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Art. 121 C.P. : El que causa a otro daño grave en el cuerpo o en la salud
reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres
de ocho años. Se consideran lesiones graves:
Ahora bien, la lesión del substrato material del bien jurídico puede
consecuencia la destrucción o inutilización del objeto material de la
destrucción de un artefacto, la amputación de una pierna, etc.); sin emba
supone una restricción o anulación de la capacidad de disposición del bi
pues dicha capacidad fue ejercida para la destrucción o inutilización, seg
del objeto de la acción y opera independientemente del arrepentim
posteriormente, el titular del bien jurídico puede experimentar. De esta ma
solicita, sin indicación médica previa y sin ningún motivo razonable, el cer
de un dedo que le parece antiestético, dispone en aquel momento del b
integridad física, ejerce su derecho al libre desarrollo de la personal
consiguiente, es imposible que el comportamiento de quien realiza el cer
sea abarcado por el art. 121 C.P., aunque en el futuro ello le impida de
como pianista. El sujeto que consiente, en estos casos, ha echado mano de
disposición sobre el bien jurídico.
Los medios que puede utilizar el autor son variados. Así, se podrá
lesiones en el cuerpo mediante el uso de medios físicos (palo, piedra, etc.)
mecánicos (disparo con arma de fuego), químicos (ácido sulfúrico, ácido
etc.), térmicos (fuego, vapor, objetos calientes, etc.), etc. Asimismo, debid
configuración del delito de lesiones como un ilícito que puede vulnerar ta
salud psicológica de la víctima, se admiten los medios morales. En este se
palabras insultativas o degradantes o la utilización de métodos psicológico
a la causación de fobias prolongadas, angustias o depresiones, son medios
Aunque algunos autores consideran que esta figura sólo queda con
cuando se produce una total incapacidad del objeto material del delito[61]
impropio para su función” significa, a mi juicio, causar un considerable m
en la capacidad funcional del miembro u órgano involucrado. De esta man
configurará esta modalidad tanto cuando la capacidad funcional es anulad
completamente como cuando se produce una seria disminución de ella[62
típica de esta modalidad, la pérdida de la movilidad de las extremidades, l
impotencia, la esterilidad[63], la disminución seria de la visión, etc. Ya he
anotado en líneas precedentes que la pérdida de los dedos de la mano pued
inmersa dentro de esta figura delictiva.
d.- Lesiones que causan incapacidad para el trabajo.- Una cuarta moda
lesiones graves está dada por aquellas que causan en la víctima una incapa
el trabajo. Sobre lo que se entiende por el término “trabajo” no hay mayor
problemas para considerar que dicho término alude tanto al trabajo físico
trabajo intelectual. Sin embargo, existe discusión entre los diversos autore
nacionales acerca de si la ley hace referencia a todo tipo de trabajo o si, po
contrario, se refiere al trabajo habitual del sujeto. Las opiniones sobre este
están divididas. Así, BRAMONT ARIAS[64] y PEÑA CABRERA[65] se
por la primera opción[66]; mientras, BRAMONT-ARIAS TORRES/GAR
CANTIZANO[67] y VILLA STEIN[68], por la segunda.
A mi parecer, el trabajo al que alude el inc. 2 art. 121 C.P. está lim
actividad a la que habitualmente se dedica el sujeto pasivo. Esta conclusió
obligada por la existencia de la modalidad de la “invalidez” dentro de las
graves, pues una interpretación sistemática con la referida modalidad cond
ineludiblemente a considerar a que, si la invalidez supone que la víctima h
todas sus facultades físicas para valerse por sí mismo y, a la vez, ha perdid
capacidad de desarrollar casi todo tipo de actividades laborales –pues un i
también puede desempeñarse en determinadas labores–, el término “traba
puede ser otro que el desarrollado habitualmente; de lo contrario, habría u
superposición de ambas figuras delictivas con el consecuente desuso de u
Esta conclusión, aunque acorde con la construcción típica de las diferente
modalidades de las lesiones graves y teóricamente correcta, tropieza con n
dificultades en su aplicación práctica de cara al principio de proporcionali
demostrarlo, basta con un ejemplo: la fractura de dos dedos de la mano de
o de los dedos de los pies de un jugador de fútbol (siempre que no requier
treinta días de asistencia médica), podría considerarse como lesión grave,
estaría incapacitando a estos sujetos para desarrollar su trabajo habitual.
