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NUESTRA CIUDAD NECESITA EL EVANGELIO

Dios está airado con la humanidad. Dios está airado con Colombia. Dios está airado con Chía. Pero
por amor y misericordia te puso trajo aquí.

Chía es nuestra ciudad y mientras vivamos aquí, Chía es nuestro campo misionero.

¿Nos importa esta ciudad y sus habitantes? ¿Cuál es la misión que tenemos en Chía? ¿Qué es lo que
Chía necesita de cada uno de nosotros? El evangelio principalmente.

Santo Tomás dijo: Predica el evangelio y si es necesario usa palabras. Este pensamiento desorienta
porque plantea la idea de que el evangelio es algo que hacemos, que el evangelio son buenas obras,
pero esto no es así.

El evangelio no es algo que hacemos, sino algo que se hizo por nosotros.

El evangelio son buenas noticias y las noticias se dicen.

El evangelio es un mensaje acerca de cómo hemos sido rescatados:

Del castigo venidero.

1Ts 1:10 PDT Ustedes comenzaron a esperar la llegada del Hijo de Dios desde el cielo. Él es
Jesús, a quien Dios resucitó y quien nos salva del castigo que el mundo va a recibir por su
pecado.

Pero no es un castigo impersonal al que se refiere, sino a la ira de Dios, es el castigo de Dios el que
esta ciudad va a recibir, pero el evangelio es la noticia de que se ha pagado un rescate para este
castigo.

Romanos 8:1-32 habla magistralmente de cuáles son las evidencias de que Dios está airado con la
humanidad.

Ya que la humanidad no quiso dar gloria a Dios ni le expresaron sincera gratitud, se volvieron
idólatras y empezaron a honrar a las cosas creadas, en vez de honrar al creador. La ira de Dios se ha
manifestado entonces de la siguiente forma:

 Dios los abandonó para que hicieran cosas vergonzosas con sus cuerpos (24) Cosas viles y
degradantes.
 Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas para que las mujeres se volvieran lesbianas
y los hombres homosexuales (26-27).
 Dios los abandonó a sus tontos razonamientos para hacer cosas que no deben hacerse (28)
¿Cuáles cosas?
 Rom 1:29-32 PDT Esta gente se mantiene haciendo toda clase de injusticia, corrupción,
codicia y maldad. Viven llenos de envidia, asesinatos, peleas y fraudes. Siempre están
pensando mal de los demás. Son unos chismosos; (30) hablan mal de los demás. Odian a
Dios, son insolentes, orgullosos, vanidosos, inventan maldades y no obedecen a sus padres.
(31) Son insensatos, no cumplen sus promesas, son insensibles y no tienen piedad de nadie.
(32) Aunque saben que la ley de Dios dice que quienes hacen esto merecen morir, no les
importa y siguen haciéndolo. Además afirman que están en lo correcto los que hacen todo
eso.

Entonces no es que la ira de Dios vaya a venir sobre Colombia y Chía por toda la corrupción que
vemos. Es que ya vino. La ira de Dios está sobre esta ciudad. El problema no es que haya tanta
inseguridad, tantos chismes, tanta inmoralidad. Esa es la evidencia del problema, pero no el
problema. El problema es que estamos separados de Dios. Nuestra comunión con Dios está rota. No
le hemos dado la gloria que merece y en lugar de eso lo hemos querido usar solo como el genio de
la lámpara, como el amuleto de la buena suerte, pero no lo amamos, no le damos gloria, no vivimos
para Él, ese es el problema.

Estamos mal. Nos ha pasado lo mismo que a Adán y Eva (Gén 3).

