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Este verso está dentro del capítulo que nos habla acerca del
amor. El amor que se nos describe en esta escritura, es el amor de
Dios. Solo Dios te ha amado con ese amor de 1 Corintios 13. Tú no
lo soportas todo, eres jactancioso, haces cosas indebidas, guardas
rencor, te irritas. Así que el amor de 1 Corintios 13 es el amor de Dios
hacia nosotros. Y Pablo está diciendo que ese es el amor más grande
que tú puedes experimentar. Puedes tener toda la fe y esperanza del
mundo, pero si no has experimentado ese amor, no has
experimentado nada. Pero Pablo te asegura que, para experimentar
ese amor, hace falta madurez, dejar las cosas de niño y entrar en las
cosas de Dios. Es el proceso que pasa todo hijo cuando se convierte
en padre; Ahora el hijo entiende cómo pensaban sus padres, tiene la
madurez de vida para pensar como ellos. Ahora entiendes que no era
que no querían que te divirtieras o que te quisieran limitar; Entiendes
que aquello era una expresión de amor. Pero no es hasta que las
experiencias de la vida te llevan a ese nivel, que puedes entonces
entender cómo te amaban. No es hasta que tú tienes esa experiencia
que un día tu mente se transforma para verlo de otra manera.
“14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea
predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha
cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio.” Marcos 1:14-15
“7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que
aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase;
y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que
viene por la fe.” Hebreos 11:7
Los creyentes a veces repetimos cosas como “yo vivo por fe”, sin
la consciencia de lo que realmente eso significa. Tú tienes que vivir
intencionalmente por fe. Si vives de esta manera, tú adoras a Dios
con lo mejor, caminas con Dios. La vida de fe de Noé, por ejemplo,
fue una de hacer algo diferente. Noé hizo algo que nunca nadie había
hecho, porque hasta ese momento, nunca había llovido. La fe de Noé
es la fe que hace algo diferente, la fe que construye. Tu fe tiene que
construir, tiene que edificar algo.
Otra cosa que repetimos los creyentes es orar por todo; Pero tú
no puedes meramente orar por tus hijos y no tomar el tiempo de
enseñarles, de educarlos, de velar por ellos, de instruirles. Una cosa
es tener fe, otra es tener acciones de fe que sustenten aquello que tú
crees y vives por fe. La fe que nos muestra Noé es una fe que
construye. Tu familia tú la puedes orar, pero más que orarla, tú tienes
que construirla. Tu empresa tú puedes orarla, pero más que eso, tú
tienes que tener la fe para construirla, para comenzar algo desde cero.
La vida de fe es una que toma trabajo y esfuerzo. Esto lo vemos en la
vida de Noé.
Atrévete a salir, a dar el primer paso para una empresa, para una
nueva vida; Arriesga. Y si fracasas, vuelves a empezar; Pero hay que
empezar por algo.
EL CUERPO NO TE LIMITA
Este verso dice que se requiere que seas hallado fiel en cuanto a
la administración. No es una opción, es un requisito. Todo el que
administra algo para Dios –un don, una habilidad, una iglesia – sea
hallado fiel, tenga el carácter que Dios quiere. No puedes depender
únicamente de tu habilidad o de tu don. Aún en el mundo, a una
persona con una gran habilidad, una falta de carácter le puede destruir
toda su vida. Tiger Woods, considerado de los mejores jugadores de
golf, cuando descubrieron sus múltiples adulterios, la vergüenza fue
tal, que jamás fue el mismo. Una falta de carácter afecta tu talento, tu
habilidad. Bill Clinton fue un buen Presidente de Estados Unidos, muy
diplomático; Pero siempre será recordado por Mónica Lewinsky, y por
ser un Presidente al que por poco desbancan. Todos sus logros, por
una falta de carácter, se derrumban.
La palabra de sabiduría,
la palabra de conocimiento, y
el discernimiento de espíritu
El don de fe,
el don de milagros y
el don de sanidades.
El don de profecía,
géneros de lenguas, e
interpretación de lenguas.
a. La divina,
b. la humana y
c. la diabólica.
Cuando tú tienes claro cómo deben ser las cosas, pero el resto
del mundo no lo entiende, te dan ganas de aislarte, no encuentras
cómo explicarles a los demás. Llega un punto que sigues estudiando
tanto, que sabes todo lo que te falta y te frustras con la gente, con lo
que no tienes, porque sabes que pudieras hacer más pero no lo
haces, porque quisieras que otros entendieran. Así que, la mucha
sabiduría la mucha ciencia, trae consigo dolor. Muchas veces, la
gente más sabía no tiene buenas relaciones personales. Porque es
difícil trabajar con gente que no entiende, hay que tratar de maduro a
niño, hablarles a su nivel.
