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ANTONIO J. VELÁSQUEZ D.

DISQUISICIONES
MASÓNICAS

Breve esbozo sobre la Filosofía Masónica y del Grado de Aprendiz


INTRODUCCIÓN

Antes que todo quiero dedicar el presente trabajo a mi RespLogHans Hauschildt Nº


175 a la cual siempre estaré agradecido, por haberme permitido hacer realidad el sueño
que un día tuve de convertirme en Masón. Desde mi Iniciación mantuve la postura, no se
si por mi condición de Profesor, que todos los MMdeberían abocarse a los Grados
inferiores. Siempre ha sido una de mis principales motivaciones, el poder presentar algún
trabajo que de alguna u otra forma pueda ayudar a algunos HHa aclarar algunas dudas
sobre un tema cualquiera. Por lo tanto, llegado el momento en que mis QQHHme
dieron la oportunidad de ser admitido a la Cámara de Maestros, me sentí con la obligación
de abocarme a los Grados inferiores; en este momento se con toda seguridad, que de no
hacerlo, caería sobre mi cabeza el castigo de mi propia Conciencia, ya que estaría
traicionando a mis propios ideales.

Siempre habían estado en mi mente una serie de temas referentes al Grado de Aprendiz,
pero por una u otra causa no había tenido la oportunidad de desarrollarlos completamente.
Es muy difícil, cuando uno va profundizando en las enseñanzas de la Orden, crearse un
concepto integral sobre un tema cualquiera, debido a que siempre nos encontramos con
nuevas concepciones y puntos de vistas. Pero llega el momento cuando uno cree tener la
idea que esta preparado para plasmar las ideas, y simplemente las lleva al papel. De esta
misma forma nace mi idea de escribir estas Disquisiciones Masónicas. El principal
motivo que me llevó a escribirlas fue el dar a mis QQHHuna forma de demostración
de que todo lo podemos encontrar en nuestros Rituales. Con el transcurrir de los tiempos
en ellos se han mantenido ocultas, en forma de pequeños vestigios, las enseñanzas de los
Antiguos Misterios, y que con un poco de dedicación podemos irlas encontrando.
Recuerdo que la noche de mi Iniciación me dijo el VMal entregarme los Rituales que
allí estaba todo, y cuando uno empieza a leerlos y estudiarlos tal ves no encuentra la
respuesta a muchas interrogantes, y preferimos ir a libros un poco más explícitos como
los Manuales de Lavagnini o de Oswald Wirth. Pero hoy puedo decir con toda seguridad,
y asumiendo mi responsabilidad, de que realmente todo esta en ese pequeño Ritual. Las
Disquisiciones Masónicas son una serie de lecciones fundamentadas en lo dicho en el
Ritual de Aprendiz. Para su realización, el principal libro de consulta ha sido ese Ritual,
complementando el desarrollo del estudio con libros de René Guénon, escritos del
QHFermín Vale Amesti, Torkom Saraydarian y los escritores antes nombrados. Debo
confesar que puse el mayor de mis esfuerzos por tratar de explicar algunos temas que
forman parte del vocabulario masónico, pero de los cuales tal ves no tenemos una idea
clara, como es el caso de la familiar expresión de NNAAMMy el Arte Real.
También encontrarán algunas nociones esotéricas de lo que realmente significa la
Ceremonia de Iniciación, y de cual es su finalidad.

La Masonería necesita del apoyo de todos sus miembros; siempre decimos que es la
universidad más barata del mundo, y nos sentimos contentos de las enseñanzas que ella
nos proporciona, pero, ¿Qué le estamos dando nosotros a ella? Los HHque comienzan
sus pasos en la Masonería necesitan del apoyo de los ya avanzados para poder entender
muchas cosas. Sabemos que el SVes el encargado de ellos, pero no lo podemos dejar
a él solo, todos estamos para ayudarnos los unos a los otros. Mi intención no es dar una
especie de plan paralelo de estudio, sino más bien un manual que sirva para complementar
la enseñanza impartida. De igual forma pido a todos los QQHHque tengan a bien leer
estas Disquisiciones, que no tomen como verdaderas todas las enseñanzas que en ella se
plasman, sino que cada quien dedique a investigar por su propia cuenta y llegar a sus
propias conclusiones. En la medida que esto se haga, creo que se estará cumpliendo con
su propósito.
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En estas Disquisiciones no se encontraran explicaciones de Símbolos alguno, pero si se
hace mucho énfasis en la importancia de estos para el desarrollo iniciático. Sólo se ha
tratado de dar una idea de la doctrina masónica y de la filosofía del Grado de Aprendiz.
No busco reconocimientos ni felicitaciones, sólo quiero que estas Disquisiciones sirvan
de ayuda a quien las lea.

Para todos mis QQHHfue escrito este trabajo.

DISQUISICIÓN 0

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A MIS QQHHAPRENDICES

La decisión de entrar en la Masonería tal vez sea una de las más importantes que puede
llegar a tomar aquella persona que busca el progreso y se identifica con las enseñanzas
impartidas por nuestra Augusta Orden. Entrar en Masonería no es simplemente entrar en
una Fraternidad de hombres que buscan su progreso espiritual, y que se ayudan entre si.
Entrar en Masonería no significa pertenecer a un club social donde se hacen relaciones
con personas influyentes. La Masonería tampoco es una institución donde sus miembros
asisten una vez a la semana a tratar algunos temas disfrazados con unos caracteres
simbólicos y misteriosos, y que luego son olvidados hasta la próxima reunión. Entonces,
¿Qué es realmente la Masonería? El tiempo que he estado en la Orden, los estudios
realizados, y las enseñanzas impartidas por algunos Maestros hábiles, me han llevado a
la conclusión de que la Masonería es una Escuela de Misterios Iniciáticos. A veces
logramos ver por televisión, o leyendo un libro, el desarrollo de antiguas civilizaciones,
llámense griegos, romanos o egipcios, y nos quedamos maravillados por el desarrollo
intelectual de muchas personas pertenecientes a dichas sociedades, las cuales formaron
parte de círculos de estudios que buscaban explicar la razón de la existencia y las leyes
que la gobiernan. A estos círculos de estudios sólo podían pertenecer algunos elegidos,
que primeramente debían pasar por una serie de pruebas físicas e intelectuales, con la
finalidad de probar si contaba con ciertas aptitudes especiales que le pudieran permitir su
ingreso a esos círculos de estudio. Poco a poco muchos se fueron afiliando a esa elite de
personas y llegaron a fundarse las primeras Escuelas Iniciáticas, las cuales eran
poseedoras de una enseñanza trascendental que velaron bajo el nombre de Misterios, es
decir, algo que debía mantenerse en el más absoluto silencio. Leyendo un poco la historia
de esas antiguas civilizaciones encontramos las Escuelas Iniciáticas de Egipto, las cuales
tenían como base los Misterios de Isis y Osiris, y en donde Moisés y Pitágoras pasaron
parte de sus vidas. También oímos de Grecia y de sus Misterios de Eleusis, y si seguimos
investigando encontraremos muchas más. Sepan mis QQHHAprendices que entrar
en la Masonería, significa ser admitido a una Institución que es hermana de aquellas
antiguas Escuelas de Iniciados, de allí que comúnmente encontramos en los libros que los
orígenes de la Orden se pierden en las noches de los tiempos. Dejo a cada uno de ustedes
la libertad de reflexionar si el paso que han dado es realmente importante o no; de si están
realmente comprometidos para asumir las responsabilidades que implica ser Masón. Han
entrado a una Institución Sagrada, que a pesar de las dificultades de los tiempos y de la
degeneración que poco a poco ha ido sufriendo con el pasar del tiempo, todavía guarda
en su seno esas enseñanzas que logran poner al hombre en correspondencia consigo
mismo y con el Cosmos. Sólo aquel que se dedique a buscar tendrá el derecho a
encontrar.

El camino del Masón es estrecho, se mueve por el filo de la navaja, y así siempre ha sido
el camino del iniciado. Es muy fácil equivocarse y salirnos de él. A cada momento puede
ser tentado por sus instintos y pasiones, buscando traicionar el Juramento prestado. Ellas
atacan puntos neurálgicos de nuestra personalidad, alimentando nuestro Ego y Vanidad,
haciéndonos caer en el error de no querer escuchar concepciones que vayan en contra de
las que ya tenemos preconcebidas. Mis QQHHvacíense de su Ego y Vanidad, en
Masonería no importa si son Médicos o Ingenieros, lo que realmente importa es la
Humildad y las ganas de querer aprender. El trabajo en Logia es individual y colectivo,
pero cada quien hace su ritmo de progreso. Podemos ir a las Tenidas y salir como si no
hubiéramos aprendido nada, para muchos llegan a ser incluso una pérdida de tiempo;
cuando eso pase mis QQHH, revisémonos, porque depende de nosotros si salimos
con las manos llenas o vacías. La Masonería es como el sol, que esparce sus rayos a todos
por igual, cada quien lo aprovecha a su manera. Hay plantas que la utilizan para generar

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los más dulces frutos, pero también las hay que la utilizan para generar sustancias
ponzoñosas. La Masonería es perfecta, nosotros somos los que hemos ido deformando
sus enseñanzas. Quien quiere hacer progresos en la Masonería debe primeramente hacer
el esfuerzo de hacer progresos en su naturaleza individual. Deben esforzarse mis
QQHHAprendices en dejar ciertos hábitos y cambiarlos por otros que le permitan
dedicarle un pequeño tiempo diario a la Orden, para eso se les hizo entrega de la Regla
de 24 pulgadas, para que dividan su tiempo, que aunque no se les dio físicamente, se les
dio de una forma mucho más importante, ya que se les colocó junto con el Mazo y el
Cincel, en el umbral de su Conciencia, queda de su parte si quieren asimilar esas
herramientas.

Nunca caigan en las garras de la Envidia, ni en el querer buscar superar a otro H,
recuerden que cada quien tiene sus aptitudes o cualificaciones, unos pueden progresar
rápido, pero otros pueden ir más lento. Habrán HHde su Grado que tal ves los
sorprendan con trabajos bien elaborados y profundos, pero luchen para que esto no sea
un motivo para querer superarlo buscando también realizar un trabajo profundo y bien
elaborado, porque fácilmente caerían en la Envidia. Habrán HHque leen muchos libros,
pero no busquen crearse a ese hábito obligadamente sólo por una especie de imitación.
Son nuestras aptitudes quienes dirán que tan profundo seremos, o que tan superficiales.
La Masonería es muy amplia y para todos irradia un poco de Luz, quien realmente la
siente utiliza esa Luz y progresa. Es por eso que vemos HHque son muy esotéricos y
estudiosos, pero también vemos HHque son muy fraternales, y ambos irradian una
fuerte energía que nos lleva a sentir su compromiso con la Orden, y nos llaman al
progreso. No olviden que en Masonería cada quien desbasta su propia Piedra Bruta, según
sus propias posibilidades. No busquen imitar; hagan su propio camino. Tampoco caigan
en el error de pensar que la palabra del Maestro es Sagrada y lo que diga no puede ser
refutado, para algo contamos con la capacidad de Discernir. Puede ser que el Maestro
tenga más experiencia, pero él igualmente esta desbastando su Piedra. No tomen lo que
diga un Maestro como una verdad de buenas a primeras, busquen ustedes por su propia
cuenta y comparen los criterios, ya que así es que constructivamente formaremos nuestro
propio punto de vista.

El trabajo del Aprendiz no es fácil mis QQHHpero ustedes pueden hacerlo placentero
y gratificante, recuerden lo que dice el Ritual de que no hay placer que proporcione goces
más puros y dilatados, que el vencerse a uno a mismo. Dejemos atrás nuestra condición
profana; en el mundo iniciático ella no sirve para nada. Volvamos a un estado de niñez
simbólica donde ahora recibiremos enseñanzas que nos llevarán al progreso. Dejemos
que ellas entren fácilmente en nuestra Conciencia, para así decir con propiedad mas
adelante, que vinimos a la Masonería a vencer mis pasiones, someter mi voluntad y hacer
nuevos progresos en la Masonería. Que el GADUlos guíen en su andar.

DISQUISICIÓN 1

ACTITUD INICIÁTICA

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La Masonería, institución eminentemente simbólica, esotérica, iniciática y tradicional,
está conformada por hombres que se hacen llamar Libres y de Buenas Costumbres, lo
cual es uno de los principales requisitos, si no es el más importante, para ingresar a esta
Augusta Orden. Decir Mason es hablar de alguien, que reconociendo su perfectibilidad,
se comprometió en luchar contra todas las pasiones que deshonran al hombre y lo hacen
inhábil para las altas funciones a las que esta destinado, con la finalidad de buscar su
perfeccionamiento espiritual, mediante un metódico e intenso estudio de su naturaleza
interior, que lo llevará a entrar en correspondencia con el medio que lo rodea. Para la
Masonería un Masón es un hombre libre, amante de su patria, fiel a las leyes y amigo de
los hombres cuando son virtuosos, lo cual en palabras más sencillas, significa que un
Masón es un hombre con una cierta Actitud, con la cual se desenvuelve en la sociedad
donde vive.

La actitud de un Masón es todo un sistema de normas por las cuales él jura regirse desde
el mismo momento de su Iniciación. Normas que no son tomadas como dogmas de la
institución, sino como preceptos que debe cumplir todo aquel que quiera adoptar un
estado en la Sociedad, los cuales son puestos bajo el estudio de la Razón Pura, y que
siendo meditados, sea la conciencia la que decida si ponerlos en práctica o no. La
Masonería tiene como base la Razón y por lo tanto, todo Masón no puede tomar una
decisión sin haberla meditado a detalle, sobre bases bien fundamentadas y verdaderas, ya
que en una sociedad viciada por la irracionalidad, el Masón esta en la obligación de buscar
el Orden. De lo dicho anteriormente ya podemos ir creando una idea de la Actitud que
debe tener un Mason, y que se ha llamado Iniciática para diferenciarla de ciertas Actitudes
Profanas que no tienen razón de ser en una institución como la Masonería.

Partamos de la siguiente premisa dictada por un filósofo de la antigüedad: “Un iniciado


debe SABER, mas no CREER”. Aquí se pone de manifiesto la clara diferencia entre una
institución iniciática y una religiosa, y por lo tanto la diferencia entre un iniciado y un
religioso. El Masón pregunta a la naturaleza sobre la existencia de un ente superior, causa
generadora no sólo de su existencia particular, sino también de lo que sus ojos ven y su
corazón siente; él sabe que no ha podido existir por sí mismo, y el silencio mostrado por
la naturaleza le INDUCE A INQUIRIR la existencia de un Ser Supremo, lo cual es una
creencia común en el hombre instruido, tal vez dada por lo que ya decía Descartes en su
época de que si hay algo innato en los hombres es la creencia de la existencia de Dios.
Pero lo importante que hay que notar es que esta creencia está basada en una
INDUCCION generada en el interior del hombre, la cual nace por el razonamiento de las
armonías mostradas por la naturaleza y no por una imposición dada por la institución. El
Masón sabe sobre la existencia de un Ser Supremo porque la razón lo ha llevado a intuirlo,
y no porque es un dogma que debe cumplir y creer ciegamente. Él sabe que es perfectible
y puede perfeccionarse, en la medida de que exista un Ser absolutamente perfecto, al cual
le da el nombre de GADU, generador de todo el Cosmos. Como podemos ver la
Actitud de un iniciado tiene ciertas particularidades que son muy difíciles de observar en
un hombre común, no significando esto la superioridad del primero ante el segundo, sino
más bien la claridad en el criterio y el libre albedrío.

Al momento de iniciarnos en una institución como la nuestra, tomamos una decisión muy
seria e importante, ya que esto implica dar un cambio a muchas de las costumbres que
normalmente veníamos llevando en nuestra condición profana, y mucho más allá, un
cambio en nuestra forma de ser y pensar. El volver a nacer durante la Ceremonia de
Iniciación nos da la idea de un “comenzar de nuevo”, compromiso que, después de
purificarnos por las pruebas, firmamos con el sagrado juramento ante el Ara. Juramento

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que debemos grabar con el fuego de las velas en nuestro corazón, el cual ni por el más
mínimo momento debemos intentar traicionar, porque estaríamos destruyéndonos
nosotros mismos dentro de la Fraternidad. Un iniciado debe tener primero la
INTENCIÓN de querer cambiar su condición y desarrollarse espiritualmente, pero esto
no lo es todo, también debe poseer la VOLUNTAD necesaria para llevar esto a cabo, y
por ultimo dar su PALABRA de consagrarse por su mejoramiento y el de sus QQHH,
a los cuales debe respetar y ayudar por sobre todas las cosas, con cuanto le sea posible.
De lo dicho anteriormente podemos decir que un iniciado debe tener FIDELIDAD y
COMPROMISO, entendiéndose este último, no como un compromiso de asistir el día
respectivo a la Logia y tomarlo como una válvula de escape a todos los problemas de la
semana, sino como a un verdadero SENTIMIENTO, el cual debería ligarlo a cada uno de
los HH, y así cumplir fielmente las obligaciones contraídas dentro del Taller.

Un iniciado debe ser ACTIVO y no tomar, de buenas a primeras, como verdadero todo
aquello que se le enseñe, sino que debe buscar comprobarlos por sus propios medios, y
crearse su propio punto de vista. Sería un error fatal venir a Logia solamente a escuchar
y escuchar, y volver al mundo profano y seguir con la faena diaria dictada por ese sistema.
Incluso, asumiendo que nuestras intenciones de asistir sean las más nobles y sinceras, no
estaríamos haciendo absolutamente nada. Un iniciado debe tener INICIATIVA y
demostrar con sus ACCIONES que realmente está aplicando las enseñanzas adquiridas.
No es venir a sentarse y escuchar, sino a crearse las suficientes dudas, para después con
el trabajo propio, metódico y riguroso, ir buscando las respuestas a esas incógnitas. Un
iniciado siempre debe tener la sed de búsqueda, y no quedarse pasivo esperando
enseñanzas, como es el caso de los místicos. Un iniciado así como recibe debe dar.
Durante la primeros pasos la iniciativa es necesaria más no suficiente, ya que también
debe tener ese guía que lo ayude con los obstáculos y dificultades del camino, de allí que
la Cadena Fraternal y el término QH, nos llama a estar unidos, porque un iniciado
aislado, y que no tenga o pierda el reconocimiento de sus HH, es un ser a la deriva,
propenso a fracasar en sus intentos.

Hablar de la Actitud Iniciática es llenar paginas y paginas, aquí solo se plasmaron apenas
algunas ideas, y otras que tienen que ver con el simbolismo de la Orden se irán dando en
el transcurso de estas Disquisiciones, para que cada uno de vosotros después vaya
desarrollando algunas otras, en virtud del conocimiento que vayan adquiriendo de la vía
iniciática y su dominio. Termino diciendo que un iniciado debe defender y creer en la
FRATERNIDAD, ya que esta, bien entendida, lo llevará a desarrollar un sentimiento muy
elevado como lo es el AMOR. Conocemos del amor sus efectos pero no su esencia. El
amor cambia el sueño de la juventud en un perpetuo despertar. Pero es un despertar más
agradable que la ilusión lejana y utópica de los sueños. Es la luz que brota de nuestra alma
para alumbrar mil mundos etéreos e inmateriales. Es el cielo de libertad donde no llegan
las mentiras convencionales de las leyes de la humanidad, de tal forma, que es a través de
este, que el iniciado se hace superior a los intereses mezquinos que atormentan al mundo
profano. Un iniciado vive para trabajar, no trabaja para vivir.

DISQUISICIÓN 2

LA MASONERÍA Y EL FANATISMO

La Masonería a través del tiempo ha venido luchando contra las esclavizantes cadenas
del fanatismo. Para nadie es un misterio los daños que le ha causado a la humanidad una
serie de creencias fundamentadas en un fuerte dogma religioso, el cual no permite el más
mínimo intento de discusión y duda, ya que esto sería ir en contra de las llamadas Leyes

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Divinas. Durante mucho tiempo el poder de la iglesia se hizo sentir en gran parte del
mundo, siendo esta la que promulgaba las leyes por las cuales el ciudadano común debía
regirse, y todo aquel que se atrevía hacer caso omiso de las mismas era castigado.
Aquellos que investigaban a la naturaleza por su cuenta eran tildados de brujos y brujas
seguidores del demonio, y el castigo para los mismos era la tortura y la muerte, todo esto
justificado por la defensa del dogma religioso. El fanatismo ciega a la mente pensante y
no le permite razonar, ya que lo envuelve en un sistema que atrofia la capacidad pensante
del hombre, convirtiéndolo en un seguidor de leyes que ni el mismo entiende a cabalidad,
pero que le dan cierta seguridad y confort, y todo aquello que este fuera de este contexto
viene a representar una especie de amenaza para su tranquilidad, y lo mejor es acabarlo
completamente. Esta ha venido siendo la filosofía del fanatismo a través de los tiempos.

Para la Masonería el fanatismo es el culto exaltado de un sentimiento y de una idea. Esta


definición como podemos ver llega a abarcar toda una serie de cosas de las cuales el
Masón debe tener el mayor de los cuidados, ya que tal vez se llegue al fanatismo
inconcientemente. Cuando se habla de fanatismo, fuera de todo aspecto deportivo,
artístico, entre otro, lo primero que viene a la mente es lo concerniente al aspecto
religioso, el cual como lo dice nuestros Rituales, si no se le combate eficazmente es capaz
de pervertir el criterio y extraviar a la Razón, y mucho mas peligroso aún, puede llegar a
tener el carácter de un principio, lo cual significa que el hombre no llega a darse cuenta
que esta sumergido en el fanatismo, sino más bien que esta siguiendo los dictados del Ser
Supremo. En otras palabras, el fanatismo religioso aniquila la capacidad del libre albedrío,
y sólo permite conjeturar y realizar razonamientos con base en premisas impuestas y
dogmáticas, cuya verdad debe aceptarse sin preguntar su origen. Sólo basta con hacer un
pequeño examen a unas pocas religiones y sectas de la actualidad para darse cuenta de
esto.

La Masonería promulga el Libre Albedrío, el cual debe estar acompañado del


Discernimiento, para no caer en el libertinaje, y este mismo Libre Albedrío es el que
permite la creencia en un Ser Supremo, sea cual sea su naturaleza para un Masón en
particular; y para vencer las dificultades de un nombre en específico, la Orden le da el
nombre de GADU. Pero dejando ya un lado el aspecto religioso, vemos que la
definición de fanatismo nos dice que no le demos a las cosas materiales, a los
pensamientos y a los sentimientos, mayor importancia de la que se le pueda tributar. De
allí, que puede llegar a ser un fanático un Mason que se desviva día y noche por la
búsqueda de la verdad, dejando a un lado muchas cosas con la única finalidad de dedicarle
el mayor tiempo posible a la Masonería. De igual forma, puede llegar a caer en el
fanatismo aquel Hque solamente tome como verdaderos sus conocimientos y cierre las
puertas de su entendimiento a cualquier otra postura, y esto se debe a que el fanatismo y
la intolerancia van de la mano.

La Masonería no necesita de aduladores ni de personas que se la pasen promulgando que


sus enseñanzas son las únicas y verdaderas, ya que por el simple hecho de su antigüedad,
estas cosas vienen a carecer de sentido, pero en sus Rituales encontramos frases y
expresiones que pueden llevar al Masón a caer inconcientemente en el fanatismo, y que
si están allí, tal vez sea para poner a prueba a todo aquel que realmente quiere llegar a ser
un iniciado real. A continuación veremos algunas de estas expresiones que encontramos
en el Ritual de Aprendiz.

Cuando el trajedario entra por primera ves al templo se le dice que “el estado de
ceguedad en que os halláis, simboliza aquel en el cual se encuentra todo mortal que no
conoce la senda de la virtud, y que no ha recibido la iniciación masónica”. ¿Significa

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esto que aquel que no ha recibido la iniciación masónica vive en un estado de ceguedad?
Más adelante encontramos que cada vez que no reunimos en nuestros templos es con la
finalidad de “hacernos superiores a los intereses mezquinos que atormentan al vulgo
profano”. El segundo precepto de la Orden hace que “la Masonería sea el más sagrado
de los vínculos, cuando no fuere la más noble, la más grande y la más respetable de todas
las instituciones”. Cuando elevamos los votos al GADUpedimos para que el
recipiendario “incorporándose a nosotros, sea útil a la humanidad y digno del respeto y
aprecio sociales”. Ya al final del Ritual encontramos unas palabras que pueden llevar a
ese culto exaltado de un sentimiento y de una idea: “Lléguese a formar una institución
más sabia, más noble, más grande, más importante que la Francmasonería y olvidemos
su remota antigüedad, sus sacrosantos principios, sus sublimes misterios, y seremos los
primeros apologistas de este nuevo portento. Entre tanto seguiremos siendo sus
admiradores y publicaremos en alta voz que ninguna asociación ni en lo pasado ni en lo
presente, puede comparársele. Una institución que reúne cuanto hay de noble, grande,
virtuoso y sublime en la tierra, no puede ser sino una emanación divina inspirada en el
GADU”.

