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que fuera un viento excepcionalmente fuerte, pero bastó para que el, ahora famoso, puente de
a su eje central... alcanzando movimientos más y más violentos hasta que colapsó por completo y
cayo en pedazos. La caída del puente se pudo filmar y sigue siendo uno de los videos más visitados
de Youtube.
Ahora sabemos que eso sucedió porque el puente se construyó sin someter su estructura a lo que se
conoce como “análisis modal”. En ingeniería se llama “análisis modal” al estudio de una estructura
en función de sus propiedades naturales, o más en especial el estudio de las propiedades dinámicas
entienden las frecuencias bajo las cuales resuena cada estructura, la capacidad y los modos de
torsión característicos de dicha estructura. Por excitación vibracional podríamos entender más allá
disposicional, tanto física como intelectual, a la que cualquier agente, el viento o un servidor puede
someter a una estructura, como un puente o una obra de arte por ejemplo.
Se le llama análisis modal porque para cada frecuencia natural, o cada abordaje disposicional,
denomina las formas modales (mode shapes) de la estructura. Así el Puente de Tacoma había
resistido varios meses las resonancias bajo el modo de torsión longitudinal -llamado “torque”-pero
caracterizan a cualquier estructura, ya esté hecha con vigas de acero o con palabras.
Llevando el análisis modal a nuestro campo, podríamos sostener que los “mode shapes” -las formas
modales- de las obras de arte o las conductas estéticas serían, a su vez, las diferentes posibilidades
de apropiación, de acoplamiento que una estructura estética determinada puede asumir sin
Las obras de arte, como los puentes o los gobiernos, tienen una determinada capacidad de recibir y
políticos, que a su vez pueden darse alternativa o simultáneamente bajo diferentes modos. De lo que
se trata con el análisis modal es de determinar justamente esos modos en los que cualquier
estructura entra en diferentes ciclos de resonancia, de los cuales saldrá o no indemne. De esta
forma y gracias al análisis modal podemos trabajar con los diversos grados y vectores de plasticidad
de las obras de arte, entendiendo así cual es su extensión, el campo en que un modo de relación
sigue siendo el mismo, sin por ello dejar de prestarse a diferentes interpretaciones o apropiaciones.
Esto es fundamental puesto que, por definición, toda obra de arte debe prestarse a un cierto grado de
las obras aceptan igual grado de torsión ni mucho menos todos los “modos” -los mode shapes- de
En la estética premodal nos bastaba con constatar la presencia de estos fenómenos de resonancia
que son las diferentes interpretaciones de las obras y acaso discutir la mayor o menor pertinencia de
las mismas en función de su cercanía a una lectura, supuestamente correcta, de la obra en cuestión.
De lo que se trata ahora es de analizar cada obra de arte como un modo de relación, susceptible de
entrar -y en gran medida obligado a entrar- en diferentes ciclos de resonancia, que extraerán
a averiguar en qué medida sigue siendo ella misma o ya se ha transformado en otra cosa...
Y es que, por supuesto, cuando una estructura colapsa, se transforma en otra cosa. En el caso del
puente de Tacoma, su derrumbamiento en medio del estrecho generó un arrecife inmenso donde han
podido refugiarse de las corrientes una multitud de especies que de otro modo tendrían una vida
mucha más aventurada. Igualmente cuando una estructura narrativa o musical colapsa, como sucede
-por ejemplo- con los materiales de la tradición sinfónica rusa a manos de Shostakowich,
encontramos otra cosa, es decir otro “modo de relación”, que -como hemos dicho- difícilmente
podía ser prevista en la estética premodal, pero en la que ahora cabe trabajar.
No deja de ser curioso que también en 1938, justo el mismo año en que se construyó el Puente de
Tacoma, un arquitecto alemán, Albert Speer, el arquitecto preferido de Hitler, llamara la atención
Las construcciones modernas no eran muy apropiadas para constituir el puente de tradición hacia
futuras generaciones que Hitler deseaba: resultaba inimaginable que unos escombros oxidados
transmitieran el espíritu heroico que Hitler admiraba en los monumentos del pasado. Mi teoría
tenía por objeto resolver este dilema: el empleo de materiales especiales, así como la
edificios que cuando llegaran a la decadencia, al cabo de cientos o miles de años, pudieran
Valga traer aquí a Speer a colación para tener presente que con el análisis modal no se trata de
recuperar ninguna suerte de estetización del colapso, ni de alimentar las ilusiones de pervivencia
histórica de políticos megalómanos y con bigote. Ningún análisis modal hubiera ayudado a que
Speer imaginara que su monumental Galería de Mármol, en la Cancillería del Reich, sería
desmantelada para usar sus materiales en el Monumento de Guerra Soviético de Treptower Park.
elegidos por Speer quedaba muy cerca del “modo de relación” que el mismo Speer había explorado
tan efectivamente.