NOTAS:
[1] En esta línea, BUSTOS RAMÍREZ, JUAN, Manual de Derecho Penal, Parte Es
Barcelona, 1991, pp. 56-57; BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, IGNACIO, Delitos
salud personal: las lesiones, en Temas de Derecho Penal, Lima , 1993, 167-168; CAR
MATEU, J.C./GONZÁLEZ CUSSAC, J.L., en VIVES ANTÓN/BOIX REIG/ORTS
BERENGUER/CARBONELL MATEU/GONZÁLEZ CUSSAC, Derecho Penal, Part
Valencia, 1996, pp. 116; GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL
(Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO
NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte E
Madrid, 1996, pp. 140; TAMARIT SUMALLA, JOSÉ MARÍA, en QUINTERO OLIV
(Dir.)/MORALES PRATS/VALLE MUÑIZ/PRATS CANUT/TAMARIT SUMALLA
ALBERO, Comentarios a la Parte Especial del Código Penal, Pamplona, 1996, pp. 82
PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, T. I, Lima, 199
BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA D
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, Lima, 1998, pp. 97-99. Vid., as
SCS del 15 de Agosto del 2000, en ROJAS VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia penal y
penal, T. I, Lima, 2002, pp. 451-455. Sostiene que se protege la integridad física y men
personas, QUERALT JIMÉNEZ, JOAN J., Derecho Penal español, Parte Especial, B
1996, pp. 57. En Argentina, siguen una opinión semejante al sostener que el bien jurídi
incolumidad material de la persona, en su doble aspecto físico y psíquico, NUÑEZ,
RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, T. III, Buenos Aires, 1961, pp.
CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, T. I, Buenos Aires, 1990, pp. 79.
[2] En este sentido, ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano, Parte Especial
1986, pp. 300 y 304; VILLA STEIN, JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, T. I-A,
pp. 185. En la doctrina española, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho
Especial, Madrid, 1989, pp. 172; RODRÍGUEZ DEVESA, JOSÉ MARÍA/SERRANO
ALFONSO, Derecho Penal español, Parte Especial, Madrid, 1994, pp. 132; MUÑOZ
FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, Valencia, 1996, pp. 97; SERRANO GÓ
ALFONSO, Derecho Penal, Parte Especial, T. I, Madrid, 1996, pp. 118. Considera qu
jurídico protegido es la integridad y la salud personales, DÍEZ RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS
de lesiones, Valencia, 1997, pp. 22 y 25. Vid., también, la SCS del 7 de Setiembre del
ROJAS VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia penal y procesal penal, cit., I, pp. 456.
[3] Vid., en este sentido, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Pa
cit., I, pp. 242; CARBONELL MATEU, J.C./GONZÁLEZ CUSSAC, J.L., en VIVES
ANTÓN/BOIX REIG/ORTS BERENGUER/CARBONELL MATEU/GONZÁLEZ
CUSSAC, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 129; GONZÁLEZ RUS, JUAN JO
DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEV
NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte E
I, pp. 140; TAMARIT SUMALLA, JOSÉ MARÍA, en QUINTERO OLIVARES (Dir.
PRATS/VALLE MUÑIZ/PRATS CANUT/TAMARIT SUMALLA/GARCÍA
ALBERO, Comentarios a la Parte Especial del Código Penal, cit., pp. 82; BRAMON
TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA DEL CARMEN, Man
Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 98.
[4] En España, la discusión se centra en la previsión de la deformidad del antiguo ar
art. 149 del C.P. español de 1995.
[5] Cfr., en este sentido, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Pa
cit., I, pp. 240; BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZA
DEL CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 98.
