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El 24 de mayo de 1940, un terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter afectó severamente a Lima y Callao, dejando cientos de muertos y miles de heridos. La ciudad sufrió grandes daños, con derrumbes de edificios precarios. Luego vino un tsunami en Callao, inundando sus calles. Los compositores del momento plasmaron la tragedia en canciones. "El Cancionero de Lima" publicó estas canciones, así como fotos de los daños. El terremoto evidenció la
El 24 de mayo de 1940, un terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter afectó severamente a Lima y Callao, dejando cientos de muertos y miles de heridos. La ciudad sufrió grandes daños, con derrumbes de edificios precarios. Luego vino un tsunami en Callao, inundando sus calles. Los compositores del momento plasmaron la tragedia en canciones. "El Cancionero de Lima" publicó estas canciones, así como fotos de los daños. El terremoto evidenció la
El 24 de mayo de 1940, un terremoto de magnitud 8.2 en la escala de Richter afectó severamente a Lima y Callao, dejando cientos de muertos y miles de heridos. La ciudad sufrió grandes daños, con derrumbes de edificios precarios. Luego vino un tsunami en Callao, inundando sus calles. Los compositores del momento plasmaron la tragedia en canciones. "El Cancionero de Lima" publicó estas canciones, así como fotos de los daños. El terremoto evidenció la
El 24 de mayo de 1940 se produjo uno de los más devastadores terremotos que haya sufrido la ciudad de Lima y el Callao en el siglo pasado. La intensidad del terremoto fue de 8.2 grados en la escala de Richter, lo cual causó grandes destrozos, muertes y miles de heridos tanto en Lima como el Callao. Pero la naturaleza se ensañaría aún más con el Callao al producirse un tsunami que inundó las calles del puerto.
La musa popular, que solía retratar y contar sobre los
acontecimientos del país por medio de composiciones musicales, hizo sentir el dolor y pesar del pueblo por la tragedia que enlutaba y estremecía al Perú, y lo expresó a través de tristes, valses y yaravíes. Es así que "El Cancionero de Lima" publicó ediciones extraordinarias donde daba a conocer las composiciones que se crearon por el terremoto que acababa de azotar al Perú.
En la edición No. 1309 del mencionado cancionero, de fines de
mayo de 1940, se publica en la portada una foto del cementerio de Baquíjano, en el Callao, destruido por el terremoto. En la contraportada se publica una foto de la esquina de las calles Washington y Apurímac, en el Callao, mostrando los daños causados por el terremoto y la letra del yaraví "El 24 de Mayo". En sus páginas internas se publica el triste "El terremoto" y el triste "Huyendo del terremoto".
En El Cancionero de Lima No. 1310, de junio de 1940, se publica la
letra del vals "El terremoto del Perú", señalándose que la letra y música eran de Ernesto Nolli Lira, compositor del Centro Felipe Pinglo.
El Cancionero de Lima nos demuestra que nuestros compositores de
antaño solían contar los hechos resaltantes de la vida diaria, convirtiendo sus composiciones no sólo en temas musicales sino que también en referentes culturales e históricos del Perú...algo que casi está perdido actualmente porque gran parte de los temas musicales que invaden las radios en Perú carecen de sentido y no tienen nada de cultural, menos de histórico.
El 24 de mayo de 1940 se produjo uno de los más devastadores
terremotos que haya sufrido la ciudad de Lima y el Callao en el siglo pasado. La intensidad del terremoto fue de 8.2 grados en la escala de Richter, lo cual causó grandes destrozos, muertes y miles de heridos tanto en Lima como el Callao. Pero la naturaleza se ensañaría aún más con el Callao al producirse un tsunami que inundó las calles del puerto.
La musa popular, que solía retratar y contar sobre los
acontecimientos del país por medio de composiciones musicales, hizo sentir el dolor y pesar del pueblo por la tragedia que enlutaba y estremecía al Perú, y lo expresó a través de tristes, valses y yaravíes. Es así que "El Cancionero de Lima" publicó ediciones extraordinarias donde daba a conocer las composiciones que se crearon por el terremoto que acababa de azotar al Perú.
En la edición No. 1309 del mencionado cancionero, de fines de
mayo de 1940, se publica en la portada una foto del cementerio de Baquíjano, en el Callao, destruido por el terremoto. En la contraportada se publica una foto de la esquina de las calles Washington y Apurímac, en el Callao, mostrando los daños causados por el terremoto y la letra del yaraví "El 24 de Mayo". En sus páginas internas se publica el triste "El terremoto" y el triste "Huyendo del terremoto".
En El Cancionero de Lima No. 1310, de junio de 1940, se publica la
letra del vals "El terremoto del Perú", señalándose que la letra y música eran de Ernesto Nolli Lira, compositor del Centro Felipe Pinglo.
El Cancionero de Lima nos demuestra que nuestros compositores de
antaño solían contar los hechos resaltantes de la vida diaria, convirtiendo sus composiciones no sólo en temas musicales sino que también en referentes culturales e históricos del Perú...algo que casi está perdido actualmente porque gran parte de los temas musicales que invaden las radios en Perú carecen de sentido y no tienen nada de cultural, menos de histórico.
