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Juicio No.

316-2009

Juez Ponente: Doctor Wilson Andino Reinoso


CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL.- Quito,
junio 13 de 2012; las 09h30´.-
VISTOS: Jorge Enrique Molina Herrera deduce recurso de casación (fs. 73, 74 y 75 del tercer cuaderno de
segunda instancia), respecto de la sentencia dictada por la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja (hoy
Corte Provincial de Sucumbíos), que resolvió nulitar todo lo actuado a partir de la demanda a favor del
Consejo Provincial de Sucumbíos. Para resolver, se considera: PRIMERO.- JURISDICCIÓN Y
COMPETENCIA.- Este Tribunal goza de jurisdicción y competencia en virtud de haber sido
constitucional y legalmente designados mediante Resolución N°-004-2010 de 25 y 26 de enero del 2012 y
posesionados por el Consejo de la Judicatura el 26 de enero del 2012; y la competencia, en mérito a lo
dispuesto por los arts.184.1 de la Constitución de la República del Ecuador; 191 del Código Orgánico de la
Función Judicial; 1 de la Ley de Casación; y, por el sorteo de rigor cuya acta obra del proceso, la Sala de lo
Civil, Mercantil y Familia de la Corte Nacional de Justicia en auto de fecha 12 de agosto del 2009 a las
09h15 analiza el recurso de casación y lo admite a trámite en cumplimiento del artículo 6 de la ley de
casación; pero en cambio no se analiza el orden lógico de las causales, que en la presente causa se lo hace
por la primera del Art. 3 de la Ley de Casación, única interpuesta por el demandado y que al tratarse de
resolución inhibitoria que declara la nulidad del proceso, no debió admitirse a trámite. SEGUNDO.-
ELEMENTOS DEL RECURSO NORMAS QUE SE ACUSAN INFRINGIDAS.- Arts. 108 y 109 de la
Ley de Contratación Pública, Art. 3 del Código de Procedimiento Civil inciso cinco; Art. 42 de la Ley de
Inquilinato y Art. 6 letra b de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativo, así como la regla
primera de la resolución dictada por la Corte Suprema de Justicia el 13 de enero de 1999 que dice “Normas
sobre competencia y procedimiento que deben observarse en los casos de controversias surgidas por
contratos suscritos por el Estado y otras entidades del sector público”. Publicada en el registro oficial N°
120 de 1 de febrero de 1999. TERCERO.- ARGUMENTOS MATERIA DE LA RESOLUCIÓN.-
SOBRE LA PRIMERA ACUSACIÓN.- 3.1. Los recurrentes fundamentan su casación en la causal
primera del Art. 3 de la Ley de Casación, por la errónea interpretación de las normas legales de la ley
invocada. El compareciente propone la terminación del contrato de arrendamiento de tres pisos de un
inmueble de propiedad del recurrente Jorge Enrique Molina Herrera, arrendado al Gobierno Provincial de
Sucumbíos, por falta de pago por más de dos meses, fundamentándose en lo que dispone el Art. 30 letra a)
de la Ley de Inquilinato. 3.2. Según explica el recurrente, el Gobierno Provincial de Sucumbíos por medio
de sus personeros consignó unas pensiones locativas mensuales, realizando dos consignaciones luego de
que fueron citados con la demanda proponiendo excepciones, pero, según dice el casacionista, jamás
reclamó la competencia, es decir reclamó la competencia al realizar las consignaciones de los cánones de
arrendamiento que estaba adeudando, mediante juicio de consignación N° 182-2007. 3.3. Adicionalmente,
conforme al Art. 114 del Código de Procedimiento Civil, cada parte procesal está obligada a probar los
hechos que alega, excepto los que se presume conforme a la ley, en este caso, el hecho de que la parte
demandada realice las consignaciones, es porque está aceptando que está en mora en pago de los cánones de
arrendamiento mensual. 3.4. El señor Juez Primero de lo Civil de Sucumbíos, dicta una resolución
declarando la nulidad de todo lo actuado a partir de la demanda, alegando que no es de su competencia en

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razón de la materia, pues, según dice el recurrente, el juez civil mencionado cree que la demanda debía ser
