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Actividad colaborativa
Presentado a:
Programa de Psicología
Octubre de 2019
Introducción
El presente trabajo nos permitió adquirir un amplio conocimiento acerca del tema del abuso sexual
en Santander y las alarmantes cifras que cada día van en aumento, siendo una situación que afecta
a todas las culturas y todas las clases sociales, se ha identificado como una de las acciones de
maltrato infantil más recurrente. Apoyados en las fuentes teóricas de algunos autores pretendemos
realizar un análisis a esta problemática identificando: antecedentes, causas, patrones
comportamentales del victimario y la víctima, consecuencias psicológicas, físicas y cognitivas y
como estas se manifiestan en el comportamiento del menor, así mismo, el área de la psicología
jurídica en este caso la forense que interviene en el proceso legal y que es de gran importancia al
aportar herramientas claves y fundamentales en la evaluación de los menores abusados. La
violencia sexual es un tema que afecta a ambos sexos, aunque el número de mujeres es mayor y se
da en todos los estratos socioeconómicos.
En este trabajo pudimos conocer las causas, consecuencias y antecedentes de este comportamiento
que se ve como un problema de salud pública y social.
Por otra parte, es fundamental reconocer que la sociedad debe emplear además del ICBF otros
programas de leyes que empleen una protección realmente segura para nuestros niños y existan
sanciones jurídicas y contundentes para los abusadores y agresores que cometan este delito y
abuso, donde la protección jurídica y programas sociales se empleen nuestros valores a las
familias para que se fomente el respeto entre la mismas.
Objetivos
jurídica.
de los actores jurídicos bien en la comunidad, bien en el medio penitenciario, tanto a nivel
Abuso sexual:
“cuando un adulto utiliza la seducción, el chantaje, las amenazas y/o la manipulación sicológica
para involucrar a un niño o niña en actividades sexuales o erotizadas de cualquier índole
(insinuaciones, caricias, exhibicionismo, voyeurismo, masturbación, sexo oral, penetración oral o
vaginal, entre otros). Esto implica involucrar al niño o niña en un actividad que no corresponde a
su nivel de desarrollo emocional, cognitivo ni social.” (Servicio Nacional de Menores, 2004; P. 6).
Argumentación
El delito sexual en Colombia corresponde un gran problema social y de salud pública, que
representa graves consecuencias de injusticia y desigualdad, en el cual se ve vulnerada en grandes
proporciones la dignidad, integridad y libertad sexual de las víctimas. Es deber del Estado
intervenir en estos casos mediante la búsqueda de la Justicia y Protección de las víctimas en aras
de actuar eficazmente ante esta problemática que va en aumento. Se entiende por “abuso sexual”
aquellas interacciones y contactos entre una persona adulta con un menor de 18 años de edad
cronológica o, equivalente, con la finalidad de obtener un placer sexual sin el consentimiento de la
otra persona. Cabe recalcar que el abuso sexual también puede ser cometido por una persona
menor de edad o de un adulto a otro adulto siempre y cuando esté presente una situación de abuso
de poder por razones de sexo, clase social, edad, coerción, etc. Precisamente se denomina “abuso”
porque existe una relación desigual entre la víctima y el victimario, pues este último está en una
posición de autoridad y poder utilizado en contra de su víctima o abusado. Suele creerse que el
abuso sexual únicamente conlleva una violación; sin embargo, podemos encontrar diferentes
modalidades de abuso sexual, clasificadas en abusos con contacto físico y sin contacto físico
(Viviano, 2012).
La Psicología, específicamente la psicología jurídica en función forense, ha tomado un papel de
mayor reconocimiento en la administración de justicia en los procesos penales de delitos sexuales
a partir del Sistema Penal Oral Acusatorio, el cual consiste en un sistema adversarial. Este es un
sistema de adjudicación de hechos que descansa en la investigación y argumentación que dos
partes contrarias realizan en su alegato. Las partes son la Fiscalía y la defensa. Estas dos partes por
medio de pruebas y argumentos buscan enfrentar ante un juez las mismas mediante la oralidad en
aras de que este pueda escuchar de manera imparcial las evidencias y basarse en ellas al momento
de su decisión final, es decir, cuando dicte la sentencia sobre la responsabilidad penal del acusado.
Por considerarse los delitos sexuales en muchas ocasiones un delito en los que solo hace presencia
la víctima y el agresor, porque no existen testigos directos del hecho, la prueba pericial resulta ser
uno de los elementos más valiosos e importantes en el proceso en búsqueda de esclarecer los
hechos. El psicólogo, en base a su experticia profesional que lo suscribe como perito, está
facultado para realizar un peritaje psicológico; el cual debe ser plasmado en un informe
psicológico forense que podrá ser tomado como medio de prueba en el proceso penal acusatorio.