[6] El legislador peruano ha procedido correctamente al referirse al “titular del bien
el art. 20 inc. 10 C.P., pues, en estos casos, es imposible hablar de sujeto pasivo, víctim
como lo hacen algunos autores. Vid. al respecto, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Der
T. I, Buenos Aires, 1939, pp. 567 (ofendido); CUELLO CALÓN, EUGENIO, Derecho
General, México D.F, 1970, reimp., pp. 352 (ofendido); STRATENWERTH, GÜNTE
Penal, Parte General, T. I, trad. de Gladys Romero, Madrid, 1982, pp. 125 (lesionado)
CARLOS, Derecho Penal, Parte General, Buenos Aires, 1994, pp. 310 (ofendido); RO
DEVESA, JOSÉ MARÍA/SERRANO GÓMEZ, ALFONSO, Derecho Penal español,
General, Madrid, 1994, pp. 506 (ofendido); VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, FERNAND
Penal, Parte General, Santa Fe de Bogotá, 1995, pp. 381 (sujeto pasivo); COBO DEL
MANUEL/VIVES ANTÓN, TOMÁS, Derecho Penal, Parte General, Valencia, 1996
(sujeto pasivo), MIR PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, Barcelona, 1
(víctima).
[7] En la doctrina alemana, WESSELS, JOHANNES, Derecho Penal, Parte Genera
Conrado A. Finzi, Buenos Aires, 1980, pp. 98 y ss.; STRATENWERTH, GÜNTER, D
Penal, Parte General, cit., I, pp. 125 y ss; JESCHECK, HANS-HEINRICH, Tratado d
Penal, Parte General, trad. de José Luis Manzanares Samaniego, Granada, 1993, pp. 3
España, CEREZO MIR, JOSÉ, Curso de Derecho Penal español, Parte General, T. II
1990, pp. 80-86; RODRÍGUEZ DEVESA, JOSÉ MARÍA/SERRANO GÓMEZ,
ALFONSO, Derecho Penal español, Parte General, cit., pp. 506-507; CASAS BARQ
ENRIQUE, La importancia del consentimiento en la teoría general del delito, en Mate
Enseñanza, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1995, pp. 334 y ss.; QU
OLIVARES, GONZALO, Curso de Derecho Penal, Parte General, Barcelona, 1996,
aunque considerándolo, en el aspecto justificante, como presupuesto del ejercicio legít
derecho; COBO DEL ROSAL, MANUEL/VIVES ANTÓN, TOMÁS, Derecho Penal
General, cit., 451-452, como justificante, operando como presupuesto del ejercicio leg
derecho; MUÑOZ CONDE, FRANCISCO/GARCÍA ARÁN, MERCEDES, Derecho P
General, Valencia, 1998, pp. 383. En Chile, COUSIÑO MC IVER, LUIS, Derecho Pe
T. II, Santiago de Chile, 1979, pp. 512 y ss.; CURY URZÚA, ENRIQUE, Derecho Pe
General, T. I, Santiago de Chile, 1982, pp. 321. En la doctrina nacional, VILLAVICEN
TERREROS, FELIPE, Lecciones de Derecho Penal, Parte General, Lima, 1990, pp. 1
CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte General, Lima, 1995, pp. 384-3
BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte Ge
2000, pp. 227.
[8] Cfr. DE VICENTE REMESAL, JAVIER, Consentimiento y acuerdo: ¿causa de
la ticipidad o de la antijuridicidad?, en Problemas actuales de la teoría del delito, Sant
Puig/Diego-Manuel Luzón Peña (Dirs.), Madrid, 1999, pp. 127-128; ROXIN, CLAUS
Penal, Parte General, T. I, Madrid, 1997, pp. 517; BACIGALUPO, ENRIQUE, Princ
Derecho Penal, Madrid, 1997, pp. 200.
[9] En este sentido, JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS, Tratado de Derecho Penal, T. IV,
Aires, 1952, pp. 579 y 595; GÓMEZ BENÍTEZ, JOSÉ MANUEL, Teoría jurídica del
Madrid, 1998, pp. 421 y 422; MAURACH, REINHART/ZIPF, HEINZ, Derecho Pena
General, T. I, trad. de Jorge Bofill Genzsch y Enrique Aimone Gibson, Buenos Aires,
286; MAIWALD, MANFRED, El consentimiento del lesionado en el Derecho y en la
penal alemanas, en Justificación y exculpación en Derecho Penal (Coloquio Hispano-A
Derecho Penal), Albin Eser/Enrique Gimbernat/Walter Perron (Edits.), Madrid, 1995,
LUZÓN PEÑA, DIEGO-MANUEL, Curso de Derecho Penal, Parte General, T. I, Ma
pp. 567-568; el mismo, Causas de atipicidad y causas de justificación, en Causas de ju
de atipicidad en Derecho Penal, Diego-Manuel Luzón Peña/Santiago Mir Puig (Coords
1995, pp. 30-31; ROXIN, CLAUS, Derecho Penal, Parte General, cit., pp. 517 y ss.;
BACIGALUPO, ENRIQUE, Principios de Derecho Penal, cit., pp. 201 y ss.; el mismo
consentimiento del lesionado en el Derecho y en la dogmática penal españoles, en Jus
exculpación en Derecho Penal (Coloquio Hispano-Alemán de Derecho Penal), Albin E
Gimbernat/Walter Perron (Edits.), Madrid, 1995, pp. 109 y ss.; DE VICENTE REMES
JAVIER, Consentimiento y acuerdo: ¿causa de exclusión de la ticipidad o de la antiju
cit., pp. 149-153.