conocida por el Tribunal Contencioso Administrativo, en virtud de lo que según el Juez dispone el Art. 108
y 109 de la Ley de Contratación Pública. Explica el casacionista, que este auto de nulidad, fue apelado para
ante el superior que en este caso es la Sala Única de la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja. 3.5. Se
dice que existe errónea interpretación de las normas de derecho, por los siguientes hechos: Porque interpreta
erróneamente el Art. 108 de la Ley de Contratación Pública que dice “de existir dificultades no solventadas
dentro del proceso de ejecución tanto el con el contratista como el contratante o ambas partes, o de común
acuerdo, podrán utilizar los procesos de arbitraje y mediación que lleven a solucionar sus diferencias, de
conformidad con la cláusula establecida en el contrato”, señala el recurrente que en el contrato consta una
cláusula donde se establece la jurisdicción y la competencia, para arreglar las diferencias que podían
suscitarse, y la norma legal que anota dice: “De existir dificultades no solventadas” pero a criterio del
casacionista, está determinado en el contrato que se someterán a los Jueces de lo Civil de Sucumbíos en el
trámite verbal sumario, es decir, según dice el señor Molina Herrera se realiza una prorrogación voluntaria
de la jurisdicción como consta en el Art.3 del Código de Procedimiento Civil, es decir, que por acuerdo,
convenio de las partes se someten a los Jueces de lo Civil de Sucumbíos en el trámite verbal sumario. Por
todo esto, por la errónea interpretación del Art. 108 y 109 de la Ley de Contratación Pública se deja de
aplicar lo que establece el Art.3 incisos quinto y nueve. 3.6. Además que no se aplica lo que determina el
Art. 42 de la Ley de Inquilinato, que está citado como Art. 39 en el contrato, y que dice: “Las acciones
sobre inquilinato se tramitarán en juicio verbal sumario ante el juez de inquilinato del respectivo cantón o
quien haga sus veces”. Este mandato es imperativo, y está relacionado con lo que determina el Art.6 letra b)
que dice que no corresponden a la Jurisdicción Contenciosa Administrativa “Las cuestiones de carácter civil
o penal perteneciente a la jurisdicción ordinaria y las que por su naturaleza, sean de competencia de otras
jurisdicciones, es decir, según explica el recurrente, si el Art. 42 de la Ley de Inquilinato ya determina que
las acciones sobre inquilinato se tramitará en juicio verbal sumario, ante un juez de inquilinato del cantón o
quien haga sus veces, entonces si tiene jurisdicción y competencia el juez de inquilinato del cantón donde
está el inmueble en el trámite verbal sumario, jamás podría conocer el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo que tiene su jurisdicción y competencia cuando en el contrato no se haya establecido en el
contrato la jurisdicción y competencia, pero en este caso si está determinado en forma clara que se someten
al Juez de lo Civil de Sucumbíos en el trámite verbal sumario, y es más en forma clara establece que se
someten a la Ley de Inquilinato. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia, en la resolución dictada el 13 de
enero de 1999, en la parte final de la regla primera dice: “Las causas de trabajo y de inquilinato se regirán por
las leyes especiales sobre cada una de tales materias”, esta norma según el recurrente no fue aplicada, omisión
que le perjudicó con la resolución de la Sala dictada por la Sala Única de la Corte Superior de Justicia de
Nueva Loja, dictada el 28 de julio del 2008, en la causa N° 203-2008, dejándole al casacionista en la
indefensión, porque dice que si se le niega justicia argumentando falta de jurisdicción y competencia en
razón de la materia, como entonces se puede ejecutar el cumplimiento del contrato, si está claro que el
Tribunal de lo Contencioso Administrativo no es competente para conocer una demanda verbal sumaria de
inquilinato, porque no consta dentro de la Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.
