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Filosofía.

1. El pensamiento prefilosófico: ritos,


leyendas y mitos

1.1. Voluntad y mundo


Antes del pensamiento disciplinado en la coherencia lógica, existe la magia. Magia:
cualquier conexión inmediata entre voluntad y mundo. Es el poder directo del espíritu sobre lo
natural. A este nivel básico, la magia se contrapone a trabajo para modificar el medio. Es la
diferencia entre suplicar la lluvia o construir un aljibe. La magia persigue que algo exterior
obedezca a una voluntad particular, dotando a lo exterior de voluntad. De esta manera, el
universo es dotado de una ilimitada vitalidad, produciendo un ánimo entre el pánico, el júbilo y
el estupor, cuyo primer control sistemático es el culto ritual.
Rito mágico: ceremonia basada en una afectación por "simpatía" y tendente a obtener el
favor de los dioses. Ceremonia: secuencia de actos visibles en relación con sus propósitos
definidos. En el estadio más primitivo, cuanto menos interno y subjetivo sea un objeto, más
divino es (eg. el Nilo es un dios, imperturbable y ajeno al hombre, dador de vida y miseria).

1.2. La mentalidad prefilosófica


En la magia, no todo es proyección irreflexiva. El universo está lleno de vida, ajeno a
rutina, lo singular y lo inmenso se funden. Para el hombre arcaico, no hay nada inanimado. En
el acontecer ve acciones que capta como una totalidad significativa en sí misma. De esta manera
llega a las leyendas y a los mitos orales, donde lo real se relata metafóricamente por medio de
analogías que conectan términos heterogéneos.
"Ju-Ok, el creador, hizo una gran vaca blanca que surgió del Nilo,
dando nacimiento a un niño y amamantándolo" (leyenda Shiluk)”.
Las leyendas son una visión singular de lo real. No tratan de explicar. Cuando la leyenda
pasa a la escritura y cobra una unidad interna con sentido general, nos hayamos en el mito.

1.3. Los caracteres del mito


El mito es pensamiento intuitivo, dotado de cierta lógica peculiar, y que constituye una
forma concisa y profunda de transmitir la experiencia. El mito usa varios planos de significación,
logrando maestría en el dominio de la metáfora. Ej. el pecado original y la elección entre los
frutos del árbol de la ciencia y el de la vida - Separación de la vida animal (inocencia,
inconsciencia) y la sabiduría que nos equipara a Dios, trayendo el dolor y la muerte. Aspecto
dramatizado: Adán, Eva, la serpiente. Consigue transmitir algo con pocas palabras.

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1. El pensamiento prefilosófico.

1.4. El mito como expresión


Con los grandes mitos, la mentalidad propiamente primitiva se encuentra en retirada. El
pensamiento avanza substancialmente en densidad y libertad de una manera "intelectual".
Este progreso supone una separación del sueño de la omnipotencia. El mito elabora las
razones de la muerte, las consecuencias de la civilización, la renuncia al acuerdo inmediato del
impulso interno. El conflicto y la oposición son el fondo último de la existencia: cada día el Sol
ha de vencer a las tinieblas, el bien al mal, etc. El fin último del hombre será conocerse a sí
mismo, conocer -y no sólo invocar- los principios de las cosas.

1.5. Paleolítico y neolítico


Los restos humanoides más antiguos parecen corresponder al Pleistoceno, era de las
grandes glaciaciones. El pitecántropo es el primer homínido creador de cultura: dispone de fuego,
utiliza instrumentos de sílex, se agrupa en hordas poco numerosas, pescan, cazan, se dedican a
la recolección de productos naturales y viven en cavernas, salientes rocosos y chozas de piel
(50.000 a.C.)
Hacia el 10.000 a.C. comienza la domesticación de animales y la preocupación por el más
allá.
Entre el cuarto y quinto milenio comienza la revolución neolítica: cultivo agrícola, cría de
ganado, cerámica, transporte fluvial y terrestre, metalurgia, progresos en la construcción
(ladrillos), tejidos y cestería.

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Filosofía.

2. El pensamiento prefilosófico (II)

2.1. El ritual entre los animales


La fijeza del rito no es una característica propiamente humana. En el reino animal también
hay innumerables ejemplos de "rituales". Infinidad de especies ejecutan ceremonias aprendidas
de sus congéneres o desarrolladas por el propio individuo. K. Lorenz denomina rituales
zoológicos a secuencias de actos cuya forma imita la de una pauta de conducta variable, pero que
son de hecho un nuevo movimiento instintivo.
Para diferenciar este rito del humano, se habla de ritual mágico. La tendencia a la
formación de hábitos hace que el hombre sea un animal de costumbres antes que racional, ciego
y sumiso a las rutinas de su cultura. A diferencia de la conducta animal, el hombre es libre, no
ya de esquivar la ceremonia -cosa imposible-, sino de escogerla en cada caso con conocimiento
de causa.

2.2. Confusión categorial y sacrificio


El rasgo básico de la actitud prefilosófica es la incapacidad para distinguir entre el símbolo
y lo simbolizado: confusión categorial (nombre = persona, etc.). Esto es lo corriente en el mundo
mágico. Esta confusión resulta funcional en el rito del sacrificio: la ofrenda propiciatoria
constituye el modo de pagar mediante un símbolo y evitar la inmolación del acreedor
simbolizado (encender una vela, o inmolando a otro ser viviente). La terapia del "chivo
expiatorio" como cura ritual pervive aún en nuestros días, sobre todo allí donde le arropa una
masa (linchamientos). No existe probablemente un solo grupo étnico donde no haya prendido de
una forma u otra la expiación ritual. En el caso de la religión judeo-cristiana el uso del chivo
expiatorio resulta nuclear (Isaac - Abraham, Cristo, etc.).
Así pues, la confusión categorial reside en una confusión del símbolo y lo simbolizado, el
todo y la parte, lo sustantivo y lo adjetivo, guardando estrecha relación con el rito mágico. De
esta manera, el mito surge del rito.

2.3. Lógica y magia


En la magia, el deseo y la sensación inmediata son la fuente del juicio, algo a lo que se
opone la lógica. En el mito captamos el mundo en otro tiempo, contemplamos la relación de
aquel hombre consigo mismo. En los mitos antiguos debemos buscar siempre esa "dinámica del
sentimiento vital", ya que es a este nivel donde cobra significación y valor.

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2. El pensamiento prefilosófico (II).

2.4. Artes, técnicas y conocimientos


Las herramientas primitivas -hacha, martillo, cincel, barrena, sierra, arado, etc.-, son una
prolongación de la mano y operan sobre una esfera práctica inmediata.
Pero sin alfarería y técnicas escultóricas, la idea de un dios que "moldea" al hombre
partiendo del polvo o del barro, resulta impensable. Sin una pintura rupestre, los grafismos del
lenguaje escrito no son concebibles. El hombre toma consciencia de sí a través de las artes y las
técnicas, hasta romper la ilusión de un contacto directo de su voluntad con lo objetivo.
Preguntarse por la verdad significa romper desde dentro la compleja trama de ritos y tabús
edificada durante el largo período anterior a las técnicas, las artes y la poesía.
Tras el ritual mágico del sacrificio -culto a dioses y demonios singulares-, emerge la gran
operación especulativa del monoteísmo. Tras esto, el examen de las razones. Así, el griego
pensará que la verdad se defiende por sí misma; que sólo el error precisa apoyo, y que todo lo que
no resista el juicio ecuánime del entendimiento ha de sucumbir. Nace la filosofía.

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Filosofía.

3. Los primeros pensadores griegos (I)

Cuando los griegos entran en escena, hace milenios que el hombre posee importantes
conocimientos objetivos. Los chinos habían conseguido hacia el 2000 a.C. un calendario preciso
en el que el año se dividía en 365´25 días, en base a observaciones astronómicas. Sin embargo,
desde el siglo V a.C., la práctica de la astrología se abandonó. Los mayas poseían, además, tablas
para predecir eclipses de sol y luna. Mesopotamia y Egipto también poseían conocimientos
astrológicos, algunos de gran complejidad.
Todas estas civilizaciones exhiben conocimientos de las artes y las técnicas en aritmética
y geometría aplicada. Las dos disciplinas principales de estudio, vinculadas a la mentalidad
mítica, son la astrología y la alquimia.

