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¿CÓMO NACE EL DERECHO?

por Francesco Carnelutti

Traducción de Santiago sentís Melendo y Marino Ayerra Redín

En este texto, Francesco Carnelutti expone en un primer momento las principales ideas y
momentos que motivaron la creación y conformación del derecho tal y como le conocemos
hoy en día, haciendo un recorrido histórico ubicándonos así en un contexto que permite a la
vez una correcta interpretación de los postulados tratados a continuación en el libro. Para
comenzar plantea como definición, una universalmente aceptada por el mundo del derecho.
A saber; un “conjunto de leyes que regulan la conducta de los hombres” y a los Juristas
definidos como “obreros del derecho”, que serían los jueces , fiscales, abogados, entre otros
(Carnelutti, 2017, pág. 8).

Lo anterior teniendo como fin último conseguir la paz entre los ciudadanos, para lo cual se
debe tener un conjunto de normas que le permitan al Estado hacer que se cumplan con las
mismas.

Siguiendo en este orden de ideas, vemos como en el capítulo I DERECHO Y ECONOMÍA


nos muestra como el derecho y la economía están muy relacionados: mientras uno corrige la
conducta del hombre, el segundo explica las leyes usando los conceptos económicos como
el dominio de la propiedad. Es este dominio lo que genera en el hombre un deseo voraz de
ansias, que lo lleva a querer arrebatarle a los demás lo que les pertenece, ocasionando un
conflicto o guerra y que en derecho se resuelve en los tribunales, buscando que cada quien
reciba lo que merece para llegar a un objetivo fundamental que es la paz. Para llegar a ese
equilibrio se dice que en derecho es el contrato, esto nos traduce que es un acuerdo de
voluntades el cual genera derechos y obligaciones para las partes. El secreto fundamental del
derecho es que los seres humanos no podemos vivir en el caos, el orden nos hace falta como
el aire que respiramos y la economía no basta para poner orden entre los hombres.

En el capitulo II DERECHO Y MORAL, el autor sigue hilando el camino de como entender


el nacimiento, y sobre todo la necesidad, del derecho en sí mismo. Siguiendo la secuencia
con el capítulo anterior; exponiendo claramente como la economía es el reinado del egoísmo
y la moral es el reinado del amor para poner en orden el caos económico y hacer que el
hombre viva en paz, es necesario sustituir el egoísmo por sacrificio personal para el beneficio
del otro. Nos explica Carnelutti que por eso Kant propone uno de los mandamientos de Dios
para solucionar el problema y es el amor al prójimo; es obvio que quien tiene debe dar
voluntariamente a su prójimo, es necesario que desaparezca la guerra, así que si esto no
funciona toca sustituir la moral por el derecho. Por tanto, quien tiene y no quiere dar será
obligado a la fuerza a dar y es por esto que deberá conseguirse un jefe. “Este elemento de la
fuerza muestra la verdadera diferencia entre el derecho y la moral, El derecho se vincula al
mandato, el mandato son indicaciones de una conducta que hay que seguir “ (Carnelutti,
2017, pág. 23).

De manera contigua, el autor nos enlaza con un pilar fundamental dentro de las dinámicas de
nuestras sociedades modernas: un pilar que marco una diferencia abismal en como nos
leemos como individuos en sociedades como las nuestras. Es increíble como los dos capítulos
siguientes se armonizan y complementan de forma casi perfecta puesto que, qué sería del uno
sin el otro, pues, ¿qué sería de la propiedad privada sin el delito?, ¿sin que esa conducta que
le transgrede no deba por ello ser “condenada” y “castigada”?

En el capitulo III EL DELITO, el autor ávidamente nos muestra como el fin del derecho es
hacer que la guerra desaparezca, entonces la guerra ha pasado a ser un delito. Hemos dicho
que la guerra es la invasión del dominio ajeno, por eso las formas primordiales del delito son
el homicidio y el hurto, agresión directa al dominio en sus formas elementales: el cuerpo
humano y las cosas. El no matar y no robar; a estas dos sanciones se les da el nombre de
sanción penal y sanción civil, en su origen el delito es un hecho inmoral, que por su gravedad
se castiga con la pena, la pena es un dolor, su función es hacer sufrir pues es un mal que se
sufre por un mal que se ha hecho sufrir. En otras palabras la pena es un objeto de una
concepción física no espiritual (Carnelutti, 2017).

En capitulo IV LA PROPIEDAD, el autor nos reitera una vez más los postulados del
capítulo inmediatamente anterior, que, como ya se mencionó, guarda una íntima relación con
este; afirmando así que:
El castigo del hurto implica el reconocimiento de la propiedad. En esta simple
proposición se expresa el nexo y hasta la correlación entre el derecho penal y el derecho
civil, los cuales son anverso y reverso de una misma medalla. Hemos dicho, en la lección
segunda, que la propiedad nace, en el terreno de la economía, antes que en el del derecho.
Pero en este terreno, su tutela se encomien- da exclusivamente a las fuerzas del
propietario; si él no llega a defenderla, se le escapa la propiedad (Carnelutti, 2017, pág.
35).

Así las cosas, podemos ver como ahora el que se apodera de las cosas de otro es castigado,
por tanto, la propiedad se convierte en un derecho. La propiedad garantiza al individuo el
goce de las cosas que son objeto de ellas y, por tanto, se llama cosa propia o suya; “la
propiedad es el primero de los derechos subjetivos; el derecho subjetivo nace como
propiedad” (Carnelutti, 2017, pág. 38).

Finalmente, de la lectura de estos cuatro primeros capítulos podemos concluir que la idea
primaria de este libro de explicarnos de una forma muy básica por qué se necesita que exista
el derecho se cumple de forma clara y expresa. Adicionalmente nos invita a cuestionarnos y
pensar que las leyes, normas, y demás elementos si bien hacen parte del derecho como lo
concebimos hoy, nunca será suficiente para regular completamente la necesidad de la
sociedad, y mucho menos si los aplicadores de la misma olvidan la justicia, viviendo de las
formas y los procedimientos, más que del derecho mismo.
Referencias

Carnelutti, F. (2017). ¿CÓMO NACE EL DERECHO? Bogotá: TEMIS S.A.

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