CUARTO.- ALGUNOS ELEMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN.- La presente causa se ha
presentado en vigencia del anterior Estado social de derecho, es decir de la Constitución de la República de
1998 que se regía por reglas, pues, del Estado de legalidad se pasa al Estado de constitucionalidad, deja
atrás el concepto ideológico del Estado liberal de derecho que restringía al poder público a garantizar los
derechos individuales. La nueva noción del Estado garantista surge y se asienta en los derechos

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fundamentales, naturales del ser humano, por tanto, el control constitucional consentirá la objetividad plena
del Estado constitucional de derechos y la efectiva vigencia del principio de la supremacía constitucional así
como los contenidos básicos de la Carta Internacional de Derechos Humanos. Con la expedición de la
Constitución del 2008 tutela en nuestro país un Estado Constitucional de derechos y justicia, marco
constitucional que cambia absolutamente la administración de justicia con ello a que los jueces garanticen
en todo acto jurisdiccional los derechos fundamentales de los justiciables, y que, respecto de la casación, la
Corte Constitucional ha declarado que “El establecimiento de la casación en el país, además de suprimir el
inoficioso trabajo de realizar la misma labor por tercera ocasión, en lo fundamental, releva al juez de esa tarea, a
fin de que se dedique únicamente a revisar la constitucionalidad y legalidad de una resolución, es decir, visualizar
si el juez que realizó el juzgamiento vulneró normas constitucionales y/o legales, en alguna de las formas
establecidas en dicha Ley de Casación…” (Sentencia No. 364, 17-I-2011, p. 53). QUINTO.- EXAMEN DEL
CASO CONCRETO EN RELACIÓN A LAS OBJECIONES PRESENTADAS.- De la confrontación
del recurso interpuesto en los términos de los considerandos segundo y tercero, la sentencia impugnada y la
normatividad vigente, conforme la doctrina y jurisprudencia el recurso de casación constituye una auténtica
demanda en contra de la sentencia y es mediante esta refutación que se arremete la sentencia rebatida, al
tratarse de un recurso extraordinario el Tribunal de Casación para decidir, tiene que limitar su examen a los
cargos o cuestionamientos formulados en el escrito de casación acorde a la orden contenida en el art. 76. 7,
letra l) de la Carta del Estado, en que: “Las resoluciones de los poderes públicos deben ser motivadas. No habrá
tal motivación si en la resolución no se encuentra, las normas o principios jurídicos en que se funda o no se explica
la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho establecidos en el proceso. Los actos administrativos,
resoluciones o fallos que no se encuentran debidamente motivados se considerarán nulos”. Por tanto, conforme el
mandato constitucional, se lo hace de esta manera: 5.1. El recurrente fundamenta su recurso en la primera
causal del art. 3 de la Ley de Casación, esto es por: “Aplicación indebida, falta de aplicación o errónea
interpretación de normas de derecho, incluyendo los precedentes jurisprudenciales obligatorios, en la sentencia o
auto, que hayan sido determinantes de su parte dispositiva”. El vicio que la causal primera imputa al fallo es el
de violación directa de la norma sustantiva, incluyendo los precedentes jurisprudenciales obligatorios,
prescindiendo de los hechos y la valoración probatoria, porque no se ha dado la correcta subsunción del
hecho en la norma; es decir, no se ha originado la conexión lógica de la situación particular que se juzga con
la previsión hipotética y genérica efectuada de antemano por el legislador; yerro que se puede provocar por
los tres diferentes tipos de infracción ya señalados, lo que el recurrente debe fundamentar adecuadamente.