Como podemos ver en estos extractos, puede ser muy fácil llegar a sentirse superiores a
cualquier persona y promulgar que no hay institución más sabia sobre la tierra que la
Masonería, ya que esta viene a ser una emanación directa del Ser Supremo. Es tarea de
cada uno de nosotros analizar estas cosas en el santuario de nuestra Conciencia y verificar
si son verdades o simples frases de exaltación hacia nuestra Orden. De ser verdad es
preciso preguntarse ¿Cuál es la frontera? ¿Como pertenecer a una institución tan perfecta
y no caer en el fanatismo? La clave debe estar en que sabiendo que estas cosas son verdad,
no sentirse superiores a otras corrientes filosóficas, religiosas e incluso iniciáticas; por
eso un Masón debe ser tolerante, y en vez de encerrarse debe ayudar a cambiar el acervo
de la sociedad en que vive, hacer valer los principios universales de la Orden y sobre todo
ser Humilde. De nada sirve gritar a toda voz que la Orden es perfecta cuando cada uno de
nosotros somos imperfectos. Caeremos en el fanatismo hacia la Masonería cuando
dejemos entrar en nuestro Templo Interior los deseos de superioridad. Aquel que no
quiera ser fanático y ser un verdadero iniciado debe estar ausente de deseos, podemos
tener sensaciones, como las que nos genera cuando vemos una bonita camisa o un par de
zapatos, pero ya cuando creamos una imagen mental viéndonos con la camisa o el par de
zapatos puestos, estamos generando un deseo que mientras más intenso sea puede llegar
a esclavizarnos, esto ocurre cuando el pensamiento entra en el campo de la sensación. De
igual forma puede aplicarse para el caso de la Masonería, al vernos pertenecer a una
institución tan sabia y cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos, se nos crean
sensaciones especiales, que vistas de buena manera, nos llevan a ser un buen eslabón de
dicha cadena, pero cuando cometamos el error de crearnos la imagen de que somos
superiores dentro de la humanidad, pasaremos a tener los deseos que nos conducirían al
fanatismo. Elevemos votos al GADUpara que nunca caigamos en esta tentación.

DISQUISICIÓN 3

LA DIFÍCIL TAREA DE SER MASÓN

En nuestros Templos nos reunimos para buscar la Verdad sobre los misterios que rodean
nuestra existencia, y es su interior donde se llevará a cabo la magna obra de la
Transmutación, la cual debería despertar las enormes potencialidades que cada uno de
nosotros poseemos, ya que debemos tener claro que un Templo Masónico es un símbolo
de nuestro propio ser. Venir a las Tenidas es hacer un viaje hacia nuestro interior, pero
esto lo logra sólo aquel que esta realmente conciente, que esto es así. Es en lo más

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profundo de nuestro ser donde encontraremos el fuego sagrado que nos permitirá fundir
nuestros corazones a los más altos sentimientos de progreso, y obtener la aleación
perfecta, como lo es el Hombre Nuevo. Pero ¿Qué es el Hombre Nuevo? Este no es otro
que un Ser netamente Conciente, liberado de esos hilos que lo esclavizan y lo vuelven un
títere del mundo profano, con todos sus prejuicios, paradigmas, malas costumbres, etc.
De las canteras del mundo profano seleccionamos las piedras en las que confiaremos
nuestras más altas esperanzas, para que logren ser personas concientes y claras en la vida.
Que logren vencer a ese monstruo titiritero que es su Mente y la Sociedad que lo rodea,
las cuales le pondrán circunstancias y situaciones, que le harán dudar de sus verdaderos
sentimientos e ideales, y lo llevarán a caer en los abismos de la inconciencia, donde sólo
con dedicación, esfuerzo y entusiasmo podrán volver a su verdadera razón de ser.

Cuando nos iniciamos en la Fraternidad, veníamos del mundo de las apariencias, de un


universo gobernado por la intolerancia, la envidia, la inconciencia, y del vicio que más
daños le ha causado a la humanidad como es el egoísmo, o desmedido interés individual.
Pero al iniciarnos este mundo degenerado no desaparece, el siempre estará presente, no
podemos ni por el más mínimo momento, pensar que nos hemos hecho inmune a las
poderosas garras de este sistema corrompido. No podemos dormirnos en la cueva del
león, mientras no hayamos logrado entender y asimilar, esa poderosa fuerza que se
encuentra dentro en nuestro interior, que es la Conciencia y que mora en el templo sagrado
de nuestro Corazón, entendiéndose este, no como el órgano físico que bombea la sangre,
sino como el centro energético donde se guardan nuestros sentimientos. Este es el Tercer
Ojo que el iniciado debe despertar. Él le mostrará la decadencia de donde viene, y a donde
debe volver después de cada reunión, en teoría protegido por la llama nuestros principios.
Pero el hombre es débil, y prefiere entregarse al ficticio confort que le da su mente, ya
que seguir el camino de la Conciencia requiere el abandonar toda una serie de costumbres
que desde la niñez nos vienen inculcando, y otras que se nos vienen adhiriendo en el
transcurso de nuestra vida, y que van dándole forma a la llamada Personalidad. Sólo aquel
que viva y sienta, el compromiso de pertenecer a una sociedad como la nuestra, logrará
permear los actos del titiritero. Recuerden estas palabras de Saint Exupery “sólo se ve
bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos”.

Es normal, en cualquier momento de nuestras vidas, sentirnos ahogados por las


situaciones que se nos presentan, y tal ves no nos sintamos con las fuerzas suficientes
para sobrellevarlas, pero es en estos momentos donde se debe poner de relieve nuestra
situación de iniciado, ya que el hacerse superior a las circunstancias es una de las metas
que persigue la iniciación. El mundo profano se mueve según unas leyes, y el mundo
sagrado que abrimos y cerramos durante nuestras reuniones, también se mueve según
unas leyes, que debemos grabar con fuego en lo más profundo de nuestro ser. El volver
al mundo profano no indica que debemos dejarnos llevar por sus leyes, sino por los
ideales que venimos a desarrollar en Logia, de allí que en esos momentos cuando sintamos
que el sistema se nos venga encima tenemos que sentir el brillo de esa luz que nos dieron
durante nuestra Iniciación, aquel que lamentablemente no pueda resistir esta lucha tiene
hurtado el nombre de Masón. Pero esto no implica que ya todo este perdido, el mundo
sagrado no se mueve bajo el absoluto de la imposibilidad, siempre habrá un momento
para volver a comenzar y retomar la senda, siempre habrá un momento para sentarse y
reflexionar, siempre se podrá luchar por restituir la condición perdida, lo cual es algo muy
extraño que pase en el mundo profano, pero el iniciado atado a los hilos del sistema,
creerá que todo esta perdido. Cuando el iniciado se de cuenta, que necesita volver a morir,
para renacer de nuevo en la senda, entonces llegará la mano del Maestro que lo levantará
y le llenará los oídos de sabiduría.

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La lucha contra las adversidades, exige una entrega total, dejar el alma en pro de defender
nuestros más altos ideales, aunque la cuesta se alta y empinada y a veces resbaladiza,
debemos exigirnos a nosotros mismos, sacar nuestras ganas de progreso y vencer. Pero el
iniciado que no es conciente del gran poder que posee, se entrega fácilmente a sus
limitaciones y arrastrado por las olas cae en el fracaso. El fracaso, es una palabra que no
debe existir en el vía iniciática, porque ella exige personas enteramente comprometidas.
Juramos defender la hermandad sobre todas las cosas y por entregarnos a buscar nuestra
transmutación, entonces hagamos sentir ese juramento segundo a segundo en nuestros
corazones, ya que así, siempre iremos al frente en la lucha contra los enemigos que
buscaran desviarnos del camino. Una frase muy común en el mundo iniciático dice que
“el enemigo duerme en casa” refiriéndose a nuestra Mente, la cual maneja un poderoso
enemigo como lo es la Razón pervertida por los prejuicios y paradigmas. Busquemos
vencernos a nosotros mismo, que si al final del camino vemos que no lo logramos,
moriremos con la satisfacción de haberlo intentado. Pero recuerden, que morir en el
mundo iniciático es renacer a un estado superior.

El que se esfuerza valientemente y con sinceridad, siempre será recompensado. Aquel


que abre sus ojos y observa el estado de decadencia en que se encuentra, y da el todo por
el todo por superar esa condición, es realmente merecedor de ver el brillo de la luz
iniciática. El pertenecer a una sociedad como la nuestra, exige de cada uno de nosotros
un esfuerzo permanente de lucha, contra todas aquellas malas costumbres que hemos
venido arrastrando, y de hacernos superiores a todos los intereses mezquinos que
atormentan al mundo profano. Un iniciado, al verse envuelto por las garras del sistema
social, tiene que hacer valer esa luz que le fue dada en su Iniciación, porque ella le hará
recordar el fuerte compromiso que tiene, de no dejarse llevar por las adversidades. Todo
aquel que lucha hasta el final, tarde o temprano es restituido, pero aquel que no resista y
simplemente no haga el esfuerzo, lamentablemente tiene de adorno el nombre de iniciado,
y no es merecedor que sus HH lo reconozcan como tal.

QQHH tengan presenten en cualquier momento de su vida, en las peores


circunstancias que puedan estar pasando, que ustedes son unos iniciados. Hagan valer esa
condición día a día, nuestro ideal es cambiar nuestro círculo social, y no lo contrario. En
lo más profundo del juramento que hicimos, se esconde la verdad de que debemos ser
Causas que generen Efectos positivos en la sociedad, y no ser el Efecto de las Causas
sociales. El paso de la Iniciación Virtual (ceremonial) a la Iniciación Real (la demostrada
por nuestros actos según las leyes de la conciencia), es un camino difícil debido a todos
los cambios que debemos llevar en nuestro modo de vida, pero esa dificultad se vence,
teniendo presente esta máxima: SOY UN INICIADO QUE YA COMENZÓ EL CAMINO.
En este transitar encontraremos muchas situaciones que nos desvíen hacia la traición de
nuestros principios, pero tengan presentes que si caen en esas trampas, no se están
traicionando sólo a ustedes o a un H en particular, sino a TODOS los QQHH que
confiaron en vosotros, trayendo como consecuencia la traición a la Fraternidad.

Durante el transcurso de los Viajes Iniciáticos se nos narra la crisis del hombre que quiere
ser virtuoso y de los enemigos que debe vencer a medida que va recorriendo el sendero.
De un modo claro se nos da a conocer las garras del mundo profano, con la finalidad de
que tengamos una idea de la tarea que debemos cumplir y de los peligros que debemos
evitar. En la primera etapa de su vida el hombre encuentra muchos obstáculos que
buscaran desviarlo del camino de la Virtud. “Los vicios tratan de seducirle; el deseo de
adquirir, la ambición, la amistad misma, se le representan bajo faces, ya de exageración,
ya de error, y necesita la mano de un verdadero amigo que le sostenga y le impida
extraviarse”. Luego, más adelante en el sendero “Las pasiones y los intereses chocan

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continuamente con nuestros deberes. Ya nos halaga el poder con su protección; ya nos
amenaza con la venganza. Ya nos reclama una falsa amistad servicios con traición a
nuestros deberes, ya se nos abren falsos caminos para obtener riquezas en pago de un
desliz. Ya nos premian faltas y crímenes con altos puestos: allí es donde el hombre está
llamado a combatir y a vencer”. Todo aquel que logre salir victorioso en estas pruebas
que el sistema profano le pondrá “Purificado por la llamas de las desgracias y de las
pruebas, confortado por su conciencia, apartados y vencidos todos los peligros, marcha
con paso tranquilo, gozando de la felicidad que le ha proporcionado su constancia en la
práctica de la Virtud”. Para finalizar les dejo estas palabras de Antoine de Saint-Exupery:
“Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber
demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que
lo guía”.

DISQUISICIÓN 4

LA METODOLOGÍA MASÓNICA

El método de enseñanza de la Masonería tal vez sea el que le da la trascendencia a la


Orden. Una sociedad iniciática requiere de un sistema de estudio que la diferencie de
cualquiera de las instituciones profanas que se dediquen al mejoramiento espiritual de las
personas. Desde el mismo momento de nuestro ingreso a la Masonería somos testigos de
una característica muy particular e importante, y es que no sólo basta llenar unas planillas,
cumplir con una serie de requisitos y pagar una cuota de admisión, sino que se debe pasar
por un proceso por el cual se purificará y se le entregará al recipiendario la clave para el
desarrollo posterior de sus potencialidades, en virtud de las cualificaciones que este posea,
este proceso se llama Ceremonia de Iniciación.

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Esta ceremonia muestra al recipiendario que la Masonería es un sistema lleno de
símbolos y alegorías, que guardan en su interior enseñanzas trascendentales y que
permanecen ocultas al ojo curioso y a la mente profana. Sólo aquel que logre germinar la
semilla transmitida al recibir la Luz Masónica, puede vivenciar y sentir la hermosura del
Simbolismo, y es este la base fundamental de la enseñanza de las escuelas iniciáticas. El
Simbolismo lo podemos definir tan sencillamente como el estudio de los símbolos, o un
poco más a profundidad como la búsqueda de las relaciones entre el símbolo, el
observador y lo simbolizado, es decir, el Simbolismo se basa sobre una relación de
analogía y correspondencia entre la idea que se trata de expresar y la imagen, grafica,
verbal u otra, por la que se le expresa. Como podemos ver en nada se parece el método
iniciático al método de enseñanza profano, el cual se fundamenta en una filosofía analítica
y discursiva, mientras que el Simbolismo es sintético e intuitivo, lo que, naturalmente, le
hace incomparablemente más apto que el lenguaje para servir de punto de apoyo a la
intuición intelectual y supra-racional, y es precisamente por eso por lo que constituye el
modo de expresión por excelencia de toda enseñanza iniciática.

Rene Guénon en sus Apercepciones sobre la Iniciación nos dice que “El verdadero
fundamento del simbolismo es la correspondencia que existe entre todos los órdenes de
realidad, correspondencia que los liga uno al otro, y que se extiende, por consecuencia,
del orden natural tomado en su conjunto al orden sobrenatural mismo; en virtud de esta
correspondencia, la naturaleza toda entera no es, ella misma, más que un símbolo, es
decir, que no recibe su verdadera significación más que si se considera como un soporte
para elevarnos al conocimiento de las verdades sobrenaturales, o «metafísicas» en el
sentido propio y etimológico de esta palabra, lo que es precisamente la función esencial
del simbolismo, y lo que es también la razón de ser profunda de toda ciencia tradicional”.

Como podemos ver el Masón debe dedicarse a meditar los símbolos, y viéndose reflejado
en los mismos, extraer las enseñanzas que estos tratan de sugerirle. Para llevar a cabo esta
labor el Mason debe despojarse de todo medio de razonamiento deductivo, ya que, como
ya se dijo, el simbolismo se fundamenta en la intuición, a la cual se llegará en la medida
que se logre entrar en el silencio interior, para lograr escuchar las armonías transmitidas
por la voz tenue de nuestra conciencia. Una Razón viciada por los prejuicios no será de
gran ayuda a la hora de buscar ciertas enseñanzas en los símbolos. La Masonería tiene
como base la Razón, pero aquí se hace referencia a una Razón Pura, libre de cualquier
preconcepto. Descartes decía que una mente, dejada a sí misma, era infalible, es decir, si
usa su luz y sus capacidades naturales sin la influencia perturbadora de otros factores, y
respecto de aquellas materias que no sobrepasan su capacidad de comprensión, no puede
errar. Pero podemos dejarnos desviar del verdadero camino de la reflexión racional por
factores como los prejuicios, las pasiones, la influencia de la educación, la impaciencia y
el deseo excesivamente urgente de obtener resultados, y entonces la mente se ciega, y no
emplea correctamente sus operaciones naturales. De tal forma que es muy importante
lograr ese silencio interior, para que la Razón inmaculada entre en correspondencia con
nuestra Conciencia. Mientras esto no se logre, debemos luchar para que nuestra Razón
imperfecta no contamine los dominios de la Conciencia.

El mismo Descartes nos dice que la Intuición “no es la seguridad fluctuante de los
sentidos, ni el juicio falaz que resulta de la composición arbitraria de la imaginación, sino
la concepción que aparece tan sin esfuerzo y tan distintamente en una mente atenta y no
nublada, que quedamos completamente libres de duda en cuanto al objeto de nuestra
comprensión. O, lo que es lo mismo, la intuición es la concepción libre de dudas, de una
mente atenta y no nublada, que brota de la luz de la sola Razón”. Como podemos ver la

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Intuición vendría a ser como una iluminación interior nacida de la nada, por medio del
silencio, lo cual la diferencia de la Deducción que se basa en la inferencia de una
conclusión a partir de otros hechos que son conocidos con certeza. De todo lo dicho
anteriormente podemos ir sacando como conclusión que la metodología masónica se basa
en la meditación en silencio de los símbolos, con la finalidad de sustituir del razonamiento
deductivo por el razonamiento inductivo, mediante el uso conciente de la razón. Este
método de enseñanza recibe el nombre de GNOSIS.

La frase “Toda ceremonia entre nosotros tiene su objeto especial” indica que todo dentro
de la Masonería tiene un significado simbólico, y por lo tanto tiene razón de ser el
Simbolismo, y sobre la Gnosis Masónica las preguntas ¿Qué veis? y ¿Qué sentís? dan
una buena idea de la misma. Dichas preguntas, como dice el QHFermín Vale Amesti,
le están sugiriendo al recipiendario: no te fíes de las apariencias de las cosas. Profundiza.
El Yo Verdadero no tiene vista ni oído externo, porque esta más allá de los sentidos
materiales. Es Conciencia Pura. Es decir, mediante la introspección, el iniciado puede
captar, intuir o percibir, por conocimiento directo y no aprendido, las más sutiles e íntimas
iluminaciones que surgen desde lo más profundo de su ser, libres de todo dogmatismo.
Esta metodología requiere de un constante esfuerzo y dinamismo por parte del Mason, ya
que el que aspira a ser un verdadero iniciado no puede conformarse con racionalizar lo
que recibe en cada Tenida a la que asista, sino que debe buscar, estudiar, interpretar,
meditar y desarrollar por sí mismo todo el contenido que se transmite a través del
simbolismo Masónico. No se trata de fantasear con la mente sino de penetrar con el
Espíritu.

A manera de resumen podemos tomar estas palabras del QHFermín Vale Amesti: La
GNOSIS es el Lenguaje del Corazón. En ese lenguaje radica el medio, el Camino o la Vía
de comunicación con el Mundo Intimo de la Logia Interior. Ese es un Lenguaje
Primordial que el hombre común ha olvidado y que el Iniciado trata de volver a recordar.
Ese Conocimiento Directo y no aprendido, tiene su alfabeto que es EL SIMBOLISMO;
el único y maravilloso método que permite al hombre romper el círculo material que
limita su inteligencia del Universo y enfocar un más alto y más amplio estado de
Conciencia que sobrepasa por completo el método puramente racional, deductivo y
especulativo. El Símbolo es por lo tanto, un excelente e irremplazable medio de relacionar
lo abstracto y lo concreto, por eso, como expresión de lo inexpresable, el Simbolismo es
el lenguaje propio de la Gnosis y de su Esoterismo y constituye el Lenguaje autentico de
la Verdadera Metafísica”.

DISQUISICIÓN 5

MASONERÍA E INICIACIÓN

La constitución de la MRGLRVdefine a la Masonería como una “Institución


esencialmente filantrópica y progresiva, que tiene por objeto la investigación de la verdad,
el estudio y práctica de la moral y de la solidaridad. Trabaja por el mejoramiento espiritual
y material de la humanidad y por su perfeccionamiento individual y social”. En esta
definición vemos las dos caras de nuestra orden: la exotérica, encargada del plano
material y físico del hombre, y la esotérica, base fundamental de la verdadera Masonería,
encargada del plano espiritual. A mi modo de ver las cosas creo que esta definición de la
Masonería presenta una gran deficiencia, ya que no aparece por ningún lado la principal
característica de la Orden, la cual la diferencia de otras instituciones profanas que también
se dedican a la moral, la filantropía y la solidaridad, que es la de ser una sociedad

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Iniciática y eminentemente Simbólica, de allí su carácter trascendental al espacio y al
tiempo.

La Masonería es depositaria de una enseñanza capaz de transmutar al hombre y


reintegrarlo a su estado primigenio, en el seno del Ser Supremo. Esta se ha venido
transmitiendo desde la más remota antigüedad a través de una cadena iniciática, la cual
exige de una Ceremonia de Iniciación para poder ser un eslabón de la misma. Esta
enseñanza, recibe el adjetivo de Tradicional, entendiéndose este termino como algo que
se viene transmitiendo desde tiempos muy lejanos y que es de carácter No Humano. Los
antiguos iniciados revelaron esta doctrina en los llamados Misterios, palabra que nos debe
traer a la mente la petición que hicimos siendo candidato a la iniciación de SER
ADMITIDOS EN NNAAMM. Estos, se dividían en Misterios Menores y
Misterios Mayores, siendo los primeros los referentes a la Masonería Primigenia, y digo
Primigenia porque debido al ritmo de vida de la cultura occidental, estos misterios se
encuentran como pequeños vestigios dentro de nuestros Rituales y Liturgias, debido a las
intervenciones que han sufrido los mismos; pero como todo lo que es de orden Tradicional
se mantiene en el tiempo, esos pequeños vestigios los puede encontrar un Masón con
dedicación y emprender la Restauración Iniciática.

Pero ¿de que se encargan los Misterios Menores, siendo estos el fin ultimo de la Orden?
Estos conciernen a la individualidad humana, pero en el desarrollo integral de sus
posibilidades, y por consiguiente más allá de la modalidad corporal cuya actividad se
ejerce en el dominio que es común a todos los hombres, en otras palabras se busca que el
hombre entre en posesión integral de su ser, a través de un Ascesis o Trabajo Interior, y
convertirse en un Rey de su individualidad, soberano de todas sus potencialidades, de allí
que estos Misterios sean conocidos como Iniciación Real o Arte Real, que como dice
nuestro Ritual de Iniciación, así llamamos los Masones al trabajo de que estamos
empeñados desde siglos atrás. Aquí vemos unos de esos vestigios que todavía podemos
encontrar. La verdadera Masonería Operativa o Primigenia, también era conocida como
Arte Real, en este caso la palabra Operativa no debe ser considerada exactamente como
equivalente a Práctica, en tanto que este termino se relaciona siempre con la acción, como
lo confirma su etimología, en realidad se trata de ese Cumplimiento del ser, que es la
Realización Iniciática con todo el conjunto de medios de diversos ordenes que pueden ser
empleados en vistas de este fin.

Ahora que tenemos algunas ideas sobre lo que es la Masonería y cual es el fin de sus
misterios, podemos definirla como una Institución Iniciática, Simbólica, Esotérica y
Tradicional que busca el Perfeccionamiento Espiritual del Hombre; por lo tanto, no es
muy conveniente ver la Iniciación Masónica como algo de orden simplemente Moral y
Social, las cuales son concepciones demasiado limitadas y terrestres, y que en el caso de
que pudieran ser ciertas, cual sería la razón de ser de una pretendida Iniciación que se
limitaría a repetir, disfrazándolo bajo una forma más o menos enigmática y simbólica, lo
más banal que hay en la educación profana y que esta vulgarmente al alcance de todo el
mundo. No se puede negar, como lo dice Guénon, que el conocimiento iniciático puede
tener aplicaciones en el orden social, como en cualquier otro orden, pero todas estas
aplicaciones contingentes no constituyen en modo alguno el fin de la Iniciación, como
tampoco lo constituye el limitarse a moralizar sobre los símbolos, sean cuales sean
nuestras más nobles intenciones.

La Masonería, como Escuela Iniciática de Misterios, no puede ser confundida con una
Religión, y aunque siempre escuchamos que la Orden tiene un origen propio, que no
puede confundirse con el de las religiones, debemos tener claro cual es la verdadera

15
diferencia entre ambas. Entre el dominio iniciático y el dominio religioso, no hay una
simple diferencia de grados, sino más bien una diferencia de naturaleza, e incluso,
podemos decir, de naturaleza profunda. La Religión pertenece a la Vía Mística, que tiene
como base la Fe Dogmática. El místico es un ser pasivo, que se limita a recibir
simplemente lo que se presenta a él, sin que él mismo cuente en eso para nada, en otras
palabras, no se preocupa por separar lo verdadero de lo falso, simplemente cree
ciegamente en lo que se le dice, y es aquí donde reside para el místico su principal peligro,
ya que se abre para recibir influencias, de cualquier orden que sean, y que por no tener la
preparación doctrinal necesaria no puede establecer entre ellas una discriminación
cualquiera. La Masonería pertenece a la Vía Iniciática, que tiene por base la Razón guiada
por la Conciencia. El Iniciado es un ser activo, al cual pertenece la iniciativa de una
realización que perseguirá metódicamente, bajo un control riguroso e incesante, y que
deberá llevarle normalmente a rebasar las posibilidades mismas de su individualidad. La
Religión considera al ser únicamente en el estado individual humano, y no apunta a salirse
de él, sino más bien a asegurar las condiciones más favorables para que el ser se sienta
cómodo, mientras que la Iniciación busca rebasar las posibilidades de este estado y hacer
efectivamente posible el paso a los estados superiores, e incluso llevar al ser más allá de
cualquier estado, por condicionado que este sea, y no opone ni reconoce limite para la
obtención de la verdad. De lo dicho anteriormente, podemos sacar las suficientes ideas
para no confundir a la Iniciación como una suerte de Religión especial, reservada para
una minoría.

