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COMENTARIO DE: “Sonatina” Víctor Muela Cascallana 1ºBI

COMENTARIO DE TEXTO LITERARIO:


“Sonatina”

Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido por su


pseudónimo literario Rubén Darío, nació en Nicaragua en 1867. Fue
poeta, periodista y diplomático, considerado como el mayor
exponente del modernismo literario hispanoamericano, y uno de los
más importantes poetas de la literatura española en el último siglo.
En su obra, destacan los poemarios Azul (1888), Prosas profanas y
otros poemas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905). Murió en
Nicaragua en 1916.
La producción literaria de Rubén Darío se puede dividir en
cuatro etapas. En la primera etapa, Darío todavía es un joven poeta
y está en plena formación. En este momento imitará a los románticos
españoles y se verá influenciado por la poesía parnasiana. Su
segunda etapa de producción literaria comienza con la presentación
de su libro Azul en 1888 en prosa y verso. Dentro de este libro escribe
la poesía “Sonatina”, la cual vamos a analizar posteriormente. Con
este libro empieza el modernismo. En su tercera etapa publica
“Prosas Profanas”, este libro supone el triunfo de la estética
modernista. En esta publicación escribe la poesía “el aire suave” y
cuida los aspectos musicales y rítmicos de los versos alejandrinos,
experimenta con una gran variedad de estrofas y proclama el are
como forma de expresión más sublime. Finalmente, en su último
periodo escribe “cantos de vida y esperanza” considerado el mejor
libro de la lírica de Rubén. La crisis personal del autor le hace
construir poesía más honda, sincera y humana, haciendo prevalecer
temas existenciales y políticos.
COMENTARIO DE: “Sonatina” Víctor Muela Cascallana 1ºBI

El texto objeto de comentario narra la historia de una princesa,


que, a pesar de vivir en un palacio lleno de lujos, no conoce la libertad
de vivir fuera de esa “prisión”. Este poema recoge todas esas
añoranzas de la princesa por experimentar en el mundo exterior. El
tema principal es la soledad de la princesa.

Si nos adentramos en las entrañas de “Sonatina”, podemos


dividir este poema en tres divisiones atendiendo a relaciones
temáticas. La primera parte abarcaría las dos primeras estrofas, en
las cuales se hace una presentación más o menos detallada de la
situación en la que vive la princesa, tanto de la soledad en la que vive
inmersa, como el ambiente de riqueza en el cual se ve rodeada. La
segunda división engloba todo el grueso del poema, exceptuando la
última estrofa, en estas se intercalan dos temas de forma indiferente:
la falta de amor que sufre, y la carencia de libertad. Finalmente, el
último apartado correspondiente a la última estrofa, es un aliento de
esperanza por parte del hada madrina, el cual comienza con una
intervención.

Estudiando la estructura externa de este poema de Rubén


Darío se puede apreciar que las estrofas que lo forman son
denominadas sexteto de sonatina. Estas se caracterizan por estar
formadas por seis versos de arte mayor, en este caso alejandrinos.
La rima es siempre consonante y se puede reflejar en el siguiente
esquema: AABCCB.
Si hablamos de los acentos, se atisba que posee un ritmo
yámbico, ya que la sílaba acentuada es par. Los acentos rítmicos de
este poema se distribuyen perfectamente, claramente con una
intención melódica.

“Sonatina” al ser un claro ejemplo de poema modernista posee


una ingente cantidad de recursos estilísticos, sobre todo buscando la
evasión y la sensorialidad. Así pues, vamos a analizarlo acudiendo a
los tres planos estilísticos.
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En cuanto al plano fónico-fonológico se refiere, no se puede


apreciar una abundancia excesiva de recursos. Aún así, existe una
aliteración del sonido “s” en el segundo verso. Este recurso produce
al lector una sensación de suavidad y delicadeza, aspecto que se
puede relacionar con la descripción de la princesa que se está
realizando justo en esa estrofa. Asimismo, existe otra aliteración más
del sonido “v” en el último verso de la segunda estrofa. Esta, en
cambio produce cierta languidez en la lectura, quizás pudiéndose
referir al tiempo que pasa la princesa en palacio rodeada de riqueza,
pero pensando en la libertad que no puede llegar.

En el plano morfosintáctico nos podemos dar cuenta que es


aquí donde Rubén Darío juega con la gramática de la lengua
española para poder llegar así a los ideales modernistas. Para un
mejor estudio de este plano estilístico es necesario subdividirlo en
otros dos planos: uno morfológico y otro sintáctico. En el primero de
los dos mencionados hay que centrarse en el uso de sustantivos,
generalmente cultismos, que evocan un ambiente paradisiaco y
exótico. Este sería el caso de los topónimos Oriente, Golconda
(antigua ciudad india), China y Ormuz; estos lugares tratan de
ambientar el poema en lugares exóticos que están situados fuera de
la realidad mundana de la princesa. Para enfatizar en este concepto
de la evasión de la realidad, también se citan muchas especies
distintas de flores como rosas, lirios, nelumbos y dalias; dotando
además “fragancia al poema”. Asimismo, se nombran varios
animales alados como libélula, mariposa, golondrina, halcón,
hipsipila (cultismo de mariposa), caballo con alas (Pegaso), hada
madrina y el cisne. Estos seres aluden a la libertad que por mucho
que persigue la princesa nunca puede alcanzar. Además, el cisne es
el animal modernista por antonomasia, el cual es utilizado por
diversos autores como figura recurrente de la elegancia. Si bien los
sustantivos son una pieza clave en la comprensión de este poema,
los adjetivos son la llave para poder relacionarlo con la corriente y el
estilo modernista. Los adjetivos que son utilizados, sobre todo los que
se refieren a colores, están diseñados para que a pesar de que el
poema se tenga que leer, se pueda percibir por el sentido de la vista.
Algún ejemplo de estos adjetivos es argentina (cultismo que significa
plata), rojo, azur (cultismo de azul), oro, rosa, marfil… y estos también
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tienen la funcionalidad de expresar la riqueza y el lujo en el que vive


