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Fundamentos de metodología e interpretación

radiográficas II.

Importancia de la composición tisular:

La absorción de rayos X por una sustancia está afectada por el número atómico efectivo
de sus elementos y la densidad física de la sustancia.
En la tabla 2-1 se detallan la densidad física y el número atómico efectivo de varias
sustancias.
A medida que aumentan la densidad física y/o el número atómico efectivo de una
sustancia, aumenta la probabilidad de que se produzcan interacciones de tipo
fotoeléctrico entre los rayos y la materia en cuestión.
El aire es la sustancia más radiotransparente. La principal característica física del aire es
su baja densidad fisica. Aun cuando el número atómico efectivo del aire es mayor que el
de la grasa, es más radiotransparente por su baja densidad física (es decir, hay menor
cantidad de moléculas por unidad de área para interaccionar y absorber rayos X). Si el
aire pudiera comprimirse hasta que su densidad física igualara la de la grasa, sería más
radioopaco por su mayor número atómico.
La siguiente sustancia de mayor radioopacidad en la tabla 2-1 es la grasa. Aunque su
número atómico efectivo es menor que el del aire, su densidad física es mayor,
haciéndola más radioopaca que el aire.
A continuación se consideran la densidad física y el número atómico efectivo del agua y
del músculo. Podría suponerse que el músculo debería ser más radioopaco que el agua
por su mayor densidad física y número atómico efectivo. No obstante, la sensibilidad
del sistema radiográfico de imágenes no es lo bastante grande como para permitir la
detección de diferencias en la radioopacidad de sustancias con tan pequeñas diferencias
en densidad física y número atómico efectivo.
Entonces, la radioopacidad de la mayoría de los fluidos (sangre, orina, trasudados,
exudados, bilis y líquido cefalorraquídeo) y tejidos no mineralizados ni radioopacos
(cartílago, músculo, fascias,tendones, ligamentos y órganos parenquimatosos) es la
misma. La radioopacidad de estos tejidos y fluidos se denomina como la de tejidos
blandos.
La siguiente sustancia más radioopaca en la tabla 2-1 es el hueso; su densidad física y
número atómico efectivo son mayores que los del aire, grasa, agua y músculo.
La sustancia más radioopaca es el plomo. El plomo y otros metales tienen alta densidad
física y número atómico efectivo, haciéndolos en extremo radioopacos.
Entonces, hay 5 grados percibibles de radioopacidad inherente a los tejidos: aire, grasa,
tejidos blandos, hueso y metal (figs. 2-4 y 2-5).

Empleo correcto de la terminología:

Radiodensidad: se refiere al conjunto de la radiografía.


Una radiografía es tanto más radiodensa cuanto más predomine globalmente en ella el
color blanco. Nuestra mente debe integrar las distintas tonalidades presentes en la
imagen y determinar qué tonalidad global le atribuimos.
Una radiografía en la que globalmente predomine el color gris será menos radiodensa
que una radiografía en la que globalmente predomine el color blanco.
Radioopacidad: se refiere a una estructura presente en la radiografía.
Una estructura es tanto más radioopaca cuanto más predomine en ella el color blanco.
Una estructura es tanto más radiotransparente cuanto más predomine en ella el color
negro..

Concepto de contraste:

El contraste de una radiografía (contraste radiográfico) se refiere a la diferencia en el


ennegrecimiento de la película en distintas áreas.
Si no hubiera contraste, todas las partes del animal serían de la misma opacidad y no se
distinguirían estructuras individualizadas.

Para comprender el concepto de contraste, abrid la página web “Universitat Alfort II”,
luego buscad “Techniques d´imagerie”, luego “Radiographie”, luego “Choix des
constantes”, luego “manque de contraste”, finalmente “Notion de contraste”.