Como podemos ver mis QQHH, la Masonería no busca la formación de hombres


conformistas, sino más bien buscadores incesantes de las leyes que rigen el Plan del
GADU. Un Masón no puede sentarse a observar como se desenvuelven los
acontecimientos a su alrededor, él tiene que ser parte de los acontecimientos, tiene que
ser una Causa, más no un Efecto.

DISQUISICIÓN 6

ALGUNAS IDEAS SOBRE LA INICIACIÓN

Toda Sociedad Iniciática cuenta con una ceremonia cargada de un intenso y profundo
simbolismo, por la cual debe pasar todo profano que desee formar parte de dicha sociedad.
Como ya se ha dicho anteriormente, esta ceremonia es lo que diferencia a la Masonería
de cualquier otra institución que se encargue del desarrollo espiritual y moral del hombre.
La Iniciación da al profano el derecho de sentarse en nuestras columnas, y perseguir la
meta utópica de la Perfección, por lo tanto podemos partir de la hipótesis de que esta
confiere o transmite al profano algún don especial que, mediante un estudio metódico e
incesante, deberá ir desarrollando a lo largo de su carrera en la Orden. Muchos autores
definen la Iniciación como el Comienzo de un nuevo estilo de vida, dejando atrás todas
aquellas costumbres, prejuicios, paradigmas y preconceptos, que se van adhiriendo al

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hombre durante su crecimiento, con la finalidad de generar al Hombre Integral, cuya
Rectitud de sus Acciones, den Fe de su incorporación en la Masonería., es decir, la
Iniciación confiere o transmite al que la recibe una herramienta tan poderosa que es capaz
de vencer a los intereses mezquinos que atormentan al vulgo profano, por lo tanto
podemos inferir que su naturaleza es superior a nuestra manifestación, o en otras palabras,
es de naturaleza No Humana.

Durante nuestro crecimiento somos influenciados por una serie de situaciones y


enseñanzas que nos permiten en nuestra juventud, tomar la decisión de estudiar una
carrera en particular, practicar un deporte o llevar a cabo un trabajo específico, es decir,
estas influencias nos sirven para que con nuestro libre albedrío tomemos la decisión que
creamos más conveniente. La Masonería como institución dedicada al perfeccionamiento
espiritual debe influenciar a sus miembros de tal forma que estos tomen con seriedad y
compromiso la tarea de llevar a cabo esta labor de transformación, en otras palabras la
Masonería debe influenciar espiritualmente a sus adeptos, y es aquí donde esta la clave
para descubrir que se nos transmite durante la ceremonia de Iniciación, lo cual es una
Influencia Espiritual, que vendría a ser como una semilla que se siembra y que bajo los
cuidados necesarios podrá germinar y empezar la consolidación del Iniciado Real. La
Influencia Espiritual es como una vibración que empieza a mover el caos de yoes
interiores con la finalidad de buscar cierto orden a partir de estos. La Masonería como
practicante del Arte Real busca que el hombre domine su condición humana, y como dice
Guénon, es fácil comprender que ello sea así, si se reflexiona que la meta esencial y final
de la Iniciación rebasa el dominio de la Individualidad y de sus posibilidades particulares,
lo que sería imposible si para ello estuviera reducido a medios de orden puramente
humanos; así pues, de esta simple precisión, y sin ir siquiera al fondo de las cosas, se
puede concluir inmediatamente que es menester la presencia de un elemento No Humano,
y tal es en efecto el carácter de la Influencia Espiritual cuya transmisión constituye la
Iniciación propiamente dicha.

Cuando llegamos a las puertas del Templo por primera vez, las tocamos de una forma
desordenada, símbolo en ese instante del caos de donde venimos y de nuestro caos
interior, ese mismo que reconocido, nos llevó a desear conocer la Luz. Este deseo de
superación viene a ser una manifestación de un conjunto de aptitudes y cualificaciones
especiales que se encuentran en estado de potencialidad en nuestra individualidad, por lo
tanto la primera de las condiciones para tener acceso a la Iniciación es contar con dichas
cualificaciones, ya que estas serán la tierra fértil donde se desarrolle la Influencia
Espiritual. Se puede decir, en efecto, que las aptitudes o posibilidades incluidas en la
naturaleza individual no son primeramente, en sí mismas, más que una materia prima, es
decir, una pura potencialidad, donde no hay nada de desarrollado o diferenciado, es
entonces el estado caótico y tenebroso que el simbolismo iniciático hace corresponder
precisamente al mundo profano, y en el que se encuentra el ser que no ha llegado todavía
al “segundo nacimiento”, o como dice nuestro Ritual: no ha conocido la Iniciación
Masónica. Guénon en sus Aperceciones sobre la Iniciación indica que para que ese caos
inicial pueda comenzar a tomar forma y a organizarse, es menester que una vibración
inicial le sea comunicada por las potencias espirituales, que el Génesis hebraico designa
como los Elohim; esta vibración, es el Fiat Lux que ilumina el caos, y que es el punto de
partida necesario de todos los desarrollos ulteriores; y, desde el punto de vista iniciático,
esta iluminación está constituida precisamente por la transmisión de la Influencia
Espiritual de la que acabamos de hablar. Desde entonces, y por la virtud de esta
influencia, las posibilidades espirituales del Ser ya no son la simple potencialidad que
eran antes; han devenido una virtualidad presta a desarrollarse en acto en las diversas
etapas de la realización iniciática.

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Hemos dicho que la primera condición para la Iniciación es una cierta aptitud o
disposición natural, sin la cual todo esfuerzo permanecería vano, ya que el individuo no
puede desarrollar evidentemente más que las posibilidades que lleva en él desde el origen.
Cuando el profano entra por primera vez al Templo es sometido a un interrogatorio
preliminar, con la finalidad de tener una primera impresión sobre estas aptitudes
requeridas, dicha impresión se profundiza un poco mas cuando luego de enseñársele las
Bases Principales de la Orden, los Preceptos y pedida la Ratificación de la Creencia en
un Ser Supremo, se le pregunta si quiere pertenecer a la Masonería y si se siente con la
fuerza suficiente para cumplir los deberes que ella impone. Aquel que con sinceridad
asimila estas enseñanzas y realmente cree en ellas, cumple con la primera condición de
la Iniciación, ya que luego de una respuesta afirmativa el VMdice “Pues si estáis
resuelto a ser recibido Mas, procederemos a vuestra Iniciación”. Es a partir de aquí
donde comienza la ceremonia que lo vinculará a la Masonería, y es esta la segunda
condición que se debe cumplir para la Iniciación: el vinculamiento a una Institución
Iniciática.

La Masonería como Escuela de Misterio es depositaria de una enseñanza milenaria y


trascendental, cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos, de aquí su
característica de ser una institución Tradicional, es decir, que cuenta con algo que se ha
venido transmitiendo desde los mismos orígenes de la creación. Por lo tanto la Masonería
vendría a ser un eslabón de una cadena iniciática que ha sobrevivido generación tras
generación, cuya filiación a la misma, le confiere el poder para transmitir la Influencia
Espiritual que ya hemos mencionado. De lo dicho anteriormente podemos ver el por qué
de la necesidad del Vinculamiento. La filiación iniciática garantiza la transmisión de la
Influencia Espiritual, y como podemos ver esta no es transmitida por una persona en
particular sino por un centro iniciático que en nuestro caso seria la Orden Masónica. Al
momento de constituir al candidato el VM expresa “En virtud de los poderes de que
estoy investido por la MRGLRV y con el auxilio de mis QQHHpresentes
y ausentes…os recibo, constituyo, e instalo…”, es decir, el VMpor sí mismo es
incapaz de transmitir la Influencia, en tales condiciones, es fácil comprender que el papel
del individuo que confiere la iniciación a otro es verdaderamente un papel de
«transmisor», en el sentido más exacto de esta palabra; él no actúa como individuo, sino
como soporte de una influencia que no pertenece al orden individual; él es únicamente un
eslabón de la «cadena» cuyo punto de partida está fuera y más allá de la humanidad. Es
por eso por lo que no puede actuar en su propio nombre, sino en el nombre de la
organización a la que está vinculado y de la que tiene sus poderes, o, más exactamente
todavía, en el nombre del principio que esta organización representa visiblemente.

La constitución del candidato y su proclamación, marcan el punto de inicio hacia la


búsqueda de la Iniciación Real, ya que la Iniciación recibida ceremonialmente es una
Virtualidad fundamentada en la transmisión de la Influencia, la cual como toda semilla
debe abonarse correcta y suficientemente para que logre germinar. Esta labor de cuidado
corresponde a la tercera condición de la Iniciación que sería la de dedicarse al estudio y
la meditación, lo cual se logrará de manera satisfactoria si el iniciado consigue utilizar
correctamente la Regla de 24 pulgadas. Esta etapa de la Iniciación exige una constante
actividad intelectual y de búsqueda, ya que la orden es tan sabia que sólo se abre para
aquellos que se dedican a buscar con la única intención de aprender y mejorarse, porque
aquellos que buscan por curiosidad solo encontrarán un bosque de incomprensiones.

En el transcurso de estas líneas hemos hablado de tres condiciones o etapas por las que
debe pasar necesariamente todo hombre que desee conseguir la Iniciación Real, las cuales

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tienen una clara correspondencia con las etapas de la iniciación en la Escuela Pitagórica:
Preparación, Purificación y Perfección. Podemos resumir todo lo que precede diciendo
que la iniciación implica tres condiciones que se presentan en modo sucesivo, y que se
podrían hacer corresponder respectivamente a los tres términos de «potencialidad», de
«virtualidad» y de «actualidad»: 1º, la «cualificación», constituida por algunas
posibilidades inherentes a la naturaleza propia del individuo, y que son la materia prima
sobre la cual deberá efectuarse el trabajo iniciático; 2º, la transmisión, mediante el
vinculamiento a una organización tradicional, de una influencia espiritual que da al ser la
«iluminación» que le permitirá ordenar y desarrollar esas posibilidades que lleva en él;
3º, el trabajo interior por el que, con el concurso de «ayudas» o de «soportes» exteriores,
si hay lugar a ello, y sobre todo en las primeras etapas, este desarrollo será realizado
gradualmente, haciendo pasar al ser, de escalón en escalón, a través de los diferentes
grados de la jerarquía iniciática, para conducirle a la meta final de la «Liberación» o de
la «Identidad Suprema».

DISQUISICIÓN 7

DE LA INICIACIÓN VIRTUAL A LA INICIACIÓN REAL

El profano que ha solicitado la Iniciación Masónica debe estar claro que la ceremonia de
la misma, apenas marca el comienzo hacia la búsqueda de una Iniciación Efectiva que
demuestre la realidad de lo que en un comienzo solo ha sido un estado de Virtualidad.
Cuando decimos Virtual nos referimos a algo que solo existe en el mundo de las ideas
abstractas, y el paso a lo Efectivo o Real es cuando estas ideas pasan a planos de
manifestación tangibles. Entre las condiciones de la Iniciación, el Vinculamiento a una
organización tradicional o iniciática es suficiente para la Iniciación Virtual, mientras que
el trabajo interior que debe llevar a cabo el recién iniciado concierne propiamente a la
Iniciación Real, que en otras palabras correspondería al desarrollo en acciones de las
posibilidades a las que la Iniciación Virtual da acceso. Por consiguiente, la Iniciación
Virtual vendría a ser la Iniciación etimológicamente hablando, es decir, como una entrada
o un comienzo, esto no quiere decir de ninguna manera que pueda considerarse esta
Iniciación como algo que se basta a sí mismo, sino que es el comienzo necesario para

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todo lo demás, ya que cuando hemos entrado en la vía, todavía es menester esforzarnos
por seguirla, y mucho más allá, seguirla hasta el final. Así que, como dice Guénon, entrar
en la vía es la Iniciación Virtual; seguir la vía es la Iniciación Real. Lamentablemente
muchos se quedan apenas en el comienzo, y en mucho de estos casos se deben a la poca
enseñanza que reciben, que no le permiten pasar de lo Especulativo (lo teórico) a lo
Operativo (lo practicado en acciones). Resumiendo un poco lo dicho anteriormente, la
Iniciación Real es el paso de la teoría a la práctica, o lo que es lo mismo, del estudio
especulativo de los símbolos a la operatividad de la puesta en práctica con el trabajo
interior, es decir la Iniciación Real no se habla, sino que se demuestra con las acciones,
por lo tanto un Mason esta obligado a buscar la Iniciación Real, ya que cada uno de
nosotros ha jurado “demostrar por la rectitud de mis acciones mi Incorporación en la
Masonería”.

Especulativo Iniciación Real Operativo

Estudio de los Símbolos Trabajo Interior

En Apercepciones sobre la Iniciación encontramos lo siguiente: mientras no se hace más


que especular, incluso ateniéndose al punto de vista iniciático y sin desviarse de él de una
manera o de otra, uno se encuentra en cierto modo encerrado en un callejón sin salida,
puesto que con eso no podría rebasarse en nada la iniciación virtual; y, por lo demás, ésta
existiría también sin ninguna especulación, puesto que es la consecuencia inmediata de
la transmisión de la influencia espiritual. El efecto del rito por el que se opera esta
transmisión es diferido, como lo decíamos más atrás, y se queda en el estado latente y
«no desarrollado» en tanto que no se pase de lo especulativo a lo operativo; es decir, que
las consideraciones teóricas, en tanto que trabajo propiamente iniciático, no tienen valor
real más que si están destinadas a preparar la realización; y, de hecho, son una preparación
necesaria, pero es precisamente eso lo que el punto de vista «especulativo» mismo es
incapaz de reconocer, y por consiguiente, es precisamente de eso de lo que no puede dar
ninguna consciencia a aquellos que se limitan a su horizonte.

Debemos estar claros que el Grado de Aprendiz es necesario más no suficiente para lograr
este cometido, para ello se necesita fusionar toda la enseñanza esparcida por el
simbolismo de los Tres Grados. La Masonería exige dinamismo, ya que para lograr el
acervo de la sociedad en que se vive, se necesita estar en una constante puesta en práctica
de los preceptos y enseñanzas de la Orden. El Masón esta encargado de continuar la obra
empezada por los que le precedieron, en beneficio de los que tras él le sucedan. Esto no
se logrará con una simple habladuría, haciendo uso de la más adornada Retórica, sino
mediante una inmersión en la médula del problema. Es muy fácil sentarse a estudiar y
especular los símbolos, incluso te pueden dar cierta erudición, solo tienes que leerte
algunos libros y tener un poco de imaginación, pero a la final sólo seremos un simple
erudito con aires de sabio. En el mundo profano las personas son muy fáciles de
sorprender por el simple hecho de tener una cierta cantidad de conocimientos, por lo tanto
aquel que quisiera ser reconocido por eso no necesariamente tiene que Iniciarse en la
Masonería, muy bien lo puede hacer por sus propios medios. La Masonería no busca una
acumulación de conocimientos, para ser reconocido como Masón es menester buscar la
manifestación de esos conocimientos. Para el Masón es muy fácil hablar de la Virtud,
pero la Orden nos exige “practicar las virtudes más dulces y bienhechoras”. No podemos

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quedarnos en planificaciones u observando las herramientas, debemos actuar sobre
nosotros mismos para luego actuar sobre la sociedad. Recordemos que para un Masón
“Cada ocasión de ser útil que no aproveche, es una infidelidad que comete” y que “Una
voz interior le indica al ser humano que las fuerzas del alma le han sido dadas par
emplearlas en el servicio del bien. La practica conforme a este sentimiento, es lo que
indica la palabra VIRTUD”.

Para finalizar transcribo este fragmento del Kybalion: “La posesión del Conocimiento, si
no va acompañada por una manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo
mismo que el enterrar metales preciosos: una cosa vana e inútil. El Conocimiento, lo
mismo que la Fortuna, deben emplearse. La Ley del Uso es universal, y el que la viola
sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales”.

DISQUISICIÓN 8

A LAS PUERTAS DEL TEMPLO TOCAN PROFANAMENTE

Al iniciarnos en la Masonería empezamos a distinguir dos mundos: por una parte tenemos
el llamado Mundo Profano y por la otra el Mundo Iniciático; el primero representa Caos
y el segundo simboliza al Orden. Todo mortal desde su nacimiento se desenvuelve en un
ambiente sobresaturado de una serie de normas, paradigmas, prejuicios y dogmas
religiosos, los cuales van marcando su crecimiento y le dan una cierta personalidad para
desarrollarse en dicho ambiente. Este ambiente le permite al hombre juzgar, y tomar sus
propias decisiones en virtud de lo que le parezca más conveniente. El mundo tal como lo
conocemos, no es más que un sistema que busca la corrupción interna de las personas,
disfrazando todas sus armas bajo aspectos de caridad, solidaridad, benevolencia,
honradez, entre otros. Es muy fácil darse cuenta de lo corrompido que se encuentra el
mundo en nuestros días, y es sorprendente ver como las personas, estando conciente en
la mayoría de los casos de la existencia de los vicios de este sistema, se entregan a ellos
como la única forma de hacerse felices. Pero ¿Por qué ocurrirá esto? Varios aspectos

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pueden dar una idea hacia la respuesta a esta pregunta; primeramente, este sistema se ha
venido arraigando en la sociedad desde hace miles de años, lo cual le ha permitido ir
mutando y adaptándose a todas las etapas de la historia, ya es un ente con unas raíces muy
profundas, que se mantienen abonadas por las ansias de poder y dominio, que existe en
la sociedad. Luego tenemos lo acostumbrado que se encuentra el hombre moderno a este
sistema, y esto no es de extrañarse, ya que debido a la antigüedad del mismo, ha originado
una simbiosis con el hombre permitiéndole adueñarse de su Razón. Esto lo podemos
visualizar mas fácilmente con una pequeña alegoría: a veces nos ocurre que llegamos a
un sitio impregnado con un cierto olor, pero al ir pasando el tiempo nuestro organismo va
asimilando este olor y llega el momento cuando el olor sigue presente pero ya nosotros
no lo percibimos, y esto se debe a que ya estamos sobresaturados de dicho olor, lo cual
es muy peligroso, ya que si fuera un gas letal, nos podría ocasionar la muerte. En similar
circunstancia se encuentra el hombre moderno, ya su Razón se encuentra contaminada al
exceso con todos los males que aquejan a la sociedad que simplemente ya no los percibe
y los llega a ver como algo normal. Por último, podemos decir que parte de la corrupción
del hombre se debe a su poco interés hacia su propio perfeccionamiento espiritual, ya se
ha acostumbrado al sistema, el cual a veces le da grandes amistades, grandes amores,
diversiones, sonrisas, pero le oculta la daga del fracaso, la traición, la envidia, el desamor;
que cuando llega a penetrar en su interior lo lleva a la destrucción inmediata, en otras
palabras el sistema es la gran obra teatral llena de Ilusiones y Sueños, que algún día se
desvanecen y traen el colapso moral y psicológico de las personas. Pero existen personas
que pueden percibir que hay algo más allá de este sistema. Perciben Orden y buscan unirse
a él. Acostumbrados a vivir en tinieblas desean conocer la Luz. Para estos hombres se
fundó la Masonería.

Cuando tocamos por primera vez a las puertas del Templo, lo hacemos como
normalmente tocamos una puerta cualquiera, no somos concientes del desorden mostrado
en esos toques. En el interior del Templo los trabajos se llevan en un plano sagrado donde
el tiempo y el espacio físico ya no existen, donde las energías se encuentran en un rango
de estabilidad total, o deberían estarlo. Dentro del Templo está el Mundo Iniciático, en el
cual siempre debe reinar el Orden; de allí que cuando el profano toca a las puertas se crea
una distorsión en las vibraciones que se mueven entre cada uno de los
QQHHpresentes. El GTIreconociendo la presencia de un representante del
sistema alerta a todos los QQHH: A las puertas del Templo tocan profanamente.
Tocar profanamente significa estar contaminado con todos los males que atormentan al
vulgo profano, no es solamente estar influenciados por estos, sino más bien ya estar
comportándonos según sus normas y leyes. Todo Masón debe tener mucho cuidado de no
dejarse contaminar por estos intereses mezquinos, los cuales se mueven como el enemigo
silencioso, su poder es directamente proporcional al grado de inconciencia que tenga la
persona, ya que estos atacan los puntos neurálgicos de la personalidad, en donde se
encuentran los centros del Ego y la Vanidad. Esta es su carnada, si el hombre la pesca se
entregará a sus infames apetitos, conocerá la cara de un mundo que lo alaba, le da
comodidades, lo premia, lo eleva a un plano de altas relaciones, pero estará ciego a la cara
de la hipocresía y el engaño, es decir, el Mundo Profano vendría a ser como el falso amigo
que nos brinda bendiciones y después estampa en nuestras mejillas el beso de Judas. Todo
Masón debe estar alerta a estos ataques, ya que cuando estamos en contacto con ellos,
somos bombardeados por la Indiscreción de los Profanos, y si no estamos realmente a
cubierto, estos ataques penetran en nuestro plano de manifestación, y al igual que un virus
penetra en nuestro organismo y lo enferma, de igual forma pasamos a estar contaminados,
y por lo tanto empezamos a Tocar Profanamente.

22
Debemos tener presente que siempre estaremos ante la presencia de la Indiscreción de los
Profanos, ya que siempre existirán aquellos que tratarán de sacarnos del camino buscando
generar la duda dentro de nosotros, debido a que este sistema no deja que alguien se le
libere tan fácilmente. Sus técnicas son muy avanzadas, y como ya se dijo son más
poderosas en virtud de la inconciencia e ignorancia que tengamos. Sus garras buscan
eliminar en las personas primeramente la capacidad de juzgar, y por ende la de discernir,
haciéndolas vulnerables a cualquier ataque exterior, es como si eliminara su sistema
inmunológico. El Mundo Profano, en base a una mentira, puede crear todo un conjunto
de creencias que pueden llegar a tener el carácter de una verdad inmutable, con una lógica
tal, que no permite ponerla en duda, y es así como esa mentira logra entrar fácilmente en
la mente de una persona. Que lastima sería que un Masón fuera contaminado por algo
similar, o lo que es peor, que nunca se hubiera buscado liberar de este sistema, y que cada
vez que da el tocamiento a un QHlo haga profanamente.

El Mundo Profano es el mundo de las caras dobles, y de esto nos instruyen nuestro
Rituales. Durante el primer período de la vida “El joven esta rodeado de obstáculos y
expuesto continuamente a extraviarse del camino de la virtud. Los vicios tratan de
seducirle; el deseo de adquirir, la ambición, la amistad misma, se le presenta bajo faces,
ya de exageración, ya de error, y necesita la mano de un verdadero amigo que le sostenga
y le impida extraviarse”. En el segundo período de la vida el hombre está llamado a ser
su propio mentor, lo cual hace las cosas un poco más difícil, ya que una base débil y
desviada puede acarrear el colapso de la construcción, por ende el hombre debe buscar
seguir y aprender mucho de esa mano amiga que le guía en sus primeros pasos, que no
puede ser otra que su propia Conciencia. En este segundo período “Las pasiones y los
intereses chocan continuamente con nuestros deberes. Ya nos reclama una falsa amistad
servicios con traición a nuestros deberes, ya se nos abren falsos caminos para obtener
riquezas en pagos de un desliz. Ya nos premian falsos crímenes con altos puestos: allí es
donde el hombre esta llamado a combatir y vencer”. En estas últimas líneas se resume
mucho lo dicho anteriormente. Estamos llamado a un combate contra estos ataques,
debemos vencer la Indiscreción de los Profanos, para así no Tocar a las Puertas del
Templo Profanamente. Todo Masón debe aceptar este combate, el que no lo sostuviere
con firmeza, tiene hurtado este nombre. La mejor forma de combatir es siguiendo el
camino de la Virtud, el cual incluso es delicado, ya que fácilmente podemos creer lo falso
por verdadero, y de esto nos da una idea la definición de Virtud: “Es el esfuerzo que
domina las pasiones, para que exista debe haber lucha contra ellas, y no debe
confundirse con la honradez, la benevolencia y la caridad: la primera se halla a menudo
en los apáticos, la segunda, en los débiles, y la tercera pede unirse con el vicio; y ningún
apático, ningún débil, o ningún vicioso es virtuoso”. Sepamos juzgar y discernir
QQHHpara así poder vencer.

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DISQUISICIÓN 9

¿DE DONDE VENÍS, HMÍO?

La primera pregunta del Catde Apry su respuesta, nos plantea una búsqueda profunda
de su por qué, ya que está demás decir que a primera vista nos parece algo extraña y
misteriosa. Al Aprendiz durante su carrera en el PrGrle corresponde buscar la
respuesta a la pregunta ¿De Donde Vengo?, lo cual lo puede llevar a sus raíces sociales,
antropológicas, religiosas, entre otras, que no pasan de ser más que un punto de vista
exotérico; la corteza de lo que realmente esta pregunta nos invita a descubrir. El Cat es
claro en el llamado a vivir el simbolismo y despertar, con el esfuerzo individual y el
egregor colectivo, a la intuición, para así complementar el pensamiento racional
deductivo, por una forma de pensamiento inductivo, que se guíe por los dictados de la
Conciencia; la clave de esta pregunta esta en la L de SJ, respuesta que rápidamente
nos da una idea del fuerte simbolismo mediante el cual la Masonería guarda sus elevadas
enseñanzas, y que solo el buscador incesante podrá ir descubriendo; pero ¿Qué será lo
que nos guarda esta respuesta?, trataremos de dar algunas ideas, dejando abierta las
puertas a futuras interpretaciones.

