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Desarrollo lingüístico en niños con deficiencia auditiva

Ante la presencia de una deficiencia auditiva significativa durante la infancia, la capacidad lingüística
puede verse afectada de forma muy variable dependiendo del área más perjudicada, pudiendo diferenciarse
entre vocabulario, gramática, articulación, fluidez, comprensión, pronunciación, etc.
Además del tipo de afectación que presente el niño, el desarrollo del lenguaje también se ve influido por la
naturaleza y calidad de entorno comunicativo que le rodea, por ello parece conseguirse una mayor habilidad
lingüística si la madre es oyente respecto del caso en que tanto la madre como el hijo son sordos.
Más concretamente, en lo referente a cómo se produce el desarrollo lingüístico del niño sordo se observa
que, durante los primeros 9 meses, estos bebés presentan un nivel de vocalización similar al de los niños
no sordos. En ese momento se empiezan a observar discrepancias sobre la cantidad y la calidad de las
producciones orales de los pequeños. Esto es debido a que el bebé no recibe los suficientes refuerzos
ambientales que lo alienten a realizar dichas verbalizaciones.
A grandes rasgos puede decirse que el desarrollo de un niño sordo respecto de otro que no lo es se efectúa
siguiendo las mismas fases en ambos casos, aunque en el niño sordo se produce más lentamente. En el área
de la sintaxis se observan muchas dificultades, hasta el punto que no llegan a dominar las estructuras
complejas aún a los 18 años (hito que sí se da en chicos oyentes a la edad de 8 años). Así, el contenido de
las emisiones son más simples, con menos contenido significativo en plurales, preposiciones, conjunciones
o pronombres, así como ocurren alteraciones en elementos de la oración como en los plurales, los tiempos
verbales o el género.
La pronunciación se encuentra intensamente alterada en relación a la entonación, ritmo, tiempo, etc.,
además de otras distorsiones sintácticas graves. En cuanto a la comprensión, el niño debe valerse de claves
visuales que le ayuden a entender la estimulación recibida. Utilizan además, la lectura labio-facial y otros
métodos complementarios que les faciliten la diferenciación entre movimientos labiales compartidos por
distintos fonemas o fonemas que no poseen movimientos visibles labiales.
Diferencias en el desarrollo morfosintáctico
Las investigaciones que han intentado estudiar las diferencias que tienen lugar entre el desarrollo
morfosintáctico de un niño oyente respecto de otro sordo demuestran que es segundo presenta tanto
desviaciones como retrasos en el aprendizaje gramatical y de la morfosintaxis, en concreto.
De forma más detallada, los estudios han hallado que la longitud de las oraciones es significativamente
inferior en chicos sordos de 17 años respecto de las que logran construir niños oyentes de 8 años.
Relacionado con ello, se ha encontrado que los chicos sordos no elaboran frases complejas, a diferencia de
los niños oyentes de 11 años, los cuales empiezan a dominar esta capacidad.
Además, las construcciones oracionales de los niños con deficiencia auditiva son poco variadas
sintácticamente y se observa en menor grado la utilización de adjetivos, auxiliares y conjunciones en
contraposición a un mayor uso de nombres y verbos (los cuales se les puede atribuir más significado, por
lo que resulta más accesible la evocación al concepto que representan), artículos, los pronombres y
preposiciones también son escasos en chicos no oyentes. Así, las mayores diferencias entre un colectivo y
otro hacen referencia al empleo de palabras “función”.
Otro grupo de investigaciones ha hallado tres conclusiones principales en la comparativa entre niños
oyentes y sordos: para estos últimos resulta mucho más complejo la aplicación de estructuras que incluyen
pronombres, la conjugación de los verbos y la formación de frases extensas; los sordos no alcanzan un
completo desarrollo del lenguaje a los 18 años aunque la evolución del aprendizaje del lenguaje es
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Almeida Sabando Cynthia Valeria
Paralelo: P2 – 003
Fecha: 12/11/2019
progresivamente positiva para frases simples (no así en las complejas); el mayor número de errores se
concentran en el uso de palabras función en el grupo de los no oyentes.
Finalmente, a nivel neurofisiológico, otros estudios pretenden analizar el nivel de especialización en
el hemisferio izquierdo a través de la actividad registrada por potenciales evocados tras la presentación de
unas listas de palabras determinadas.
El resultado obtenido hace notar una discrepancia en la zona cerebral activada durante dicha tarea entre los
oyentes y los sordos: las áreas cerebrales anteriores izquierdas eran activadas por las palabras función,
mientras que las zonas parietales posteriores, tanto en el hemisferio derecho como en el izquierdo, se
activaron para las palabras con contenido semántico. Así, puede concluirse que la habilidad de dominio
morfosintáctico depende de la modalidad en que se produzca la estimulación lingüística recibida.
Orientaciones en la optimización del aprendizaje del lenguaje oral
Silvestre (1998) ha propuesto un listado de condiciones consideradas óptimas para que pueda darse el
aprendizaje de la lengua oral de forma adecuada.
1. La implicación familiar
Se recomienda una elevada frecuencia de intercambios entre padres e hijos para potenciar la estimulación
recibida por este, asegurando un mayor nivel de progreso.
2. Atención educativa temprana
Con la finalidad de alcanzar el mayor grado de desarrollo posible atendiendo a los periodos sensibles de
mielinización y plasticidad neuronal.
3. Adaptación correcta del audífono
Indispensable para una correcta interacción entre el niño y el ambiente.
4. Reeducación auditiva temprana
Esencial para compensar en la medida de lo posible las deficiencias presentadas en cada caso concreto.
5. Adquisición de la lectura labio-facial
Deviene un requisito para la comprensión del lenguaje oral recibido por parte del interlocutor presente.
6. Desarrollo comunicativo y cognoscitivo
Puesto que existe una estrecha relación entre el desarrollo orgánico y el psíquico, se debe actuar para
impedir que dificultades en el primero (deficiencia auditiva) conlleven perjuicios en el segundo
(psicopatología o malestar emocional o cognitiva).
Netgrafía:
*Rodríguez E. (2017). Psicología y Mente. Desarrollo del lenguaje en niños con discapacidad auditiva.
Tomado de: https://psicologiaymente.com/desarrollo/desarrollo-lenguaje-ninos-con-discapacidad-auditiva
*Castro P. (2003). Aprendizaje del lenguaje en niños sordos: fundamentos para la adquisición temprana
de lenguaje de señas. Revista Psicología Científica. Disponible en:
http://www.psicologiacientifica.com/lenguaje-de-senas-aprendizaje

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Almeida Sabando Cynthia Valeria
Paralelo: P2 – 003
Fecha: 12/11/2019

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