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METODOS DE ESTUDIO:

Después de una convulsión, el médico analizará minuciosamente tus síntomas y tu historia


clínica. El médico puede solicitar varias pruebas para determinar la causa de la convulsión
y evaluar las probabilidades de que se repita.
Algunas de las pruebas son:
Un examen neurológico. El médico puede evaluar tu conducta, tus habilidades motoras y
tu función mental para determinar si tienes un problema en el cerebro o en el sistema
nervioso.
Análisis de sangre. El médico puede tomar una muestra de sangre para detectar signos de
infecciones, enfermedades genéticas o desequilibrios en los niveles de azúcar en sangre o
electrolitos.
Punción lumbar. Si el médico sospecha que la causa de la convulsión es una infección, es
posible que te deban extraer una muestra de líquido cefalorraquídeo para análisis.
Electroencefalografía (EEG). En este estudio, los médicos fijan electrodos en el cuero
cabelludo con una sustancia pastosa. Los electrodos registran la actividad eléctrica del
cerebro que se representa mediante líneas onduladas en el registro del
electroencefalograma. El electroencefalograma puede revelar un patrón que les indica a
los médicos si es probable que la convulsión se repita o no. La electroencefalografía
también puede ayudar al médico a descartar otras afecciones similares a la epilepsia como
motivo de la convulsión. Según las características de las convulsiones, este análisis se
puede realizar de forma ambulatoria en la clínica, por la noche en el hogar mediante la
utilización de un dispositivo ambulatorio o en el transcurso de unas noches en el hospital.
Tomografía computarizada (TC). Una exploración por tomografía computarizada usa
rayos X para obtener imágenes transversales del cerebro. Las exploraciones por
tomografía computarizada pueden revelar anomalías en el cerebro que podrían provocar
convulsiones, como tumores, sangrado y quistes.
Imágenes por resonancia magnética (RM). En la exploración por resonancia magnética, se
usan ondas de radio e imanes potentes para crear una vista detallada del cerebro. El
médico puede detectar lesiones o anomalías en el cerebro que podrían causar
convulsiones.
Tomografía por emisión de positrones (TEP). En la exploración por tomografía por
emisión de positrones, se utiliza una pequeña cantidad de material radioactivo en dosis
baja que se inyecta en una vena para ayudar a visualizar las zonas activas del cerebro y
detectar anomalías.
Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). En una tomografía
computarizada por emisión de fotón único, se utiliza una pequeña cantidad de material
radioactivo en dosis baja, que se inyecta en una vena para crear un mapa tridimensional
detallado de la actividad del flujo sanguíneo en el cerebro durante una convulsión. Los
médicos también pueden realizar una forma de tomografía computarizada por emisión de
fotón único (SPECT) denominada «sustracción de la SPECT ictal corregistrada con
imágenes por resonancia magnética (SISCOM)» que puede brindar resultados aún más
detallados. Por lo general, esta prueba se lleva a cabo en un hospital y se realiza un
registro electroencefalográfico durante la noche.
Noviembre de 2015