Este psicólogo perito “No solamente requiere una formación académica adecuada y profunda, sino
también de experiencia práctica para realizar el análisis más adecuado y pertinente del caso, con el
debido fundamento técnico científico que permita su comprobación de acuerdo con la ciencia”
(Pompeyo & López, 2014, p.10).
Antecedentes:
El abuso sexual infantil, se ha dado desde muchos años atrás, y en diversas partes del país, sin
embargo, hoy en día, los casos aumentan hasta el punto de ser repugnante e increíble que se
presenten con tanta frecuencia y que muchos de estos infantes son abusados por años, sin que se
tomen las medidas necesarias para evitarlo.
Vanguardia.com también recopiló los datos suministrados por Medicina Legal y los ubicó en un
mapa con el objetivo de detallar cuántos exámenes médico legales por presunto delito sexual se
registraron en los 87 municipios de Santander.
De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Medicina Legal, en Santander, durante el
2016 se registraron 1.299 casos de presuntos delitos sexuales, tres casos más frente a las
estadísticas del año anterior (1.296 denuncias). Esta estadística representa una tasa de 67,62 actos
de violencia sexual por cada 100 mil habitantes.
Las cifras nacionales registraron un leve decrecimiento en el promedio (546 casos menos que en
2015). Sin embargo, en Santander los datos no fueron positivos: la tasa de violencia sexual fue la
más alta de los últimos cuatro años.
A este panorama se suma que dos municipios de Santander tienen los mayores índices de violencia
sexual por cada 100 mil habitantes de Colombia: Charta, con una tasa de 337,08; y Sabana de
Torres, con 193,01.
Pero el balance no es del todo desalentador para Santander si se tiene en cuenta que 18 municipios
no registraron ningún caso de violencia sexual. Estos son: Vetas, Tona, Santa Bárbara,
Macaravita, Capitanejo, Villanueva, Galán, Jordán, Hato, Palmar, Albania, Chipatá, Aguada,
Guadalupe, Guapotá, Palmas del Socorro, Cabrera y Encino.
El Instituto Nacional de Medicina Legal, seccional Santander, también reveló que la población
más vulnerable a la violencia sexual son los menores de edad. 1.103 de los 1.299 casos del
departamento corresponden a niños y jóvenes entre los 0 y 17 años, es decir, un 84%. De igual
forma, dentro de esta población joven, el género femenino fue el más afectado, sobre todo entre
las edades de 10 y 14 años, pues se registraron 470 casos.
En el informe se especifica que los delitos sexuales contra estos menores de edad son cometidos,
en su mayoría, por personas cercanas a la víctima o a su familia. Ellos son los padrastros, vecinos,
amigos e incluso el mismo padre del menor.
Causas:
Abuso del poder en diferentes ámbitos: Como usar el poder y la violencia como la forma
normal y habitual de relacionarse y que es considerado como algo normal ante la sociedad sin ser
cuestionado.
Diferencia de género: El hombre siempre se ve como el grande, fuerte, activo, se les inhibe la
expresión se sentimientos que muestren debilidad. En la sexualidad se les permite cualquier
comportamiento para suplir sus necesidades sin tener en cuenta los sentimientos y necesidades de
su pareja y a las mujeres se les educa para ser sumisas, pasivas y tranquilas.
Comunicación débil
Distancia emocional
Tendencia a mantener secretos
Dificultad para resolver problemas
Violencia al interior de las familias.
3. Factores individuales:
a) De los adultos: En muchas ocasiones no cumplen su rol de protector de los niños y niñas
exponiéndolos a situaciones de vulnerabilidad al abuso sexual.
Sus historias familiares y sucesos de la infancia pueden llevarlos a no poder evitar que sus hijos o
hijas sean víctimas de abuso sexual o convertirse ellos mismos en agresores sexuales.
Sean de familias machistas, rígidas, con una marcada división de roles y con dificultades en la
comunicación.
Los agresores sexuales por lo general eligen a los niños con ciertas características que los hacen
más susceptibles de ser víctimas de abuso sexual, como:
La oportunidad
La pornografía infantil
El estrés agudo
Consecuencias:
En el aspecto psicológico
En los niños que son abusados sexualmente durante la infancia los principales efectos son los
problemas somáticos (enuresis, encopresis, dolores de cabeza y dolores estomacales), retrasos en
el desarrollo, problemas internos y especialmente, trastorno de estrés postraumático y conducta
sexuales que es caracterizada por la masturbación excesiva o en público.