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Venimos de una Iniciación que es el vinculamiento puro y simple a una organización
iniciática, vinculamiento que implica esencialmente la transmisión de una Influencia
Espiritual, y los medios que podrán ponerse en operación después para contribuir a hacer
efectiva una iniciación que primero no será mas que virtual. Como podemos ver el
iniciarse en la Masonería no implica ser un verdadero iniciado, debemos tener y
desarrollar ciertas cualificaciones que bien asimiladas nos darán las llaves de la verdadera
iniciación, y algo de esto ya nos lo hacia saber Jel B, cuando decía que él bautizaba
con agua pero que este no era el verdadero bautizo, el cual era con fuego y le correspondía
al maestro transmitirlo. Entonces ¿de donde venimos? Venimos de una iniciación que no
es mas que virtual y que sólo por medio del trabajo individual para entender la
correspondencia con nuestro creador, y la inmersión en lo más profundo de nuestro ser,
podremos encontrar esa llama sagrada que nos permitirá acceder a otros estados de
manifestación de nuestra individualidad, que es el despertar de nuestra Conciencia, la
verdadera Iniciación. Jesús entregó las llaves simbólicas del conocimiento exotérico a
San Pedro, y a San Juan las simbólicas del conocimiento esotérico, de allí que cuando en
algún rito masónico, se interroga sobre nuestra procedencia, la respuesta siempre será de
una Lde SJ, es decir, de una Escuela de Alta Iniciación Esotérica donde se Elevan
Templos a las Virtudes y de Cavan Calabozos.

Venimos de un estado primordial, donde la Unidad era la medida de todas la cosas, y por
lo tanto no había razón de ser de la división y las dualidades; siendo el hombre a su vez,
la imagen y semejanza del GADU, ya que ambos formaban un solo Ser, pero por
los errores cometidos por el hombre, y su diferenciación entre el Bien y el Mal, devino
en una degeneración de su naturaleza, perdiéndose temporalmente ese estado de
perfección, siendo el fin de la Iniciación la restitución de ese estado primordial, quedando
claro que no es una tarea fácil. Al comienzo de la creación el GAextrajo la Luz de las
Tinieblas, en otras palabras de un Caos inicial generó un Orden, hoy día el hombre
moderno con la degeneración espiritual vive en un caos exterior e interior, pero este es el
requisito para que se genere una voluntad de cambio, viviendo en las Tinieblas es que se
genera el Deseo de conocer la Luz. Este deseo lleva al hombre a buscar un equilibrio que
trasciende al mundo profano de las dualidades, es bueno acotar que al decir SJ, como
símbolo representa a los dos JJel By el Esiendo para algunas culturas derivaciones
del bifrontal dios Jano. Es decir, el Masón viene de un caos y una crisis interior, del
desierto de la materia, pero al reconocer su origen divino busca la mejora de su estado a
través de la Iniciación, que le transmitirá una vibración llamada Influencia Espiritual que
lo ayudará a Ordenar el Caos. Pero para merecer la Iniciación el aspirante debe poseer
una serie de aptitudes especiales, cualificaciones iniciáticas, para que pueda sobrepasar
los limites de su propia individualidad.

La exigencia de estas cualificaciones las denomina el QHFermín Vale Amesti el


“Bautismo de S J, que tiene relación con el simbolismo de Jel B, la Voz que
clama en el desierto, y que se refiere al estado de incertidumbre e inconformidad del
aspirante, en relación al mundo que lo rodea. No esta satisfecho con todo cuanto se le ha
impuesto desde niño: creencias, conceptos e ideas respecto al hombre, razón de ser, su
destino o devenir, las enseñanzas con respecto a la Divinidad, el Alma, el Mas Allá, etc.,
al mismo tiempo que tiene un vehemente deseo de saber, de aprender y comprender, de
investigar. Es una especie de crisis interior que refleja una situación anímica como la de
quien clama por un estado anímico-espiritual de una naturaleza superior, que no sabe
definir, pero que intuye la posibilidad del logro. Tiene un profundo anhelo de buscar algo,
que apenas vislumbra o intuye, pero que no alcanza a explicar con palabras. Es
precisamente esta actitud interior la que permite al profano iniciable, comenzar con buen

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pie la primera etapa su nueva vida espiritual de nacido-nuevo (Neo-fito). Jel Bes la
figura simbólica que corresponde al principio innato en cada uno de nosotros que percibe
las posibilidades espirituales que podemos alcanzar y que nos permite desembarazarnos
de los pensamientos que estorban y que suelen consumir el entusiasmo que necesita el
Neófito en la primera etapa de su desarrollo y obscurecen la límpida comprensión que
abre camino al advenimiento de lo excelso en nosotros”.

Ahora tratemos de profundizar un poco más el simbolismo oculto tras esta misteriosa
pregunta y para ello haremos uso de lo dicho en nuestros Rituales. Una de las preguntas
que se hacen en la solicitud de ingreso a la Orden es sobre la creencia en la Inmortalidad
del Alma, la cual por lo general es respondida afirmativamente, tal vez sea porque
realmente se cree o simplemente por miedo a responder negativamente y ser rechazada la
solicitud. Lo cierto es que la creencia en la Inmortalidad del Alma, implica la creencia en
un tiempo cíclico y no lineal como piensan muchas religiones y sistemas filosóficos. El
tiempo cíclico implica un complejo sistema de vidas sucesivas, donde nuestra alma busca
el perfeccionamiento, y llegado ese momento se reintegra al Ser Supremo. Ya la escuela
pitagórica hablaba de la Metempsicosis o la Trasmigración de las Almas, mediante la cual
un alma pasaba de un cuerpo a otro. Pero aquí hablamos de un concepto algo diferente,
donde el alma va pasando por una serie de planos de manifestación en busca de la
liberación absoluta de esos mismos planos, es decir, cuando deja definitivamente el plano
físico, para luego pasar al plano astral y por último llegar al plano espiritual y su
reintegración. Pero para llegar a ese estado debe pasar por una serie de vidas en virtud de
los progresos alcanzados. El concepto de la Inmortalidad del Alma sugiere ese Eterno
Retorno al que estamos condicionados. Este evento cíclico se nos enseña en la definición
de Moral, en la cual se dice “alargándose la existencia del hombre y el radio de su acción,
puede acrecentar el acervo de la sociedad en que vive, correspondiendo de ese modo al
esfuerzo de quienes le han precedido en la vida, en beneficio de los que tras él le
sucedan”. Es decir, se nos habla de la continuación de una tarea ya emprendida, la cual
no es otra que la del perfeccionamiento de la sociedad en que vivimos. Por lo tanto
podemos decir que venimos de otras vidas, como un arquetipo que se va repitiendo, con
el propósito de seguir con el perfeccionamiento social. Esta tarea de perfeccionamiento
la debemos llevar a cabo en un espacio atemporal, que se ha venido presentando varios
diversos aspectos durante el transcurso de las eras, algunos lo llaman la Fraternidad
Blanca, pero los Masones lo conocen como la Logia de San Juan. Esta, también es un
arquetipo al que buscamos integrarnos cada vez que abrimos los trabajos en el Templo.
Como vemos la acción masónica se pierde en la noche de los tiempos. La Logia de San
Juan, como ya se dijo anteriormente, es una sociedad de grandes iniciados que nos han
precedido en la vida, allí es donde moran todos nuestros HHausentes, a los que el
VMhace alusión al abrir y cerrar los trabajos. Ella esta en todas partes y su centro en
ningún sitio. Hasta ahora podemos tener una idea de la profundidad de la respuesta a la
pregunta ¿De donde venimos? Si observamos las preguntas siguientes a esta en el Catde
Apvemos que se nos pregunta ¿Qué se hace en la Logde San Juan? Y la respuesta
nos llama a intuir que venimos de un lugar de muy superior al mundo profano: “Allí se
elevan templos a la Virtud y cavan calabozos para los Vicios”. Pero, si venimos de un
lugar tan perfecto como el definido entonces ¿Por qué decidimos entrar en la Masonería?
La respuesta es porque reconocemos que debemos continuar con la tarea del
perfeccionamiento, tenemos que venir de nuevo a traer SFUy a vencer nuestras
pasiones, someter nuestra voluntad, y lo que es más importante, hacer nuevos progresos
en la Masonería, es decir, cuando dejamos este plano de manifestación y vamos al
OEdebemos volver de una u otra forma a seguir la labor empezada. El que entendiera
estas cosas se daría cuenta de la razón de nuestra existencia, tal cual lo decía Julius Evola
cuando expresaba que “la razón de la existencia es el Eterno Retorno”. Entonces, ¿De

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donde venís, Hmío? Venimos del plano de los altos iniciados a seguir la labor empezada
por nosotros mismos. Venimos de un transitar de vidas sucesivas buscando nuestro
perfeccionamiento y el de la sociedad. Quedan las puertas abiertas para nuevas
interpretaciones.

DISQUISICIÓN 10

LOS SIGNOS DE UN MASÓN

Al oír de los Masones en el Mundo Profano por lo general nos encontramos con dos
posiciones bien marcadas: por una parte tenemos los detractores de la Masonería, que
sólo ven a los Masones como unos hombres dedicados a prácticas satánicas y hasta
sadomasoquistas, y por la otra parte encontramos aquellos que ven a los Masones como
unas personas preocupadas por su perfeccionamiento y que son ejemplos a seguir en la
sociedad. Lamentablemente la ignorancia y los prejuicios, los cuales en muchos de los
casos han sido promocionados por movimientos religiosos, han llevado al primer grupo
de detractores a generar estos comentarios, que más allá de dañar a la Orden, la encierra
más en el velo del misterio, y que sólo algunos elegidos pueden levantar. El juramento
llevado a cabo durante la Iniciación obliga al Masón a ser reconocido por la Rectitud de
sus Acciones, lo cual habla mucho del comportamiento que debe mostrar en cada
momento, de tal forma que le permita demostrar su incorporación a la Masonería, e
incluso la Constitución Masónica recomienda a sus adeptos la propaganda de sus
principios, mediante el ejemplo, la palabra e incluso por escrito, siempre y cuando se
observe la reserva al secreto masónico. La misma Constitución en su definición de la
Institución Masónica, nos dice los primeros Signos por los que debe ser reconocido un
Masón, y que no son otros que el de trabajar por el mejoramiento espiritual y material de

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la humanidad, y por su perfeccionamiento individual y social. Esto puede ser una rara
cualidad en los profanos, pero para un Mason es solamente el cumplimiento de un deber,
aunque hay personas que llevan a cabo estas labores sin para ello pertenecer a la Orden,
pero debemos recordar que Masonería es una forma de vida y comportamiento, lo cual
pudiera llevar a la existencia de Masones sin Mandil dedicados a la filantropía y a la
moral.

¿En que conoceremos que sois Masón? Esta pregunta engloba todas las normas de
conducta que debería seguir todo aquel que quiera elevar templos a las virtudes y cavar
calabozos para los vicios, y a su vez nos enseña que la condición de Masón no se da, sino
que debe hacerse reconocer como tal por parte de los QQHH. Seremos reconocidos
por nuestros SSPPy TT, es decir, por nuestras acciones, por nuestra forma de
dirigirnos a las demás personas, y por el trato que le tributemos. Un Masón no puede ser
un hombre que se mueva por la vida como un pordiosero, emitiendo cualquier tipo de
improperios y groserías y maltratando a todo aquel que se le atraviese, él esta obligado a
mostrar las más elevadas normas de conducta; en otras palabras debe ser un ejemplo de
rectitud. Los SSPPy TTse refieren a tres aspectos que debe buscar perfeccionar
todo Masón: sus acciones, su forma de hablar y el trato hacia sus iguales, y que vienen a
ser la parte más exterior del perfeccionamiento, ya que también seremos reconocidos por
las Circunstancias de nuestra Recepción fielmente hecha, lo cual se refiere ya al plano
iniciático, y al Orden que busca todo Masón a partir del Caos en que se desenvuelve, y
que sólo logrará desarrollando esa vibración inicial que se le transmitió durante la
Ceremonia de Iniciación. De lo dicho anteriormente podemos decir que seremos
reconocidos por nuestra Operatividad, la cual nos llevará a la Realización Espiritual,
siempre y cuando sepamos conllevar el aspecto Moral (los SSPPy TT) y el aspecto
Iniciático (las circunstancias de nuestra recepción fielmente hecha).

¿Cuáles son los SSde un Masón? El Catde Apindica que son la E, el Ny la P,
lo cual como todo en Masonería tiene una concepción Moral y otra Iniciática, aquí
hablaremos un poco del primer aspecto dejando el segundo para cuando se trate el tema
de La Apertura de la Logia. La E, el Ny la Prepresentan Justicia, Igualdad y
Tolerancia respectivamente. Un Masón debe ser Justo en dar a cada cosa la importancia
que se merece, y mostrar rectitud al momento que le toque juzgar cualquier situación,
siguiendo siempre los dictados de la Razón y de su Conciencia. Debe reconocer en cada
una de las personas que lo rodean, la misma manifestación del Ser Supremo que él
representa, y por lo tanto debe hacer reinar la igualdad entre cada uno ellos, lo cual a la
larga traerá como consecuencia el fortalecimiento de la Fraternidad. Nunca deberá
sentirse superior a nadie, ya que cada quien tiene sus propias potencialidades a desarrollar,
y eso sólo acarrearía que se dejara dominar por la vanidad y el orgullo. La Tolerancia tal
vez sea lo más difícil que le toque desarrollar a un Mason, y más aun en una sociedad
como en la que vivimos hoy en día, pero el esfuerzo siempre debe estar presente. Cada
quien tiene su forma de pensar y la defenderá por todos los medios, esto lo debe entender
el Masón y debe estar muy alerta a no caer en el juego sin sentido de buscar imponer su
posición ya que, siempre y cuando sus criterios estén bien racionalizados, él será el único
que sabrá si tiene la verdad o no, y los dictados ajenos no lo harán salir de su posición, y
es por ello que uno de sus SSes la Pya que no importa como sea movida su base, ella
siempre apuntará hacia abajo y se mantendrá recta.

Al momento de recorrer la PSdurante la Apertura y Cierre de la Logia, esta pasa por


los SSde un Masón, es decir, por la E, el Ny la P, las cuales son las joyas que
representan al VM, al PVy al SVrespectivamente, es decir, la acción de
recorrer la PSdeber pasar por estos tres aspectos, lo cual nos puede llevar a pensar
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que toda acción que debe realizar un Masón deber ser medida primeramente por estas tres
herramientas, para así no cometer el error de faltar a los preceptos de equidad, igualdad,
rectitud y templanza. La Esirve para comprobar las perpendicularidad entre dos caras
o planos; el Npara verificar la horizontalidad; y la P nos permite ver la verticalidad
de una elevación, y es curioso ver como la Ees la unión del Ny la P, por lo tanto
esto nos induce a pensar que un Masón debe meditar cada una de sus acciones
primeramente de una forma integral (E= N+ P) y luego cada uno de los pasos a
seguir por separado (el Ny luego la P). Todas las acciones llevadas a cabo por un
Masón deben producir una perfecta Piedra Cúbica, lo cual esta asegurado si nos movemos
por las enseñanzas sugeridas por estas tres herramientas, ya que estas nos permitirán
comprobar si realmente el efecto generado por estas acciones, es realmente Justo y
Perfecto.

Pidamos al GADUpara que nos permita reflejar estos SSy así cuando llegue el
momento en que se nos pregunte ¿Sois Masón? Responder con convicción y satisfacción:
Todos mis HHme reconocen como tal.

DISQUISICIÓN 11

LA APERTURA DE LA LOGIA

El Ritual de Apertura, así como el de Cierre de los trabajos en Logia, es quizás uno de los
más importantes dentro del simbolismo masónico. Él plantea los pasos necesarios para
pasar del mundo profano a un estado superior de existencia, o en otras palabras, pasar de
la apariencia a la realidad, siempre y cuando cumplamos con una serie de aptitudes y
disposiciones, de allí que la palabra ritual signifique DE ACUERDO A UN ORDEN. Es
penetrar en un plano supraespacial y atemporal, el cual se va creando y desarrollando
interiormente en cada uno de lo HH presentes en la T, proporcionalmente al grado de
concentración que se tenga para ese momento. Abrir los trabajos es abrir nuestra Logia
Interior, es hacer uso de las primeras palabras del axioma hermético Visita Interiora
Terrae…, pero para que esto sea posible debemos lograr la calma interior, abstraernos de
las preocupaciones profanas, de allí el mandato del VM al decir SILENCIO Y EN
LOGIA. El verdadero silencio interior es el que permite alcanzar el estado de atención
abierta a la voz interior, al conocimiento En Misterio, según palabras del QHFermín
Vale Amesti; por eso se dice que la atención provoca la lucidez. No se trata de una
atención forzada sino espontánea y voluntaria sobre algo que realmente nos interesa. Es
un estado de alerta en una dirección definida, lo que lo convierte de hecho en
concentración, que es la que encamina al conocimiento y a la toma de conciencia de lo
intemporal, es decir, conocimiento Espiritual que surge de lo profundo y devela la
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Verdad. En resumen, el SILENCIO es la vía hacia la Contemplación Espiritual (Y EN
LOGIA).

René Guénon en sus Apercepciones sobre la Iniciación nos dice que el Símbolo puede
ser visual, sonoro o estar en ritos y alegorías, y que sólo por medio de su meditación y
especulación podremos lograr llegar al Despertar del Hombre Interior y el alineamiento
de este con los Poderes del Universo que lo rodea, de manera consciente y efectiva. De
tal forma que debemos vivir y sentir lo que está pasando durante la Apertura de los
Trabajos, porque en ese momento se está llevando a cabo un momento sagrado de
expansión de nuestras potencialidades mediante fuerzas cósmicas que nos permitirán
acceder a las instalaciones de nuestro templo interior y estar en contacto con ese maestro
conductor que nos guío y protegió durante nuestra Iniciación. La creación del verdadero
egregor colectivo se dará en la medida en que todos los HH estén conscientes de que
estas cosas están pasando y que no es sólo un simple formalismo que sea necesario para
poder empezar la T.

¿Qué se ha dicho hasta ahora? Que la Apertura no es más que un estado de Meditación
especial, la cual nos llevará a una Concentración tal, que podamos ponernos en contacto
con nuestro Yo Interno, y sentir esas vibraciones energéticas que permitirán el logro de
la Gran Obra hermética: la transmutación de la materia; aquí entra en juego la segunda
parte del axioma …Invenies Ocultum Lapidem. Por lo tanto, es de gran importancia
despojarnos de todos aquellos pensamientos y preocupaciones que puedan desviar nuestra
atención, y solo dejar entrar aquellos pensamientos que puedan servirnos de obreros, en
lo más íntimo de nuestra conciencia.. Ningún pensamiento se halla sin influencia sobre el
carácter y la existencia, sino que ejerce, según su cualidad, una obra constructora o
destructora, tanto en el uno como en la otra. La educación masónica, y toda educación
individual, empiezan precisamente con el control y la selección inteligente de los
pensamientos que se admiten en nuestra mente. Como dice Lavagnini, no podemos evitar
que las aves vuelen sobre nuestra cabeza, pero si evitar que se posen en ella, y hagan su
nido sobre la misma. De la misma manera, hemos de evitar que en nuestra mente reposen
y descansen aquellos pensamientos que no reciben la aprobación de nuestro mejor criterio
y de nuestra conciencia más elevada; esto corresponde a la orden que le da el VM al
PVde asegurarse si estamos A CUBIERTO DE TODA INDISCRECIÓN DE LOS
PROFANOS. Ritualísticamente, el GTIle informa al PVy este al VMde
que se está cumpliendo esta condición, pero aquí me salta una duda que prefiero dejar al
aire: ¿Será que realmente estamos a cubierto, cuando vemos HHhablando y oímos
celulares sonando?

Pitágoras decía que para lograr la verdadera iniciación había que pasar por un proceso de
formación que le permitiera al iniciado ir desarrollando ciertas cualidades especiales, para
así pasar de lo virtual a lo real, es decir, para lograr el Despertar de la Conciencia se debe
contar con ciertas cualificaciones, es por esto que el VMse asegura por intermedio de
los VVigsi todos QQHHpresentes son AMRy están al O, lo cual es
necesario más no suficiente, ya que debe cumplirse con una condición temporal, lo que
Pitágoras denominaba las Tres P: Preparación-Purificación-Perfección, lo que lleva al
VMa preguntar la E y el tiempo necesario para llevar a cabo la Obra, la cual
comienza en el momento que se logra el contacto con nuestro Maestro Interior, el
SILENCIO Y EN LOGIA, y podamos recibir la mayor Iluminación Espiritual: el
Mediod.

El diálogo que sigue entre el VM, los VVig y los DDiac, es netamente astrológico
y astronómico, lo cual nos lleva a especular sobre el acto cósmico que se está llevando a
30
cabo, donde se pasa del tiempo profano aun tiempo sagrado como ya se dijo más arriba.
En otras palabras es la puesta en correspondencia entre el Microcosmos y el
Macrocosmos, necesaria para la Creación y la Recreación de nuestro Templo Interior,
como lo dice el SV. Esto queda corroborado en el momento en que el VM en
virtud de los PODERES CON QUE ESTA INVESTIDO hace la invocación del egregor
generado por la concentración de los HH PRESENTES y de fuerzas de orden superior
y trascendental representadas por los HHAUSENTES, que han sido todos aquellos que
desde la noche de los tiempos han perpetuado la Cadena Iniciática, de la cual el VM
es sólo un ente transmisor. Después que logremos estas correspondencias atemporales es
que podemos declarar que hemos ABIERTOS LOS TRABAJOS.

Un aspecto especial y de mucho simbolismo es el referente al recorrido de la PS, ya


que encierra el misterio de nuestros Rituales. Al abrir la Logia lo que se hace es poner en
funcionamiento un Rito mediante la aplicación de un Ritual, que activa un símbolo que
representa a la construcción, a este símbolo arquetípico los Masones lo llaman Logia de
SJ. Desde las noches de los tiempos los Masones están elevando el Templo Universal
y su propio Templo Individual, de allí que nuestros Rituales sean eminentemente
constructivos. Los Rituales de Construcción repiten el acto primordial de la construcción
cosmogónica. En nuestros Rituales de apertura y cierre esto lo vemos reflejado en el
recorrido de la PS, ya que para la edificación de los Templos necesitamos primero
lograr que nuestra piedra sea perfectamente cúbica, para ello primero verificamos,
haciendo uso de la E, que los ángulos entre las caras sean rectos, esto se encuentra
simbolizado en el momento en que el VMle da la PSal PD. Esta
comprobación integral no es suficiente, y se debe proceder a verificar la horizontalidad
de las caras, lo cual se lleva a cabo mediante la transmisión de la PSdel PDal
PVy de este al SD, el cual es el encargado de llevarla al SVque por medio
de la Pse asegurará que las caras sean verticales. Luego que esta piedra es tres veces
verificada es que podemos asegurarnos de su perfección, y de que es apta para empezar a
formar parte del Templo Universal. La comprobación por la Enos dice que es Justa, y
la verificación por el Ny la Pnos dice que es Perfecta, de allí las palabras del SV:
Justo y Perfecto VM. Debemos tener presente que para construir el Templo Universal
primero debemos elevar nuestro Templo Individual; el primero se edifica mediante el
aporte de cada una de nuestras piedras cúbicas individuales, lo cual nos lleva a inducir
que nuestro Templo Individual no se eleva mediante varias piedras, sino más bien por una
sola, es decir, nuestro Templo Individual es la propia Piedra Cúbica, la cual simboliza
nuestra Individualidad.

A mí modo de ver las cosas el Mde Ces ese Principio Superior y Divino que mora en
nosotros y por medio del cual podremos desarrollarnos DE ACUERDO A UN ORDEN,
ya que él es el que vigila que todo se lleve como lo dice el Ritual, y es con la ayuda de
ese Principio unido a la práctica del VITRIOLque se logrará la
Iluminación (El Encendido de las Luces), que nos permitirá entender el Plan trazado por
el GADU(La Apertura del T y el Vde la LS) y lograr el equilibrio entre
la Materia y el Espíritu (La Escuadra y el Compás).

QQHH, la Apertura de la Logia, es escuchar a ese Maestro Interior que es nuestra


Conciencia, lo cual nos puede llevar muchísimo o poco tiempo, en la medida que
logremos entender los pasos necesarios para llegar a esta meta, los cuales se deberían
cumplir según vayamos subiendo en la escala de Grados del Simbolismo. Quisiera
terminar este trabajo con un breve resumen para el cual voy a utilizar el Arcano II del
Tarot, La Sacerdotisa, ya que se adapta perfectamente a lo que se ha dicho.