LA SABIDURÍA DIVINA
Hay una sabiduría que Dios esconde, no de ti, sino para ti, para
que en el momento que tú la necesites puedas acceder a ella, pero si
Dios descubre toda su sabiduría, también el enemigo sabría lo que
Dios está pensando. Dios esconde esa sabiduría para ti, para que se
revele en el momento oportuno.
“8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran
conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.” 1 Corintios 2:8
LA PALABRA DE SABIDURÍA
SABIDURÍA APLICADA
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, vemos ejemplos donde se nos
muestra lo que es la palabra de sabiduría, donde podemos ver cómo opera la
palabra de sabiduría y cómo tenemos que activarla en beneficio del reino de Dios.
Faraón no sabía qué significaba que unas vacas se comieran a otras; Y llaman a
José. Dios no tan solo le da a José el conocimiento de lo que eso representaba,
que vendrían siete años de abundancia y siete de escasez; Dios le dio palabra de
sabiduría. Lo que impresionó a Faraón, fue la solución que le dio José. Dios no le
dio a José un plan para el tiempo malo, sino para el bueno, para entonces poder
pasar los malos. Si tú no sabes pasar los tiempos buenos, cuando lleguen los
malos, no los vas a pasar. Pero hay gente pidiendo sabiduría en el tiempo malo,
cuando debieron pedir sabiduría en el bueno, para saber qué hacer porque el
tiempo malo viene, todos vamos a experimentar momentos difíciles. Entonces,
Dios le da la estrategia a José, y lo mejor es que José dice: Y tu siervo lo puede
hacer. José se empleó a sí mismo. José tenía tan claro lo que había que hacer
por la palabra de sabiduría, que tuvo la confianza de ofrecerse para el puesto. La
palabra de sabiduría siempre te va a poner delante de gente importante, y te da
avance en el reino de Dios y en esta tierra, como nada más te lo puede dar. Y eso
eventualmente redunda en beneficio para el pueblo de Dios. Eventualmente, el
pueblo de Israel comió de aquellos resultados, por una palabra de sabiduría.
Cuando Dios te lleva a esas posiciones, es porque detrás de ti, Él tiene gente que
va a comer de los resultados que tú vas a tener. Dios no le dio la palabra de
sabiduría a José para sacarlo de la cárcel, sino para darle de comer a todo el
pueblo de Israel.
A David, en una ocasión, Dios le da la palabra de sabiduría para tener una grande
victoria en contra de los filisteos:
“23 Y consultando David a Jehová, él le respondió: No subas, sino rodéalos, y
vendrás a ellos enfrente de las balsameras. 24 Y cuando oigas ruido como de
marcha por las copas de las balsameras, entonces te moverás; porque Jehová
saldrá delante de ti a herir el campamento de los filisteos. 25 Y David lo hizo así,
como Jehová se lo había mandado; e hirió a los filisteos desde Geba hasta llegar
a Gezer.” 2 Samuel 5:23-25
La sabiduría que recibió David trajo salvación al pueblo completo. Dios te usa en
ciertos momentos, te da la palabra de sabiduría que trae la estrategia para que
muchos se salven.
En 1 Reyes 3, Salomón tiene un problema: Dos mujeres tenían cada una un bebé
del mismo tiempo; Por la noche, una se acostó sin querer sobre su bebé, y el bebé
murió, y ella lo cambió por el otro. Y ahora estaban ambas frente a Salomón,
quien acababa de pedirle a Dios sabiduría. Dios pudo haberle dado a Salomón el
conocimiento de cuál era la madre de aquel bebé vivo, pero le dio la palabra de
sabiduría porque el conocimiento que tuviera Salomón no habría causado la
impresión de lo que hizo. Él mandó buscar una espada para picar al bebé por la
mitad, y darle una parte a cada una. Entonces, la verdadera mamá dijo: No lo
mates, mejor vivo aunque no esté conmigo. Entonces Salomón dijo: Esa es la
verdadera madre, entréguenselo a ella.
