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Uno de los grandes terrores de todos los organizadores de eventos, es que llegue
la cita del evento y que no se presente nadie. Esto puede suceder con una mala
comunicación. Tanto una comunicación escasa, como una comunicación poco
efectiva, no llegaríamos al target del evento, y por lo tanto, estaríamos
cosechando un sórdido y desértico evento. No debemos olvidar que la
comunicación es uno de los grandes pilares que sustenta el éxito de la
organización de eventos. Algunos consejos para no dejar lugar a la suerte: crear
expectativas, tener al corriente la prensa, avisa con tiempo, aprovechar os
contactos, que personas influyentes participen en el evento y, no dejes atrás las
redes sociales.
También, por muy fácil que sea llegar a la información crucial, si no está escrito de
forma clara, de nuevo, es como desperdiciar tiempo y dinero.
Por ejemplo, hay eventos motivacionales que se concretan mejor en una quinta, al
aire libre, y con un catering informal. Otros, pueden aprovecharse mejor en el
salón de un hotel y frente a mesas vestidas de manera formal.
Hay eventos de alto impacto que, más allá de los comentarios elogiosos del
momento, no generan en el staff los resultados esperados por la gerencia.
Para eso, hay que considerar qué quiere comunicar la gerencia y cómo se puede
aprovechar ese momento para establecer un canal efectivo de comunicación con
el personal.
¿El lugar del evento queda lejos y nadie pensó en aquellos que no tienen
transporte propio? ¿Se calculó mal el número de asistentes y la comida no
alcanzó? ¿Hubo una desinteligencia con los horarios y los asistentes llegaron dos
horas después de lo previsto?
El traslado tanto de los participantes como de los elementos con los que se
trabajará, del personal que armará y desarmará las estructuras, la preparación y
distribución de los alimentos son algunas de las cuestiones logísticas que hay que
atender muy cuidadosamente.
Es frecuente que la organización completa del evento recaiga sobre la secretaria
del gerente general, una agencia de publicidad o la consultora de relaciones
públicas de la compañía.
Pero éstos no siempre están capacitados para hacerlo. Armar un evento es una
actividad de alta complejidad, que requiere la acción sincronizada de muchas
personas de rubros muy diferentes.