[10] Considera que, en el ámbito de los delitos patrimoniales, se requiere la capacid
civil, MAIWALD, MANFRED, El consentimiento del lesionado en el Derecho y en la
penal alemanas, cit., pp. 135.
[11] JIMÉNEZ DE ASÚA, LUIS, Tratado de Derecho Penal, cit., IV, pp. 597, sost
los casos en que la ley guarde silencio respecto a la edad mínima para consentir, deber
criterio de la imputabilidad, que, en nuestro Derecho Penal, es de dieciocho años.
[12] Este es el parecer de la doctrina moderna; vid., en este sentido, WESSELS,
JOHANNES, Derecho Penal, Parte General, cit., pp. 103; JESCHECK, HANS-
HEINRICH, Tratado de Derecho Penal, Parte General, cit., pp. 343; MAURACH,
REINHART/ZIPF, HEINZ, Derecho Penal, Parte General, cit., I, pp. 298; CASAS BA
ENRIQUE, La importancia del consentimiento en la teoría general del delito, cit., pp.
PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, cit., pp. 526; ROXIN, CLAUS, D
Penal, Parte General, cit., I, pp. 532-533.
[13] Así, JESCHECK, HANS-HEINRICH, Tratado de Derecho Penal, Parte Gene
344; MAURACH, REINHART/ZIPF, HEINZ, Derecho Penal, Parte General, cit., I, p
En contra, MIR PUIG, SANTIAGO, Derecho Penal, Parte General, cit., pp. 524. Sost
los delitos culposos, es suficiente que el consentimiento recaiga sólo sobre la acción co
deber de cuidado, BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, IGNACIO, El consentimient
lesiones, en Temas de Derecho Penal, Lima, 1993, pp. 235.
[14] Sobre esta cuestión, ampliamente, ROXIN, CLAUS, Derecho Penal, Parte Ge
pp. 544-552.
[15] Es necesario anotar que, en la doctrina española, la discusión del consentimient
lesiones está influenciada por la regulación que recibe esta institución en el nuevo Cód
Por esta razón, la relevancia o irrelevancia que le concedan los autores españoles al co
en las lesiones no puede seguirse acríticamente, pues en nuestro C.P. no existe regulac
[16] De esta manera, GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL
(Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO
NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte E
I, pp. 141.
[17] Sobre esto, el argumento de Quintano Ripollés, cfr. BAJO FERNÁNDEZ,
MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 156.
[18] A favor de esta tesis, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, P
Especial, cit., I, pp. 248; VILLA STEIN, JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit
190. También, aunque desde la perspectiva española que, como ya señalamos, es susta
distinta a la nuestra, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Part
cit., pp. 158; GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMO
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 141; MUÑ
CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 103.
[19] BRAMONT-ARIAS, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA DE
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 100-101.
[20] Esto es lo que, en la doctrina, se le ha denominado el “dogma causal”. Al respe
MARTÍNEZ ESCAMILLA, MARGARITA, La imputación objetiva del resultado, Ma
pp. 4-11.
[21] En contra, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte
pp. 164, para quien el resultado negativo es suficiente para admitir la tipicidad de lesio
independientemente de su carácter antijurídico o la culpabilidad del autor.
[22] Así, GÓMEZ BENÍTEZ, JOSÉ MANUEL, Teoría jurídica del delito, cit., pp.