31
La Sacerdotisa representa la Intuición, la cual se logra
mediante el estado de Concentración, en que ella se
encuentra, que en nuestro caso seria el SILENCIO Y EN
LOGIA. Su virginidad simboliza el estado de pureza en que
se encuentran sus pensamientos, sentimientos, deseos,
mirada, palabras y gestos, es decir, ESTAR A CUBIERTO
DE TODA INDISCRECIÓN DE LOS PROFANOS.
Cuando logremos este estado interior, vamos a tener la llave,
la cual sostiene la Sacerdotisa en su mano izquierda, que nos
permitirá abrir nuestra Logia Interior y conocer los misterios
que en ella se ocultan, y vendrá por añadidura el Despertar
de la Conciencia; basándonos en la figura, sería lograr abrir
el libro que se encuentra en la mano derecha. Como ya
dijimos abrir la Logia es pasar a un estado supraespacial y
atemporal donde los opuestos se reconcilian, como lo dice la
doctrina hermética. Ponernos en contacto con nuestro
Maestro Interior, es buscar ordenarnos a partir de nuestro
caos, es reconciliar y unificar nuestros opuestos, de allí el
símbolo del Ying Yang sobre el libro y el manto que une a
las columnas. La sacerdotisa se sienta sobre una piedra simbolizando que cuando
logremos abrir y despertar la Conciencia y la Intuición es que podremos vencer a la
materia y la razón. La letra hebrea Beth que significa Casa, nos da la idea de que es a
través de la concentración que se puede adquirir la llave para abrir dicha Casa (Logia).
Termino con algunas palabras de Federico González referente al simbolismo de este
Arcano: “Es la Sabiduría detrás de los velos de las apariencias. Sentada como eje central
entre las dos columnas del Templo, desentraña las profundidades de las cosas gracias a
la intuición superior y al intelecto puro, que son los ojos con los que lee el Libro de la
Vida. Ella nos enseña a mirar en el interior de nosotros mismos, a guardar silencio
cuando se hace necesario callar, a penetrar las cosas buscando siempre la esencia de los
seres, y a conocer la Fe. No las creencias dogmáticas que sólo se imponen a los ciegos,
sino más bien aquella certeza que conoce quien haya sido tocado por la experiencia
espiritual, y que se guarda en secreto como un preciado tesoro. Es la Isis con Velo de los
egipcios, que se encuentra coronada como reina misteriosa cuyo corazón sólo puede
abrir la llave del conocimiento, al que llegaremos a través de la mirada interna que
propicia el trabajo iniciático”.

Como podemos ver, la Apertura de la Logia es ponernos en correspondencia con la Logia


de SJpara así llevar a cabo un acto constructivo, lo cual requiere de un espacio y de
un tiempo sagrado. Mircea Eliade en su libro El Mito del Eterno Retorno nos da algunas
ideas referentes a este acto constructivo, y que utilizaremos como reflexiones finales a
este tema. Los Rituales constructivos, como ya se dijo, imitan mas o menos
explícitamente el acto cosmogónico, por lo tanto estos ceremoniales suspenden la
duración del tiempo profano y lo transforman en un tiempo mítico o sagrado: desde
mediodhasta median. Los Rituales imitan un arquetipo divino y su actualización
continua ocurre en el mismo instante mítico atemporal. Sin embargo, los ritos de
construcción nos descubren algo más: la imitación, y por ende la reactualización, de la
cosmogonía. Una “Era nueva” se abre con la construcción de cada casa. Toda
construcción es un principio absoluto, es decir, tiende a restaurar el instante inicial, la
plenitud de un presente que no contiene traza alguna de “historia”. Claro está que los
Rituales de Construcción que encontramos en nuestros días son en buena parte
supervivencias, y es difícil precisar en qué medida les corresponde una experiencia en la

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conciencia de quienes las observan. Pero esta objeción racionalista es desdeñable. Lo que
importa es que el hombre sintió la necesidad de reproducir la cosmogonía en sus
construcciones, fuesen de la especie que fuesen; que esa reproducción lo hacía
contemporáneo del momento mítico del principio del Mundo, y que sentía la necesidad
de volver con toda la frecuencia que fuera posible a ese momento mítico para regenerarse.
Muy perspicaz sería quien pudiera decir en qué medida los que en la actualidad observan
los rituales de construcción están capacitados todavía para participar en su misterio.

DISQUISICIÓN 12

EL TRABAJO DEL APRENDIZ

Al entrar en la Masonería aceptamos el reto de perfeccionarnos espiritualmente y luchar


contra todos los vicios y las pasiones que a diario nos acosan y buscan desviarnos de
nuestra meta. Este el trabajo que buscamos como Masones, el cual es todo un proceso
progresivo a través de los Grados que forman la Masonería Simbólica: Aprendiz,
Compañero y Maestro. Estos grados se solapan uno con otros, y por lo tanto parte del
trabajo de uno coincide con el Grado siguiente. Al Aprendiz se le entregan tres
herramientas que lo pueden llevar a pensar que su principal tarea es la de empezar a
desbastar su Piedra Bruta, así sea de una manera desordenada. Todo aquel que comienza
un trabajo primero debe buscar la forma de conocer en que consiste dicho trabajo y que
se necesita para llevarlo a cabo, es decir, debe hacer un estudio previo antes de comenzar
a trabajar. Por ejemplo, un operador de una máquina-herramienta debe primero conocer
la máquina con que va a empezar a trabajar, incluso si tiene muchos años de experiencia,
ya que así logrará adaptarse a ella y poder realizar un buen trabajo; por lo tanto, en el caso
del Aprendiz, lo primero que tendría que hacer es conocer el uso de las herramientas que
se le entregan, y mucho más importante, conocer su Piedra Bruta, lo cual difiere un poco
en la concepción acostumbrada de que el trabajo del Aprendiz es Desbastar la Piedra
Bruta, más bien este es la finalidad de su trabajo, y así entramos en la zona donde se
superponen los Grados de Aprendiz y Compañero, correspondiéndole al segundo el
trabajo de desbaste. En resumen, el trabajo del Aprendiz es conocer su Piedra Bruta y sus

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Herramientas, para luego empezar los primeros martillazos sobre el cincel, y si
comprueba el dominio de esta práctica, solicitar su aumento de salario.

Primeramente hablaremos de la Piedra Bruta, para lo cual imaginémonos un pedazo de


piedra deforme; ella, a pesar de sus irregularidades, guarda potencialmente en su interior
un perfecta Piedra Cúbica, pero para llegar a ella, primero se debe eliminar todas las
imperfecciones que la rodean, por lo tanto la Piedra Bruta es el recubrimiento de la Piedra
Cúbica, o en otras palabras, sería como el disfraz que oculta a la persona que lo tiene
puesto. ¿Qué simboliza todo esto? La Piedra Bruta es nuestra Personalidad, la cual se
forma mayoritariamente por aspectos exteriores a nosotros, es decir, por nuestra crianza
familiar, por la educación recibida, la religión practicada, y por toda una serie de
situaciones que nos toca vivir durante nuestro crecimiento, los cuales se van adhiriendo a
nuestra Individualidad, que es la simbolizada por la Piedra Cúbica. Ya con lo dicho
podemos ir creándonos una idea de la primera parte del trabajo del Aprendiz, que es la de
Conocerse a sí mismo, pero que en una primera etapa lo llevará a conocer su Personalidad
o Apariencia, por lo tanto no obtendrá la respuesta completa a la pregunta ¿Quién Soy?
Primeramente conocerá todas las imperfecciones que tiene como una consecuencia de sus
vivencias en el Mundo Profano, y en la medida que las vaya descubrimiento irá gestando
la respuesta a la pregunta ¿De donde vengo? La cual es la pregunta fundamental a la que
el Aprendiz le debe buscar su respuesta, de allí que la primera interrogante de su Catsea
¿De donde venís, Hmío? Este reconocimiento de nuestras imperfecciones no comienza
como tal al iniciarnos en la Masonería, sino que comienza en esa etapa de transición en
la que tomamos la decisión de tocar las puertas de la Orden, ya que en ese momento nos
dimos cuenta que estábamos en tinieblas y deseábamos conocer la Luz.

El Conocerse a sí mismo es quizás la más difícil tarea que debe llevar a cabo el Aprendiz,
ya que tiene que luchar contra sus propios temores para poder llegar a abrir las puertas de
su ser interior, y ya lo decía Jesucristo “es más fácil ver la pajilla que tiene tu vecino en
el ojo, que lograr ver la viga que tienes tú en el tuyo”; se nos hace muy fácil criticar a los
demás sus defectos pero no logramos ver que nos estamos hundiendo en los nuestros.
Debemos aceptar las luchas contra nuestros propios conceptos y creencias para hacernos
superiores a ellos y vencerlos, y en la medida que esta lucha de sus frutos iremos
descubriendo los grandes misterios que guarda la piedra oculta que se encuentra en
nuestro fuero interno. Dice la doctrina hermética en su Principio de Correspondencia que
“Como es Arriba es Abajo, Como es Abajo es Arriba” guardando este principio muchas
enseñanzas interesantes. Como es Arriba, la Divinidad-el Todo-el GA, es Abajo,
nosotros mismos-nuestro entorno, significado esto en cierta forma una relación directa
entre nosotros y la divinidad, y en la medida que nos conozcamos estaremos entendiendo
el Plan Sagrado del Ser Supremo, el cual está oculto en cada uno de nosotros y nuestros
semejantes. Con la ayuda de este principio logramos darnos cuenta que ante las preguntas
del Cuarto de Reflexión sobre nuestros deberes para con Dios, nosotros mismos y
nuestros semejantes, la respuesta que envuelve a las tres no es otra sino: Conocerlos y
Conocernos. Este Conocerse a sí Mismo, trae un perfeccionamiento que consiste en
exteriorizar, y manifestar a la Luz, las gloriosas posibilidades de nuestra Individualidad,
despojándonos de los defectos, errores, vicios e ilusiones de la Personalidad, el antifaz
que esconde a nuestra verdadera naturaleza. En esta labor el Aprendiz adquiere una
naturaleza doble, es a su vez el Sujeto que conoce y el Objeto que se va a conocer.

Hemos hecho alusión al Principio de Correspondencia, el cual nos permite a inducir que
en nuestra Individualidad se guarda las más altas potencialidades, que nos permitirán
continuar la tarea empezada por nuestros predecesores, en virtud de los planos trazados
por el GADU. Dichas potencialidades son las simbolizadas por las herramientas

34
que se le entregan al Aprendiz, que como ya hemos dicho primero debe reconocer que las
posee y como las va a utilizar. Según palabras de René Guénon, estas herramientas serían
las cualificaciones iniciáticas que debe tener todo aquel mortal que solicite su admisión
a una organización iniciática, esotérica, simbólica y tradicional, como lo es la Masonería.
Por lo tanto el Aprendiz debe buscar sus propias herramientas interiores, poco a poco con
el estudio metódico y progresivo de las primeras enseñanzas que se le dan; podrá ir
dándose cuenta de cuales son realmente las herramientas que posee para enfrentar la
difícil tarea de vencer sus pasiones, someter su voluntad y hacer nuevos progresos en la
Masonería. Algunos se darán cuenta que pueden profundizar un poco más, otros se
conformaran con las enseñanzas dadas, habrá otros que lamentablemente no entiendan
nada y terminarán dejando la Orden, es decir, cada quien descubrirá cual es su ritmo.
Estas potencialidades y cualificaciones a las cuales hemos hechos alusión, están
simbolizadas por el Cincel que, como dice el Cat, es emblemático de aquellos talentos
más refinados, que cuando se cultivan, producen un hombre educado, y por lo tanto digno
de una sociedad bien organizada. Reconocido el Cincel, el Aprendiz debe tener la
voluntad de querer utilizarlo, ya que esta es como la chispa que vivifica esas
potencialidades, es la fuerza de nuestra conciencia, la cual debiera hacernos evitar el
acoso de todo pensamiento vano e impropio, es decir, de todas aquellas indiscreciones de
profanos que buscarán hacernos dudar de nuestras potencialidades y desviarnos de la
senda de la Virtud. Siempre y cuando tengamos la voluntad de cambio simbolizada por
el Mazo, podremos ir avanzando hacia la consecución de que nuestras palabras y acciones
puedan ser puras e inmaculadas, para ello debemos saber distribuir nuestro tiempo y
lograr un verdadero equilibrio entre nuestras labores familiares y de trabajo profano, y
para nuestros estudios masónicos, tal cual nos lo enseña la Regla de 24 Pulgadas, para
así no dejarnos absorber por las preocupaciones que atormentan al vulgo profano, y que
de una u otra forma convivimos con ellas. Solo cuando logremos conocer y dominar estas
tres herramientas es que podemos decir que estamos capacitados para el desbaste de
nuestra Piedra Bruta.

Nos queda hablar de los primeros martillazos que tiene que dar el Aprendiz, los cuales
deben tener una finalidad en particular, y para ello el Aprendiz debe conocer la filosofía
del primer grado, ya que esta le indicará que es lo que se busca dominar en los primeros
años dentro de la Orden. La clave a esta pregunta la encontramos en la definición que
encontramos del Mazo en el Catde Aprendiz, el cual nos indica que debemos buscar
despertar la fuerza de nuestra Conciencia, ya que esta es la herramienta que tendremos
para defendernos de los pensamientos vanos e impuros, los cuales son más poderosos
mientras más contaminada este nuestra Razón. Y es aquí donde está la verdadera filosofía
del Grado de Aprendiz, en que logremos dominar nuestros Pensamientos, por lo tanto los
primeros martillazos deben ir hacia esa dirección. Nuestra Razón siempre buscará
presentarnos escenarios ideales y en los que pudiéramos confiar, pero ella es el falso
maestro que puede guiarte en un determinado momento, pero tarde o temprano no te
indica donde esta un obstáculo y te hace caer. En cambio, la Conciencia es el maestro que
siempre te dice la verdad, pero él habla tan sutilmente que sólo un oído bien entrenado
puede escucharlo. Debemos luchar para que nuestra Razón no penetre en los dominios de
nuestra conciencia y permita la contaminación de esta, logrando el predominio de
nuestros Pensamientos por encima de nuestros Sentimientos, y esto es lo que en sí
simboliza el Sde Aprendiz, que separemos nuestra Razón contaminada de nuestra
Conciencia.

Ardua y difícil se nos muestra la labor del Aprendiz, pero todo aquel que tiene la clara
convicción de progresar, en vez de encontrar un trabajo duro ira descubriendo felicidades
en su camino, ya que no hay placer más puro y enaltecedor que el vencerse a uno mismo,

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y aunque el Aprendiz no tiene derecho de palabra, sin embargo puede ver y puede
aprender, puede visitarse interiormente y empezar a buscar, mediante la rectificación de
sus actos, la piedra oculta donde esta trazado el Plan del GADU.

DISQUISICIÓN 13

LÍNEA MIENTOS

Es un placer compartir con todos mis QQHHalgunas reflexiones sobre un tema que
he venido desarrollando y que engloba, desde mi punto de vista, la filosofía de la
Masonería Simbólica. Es una teoría, si es que puede llamarse así, que desde hace mucho
tiempo la he tenido en mi mente, pero hoy día, gracias al cúmulo de ideas y conocimientos
que me ha dado la Masonería, le he podido dar forma, y estoy seguro, que con el
transcurso del tiempo y de mi andar por el simbolismo, se podrá ir perfeccionando y
puliendo, así como cada uno de nosotros pasamos toda la vida puliendo nuestra Piedra
Bruta. Podrá parecer descabellado lo que a continuación explicaré, pero lo comparto para
que cada uno de ustedes en un futuro pueda juzgar, mejorar o desechar esta teoría.

Cada hombre posee un eje longitudinal que divide su cuerpo en una parte derecha y una
izquierda, un pequeño segmento de este eje imaginario es el que he llamado LÍNEA
MIENTOS, la cual une tres puntos colineales de gran importancia para nosotros,
ubicándose uno en nuestra frente, otro en nuestra boca y el tercero en las cercanías de
nuestro corazón. Esta ubicación no es caprichosa, tiene su significado, y es porque en
esos puntos es donde residen nuestros PENSAMIENTOS, PRONUNCIAMIENTOS Y
SENTIMIENTOS, de allí el nombre que recibe esta línea. Para un Masón es un deber
mantener recta esta línea, para que pueda haber una correspondencia entre lo que Piensa,
lo que Siente y lo que Dice. No es honesto aquel Hque nos puede engañar con su
retórica, o nos presenta falsos sentimientos fraternales, es aquí donde estos puntos están
desplazados y crean una distorsión en la rectitud de nuestras acciones. De lo dicho
anteriormente se puede sacar la importancia y significado de este pequeño segmento, que
en realidad es el verdadero eje, alrededor del cual y sobre el cual se debe mover todo

36
Masón, es la P, es la unión del Zenit y el Nadir, es el eje del Hombre Universal, como
veremos más adelante.

Desde el mismo momento de nuestra Iniciación se nos da ya una pista sobre la existencia
de nuestro eje de desarrollo. El Traje de Recipiendario, nos muestra la existencia de una
Dualidad Complementaria, la cual se encuentra separada por nuestro eje longitudinal,
siendo este una extensión de la LÍNEA MIENTOS. Si hacemos retrospección a la noche
de nuestra Iniciación nos vendrá a la mente que teníamos el lado del corazón desnudo
pero el lado derecho vestido, la rodilla derecha desnuda pero la izquierda vestida y por
ultimo el pie izquierdo descalzo pero el derecho calzado. Haciendo algo de ejercicio
mental nos podremos dar cuenta que el Traje de Recipiendario es una expresión del Piso
de Mosaico de nuestras Logias, el blanco y el negro separados por una delgada frontera,
que para nosotros sería nuestro eje longitudinal, sobre el cual se genera ese doblez que
produciría un hombre completamente vestido, símbolo del hombre desarrollado y
evolucionado, es por esto que debemos hacer los mayores esfuerzos para movernos
teniendo este eje como guía, que parte de nuestros pies (el Piso de Mosaicos, la Tierra) y
llega a nuestra cabeza (el Techo de la Logia, el Cielo Estrellado) pasando por nuestro
corazón (el Ara), formándose así esa Gran Tríada Tierra-Hombre-Cielo, generadora del
Hombre Universal, del Mason Arquetípico.

Matemáticamente, un pequeño segmento de una recta posee las mismas propiedades que
la recta completa, es por ello que basándome en este principio me dedicaré a indagar
ciertas cosas sobre la Línea Mientos, para obtener ciertas nociones sobre el eje que nos
debe regir.

Como ya se dijo más arriba, esta es una línea que une tres puntos específicos del hombre,
donde se generan los Pensamientos, los Pronunciamientos y los Sentimientos. Estos
puntos, que representan esos talentos bien refinados que cuando se cultivan generan un
buen hombre, y digno de una sociedad bien organizada, deben estar en una estricta
colinealidad y rectitud, para evitar la bifurcaciones o pérdidas de los intentos de
perfeccionamiento y aprovechar todas las energías y conocimientos que vamos
adquiriendo de la Masonería, es por esto que un Cincel tiene que ser obligatoriamente
recto, para así poder aprovechar toda la energía que le traspasa el Mazo para llevarla a la
Piedra y poder desbastarla, un cincel curvo o no recto generaría perdidas de energía y
sobrecargas en la labor.

El trabajo que debe realizar todo Masón es estudiar su Piedra Bruta para luego empezar
a desbastarla, adquiriendo una triple condición, ya que se transforma en el obrero, en la
piedra y en la herramienta de desbaste. Geométricamente la labor del Masón es
tridimensional porque tiene que perfeccionar el Cubo, es bidimensional porque debe
perfeccionar el Cuadrado y unidimensional para poder perfeccionar la Línea. Para nadie
es un misterio que para trazar una línea recta debemos utilizar una Regla, y no debe ser
casualidad que es la herramienta que se le entrega a todo Aprendiz, de esto podemos
concluir que los primeros pasos que debemos dar para llevar nuestra Piedra Bruta a una
Cúbica es buscar una correspondencia y armonía entre estos tres puntos que ya se han
nombrado, para después poder pasar al plano y por ultimo al espacio. Debemos empezar
a darle el correcto uso a la Regla de 24 Pulgadas, dedicándole el correspondiente tercio
del día al Pensar, al Sentir y al Hablar.

Estos tres puntos de la Línea Mientos corresponden también a los tres Grados del
Simbolismo, donde al Grado de Aprendiz le corresponde el desarrollo y dominio de los
Pensamientos, mediante el estudio de los símbolos fundamentales de la Masonería,

37
poniendo en práctica y cultivando la Razón, librándola de los dominios de los dogmas y
los prejuicios. Al Compañero le toca empezar a conocer su corazón y por lo tanto
reconocer sus Sentimientos, para empezar a moverse según lo que le diga su Conciencia.
Para el Grado de Maestro corresponde mejorar sus acciones y la forma de hablar y
expresarse, por ello el Masón cuenta en este Grado con el derecho de Palabra. Queda
claro con esto que la Masonería es una escuela Formativa y Progresiva y donde todo
converge en un mismo fin: Perfeccionar nuestro Ser Interior.

Todo Masdebe tratar de que nunca esta Línea pierda su rectitud, deber luchar por lograr
un equilibrio en su Ser Interno y en su vida Profana; saberse llevar sin caer en actos
deshonrosos y buscar mantener siempre una misma actitud ante los eventos que se le
presenten, el Masón debe ser inmutable y no dejarse deformar por el medio que lo rodea,
debe esforzarse por ser un factor de cambio, ser una causa y no un efecto. Con esto se
trata de decir que la Línea Mientos es la Pque pase lo que pase siempre se mantiene
recta apuntando hacia el centro de la tierra, incluso si su base se traslada en varias
direcciones.

Los Masones desde tiempos inmemorables vienen practicando el Arte Real y la


Geometría Sagrada, ciencias donde prevalece la Armonía, de tal forma que un Masón
puede reconocer a un Hporque siente la Armonía que ese Hexpresa hacia el exterior,
logra ver y reconocer que tan recta se encuentra su Línea, él es Geómetra y puede
estudiarla. Un Masón posee SS, PPy TTque sirven para reconocer y hacerse
reconocer como tal, los cuales no son más que la forma de cómo se desenvuelve en la
sociedad, como piensa, como trata al prójimo, como habla, en fin, por la rectitud de sus
actos demuestra su incorporación a nuestra Orden. Como se puede ver, vuelve a jugar un
papel importante los tres puntos de la Línea Mientos.

Este segmento de recta que hemos venido hablando y que se le ha dado el nombre de
Línea Mientos, a su vez lo podemos separar en dos segmentos, siendo su punto de
separación el punto que se encuentra en la parte central y que corresponde a la Palabra.
El primer segmento esta delimitado por los puntos del Pensar y el Hablar, en esta zona
gobierna la Razón y es donde aparece el primer pilar de la Masonería que es la Ciencia,
la cual se desarrolla con el estudio de las antiguas Artes Liberales formadas por el Trivium
(Gramática, Lógica y Retórica) y el Quadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y
Música), las cuales transforman al Masón en un ser intelectual. Debemos dejar claro que
estas Ciencias a las que hemos hecho alusión no pueden verse desde la perspectiva
profana, sino más bien como Ciencias del Ser. El segundo segmento está formado por los
puntos del Hablar y el Sentir, dicho segmento esta gobernado por la conciencia y es donde
aparece el segundo pilar de la Masonería, que es la Virtud, entendida como una práctica
constante de los sentimientos más puros y enaltecedores, que nos permitan combatir las
pasiones. De los grandes pensadores del pasado nos llegan las Virtudes Teologales (Fe,
Esperanza y Caridad) y las Virtudes Cardinales (Fortaleza, Prudencia, Justicia y
Templanza), todas ellas dirigidas a formar un hombre Feliz.

Ahora la cosa se nos ha simplificado, ya que todo lo que hemos dicho hasta ahora se nos
ha reducido a que la rectitud de nuestro eje la buscaremos en la medida en que logremos
equilibrar la Ciencia y la Virtud. La unión de una con la otra es indispensable, ya que la
primera envanece al hombre cuando va sin la compañía de la segunda; y la segunda, nos
convierte en fanáticos sin la anuencia de la primera. Ello, nos indica que la sapiencia
estriba en educarnos y aprender, para practicar la enseñanza educando y sirviendo al
prójimo para servirnos nosotros mismos. Debemos buscar un equilibrio, pero estando
atentos que la Razón puede llevar a extraviarnos lo cual no es así cuando vemos con la

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Conciencia, de allí que el Sde Aprendiz nos llame a no dejar que la Razón mal utilizada,
contamine la Conciencia. Mis QQHHestemos con Buril y Regla en mano y
dediquémonos a trazar nuestra Línea Recta.

DISQUISICIÓN 14

NUESTROS AUGUSTOS MISTERIOS

En la Ceremonia de Iniciación, al llegar el recipiendario a las puertas del Templo y


tocarlas profanamente, el GTIpregunta ¿Y el QHExppor qué se presenta
aquí con un profano?, ¿Qué quiere?, ¿Qué pide?, y el QHExpresponde: Pide el
favor de ser iniciado en NNAAMM, siendo esta, una de las pocas referencias que
se hacen a estos en todo el Ritual y Catecismo de Aprendiz, lo cual es curioso, ya que
siendo esta una frase muy común en el vocabulario de un Masón, solo la encontramos
unas pocas veces en el Ritual. Sin tener el más mínimo conocimientos de ellos solicitamos
indirectamente, por intermedio del QHExp, nuestra admisión a esos Misterios.
Pero, ya siendo Masones, ¿conocemos realmente cuales son esos AAMM? ¿Cuál es
la finalidad de los mismos? A continuación trataremos de dar algunas ideas al respecto.