La aplicación indebida ocurre cuando la norma ha sido entendida rectamente en su alcance y significado;
más se la ha utilizado para un caso que no es el que ella contempla. La falta de aplicación se manifiesta si el
juzgador yerra ignorando la norma en el fallo. La errónea interpretación tiene lugar cuando, siendo la norma
cuya transgresión se señala la pertinente para el caso, el juzgador le ha dado un sentido y alcance que no
tiene, que es contrario al espíritu de la Ley, lo que efectivamente es aplicable al caso que se decide. 5.2. LA
CASACIÓN CONSTITUYE UN PROCESO DE IMPUGNACIÓN.- La casación según enseña Jaime
Guasp: “Es el proceso de impugnación de una resolución judicial, ante el grado supremo de la jerarquía judicial,
por razones inmanentes al proceso en que dicha resolución fue dictada”. Acorde al primer inciso del Art. 2 de la
Ley de Casación: “El recurso de casación procede contra las sentencias y autos que pongan fin a los procesos de
conocimiento, dictados por las cortes superiores, por tribunales distritales de los fiscal y de lo contencioso
administrativo”. Del análisis de dicha noción y precepto citados, se colige, que la casación es un proceso de
impugnación de la sentencia o auto que pone fin a los procesos de conocimiento. Por tanto, debe tratarse de
un proceso de cognición o de conocimiento, esto es de aquellos en que se resuelve el derecho, o como
señala Juan Guillermo Velásquez: “El proceso de conocimiento se llama así porque mediante él se busca

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proporcionar al juez el conocimiento necesario para darle certeza respecto de la pretensión o pretensiones de la
demanda” (Procesos Cognoscitivos Civiles, Bogotá, Editorial Jurídica de Colombia, 1994. Pág. 18). En la especie,
se trata de una resolución en que se declara la nulidad del proceso a partir de la presentación de la demanda,
por considerar que los jueces de lo civil en razón de la materia no son competentes para conocer este caso,
la Sala de Instancia fundamenta en el considerando Primero del auto que: “Conforme a los Arts. 108 y 109
de la Ley de Contratación Pública, de acuerdo al Art. 107 en concordancia con el Art. 108 y 109, los
contratos de arrendamiento, siendo la Institución Pública la arrendataria, se sujeta a lo establecido en estas
disposiciones para resolver los asuntos del procedimiento y la competencia, pudiendo solucionarse estos
asuntos mediante procedimientos mediante procesos de arbitraje y mediación, de la misma manera que en
caso de que no exista esa mediación, se sujetará al proceso contemplado en la Ley de Jurisdicción
Contencioso Administrativa, y se ventilará en los Tribunales de lo contencioso Administrativo”. Este
Tribunal de Casación con asombro lee que el Juez a quo, con fundamento en los artículos 108 y 109 de la
Ley de Contratación Pública en su resolución declara la nulidad de todo lo actuado a partir de la demanda
con el argumento que no es de su competencia en razón de la materia, pues la demanda debía ser conocida
por el Tribunal Contencioso Administrativo. Por su parte el Tribunal ad quem, en lugar de realizar el
examen integro de la demanda, las excepciones y esencialmente del contrato de arrendamiento materia de la
presente causa, en su resolución se limita a transcribir los artículos 107, 108 y 109 de la Ley de
Contratación Pública como queda anotado y declarar la nulidad del proceso a partir de la presentación de la
demanda con fundamento en los artículos: 346 numerales 1, 2, 3, 4, 6 y 7; 1014, 355, 356 y 357 del Código
de Procedimiento Civil. 5.3. El Art. 108 de la Ley de Contratación Pública que se considera infringido,
prescribe que: “De existir dificultades no solventadas dentro del proceso de ejecución tanto con el contratista,
como el contratante o ambas partes, o de común acuerdo, podrán utilizar los procesos de arbitraje y mediación que
lleven a solucionar sus diferencias, de conformidad con la cláusula establecida en el contrato”. De la lectura y
examen del contrato de arrendamiento de fs. 3 a 7, celebrado ante el Notario Primero de la ciudad de Nueva
Loja, cantón Lago Agrio provincia de Sucumbíos entre las partes el 5 de junio del 2005, en la cláusula
decima primera sobre la jurisdicción y competencia estipulan: “En caso de controversias que se deriven
como consecuencia del presente contrato, las partes se someten a la jurisdicción de los jueces competentes
de Sucumbíos con asiento en Lago Agrio y al trámite verbal sumario, de conformidad con lo que determina
el Artículo treinta y nueve de la Ley de Inquilinato; sin embargo previamente intentaran solucionar
cualquier divergencia por medio de la conversación amigable en base a las normas de la equidad y la
justicia”. Acorde a dicha condición acordada en el contrato y que es ley para las partes conforme lo