[23] La cirugía transexual, si bien es cierto que podría tener consecuencias favorabl
psíquica de quien se somete a dicha intervención, también pueden darse casos de herm
en los que es necesario un cambio de sexo por indicación médica sin que ello repercuta
favorablemente en un bienestar del paciente.
Otras cuestiones a resolver en los casos de cirugía transexual se presentan en torno a
personas pueden ser sujetos pasivos de un delito de violación. Aceptando esta posibilid
doctrina nacional, únicamente, VÁSQUEZ SHIMAJUKO, CARLOS SHIKARA, El d
violación en el Código Penal peruano: apuntes acerca del acto sexual, acto sexual aná
violencia y la amenaza típicas, en Normas Legales, T. 292, Setiembre-2000, Trujillo, 2
18 – B-19.
[24] Cfr. GONZÁLEZ RUS, JOSÉ MANUEL, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CAR
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, 147-148. En e
también, TAMARIT SUMALLA, JOSÉ MARÍA, en QUINTERO OLIVARES (Dir.)/M
PRATS/VALLE MUÑIZ/PRATS CANUT/TAMARIT SUMALLA/GARCÍA
ALBERO, Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., pp. 106.
[25] De esta opinión, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte
I, pp. 253. En la doctrina española, de esta opinión, CARBONELL MATEU, J.C./GON
CUSSAC, J.L., en VIVES ANTÓN/BOIX REIG/ORTS BERENGUER/CARBONELL
MATEU/GONZÁLEZ CUSSAC, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 129 y 131;
RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁL
RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, C
Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 150. Cabe resaltar que, en España, e
está obligada por la regulación legal que establece la irrelevancia del consentimiento e
[26] Esta conclusión viene obligada por la disposición normativa expresa de que, en
ordenamiento jurídico, la vida no es un bien jurídico de libre disposición (art. 112 C.P.
[27] Cfr. GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMO
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 150.
[28] Así, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte Espec
167.
[29] MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit, pp. 106.
[30] ZAFFARONI, EUGENIO RAÚL, Manual de Derecho Penal, Parte General, T
1986, pp. 470-471; PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Espe
pp. 255-256.
[31] Sostiene que la solución no debe basarse en un criterio único y excluyente, sino
combinación de los diversos criterios enunciados, GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en
ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/PO
NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte E
I, pp. 151.
[32] En contra, BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, IGNACIO, El consentimient
lesiones, cit., pp. 244-245.
[33] En este sentido, FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal
Especial, T. IV, Buenos Aires, 1965, pp. 258; ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal p
Especial, cit., I, pp. 301; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, T. II, L
pp. 37.
[34] De esta manera, FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal
Especial, cit. IV, pp. 258; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., I
[35] Así, entre otros, CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp.
[36] NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 18
punto de vista de la salud como único bien jurídico, BRAMONT-ARIAS TORRES, LU
ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA DEL CARMEN, Manual de Derecho P
Especial, cit., pp. 98.
[37] FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Parte Especial,
258; ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano, Parte Especial, cit., I, pp. 301; B
ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 37.
[38] Esta es la opinión de CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I
[39] Es necesario mencionar que en la conducta de corregir, mediante un golpe, el ta
alguien que lo tiene desviado faltará ya la tipicidad de la desfiguración. Y en muchos c
cirugías realizadas en contra de la voluntad del intervenido se daría esta misma situació
por ejemplo, en eliminar, mediante cirugía, una cicatriz dejada en el brazo por una que
no habría un delito de lesiones, porque no se estaría afectando la integridad física.
[40] En este sentido, FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal
Especial, cit., IV, pp. 260; MEZGER, EDMUND, Derecho Penal, Parte Especial, trad
A. Finzi, Buenos Aires. 1959, pp. 72; ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano,
Especial, cit., I, pp. 302; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II
CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 82.
[41] La previsión de una “grave enfermedad” en el C.P. español de 1995 como mod
delito de lesiones hace posible considerar a la transmisión del VIH como conducta típi
GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 167; MUÑ
CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 113; QUERALT JIM
JOAN J., Derecho Penal español, Parte Especial, cit., pp. 78; TAMARIT SUMALLA
MARÍA, en QUINTERO OLIVARES (Dir.)/MORALES PRATS/VALLE MUÑIZ/PR
CANUT/TAMARIT SUMALLA/GARCÍA ALBERO, Comentarios a la Parte Especi
Derecho Penal, cit, pp. 85; DÍEZ RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS, Los delitos de lesiones, cit
Asimismo, se ha manifestado en este sentido el Tribunal Supremo español en su senten
Noviembre de 1991. Acerca de los problemas de tipicidad del contagio de SIDA en nu
vid. VÁSQUEZ SHIMAJUKO, CARLOS SHIKARA, Responsabilidad penal por tran
VIH: Problemas de ubicación típica, tesis de licenciatura, Universidad Privada Anteno
Trujillo, 2002.