3.1. El desarrollo del universo tradicional


El hombre griego crea una distancia con el mundo mágico y ritual, y se permite investigar
lo real, en lugar de conjurarlo. Se trata de reconocer la consistencia o substancialidad de las cosas
naturales, al tiempo que lo particular de cada una.
Sin embargo, esta independencia sólo se atribuye al mundo cuando el hombre se la atribuye
antes a sí mismo, cuando abandona el mundo animado por fantasmas y demonios singulares.

3.2. Sabiduría y libertad


El sabio griego, a diferencia de las figuras de la teología mágica -el profeta, el chamán, el
adivino-, no está interesado en convencer, deslumbrar o salvar a nadie. No está iluminado por
dioses o demonios ni manipulado por la política. Para él, sabiduría es autarquía, libre gobierno
de sí mismo.
Las grandes migraciones del Mediterráneo y Mar Negro, aportaron un rico caudal de ideas
al espíritu griego. El súbdito se convierte en ciudadano, defiende sus libertades y corta de raíz
cualquier retroceso a la tiranía. Se consolida la Ciudad-Estado democráticamente gobernada. En
la polis, la libertad se equilibra con un profundo sentido de la responsabilidad personal y un
respeto de todos por la razón (logos).

3.3. Physis
El resultado de este sentirse libre es el descubrimiento de lo físico como dimensión real.
El universo es físico, ajeno a los fantasmas y los sueños. El pensamiento irreflexivo produce
monstruos y supersticiones.

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3. Los primeros pensadores griegos (I).

Físico es la idea de algo autoconstituido, formado a partir de su propia substancia. Lo físico


es principio. Sin embargo, este principio ha de ser precisado para los griegos, inaugurando el
proyecto de la ciencia, para que no se quede en su representación simbólica -como los primitivos
con su tótem-. Así adquirirán su poder de abstracción -excepcional entre todos los pueblos
antiguos.

3.4. Los milesios


Tales de Mileto (siglos VII y VI a.C.) es considerado el primer "físico" que redujo todo
a la humedad. "Principio", "arjé", es la noción de causa. Para Tales, el arjé es el agua,
introduciendo el concepto del elemento para explicar lo real por causas inmanentes y no por
factores trascendentes.

Anaxímenes atribuyó este principio o fuente activo del cosmos al aire. Por rarefacción se
convierte en fuego, y por condensación en viento, nubes, agua, y finalmente tierra. También
afirma que la luna refleja la luz del Sol.

Entre Tales y Anaxímenes aparece Anaximandro, y con él el primer pensamiento


especulativo. Argumentó que el hombre fue engendrado por animales de otra especie, y que los
seres vivos surgieron del agua calentada por el Sol. Para Anaximandro, el agua y el aire son
insuficientes por su finitud para explicar la riqueza y variedad del cosmos. Llama apeirón
(=ilimitado) a algo infinito y eterno de lo cual procede el cosmos. Es materia incorruptible,
sometida a un movimiento cíclico donde se alternan la cohesión y la disgregación, generando la
separación de contrarios. Las cosas son presencias unilaterales, predominios de unas
determinaciones, de uno de los contrarios o varios sobre otros. El cosmos sensible es la suma de
todas las determinaciones.

Nacido un siglo después a Anaximandro, pero siguiendo la orientación milesia,


Empédocles, basándose en la zoología y la botánica llega a la conclusión de que los seres vivos
evolucionan hacia formas cada vez más perfectas. El punto de partida fueron las masas informes,
hasta llegar a los organismos superiores. El pensamiento y la percepción de los sentidos son
funciones de la estructura orgánica, negando la idea de alma.
Cuatro elementos son raíces de todas las cosas: fuego, aire, agua y tierra. Estas se combinan
para formar todos los cuerpos del universo, por medio de dos fuerzas cósmicas que llamó Amor
y Odio -representantes de la tendencia a la unidad y a la separación respectivamente. Cada cosa
es una cierta proporción de estos cuatro elementos.

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Filosofía.

4. Los primeros pensadores griegos (II)

4.1. Pitágoras y el pitagorismo


Pitágoras nace en el 580 a.C., dos o tres décadas después de Anaximandro. Pasa por ser
el introductor de los pesos y medidas, descubridor de la teoría musical, inventor de la geometría
y la aritmética teórica, sostuvo la forma esférica de la tierra, etc.

’4.1.1. La lógica del mundo


Según el sistema pitagórico, la esencia de las cosas es el número. Así desarrolla una lógica
mediante la deducción de conceptos básicos.
a)Primero es la unidad. Cada algo es de una cierta manera el todo de sí, o un punto. El
carácter de "uno" de cada cosa no se distingue de lo que funda el carácter de "uno" de otra
cualquiera.
b) Lo uno reiterado es desigualdad o diferencia, lo segundo el 2. La serie indefinida de
"unos" se escinde en lo impar y lo par, y el punto se convierte en línea.
c) La relación entre lo uno y lo otro deriva el tres; la línea pasa a ser superficie. Es unidad
y diferencia unidas: es "todo".
d) Lo doble desarrollado paralelamente al uno, es el 4, tránsito de la superficie a la solidez:
la pluralidad. La unidad deviene diferencia, ésta relación, y la relación deviene pluralidad.
e) La suma de 1, 2, 3, 4, es la década, y representa la armonía, inicio de todo movimiento.
La armonía constituye lo regular o la proporción que asegura el equilibrio.

’4.1.2. El espiritualismo
En la secta pitagórica ocupan un lugar importante las creencias órficas, según las cuales,
el hombre tiene una doble naturaleza: el cuerpo y el alma, con un principio divino dionisiaco. El
cuerpo es mortal y el alma eterna. El cuerpo es la tumba y la cárcel del alma, del que sólo es
posible desprenderse a través de una serie de reencarnaciones -transmigración-. Esta teoría, de
origen oriental -india-, considera que el sufrimiento derivado de la fusión del cuerpo y el alma
sólo se cura mediante la mortificación ascética.

’4.1.3. La ambigüedad pitagórica


El cuerpo de rigurosos conocimientos científicos de esta escuela se mezcla con ideas
místicas y supersticiones populares muy antiguas, vinculadas a la magia numérica: el 7 encarna
la cohesión, el modo de construir el dodecaedro es blasfemia, etc. El símbolo pasa a ser lo
simbolizado. El número es número mágico, con significación y ente original dotado de poder en
sí.

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4. Los primeros pensadores griegos (II).

4.2. Heráclito y el principio de la razón


De Heráclito es la idea de que todo fluye, desembocando en tesis escépticas y agnósticas.
Su filosofía insiste en las ideas de unidad y totalidad, y en el concepto de la razón (logos) como
lo "común", "eterno", y "rector". Para él, lo Uno ha de concebirse también como Todo. El
cosmos siempre fue, es y será eterno. No hecho por nadie, sino que es un "orden" físico penetrado
por un logos sabio, sometido a una oscilación infinita entre un estado de expansión y una
reversión.
Frente a los pitagóricos, Heráclito destaca el tiempo como elemento fundamental. El
mundo está en permanente movilidad, guarda una estructura contradictoria -doctrina de los
opuestos-. Dios es día-noche, frío-calor, etc. Se trata de una "guerra" creadora de vida. Sin
embargo la contradicción engendra armonía, en la que el logos todo lo orienta.

4.3. Los eleáticos


Parménides de Elea (540 - 470) sostiene como punto de partida la verdad (alétheia),
contrapuesta a la opinión irreflexiva. La verdad exige borrar todo preconcepto y preguntarse con
rigor que cosa es.
Para que una cosa sea, ha de darse tal cosa: sólo si A es, A es A. Como identidades
aparecen los objetos del mundo, y la identidad de todas esas identidades se encuentra en el es.
Antes que grande o pequeña, blanca o negra, una casa es casa, y sólo este sí mismo permite
atribuirle luego cualesquiera determinaciones. "Ser" constituye la identidad absoluta, supuesta
por la identidad general.