establece el Art. 1561 del Código Civil se realiza la prorrogación voluntaria de la jurisdicción, tal como
preceptúa el Art.3 del Código de Procedimiento Civil; esto es que por el acuerdo de las partes se someten a
los Jueces de lo Civil de Sucumbíos y al trámite verbal sumario, renunciando de esta manera los
representantes legales del Consejo Provincial de Sucumbíos a la jurisdicción y competencia que instituyen
los artículos 1, 44, y 109 de la Ley de Contratación Pública para someterse a la justicia ordinaria, en este
caso al juez de inquilinato. SEXTO.- 6.1. NULIDADES DEL DERECHO SUSTANTIVO Y DE LOS
ACTOS PROCESALES.- Es necesario distinguir y diferenciar que existen nulidades propias del Derecho
Sustantivo, esto es, de las instituciones jurídicas previstas en el Código Civil, que son absolutamente
diferentes en cuanto a su contenido de las nulidades correspondientes a los actos procesales. Entre las
primeras tenemos por ejemplo la nulidad del contrato matrimonial, nulidad del contrato de compra venta,
nulidad del testamento, etc. En el Derecho Sustantivo, las nulidad se pueden producir por varias causas,
entre las que podemos señalar la existencia de objeto y causa ilícitas por vicios del consentimiento, como el
error la fuerza y el dolo: por omisión de formalidades esenciales del acto contrato; por existencia de vicios

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redhibitorios: por la evicción que da lugar al saneamiento respectivo por lesión enorme. El efecto de
declarar en sentencia la nulidad de acto contrato, es que las cosas tienen que volver al estado anterior el de
su celebración, y por tanto los contratantes tienen que restituirse las obligaciones reciprocas y sus derechos
consiguientes. En cambio, las nulidades procesales son de distinta naturaleza, que afectan no al acto
contrato sino al proceso o juicio en si mismo, y cuando existe una causa de nulidad es porque existe un
vicio en el procedimiento, un defecto en el tramite, que afecte a una solemnidad esencial. Así pues, las
nulidades procesales se producen por ejemplo por falta de citación con la demanda, o habiendo citación se
la efectúa de forma errónea, por violación de trámite, por ilegitimidad de personería del actor o demandado,
etc. En si la nulidad procesal también puede recaer en la sentencia misma cuando en el fallo se han
violentado o desconocido solemnidades esenciales que pueden haber pasado desapercibidas para el juez, y
cuando tal hecho acontece se puede demandar la nulidad de la sentencia. Podemos concluir que las
nulidades sustanciales o del Derecho Civil son nulidades de fondo, y que las nulidades procesales son de
forma, por cuanto las primeras se relacionan o tienen que ver con el contenido del acto o contrato, o sea con
las disipaciones contractuales; en cambio que la segundas están relacionadas con la omisión de
formalidades producidas durante la tramitación del juicio, que es lo que los jueces de primer nivel han
considerado erróneamente. 6.2. GRADOS DE NULIDAD.- La nulidad procesal puede ser declarada por el
juez o tribunal en cualquier instancia que esta se presente o se produzca y puede ser: 1. General, si recae
sobre la totalidad del juicio; 2. Parcial, si recae sobre una parte determinada; y, 3. Especial, si recae sobre
una sola diligencia particular. Habrá lugar a la nulidad total cuando se compruebe la existencia de
ilegitimidad de personería del actor o del demandado, cuando se haya violado el trámite de acuerdo a la
naturaleza del asunto o problema principal de la litis, o por incompetencia del juez. La nulidad parcial se
presenta cuando el juez declara la nulidad por ejemplo a partir de la apertura del término de prueba, lo cual
conlleva que lo actuado antes del termino indicado es valido. En cambio, la nulidad especial acontece por
ejemplo en el examen pericial o en la declaración testimonial o en la inspección ocular, por haberse
receptado o practicado fuera del término o de la hora señalada. La doctrina procesal considera que en
estricto sentido la nulidad procesal es imputable en forma exclusiva a los actos del juez, por cuanto este
atiende y da paso a los actos procesales que adolecen de nulidad, por cuanto lo acepta como validos desde el
tramite respectivo. Ese es el espíritu de los artículos 356 y 357 del Código de Procedimiento Civil. Las
disposiciones de los artículos señalados son terminantes, en el sentido de que el juez siempre que encuentre
una causa de nulidad esencial tiene que declararla necesaria y obligatoriamente, bajo pena de hacerse
acreedor a la sanción antes indicada. No solo las acciones contrarias a la ley sino también las omisiones,
esto es dejar de hacer lo que la ley manda es penada por nuestro ordenamiento jurídico, y en este caso, le
incumbe pagar las costas judiciales por incumplir una obligación fundamental de carácter procesal.