[42] CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 81.
[43] De esta manera, FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal
Especial, cit., IV, pp. 260; ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano, Parte Espe
pp. 302; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 38. En cont
RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 188. Sostiene que e
ser considerado una lesión si tiene consecuencias en la estructura corporal de la víctim
EDMUND, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 71.
[44] Vid. GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, T. II, Buenos Aires, 193
FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., IV
MEZGER, EDMUND, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 74; NUÑEZ, RICARD
Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 210-211; CREUS, CARLOS, Derecho Pe
Especial, cit., I, pp. 90; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II,
CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 259; VILLA
JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 192.
[45] En contra, GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CA
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 165, quien
que miembro es “toda parte del cuerpo dotada de funciones propias y no sólo las extrem
unidas al tronco”. Bajo este pensamiento, el pene también sería considerado un miemb
que por miembro debe entenderse a “la parte corporal diferenciada que es susceptible,
del órgano, de directa percepción visual como algo claramente delimitado del tronco”,
RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS, Los delitos de lesiones, cit., pp. 88.
[46] Vid., en Argentina, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, cit., II, pp
FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., IV
NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 206-207;
CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 86. En España, RODRÍGUEZ DE
JOSÉ MARÍA/SERRANO GÓMEZ, ALFONSO, Derecho Penal español, Parte Espe
134. En Perú, BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 45; PE
CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 261. Esta e
posición de DÍEZ RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS, Los delitos de lesiones, cit., pp. 91.
[47] BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 45.
[48] PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I,
[49] Esto significa que, en estos casos, la integridad física se protege en la medida d
órganos cumplan su función. Si ya no la cumplen, su extracción contra la voluntad del
sería típica de lesiones, aunque sí de coacciones.
[50] Aunque no muy clara, ésta parece ser la opinión de VILLA STEIN, JAVIER, D
Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 192. En la doctrina española, MUÑOZ CONDE,
FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 112.
[51] El art. 90 C.P. argentino establece: “Se impondrá reclusión o prisión de uno a s
lesión produjera una debilitación permanente de la salud, de un sentido, de un órgano,
miembro o de una dificultad permanente de la palabra o si hubiera puesto en peligro la
ofendido, le hubiera inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiera causado
deformidad permanente en el rostro”.
[52] El art. 91 C.P. argentino prescribe: “Se impondrá reclusión o prisión de tres a d
lesión produjera una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable,
permanente para el trabajo, la pérdida de un sentido, de un órgano, de un miembro, del
órgano o miembro, de la palabra o de la capacidad de engendrar o concebir”.
[53] Vid., al respecto, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, cit., II, pp.
FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., IV
NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 206-207;
CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 86. En España, sigue esta línea, Q
JIMÉNEZ, JOAN J., Derecho Penal español, Parte Especial, cit., pp. 78.
[54] BUSTOS RAMÍREZ, JUAN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., p
BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA D
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 104.
[55] GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 165.
[56] MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit, pp. 112.
[57] BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 46.
[58] TAMARIT SUMALLA, JOSÉ MARÍA, en QUINTERO OLIVARES (Dir.)/M
PRATS/VALLE MUÑIZ/PRATS CANUT/TAMARIT SUMALLA/GARCÍA
ALBERO, Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, cit., pp. 95.
[59] Sostiene un criterio objetivo, QUERALT JIMÉNEZ, JOAN J., Derecho Penal
Parte Especial, cit., pp. 76.
[60] Esta es la posición del Tribunal Supremo español plasmada en su sentencia del
de 1989, cfr. GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMO
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 165. En P
esta tesis, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit.,
[61] Así, RODRÍGUEZ DEVESA, JOSÉ MARÍA/SERRANO GÓMEZ, ALFONSO
Penal español, Parte Especial, cit., pp. 133; GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, COBO
(Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO
NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte E
I, pp. 165.
