueno ni malo. Sería un descarado, falto de pudor.

Hay una indiferencia respecto a la ciudad que lo educó. Lo que lo opone no sólo a Alcibíades
sino también a Sócrates. Para Alcibíades Atenas es el instrumento de su propio poderío. Platón
es completamente indiferente en lo que se refiere a esta ciudad; la abruma y no sólo a la
democracia. Conserva una especie de orgullo racial.

Utiliza su situación de ciudadano ateniense para aprovechar lo que aprendió, para sacar
provecho de Sócrates, que es un hijo de la ciudad, para aprovechar la Paideía que surge en
Atenas y beneficiarse con su propia posición. Y para fundar los jardines de Academo, gracias a
la libertad de los atenienses que permiten a alguien inaugurar una enseñanza pública que
abruma a su ciudad, en vez de darle muerte en el acto como lo habrían hecho los éforos en su
amada Esparta.

No hablare de Popper que creo una especie de antiprejuicio; no se puede calificar a Platón de
totalitario ni erigirlo en el padre del totalitarismo. Pero debido a su odio a la democracia y a lo
que se trasluce en èl como un deseo constante de fijar las cosas de la ciudad, detener la
evolución histórica, detener la autoinstitución, suprimirla, debido a ello, Platón en cierta
manera, se convierte en el inspirador de todo lo que representará esta actitud en la historia. En
lenguaje sencillo: todo lo que será reaccionario, partidario del orden establecido, de todo lo
que se opondrá a movimiento democrático. Esto lo encontraremos en los romanos como en los
primeros cristianos, durante la edad media y los tiempos modernos.

Antes de llegar a los aspectos positivos, hay que agregar que con Platón tenemos lo que se
llamará espíritu partisano en filosofía. Antes y después de Platón, los filósofos exponían sus
opiniones. Rara vez, como Heráclito, hacen una observación desdeñosa sobre los demás. A
partir de Platón, discuten las ideas de sus adversarios. Y Aristóteles también lo hará. Pero
platón es el primero y quizás el último filósofo que transforma esa discusión en un verdadero
combate. Quiere polarizar a los lectores, requerirlos a elegir entre ellos y nosotros, entre los
malos y los buenos. Los malos, los que se engañan y quieren engañar al mundo y nosotros que
estamos en la verdad y el bien, en la justicia. Con el riesgo a veces de dejar de argumentar para
simplemente ridiculizar en los casos extremos.

Asimismo es el primero que utiliza la SOSPECHA como arma. No: lo que Ud. dice es falso y voy
a probárselo. Sino: ¿por qué dice lo que dice?

El ser del sofista es un ser que se apoya en el NO-SER por el SER y el SER por el No-Ser

Lo que quiere decir que el SER no es y el No Ser es.

Podemos distinguir dos grupos de diálogos en Platón: los esencialmente escénicos y


polémicos, destinados a la refutación de uno o dos sofistas. Y por el otro tenemos los diálogos
de verdadera investigación, los diálogos zetéticos, para los cuales no es necesario el público.
ej.: Parménides. Entre gente de buena fe; Sócrates y Parménides, y no hay necesidad de un
coro, de un juez silencioso y reprobador.

Platón es quien intenta por primera vez fijar APORIAS. Y tal vez los caminos de salidas de éstas
que rodean la cuestión del conocimiento y la verdad; también los límites de la racionalidad en
el mundo. Ésta es el tema de TIMEO

El POLITICO DE PLATON

Pertenece a lo que llamaré el 4to y último período de Platón. Este 4to periodo de Platón se
encarna y manifiesta en el político por un cambio esencial. Es el cambio relativo a la definición
de quien es apto para gobernar, es decir, el político, el hombre político o el hombre regio.

En LA REPUBLICA, esa definición identifica a quien es idóneo para gobernar con el filósofo,
luego de una formación adecuada. En EL POLITICO, no se hace mención directa a él, pero el
hombre regio no aparece como un pastor sino como un tejedor regio. Lo que teje tampoco es
muy coherente. Es dispar, no tanto porque las cosas entretejidas lo sean, sino porque se sitúan
en niveles diferentes: por un lado, los diferentes individuos de la polis; por el otro, las
diferentes partes del alma de los individuos. Y no se puede establecer una correspondencia
término a término entre unos y otras.

Además ni siquiera ese tejedor regio es la verdadera definición del político. Hay una 3ra
definición que no es el filósofo ni tampoco lleva a él. Esa definición prepara el camino hacia el
tipo de régimen y gobierno que Platón describirá en Las LEYES. En ese dialogo no son los
filósofos quienes gobiernan.
En la ciudad de LAS LEYES los verdaderos gobernantes son los magistrados, se trata de
magistrados elegidos. Y EL POLÍTICO es ese pasaje, ese vado, el sitio en que las aguas son
menos profundas y se pude cruzar de una orilla a la otra

Se puede pasar del régimen definido en LA REPUBLICA como poder de los filósofos al régimen
de LAS LEYES, en que hay magistrados electos cuyos hilos son manejados por el consejo
nocturno. De modo que esto sitúa el POLITICO en un punto importante de todo el desarrollo
de Platón.

Este libro es la transcripción del seminario de siete clases que Cornelius


Castoriadis dictó en la École des Hautes Études en Sciences Sociales
(París) en 1986. Consagrado a El Político, uno de los diálogos más ricos y
complejos de Platón, pone de relieve las diferencias y oposiciones entre
el imaginario político griego y el imaginario político moderno. Platón
constituye el pasaje del mundo antiguo al moderno. Su ontología,
totalmente ajena al imaginario griego, es central para el pensamiento
moderno. Profeta de reyes y enemigo profundo de la democracia, Platón
representa la negación misma del pensamiento político griego.
Castoriadis desnuda a un Platón que con impudor juega con lo mismo
que denuncia: ataca a los retóricos pero procede retóricamente, critica
a los sofistas pero es él mismo un sofista incomparable. Revela tanto al
Platón que tuvo un papel considerable en la destrucción del mundo
griego como al Platón que fundó por segunda vez la filosofía. El plan del
seminario consistió, en primer lugar, en situar históricamente El Político
en la obra de Platón y en presentar su problemática general. En segundo
lugar, en analizar su extravagante estructura, basada en dos
definiciones, tres grandes digresiones y ocho incidentes. Y por último, en
averiguar si hay o no otra estructura subyacente. Muy lejos de ser un
mero comentario de texto, esta obra es un diálogo fecundo entre dos
filósofos griegos que se enfrentan con lo mejor de sus recursos y un
objeto: la democracia

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