Se nota un gran cambio en la humanidad desde la existencia de la misma, no solo en los avances tecnológicos que se encuentran en la actualidad sino también en su comportamiento, costumbres y tradiciones, tomando como referencia las lecturas vistas en clase, se muestra que el comportamiento humano se ha vuelto cada vez más egoísta, individualista y materialista, a través del tiempo el hombre ha pasado por muchas circunstancias en las cuales se ha dejado como moraleja luchar por los beneficios propios y más aún si se sabe que sobrepasaran a las demás personas económica y materialmente. La sociedad se ha vuelto egoísta perdiendo poco a poco la raíz misma del ser, las preguntas sobre nuestra existencia se han ido abandonando paulatinamente, nos encontramos en un mundo rutinario, lo cual se ha vuelto del tener y de consumir sin incluir en absoluto el porqué de las cosas. El subdesarrollo y la dependencia han aumentado no solo entre la individualidad de las personas si no que también se nota entre las potencias mundiales las cuales tienen como lacayos o asociados a muchos países tercermundistas, lo cual permite que en las sociedades de dichos países crezcan los niveles de confort frente a su calidad de vida en algunas es favorable y en otras es adverso. El modelo de vida al cual estamos acostumbrados ya está determinado, de por si en la vida diaria somos partes de un conflicto histórico, pues nuestros actos y decisiones lo hacemos en virtud a un modelo predestinado. Ahora se mira con extrañeza y misterio el interrogante de que somos y que escondemos tras la seguridad, omnipotencia e insolencia. Solo se vive cuando se empieza a problematizar nuestra existencia y la de todos los demás, dando un vistazo a la historia de la especie humana. Los individuos atravesamos situaciones que pueden cambiar de una forma única en estas se toman actitudes para conocer y modificar a posición en la cual nos encontramos. Los peligros de la civilización actual permiten que el hombre se preocupe por él y su futuro, se encuentra un enfrentamiento entre quienes quieren preservar la vida humana y quienes pretenden la destrucción. Nunca antes el humano tuvo la oportunidad de aumentar la producción en una gran magnitud, pero aun así hay poblaciones sometidas a la hambruna, desnutrición y muerte; nunca antes hubo tantos medios para la comunicación sin embargo el hombre está destinado a la soledad; nunca como en otra época ha aumentado el sentido de la liberación, pero a su vez surgen formas sutiles de la explotación; los avances técnicos y científicos favorecen todos los campos de la vida humana y aumenta la posibilidad de la destrucción mientras que el desarrollo moral y espiritual no conocen medida equivalente. Las personas de hoy se muestran capaces de lo mejor y lo peor, lo cual significa el avance o el retroceso de la humanidad, a la esclavitud o la libertad, a la unidad o la destrucción, a un camino que no está predestinado para nada ni nadie, sólo nos queda unirnos a las masas, a una cultura determinada. Es en la sociedad donde se puede encontrar una denotación de enfermedades de los espíritus y de las mentes golpeando el destino de millones de hombres. La humanidad cada vez aumenta más la población circunstancial