Observando la epilepsia
Estallidos eléctricos en el cerebro
Cuando oímos la palabra
epilepsia, podríamos pensar en
crisis intensas con espasmos
musculares y pérdida del
conocimiento. Pero la mayoría
de las crisis epilépticas son
sorprendentemente sutiles y
podría ser difícil reconocerlas.
Estos pequeños ataques pueden
ser una señal de advertencia
temprana de epilepsia, un trastorno cerebral que afecta a
aproximadamente 1 de cada 26 estadounidenses en algún
momento de sus vidas. Cuanto antes se reconozca la
epilepsia, antes podrán tratarse y prevenirse las crisis.
Es sorprendente lo poco que sabe la mayoría de las personas sobre la epilepsia,
teniendo en cuenta que es el cuarto Trastorno neurológico más común del país,
después de la migraña, el accidente cerebrovascular y la enfermedad de Alzheimer.
La epilepsia se caracteriza por crisis repetidas e impredecibles que pueden durar
segundos o minutos. Las crisis son el resultado de estallidos anormales de actividad
eléctrica en el cerebro que disparan movimientos espasmódicos (convulsiones),
emociones o sensaciones extrañas, caídas o desmayos.
"La epilepsia puede afectar a personas de todas las edades, desde el momento del
nacimiento — incluso en la sala de parto — hasta edades más avanzadas", dice el
Dr. Jeffrey Noebels, experto en epilepsia de la Escuela de Medicina de Baylor. Lo
más frecuente es que la enfermedad se presente por primera vez en la infancia o
después de los 60 años. "La mayoría de los tipos de epilepsia dura toda la vida,
pero algunas epilepsias son autolimitadas, es decir que suelen resolverse solas",
dice Noebels.
Las causas de la epilepsia son diversas. "Ciertos defectos en los genes son
probablemente los responsables de la mayor parte de los casos de epilepsia", dice
Noebels. Hasta el momento, los científicos han relacionado más de 150 genes con
la epilepsia. "Otros tipos de epilepsia pueden ser consecuencia de un traumatismo
(como una lesión en la cabeza o un accidente cerebrovascular), infecciones,
tumores cerebrales u otros factores".
Cualquier cosa que afecte el patrón normal de actividad cerebral, desde una
enfermedad a una lesión cerebral o un desarrollo defectuoso del cerebro, puede
causar una crisis epiléptica. Pero hasta en la mitad de las personas con epilepsia,
simplemente se desconoce la causa subyacente.
Los tipos de crisis también pueden presentar grandes diferencias, motivo por el cual
la epilepsia a veces se denomina como un "trastorno del espectro epiléptico".
Algunas personas pueden tener crisis solo de manera ocasional. En la otra punta
del espectro, una persona podría tener cientos de crisis en un día. Las crisis pueden
ser graves, con convulsiones, pérdida del conocimiento e incluso muerte súbita en
casos raros. O las crisis pueden pasar casi inadvertidas.
Estas crisis sutiles — a veces llamadas crisis parciales o focales — pueden causar
sensaciones de déjà vu (la sensación de que algo ya ha ocurrido antes);
alucinaciones (ver, oler u oír cosas que no están allí); u otros síntomas
aparentemente leves. Durante algunas crisis, la persona podría dejar lo que está
haciendo y quedarse con la mirada perdida durante unos segundos sin darse cuenta
de ello.
"Estos pequeños ataques o crisis a veces pueden ocurrir durante años sin que se
reconozcan como un problema y se diagnostiquen como epilepsia", dice la Dra.
Jacqueline French, especialista en el tratamiento de la epilepsia en el Centro Médico
Langone de la Universidad de Nueva York. "Pueden ser pequeñas crisis de
confusión, pequeños ataques de pánico o una sensación de que el mundo no parece
real".
Los síntomas de estas crisis pequeñas suelen depender de qué regiones del
cerebro se vean afectadas. Con el paso del tiempo, este tipo de crisis pueden
convertirse en ataques más graves que afectan todo el cerebro. Por ello, es
importante recibir un diagnóstico y comenzar un tratamiento para la epilepsia lo
antes posible. "Si observa un patrón repetido de comportamientos inusuales o
sensaciones extrañas que duran de unos pocos segundos a unos pocos minutos,
asegúrese de mencionárselo a su médico o pediatra", dice French.
En las últimas décadas, científicos financiados por los NIH han estado trabajando
en el desarrollo de mejores enfoques para diagnosticar, tratar y entender la
epilepsia. La enfermedad ahora puede diagnosticarse mediante herramientas de
imagenología como las imágenes por resonancia magnética o las tomografías
computadas, realizando análisis de sangre para detectar genes defectuosos o
midiendo la actividad eléctrica del cerebro. Las crisis epilépticas suelen poder