’4.3.1. La substancia ontológica


Así pues, Parménides deduce uno de los atributos o predicados del "ser" a partir del
principio de identidad: "el ser es, el no-ser no es". Se trata de un absoluto positivo a la manera
del apeirón de Anaximandro, pero puro límite, identidad perfecta. Al "ser" le corresponden
propiedades inevitables como la de "uno", "continuo", "inmóvil", "finito", "ingénito" e
"imperecedero". Es contrario al devenir heraclitéo.
El rechazo lógico del mundo de los sentidos en este pensador se corresponde con el repudio
ético vigente en los círculos orficopitagóricos.

’4.3.2. Zenón y Meliso


Los discípulos de Parménides también se esforzaron por mostrar la unidad del ser y el
absurdo a que conduce la idea del devenir.
Zenón de Elea es poseedor de un agudo pensamiento, escribiendo gran número de
"paradojas" o "aporías": Aquiles que no alcanza a la tortuga, la flecha que vuela estando quieta...,
problemas no resueltos hasta descubrirse el cálculo infinitesimal. Sus proposiciones servirán de
modelo para la escuela escéptica.
Meliso de Samos: la naturaleza (physis) se contempla como "uno, continuo, inmóvil,
lleno", pero con un atributo nuevo: se trata de un ser infinito, ya que si no fuera así, se vería

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Filosofía.

limitado por el no-ser, el vacío. Además el ser infinito es incorpóreo, ya que tener cuerpo
significa tener partes, y el Uno es indivisible. Los discípulos de Parménides adoptaron de sus
escritos:
1.- Lo que es no puede haber empezado a ser y no puede dejar de ser. Lo que es no puede
haber empezado a ser.
2.- Lo que es, es inmóvil y no cambia, pues si cambiase algo que no era comenzaría a ser,
y algo que era dejaría de ser.

4.4. El atomismo
Leucipo resuelve el problema de la unidad y la pluralidad con una física corpuscular,
donde infinitos átomos (indivisibles) conservan las propiedades de permanencia, homogeneidad
e inalterabilidad del "ser". Los átomos "son", en el sentido parmenideo, pero dispuestos en el
vacío. En estas condiciones el cosmos exige un movimiento eterno.
De este modo, el sistema atomista no es una crítica a la escuela de Elea, sino una
superación: no hay disyuntiva entre el ser y el no-ser, sino ambas cosas (el no-ser es espacio
vacío). Gracias a estos contrarios, los átomos en el espacio forman torbellinos, donde al reunirse
y disgregarse forman generaciones y corrupciones.
Leucipo y Demócrito admiten tres únicas distinciones en los átomos: la figura, el orden y
la posición. Las combinaciones de estas tres diferencias producen las demás cualidades y las
cosas sensibles.
Según la física atómica de Epicuro, los átomos sólo poseen figura, peso y tamaño, con
idéntica velocidad en el vacío (grandes y pequeños), la velocidad del pensamiento, y dotados de
una contingencia que es el principio de la declinación (parénclesis).

’ La teoría de la sensación y del alma


Para Demócrito, sólo existen los átomos y el vacío. La percepción se produce porque de
todo manan ciertos "efluvios" cuya forma es idéntica a aquello de lo que emanan (imágenes). Lo
sensible es una modificación de nuestros sentidos, y depende de nuestra constitución y del objeto,
distinguiendo entre conocimiento "bastardo" -sensibilidad-, y conocimiento "legítimo"
-inteligente-.
El alma, "lo que mueve", está formada por átomos especialmente sutiles y esféricos
distribuidos por el cuerpo. Después de muertos, se dispersan. La creencia en dioses y demonios
surge del temor humano al cosmos. La autonomía moral de la razón permite buscar la alegría y
el placer en la serenidad, rehuyendo la injusticia, la insensatez y la concupiscencia.

4.5. Anaxágoras
Anaxágoras es el último pensador jonio. Para Anaxágoras, todo está en todo. Cualquier
cosa constituye una mezcla infinita donde están presentes todos los elementos del cosmos, en
distintas proporciones. A estos ingredientes fijos los llamó "semillas" (spérmata), infinitas en

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4. Los primeros pensadores griegos (II).

número, y todas diversas entre sí.


El segundo principio es la inteligencia o nous, razón objetiva que gobierna y ordena el
movimiento. Si logos es determinación, nous es discernimiento. La inteligencia no es incorpórea,
sino que es tan física como la luz. Mueve dividiendo la mezcla en suertes o destinos, define,
otorga una naturaleza cualitativa al cosmos.

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Filosofía.

5. El saber y la cultura

Los griegos pasan en poco tiempo de una cultura en que rendían culto a sus antepasados,
llena de fantasía mitológica, a un anclaje en lo físico como realidad autoconstituida, centrada en
la estricta verdad de las cosas y la libertad para buscarla -racionalización de la vida-.

5.1. El giro antropológico del saber


Las reflexiones sobre la physis tomaban en consideración tan sólo lo general y permanente,
basados en medios de observación de los fenómenos y la deducción. A partir de la segunda mitad
del siglo V a.C. se manifiesta una desconfianza ante la capacidad "teórica", debido a "lo oscuro
del asunto y la brevedad de la vida" -agnosticismo-. Ligado a esto, cobra importancia el hombre
como principio de lo verdadero y autor del pensamiento.

’5.1.1. El discernir de "nous" y el medir de los hombres


Si para el último jonio, Anaxágoras, el nous es un elemento eterno y uno, desprovisto de
voluntad, para Protágoras es algo humano, personal y donde toda determinación resulta relativa:
la verdad no es algo absoluto y autoconstituido, sino una "sensación" para la consciencia. "El
hombre es la medida de todas las cosas". Por supuesto que existe una materia cósmica subyacente
en todos los fenómenos, pero lo que los hombres perciben es una y otra manifestación según sus
diferencias individuales -criterios subjetivos-.

’5.1.2. Los nuevos campos de teorización


Junto al antropocentrismo cobran fuerza en Grecia, debido a la expansión helénica, lo
cultural y las diferentes civilizaciones: obras históricas, jurídicas, el lenguaje, la gramática
científica, la estilística y la retórica -para convencer-. El nuevo intelectual que domina estas artes
es el sofista.

5.2. La cultura como fin absoluto


Del arte combinado de la física, las matemáticas, la crítica literaria, la etnología y la
oratoria surge el sabio enciclopédico. El sofista presenta una oferta adaptada a la demanda: el
deseo de ilustración. El sofista controlará la educación de la juventud mediante la técnica del
"hacer más fuerte el argumento más débil" (Protágoras). Transmiten brillo, empaque, elocuencia
y eficacia en la vida política y social. Sus rasgos son la fatuidad, remuneración y alumnos. Su
éxito se mide por medio de ingresos y fama: es quien "comercia con bienes de los que el alma
extrae su alimento" (Platón).

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5. El saber y la cultura.

5.3. El conflicto del saber y la cultura


Protágoras de Abdera (485 - 411) se llamó "educador de hombres" enseñando que
ninguna ley positiva o costumbre puede ser universalmente válida -tolerancia política y religiosa-.
Las formas tradicionales de culto y eticidad son convenciones y hábitos susceptibles de reforma
y mejoramiento.
Gorgias (490 - 390) criticó a la escuela eleática con sus propias armas. No pretendió
enseñar la virtud, sino "elocuencia" y "estilo". Según él, la civilización nació como recurso de
los débiles para domar a los fuertes. La moral y la ley son expresiones de una voluntad de poder
para domar la animalidad del hombre, cuya consumación es imposible.