 Estamos mal con nosotros mismos: Llenos de vergüenza y temores. Vivimos dando círculos
buscando como mejorar nuestra autoestima, como creer más en nosotros mismos, como
vencer los temores, porque estamos mal.
 Estamos mal con los demás: Aunque estamos mal con nosotros mismos, lo escondemos por
orgullo y preferimos levantar el dedo para señalar al otro y echarle la culpa en vez de encarar
nuestro propio pecado.
 Estamos mal con Dios: Preferimos escondernos de Él, queremos hacer de cuenta que Él no
existe, que está lejos o que no nos ve o que, en última instancia, Él tiene la culpa de todo lo
que nos ha pasado. ¿Qué nos ha pasado?
 Experimentamos sufrimiento, enfermedad, dolor, dificultades de todo tipo, tragedias,
desastres naturales, guerras, y por último la misma muerte. No es que la vida sea así, es que
estamos bajo maldición. Dios está airado con la humanidad.

Todos estos problemas no son el problema. Son los síntomas del verdadero problema: Estamos
separados de Dios, no estamos reconciliados con Dios. Los siguientes pasajes nos muestran esta
verdad.

Rom 5:8 En cambio, Dios nos demostró su amor en que Cristo murió por nosotros aun cuando
éramos pecadores.

2Co 5:20 Así que hemos sido enviados para hablar en el nombre de Cristo. Es como si Dios estuviera
llamando a la gente a través de nosotros. Hablamos por Cristo cuando les rogamos a ustedes que se
reconcilien con Dios.

Así que con hacer buenas obras por otro no estamos llevando el evangelio, porque el evangelio es
un mensaje. El mensaje de lo que Dios ha hecho por nosotros por medio de Cristo para
reconciliarnos con Dios.

¿Estás reconciliado con Dios?

Si piensas algo como: “No sé, aún no soy lo suficientemente bueno”. Estás pensando en función de
ti mismo y tus buenas obras. Estás pensando en función de lo que tienes que hacer y no de lo que
ya fue hecho por ti.

J.I. Packer dijo: “La esencia de la salvación cristiana es decir que Dios es lo suficientemente bueno y
que yo estoy en Él”.
Jesús no vino para ser un buen ejemplo. Vino para que te refugies en Él. Porque en Él está la
salvación. Escóndete en Cristo, protégete en Él, sálvate en Él. Reconcíliate con Dios en Él.

Dios salva pecadores

Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se ha propuesto mostrar su amor al mundo. A pesar de que está
airado con la humanidad, ha querido mostrar que su misericordia está dispuesta a aplacar su ira.
Dios se ha propuesto salvarte, Dios se ha propuesto salvar a tu familia, Dios se ha propuesto salvar
a esta ciudad. Dios se ha propuesto salvar a su pueblo escogido.

Él es quien salva de principio a fin.

 Dios el padre decide mostrarnos misericordia, elige y envía a su Hijo para salvarnos.
 Dios el Hijo decide obedecer al Padre y venir a pagar el precio de nuestro rescate.
 Dios el Espíritu Santo viene a traer vida a nuestros espíritus muertos y a sostenernos,
renovarnos y capacitarnos día a día hasta que lleguemos a casa.

Él lo hace todo de principio a fin. Nos elige, nos llama, nos justifica, nos santifica y nos glorifica. De
principio a fin dependemos de Él, de principio a fin lo necesitamos a Él.

Él no salva a los buenos. Los buenos no necesitan salvación. Él vino por los pecadores. Dios salva
pecadores, no hombres justos: Personas sucias, viles, manchadas, culpables, pecadores
imposibilitados para acercarse a Dios por sí mismos y mejorar su vida espiritual.

Este es el mensaje del evangelio. Esto es lo que yo necesito. Esto es lo que tú necesitas. Esto es lo
que tu familia necesita. Esto es lo que nuestra ciudad necesita.

Iglesia, estamos vivos si creemos el evangelio.

Juan 20:31 pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo (el Mesías),
el Hijo de Dios; y para que al creer, tengan vida en Su nombre.

No es que vamos a vivir. Estamos vivos. No es que vayamos a reconciliarnos con Dios, ¡Ya estamos
reconciliados con Dios! Porque el evangelio no se trata de lo que debemos hacer, sino de lo que
Jesús ya hizo por nosotros para rescatarnos.

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