La palabra Misterio viene del latín Mysterium, que significa algo que estaba reservado
únicamente a los iniciados, conocidos como Mystai, los cuales formaban parte de círculos
muy elitistas, o lo que es lo mismo, de personas elegidas. Cada una de las grandes
civilizaciones de la antigüedad tenía sus escuelas de misterios, donde principalmente se
buscaba explicar los enigmas de la vida y la muerte, e incluso el más allá de la muerte.
De tal forma que en Grecia predominaron los Misterios de Eleusis; en Egipto los
Misterios de Isis y Osiris; y en Roma los Misterios de Mitra. La Masonería, como una
escuela iniciática, es depositaria y guardiana de las sagradas enseñanzas que buscaban
impartir estos misterios, aunque en la actualidad apenas se encuentren como pequeños
vestigios en sus Rituales. El calificativo de Augustos seguramente proviene del título que
llevaban los emperadores del Imperio Romano, que vienen del latín Augustus que
significa Majestuoso o Venerable, y que era utilizado para hacer referencia al mundo de
los dioses, utilizándose como epíteto particular de Júpiter. Por lo tanto ya podemos sacar
como conclusión que NNAAMMson una serie de enseñanzas que se impartían en
las antiguas escuelas iniciáticas, que buscaban hacer entender la razón de la vida y de la
muerte, y el papel del hombre en el drama terrenal y universal. Dichas enseñanzas por su

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misma antigüedad no pueden ser sino una emanación directa del Ser Supremo, y que le
corresponde ala Masonería seguirlas impartiendo.

Podemos tener una idea de los AAMMhaciendo una revisión a detalle de nuestros
Rituales; allí encontramos que el hombre y sus pasiones desde la época de su nacimiento
hasta la de su muerte y aun después de su muerte, son el objeto que han tenido a la vista
los fundadores de nuestra Institución. Esto viene a corroborar que la razón de la vida y la
muerte es la base de NNAAMM. Siguiendo con la búsqueda encontramos que todo
es misterio para el hombre: Dios, la naturaleza, el hombre mismo. Él obra, piensa, siente,
ve, oye. Nace, muere, ha existido, ya no existe. El porvenir, su esperanza, su duda. Todo
esto son misterios para el hombre, y debe esforzarse por encontrarle el por qué de esas
incógnitas, lo cual lo llevará a encontrar las correspondencias entre su microcosmos y el
macrocosmos, su unión con el GAy el Ser Supremo. Todo lo que es misterio, o todo
lo que induce al misterio, presenta a la imaginación algo extraordinario y singular que
llama imperiosamente la atención del hombre. Somos curiosos por instinto o por calculo;
y sin reflexionar lo bastante en las consecuencias del deseo de quererlo conocer todo,
nos estregamos a él con ardor; nada son los obstáculos. Un verdadero Masón debe hacer
el mejor uso de esta curiosidad de querer develar los misterios de la Orden, los cuales
sólo le darán respuestas en la medida en que sus intenciones sean puras y desinteresadas.
Los AAMMpodrán ser comprendidos por el Masón que realmente sienta la necesidad
de abstraerse y aislarse: de educar la inteligencia, de formar el corazón y de apartarse de
lo contingente; que tenga el propósito de buscar la inspiración de lo alto, de comprender
al Ser Supremo por la idea, de unirse a él por el sentimiento. Y no basta comprender
atinadamente la enseñanza de los maestros. Es necesario, además, que el Masón, se
consagre a desarrollar en sí mismo las facultades subconscientes, intuitivas. Es necesario
que el Masón, experimente y sienta armónicamente, todo lo que, de un modo intelectivo,
ha llegado a comprender. Es indispensable que el Masón se percate de las correlaciones
existentes entre todas las cosas que componen este mundo, las cuales Hermes condensa
en su famoso Principio de Correspondencia: lo que está arriba es como lo que está abajo.
Un Masón debe entregarse al éxtasis voluntario para dejarse invadir por los ritmos
superiores, por las armonías divinas que no están vedadas al hombre interior. Después de
haber penetrado en el fondo de las palabras de la Divina Ciencia, es imprescindible, saber
sentir, saber comprender, a la luz del sentido interior, los Ritmos eternos que transforman
cada fuerza en una energía diferente y complementaria. Los AAMMbuscan una
identificación del hombre, primero consigo mismo, y luego con su creador. Siendo la
primera parte la finalidad de los Misterios Menores, y la segunda la de los Misterios
Mayores; de esta forma se dividían los misterios en las antiguas escuelas iniciativas.

Dejemos que sea René Guénon el que nos aclare esta división de los misterios. Lo que es
menester comprender bien ante todo, es que en eso no hay dos géneros de iniciación
diferentes, sino etapas o grados de una misma iniciación, si se considera ésta como
debiendo constituir un conjunto completo y proseguirse hasta su término último; así pues,
en principio, los Misterios Menores no son más que una preparación a los Misterios
Mayores, puesto que su término mismo no es todavía más que una etapa de la vía
iniciática. Decimos en principio, ya que es muy evidente que, de hecho, cada ser no puede
ir más que hasta el punto donde se detienen sus posibilidades propias; por consiguiente,
algunos podrán no estar cualificados más que para los Misterios Menores o incluso para
una porción más o menos restringida de éstos; pero eso sólo quiere decir que no son
capaces de seguir la vía iniciática hasta el final, y no que siguen otra vía diferente de la
de aquellos que pueden ir más lejos que ellos.

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Los Misterios Menores comprenden todo lo que se refiere al desarrollo de las
posibilidades del estado humano considerado en su integridad; por consiguiente, terminan
en lo que hemos llamado la perfección de este estado, es decir, en lo que se designa
tradicionalmente como la restauración del Estado Primordial. Los Misterios Mayores
conciernen propiamente a la realización de los estados suprahumanos: tomando al ser en
el punto donde le han dejado los Misterios Menores, y que es el centro del dominio de la
individualidad humana, le conducen más allá de este dominio, y a través de los estados
supraindividuales, pero todavía condicionados, hasta el estado incondicionado, que es el
único que es la verdadera meta, y que se designa como la Liberación Final o como la
Identidad Suprema. Para caracterizar respectivamente estas dos fases, aplicando el
simbolismo geométrico, se puede hablar de realización horizontal y de realización
vertical, donde la primera debe servir de base a la segunda; esta base se representa
simbólicamente por la tierra, que corresponde al dominio humano, y la realización
suprahumana se describe entonces como una ascensión a través de los cielos, que
corresponden a los estados superiores del ser. Por lo demás, es fácil comprender por qué
la segunda presupone necesariamente la primera: el punto central del estado humano es
el único donde es posible la comunicación directa con los estados superiores, puesto que
ésta se efectúa según el eje vertical que encuentra en este punto al dominio humano; así
pues, es menester haber llegado primeramente a este centro para poder después elevarse,
según la dirección del eje, a los estados supraindividuales; y es por eso por lo que, para
emplear el lenguaje de Dante, el «Paraíso terrestre» no es más que una etapa en la vía que
conduce al «Paraíso celeste».

El las puertas del Oráculo de Delfos se encontraba la famosa inscripción Conócete a ti


mismo, y conocerás las Leyes del Universo, la cual nos habla de las dos etapas de la
Iniciación, y por lo tanto de los Misterios Menores y Mayores. El Conócete a ti mismo es
la finalidad de los Misterios Menores, que como ya se ha dicho buscan que el hombre
entre en el dominio de su individualidad para luego, por el Principio de Correspondencia,
conocer las Leyes del Universo, que corresponde al dominio de su condición
supraindividual, mediante su admisión a lo Misterios Mayores. Los Misterios Menores
son los referentes a la Iniciación Real o Arte Real, y los Misterios Mayores se refieren a
la Iniciación Sacerdotal o Arte Sacerdotal. En nuestros Rituales encontramos que el
trabajo en que los Masones están empeñados desde siglos atrás recibe el nombre de Arte
Real, por lo tanto la Masonería se encarga de la transmisión de los Misterios Menores,
para el desarrollo de las posibilidades individuales del hombre. En este punto puede
crearse cierta controversia, debido al modo de cómo se dividen dentro de los Grados del
REAy Aestos misterios; hay algunos que dicen que en el Simbolismo (Grados 1
al 3) se encuentran todos los misterios, correspondiendo al Grado de Aprendiz los
Misterios Menores, y a los Grados de Compañero y Maestro los Misterios Mayores. Pero
también esta la posición de que el Simbolismos corresponde a los Misterios Menores y el
Escocismo (Grados 4 al 33) corresponde a los Misterios Mayores. Dejo a cada quien que
en la medida de sus estudios se cree su propio punto de vista.

Como podemos ver al hablar de NNAAMMno nos referimos a algo sencillo, sino
a la verdadera esencia de la Masonería, ya que ellos marcan los principios de nuestra
doctrina, la cual estará oculta hasta que los oídos estén preparados para que el Maestro
los llene de sabiduría. Dediquémonos un poco a profundizar las enseñanzas de la Orden,
no veamos sólo su parte externa o moral, vayamos un poco más allá, encontremos la
Ocultum Lapidem, donde están escritas las enseñanzas iniciativas. Finalizamos con estas
palabras de Plutarco referente a los Misterios Iniciáticos:

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Equivale a aspirar a la divinidad, el deseo de poseer la verdad, particularmente la verdad
relativa a lo que concierne a los Dioses. Este deseo es como una admisión en las cosas
santas; nos estimula a instruirnos en ellas y a buscarlas, y nos encamina a la vez, hacia
una forma de actividad más santificadora que pueda serlo cualquier especie de
purificación o cualquier función sacerdotal.

DISQUISICIÓN 15

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ARTE REAL

Ya hemos hecho alusión a que los AAMMde la Masonería reciben el nombre de Arte
Real, y que la finalidad de los mismos es buscar que el hombre domine su condición
humana, mediante la práctica del Conócete a ti mismo, lo cual lo llevaría a entrar en
correspondencia con su Individualidad, y que vendría a significar una reintegración al
estado primordial, aquel que según la tradición judeocristiana, corresponde al estado
edenico anterior a la caída de Adán. Según el simbolismo geométrico el Arte Real busca
llevar al Masón de la circunferencia al centro, recorrido que le permitirá liberarse de la
rueda del devenir: pasar del mundo de las divisiones, dualidades, contradicciones,
confusiones, al mundo de los principios y de la unidad. Por lo tanto el Arte Real, que
como ya se dijo corresponde a los Misterios Menores, buscan la liberación del hombre
del mundo de los efectos, para que se reintegre a las causas. Cuando esto se ha logrado
decimos que se ha llegado al estado del Hombre Verdadero o Primordial. Se ha
conseguido la Iniciación Real.

Los vestigios del Arte Real que se encuentran en la Masonería moderna, se deben a los
lazos de esta con las iniciaciones de oficio. La Iniciación Masónica como todos sabemos
se basa en el simbolismo de la construcción, legado por las antiguas corporaciones de
constructores de edificios de la edad media. El QHFermín Vale Amesti nos dice que
la Iniciación basada en un Arte o un Oficio, que corresponde concreta y específicamente
a la Masonería Operativa, no tiene nada que ver con el concepto moralístico-sentimental
de la exaltación del trabajo por si mismo, es decir, como una forma de la acción y del
deber para asegurarse el modus vivendi; sino que más bien, según el concepto iniciático,
se trata de una actividad que debe efectuarse en conformidad con la propia naturaleza del
ser que la realiza; por lo cual, resulta ser algo que surge de una manera espontánea, como
una necesidad interior, tal cual como lo dice el Catal preguntar ¿Por qué os habéis
hecho recibir Mas?: Porque estaba en tinieblas y DESEABA conocer la L. Por lo
tanto el Arte Real requiere de una serie de cualificaciones y una vocación. Lo que permite
comprenderlo mejor, es la noción de lo que la doctrina hindú denomina swadharma, es
decir, el cumplimiento por parte de cada ser de una actividad conforme a su naturaleza
propia; y es también por medio de esta noción, o más bien por su ausencia, como se

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muestra con más claridad lo defectuoso de la concepción profana. En ésta, en efecto, un
hombre puede adoptar una profesión cualquiera, y puede incluso cambiarla a su voluntad,
como si esta profesión fuera algo puramente exterior a él, sin ningún vinculo real con lo
que él es verdaderamente y con lo que le hace ser él mismo y no otro. En la concepción
tradicional, al contrario, cada cual debe normalmente desempeñar la función a la que está
destinado por su propia naturaleza; y no puede desempeñar otra sin que deje de ocurrir
por ello un grave desorden, que tendrá repercusión sobre toda la organización social de
la que forma parte; además, si tal desorden se generalizara, llegará a tener efectos sobre
el mismo medio cósmico, ya que todas las cosas están ligadas entre sí según
correspondencias rigurosas.

El Arte Real podrá tener su eficacia si los medios empleados para la transmisión de las
enseñanzas, corresponden a la naturaleza misma de los seres a los cuales se aplican; por
lo tanto, hay en ello una verdadera cuestión de cualificación en el sentido iniciático de
este termino, que en condiciones normales, deberían ser necesarias para el ejercicio
mismo del oficio. Esto expresa al mismo tiempo la diferencia fundamental que separa la
enseñanza iniciática de la enseñanza profana: lo que es simplemente “aprendido” desde
el exterior no tiene aquí ninguna importancia; aquello de lo que se trata, es de “despertar”
las posibilidades latentes que el ser porta en sí mismo. Por lo tanto, si en un Masón, el
conocimiento iniciático corresponde a su oficio, este se convertirá en el campo de
aplicación de ese conocimiento del cual ya no podrá ser separado. Habrá entonces una
correspondencia perfecta entre lo interior y lo exterior, y la obra producida podrá ser, ya
no solamente la expresión en un grado cualquiera y de forma más o menos superficial,
sino la expresión realmente adecuada de quien la habrá concebido y ejecutado, lo cual
constituirá la “obra maestra” en el verdadero sentido de esta palabra.

En Masonería el oficio es el de la Construcción, y esta claro que no debemos verlo desde


su aspecto exterior como una profesión de albañil o cantero, sino como un verdadero
sentimiento de realización, hacia la búsqueda de nuestra construcción interior, es decir,
hacia el desbaste y pulimento de nuestra Piedra Bruta, pero como un verdadero deseo de
superar nuestra personalidad y descubrir la esencia de nuestro ser. El Arte Real es
armonía, lo cual nos llama a descubrir las correspondencias existentes entre nosotros y el
Cosmos, para así poder servir como un colaborador conciente y efectivo, en la realización
de los planes trazados por el GADU. El Arte Real nos lleva al trabajo individual,
para ir desarrollando nuestras potencialidades, y si éstas son compatibles con el Ars
Structoria o Arte de la Construcción, podremos ir construyendo el Templo Interior, que
será el punto de partida hacia el Templo Universal. Debemos actuar constructivamente y
en orden en cada una de nuestras acciones. El Arte Real nos llama a un constante
dinamismo, porque solo así podremos pasar de la circunferencia al centro, y poder
alcanzar el estado de Hombre Verdadero, para luego reintegrarnos, mediante el obrar del
Arte Sacerdotal, al estado de Hombre Trascendente o Universal, en el propio dominio y
plano del GADU.

El Arte Real tiene como finalidad llevar al Masón recién iniciado a la condición de
Hombre Verdadero, alcanzando la plenitud del estado humano, identificándose de hecho
al hombre primordial. El Arte Real es la imagen reflejada del Arte Sacerdotal, por lo tanto
el Hombre Verdadero es el reflejo o la manifestación del Hombre Universal. El Hombre
Verdadero ha llegado al centro de la circunferencia. Él ha superado el mundo de la
diferenciación, lo cual me lleva a inducir que el Hombre Verdadero debe ser capaz de
tener una actitud muy clara ante problemas que le exijan la toma de decisiones. Debe
simbolizar la claridad de criterio ante problemas que presenten dualidades como el bien
y el mal, la vida y la muerte, entre otras. El Hombre Verdadero es el emblema del ser que

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ya no se deja seducir por la ambición, la avaricia, la envidia, la vanidad; es un ser que ha
logrado la liberación del sistema profano; es un ser que tiene como guía a su conciencia,
y como única meta buscar su identificación con el GADU.

QQHH, como podemos ver nuestra Orden es algo superior a una simple escuela para
impartir valores morales, ella es la depositaria de un inmenso tesoro de enseñanzas que
se han mantenido ocultas entre una cierta elite de iniciados, para así asegurar su
continuidad en el tiempo, aunque debemos estar conciente que muchas de estas
enseñanzas sólo se mantienen como pequeños fragmentos de un libro mucho más amplio
que se ha perdido con el transcurrir de los tiempos, pero que todavía nos sirven para
reconstruir poco a poco nuestra verdadera tradición, así que hagamos el mayor de los
esfuerzos, para dedicarnos a la búsqueda de las enseñanzas del Arte Real.

DISQUISICIÓN 16

LA VÍA SIMBÓLICA

El símbolo es la huella o gesto visible, de una realidad invisible u oculta. Es la


manifestación de una idea que así se expresa a nivel sensible y se hace apta para la
comprensión. En un sentido amplio toda la manifestación, toda la creación, es un símbolo,
que la Masonería, con sus Rituales de Construcción, busca reproducir y grabar en el
interior de sus miembros, para que de una forma u otra, mediante la representación del
acto cosmogónico, puedan construir su templo individual, y colectivamente eleven el
Templo Universal.

El símbolo nombra a las cosas y es uno con ellas, no la interpreta ni define. El símbolo
no es solo visual, puede ser auditivo, como es el caso del mito y la leyenda o
absolutamente plástico y casi inaprensible como sucede con ciertas imágenes fugaces que,
sin embargo, nos marcan, como el nacimiento o la muerte de una persona. En la época
actual se le suele asociar más con lo visual, porque la vista fija y cristaliza imágenes en
relación con estos momentos históricos de solidificación y anquilosamiento mas ligado a
lo espacial que a lo temporal.

El símbolo es el intermediario entre dos realidades, una conocida y otra desconocida, y


por lo tanto el vehículo en la búsqueda del Ser, a través desconocimiento. De allí que los
distintos símbolos sagrados de las diferentes tradiciones, y por cierto también los
símbolos naturales, se entretejan y se vinculen entre sí constituyendo una vía simbólica
para la realización interior. Nos estamos refiriendo a la movilización de todo nuestro ser
que los símbolos como intermediarios procuran, al viaje o navegación por las sutiles
entretelas de la conciencia, a la sorpresa de percibir mundos nuevos que permanecían
invisibles y sin embargo nos son familiares, hechos todos estos que profundizan el
proceso mágico de la Iniciación, caracterizado por los grados de conocimiento de otras
realidades espacio-temporales, o mejor dicho, de otra forma de percibir la realidad.

Lo metafísico, esa región desconocida y misteriosa, se manifiesta en el mundo sensible


por la intermediación del símbolo. Gracias a este, es posible el conocimiento para el ser
humano; imágenes y símbolos nos permiten tomar conciencia del mundo que nos rodea,
de lo que este significa y de nosotros mismos. El símbolo es la llave maestra para

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despertar nuestras potencialidades intuitivas y poder acceder a la cámara de nuestra
individualidad. Meditar un símbolo, es ver nuestro propio reflejo, el cual nos sugiere
algunas verdades de nuestro mundo interior. El símbolo plasma una fuerza, una energía
invisible, una idea. Lo que él expresa y lo que contiene en su interior, se corresponden en
perfecta armonía. No debe nunca confundirse con la alegoría, ya que esta se correlaciona
más con sustituciones y suposiciones, y por lo tanto carece de conexión clara con lo
interno y verdadero. También es importante apuntar que los símbolos a los que nos
referimos no son meras convenciones inventadas por los hombres; ellos son no humanos,
se encuentran en la estructura misma del Cosmos y del Ser Humano. Al ser los
intermediarios entre lo visible y lo invisible promueven la conciencia de mundos
superiores y regiones supracósmicas.

Es muy notable el hecho de que los símbolos principales se repitan de modo unánime en
todos los pueblos de la tierra en distintos momentos y lugares. Muchas veces esta
identidad es incluso formal, aunque como ya se ha dicho, a menudo podremos encontrar
símbolos de diferente forma pero de idéntico significado. En todo caso, todos se
corresponden con un arquetipo único y universal que se va repitiendo según la rueda del
devenir, del que cada uno de esos pueblos ha extraído sus símbolos particulares.

Toda ceremonia entre nosotros tiene su objeto en especial. Con estas sencillas palabras
el VMle hace ver al Recipiendario que todo en la Masonería es simbólico, y tiene una
enseñanza particular que trasmitir, y que es necesario el despertar de nuestra intuición
para lograr acceder en profundidad a estas enseñanzas. Esto lo vemos en las preguntas
concernientes que se nos hace sobre el Cuarto de Reflexión y el Traje de Recipiendario,
al momento de entrar por primera vez al Templo, ya que se requiere tener una gran
intuición para dar una opinión acertada sobre lo simbolizado por estos dos símbolos. La
vía simbólica también tiene como base un Rito, de allí que la Masonería, en la mayor
parte del mundo, trabaja bajo el REAy A, el cual no es más que el símbolo puesto
en movimiento mediante una serie de Rituales que buscan activar el simbolismo de la
construcción. Por lo tanto, el Símbolo y el Rito, que están estrechamente asociados por
su naturaleza misma, constituyen los elementos esenciales de toda Iniciación.

Hemos dicho anteriormente que la Iniciación tiene como finalidad la transmisión de una
Influencia Espiritual, siendo el Rito el elemento esencial para la transmisión de la misma
y para el vinculamiento a la cadena iniciática tradicional. Los Ritos tienen siempre como
meta poner al ser humano en relación, directa o indirectamente, con algo que rebasa su
individualidad y que pertenece a otros estados de existencia. Lamentablemente no todos
los QQHHson concientes de este poder que tienen los Ritos, ya que como dice
Guénon los Ritos “operan por intermediación de algunas modalidades sutiles del
individuo, modalidades a las que la mayor parte de los hombres son incapaces de
transferir al centro de su conciencia”; pero esto no es necesario para que la comunicación
con los estados superiores sea real, ya que el Rito posee una eficacia en si mismo, siempre
y cuando se lleve a cabo por las reglas tradicionales que aseguran su validez, y fuera de
las cuales no sería más que un vano simulacro; de allí la importancia de respetar cada uno
de los pasos especificados en nuestros Rituales, sin buscar hacer alguna modificación de
ultima hora para lograr ganar tiempo o algo por el estilo, lo cual nos conduciría a la
irregularidad del Rito.

Solo quedaría por agregar que en la Vía Simbólica los Ritos conllevan necesariamente un
sentido simbólico en todos sus elementos constitutivos, los cuales no solamente son los
objetos empleados o las figuras representadas, sino también todos los gestos efectuados
y las palabras pronunciadas; y los símbolos producen, para todo aquel que los medita con

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las aptitudes y condiciones requeridas, los mismos efectos que los Ritos. Por lo tanto, el
Rito y el Símbolo son los dos aspectos de una misma realidad, que hemos llamado Vía
Simbólica. Ya hemos dicho que los símbolos corresponden, y a su vez son capaces de
revelar, a un arquetipo único; pero a la vez velan esas realidades superiores y se cubren
de un ropaje formal, aunque conservan siempre su aspecto interno e invisible. Gracias al
símbolo nos revelamos a nosotros mismos, pues merced a este se forma la inteligencia,
se crea nuestro discernimiento y se ordena la conducta. Pudiera decirse que él es la
cristalización de una forma mental, de una idea arquetípica, de una imagen. Y al mismo
tiempo su limite; lo que posibilita el retorno a lo ilimitado, al Hombre Verdadero y luego
al Hombre Universal, a través del cuerpo simbólico, que permite así las correspondientes
transposiciones analógicas entre un plano de realidad y otro, facultando el conocimiento
del Ser Universal, en los distintos campos o planos de su manifestación. Federico
González nos dice que el “símbolo es Revelador, siempre nos da a conocer algo. Tiene
también poderes transformadores. Por su intermedio algo abstracto se concreta, e
inversamente algo concreto se abstrae. Es ambivalente, pues es aquello que él expresa y
simultáneamente lo expresado”. En conclusión, el símbolo es la llave que nos permite
desarrollar las potencialidades de nuestra intuición, llevándonos al despertar de nuestra
Conciencia, la cual es la llave con la que todas las puertas se nos abrirán.

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DISQUISICIÓN 17

EL ESTUDIO DE LAS CIENCIAS

¿Qué entendéis por Masonería? Es el estudio de las Ciencias y la práctica de la Virtudes.


El Ritual de Aprendiz nos da una buena explicación sobre la práctica de la Virtudes, lo
cual nos llama no a una labor intelectual sobre las virtudes, sino a un accionar de las
mismas; debido a que la Virtud es un esfuerzo, también es sinónimo de acción y
dinamismo. Practicar las Virtudes es luchar contra nuestros errores e instintos, hasta
hacernos superiores a ellos y dominarlos, y así sentir ese placer indefinible de vencernos
a nosotros mismos, lo cual, como dice el Ritual, enaltece nuestra Alma. Y si seguimos
leyendo en el Ritual encontraremos otras enseñanzas concernientes a la práctica de las
Virtudes, pero este no es el caso del estudio de las Ciencias; en este aspecto el Ritual no
es muy claro en especificarnos de que Ciencias se tratan, pero podemos inferir a partir
del conocimiento de que la Masonería es una Escuela de Misterios Iniciáticos, que la
definición se refiere a Ciencias Iniciáticas o Sagradas, y no de las Ciencias que
normalmente podemos estudiar en los colegios y universidades del mundo profano, y que
para las cuales sería ilógico crear todo un sistema de símbolos y rituales, para enseñarlas
de una forma más o menos enigmáticas en nuestros Templos. Es nuestra intención
profundizar un poco en el concepto de Ciencias Sagradas, para que luego cada
QHpueda juzgar según su punto de vista.