5.4. El esfuerzo por recobrar un absoluto


Sócrates (470 - 399) aparece en escena intentando llenar el vacío moral producido por el
concepto de "physis" y los preceptos de la polis. Como los sofistas, se centra en el hombre, pero
reclamando algo absoluto, con el fin urgente de llamar la atención sobre la eticidad.
A) Razón y misticismo. Sócrates logra fundir el proyecto moral y el intelectual en uno solo.
Para él no son distintos el conocimiento y la virtud. El mal es la ignorancia, y su primer precepto
ético será: "conócete a ti mismo". El segundo: "ocúpate de lo más alto". Sócrates busca, mediante
el argumento inductivo y la definición de los conceptos, la esencia, el en sí de las cosas,
intentando superar el relativismo llegando a algo general e incondicionado.
Por otra parte, su filosofía no fue sobre la naturaleza, sino sobre la esfera ética. Nunca
quiso riqueza o poder. Su penetración en lo humano y su corrosiva ironía hicieron de él un
personaje venerado y temido en Atenas.
B) La doctrina socrática. La ignorancia, fuente de todo mal, es ignorancia del bien, que
constituye lo divino, el principio de todo. El bien es un absoluto, no relativo. El alma, inseparable
del cuerpo es la parte del hombre vinculada al des-velamiento de la verdad. "La experiencia del
alma se llama pensamiento" y la "cura del alma" es "cuidar lo divino". Según esto: a) lo real es
el alma como experiencia de la razón; b) el alma universal es el bien que el hombre lleva dentro
como eco del bien absoluto; y, c) el alma asegurada de la bondad, constituye la virtud. Es
virtuoso quien se conoce así mismo y ama sobre todo la búsqueda de la verdad. La exigencia de
la virtud es un amor a la imparcialidad del conocimiento, un constante preguntar por el fondo de
las cosas.
C) La condena de la filosofía. En el año 399 a.C. Sócrates, con 70 años, es condenado por
tres ciudadanos en Atenas por corromper a la juventud, "no creyendo en los dioses en los que
cree la polis, sino en divinidades nuevas, diferentes", y Sócrates, a pesar de la posibilidad de
salvarse pagando una condena en forma de multa, aprovecha la ocasión para ironizar con lo
razonable que sería no sólo no matarle, sino mantenerle a expensas públicas. Entonces es
condenado a morir envenenado con cicuta. Sócrates no deja de difundir la physis como verdad,
ni de atacar las leyes de la polis. Combina la individualidad libre con lo universal necesario, y
un respeto a la particularidad de cada cultura determinada -autonomía moral de la razón-.

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Filosofía.

6. La filosofía como arte de vivir

6.1. La herencia de Sócrates


Sócrates nunca pretendió escribir una sola línea de doctrina, practicaba la mayeútica:
método cuyo principio es dar nacimiento a la pregunta por la verdad en los demás. Sin embargo
será el más influyente de todos los filósofos griegos hasta él, produciendo una proliferación de
escuelas "socráticas".
Los "socráticos" sostienen unos puntos en común: al morir los cuerpos las almas
desaparecen; todos los hombres son iguales: las leyes son sus leyes, y son para servir al hombre,
no para mantenerla bajo servidumbre; la verdad y la libertad son los bienes supremos. Puesto que
no hay vida perdurable, de nada sirven los templos, oraciones, votos, etc. Las guerras,
patriotismos e ídolos son abyectos. El pensamiento ha de emanciparse de la costumbre, y por ello
ponen en cuestión algo tan nuclear como la cuna y la riqueza. El verdadero enemigo es la
inmiscusión de la ley en la eticidad, que pretende velar por la decencia y las buenas costumbres.

’ Ética y política
Se trata de transformar una moralidad exterior y grupal en otra interior e individual. El
compromiso del filósofo es sustituir toda conformidad al hábito vigente por una atención a lo
racional en cada caso, rescatar la vida de las manos de la obediencia para vincularla al cultivo de
la inteligencia. Así pues, no hay sector de la política, Estado, la familia, la ley y la costumbre que
no soporte su inspección.

6.2. Las primeras escuelas


’6.2.1. Los megáricos
Euclides de Megara llamó Uno y Ser a los bueno, inteligencia divina e impersonal. Sus
sucesores fueron muy dados a los juegos verbales y a las paradojas (como la fábula del
embustero: "si digo que miento, ¿miento o digo la verdad?").

’6.2.2. Los cínicos


Su propuesta es regresar a la naturaleza (entendido como lo general y eterno de suyo), o
physis. Esto es, por medio de la inteligencia exaltar la individualidad pensante frente al
gregarismo egoísta (no una vuelta a la barbarie). Son revolucionarios pacíficos que predican con
el ejemplo, y su adversario común es el paternalismo que pretende gobernar a los hombres como
si fuesen niños incapaces de resolverse por sí mismos. La humanidad adulta debe romper amarras
con las tradiciones basadas en la fe y la obediencia a morales fariseas y supersticiosas. Denuncia
la familia clásica, las estructuras sociales, la religión, etc.
Antístenes, fundador de la escuela cínica, dijo que el único bien del hombre es su mente

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6. La filosofía como arte de vivir.

(nous). Como camino a la felicidad sugirió la eliminación de necesidades superfluas: contentarse


con alimento y ropaje suficiente, y amar a la humanidad. Diógenes mismo eligió una vida de
mendigo a pesar de haber nacido rico.

’6.2.3. Los hedonistas


Arístipo de Cirene puso el acento en la sensación como criterio de la verdad. El bien es
lo agradable, el mal lo desagradable. El único principio sabio de conducta es la regla del placer
(hedoné). El goce del instante libera al hombre del ayer y del mañana, y permite que éste se
contente con lo disponible en cada momento. Poseer, no ser poseído. Representantes de la
escuela hedonista son Teodoro "el Ateo" y Hegesías "el abogado de la muerte".

6.3. Las escuelas posteriores


Escuela cínica -------- estoicismo.
Escuela hedonista --------- epicureísmo.
Escuela megárica ------- escepticismo.

’6.3.1. Los estoicos


Para Antístenes el placer y el dolor debían ser indiferentes para el sabio. El hombre debía
seguir la naturaleza -comportarse como mente autócrata, más allá de deberes convencionales
impuestos por el uso social-.
Para los estoicos, este comportarse de acuerdo con la razón exige no considerar el dolor
físico y aprender la imperturbabilidad práctica -sufrir "estoicamente"-. A cambio, el sabio gana
una autonomía práctica en donde el incesto, la antropofagia, la homosexualidad, etc.-, son cosas
perfectamente legítimas. El sabio es independiente del decoro y sus preceptos. Zenón de Citio,
fundador de la escuela estoica se quitó voluntariamente la vida a base de no comer. Otros le
siguieron en su suerte. Así probaban su libertad moral.

’6.3.2. Los epicúreos


La antítesis del rigor estoico es el hedonismo epicúreo, escuela fundada por Epicuro de
Samos. El criterio de la verdad reside en la sensación (hedonismo). Intenta librar a los hombres
del temor a lo sobrenatural y a la muerte. Los dioses, seres superiores al hombre en naturaleza,
no omnipotentes, pura alegría, viven ajenos a los asuntos humanos. La muerte es carencia de
sensación. No hay que temer tal trance, ya que el alma se disuelve con la muerte.

’6.3.3. Los escépticos


Para Pirrón de Elis, fundador de la escuela escéptica, la naturaleza de las cosas nos resulta
completamente desconocida. El pensamiento, por una parte, es y permanece ajeno a la coseidad.
Por otra, el ser externo en manos del pensamiento cobra una y otra apariencia.
El primer motivo por el que desconocemos la naturaleza de las cosas es que "de todo lo que
se predica algo, cabe predicar también lo contrario". Así, el escéptico descubre: a) no hay
adecuación de la inteligencia (nous) a la cosa, sino lo inverso, una conformación de la cosa por

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Filosofía.

el pensamiento; b) mientras que la cosa es siempre un representado, un otro simplemente, el


pensamiento busca una relación.
Así pues, no hay criterio válido para la verdad. La fuerza moral reside en dejar de "creer"
para dejar de "padecer". Este es el fundamento de la certeza escéptica, contrapuesta a cualquier
fe. El escepticismo griego asesta el golpe maestro al saber, que ahora se niega a sí mismo.

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6. La filosofía como arte de vivir.

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Filosofía.

7. La filosofía platónica

Platón (427 - 347) conoció a los 20 años a Sócrates, contándose entre sus discípulos hasta
la muerte de éste.

7.1. La función del saber


En el más conocido de sus diálogos, La República, propone Platón la alegoría de la
caverna.