inmersa la princesa.
En cuanto al otro plano, el sintáctico, la mayoría de los recursos
que se hayan tienen como objetivo aportar musicalidad y ritmo al
poema. Uno de estos recursos que cumplen este aspecto funcional
es el paralelismo. Este se puede encontrar en: “que ha perdido la risa,
que ha pedido color”, aquí se puede apreciar una exaltación del
sufrimiento y las penas que esta viviendo la dama; “La princesa no
ríe, la princesa no siente”, este paralelismo da a entender que ella ya
ha asumido su situación en palacio; “quiere ser golondrina, quiere ser
mariposa”, recalcando los deseos que mantiene de ser feliz en
libertad; “ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón
escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago azur”, a parte del
paralelismo existe un polisíndeton ya que se repite la conjunción “ni”
aportando un mayor valor a cada elemento de la enumeración; “(La
princesa está triste. La princesa está pálida)” y “(la princesa está
pálida, la princesa está triste)”; ambos forman un paralelismo
encadenado, que a la par que le aporta un ritmo casi juguetón, vuelve
a hacer hincapié en la misma idea que se va repitiendo de forma
metódica a lo largo de todos los versos. Muy relacionado con el
paralelismo está la anáfora, y esta se puede encontrar en la tercera
estrofa, y en las exclamaciones que empiezan por “oh” en la séptima
estrofa. Esta figura literaria produce un efecto similar al paralelismo.

Finalmente, en el plano léxico-semántico, Rubén Darío llega al


sumun de belleza y sensorialidad a través de un largo listado de
figuras estilísticas. En primer lugar, el uso de la pregunta retórica
tanto en el primer verso, que sirve para empezar a introducir el
contexto de la princesa, como en la tercera estrofa, utilizado para
poder justificar la soledad de la princesa; ayudan al autor a poder
establecer un vínculo con el lector y así hacer que el mensaje
transmitido sea más claro y conciso. En la primera estrofa, como se
ha mencionado con anterioridad, se introduce el contexto de la
princesa, y, por lo tanto, todos los recursos que aparecen están
relacionados con este tema. La metáfora “boca de fresa” exalta la
belleza de la princesa, utilizando tanto el sentido de la vista como el
del gusto, ya que nos da entender que una de sus características es
su dulzura. En el verso V, existen dos recursos, uno es la
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prosopopeya, que está presente ya que el teclado es un ser


inanimado y no puede estar mudo. Y también encontramos una
antítesis ya que entre el adjetivo sonoro y el mudo, esto expresa con
absoluta claridad el mundo de contrastes en el cual vive la princesa.
En último lugar, hay una prosopopeya en “se desmaya una flor”, la
cual intensifica más la tristeza, a través de la analogía de una flor que
se marchita.
En la tercera estrofa, podemos encontrar la figura literaria
modernista por antonomasia: la sinestesia. Esta se localiza en
“dulzura de luz”, ya que relaciona el sentido de la vista con el del
gusto, Rubén Darío utiliza de forma meramente estética.
A lo largo del poema se pueden encontrar otra metáfora como
“flor de la corte”, simbolizando que es lo más bello que hay en palacio,
y por lo tanto tiene que ser guardado como un auténtico tesoro. Esta
idea se refuerza a través de una sinécdoque en “Está presa en sus
oros, está presa en sus tules”. Y para que esté cuidado este tesoro
de la mejor manera, se utiliza una hipérbole para exagerarlo de sobre
manera “que custodian cien negros con sus cien alabardas”.
Para acabar de la mejor manera posible, el autor hace uso de
dos metáforas, “vencedor de la Muerte” y “encenderte los labios”, que
también es el tópico literario fuego de amor, y una redundancia en
“beso de amor”. Este último cúmulo de recursos representa el futuro
lleno de amor y pasión de la princesa.

“Sonatina”, a pesar de estar escrito el siglo XIX, retrata una


realidad que, a día de hoy, sigue estando vigente. Y es que, la
mayoría de las veces, por mucho dinero y riqueza que poseas, nunca
tendrás la llave de la puerta de la felicidad, y vivirás en una cárcel, de
oro, pero seguirá siendo una cárcel. Aparte de esta moraleja que se
puede deducir de este poema, también es importante saber apreciar
la sensorialidad que transmite este, llegando casi a poder leerse con
los cinco sentidos. Todo esto explica porque este poema,
perteneciente a “Azul”, es considerado por muchos la obra culmen
del modernismo latinoamericano.
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