controlarse con medicamentos, dietas especiales, cirugía o dispositivos
implantados. Pero todavía es necesario mejorar los cuidados.
"Los medicamentos tradicionales para tratar la epilepsia son efectivos pero
problemáticos", dice el Dr. Ivan Soltesz, que estudia la epilepsia en la Universidad
de Stanford. "Aproximadamente 1 de cada 3 pacientes tiene una epilepsia resistente
a los medicamentos, lo que significa que los fármacos disponibles no pueden
controlar las crisis. En estos casos, la mejor opción podría ser la remoción quirúrgica
de tejido cerebral". Cuando los medicamentos funcionan, explica, también pueden
causar numerosos efectos secundarios, entre ellos fatiga, función hepática anormal
y problemas de razonamiento
El problema de los medicamentos actuales es que no están dirigidos a las células
del cerebro que funcionan mal, sino que tienden a afectar todo el cerebro. "Los
medicamentos tampoco son específicos en términos del momento en que se
produce el tratamiento", dice Soltesz. "Los medicamentos están siempre presentes
en el cuerpo, incluso cuando las crisis no están ocurriendo".
Él y otros investigadores están trabajando para crear tratamientos para la epilepsia
de alta precisión, que se dirijan únicamente a las zonas defectuosas del cerebro y
actúen solo cuando es necesario impedir una crisis. Por el momento, han
desarrollado un enfoque experimental que puede detener las crisis de tipo epiléptico
en ratones, cuando comienzan a desatarse. Los científicos esperan en algún
momento poder trasladar estos hallazgos para su uso en seres humanos con
epilepsia.
En otra línea de investigación financiada por los NIH, un equipo de científicos
estudia una enfermedad mortal y poco estudiada llamada "muerte súbita inesperada
en la epilepsia" (SUDEP por sus siglas en inglés). "La mayoría de las personas con
epilepsia tiene una vida larga y feliz. Pero la SUDEP es la causa más común de una
expectativa de vida más corta en los casos de epilepsia", dice Noebels. "Es un
verdadero misterio. No hemos podido saber quién corre un riesgo más alto de tener
esta muerte prematura. Puede sucederle a personas muy diferentes con epilepsia,
de cualquier estrato, edad o contexto".
Noebels y sus colegas han identificado varios genes en el ratón que parecerían
estar relacionados tanto con los episodios epilépticos de muerte súbita como con
los problemas en el ritmo cardíaco. Actualmente, los investigadores están buscando
genes similares en los humanos que podrían ayudar a predecir quién corre más
riesgo de SUDEP. "Creemos que la SUDEP no tiene por qué suceder — que
podemos aprender sobre ella, predecirla y finalmente encontrar mejores maneras
de prevenirla en cada paciente", dice Noebels.
Usted puede tomar medidas para reducir algunos de los factores de riesgo de la
epilepsia. Evite las lesiones en la cabeza mediante el uso de cinturón de seguridad
y cascos para bicicletas, y asegúrese de que los niños estén debidamente
amarrados en las sillas para coche. Reciba el tratamiento médico adecuado para
trastornos que puedan afectar el cerebro a medida que envejece, como la
enfermedad cardiovascular o la presión arterial alta. Durante el embarazo, los
buenos cuidados prenatales pueden evitar que se generen problemas cerebrales
en el feto en desarrollo, los que podrían provocar epilepsia y otros problemas más
adelante.
"Hasta la fecha, hemos logrado avances importantes en la comprensión, la
prevención y el tratamiento de la epilepsia", dice French. "Pero todavía hay mucho
para aprender y muchas cosas que estamos tratando de mejorar activamente".
Referencias
 The evolution of epilepsy surgery between 1991 and 2011 in nine major epilepsy centers across the United
States, Germany, and Australia. Jehi L, Friedman D, Carlson C, Cascino G, et al. Epilepsia. 2015
Oct;56(10):1526-33. doi: 10.1111/epi.13116. Publicado electrónicamente previo a su publicación en papel el
7 de agosto de 2015. PMID: 26250432.
 On-demand optogenetic control of spontaneous seizures in temporal lobe epilepsy. Krook-Magnuson E,
Armstrong C, Oijala M, Soltesz I. Nat Commun. 2013;4:1376. doi: 10.1038/ncomms2376. PMID: 23340416.
 Sudden unexpected death in epilepsy: Identifying risk and preventing mortality. Lhatoo S, Noebels J,
Whittemore V; NINDS Center for SUDEP Research. Epilepsia. 2015 Nov;56(11):1700-6. doi:
10.1111/epi.13134. Publicado electrónicamente previo a su publicación en papel el 23 de octubre de 2015.
PMID: 26494436.
Campos magnéticos estáticos, una nueva
herramienta de futuro en la epilepsia
06/11/2018