7.2. La teoría de las ideas


A Platón se le debe su doctrina de las ideas (eidos=aspecto, figura). La idea es la
determinación en sí, la esencia, no el determinar ni lo determinado (singular). "Una idea existe
cuando damos el mismo nombre a muchas cosas separadas" (Ej. la idea de puerta, no una puerta
determinada). Esta determinación es en sí, la esencia, el qué es algo, y no es tocada o
transformada por nada, ni expuesta al tiempo. Esa es su "pureza". No tiene contacto con la
singularidad particular.

’7.2.1. Lo relativo y lo absoluto


Lo determinado es relativo, pero las esencias puras constituyen un reino lógico donde estas
ideas puras son anteriores, generales y permanentes. Así tenemos la belleza o la fealdad, el bien,
el mal, etc. La relatividad de la sensación no rige para estos universales que preexisten a la
constitución de cualquier cosa determinada.

’7.2.2. La dialéctica
Tomar las ideas en la realidad de su conexión consigo mismas, con sus opuestos y con otras
ideas, es lo que Platón llama "dialéctica". Lo fundamental es que la determinación no aparezca
en forma simplemente afirmativa y tautológica (como "A es A"), sino que se muestre en el
proceso de su constitución. Es decir, para que se dé A, es preciso las otras letras del alfabeto; para
que haya alfabeto es necesario un lenguaje, etc. De igual manera A se define también como no-B,
no-C, etc., por lo que toda determinación contiene lo antético también.
A) La dialéctica del uno. En el diálogo del "Parménides", Platón hace un análisis dialéctico
que toma por objeto la idea del "uno". El uno es presentado como: 1.- el ser en sentido eleático,
contrapuesto al no ser; 2.- la unidad sin partes, contrapuesta a la multiplicidad y al todo como
composición; y 3.- el sí mismo contrapuesto a lo otro. Pero si el uno es contra lo demás, que es
múltiple, y lo múltiple ha de participar de algún modo, por ser divisible, de lo uno: uno es otro
y otro es uno. La idea del uno conduce a lo múltiple por pura lógica y viceversa. La unidad uy

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7. La filosofía platónica.

la contracción se unen, elevándose sobre el criterio dogmático de una verdad inmediata.


B) El concepto del ser. En su diálogo "El Sofista", Platón muestra la comunicación de las
ideas y la imposibilidad de que el ser perfecto no viva ni piense. El ser no es inmóvil, sino que
tanto lo movido como el movimiento poseen realidad. La unidad postula diversidad, la quietud
postula la acción y la vida el movimiento. En síntesis, la verdad es quietud y movimiento,
identidad y diferencia, existencia absoluta y vida práctica.

7.3. El dualismo platónico


Con el transcurso de los años, Platón es llevado a elaborar una teología dogmática y
moralizante, dualista, donde contrapone de modo cada vez más rígido (antidialéctico) lo divino
y lo terrenal, el alma y el cuerpo, la pureza y la impureza, lo bueno y lo malo, etc. Lo que hay de
científico en el eidos se une con aspiraciones religiosas, para convertirse en causas y fines de toda
existencia singular.
Así, Platón sostiene la inmortalidad del alma, con una existencia anterior a ésta, y que va
atravesando sucesivas transmigraciones. Cuanto menos fervorosamente el hombre se opone a la
concupiscencia y sus vicios, más abyecto es el cuerpo que éste recibe, pudiendo tomar un cuerpo
animal.

’ La naturaleza del alma


"Todo cuanto se mueve a sí mismo es inmortal". Ese algo es el alma, que toma un cuerpo
terreno y mortal. Todo lo inmortal que no está unido a lo terreno, habita en las "alturas": son las
ideas. Elevarse a la visión de las ideas mismas y disfrutar de esa "realidad intangible" es cosa de
los dioses. El alma puede ser precipitada a la tierra por causa del olvido y de la maldad.
A) El espíritu y lo corpóreo. En Platón la renuncia a los goces naturales acaba dando paso
a un desprecio hacia la existencia física. La verdadera oposición aparece entonces entre espíritu
y materia. Los individuos son siempre los mismos, con sucesivos cuerpos, ascendiendo y
descendiendo en la escala biológica de acuerdo con los méritos y faltas de la vida previa. Esto
es más una "fe espiritista" que un pensamiento filosófico: no se apoya en la observación de la
naturaleza ni en la estructura del pensamiento -ambigüedad pitagórica-. Platón se vale del temor
del pueblo a lo sobrenatural y de las supersticiones para fundamentar su doctrina del alma
transmigratoria.
B) El alma como pensamiento. Sin embargo, un elemento importante en Platón es la
invocación a lo superior en el hombre, el hecho de tener siempre delante lo divino como aquello
que es en sí mismo Verdad, Belleza y Bien. La idea es un universal que ilumina lo determinado.
Como rector o principio del movimiento, el alma es la inteligencia que está en ambas esferas,
aquí y allí.

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Filosofía.

7.4. La filosofía de la naturaleza


Para Platón, el mundo físico no posee firmeza y estabilidad, carece de verdadero ser, y por
lo mismo, no es susceptible de "ciencia" en sentido estricto. Su autor (demiurgo), que era un ser
bueno y sin envidia, decidió crear un universo empleando el cálculo, una "bella composición"
entre la aritmética y la música. Hizo surgir los cuatro elementos, optó por la esfera como forma
de su creación, y como estatuto convino en la autarquía. Haciéndolo rotar sobre un eje, creó el
tiempo y produjo los planetas. Antes de terminar el mundo instaló en su centro un alma.

’ El mecanismo y la finalidad
De lo anterior, vemos que el libro del universo está escrito con guarismos matemáticos. Las
ideas son números. La inteligencia obra siempre en vistas de lo racional, movida por el fin de lo
mejor, "los efectos bellos y buenos". Junto a esto, hay otro movimiento, que es el del resultado
de agentes movidos por otros antecedentes y que comunican el movimiento a otros
-mecanicismo-. La necesidad lleva consigo un reino de azar y desorden que adelanta un tipo de
ser distinto de las ideas y de las cosas sensibles, informe e invisible, y que es origen y sostén de
todo lo sensible. Su esencia es carecer de esencia. Platón lo llama receptáculo y nodriza.
Aristóteles lo llamará hylé, "materia".

7.5. Ética y antropología


El mal es efecto de la ignorancia. El conocimiento señala el bien en cada caso. El mal no
es un error sino una enfermedad del alma, y su cura se basa en la penitencia, pues el hombre tiene
derecho a lavar la injusticia perpetrada. Los apetitos y las necesidades de la carne son la causa
de todas las miserias y males. Los bienes de este mundo son impureza, el alma pertenece a un
lugar supraceleste. El conocimiento verdadero versa siempre sobre lo suprasensible.
La parte racional del hombre, localizada en la cabeza, es la única eterna. La valerosa
(irascible) se localiza en el pecho, y la sensual en el vientre, siendo ambas irracionales y
pasajeras. Respectivas virtudes son la prudencia, la fortaleza y la templanza. La unidad de ambas
es la justicia: cada parte del alma ha de cumplir su función.

’ La República
El mismo hombre que condenó el ajusticiamiento de Sócrates, ya anciano propondrá la
pena capital para los ateos, y un Estado que somete a la censura las artes plásticas, la poesía, el
teatro, la música y la filosofía. Para mantener la justicia, Platón propone: a) abolición de la
riqueza y la pobreza; b) eliminación del matrimonio y la vida familiar. Estas exigencias son sólo
válidas para dos de los tres estamentos sociales previstos: los legisladores (que corresponden a
la parte racional del alma), y los guardianes, ejército, policía, etc. (parte irascible). Ambos dirigen
las leyes y vigilan su cumplimiento. El tercer elemento (parte concupiscente del alma) son los
campesinos y mercaderes, que pueden retener propiedad privada y familia.
Lo ideal para Platón supone suprimir el principio de lo individual -modelo espartano- a fin
de conseguir una raza superior y disciplinada; la justicia se transforma así en una dictadura.

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7. La filosofía platónica.

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Filosofía.