En las Escuelas Iniciáticas que poseen un carácter Tradicional, se busca transmutar el


mecanismo del pensamiento, mediante el dominio del racionalismo deductivo, para así
lograr el despertar de la intuición intelectual, ya que ésta es la que permite llegar al
principio de todas las cosas; en otros términos, es la pura doctrina metafísica la que
constituye lo esencial, y todo lo demás se vincula a ella a título de consecuencias o de
aplicaciones a los diversos ordenes de realidades contingentes. Por lo tanto, las Ciencias
Profanas vendrían a ser una especie de consecuencia de las Ciencias Sagradas, y pueden
considerarse como simples dependencias y en cierto modo como prolongamientos o
reflejos del conocimiento absoluto o principal, como es el caso de la Astronomía y la
Química, que tienen sus orígenes en la Astrología y la Alquimia respectivamente. Las
Ciencias Profanas han venido sufriendo una serie de adaptaciones y mejoras con el
transcurrir de los tiempos, debido a que son aplicables al mundo de la forma y de la
multiplicidad, el cual es dependiente de los avances tecnológicos, los cuales, a medida
que se van llenado a cabo, ocasionan reformulaciones y cambios en estas Ciencias
Profanas. En el caso de las Ciencias Sagradas, estas han sido sometidas a cambios de
forma más no de fondo, debido a readaptaciones que han tenido que hacer las

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civilizaciones en virtud de la época en que les ha tocado vivir, pero que no tocan en nada
la esencia misma de la tradición, ya que en lo que concierne a la doctrina metafísica solo
la expresión puede ser modificada, que como dice Guénon sería similar a traducir una
lengua a otra, y esto se basa en que, cualquiera que sea la forma con que se revista, no
hay absolutamente más que una metafísica, como no hay más que una verdad. Por lo
tanto, es nuestra labor como Masones buscar la esencia de estas Ciencias Sagradas, para
así encontrar la doctrina iniciática de la Orden, y lograr el desarrollo metódico y riguroso
de nuestra Influencia Espiritual.

La Ciencia, al constituirse a la manera moderna, no ha perdido solo en profundidad, sino


también, se podría decir, en solidez, ya que el vinculamiento a los principios la hacía
participar de la inmutabilidad de éstos en toda la medida en la que lo permitía su objeto
mismo, mientras que, encerrada exclusivamente en el mundo del cambio, ya no encuentra
ahí nada de estable, ningún punto fijo donde pueda apoyarse; al no partir ya de ninguna
certeza absoluta, se ve reducida a probabilidades y a aproximaciones, o a construcciones
puramente hipotéticas que no son más que la obra de la fantasía individual. Así pues,
incluso si ocurre accidentalmente que la ciencia moderna desemboca, por una vía muy
desviada, en algunos resultados que parecen concordar con algunos datos de las antiguas
Ciencias Sagradas, se cometería un gran error si se viera en ello una confirmación de la
que estos datos no tienen ninguna necesidad; y sería perder el tiempo querer conciliar
puntos de vista totalmente diferentes, o establecer una concordancia con teorías
hipotéticas que, quizás, se encontrarán enteramente desacreditadas en pocos años. En
efecto, para la Ciencia actual, las cosas de que se trata no pueden pertenecer más que al
dominio de las hipótesis, mientras que, para las Ciencias Sagradas, eran algo muy
diferente y se presentaban como consecuencias indudables de verdades conocidas
intuitivamente, y por tanto infaliblemente, en el orden metafísico.

Las Ciencias Sagradas son una aplicación de la doctrina metafísica, y tienen como
finalidad ligar entre sí todos los ordenes de la realidad, e integrarlos en la unidad de la
síntesis total, lo cual corresponde a pasar de la circunferencia al centro; y por otro lado,
dependiendo de las aptitudes del Masón, son una preparación para un conocimiento más
elevado, mediante todo un escalonamiento de Grados jerárquicos que tienen como único
fin el despertar de la Conciencia: llegar al Hombre Verdadero y de allí al Hombre
Universal, de la Piedra Cúbica al Templo Universal. La Ciencia Sagrada tiene su
fundamento en los principios universales, por lo tanto es el mejor medio para lograr la
intuición intelectual, que es el mas elevado y el mas inmediato de todos los
conocimientos, e independiente de toda actividad racional.

Pero, ¿Cuáles son estas Ciencias Sagradas? Una revisión del simbolismo de la Orden nos
permitirá encontrar algunas de ellas. Primeramente podemos decir que la Masonería es la
depositaria de una Ciencia muy antigua, cuyo creador es un personaje enigmático y
misterioso, nos referimos al Hermetismo. Esta Ciencia tiene como principal finalidad la
consecución de la Gran Obra: la Transmutación del Hombre. Que como todos sabemos
también es el principal fin de la Masonería. El Hermetismo tiene como principal técnica
la Alquimia, cuyos seguidores velaron sus enseñanzas en el simbolismo de transmutar el
plomo en oro. Los verdaderos alquimistas conocían las correspondencias de la condición
humana con las leyes cósmicas, y buscaban desarrollar su individualidad en base a dichas
leyes, para así transformar su condición densa en algo más sutil. En nuestro paso por el
Cuarto de Reflexión observamos los principios alquímicos mediante los cuales se podría
conseguir el ideal de la Piedra Filosofal, a saber el Azufre, el Mercurio y la Sal. El Cuarto
de Reflexión vendría a ser como una pequeña reproducción de los antiguos laboratorios
alquímicos. Por lo tanto, es el Hermetismo y la Alquimia las primeras Ciencias Sagradas

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que debe estudiar el Masón. Durante la Ceremonia de Iniciación se nos indica que la
Creencia en un Ser Supremo es algo que está en el interior de las personas; que el hombre
le pregunta a la naturaleza sobre su creador y el silencio de esta le lleva a inducir la
existencia de algo que su mente no puede comprender, pero que es infinitamente superior
a su condición, por lo tanto, el Masón debe ser un conocedor de la ciencias de la
naturaleza, aquellas que dictan las armonías existentes en todo lo que los rodea y que los
antiguos griegos daban el nombre de Física, y que no tiene nada que ver con la Ciencia
que actualmente vemos en los colegios y universidades, y que sólo es una pequeño reflejo
de aquella. Para los griegos la Física comprendía todas las leyes más generales del
devenir, era la ciencia del Ser y del No Ser. Para Aristóteles la Física era una aplicación
de la Metafísica, es decir, una aplicación al dominio de la naturaleza, de los principios
cosmológicos y de orden superior a ella. Después tenemos a la Astrología, y es el
SVquien nos llama al estudio de la misma, ya que él observa el Sol en su meridiano,
pero no debemos ver a la Astrología como la ciencia empírica basada en las estadísticas
y probabilidades, que algunos han tomado como una ciencia adivinatoria; sino más bien
como la Ciencia de las Armonías Celestes, que nos permite aplicar el Principio de cómo
es arriba es abajo. Además dentro del Templo encontramos símbolos astrológicos como
el Sol y la Luna y el mismo techo de la Logia. La Astrología nos enseña la Armonía con
que se mueven los astros, la cual debemos reproducir en cada uno de nuestras acciones
para así lograr la recreación del macrocosmos en nuestro microcosmos. Aldo Lavagnini
expresa que la Masonería, en su aspecto más esotérico, es una Ciencia de los Números, y
es la Matemática la siguiente de las Ciencias Sagradas a la que haremos alusión.
Debemos tener presente que no debemos confundir esta con su aspecto profano, la cual
en la mayoría de los casos tiende a ser incomprensible, sino más bien debemos verla desde
la concepción pitagórica, como una ciencia que explica los principios inmutables del
Cosmos. De allí el postulado de Pitágoras de que la realidad es numérica. Platón
aseguraba de que el Ser Supremo geometriza, y exigía el conocimiento de este arte para
poder ser admitido en su academia. El Masón está en un constante contacto con el
simbolismo numérico, el cual debe buscar la forma de entender y transmitir a su interior.
La Matemática, al igual que la Masonería, es infinita y perfecta.

Como podemos ver mis QQHHel estudio de las ciencias, va más allá de la simple
presentación de planchas, de leer unos cuantos libros y asistir a las tenidas; exige un total
compromiso de estudio y dedicación; claro está que cada quien se adaptará a su ritmo,
pero aquel que quiera vivir la esencia de la Masonería, debe tener el tiempo para estudiar
estas Ciencias Sagradas.

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DISQUISICIÓN 18

VISIÓN MATEMÁTICA DE LA MASONERÍA

El Edificio Universal de la Matemática se encuentra levantado por cuatro columnas que


son su base fundamental: la Aritmética, el Algebra, la Geometría y el Cálculo. No hay
desarrollo matemático, por muy avanzado que sea, que se salga del perímetro de estas
cuatro artes. Las tres primeras son las que el mínimo común de la sociedad conoce, ya
que son las impartidas en un curso de Matemáticas a nivel de estudios primarios; estas
representan la esencia de la Matemática, como ciencia dedicada al estudio de los números
y las relaciones que se pueden generar entre ellos para lograr conceptos más avanzados.
Los padres de la Matemática sólo conocían la Aritmética y la Geometría, siendo el
Algebra más contemporánea, y en algún momento se dieron cuenta que ellas
representaban conceptos más trascendentes que los simples cálculos matemáticos;
platearon las distinción entre número y cifra, marcando al primero como espiritual y a la
segunda como material. De esta forma comenzó el estudio esotérico de los números,
siendo la Escuela Pitagórica su principal patrocinadora. En este trabajo me propongo dar
algunas similitudes entre estas tres artes y las enseñanzas masónicas, partiendo de lo dicho
por Aldo Lavagnini de que “en su aspecto mas filosófico, la Masonería es esencialmente
una progresiva Iniciación en la Ciencia de los Números”. Tengamos claro que a
continuación no daremos explicaciones matemáticas concernientes a la enseñanza
profana, sino algunas correspondencias entre esta Ciencia Sagrada y nuestra Orden.

La Aritmética es la rama de la Matemática que estudia ciertas operaciones de los números


y sus propiedades elementales. Proviene del origen griego arithmos y techne que quieren
decir respectivamente número y habilidad. Durante nuestra niñez lo primero que hacemos
es familiarizarnos con los números, conocerlos y aprendernos los símbolos que los
representan. Así comenzamos con los números del 1 al 10, y que alegría se genera en
nuestros padres cuando ven que los logramos recitar en su orden, y en la medida que
avanzamos se nos enseñan las leyes de formación y de la noche a la mañana logramos
romper la barrera del 10, y ya no hay número que desconozcamos por muy alejado que
se encuentre. Nosotros los Masones debemos buscar estas leyes de formación para
generar los conocimientos que nos ayuden a comprender nuestra labor en el plan del
GA, que como hemos dicho anteriormente, debemos de partir de las enseñanzas
ocultas en nuestros símbolos.

Conocidos los números nos toca pasar ahora a las operaciones matemáticas aprendemos
la adición, sustracción, multiplicación, división y potenciación. Con la ayuda de los dedos
y palitos ganamos habilidad para la suma y la resta. Cuantos golpes y tropiezos nos damos
tratando de aprendernos de una forma mecánica las famosas tablas de multiplicar, base

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prioritaria para manejar también la división. Dominadas las tablas todas estas operaciones
se nos hacen fácil, y sin darnos cuenta nos convertimos en robots que repiten 2+6 son 8
y 4x6 son 24, pero ¿estamos concientes de donde salen esos resultados? En realidad no
nos importa de donde salen, en nuestro disco duro está grabado así. Esta es la gran
debilidad que tiene la Aritmética, ella no nos logra mostrar las bellas relaciones que
generan esos resultados, para ello debemos hacer uso del Algebra, del cual hablaremos
más adelante.

De lo último que se ha dicho se puede ilustrar la primera etapa de la vida del hombre, la
Juventud, en la cual la falta de experiencia lo hace andar vacilante y ver el mundo de la
forma que su corto entendimiento e ingenuidad le permite. Se presenta en la sociedad con
la simplicidad, confianza y buena fe de la infancia. Observa los eventos que pasan a su
alrededor y sin darse cuenta es modificado por ellos; pero para el joven esas cosas pasan
por que tienen que pasar y no se preocupa por buscar la causa que los genera. Sólo se
preocupa por aprender y aprender, se tropieza, se extravía y estas experiencias se graban
mecánicamente en su mente. Su conocimiento es empírico.

La Aritmética no es únicamente la ciencia de los números, sino también de los nóumenos,


o Principios Eternos arrítmicos, que se hallan por encima del ritmo del tiempo en el
espacio, y por ende, también del Tiempo y del Espacio en sí. Las cifras numéricas, además
de expresar los números, que en general sólo conocemos por sus aplicaciones relativas a
nuestro dominio y experiencia sensible, indican esos principios eternos y trascendentes
que en la Kabalah reciben el nombre de Sephirot, palabra que significa precisamente
cifras, signos y símbolos que formaban tema de estudio y meditación entre los adeptos de
la filosofía o sistema pitagórico-platónico, así como en las demás tradiciones místicas e
iniciativas orientales.

Como ya se ha visto la Juventud es como la Aritmética, donde la única labor es aprender,


al igual que todo Aprendiz Masón, que debe observar y guardar silencio. Llega el
momento en que el joven levanta su cara al cielo y pregunta por su creador, observa la
inmensidad antes sus ojos y se le genera la triple duda ¿De donde vengo? ¿Quien soy?
¿Hacia donde voy? En este momento tiene que despejar la incógnita, que de su propio
ser, de la ecuación sagrada planteada por el GADUy se da cuenta que la
Aritmética ya no le sirve, que sólo APRENDER no es necesario, que le hace falta otra
herramienta que lo ayude, en ese estado particular de conciencia el hombre se da cuenta
que le hace falta COMPRENDER, es aquí donde conoce el Algebra, y es cuando pasa a
la Virilidad.

El Álgebra es la rama de la Matemática que estudia las relaciones, estructuras y


cantidades. Como se puede ver, a través de ella se logra entender el porqué de todas las
operaciones aritméticas, es decir, explica la base teórica de la Aritmética. Con el Algebra
nació el lenguaje simbólico en la Matemática, ya no se empezaron a ver los números
únicamente por el valor que representan, sino como un ente más general, se introdujeron
las letras en los cálculos matemáticos, estas letras llamadas incógnitas o variables, como
su nombre lo indica no tienen una valor fijo sino indefinido, exigiendo con esto una mayor
comprensión de los conceptos aprendidos. Ya el hombre no debe seguir en el error que
las cosas pasan porque tienen que pasar, sino que tiene que buscar las causas que las
generan y ver como estas lo pueden afectar a él. Debe eliminar de su YO INTERNO la
visión individualista y empezar a ver de una manera más general. El hombre en su
Virilidad se crea un método de vida, que lo ayudará a revertir las cosas malas en buenas
y sacar una enseñanza provechosa de eso, es ese método que lo ayudará a despejar la
ecuación y hallar la incógnita: hallar el verdadero valor de las cosas.

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Cuando vemos un 2 no vemos otra cosa sino un 2 y no podemos asignarle otro valor, esto
es la visión reducida que nos enseña la Aritmética, caso contrario es cuando ante nuestros
ojos aparece una variable X, en este caso no podemos cometer el error de asignarle un
valor particular, por su misma naturaleza de incognoscible, pero el Algebra nos provee
de métodos para hallar el valor de esta incógnita, ya sea que aparezca en una ecuación o
en un polinomio. El Masón reconoce que él mismo es una incógnita, que debe conocerse,
que debe despejarse del mundo de la ignorancia y la intolerancia, aplicando las
operaciones inversas que le ayuden también a eliminar los vicios que modifican su
variable x.

El rango de visión de un algebrista no tiene límites, de allí que el hombre al preguntar por
su creador a la naturaleza, logra entender el mensaje que ésta le da con su silencio, ahora
la ecuación sagrada se le presenta más fácil porque conoce el despeje, pero es consciente
que esa ecuación, emblema del Plan Sagrado del GA, no es tan fácil de despejar, por
lo tanto fortifica sus potencialidades morales e intelectuales mediante el estudio y la
meditación, que lo lleve de forma progresiva a entender la naturaleza racional de la Causa
Suprema. También el hombre es conciente que de nada le sirve tener estos conocimientos
si no los pone al servicio del mejoramiento de sí mismo y su entorno, es cuando empieza
a estudiar la formas geométricas que tiene a su alrededor, con las cuales se ha
desarrollado, pero que ahora sabe como estudiar sus proporciones, entiende que el tiempo
es corto, y empieza a exteriorizar sus conocimientos, pasa a la Geometría, a la Madurez.

La Geometría es la rama de la Matemática que estudia idealizaciones del espacio, tales


como el punto, la recta y el plano. Es el mundo de las formas en toda la amplitud de esta
palabra. En las antiguas escuelas del conocimiento el Geómetra era el maestro por
excelencia, ya que dominaba las proporciones y el trazo de figuras con la utilización de
escuadra y compás. Platón enseñaba en su academia la visión geométrica del universo,
formada por los únicos cinco sólidos regulares, que hoy día llevan su nombre. Todo lo
que nuestros ojos pueden ver está estructurado por formas geométricas. Son sólidos en
movimiento, formados por ciertas leyes de construcción. El hombre sabio luego de vivir
esa etapa de Juventud donde la observación y el aprendizaje empírico eran sus
herramientas y pasar por la etapa de comprensión en la virilidad, se presenta ante un
mundo que ahora puede entender, y generar acciones que sirvan para modificarlo y
adaptarlo para su provecho espiritual. Entiende que sus semejantes gozan de los mismos
derechos que él, y que forman parte de los términos de esa ecuación sagrada que ha ido
despejando con la ayuda de la Aritmética (El Aprender) y del Algebra (El Comprender);
y ahora utiliza la Geometría (El Poner en Practica) para ir trazando su destino.

Así como de un simple punto se genera un recta, y de esta un plano que posteriormente
genera un sólido y de allí cualquier cosa, el Masón sabe que debe buscar ese pequeño
punto en su interior y darse cuenta de todas las potencialidades que representa ese punto,
y que será el inicio para su desarrollo en todas las direcciones, en la medida que vaya
avanzando en el despeje de su ser interior.

El hombre en su Madurez sabe que al morir no será recordado por los bienes materiales
que pudo cosechar durante su vida, sino por las buenas acciones que realizó en beneficio
suyo y de sus semejantes, entonces empieza a poner en práctica lo aprendido y dibuja
figuras geométricas, representadas por la rectitud de sus actos y el equilibrio en el modo
de llevar su vida, para que sirvan de inspiración a otras personas, y lograr con este
pequeño punto, construir un sólido: el cambio del acervo de la sociedad en que vive.

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QQHHTodos, el estudiar las formas a nuestro alrededor, es reconocer en cada uno de
nuestros semejantes el principio generador de todas las formas, la causa primera, aquel
que existe por sí mismo. La Geometría sería imposible de entender sin una buena base de
las dos artes anteriormente tratadas, de igual forma sin una buena preparación en los
Grados de Aprendiz y Compañero, nunca se llegará a ser un buen Maestro. Espero no
equivocarme en afirmar que simbólicamente la Aritmética (El Aprendiz) y el Algebra (El
Compañero) se dedican al desarrollo del dominio puro del Ser, para pasar mediante la
Geometría (El Maestro) al dominio del espacio, anterior y trascendente al Tiempo. Sólo
queda decir para finalizar, que en sus primeros pasos el Masón tiende a dedicarse a las
bases teóricas de la Orden, su historia y sus leyes, pero llega el momento en que se da
cuenta que esto es sólo el aspecto más exterior de su aprendizaje, y que debe dedicarse al
estudio de los símbolos, en los cuales encontrara un infinito cúmulo de enseñanzas, que
lo llevarán a geometrizar su Piedra Bruta según las leyes del Arte Real.

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DISQUISICIÓN 19

LOS PASOS VACILANTES DEL APRENDIZ

En esta Lección buscaremos desarrollar un poco los primeros pasos del Aprendiz dentro
de la Orden, y de la importancia de tener un buen Maestro a su lado que lo acompañe en
su marcha vacilante. El VMdurante nuestra Ceremonia de Iniciación nos dice que
“no os preocupéis por nada. Tenéis a vuestro lado a un amigo verdadero que vela por
vos y que os guiara”. Es decir, debemos contar con un Maestro que nos ayude a ingresar
en los AAMMy lograr descubrir las enseñanzas del Arte Real. Pero debo aclarar que
cuando digo Maestro, me refiero a un conjunto de aspectos que se entrelazan con la
finalidad de llevar al Aprendiz por el camino correcto. La Orden como tal, todos los
QQHH, especialmente los MMMM, e incluso nosotros mismos, formamos parte
de ese Maestro que nos guiará.

Básicamente un Aprendiz debe dedicarse a aprender; para ello es necesario que vaya
eliminando toda forma negativa de pensar, e ir disciplinando y despejando su mente de
todo pensamiento vano e impuro; logrado estos primeros pasos podrá acceder a las
enseñanzas iniciáticas de la Orden, las cuales deberán estar estructurada de una manera
tal que permitan un aprendizaje progresivo desde lo más sencillo a lo más complicado, es
decir, utilizando un término profano, debe existir un pensum de estudio que le permita ir
adaptándose poco a poco al Simbolismo. En esto el Maestro debe tener mucho cuidado, y
el mismo Aprendiz debe cuidarse de no caer en el error y la tentación, ya que el querer
enseñar o aprender conocimientos superiores sin la preparación necesaria, más que
beneficioso, puede llegar a ser contraproducente para el desarrollo del Aprendiz. La
Conciencia de éste no crecerá y su personalidad se hinchará creyendo saberlo todo. De
esta forma el Aprendiz deformará todo conocimiento superior y lo utilizara para su propio
interés, lo cual significa ir en contra de su propio progreso, o no será capaz de recibir
estos conocimientos superiores aunque piense que los está recibiendo. Este último caso
puede generar una profunda decepción en el Aprendiz, y ocasionar su abandono de la
Orden.

Uno de los primeros pasos que debe dar el Aprendiz es darse cuenta de que él no sabe.
Podrá ser ingeniero, medico, abogado o un exitoso empresario, pero es necesario ver el
vacío en lo referente a los conocimientos iniciáticos. Esto puede tardar mucho tiempo,
debido a que la vanidad es un fuerte enemigo al que debemos de vencer. Ella es una niebla
densa, que cuando desciende sobre nuestra conciencia, se queda largo tiempo,
alimentando el ego y afectando todas nuestras relaciones. El siguiente paso que debe dar
el Aprendiz, es buscar a su propio Maestro, el cual no necesariamente vendría a ser el
SV, puede ser cualquier otro QHpor el que sienta cierta afinidad, e incluso algún
escritor en particular. Aquí tiene que vencer dos dificultades: deberá tener discriminación
instintiva y humildad real. La discriminación le permitirá efectuar la elección correcta, y
la humildad es la aptitud mediante la cual logrará vencer su vanidad, y la falsa creencia
de que él sabe.

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Torkom Saraydarian plantea dos interrogantes que debemos tener presente para no caer
en pensamientos erróneos. La primera es ¿Qué pasaría si alguien encuentra un libro real
donde se dan conocimientos superiores; si lo compra y empieza a estudiarlo, no necesitará
renunciar a su vanidad, desarrollar humildad ni someterse a un Maestro (en este caso el
Maestro puede ser la Orden)? La respuesta a tal pregunta es que la falta de preparación,
la vanidad y la ceguera, son elementos que hacen imposible comprender el libro. Si uno
trata de comprender el libro, su falta de preparación, su vanidad y su ceguera, producirá
en su mente aquellas condiciones en las que el conocimiento acrecentará su falta de
preparación, su vanidad y su ceguera. También lo convertirá en una persona muy
peligrosa en el mundo: una fuente de deformación, un mal ejemplo, un impostor, y una
persona que enseña a la gente para su propio interés. La segunda interrogante es ¿Por qué
un buen Maestro, que conoce todas estas cosas, escribe tal libro? La respuesta es: quienes
buscan deberán hallar. Quienes buscan su propio interés deberán satisfacer su propio
interés. El sol brilla para todos. Cada forma de vida recibe luz y alimento según su forma
de vida. Algunos crecen para aumentar el veneno; otros crecen para dar frutos. El
jardinero sabe que hacer con ellos. A algunas plantas se las cuida; a otras se las quema.
Quienes entran en Masonería por curiosidad no podrán más que satisfacer esa curiosidad
viendo las formas enigmáticas con que se llevan a cabo los Rituales y sólo llegará hasta
allí, se creará una idea del aspecto exterior de los mismos, pero su verdadera esencia
quedará oculta. La Masonería es como ese campesino que sabe separar el trigo de la paja,
y aquellos que sólo buscan satisfacer sus más viles intereses personales, nunca se ganarán
el reconocimiento de sus HH. Es mucha la literatura con la cual el Aprendiz puede
interactuar, e incluso ya por Internet puede encontrar temas y Rituales de Grados
superiores, pero sólo depende de él, si es realmente conciente, si empieza a leerlos sin
tener la preparación suficiente. Siempre la tentación estará presente, ella es uno de los
enemigos a eliminar, la curiosidad sólo nos conducirá al borde del precipicio, lo demás
queda de nuestra parte. Una de las primeras tentaciones es querer pasar al Grado de
Compañero, y cuantos no son aquellos que comienzan la cuenta regresiva de las Tenidas
necesarias para pedir su aumento de salario, cayendo así en el error de transformar al
Grado de Aprendiz en un requisito necesario y más nada. Los Grados hay que vivirlos y
sentirlos, conocer su esencia y filosofía, ir a su medula y fusionarnos a ella, hacernos
realmente merecedores de dicho Grado; no es simplemente aprendernos de memoria
algunas preguntas del Caty tener una pequeña idea del significado de los símbolos.
Aunque estas cosas pasen, y un Aprendiz solicita su aumento de salario y se le concede,
aun así teniendo deficiencias en su Grado, debemos estar conciente de la máxima
hermética: solo cuando el oído este preparado llegaran los labios que habrán de llenarlos
de sabiduría.