“28Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque
vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.” 1 Reyes 5:28
Si Salomón hubiera dicho: Tú eres la madre porque Dios me dice que eres tú, solo
ella podía dar fe de eso. Hubiera habido dudas, personas cuestionando cómo no
investigó si no era la otra. Pero haciéndolo como lo hizo, quedó en evidencia la
sabiduría que él tenía. Él pidió a Dios sabiduría y Dios se la dio, pero una cosa es
que Dios te dé sabiduría, otra, que el mundo te la reconozca. Y cuando pasó eso,
todos tuvieron que reconocer: Ese muchachito es sabio. La manera en la que lo
hizo, provocó que no quedaran dudas. Sería contra naturaleza el querer matar a
tu propio hijo. Dios pudo darle el conocimiento, pero no lo hizo; Le esconde el
conocimiento, pero le dice: Esto es lo que vas a hacer para solucionarlo,
quedando notoria su sabiduría, que provenía de Dios. Tú no puedes depender del
conocimiento que tienes; Tienes que pedirle a Dios que te diga cómo hacer las
cosas, para que la gente reconozca que la sabiduría de Dios está contigo. Y solo
a través de la palabra de sabiduría se hace notorio de modo que no queda la
menor duda.
En Hechos 15, hay un momento muy difícil en la iglesia porque no había acuerdo
en cuanto a si bautizar a los incircuncidados o no. Y se paró Jacobo con la
palabra de sabiduría para aquel momento, logrando hacer algo que, para aquel
tiempo, era bien difícil. Poner de acuerdo a toda la iglesia, solo Dios. No tan solo
la iglesia, sino apóstoles y ancianos de la iglesia. Ante la palabra de sabiduría que
usó Jacobo, no quedó más remedio que todo el mundo se pusiera de acuerdo.
Algún día, tú vas a necesitar una palabra de sabiduría para que tu cónyuge, tus
hijos, tus hermanos en la fe se pongan de acuerdo, y muchas veces, para llegar a
ese acuerdo, solo la palabra de sabiduría. Nadie puede combatirla.
EJERCITA TU DISCERNIMIENTO
Hay cuatro razones por las cuales es vital que, como creyente, tú
ejercites el don de discernimiento de espíritu.
Así que hay gente que va a venir con dietas extrañas, con hipocresía,
con la mente cauterizada, haciendo prohibiciones. Hay que tener
cuidado. Tenemos que discernir en el espíritu lo que es bueno y malo.
No todo lo que la gente dice que es malo, es malo.
Para ver la protección de Dios sobre tu vida. A tu alrededor, pueden
ocurrir montones de cosas, pero hasta que el mundo espiritual no se
abre, no te das cuenta de lo que Dios está haciendo. Y Dios siempre
está haciendo más por ti de lo que tú piensas. Elías, luego de acabar
con cuatrocientos profetas de Baal, termina en una cueva, diciendo:
Solo yo he quedado. Y Dios tiene que abrirle los cielos y mostrarle
que hay más de siete mil que están orando. Y eso lo motiva a seguir
adelante.
“17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para
que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí
que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo.” 2 Reyes 6:17
Para percibir lo que viene de Dios. Hay paz en tu vida, puedes ver la
gente y lo que llega a tu vida que es de Dios, las oportunidades. No
toda buena oportunidad es una oportunidad divina. Si tú no tienes el
discernimiento correcto, puedes entrar en una buena oportunidad,
pero que no era lo que te correspondía. Tú tienes que esperar por las
oportunidades divinas. Por eso hay quien siempre bendice las buenas
oportunidades. Cuando las oportunidades son de Dios, ya vienen
bendecidas. Hay una gran diferencia. Tienes que discernir qué es lo
que viene de Dios.
“13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que
estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su
mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de
nuestros enemigos? 14 El respondió: No; mas como Príncipe del
ejército de Jehová he venido ahora.” Josué 5:13-14a
Si aquel hombre dijo que era el capitán del ejército de Dios, quiere
decir que como él había probablemente montones. Si era el capitán,
tenía que tener todo su escuadrón detrás. Cuarenta años antes, el
pueblo de Israel no entró a la tierra prometida porque vieron a los hijos
de la tierra como gigantes. Es curioso porque lo que ellos dicen es
que se vieron ellos como langostas delante de ellos. ¿No habrá sido
el ejército de Dios lo que vieron, esperando para derrotar a los
enemigos, y le cogieron miedo por no discernir que era Dios quien
estaba con ellos? Pero ellos se vieron por debajo, como menos,
tuvieron temor. La Biblia nos dice que había dos caminos para llegar a
la tierra prometida: Uno de tres días, y otro de cuarenta. Y Dios
escoge el más largo porque era más fácil; El pueblo no tenía fuerzas
para pelear, así que Dios se los lleva por el camino más largo para
que, cuando llegaran a la tierra prometida, tuvieran la fuerza espiritual
para poder poseerla, pero pasó todo lo contrario. Y sabrá Dios si
aquellos no eran gigantes, sino el ejército de Dios, esperando para
entrar y poseer la tierra. Josué hizo lo correcto: Discernió en el
espíritu, y dijo: Ahora sí, estos están con nosotros, vamos a hacer lo
que tenemos que hacer.