8. La culminación del saber antiguo (I)

Aristóteles de Estagira (384 - 322), hijo de un médico, fue a Atenas a los dieciocho años
para ingresar en la Academia, donde conoció a Platón hasta su muerte. También se convirtió en
el preceptor de Alejandro, cuyas relaciones se enfriaron cuando éste se erigió en soberano
absoluto. Aristóteles regresa a Atenas y funda el Liceo. Tras la muerte de Alejandro, fue acusado
de impiedad, y Aristóteles se exilió. Murió a la edad de sesenta y tres años.

8.1. La evolución de la obra aristotélica


Durante el período de formación de la Academia, Aristóteles compuso bastantes diálogos
de orientación platónica, que él llamó "exotéricos" (destinados a cualquier tipo de público), y de
los que sólo han sobrevivido unos pocos fragmentos.
Al período de docencia en Assos y en la corte macedónica corresponde una intensa
producción igualmente perdida. En ella cuestiona el elemento de verdad en la doctrina platónica,
pudiendo ser salvado sólo renunciando al dualismo.
Al período de docencia en el Liceo corresponden los textos pedagógicos ("acromáticos"),
y son apuntes tomados por Aristóteles. La mayoría fueron perdidos y luego recogidos en un
"Corpus".

’ Los elementos del Corpus


1.- Tratados sobre lógica, conocidos en conjunto como Organon.
2.- Tratados sobre "filosofía primera": catorce libros de Metafísica.
3.- Tratados de física, historia natural, matemática y psicología.
4.- Tratados sobre política y ética.
5.- Tratados sobre estética, historia y literatura.
Vemos que la filosofía pasa aquí a ser un sistema de ciencias, combinando un examen
puramente empírico con el análisis de lo más abstracto.

8.2. Rasgos genéricos del realismo aristotélico


Los siguientes puntos perfilan esquemáticamente la orientación realista de Aristóteles:
a) Escepticismo ante un mundo ideal como única realidad verdadera. Dimensión física.
Importancia de la observación.
b) Los sentidos no tienen en sí mismos nada vil o engañoso, sino que son la mayor fuente
de placer y conocimiento.
c) El universo real no es algo sometido a una normatividad trascendente -como el Bien o
la Belleza-, sino el fundamento del que se deriva cualquier normatividad.

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8. La culminación del saber antiguo (I).

d) El principio de lo real es el ser como determinación física suprema. Son los seres
particulares, no el Ser.
e) El ser es una vida; la inteligencia es una vida.
f) La perfección es definición, límite. Lo ilimitado es imperfecto.

8.3. La lógica
’8.3.1. La razón como forma
Aristóteles intenta definir la forma del pensamiento abstraída de cualquier contenido
contingente. La lógica investiga lo necesario y general de la razón humana, la verdad a priori.
Reconoce que esta ciencia no pretende suplantar la experiencia, ni prescindir de la observación.
La lógica, como ciencia formal, tiene por objeto la idea de verdad, y no la verdad realizada.
Su contenido es el movimiento de la razón.

’8.3.2. La teoría del juicio


El punto de partida de la lógica es el principio de contradicción: "Es imposible que una
misma cosa sea y a la vez no sea". El joven se hace viejo, el día deviene noche, pero unos y otros
tienen "entidad". Aplicando al discurso, el principio de contradicción es el principio de
consecuencia: decir "algo" es ya decir "algo más". Algo se pone de manifiesto a partir de algo.
La proposición lógica concierne al conocimiento, y se compone de dos tipos de elementos:
1.- Algo que "significa sin tiempo", denominado "nombre" o "sujeto".
2.- Algo que "implica tiempo" y se sigue o predica de lo primero, llamado "verbo".

A) La referencia al tiempo.
En "la rosa es una flor", el nombre es "la rosa" y el verbo "es una flor". "Rosa" es
intemporal, es el "fundamento", la base o apoyo. El predicado es lo que acontece a ese nombre,
la determinación, e implica "tiempo", ya que comprende, además del "es", el fue, el será, y afines.
Además, al atribuirle un predicado (no tautológico) al nombre, ya no es tomado como un nombre,
sino como algo definido en sí, un género; es decir, ya no es tanto la rosa como un cierto tipo de
flor. En realidad, lo que el juicio hace es poner como determinación algo que se ofrecía como
fundamento, y ese pasar de lo uno a lo otro implica cosas como duración, generación, etc. El
predicado lleva consigo "tiempo".

B) La clasificación de los juicios.


1.- Por su extensión los juicios pueden ser universales (cuando al sujeto le pertenece
esencialmente el predicado), y particulares (cuando le pertenece por accidente). Ej. a "caballo":
"animal" (universal) / "grande" (particular).
2.- Por su cualidad los juicios pueden ser positivos, o negativos, dependiendo de que la
determinación se obtenga afirmando o negando el predicado del sujeto. Si el nombre y el verbo
son heterogéneos o ajenos el uno al otro, habrá un juicio infinito, e.g. "la gravedad es azul"
(proposiciones incongruentas e indefinidas).
3.- Por su modalidad los juicios son problemáticos (posibles), asertóricos (existentes) o
apodícticos (necesarios). Respectivamente: "Fulano será un buen ingeniero", "el agua está

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Filosofía.

hirviendo" y "dos y dos son cuatro". Para Aristóteles sólo es reveladora la proposición categórica:
universal, afirmativa y necesaria. Sólo en ella aparece algo determinado por sí mismo (e.g. "el
hombre es un animal inteligente").

C) Las categorías.
Las categorías no son ni las entidades concretas mismas ni sus determinaciones generales,
sino algo vinculado a la anatomía de la razón. Las categorías son ocho, y juzgar será siempre
decir algo de acuerdo con alguna o varias de ellas.
1.- Substancia, o entidad propiamente dicha (ousía o substancia).
2.- Cantidad o estructura del género, la especie y el caso singular.
3.- Cualidad, que se centra en lo positivo, lo negativo y lo indefinido.
4.- Relación, de acuerdo con la referencia a otro.
5.- Espacio, teniendo la localización como criterio.
6.- Tiempo, partiendo de la sucesión.
7.- Actividad, viendo la cosa como un hacer.
8.- Pasividad, viendo la cosa como un hecho que padece una acción externa.

’8.3.3. La inferencia y el razonamiento


Juicio significa, pues, reunir con arreglo a categoría. Dos formas:
a) Desde algo determinado o condicionado, llegar a sus determinaciones o principios
(ascender de lo particular o accidental a lo general y necesario).
b) Desde las determinaciones o principios, llegar a lo determinado o condicionado.
A lo primero se denomina inducción (basada en la experiencia, corre el riesgo de ser
incompleta). Lo segundo es la deducción y es el procedimiento más riguroso, pero que requiere
un grado superior de conocimiento. Por medio de la inferencia deductiva, sujeto y predicado, tras
diversas "síntesis", pueden dar algo nuevo. En la inferencia ya no hay composición de nombres
y predicados, sino de unos juicios con otros. A esta concatenación de juicios, se llama
razonamiento (silogismo). Ej. Si A>B y B>C, entonces A>C.
La mediación es lo que pone de relieve la causalidad, objetivo del conocimiento científico.
Refutar un argumento implica probar que no ha sido inferido de su primera hipótesis a través de
todas las etapas intermedias, esto es, faltan en él mediaciones, o que alguno de sus términos se
utiliza abusiva o ambiguamente; por ejemplo, lo que unas veces se toma como determinación
particular negativa, luego se toma como universal, o viceversa, etc. Aristóteles aplica
magistralmente estos principios a las aporías de Zenón de Elea. El conocimiento científico es,
por tanto, un conocimiento "mediato". Sin embargo hay dos tipos de conocimiento inmediato:
a) información procedente de los sentidos; b) el poder de la razón para formular principios
generales, e.g. el principio de (no) contradicción.

’8.3.4. La idea y el concepto


La definición o "puesta en límite" de algo pone de manifiesto su concepto. El concepto es
la unidad de lo sensible y lo inteligible, la unidad de las determinaciones concebidas
unitariamente. No es sólo lo general (idea platónica) sino lo específico también. En la definición
exhaustiva es donde la cosa muestra aquello por lo que la cosa es lo que es.

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8. La culminación del saber antiguo (I).

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Filosofía.