Las consecuencias psicológicas que se encuentran presentes a la experiencia del abuso sexual
infantil, se establecen con cierto grado de frecuencia y diversidad, en muchas ocasiones perduran
hasta la edad adulta, dependiendo de múltiples variables relacionadas con la víctima y su entorno,
así como características del agresor y de la situación de abuso.
En el campo socio-emocional
A corto plazo: Un 80% de las víctimas sufren consecuencias psicológicas negativas. Esto
depende del grado de culpabilización del niño por parte de los padres, así como de las estrategias
de afrontamiento de que disponga la víctima.
En los niños un poco mayores (en la etapa escolar) son más frecuentes los sentimientos de culpa y
de vergüenza ante el suceso.
El abuso sexual presenta una especial gravedad en la adolescencia porque el padre puede intentar
el coito, existe un riesgo real de embarazo y la adolescente toma conciencia del alcance de la
relación incestuosa. No son por ello infrecuentes en la víctima conductas como huidas de casa,
consumo abusivo de alcohol y drogas, promiscuidad sexual e incluso intentos de suicidio.
A largo plazo: Son menos frecuentes y más difusos que las secuelas iniciales, pero pueden
afectar, al menos, al 30% de las víctimas.
Los más habituales son: las alteraciones en la esfera sexual -disfunciones sexuales y menor
capacidad de disfrute, especialmente-, la depresión y el trastorno de estrés postraumático, así
como un control inadecuado de la ira (en el caso de los varones, volcada al exterior en forma de
violencia; en el de las mujeres, canalizada en forma de conductas autodestructivas).
Los menores que han sido abusados tienen una alta probabilidad de convertirse en adultos
abusadores de otros niños cuando llegan a su etapa de la adultez.
El área de la psicología jurídica en la que se debe abordar el tema de abuso sexual es la psicología
Forense ya que se encarga de la valoración y aporte de pruebas respecto al comportamiento de un
sujeto de interés para la toma de decisiones en el sistema legal.
Así, la Psicología actúa como experta en casos que requieren de su competencia en el estudio del
comportamiento, en esta área se puede usar la pericia psicológica como evaluación para recopilar
pruebas porque recoge la información a partir de:
b. Contexto: Se refiere a las descripciones que permitirán situar los hechos investigados en un
escenario concreto. El análisis se divide en dos áreas de contenidos: el primero se relaciona con
todo lo referente al delito denunciado. La otra área temática, hace referencia al contexto de
desarrollo del examinado, su historia vital, en donde se instala la ocurrencia de los hechos
investigados.
Es importante tener claridad que la psicología forense siendo una sub especialidad de la psicología
jurídica permite enfocar y abarcar todos los conocimientos psicológicos para analizar, resolver y
clarificar, todos los aspectos relacionados en el ámbito legal para la obtención de pruebas y
análisis en los casos de abuso sexual, aportando datos y conocimientos de interés para colaborar
con la Justicia y lograr que las circunstancias del caso puedan ser esclarecidas, por lo menos en lo
que atañe a ciertos aspectos psicológicos y/o psicopatológicos de alguna o todas las partes
implicadas. es por ellos que las diferentes pruebas o mecanismo permiten que la intervención de
esta área de la psicología jurídica sea la fuente principal y fundamental para la recopilación de
pruebas y valoraciones necesarias para la judicialización del victimario y la ayuda médica y
psicología para la víctima.
Morales, L. & García, E. (2010). Psicología Jurídica: quehacer y desarrollo Diversitas: Perspectivas en
Psicología, vol. 6, núm. 2, julio-diciembre, 2010, pp. 237-256. Universidad Santo Tomás Bogotá,
Colombia. Recuperado http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67915140004
Con el trabajo presentado se puede concluir como las estadísticas muestran que Santander
es uno de los 4 departamentos con casos de abuso sexual más alarmantes a nivel nacional y
por otra parte el impacto negativo que deja a los menores de edad víctimas a nivel
estos abusos inclusive algunas veces no son denunciados por el temor generado por el
abusador y que afecta el desarrollo adecuado de la vida del menor en todos sus ámbitos.
comportamiento humano el cual está regulado por estrictas normas sociales y jurídicas
para construir e implementar normas y conductas apropiadas para la sociedad, es por ello
que las diferentes áreas de la psicología jurídica permiten intervenir de forma precisa y
oportuna en los diferentes fenómenos sociales que afecta a la humanidad, en este caso
problemática del abuso sexual, como uno de los factores más preocupantes e intimidantes
en la población santandereana.
Bibliografía
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