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Organización política

La antigua China tuvo un sistema de gobierno en muchos aspectos similares a


otras civilizaciones antiguas:
El poder era ejercido por la sucesión familiar, o sea, por dinastía. Esto
hizo que unas pocas familias se mantuvieran en el poder por siglos y
que el gobierno fuese cada vez más centralizado en el monarca.
El gobierno era teocrático, esto es que el rey se consideraba
representante de la divinidad en la Tierra. Consideraban que ellos
gobernaban a los hombres de acuerdo con el modelo de gobierno de
los dioses en el cielo. Por eso a los antiguos emperadores se les debía
rendir obediencia y sumisión.
Lo que se sabe de la política de china es que la mayoría de las dinastías que
rigieron en este territorio utilizaron un sistema muy parecido a la monarquía
absoluta, bajo el poder de un emperador que luego era reemplazado por un
heredero después de su muerte. Las grandes dinastías que mandaron en china
fueron:
 Dinastía Shang - Dinastía Jin

 Dinastía Qin - Dinastía Han

 Dinastía Zhou - Dinastía Xia

 Dinastías Meridionales y Septentrionales (Wei del Norte, Wei del Este,


Wei del Oeste, Qi del Norte y Zhou del Norte)

 Dinastía Sui - Dinastía Tang


Para poder gobernar sus cada vez más extensos territorios, los emperadores
disponían de funcionarios pertenecientes a la aristocracia, llamados
mandarines, quienes dirigían la administración y la justicia.
Economía
La principal actividad y base de la civilización fue la agricultura, era de
subsistencia, es decir, producía para el consumo de su familia y era poco lo
que compraba o vendía. Además, la distribución de la tierra tendía a ser
desigual. En este contexto, la tierra tenía para el campesino una importancia tal
que, en tiempos de sequía o malas cosechas, prefería vender a un hijo antes
que a su lote. Otras actividades económicas importantes para los chinos
fueron:

Ganadería: Por los grandes pastizales con los que contaban,


domesticaron ganado bovino, ovino y caprino.
Artesanía: Trabajaron el metal, la cerámica y los textiles. Aún en la
actualidad son reconocidas como piezas muy valiosas la cerámica y la
seda chinas.

Religión
China nunca ha sido un país muy religioso, puesto que se basaban tanto en el
confucionismo, como en el taoísmo y/o el budismo, considerados más bien
filosofías que regían el modo de vida y conducta de los ciudadanos.
A diferencia de las religiones occidentales, los chinos no se apegaban a alguna
divinidad en especial, sino en las fuerzas de la naturaleza. Creían en que cada
ser vivo tenía un deber en esta tierra y que ya tenía ganado su lugar en el cielo,
siempre y cuando cumpliera con dicha “misión” por la que fue enviado.
Aun así tenían algunas “deidades” celestes y naturales, como el dios del cielo o
el cielo en sí, quienes se adoraban en templos.
Estos constituían una parte importante dentro de la sociedad china ya que no
solo en los templos se les rezaban a deidades, sino que también miles de
familias hiban a orar por sus antepasados, rito obligatorio para cualquier
ciudadano. Esta cultura siempre fue tolerante en cuanto a la religión. No
demostraban rechazo por ninguna de las religiones extranjeras ni por las
diversas creencias que existían dentro su propio territorio.
De hecho, los que creían en el taoísmo, en el confucionismo o en el budismo,
convivían con gran armonía, puesto que consideraban estas tres visiones como
distintos modos de llegar a la misma meta: la iluminación del alma. También
estaba el caso de Matsu, la Diosa del Mar, una deidad folklórica de Taiwan; y
Kuanyin, la diosa budista de la Misericordia, las que se adoraban a veces en un
mismo templo.

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