[62] En este sentido, PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte
I, pp. 262; SERRANO GÓMEZ, ALFONSO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, p
RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS, Los delitos de lesiones, cit., pp. 91.
[63] MUÑÓZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 112
[64] BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 48.
[65] PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I,
[66] En la doctrina argentina, se inclinan a favor de esta opción, GÓMEZ, EUSEBI
Derecho Penal, cit., II, pp. 179, NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte
cit., III, pp. 213. Aunque contradictorio, también puede considerarse a CREUS, CARL
Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 88. Adopta un criterio mixto, dependiendo si la víctim
ocupación habitual, FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Pa
cit., IV, pp. 273.
[67] BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, M
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 104.
[68] VILLA STEIN, JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 193.
[69] Vid. PEÑA CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, ci
BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA D
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 104; VILLA STEIN,
JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 193.
[70] Art. 165: Se impondrá penitenciaría no mayor de diez años, o prisión no mayor
años ni menor de seis meses:
1.- Al que, intencionalmente, infiriere una herida a una persona de manera que pusie
su vida;
2.- Al que, intencionalmente, mutilare el cuerpo de una persona, uno de sus miembr
importantes o hiciere impropio para su función uno de sus miembros u órganos import
causare a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o enfermedad mental perm
desfigurare a una persona de manera grave y permanente;
3.- Al que, intencionalmente, infiriere cualquier otro daño grave a la integridad corp
salud física o mental de una persona.
La pena será de penitenciaría, si la víctima hubiere muerto a consecuencia de la lesi
delincuente pudo prever este resultado.
[71] Así, VILLA STEIN, JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 19
[72] En este sentido, CUELLO CALÓN, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especia
465; NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, pp. 215-
BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 49, BAJO FERNÁN
MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 180; RODRÍGUEZ DE
MARÍA/SERRANO GÓMEZ, ALFONSO, Derecho Penal español, Parte Especial, ci
[73] Cfr. NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, Parte Especial, cit., III, p
[74] En este sentido, VILLA STEIN, JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit.,
BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA D
CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit, pp. 105. Sostiene que esta f
de objeto, pues su alcance ya está determinado por la incapacidad para el trabajo, PEÑ
CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 264.
[75] El inc. 2 art. 121 sólo podría tener sentido si el C.P. se hubiese referido, con res
modalidad, a una enfermedad mental en lugar de anomalía psíquica. De esta manera, la
“cualquier otro daño en la salud mental”, aunque más amplia, se reduciría, por interpre
sistemática, a las lesiones que causaran cualquier tipo de anomalía psíquica.
[76] Vid., en la doctrina argentina, GÓMEZ, EUGENIO, Tratado de Derecho Pena
183-187; FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual de Derecho Penal, Parte Especi
pp. 274-278; NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, cit. III, pp. 217-220; CR
CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 89.
[77] Vid. ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano, Parte Especial, cit., I, pp
BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 51; PEÑA CABRER
RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 265; VILLA STEIN,
JAVIER, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I-A, pp. 193-194; BRAMONT-ARIAS T
LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZANO, MARÍA DEL CARMEN, Manual de Dere
Parte Especial, cit., pp. 105. La doctrina española está condicionada por el término “de
vid. CUELLO CALÓN, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 467; B
FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 181; GO
RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁL
RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, C
Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 166, MUÑOZ CONDE, FRANCISC
Penal, Parte Especial, cit., pp. 112, QUERALT JIMÉNEZ, JOAN J., Derecho Penal e
Especial, cit., pp. 76.
[78] De esta opinión, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, cit., II, pp. 1
RICARDO, Derecho Penal argentino, cit., III, pp. 219; FONTÁN BALESTRA, CAR
de Derecho Penal, Parte Especial, cit., IV, pp. 275; CREUS, CARLOS, Derecho Pena
Especial, cit., I, pp. 89. En contra, ROY FREYRE, LUIS, Derecho Penal peruano, Pa
cit., I, pp. 315; BRAMONT-ARIAS TORRES, LUIS ALBERTO/GARCÍA CANTIZA
DEL CARMEN, Manual de Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 105.