Conceptos y normas que han sido aplicados en forma errónea por los juzgadores de primer nivel 6.3.
MOMENTO EN QUE SE DEBE DECLARAR LA NULIDAD PROCESAL POR EL JUEZ.- De
acuerdo con el Art. 106 del Código de Procedimiento Civil, todas las excepciones dilatorias y perentorias
tiene el juez que resolverlas en sentencia, y entre las excepciones dilatorias se puede proponer el de no
allanarse a ninguna nulidad procesal. El Juez a quo, como dejamos señalado, sin haberse propuesto
excepción de incompetencia entra a considerarlo, cuando no podía hacerla de oficio pues se encontraba
revestido de autoridad o de ejercer la jurisdicción y competencia, dado que la competencia esta directamente
vinculada con la jurisdicción, ella es el género y la competencia la especie, de modo que, la competencia es
parte de la jurisdicción, lo que sucede es que, la jurisdicción no se la puede ejercer en forma ilimitada por
parte del juez o tribunal, sino que tiene limites, de cuando la jurisdicción esta delimitada en su contenido,

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aquello se llama competencia. Chiovenda nos enseña que: “El poder jurisdiccional, en cada uno de los órganos
investidos de él, se nos presenta limitado; estos limites constituyen su competencia. La competencia de un órgano es
por lo tanto, la parte del poder jurisdiccional que puede ejercitar”. En consonancia con lo expuesto el inciso
segundo del Art. 1 del Código Procesal Civil que reza: “Competencia es la medida dentro de la cual la referida
potestad esta distribuida entre los diferentes tribunales y juzgados por razón del territorio, de la materia, de las
personas y de los grados”. El Dr. Juan Isaac Lovato Vargas, en su obra “Programa Analítico de Derecho
Procesal Civil Ecuatoriano”, segunda edición, Tomo II, p. 6, expresa: “De esto se deduce que todo juez tiene
jurisdicción, pero no todos los jueces son competentes para conocer todos los asuntos. La jurisdicción es una
potestad abstracta de administrar justicia; la competencia es dicha potestad concretad a un asunto determinado”.
Por consiguiente, la competencia del juez esta limitada en razón de la materia, del territorio, de los grados y
de las personas, de modo que, el Juez no puede extralimitarse fuera de sus limites, y al hacerlo de hecho,
incurriría en incompetencia que daría lugar a que se declare la nulidad del juicio, lo que no acontece en el
caso que se decide que el juez gozaba de jurisdicción y competencia en razón de la materia y de los grados.
Que en la especie el juez se encontraba protegido de competencia para conocer y resolver la presente causa,
si no se reclamó la nulidad procesal por medio de la excepción de incompetencia no podía el juez en forma
arbitraria e ilegal entrar a resolverlo como se lo ha hecho en contraposición de lo que contempla nuestro
ordenamiento jurídico. 6.4. OBSERVANCIA DEL PRINCIPIO DE LA DEBIDA DILIGENCIA.- De
ahí que, existe errónea interpretación de los artículos 108 y 109 de la Ley de Contratación Pública y, como
consecuencia de ello, se deja de aplicar el Art. 3 incisos quinto y nueve del Código Procesal Civil y el Art.
42 de la Ley de Inquilinato que estipula: “Las acciones sobre inquilinato se tramitarán en juicio verbal sumario
ante el juez de inquilinato del respectivo cantón o quien haga sus veces”. Como bien fundamenta en el memorial
de casación el recurrente, este mandato es imperativo y está relacionado con lo que determina el Art.6 letra
b) que dice que no corresponden a la Jurisdicción Contenciosa Administrativa “Las cuestiones de carácter
civil o penal perteneciente a la jurisdicción ordinaria y las que por su naturaleza, sean de competencia de otras
jurisdicciones”. Lo que tiene relación con lo que el Art. 42 de la Ley de Inquilinato determina que las
acciones sobre inquilinato se tramitarán en juicio verbal sumario, ante un juez de inquilinato del cantón o
quien haga sus veces. Por ende, si goza de jurisdicción y competencia el juez de inquilinato del cantón
donde se encuentra ubicado el inmueble, no corresponde su conocimiento al Tribunal de lo Contencioso
Administrativo que tiene su jurisdicción y competencia cuando en el contrato no se los haya establecido.