El contraste es la relación que existe entre las distintas tonalidades de gris que
componen la imagen.
Una imagen muy contrastada incluye pocos niveles de gris diferentes: ello refuerza
la claridad de los contornos pero disminuye la cantidad de información referente a
estructuras pequeñas.
En una radiografía de alto contraste hay más opacidades blancas y negras que
estructuras grises.
La presencia de pocos niveles de gris (todo es negro o blanco, simplificando) da lugar a
una escasa amplitud.

Una imagen poco contrastada incluye muchos niveles de gris diferentes: el paso de
una radioopacidad a otra es por lo tanto mucho más progresivo. Ello permite conservar
la información relativa a estructuras pequeñas pero perjudica a la claridad de los
contornos.
En una radiografía de bajo contraste hay pocas tonalidades negras y blancas pero
muchos tonos de gris.
La presencia de muchos niveles de gris entre las regiones más claras y más oscuras de
la imagen da lugar a una gran amplitud.

Contraste insuficiente:

La falta de contraste aparece como una imagen predominantemente gris.


Entre las constantes radiográficas, solamente el kilovoltaje influye sobre el contraste.
Para aumentar el contraste, hay que disminuir el kilovoltaje (y aumentar el producto
mAs para compensar).
Contraste excesivo:

Un exceso de contraste aparece fácilmente en una radiografía de tórax ya que es una


zona ya de por sí muy contrastada, con estructuras de radioopacidad muy dispar.
El exceso de contraste se debe fundamentalmente a un kilovoltaje demasiado bajo.

Para corregir este defecto, hay que aumentar el kilovoltaje (y disminuir el producto mAs
para compensar).
Radiografía sobreexpuesta:

La sobreexposición se debe al empleo de demasiados rayos X. Da lugar a una imagen


demasiado oscura.
Para disminuir la exposición, debemos disminuir una de las constantes (mA, kV o s).

Radiografía subexpuesta:

La subexposición es debida al empleo de una cantidad demasiado pequeña de rayos X.


Da lugar a una imagen demasiada blanca.
Para corregir este defecto, debemos aumentar al menos una de las constantes (mA, kV o
s).
Si estamos radiografiando una zona con elevado contraste natural (como el tórax),
podemos aumentar el kilovoltaje (kVp).
Si radiografiamos una región con poco contraste (por ej. el abdomen), aumentaremos
los mAs, evitando un tiempo de exposición demasiado largo que podría producir una
imagen “movida”.

Factores que afectan el contraste:

La capacidad de la radiación para penetrar tejidos depende de su energía (fig. 1-15).


Los rayos X generados con valores elevados de kVp tienen elevada energía. La
selección del kVp apropiado es uno de los factores más importantes a considerar en la
elección de la técnica de exposición.
Si el kVp es muy bajo, la mayor parte de los rayos X son atenuados en el paciente y
nunca alcanzan la película (radiografía subexpuesta).
Si el kVp es muy alto, muchísimos rayos X penetran en el paciente y alcanzan la
película (radiografía sobreexpuesta).

Para entender cómo el kVp afecta al contraste, es en extremo importante entender que
hay numerosas combinaciones de mAs y kVp que resultan en una radiografía aceptable.

El factor fundamental en la producción de radiografías aceptables es el que genera la


intensidad justa de rayos X (rayos X/ unidad de superficie) en la película.
Esto puede conseguirse mediante numerosas combinaciones de mAs y kVp; si se usan
valores altos de mAs (muchos rayos X generados), pueden emplearse valores bajos de
kVp para prevenir que muchos de los rayos X penetren en el paciente y alcancen la
película.
Si se utilizan valores bajos de mAs, deben usarse valores altos de kVp de manera que
muchos rayos X penetren en el animal y lleguen a la película (fig. 1-32).
Aún cuando hay muchas combinaciones de kVp y mAs que dan lugar a una radiografía
satisfactoria, el contraste de la imagen depende de si el kVp es alto o bajo en relación al
mAs.

En términos generales, la razón de que kVp bajos produzcan mayores contrastes que
kVp altos puede explicarse por un simple ejemplo (fig. 1-33).
Véase la explicación a pie de fig. 1-33.

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