La Masonería busca expandir la conciencia de sus miembros mediante la interrelación de


dos elementos: primero, la transmisión de una Influencia Espiritual; y segundo, el
conocimiento iniciático del Arte Real. Si estos dos elementos no están presentes la
expansión de la conciencia no podrá llevarse a cabo. La Influencia Espiritual es la que
nos permitirá asimilar los conocimientos. Sin ella, el conocimiento permanece en nuestra
conciencia como una comida, que sin asimilar en nuestro estomago, vomitaremos en
cualquier momento. Es por ello que aquel que no es Masón le será imposible asimilar las
enseñanzas de la Orden así posea muchos de los Rituales que hoy en día conseguimos en
la calle; debido a que no posee la Influencia Espiritual, que sólo puede ser transmitida
mediante la Iniciación. La Influencia Espiritual no podrá funcionar si existen rastros de
vanidad, ceguera e interés personal, porque ella es un ente conciente. Es el Espíritu Santo
que lo invade todo. Es como el fuego: si lo colocamos en un recipiente equivocado lo
vuelve cenizas; pero si le proporcionamos un lugar adecuado nos puede ser de mucha
utilidad. Podemos leer muchos libros y escuchar a muchos Maestros, y seguir siendo

55
iguales. Pero un día, de repente, comprendemos algunas cuantas cosas, es allí cuando
decimos que sentimos la Influencia Espiritual. Siempre que hacemos contacto y
desarrollamos la Influencia Espiritual, podemos decir que se produce Luz.

Llegamos a la Masonería llenos de costumbres, paradigmas y prejuicios que se os fueron


adhiriendo durante nuestro crecimiento y enseñanza profana, debemos vaciarnos para que
las enseñanzas de nuestros maestros puedan entrar y ser asimiladas más fácilmente.
Debemos ser concientes de nuestras verdaderas intenciones al pedir nuestra Iniciación en
la Orden, ya que de éstas dependerán los Maestros que conseguiremos. Cada uno es
atraído por lo que sus propios motivos e intenciones son. Cada cual es atraído por el
contenido de su corazón. Si el corazón, los motivos y las intenciones son puros y rectos,
aunque un Aprendiz acuda a un Maestro equivocado, aprende cosas rectas, o se convierte
en el Maestro del Maestro equivocado e introduce transformación en su vida. A veces,
por la ley karmita, un Aprendiz puede ser atraído por un Maestro equivocado para que
aprenda de sus debilidades y errores, y luego él no los cometa, e incluso ese Maestro
equivocado lo puede llevar a conocer elementos existentes en su personalidad, y de los
cuales no estaba al tanto. Pero si las intenciones del Aprendiz no son puras, encontrará
aquellos Maestros que le permitirán saciar sus apetitos, y es lamentable ver como en
muchas Logias domina el amiguismo, y muchos son admitidos con la finalidad de
pertenecer a una especie de club donde se hacen grandes banquetes y se puede ingerir
cualquier cantidad de bebidas alcohólicas. Por lo tanto es difícil la elección que debe
hacer el Aprendiz, pero un buen discernimiento lo conducirá por el camino correcto.
Saraydarian nos dice que un “buen Maestro nos revela nuestros verdaderos problemas y
necesidades, o nos ponen en situaciones donde las necesidades de los otros o las
necesidades del mundo nos piden que las satisfagamos. Tales necesidades son las que
nos revelan nuestro vacío o nuestra ignorancia. Una vez que una persona admite su
vacío, entonces comprende que las necesidades son también sus Maestros”.

Algunos Aprendices piensan que los Maestros deberían hacerles comprender la


enseñanza, lo cual es imposible, ya que esta es vivencial. El Maestro sólo puede dar el
conocimiento, y queda de parte del Aprendiz efectuar el esfuerzo para comprenderla. Para
comprender la enseñanza el Aprendiz debe practicarla y tratar de vivir de acuerdo con
ella. El Maestro solo da la primera letra de la Palabra Sagrada, al Aprendiz le
corresponde dar la segunda. El Masón durante su vivencia en el primer Grado debería
sufrir una transformación correspondiente a los primeros martillazos sobre su Piedra
Bruta, dicha transformación la podemos enumerar de la siguiente manera:

1. Aplicación de la Enseñanza en la vida.


2. Manifestación de ciertas Virtudes.
3. Superación de los Vicios.
4. Cultivo de la Tolerancia y la Comprensión.
5. Elección de lo muy Esencial
6. Manifestación de alegría.
7. Vivir con solemnidad.

Para finalizar sólo queda por decir los distintos tipos de Aprendices que se pueden
encontrar en las Logias y que es tarea ardua para el SVsaber la forma de cómo
tratarlos, o la metodología y pedagogía a aplicar. Podemos tener estos tipos de
Aprendices:

1. Los que están llenos de inercia mental y necesitan ser empujados regularmente
hacia adelante.

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2. Los que se esfuerzan pero no avanzan.
3. Los que aprenden pero se quejan.
4. Los que oyen todo pero no cambian.
5. Los que mejoran sistemáticamente, con sentimiento de gratitud.

Cuando en la columna de Aprendices se encuentran estos cinco casos, el SVdebe


estar muy bien preparado para poder llegarle a cada uno por igual. Quienes tienen inercia
tienen obstáculos, y estos obstáculos deberán ser quitados. Quienes se quejan no serán
capaces de aplicar el conocimiento en sus vidas. Deberán aprender que la queja crea
rechazo hacia la aplicación de la enseñanza que reciben. Habrá que prevenir a los que no
cambian porque los que traicionan a la Enseñanza son de esta clase. El conocimiento que,
sin cambio, se va acumulando, produce a los hipócritas más solapados. Habrá que inspirar
a los que sistemáticamente mejoran, para que puedan seguir avivando esa llama y logre
ver el Infinito y la humildad. Hagámonos nuestro propio autoexamen y veamos con
sinceridad en que grupo estamos, para así ayudar al SV, y mucho mas importante, a
nosotros mismos.

57
DISQUISICIÓN 20

LOS DEBERES DE UN MASÓN

Tres preguntas son hechas a todo aquel que pide su Iniciación en NNAAMMy se
refieren a los tres entes hacia donde deben estar dirigidas todas las acciones de Masón.
Todo aquel que quiere ser virtuoso debe consultar su corazón en silencio, y meditar sobre
las obligaciones que va a contraer. Un Masón se debe al Ser Supremo, a sus semejantes,
y así mismo. Este es su ternario de obligaciones. A mi modo ver las cosas, pienso que en
la medida en que un Masón se dedique a cumplir los deberes consigo mismo, su
conciencia lo llevará automáticamente a cumplir sus deberes para con sus semejantes, ya
que entendería que cada una de las personas que los rodea son la misma manifestación
del Ser Supremo en este plano material, que él mismo representa. Por lo tanto, también
se cumplirían sus obligaciones hacia el Ser Supremo, porque estaría llevando a cabo los
dictados del Plan Sagrado. Debemos recordar que dimos nuestra palabra de cumplir con
estos deberes, e incluso por escrito, y no creamos que ese papel se perdió al ser quemado,
sino que como dice el Ritual, fue archivado en algún lugar, tal ves podemos encontrarlo
en nuestra conciencia.

Primeramente un Masón debe luchar contra el Fanatismo y la Superstición. Comenzando


con sus propias creencias, y haciendo el esfuerzo, siempre y cuando sea posible, para
buscar cambiar esas formas de pensamiento entre la sociedad en que vive. Mucho más
importante es tratar de dominar sus instintos, para así conocer el placer indefinible de
vencerse a si mismo. Debe buscar hacer feliz al desgraciado, defender al débil contra el
poderoso, ya que en la medida que vaya aplicando la formula alquímica del
VITRIOLlogrará entender que las fuerzas del alma le fueron dadas para
emplearlas al servicio del bien y de la humanidad. Un Masón debe combatir
constantemente a los vicios, que tantos males le han causado a la humanidad. Debe buscar
liberarse de sus propios intereses mezquinos; de nada le servirá ser egoísta, cuando puede,
con los conocimientos que le dará el Arte Real, ayudar a cambiar el acervo de la sociedad
en que vive. Un Masón debe buscar liberase de todos los paradigmas y dogmas que desde
la niñez le fueron inculcados; debe presentarse siempre francamente a sus HH, y nunca
caer en la hipocresía de demostrar falsos sentimientos fraternales; debe ser humilde, no
importa lo alto que sea su posición social o masónica, debe tratar de no dejarse ganar por
la vanidad; debe repudiar eternamente a los tiranos y a las tiranías, a esos detractores que
se encuentran tanto en su naturaleza externa como interna.

Los Masones son tolerantes, piadosos y amantes del país en que habitan: nada veréis
entre ellos que sea contrario a los sentimientos de adoración hacia un Ser Supremo. En
estas palabras vemos condensadas el ternario de obligaciones que hacíamos referencia
anteriormente. Nosotros fuimos los que solicitamos nuestra Iniciación en la Masonería,
pero ella solicita de nosotros, y esto lo encontramos en su segundo precepto, que
combatamos las pasiones que deshonran al hombre y le hacen infeliz; que practiquemos
las virtudes mas dulces y bienhechoras; que socorramos a nuestros HH, que aliviemos
sus penas y los asistamos con nuestras luces y conocimientos; de manera que lo que es
una rara cualidad en un Profano, para el Masón es solo el cumplimiento de un deber. Un
Masón debe aprovechar todos los momentos útiles que se le presente, y esto debe ser parte

58
de su código moral, un Masón debe ser una persona útil a la sociedad, de no ser así, será
un infiel. Un Masón debe ser justo; debe gozar con moderación los placeres y no ostentar
vanidosamente los bienes que disfruta, porque insulta a la desgracia. Debemos recordar
QQHHel Juramento que hicimos durante nuestra Iniciación, el cual no es un simple
formalismo, sino que marca las pautas de nuestros deberes, y no es por casualidad que el
Catencontramos la pregunta ¿Os acordáis bien de esta obligación? En pocas palabras
nuestros deberes se fundamentan en huir del Vicio y practicar las Virtudes.

Torkom Saraydarian nos da una clasificación de los deberes de un discípulo, los cuales,
desde mi punto de vis, se adaptan perfectamente a los deberes de un buen Masón; su
clasificación también corresponde a nuestros deberes para con Dios, para con nuestros
semejantes, y para con nosotros mismos. A continuación enumeraremos cada uno de
ellos, haciendo referencia a lo dicho en nuestros Rituales. Los deberes de un discípulo
para consigo mismo los podemos resumir de la siguiente manera:

1. Estudio Sistemático.
2. Meditación.
3. Disciplina.

En el Ritual de Aprendiz encontramos que sólo por medio del estudio y la meditación,
podremos fortificar nuestras potencias morales, y además, es sólo a través de estos que
podremos acceder a las verdades más dulces y bienhechoras del Arte Real. Un Mason
debe crearse un habito de estudio, no puede dejar un día sin estudiar por lo menos unas
pequeñas líneas; la Regla de 24 pulgadas nos invita a saber dividir nuestro tiempo; pero
no es solo leer y leer debemos ir a la esencia de esas lecturas, debemos meditarlas
concientemente. Debemos observar a nuestro alrededor y meditar sobre lo que vemos.
Meditar significa ver las causas de todo lo que ocurre en el mundo, en nuestra nación, en
nuestra familia, e incluso en nosotros mismos. Meditar significa hallar las causas y tratar
de encontrar una respuesta. Un Mason debe ser disciplinado, debe mantener un orden en
todas las acciones que ejecuta, no debe hacer algo sin haberlo pensado previamente, de
allí que sus acciones deben ser rectas, vinculadas a su Razón y su Conciencia.

Los deberes de un discípulo para con sus semejantes los enumeramos de la siguiente
forma:

1. Demostrar pureza.
2. Ser honesto.
3. Llenar sus corazones con alegría.

Haciendo un recorrido por el Ritual de Aprendiz encontramos que el Mazo es la fuerza


de nuestra Conciencia, la cual debería hacernos evitar el acoso de todo pensamiento vano
e impropio, de modo que nuestras palabras y acciones sean puras e inmaculadas. De igual
forma vemos que al momento de entregársenos el Mandil el VMnos dice que ese es
el vestuario del Aprendiz e indica que el Masón debe atender a un honesto trabajo. Y
como ya hemos dicho un Mason debe socorrer a sus HHy aliviar sus penas. Debemos
recordar que estos deberes que podemos ver como de estricto cumplimiento hacia un
HMasón, podemos extrapolarlos hacia nuestros familiares y amigos. Hagámonos un
autoexamen para ver que tan puros somos de pensamientos y acciones, recordemos que
somos nuestro propio juez. Sigamos los dictados de nuestro corazón porque allí se
encuentran los planes del GAy así poder atender a ese honesto trabajo. Hagamos valer
los verdaderos lazos fraternales, que con seguridad lograremos esparcir un poco de

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alegría. Muchas personas necesitan de consejos y ayudas espirituales. No vociferemos
tristeza, depresión, decepción, y sentimientos de fracaso; los demás no los necesitan.
Los deberes de un discípulo para con Dios son:

1. Rendirle el culto necesario.


2. Tratar de comprender su Voluntad.
3. Hacer que se exprese a través de nosotros.

Durante la Ceremonia de Iniciación ratificamos nuestra creencia en un Ser Supremo, y se


nos indica que esta creencia es común tanto para el hombre instruido como para el hombre
salvaje, ya que ambos, en algún momento de sus vidas, se dan cuenta de que ellos no
pudieron existir si mismo, y que son parte de un Plan trazado por una fuerza infinita, que
sus sentidos no pueden comprender, porque esta fuerza esta más allá de su razonamiento.
Pero el hombre puede intuir su existencia, y esto se debe al reflejo del Ser Supremo en su
plano de existencia, el cual si puede llegar a comprender. Es un deber de todo Masón
conocer la naturaleza racional de esa Causa Suprema, y derivar de ella el culto que debe
tributarle. A esa naturaleza racional del Ser Supremo los Masones la llamamos
GADU. Debemos fusionarnos a esa Causa, lo cual es el fin del Arte Real; para
hacer cumplir, y continuar, su Plan Sagrado.

QQHH, la labor no es para nada fácil, ella requiere acción de nuestra parte.
Deslastrémonos de todo indicio de vanidad, para así poder sentir el llamado que nos hace
la Orden. Tengamos siempre presente que nuestra labor como Iniciados no es comprar ni
leer libros, o asistir a algunas reuniones, sino una práctica activa de los principios de la
Orden en nuestra vida diaria.

60
DISQUISICIÓN 21

SOBRE LA FRATERNIDAD

Bajo el sol de fuego de la Palestina, fatigado y sediento, caminaba Jesús atravesando, en


pleno mediodía, los estériles campos de Samaria.
Con ávidos ojos buscaba inútilmente un arroyo donde apagar su sed. De pronto, cerca de
un pozo, vio a una hermosa samaritana que llenaba su cántaro.
-Hija de Samaria, tengo sed. Dame de beber.
-Pero un judío, replicó ella con asombro, ¿beberá el agua que le brinda una samaritana?
-Dame de beber; repuso Jesús y bebió.
Después, levantando su mano fina y transparente y haciendo en el aire un misterioso trazo,
agregó:
-A ti, y a tu cántaro los bendigo.
-Pero, ¿qué virtud adquirirá mí cántaro con tu bendición?, dijo ella casi sonriendo con
sorna.
-Derrama su agua y lo verás.
La dulce hija de Samaria volcó el cántaro y el líquido se escurría y se escurría y no
acababa de salir nunca.
-Y ahora, ¿qué debo hacer?, preguntó sorprendida.
-Ve, le dijo Jesús, por todos los caminos y da de beber tu agua a los judíos; los que la
beban cambiarán en Amor infinito su odio implacable por los samaritanos.
Y la joven obedeció. Todos los que bebían de aquella agua amaban a los hijos de Samaria,
hasta los mismos escribas y fariseos.
Sorprendida la samaritana, buscó a Jesús y le preguntó: Señor ¿qué agua milagrosa has
puesto en mi cántaro?
-Es, -le contestó el Nazareno-, el agua de la Fraternidad. Cuando la beban todos los
hombres, se unirán en estrecho abrazo los más diferentes pueblos y las más distintas razas.

He decidido empezar este trabajo con esta Parábola que nos ilustra los grandes dones de
este tema que desde tiempo lejanos viene siendo la base de todas las Sociedades
Tradicionales de hombres que buscan el perfeccionamiento de su ser. Nunca podrá haber
unión entre un grupo de personas, si entre ellas no hay un reconocimiento mutuo de ciertas
actitudes que permitan la correspondencia de distintos puntos de vistas, nunca podrá
haber armonía sino existe y se siente esa energía bella y misteriosa, llamada Amor, que
es capaz de derrumbar las mayores barreras creadas por el Odio y unir los corazones con
fuertes lazos de cariño y aprecio; mientras no experimentemos estos sentimientos muy
difícilmente podremos hablar de Fraternidad, ya que ésta tiene como base fundamental el
Amor. Al iniciarnos recibimos el título de Querido Hermano, pero ¿realmente estamos
claro de la importancia y simbolismo que encierran estas dos palabras? ¿O simplemente
hacemos uso de un vano protocolo para demostrar la Fraternidad? A continuación trataré
de dar algunas explicaciones y reflexiones sobre el verdadero valor de la Fraternidad y el
simbolismo esotérico que encierra.

Todas las personas por naturaleza contamos con una Libertad Individual, la cual nos
permite tomar nuestras propias decisiones y llevar a cabo acciones que vayan a favor
nuestro provecho. El iniciado reconoce esta Libertad y se aparta de todo dogma que
pueda encadenar y frenar su progreso, al mismo tiempo el iniciado debe reconocer la
Igualdad Espiritual que existe entre todas la personas. Él sabe que provenimos de un
mismo Creador, artífice de todo lo que nuestros ojos ven y nuestro corazón siente. Dice

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la doctrina hermética que “Dios esta en todas las cosas y todas las cosas están en Dios”,
en palabras más sencillas somos una representación viviente de nuestro Creador y que
poseemos una energía espiritual proveniente de Él, la cual anima nuestro cuerpo material.
Pero debemos recordar que no estamos solos y que las demás personas también cuentan
con esa Libertad Individual e Igualdad Espiritual, y en la medida que vayamos
reconociendo esto, es que podemos tratarnos de QQHH, ya que venimos y
pertenecemos al mismo Padre y Principio de Vida, y es cuando estamos autorizados a
hablar de Fraternidad.

De lo dicho anteriormente, la Fraternidad debe considerarse como la suma, el


complemento y la puesta en práctica de la Libertad Individual y de la Igualdad Espiritual,
formándose una Tríada, del que nos da una idea el Delta colocado en el Oriente.

LIBERTAD INDIVIDUAL IGUALDAD ESPIRITUAL

TOLERANCIA COMPRENSIÓN

FRATERNIDAD

Como ya se dijo la Fraternidad tiene como base el Amor, y se sustenta sobre la Tolerancia
y la Comprensión. Debido a la Libertad de Pensamiento tenemos diferentes puntos de
vista que a veces difieren con las de nuestros semejantes, es aquí donde debe reinar la
Tolerancia para evitar molestias entre nosotros. La Compresión debemos aplicarla para
entender la Igualdad entre las personas, para evitar que se transforme en Desigualdad. La
Fraternidad puede establecer sus lazos sólo entre aquellos que realmente se sientan como
HH, es decir como hijos de un mismo Padre, Principio Universal de la Vida, y de una
misma madre, la Naturaleza, que produce, sostiene y alimenta a todos por igual sin
distinción alguna. Solo con este reconocimiento podrá la Fraternidad expandirse por toda
la Tierra y unir a los hombres y a los pueblos.

El Iniciado tiene su rango de Acción en tres planos de manifestación, en los cuales posee
deberes y derechos que debe cumplir con responsabilidad para pasar de la Iniciación
Virtual a la Iniciación Real. Aquí nos referimos al Plano Trascendental, al Plano
Colectivo y al Plano Individual. Ser Fraterno implica poner en práctica el Amor en cada
uno de estos planos, lo cual es un mandamiento que viene del Ser Supremo: Ama a Dios
sobre todas las cosas (Plano Trascendental), Ama a tu Prójimo (Plano Colectivo) como
a Ti mismo (Plano Individual). Como podemos ver mis QQHH hablar de Fraternidad
es algo complejo y profundo, que nos exige el desarrollo y reconocimiento de nuestros
sentimientos, por encima de la intelectualidad. La Fraternidad nos exige no ser egoístas e
individualistas, nos llama a andar en familia y estar siempre unidos para vencer las
dificultades, como lo simboliza la Cadena Fraternal al final de nuestras reuniones.

Un dicho sufí habla de que "aquél que camina sólo, camina con Satán”. En efecto, un
camino en solitario deja siempre abierta la puerta a las sugestiones del ego sin que uno
mismo lo perciba. El Ego posee una inmensa capacidad de dar buenas razones, grandes
intenciones y buenas excusas para justificar las peores de nuestras pasiones. El trato con

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los otros HH ayuda a clarificarnos por el efecto del trabajo que resulta de la fraternidad
espiritual, en la cual no debe haber intereses ni expectativas personales que enturbien los
corazones. Es fácil pretender ser tolerante cuando uno está sólo en casa pero es mucho
más difícil serlo realmente sobretodo cuando nos cruzamos con alguien con quien no
estamos de acuerdo sobre algo que nos es próximo. El Ego nos puede hacer creer que
somos muy serviciales y descubrir que, de hecho, nos sentimos superiores; exactamente
igual puede suceder con la humildad. O creernos generosos y descubrir lo mal que le
sienta a uno dar ciertas cosas en ciertos momentos.

En la lucha contra nuestro Ego, el individualismo es una cuestión que debe ser
sobrepasada. El hecho de ir más allá de uno mismo para ponerse al servicio de una
realidad que siempre nos supera, de aprender a dar preferencia a los demás antes que a
uno mismo, es una parte importante de la educación espiritual. Una Cadena Fraternal es
una comunidad espiritual donde a veces recibimos y a veces damos; y cuanto más damos
más recibimos. Como dice el proverbio sufí “Da lo que tienes en el bolsillo y Dios te dará
lo que está en el misterio”: al inicio siempre hay el acto de dar y enseguida, como
consecuencia, recibir para poder dar de nuevo. Pero cuando damos conviene recordar las
palabras del Evangelio que indican "que tu mano derecha ignore lo que hace la
izquierda”.

El Amor se da pero no se exige, esto lo podemos aplicar también para la Fraternidad que
no es otra cosa que la manifestación del Amor. Todos los hombres pueden ser hermanos
en la medida que conozcan y realicen en las profundidades de su corazón la verdadera
Fraternidad, es decir, de su común relación con los tres Planos ya nombrados. Caerán
entonces las barreras ilusorias que actualmente dividen a los hombres, según como cae la
venda de los ojos, y la Masonería habrá esparcido su LUZ por toda la Tierra.

ÍNDICE

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Introducción……………………………………………………………………………..2

0. A mis QQHHAprendices………………………………………………………...4
1. Actitud Iniciática……………………………………………………………………...6
2. La Masonería y el Fanatismo………………………………………………………....8
3. La difícil tarea de ser Masón………………………………………………………...10
4. La Metodología Masónica…………………………………………………………...13
5. Masonería e Iniciación……………………………………………………………….15
6. Algunas ideas sobre la Iniciación……………………………………………...…….17
7. De la Iniciación Virtual a la Iniciación Real………………………………………...20
8. A las Puertas del Templo tocan Profanamente……………………………………...22
9. De donde venís, Hmío…………………………………………………………….25
10. Los Signos de un Masón………………………………………………...…………28
11. La Apertura de la Logia……………………………………………………………30
12. El Trabajo del Aprendiz……………………………………………………………34
13. Línea Mientos………………………………………………………………………37
14. Nuestros Augustos Misterios……………………………………………………….40
15. Algunas consideraciones sobre el Arte Real……………………………………….43
16. La Vía Simbólica…………………………………………………………………...45
17. El Estudio de las Ciencias………………………………………………………….48
18. Visión Matemática de la Masonería………………………………………………..51
19. Los Pasos Vacilantes del Aprendiz…………….…………………………………..55
20. Los Deberes de un Masón………………………………………………………….59
21. Sobre la Fraternidad………………………………………………………………..62

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