[79] En contra, GONZÁLEZ RUS, JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CA
SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/POR
CONTRERAS, Curso de Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 166.
[80] En este sentido, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, cit., II, pp. 1
RICARDO, Derecho Penal argentino, cit., III, pp. 219. Así, también, vid. la SCS del 1
Noviembre de 1996, en ROJAS VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia penal, cit., I, pp. 3
Excluyendo otros receptores sensoriales, como el tacto, DÍEZ RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS
de lesiones, cit., pp. 106.
[81] Este es criterio casi unánime; vid. FONTÁN BALESTRA, CARLOS, Manual
Penal, Parte Especial, cit., IV, pp. 278; BRAMONT ARIAS, LUIS, Temas de Derech
II, pp. 52; CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 90; GONZÁL
JUAN JOSÉ, en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ
RUS/MORILLAS CUEVA/POLAINO NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, C
Derecho Penal español, Parte Especial, cit., I, pp. 166; QUERALT JIMÉNEZ, JOAN
Penal español, Parte Especial, cit., pp. 77.
[82] Vid. nota Nº 71.
[83] En este sentido, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho Penal, cit., II, pp. 1
CABRERA, RAÚL, Tratado de Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 244. Tambi
QUERALT JIMÉNEZ, JOAN J., Derecho Penal español, Parte Especial, cit., pp. 71.
[84] De esta opinión, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Manual de Derecho Penal,
Especial, cit., pp. 182-183; RODRÍGUEZ DEVESA, JOSÉ MARÍA/SERRANO GÓM
ALFONSO, Derecho Penal español, Parte Especial, cit., pp. 153; GONZÁLEZ RUS,
en COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILL
CUEVA/POLAINO NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Pe
Parte Especial, cit., I, pp. 155; MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Par
cit., pp. 113-114; DÍEZ RIPOLLÉS, JOSÉ LUIS, Los delitos de lesiones, cit., pp. 111.
también, CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 84-85.
[85] Defienden la tesis de la exclusión, GÓMEZ, EUSEBIO, Tratado de Derecho P
pp. 155; CUELLO CALÓN, EUGENIO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., I, pp. 38
NUÑEZ, RICARDO, Derecho Penal argentino, cit., III, pp. 192; ROY FREYRE, LUI
Penal peruano, Parte Especial, cit., I, pp. 307; CREUS, CARLOS, Derecho Penal, Pa
cit., I, pp. 84; GANZENMÜLLER, CARLOS/ESCUDERO, JOSÉ FRANCISCO/FRIG
JOAQUÍN, Homicidio y asesinato, Barcelona, 1996, pp. 45; GONZÁLEZ RUS, JUAN
COBO DEL ROSAL (Dir.)/CARMONA SALGADO/GONZÁLEZ RUS/MORILLAS
CUEVA/POLAINO NAVARRETE/PORTILLA CONTRERAS, Curso de Derecho Pe
Parte Especial, cit., I, pp. 53 y 155-156. Aparentemente, BRAMONT ARIAS, LUIS
ALBERTO, Temas de Derecho Penal, cit., II, pp. 41-42. Esta también ha sido la orien
Corte Suprema en algunas sentencias; vid. la SCS del 24 de Setiembre de 1997, en RO
VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia penal, cit., I, pp. 309-311; SCS del 6 de Mayo de 1
Diálogo con la Jurisprudencia, Año 6, Nº 23, Lima, 2000.
[86] Así, BAJO FERNÁNDEZ, MIGUEL, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp.
MUÑOZ CONDE, FRANCISCO, Derecho Penal, Parte Especial, cit., pp. 115; MAPE
CAFFARENA, BORJA, Entre el homicidio y las lesiones, en RPCP, T. V, Año III, Lim
220-224.
[87] Piénsese, por ejemplo, en un sujeto que alevosamente le administra un veneno
enemigo (asesinato por alevosía) y luego, arrepentido de su proceder, lo conduce a un
donde, no obstante salvarle la vida, permanecen las lesiones producidas por la acción c
sustancia administrada. De acuerdo a la tesis de la exclusión, el sujeto no respondería n
tentativa de asesinato –debido a los efectos del desistimiento– ni por lesiones –pues ac
con animus necandi y no con intención de lesionar–.
http://www.derechoycambiosocial.com/rjc/Revista12/lesiones.htm