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1.

Colombia es uno de los países de América Latina que aún en el siglo XXI cuenta
Con un alto porcentaje de proporción rural.

A pesar de las migraciones, el desplazamiento forzado, la industrialización de la agricultura y las actividades


extractivas como la minería y la pesca a gran escala, el país es mucho más rural de lo que se cree. Cerca del 32%
de los colombianos habita en el campo. El aumento de las superficies destinadas a la ganadería extensiva y a los
monocultivos redujo el empleo rural, así como la pequeña y mediana propiedad. Igualmente que los campesinos
siguen viendo sus necesidades básicas insatisfechas, al igual que su nivel de vida experimenta un constante
deterioro y que las políticas sociales de corte asistencialista no responden a sus demandas de desarrollo rural
dejándolos sin opciones de una vida digna.

A pesar que se detectó la existencia de una gran diversidad de organizaciones campesinas, las demandas que
estas hacen son las mismas: problemas de distribución de tierra y desarrollo rural. Los reclamos por la
desprotección del sector agrícola y de algunos productos, en particular los transitorios frente al libre comercio, se
han convertido en un punto de convergencia organizativa nacional.

También exigen el derecho a la vida, al trabajo y a la ciudadanía, lo que demuestra la capacidad de los campesinos
de desarrollar alianzas estratégicas con variados actores y de renovar discursos y espacios de lucha y
reivindicación

Mientras el sector agropecuario pierde vigencia, el campo cobra valor como fuente de bienes y servicios
ambientales, turísticos y recreativos y de actividades primarias de extracción minera y forestal, pero no para los
pequeños productores.

A diferencia de los indígenas y afrodescendientes, a quienes las políticas multiculturales reconocen derechos
especiales por su condición étnica, en el Cauca y Cundinamarca los sectores campesinos mestizos han apelado a
nuevas formas de adscripción como desplazados y/o guardabosques para acceder a los beneficios de las políticas
sociales focalizadas.

Por ultimo podemos concluir que no hay políticas que fomenten el campo como uno de los sectores más fuertes
de la economía, así mismo, no hay participación política especial.

Lo anterior desencadena en que gran parte del campesinado colombiano haya tenido que salir de sus tierras, bien
sea por el conflicto o por la falta de garantías económicas.

Entre 2005 y 2016 dos millones de campesinos abandonaron sus territorios para desplazarse a las ciudades,
donde su quehacer, aunque valioso en el sector agrícola, vale menos por las exigencias de preparación educativa.
Esos estándares educativos, no sobra resaltar, son uno de los índices preocupantes del sector, pues tan solo 1 %
de los ingresos a las universidades corresponde a jóvenes provenientes del campo.

La situación de violencia en el país y especialmente el desplazamiento forzado Agravan aún más las condiciones
de pobreza del sector campesino, de la mano con las políticas públicas diseñadas para contribuir al deterioro de la
calidad de vida del sector rural en todos los aspectos.
2. “La cultura política es un conjunto de aptitudes básicas cognitivas, afectivas y evaluativas que se
refieren al sistema político y al papel de un individuo dentro de dicho sistema”.

A partir de este concepto podemos afirmar que el sector campesino en su contexto político cultural en
nuestro país hace referencia a la capacidad de los campesinos de desarrollar aptitudes básicas propias
del sujeto para poder hacer sentir sus necesidades socio-políticas y culturales.

Luego que la Constitución Política de 1991 acorralara jurídicamente al campesinado de nuestro país con
la figura de trabajador agrícola, las organizaciones campesinas han venido luchando por su
reconocimiento político y jurídico en la legislación colombiana.

A pesar de su constante aporte a la nación, el campesinado no ha logrado que se reconozca su


importancia como sujeto histórico. Esto concluye el informe de desarrollo humano de 2011, que prestó
especial atención a la situación de las zonas rurales de Colombia. Allí se aseguró, de manera
contundente, que hay una falta de reconocimiento de los campesinos como actores sociales plenos, y se
recomendó avanzar en procesos de inclusión social, política y económica del campesinado como pasos
necesarios para profundizar la democracia en las zonas rurales donde los campesinos deben ser
protagonistas.

Con todo esto es posible afirmar que, como concepto, la cultura política ha sido muy útil para entender
las actitudes de las personas hacia su sistema político, qué saben de él, cómo se identifican con él y
cómo lo evalúan. Y con todo ello también es posible comparar distintas orientaciones políticas en las
diferentes sociedades.

3.

Si realizamos un análisis sobre conflicto político en su perspectiva histórica, es posible observar


que los períodos de conflicto social y político han sido esenciales para llevar adelante los procesos
de cambio que han dado lugar a esquemas sociales más democráticos

De este modo, la democratización, que desde una perspectiva lineal aparece como natural o bien
se presenta como un proceso de buena voluntad y aprendizaje dialogante de los miembros de una
comunidad política, ha sido más bien -la mayor parte de las veces-, consecuencia de una serie de
enfrentamientos sociales, y principalmente de largas luchas por el reconocimiento.

Lo que permite comprender que la democracia es un proceso en construcción y no un sistema de


reglas estático, ni que se acrecienta automáticamente, sino que se reconfigura en el debate.

Por consiguiente podemos afirmar que el sector campesino a través de la Constitución Política de
1991 y unos años más tarde con la ley 160 de 1994, que dio por vez primera la posibilidad de que
este sector de la sociedad tuviera una manera propia de organización social y política en sus
territorios como son las zonas de reserva campesina son unos de los primeros y más importantes
logros de disputa política por el reconocimiento de los derechos campesinos, por la inclusión de
estos como parte esencial de la vida política, económica y social del país: la inclusión de estos
como sujetos de derechos en las leyes, el reconocimiento de la economía campesina como eje
diferente a la economía capitalista, y el territorio y la territorialidad como proceso social
democrático en sus regiones, son algunos aspectos que dejan ver sus aspiraciones como sector y
movimientos político social de gran importancia para el país.

Con el pasar de los años y a través de las luchas sociales de este sector y de la mano del gobierno
nacional podemos mencionar algunos de los logros alcanzados y algunas de las pocos políticas
públicas buenas desarrolladas hacia este sector:
1. la Misión Rural
2. restitución de tierras
3. censo agropecuario y la implementación de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria
(Upra)
4. La estrategia Colombia Siembra
5. El trabajo de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) en la formalización de territorios y el
inicio del catastro rural.
6. El enfoque territorial de las nuevas agencias de Desarrollo Rural (ADR), y la Agencia de
Renovación del Territorio (ART)
7. labores de desminado.

Tomado de https://www.semana.com/contenidos-editoriales/hay-campo-para-la-paz/articulo/logros-que-marcan-el-avance-
del-campo-colombiano/565762

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