9. La culminación del saber antiguo (II)

9.1. La teoría de la substancia


Todo lo que no constituye el predicado de otra cosa existe por sí: son las substancias. Estas
substancias son las cosas particulares, los individuos. Esa es su crítica al platonismo: "Toda obra
práctica y toda creación se refieren a lo individual". Las ideas son esencias estáticas (como la idea
de "caballo") y no principio de acción, y son una realidad, como abstracción a partir de lo
múltiple.
La substancia tiene cuatro aspectos: el individuo, el género, la materia y la forma. El
individuo es la substancia "primera", y le corresponde ser un uno definido y separado de los
demás. Los géneros o universales son substancias "segundas", ya que necesitan el apoyo de sus
miembros particulares sin los cuales no surgirían.

’9.1.1. Materia y forma


El tercer aspecto es lo que una substancia es en "potencia", capaz de asumir cualesquiera
mutaciones sin cambiar su naturaleza. Esa plasticidad es lo que Aristóteles denomina hylé
(materia). La materia persiste como lo determinable; su propiedad principal consiste en ser
siempre relativa. Se trata de un determinable o pasivo que no contiene la acción de definirse. Para
que esa materia sea tal o cual cosa necesita de la "forma", que constituye el verdadero ser.
Resumiendo. El ser o la entidad se encuentra en lo que es, en los individuos particulares.
Lo verdadero en sí es la forma: como determinación constituye un género, y como tal, un
universal. Por tanto, los individuos no son ni materia primordial informe (ápeiron), ni pura forma
abstraída de su materia (e.g. la lógica). Las substancias particulares son combinaciones de ambas.
A esto se le llama hilemorfismo.

’9.1.2. Principio formal y principio causal


El "principio formal" es aquella estructura que se mantiene vigente mientras una materia
va renovándose -el ser "inmanente"-.
Proceso causal es la alteración comprendida como unidad de antecedentes y consecuentes.

’9.1.3. Lo divino
Para Aristóteles, las substancias primeras son dioses.
Si bien no hay una materia sin forma ("ápeiron" o "caos"), sí hay forma sin materia (o con
un mínimo de materia): el pensamiento (nous), la substancia más "noble", tan sutil que no puede
ser retenido en envoltura material alguna. Aristóteles despersonaliza esta substancia, que es algo
hecho de éter (quintoelemento, quintaesencia). No es un creador sino un foco de discernimiento.
Es una causa incausada, carente de influencia en el curso de las cosas. Es concepto, no voluntad.

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9. La culminación del saber antiguo (II).

9.2. La física
La physis constituye un "innato impulso hacia el movimiento". Movimiento es la
realización de lo movido, "el acto de lo que es en potencia", cumplimiento. Hay un movimiento,
que es circular, continuo y eterno, y, por tanto, idéntico al reposo. Sólo el pensamiento (nous)
tiene ese estatuto de motor inmóvil. Cualquier otro movimiento es natural o forzado. La potencia
aspira a acto, tal como la materia aspira a forma, pero al acto sólo se llega con trabajo (energía).
Al comienzo de la escala cósmica se encuentra lo inanimado, que no mueve y es movido
mecánicamente. Siguen los seres vivos, movidos por impulso interno y externo y que mueven
a otros. Luego los humanos, más afines al movimiento circular y menos expuestos a la pasividad
animal. Luego las inteligencias planetarias. Finalmente el nous mismo.
En un universo increado, de manera eterna hay una evolución consistente en activar lo
pasivo, informando la materia. Lo real se va haciendo más definido. Todo va encaminándose
hacia su finalidad, sus límites, hacia la consumación de sus posibilidades. Espacio y tiempo son
categorías relativas, predicados de otra cosa, y no marcos preexistentes con respecto al mundo.
El espacio es el "límite de lo envolvente" y el tiempo el "número del movimiento".

9.3. La psicología
El alma lo define Aristóteles como "primer ponerse en límites de un cuerpo que tiene la
vida en potencia". El cuerpo no es una tumba o cárcel, sino un órgano o instrumento que permite
"funcionar" al alma. El alma es al cuerpo lo que la visión al ojo: no la capacidad de ver, sino la
realización de esa capacidad. La actividad teológica de la naturaleza arranca de una resistencia
de la materia ante el principio de la forma (e.g. la casualidad, el desorden). Por eso la finalidad
se cumple de manera lenta y gradual. Así distinguimos:
a) El alma vegetativa, reducida a puro subsistir: nutrición y reproducción.
b) El alma sensible, definida en sí misma, con movimiento.
c) El alma pensante: la capacidad de sentir se transforma en capacidad de juzgar sobre
el sentido.

’9.3.1. El entendimiento humano


El sentir en acto es la sensación. Es lo pasivo en el proceso del conocimiento. Lo sentido
es la determinación (blanco, suave, etc.) en vez de la cosa determinada (nube, pelota, etc.).
Aristóteles distingue la sensibilidad de la imaginación. Aquella siempre es veraz, y ésta
puede ser falsa ("desarrollo del sentido común"). Gracias a la imaginación los datos pueden
convertirse en memoria. El alma pensante participa ya del nous en sí.

’9.3.2. Las etapas del conocimiento


Inicialmente el conocimiento es impresión de algo, sensibilidad pasiva.
En segundo lugar, es elaboración interna, que se mueve dentro de recuerdos, imágenes y
categorías construidas a partir de un "sentido común" ya no pasivo.
Finalmente hay una síntesis del saber objetivo.

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Filosofía.

9.4. La ética
’9.4.1. El placer y la felicidad
El dolor es un mal admitido por todos. El placer es algo completo en sí mismo y
satisfactorio, es el resultado natural de consumar alguna acción. Sin embargo, la meta suprema
del obrar es la felicidad, no el placer. El placer depende de la actividad de la que surge, mientras
que la felicidad es un principio autónomo.
El obrar racional (la virtud) no ha de esperar premios extrínsecos, sino que es la virtud
misma su recompensa.
"La cosa más necesaria en la vida es la amistad". Amar supera en satisfacción a ser amado.
La felicidad exhibe un sano egoísmo, la amistad un sano altruismo. En el hombre bueno, egoísmo
y altruismo tienen los mismos atributos.

’9.4.2. La justicia y el derecho


La justicia es el fundamento de cualquier derecho, general o privado. El derecho natural
no varía con el lugar o pueblo. Pero el derecho natural es insuficiente para las necesidades
prácticas y las particularidades de cada Estado, por ello es necesario de leyes positivas o
convencionales para el fin de la sociedad política. Sin embargo, la justicia ha de estar al servicio
del hombre, no someterlo. Para ello es necesario la equidad en cada caso.

9.5. La política
El Estado no es una restricción artificiosa de la libertad, sino un medio para conquistarla.
Ha de adaptarse a la mentalidad y necesidades de los pueblos; el dogmatismo sólo trae males. Ha
de respetar la pluralidad de diferencias. La persecución de riquezas más allá de lo necesario y
razonable, es condenada por Aristóteles: son "bienes conflictivos".

’ Las formas de gobierno


Para Aristóteles la forma ideal de gobierno es la monarquía, siempre que el soberano
persiga el bienestar de los súbditos en vez del suyo propio, y que sea superior a los demás en
excelencia ética. Su corrupción, la tiranía, es el más odioso de los regímenes políticos, y el más
usual.
La oligarquía sería el segundo mejor sistema político, siempre que se cumpla lo anterior.
Al gobierno de todos los ciudadanos, basado en el respeto a una constitución votada y
pensada por y para todos, lo llama politeia. Es la menos perfecta de las formas de gobierno. Su
corrupción es la demokratia (demagogia), donde el pueblo es arrastrado por representantes
abyectos e irresponsables.
De las tres patologías, la tercera es la menos grave.

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9. La culminación del saber antiguo (II).

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Filosofía.

10. Roma y el cristianismo

10.1. Grecia y Roma


Del 624 al 322 a.C. (nacimiento de Tales y muerte de Aristóteles respectivamente), Grecia
ha desplegado la aventura de la individualidad libre y la ciencia. En lugar de la fe y la obediencia
se impone la norma de lo racional. Se inventa la ética (Sócrates).
El mundo romano, en cambio presenta diferencias.