La mañana del 24 de mayo de 1940 se produjo uno de los
más grandes terremotos y tsunamis que hayan afectado Lima y el Callao en el siglo XX. Destrozos, alrededor de doscientos muertos y miles de heridos fueron las trágicas consecuencias que nuestro país tuvo que afrontar producto del embate de la naturaleza. “A las 11 y 35 se produjo un violento temblor en la ciudad. Su intensidad fue insólita”, era la información que daba El Comercio en su edición vespertina de aquel día. Asimismo, reportaba que los cadáveres se estaban acumulando en la Morgue de Lima, a la espera de ser reconocidos. El panorama post terremoto lucía desolador. Breves instantes de intenso movimiento del suelo bastaron para que las precarias construcciones capitalinas se derrumben, lo que causó que las calles queden cubiertas de polvo. Lima no estaba preparada para un sismo de tal magnitud, pues gran parte de las construcciones eran de quincha y adobe.
En el céntrico Jirón de la Unión, los daños resultaron
considerables. Muchas casas se habían desplomado; y frente a la plaza San Martín, la caída de una de las cornisas del Hotel Bolívar destrozó dos automóviles. Incluso construcciones más fortificadas como la sede la Municipalidad Metropolitana y la Catedral de Lima también resultaron afectadas.
Ni los difuntos se salvaron. El cementerio Presbítero Maestro
sufrió cuantiosos daños. Muchas esculturas se desprendieron y algunos mausoleos se dañaron. Pero lo más grave fue la destrucción de los pabellones de nichos, pues muchos ataúdes y cadáveres quedaron expuestos a la intemperie, lo que amenazó la salud de la población.
Producto de la desesperación del momento, las calles, las
alamedas y los parques estaban literalmente invadidos por las familias que salían de sus viviendas en busca de refugio. La plaza Dos de Mayo, el parque Universitario, el Paseo de los Héroes Navales, la avenida Alfonso Ugarte, la avenida Wilson, entre otros sirvieron de campo para la proliferación de cientos de carpas de quienes preferían dormir fuera de sus casas ante las réplicas.
Las zonas más afectadas fueron el Callao, La Punta,
Chorrillos, Barranco, el centro histórico de Lima, Huacho y Chancay.
En el Callao
Sin embargo, la naturaleza se ensañaría aún más con el
Callao. No siendo suficiente el derrumbe de sus construcciones, el mar se retiró unos 150 metros frente al litoral del Callao-La Punta y retornó con olas de hasta tres metros de altura, lo que provocó la inundación de sus calles.
Conforme pasaron los días, la destrucción de las casas
construidas con adobe y quincha llevaron a los arquitectos de la época a reflexionar sobre el uso de estos materiales para la construcción de inmuebles. Frente a la fragilidad del adobe, se observó la gran resistencia de los modernos edificios de concreto. El terremoto de 1940 planteó, de esta manera, la posibilidad de construir una nueva ciudad.
Setenta y cinco años después, con una ciudad que bordea
los 10 millones de habitantes y considerando que el Perú se ubica en una zona de alto potencial sísmico, el debate y planteamientos de los arquitectos de entonces no pierden vigencia. Lima y el terremoto de 1940 A las 11 y 35 de la mañana del 24 de mayo de 1940 se inició un gran movimiento sísmico de gran intensidad en la costa central del Perú. El epicentro se ubicó a 120 kilómetros al noreste de Lima. Fue el movimiento sísmico más fuerte del siglo XX (8.2 grados) que afectó a varias zonas de Lima, el Callao y la costa central del Perú. Lima fue muy afectada, en especial los distritos de Chorrillos, Barranco y El Callao. No volvería a ser la misma ciudad, gran cantidad de viviendas antiguas, templos religiosos y edificios estatales fueron afectados por el sismo. Luego del gran terremoto El pánico se apoderó de la ciudad, miles de pobladores abandonaron sus viviendas, las calles, alamedas y parques fueron ocupadas por los damnificados. La plaza 2 de mayo, plaza San Martín, el parque Universitario, el Paseo de los héroes navales, el parque Neptuno, la avenida Alfonso Ugarte, las avenidas Wilson, la plaza Italia, la plaza de la inquisición fueron ocupadas por carpas de familias que preferían dormir fuera de sus casas ante las replicas. La procesión del señor de los Milagros recorrió las calles de Lima y fue acompañada por los fieles. Los hospitales de San Bartolomé, Dos de Mayo, Loayza y otros se llenaron de heridos y fallecidos. El Presidente Manuel Prado recorrió algunos nosocomios para ver el estado de los heridos. Su esposa doña Enriqueta Garland de Prado y su hija Rosa también visitaron los hospitales llevando ayuda y recogiendo los pedidos de los damnificados. Rápidamente se convocó a un consejo de ministros y se evaluaron las primeras medidas del gobierno frente al sismo. Las zonas de Lima más afectadas por el sismo fueron: el centro de Lima, Chorrillos, Barranco y La Molina. Se contabilizaron 179 muertos y 3500 heridos en la ciudad.