La fe salvadora,
la fe general,
la fe como fruto del espíritu o el fruto de la fe, y
el don de fe.
“8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios;” Efesios 2:8
“3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos
12:3
Así que, hay una fe que te salva, pero tú necesitas madurar esa
fe, hasta llegar al nivel de fe que Dios quiere para tu vida.
¿FE, O PRESUNCIÓN?
Ahora bien, hay una pregunta que muchos se hacen: ¿Por qué
no todos sanan? Pero la pregunta debería ser: ¿Por qué no sanan
todos en la tierra? Porque todo el que recibe a Jesucristo como su
Salvador, o se sana aquí o se sana allá, pero se sana. Si no venciste
la enfermedad aquí en la tierra, por la razón que sea, la promesa de
Dios dice que tan pronto llegues a su presencia tiene un cuerpo nuevo,
inmortal, renovado. Así que, cuando tú aceptar a Jesucristo como tu
Salvador, tú te sanas; Lo que pasa es que, a veces, la manifestación
no ocurre en la tierra, pero va a ocurrir, sea aquí o allá, va a suceder.
Y una vida de fe no es mayor o menor que otra. La vida eterna no
comienza cuando tú mueres, sino cuando aceptas a Cristo como tu
Salvador; Terrenalmente no vas a ser eterno, pero en el espíritu lo vas
a ser, y lo comienzas el día que lo conoces a él. Aún toda persona
paralítica, en el cielo se va a levantar; No hay sillas de ruedas en el
cielo. Así que no podemos responder por qué todos no sanan porque
aquellos que aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, estamos
sanos en el mundo espiritual, pero naturalmente, o se manifiesta
ahora, o en el más allá, pero de que se manifiesta, se manifiesta.
Ahora bien, respondamos la pregunta correcta: ¿Por qué no
sanamos todos en la tierra? Estas son preguntas complicadas porque,
si no sabemos responder, podemos echar culpa donde no debe existir
culpa. Nadie debe salir de un culto de sanidad y decirle a otro que no
tuvo fe y por eso no se sanó; Tampoco al predicador. Esto provoca
culpabilidad y condenación en la vida de las personas. Estas
preguntas hay que responderlas en el contexto amplio. Hay algunas
razones que vemos en la Biblia por la cual cierta gente no experimenta
la manifestación de la sanidad aquí en la tierra:
Por causa del pecado. Hay personas que pretenden ser sanas
para seguir pecando. Dios puede hacer la obra, sin importar que la
enfermedad haya llegado a tu vida por el pecado, Él puede cancelar
toda obra negativa. El problema es que, hasta que en tu interior
realmente tú no seas libre de pecado, se hará complicado para ti
mismo recibir la sanidad de Dios. ¿Por qué? Por la consciencia de
culpa. La persona que sabe que está enferma por haber pecado, en
su mente, carga la culpa de que, lo que tiene es resultado de lo que
hizo. Es más fácil para la persona recibir sanidad de un cuerpo, que
de la culpa. Piensas, entonces, que tienes que estar atado a esa
enfermedad por el resto de tus días; Y liberarte de eso, de la culpa, es
más complicado que recibir la sanidad del cuerpo. Por eso es que
Jesús, en algunas ocasiones, dijo: Tus pecados te son perdonados.
Para que entonces la gente fuera totalmente libre.
“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les
mostrase señal del cielo. 2 Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece,
decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3 Y por la mañana: Hoy habrá
tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis
distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! 4 La
generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la
señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.” Mateo 16:1-4
Jesús dice: Ven que están las nubes grises, y dicen que va a
llover; Ven que hay viento, y dicen que viene tormenta; Saben
distinguir esas señales, pero las que yo he hecho no les han
demostrado quien yo soy, ¿y quieren que haga más? Si con las que
han visto no es suficiente, no hay nada más que yo pueda hacer que
les demuestre quien yo soy, así que no voy a hacer ninguna más.
LO QUE TE QUEDA
ingredientes
5 dientes de ajo
como preparar
vamos a triturar bien los dientes de ajo, una ves triturados ya sea
bajado o en la licuadora vamos a mesclar bien con el con la leche no
importa la preferencia, agrega miel para endulzar y listo.