Siendo aplicable el presente caso lo que al respecto la anterior Corte Suprema de Justicia en sentencia de 13
de enero de 1999, en la parte final de la regla primera señala: “Las causas de trabajo y de inquilinato se regirán
por las leyes especiales sobre cada una de tales materias”. Con ello se refiere a la Ley de Inquilinato que es ley
especial y prevalece sobre la Ley de Contratación Pública. Extraña entonces que ni el Juez a quo ni el
Tribunal Ad quem, al menos estudien el contrato de arrendamiento en el que existe cláusula expresa sobre
la competencia convenida entre las partes y que sin alegación alguna declaren de oficio la nulidad por falta
de competencia, lo que demuestra el apartamiento del principio de la debida diligencia que exige la
Constitución de la República en su Art. 172 y desconociendo el principio de que todas la personas son
iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades (Art. 1.2. Constitución de la República),
por lo que, casos como el presente no pueden volver a repetirse, pues, se atenta al derecho de los justiciables
a una justicia oportuna, transparente y honesta. Al haber firmado el contrato de arrendamiento (fs. 3 a 7) por
parte del Dr. Gonzalo Manuel Toalá en calidad Procurador Síndico del Gobierno Provincial de Sucumbíos,
se encontraba impedido de actuar como Conjuez de la Sala Única de la Corte Superior de Justicia de Nueva
Loja, hoy Corte Provincial de Justicia, por tanto de conocer y resolver la presente causa como lo ha hecho,
contraviniendo expresas normas legales previstas en el Código Orgánico de la Función Judicial y Código de

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Procedimiento Civil, lo que tiene que ser sancionado. SÉPTIMO.- La anterior Sala de la Corte Suprema de
Justicia sobre la admisión excepcional del recurso de casación contra los autos de nulidad, ha señalado que
es procedente el recurso cuando en sus efectos es final y definitivo, porque ponen fin al proceso y la litis no
podrá renovarse ni en la misma sede ni en otra diferente. En la presente controversia, si bien es cierto que no
se resuelve sobre lo principal de la demanda o pretensión, en cambio, al dejar sin posibilidad de que se
resuelva el reclamo en la vía contencioso administrativa, por existir acuerdo de las partes y cláusula expresa
en el contrato de someterse al trámite verbal sumario y a la Ley de Inquilinato, no podría conocer y resolver
el Tribunal de lo Contencioso y Administrativo, por carecer de competencia, por tanto quedaría en
indefensión el recurrente por lo que ha lugar los cargos denunciados. Por lo expuesto, este Tribunal de lo
Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL
PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y LAS
LEYES DE LA REPÚBLICA, casa la resolución dictada por la Sala Única de la Corte Superior de Justicia
de Nueva Loja, hoy Corte Provincial de Justicia, y ordena devolver el proceso para que se resuelva sobre lo
principal de la litis. Conforme a lo analizado en el considerando Sexto de esta sentencia, ofíciese al Consejo
de Judicatura de Transición para los fines legales pertinentes con copia de la demanda, resoluciones de
primera, segunda instancia y esta sentencia; y para que se revise la conducta del Dr. Gonzalo Manuel Toalá,
que habiendo actuado como Procurador Síndico del Gobierno Provincial de Sucumbíos resuelva el presente
juicio en calidad de Conjuez. Léase y notifíquese.- f) Dres. Wilson Andino Reinoso, Paúl Íñiguez Ríos y
Ma. Rosa Merchán Larrea, JUECES NACIONALES.- Certifico.- f) Ab. Boris Trujillo Rodríguez,
SECRETARIO RELATOR (E).-

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