El Grupo de Neurociencia y Control Motor (NEUROcom), Universidad de A


Coruña, Centro de Estimulación Cerebral de Galicia y grupo de Neurofisiología
Experimental Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, liderados por
los investigadores Casto Rivadulla, Juan Aguilar y Javier Cudeiro han abierto
una nueva puerta a la investigación con los campos magnéticos estáticos. A través
de la colocación de un imán sobre la zona de la corteza cerebral que queremos
modular, de forma no invasiva, podría provocar una disminución de la
excitabilidad cortical en la zona del cerebro bajo su influencia, lo que convierte a
la tSMS (estimulación con pulsos magnéticos) en candidata evidente a probarse
en el tratamiento de la epilepsia.
La utilización de las técnicas de neuromodulación cerebral no invasiva forma
parte de la rutina en el trabajo de cientos de laboratorios de investigación, y se va
incorporando a la práctica clínica. La corriente continua (tDCS) y la estimulación
con pulsos magnéticos (TMS) han demostrado su utilidad en el tratamiento de la
depresión o el dolor neuropático entre otras patologías.
En el caso de la epilepsia, algunos estudios apuntan resultados alentadores
aunque es imprescindible estandarizar protocolos y dianas de actuación
antes de hacer valoraciones concluyentes.
La última técnica en hacerse un hueco en este grupo, a la que queremos dedicar
esta nota, es la estimulación transcraneal con campos magnéticos estáticos
(tSMS). Consiste en colocar un imán de Neodimio de 0.5 Teslas sobre la zona de
la corteza cerebral que queremos modular, de forma no invasiva, es decir desde
fuera de la cabeza, y mantenerlo quieto durante un tiempo variable.
Disminución de la excitabilidad
Es importante colocarlo con precisión y mantenerlo el tiempo adecuado, pero
simplemente haciendo eso, todos los datos obtenidos hasta la fecha, tanto en
personas como en modelos animales, en laboratorios de diferentes países,
apuntan a que la aplicación del campo magnético provoca una disminución de la
excitabilidad cortical en la zona del cerebro bajo su influencia.
Demostramos en 2 modelos experimentales de epilepsia en animales que la
aplicación del imán reduce de forma considerable el número de crisis y la
intensidad de las mismas.
Este efecto confirmado de disminución de la excitación en la corteza cerebral
convierte a la tSMS en candidata evidente a probarse en el tratamiento de la
epilepsia, una enfermedad en la que la excitabilidad cortical está aumentada.Este
es el proyecto que nos planteamos a principio de 2017 desde el grupo de
Neurociencia y Control Motor de la Universidad de A Coruña, en colaboración con
el grupo de Neurofisiología Experimental del Hospital Nacional de Parapléjicos de
Toledo.
Finalización proyecto
La primera parte de este proyecto está recién finalizada (Rivadulla et al,
ScientificReports 2018 https://rdcu.be/bamX4) y en ella demostramos en 2
modelos experimentales de epilepsia en animales que la aplicación del imán
reduce de forma considerable el número de crisis y la intensidad de las mismas
(ver figura), superando nuestras mejores expectativas.

Este trabajo inicial, planteado como un proyecto piloto, se basaba en modelos


agudos de epilepsia y aplicación continua del imán. Ante los resultados obtenidos
estamos intentando iniciar la segunda parte, utilizando todavía modelos animales,
pero ya crónicos, más similares a los humanos, intentando establecer pautas de
exposición al campo magnético durante varios días consecutivos.
Con ello queremos estudiar la posibilidad de generar cambios a largo plazo en las
redes neuronales y ver si es posible generar un estado semipermanente de baja
actividad que nos permita espaciar todavía más la exposición al imán. Planteamos
estudiar, además del efecto sobre las crisis, la posible prevención por el imán de
daños cerebrales causados por la epilepsia, a través de la cuantificación de
marcadores de muerte neuronal y de procesos neuroinflamatorios.
Se abre una puerta
No es fácil, nada lo es en ciencia, y llevará su tiempo, los científicos y los pacientes
tenemos conceptos muy distintos sobre la importancia del tiempo, pero es una
puerta que se abre. Si los resultados se acercan a lo que esperamos podríamos
beneficiarnos de otros trabajos que se están realizando simultáneamente en
pacientes de migraña (grupo FENSI en el HNPT) que permitiría una traslación
rápida a la clínica.
La relación entre la apatía y la epilepsia

11/10/2017
Recientemente se ha publicado un nuevo artículo
científico sobre la epilepsia, relacionando a ésta
con el estado de apatía. Desde FEDE
consderamos importante hacer eco de estos
conocimientos puesto que puede ser una
información de interés para las organizaciones de
epilepsia en su tarea de cuidar y atender las
personas afectadas de epilepsia y sus familiares.
¿Qué es la apatía? El diccionario establece que es
el estado de desinterés y falta de motivación o
entusiasmo en que se encuentra una persona y
que comporta indiferencia ante cualquier estímulo
externo. Evidentemente, la apatía es un estado indeseable para cualquier persona, y puede
ser la antesala de la depresión.
El artículo científico Apathy in people with epilepsy and its clinical significance: A case-
control study ha sido producido por dos científicos del Departamento de Neurología de la
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Kyungpook en la República de Corea,
y publicado el pasado mes de agosto de 2017.
La investigación llevada a cabo se centra en el grado de apatía y su significancia clínica en
personas con epilepsia. Del estudio se extrae que existe significativamente un mayor grado
de apatía en personas con epilepsia no controlada que en aquellas que no tienen crisis. Los
predictores de esta apatía son la depresión y el tiempo tomando fármacos antiepilépticos.
La apatía en personas con epilepsia afecta negativamente a su calidad de vida y también
indica que sería necesaria una aproximación al manejo de estos pacientes. El estudio
concluye que el tiempo tomando fármacos antiepiléticos en personas con epilepsia es un
factor clave en la apatía más allá de la depresión comórbida.
MÁS INFORMACIÓN SOBRE
APATÍA: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864013702529.
CategoryEstudios científicos, Investigación
Tagsapatía, depresión, epilepsia, medicación

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