’ El espíritu romano
En la república romana (oligarquía), el sujeto es en realidad un súbdito para un
Emperador-Dios sostenido por la fuerza del miedo. Su tradición histórica no reconocía el amor
filiar, el cortejo amable entre los sexos, y la esposa y los hijos eran parte de los bienes muebles
de la casa. Cada siervo del Estado era un déspota doméstico. Ese rigor inflexible de la ley les
permitió separar el derecho de la moralidad (su principal contribución universal es la institución
jurídica).
Esta situación de falta de derechos personales preparó al hombre para una huida hacia
alguna dimensión espiritual: culturas griegas, culto a Cibeles, Isis, Mitra, y por último, la del
cristianismo.

10.2. La decadencia filosófica


A partir del siglo III a.C. aparece una atmósfera de agotamiento por el conocimiento de lo
real, y cobra importancia la figura del sabio, más por su persona que por su saber. Acontece un
hundimiento de la credulidad en la fe y ritos religiosos, y la eticidad amenaza desintegrarse a
favor del interés personal. Los ciudadanos se convierten en espectadores de acontecimientos
multitudinarios (carreras, circos) y de la política.
a) Predominio de lo escolar sobre lo creativo. Anquilosamiento doctrinal. Imperan las
Escuelas (estoica, peripatética, epicúrea, etc.).
b) Resurgimiento del elemento místico a expensas del especulativo. Afición a los misterios,
la profecía, los milagros (neopitagóricos, neoplatónicos, herméticos).
c) Tendencia ecléctica o "sincretista". El ecléctico construye sistemas de diversas escuelas
sin hilo conductor.
d) Predominio de lo edificante sobre lo conceptual. Presión religiosa cada vez mayor.
e) Desarrollo de la filología y la erudición.

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10. Roma y el cristianismo.

10.3. Alejandría
Roma une Occidente y Oriente en un punto, Alejandría, penetrando el judaísmo en la
conciencia occidental. Surgen corrientes de tendencias escolásticas y eclécticas combinadas con
un misticismo de propensión ocultista.
Filón de Alejandría (30 a.C. - 40 d.C.) mezcla una veneración por Platón y los dogmas
órficos con un principio de trascendencia divina (Yahvéh). La razón y los sentidos son cosas
contrapuestas. Actuó más como sacerdote y oráculo que como pensador, y al dogma cristiano le
añadió ingredientes mistéricos.

’ Los neoplatónicos
Combinan la filosofía de Platón, la aristotélica y la estoica, pero llevados por un
espiritualismo plagado de supersticiones y arbitrariedad: Plotino, Porfirio, Proclo. Énfasis en
reglas rituales, revelaciones angélicas, ayuno, ascetismo moral y aspectos mistéricos (excursiones
por el más allá, etc.). Así, la doctrina de la eternidad del alma y su transmigración es una
constante de esta "filosofía".
Emanación: lo absoluto es el comienzo (pre-principio) y cada etapa representa una pérdida
de un ser, un acercamiento a la nada -pesimismo ontológico-.

10.4. El cristianismo
Contemplamos una filosofía donde imperan la religión y la retórica sobre la coherencia
lógica y los datos empíricos -servidumbre al culto-. Así, aparece el drama de la Salvación: el
cristianismo, donde lo novedoso es el hecho de que un hombre -Jesús de Nazaret- sea el hijo de
Dios y algo divino en sí mismo.

’10.4.1. Cristianismo y filosofía


A pesar de que el neoplatonismo era el único enemigo teórico del cristianismo, éste fue
absorbiendo paulatinamente a aquel debido a su semejanza. Ambos buscaban una "consolación"
ante el áspero mundo fáctico. Los neoplatónicos creían en la reencarnación y los cristianos en la
resurrección.
Contrario a la filosofía griega, el cristianismo se basa en la idea de la encarnación: lo divino
se ha hecho hombre -antropomorfismo-. Se difunde la idea de un Dios creador, trascendente,
omnipotente y paternal (anti-aristotélico). Aparece la esperanza del retorno del Hijo y el Juicio
Universal.
Aunque se habla de filosofía (Agustín de Hipona, Tomás de Aquino), se trata en todo
momento de una religión, a pesar de los intentos de San Agustín de adaptar a Platón a la
escritura, y Santo Tomás a Aristóteles.

’10.4.2. El contraste de los mundos


Lo correcto para el cristiano es querer morir, odiar el "más acá", y el suicidio se prohíbe
sólo por que la vida no le pertenece al hombre. San Agustín llama "curiosidad enfermiza" al

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Filosofía.

deseo de saber de los griegos. El efecto inevitable fue que pasaron mil años sin vestigios de
ciencia.
En lugar de César hay Papa, y en lugar de imágenes sagradas, mutilados mártires. Lo que
la Escolástica puede tener de filosofía surge sólo cuando declina el interés por la teología
dogmática (asfixiante durante más de un milenio), y el clérigo empieza a pensar en el S. XIV.
En un siglo en el que el pensamiento estaba ocupado en preguntas como ¿recobrarán los
muertos al resucitar los dientes de leche? ¿podría el Mesías haberse revelado en forma de
calabaza? ¿tienen uñas los ángeles?, aparece la figura de Guillermo de Occam.
Frente a la doctrina de la razón como sierva de la fe, Occam mantiene que se tratan de
fuentes distintas, con contenidos distintos. El saber racional parte de la observación, y éste no
permite probar la existencia de Dios. En ciencia, sólo es aceptable lo que sea objeto de un
conocimiento "intuitivo" o se deduzca de ello. En la famosa Navaja de Occam, expone la idea
de que no deben multiplicarse los seres sin necesidad: ataca a la cohorte de seres intermedios del
cristianismo (ángeles, etc.).
Para Guillermo de Occam:
a) el conocimiento abstractivo está compuesto por meros signos: términos concebidos
mentalmente. Cuando el signo suplanta a los individuos puede haber confusión (suposición). No
obstante, las palabras son signos convencionales, y los conceptos son signos naturales (el
concepto "lluvia" tiene el mismo concepto en cualquier sitio, aunque la palabra sea distinta).
b) Sólo hay individuos y signos y por lo tanto el universo es algo "contingente". Dios, que
manda, podría cambiar cualquier cosa del mundo (la gravedad, etc.). Por lo tanto no es posible
investigar las causas a priori, sino sólo a partir de los hechos.

Pág. 31
10. Roma y el cristianismo.

Pág. 32
Filosofía.

11. La idea del mundo visible (I)

Filolao, pitagórico del siglo V a.C. fue el primer hombre en afirmar que la tierra es una
esfera con movimiento circular alrededor de un punto externo llamado fuego central (que no
identificó con el Sol). Décadas más tarde, el pitagórico Heráclides, postula que los cinco
planetas entonces conocidos giran en torno al Sol, conjunto que a su vez gira en torno a la tierra
(esférica). A su vez la tierra gira alrededor de su propio eje creando las estaciones. Este sistema
(egipcio) será el que adoptará muchos siglos después Tycho Brahe.

11.1. El heliocentrismo antiguo


Muerto Heráclides, nace el pitagórico Aristarco. Para él, la tierra tiene un doble
movimiento: alrededor de su eje y alrededor del Sol. su principal objeción se basaba en que si
la tierra se moviese a la alta velocidad requerida para describir su revolución en torno al Sol en
un año (1600 Km/h), nada podría conservarse en su sitio.

11.2. El sistema de Tolomeo


Tolomeo parte de un doble convencimiento: a) la idea geocéntrica; b) el dogma de la
circularidad y uniformidad de todas las trayectorias. Su mérito se basa en el despliegue
calculatorio de un sistema de gran potencia para mantener premisas falsas, que constituye a la
vez un sistema práctico de inmensa validez. Introduce la técnica de "epiciclos" y un "punto
ecuante" para hacer circular los movimientos planetarios con movimiento uniforme.

11.3. La preparación del Renacimiento.


Gracias a los árabes y al espíritu ilustrado de Alfonso X, la escuela toledana de traductores
pone en manos de Europa la obra de Aristóteles, aunque se prohíbe su lectura en 1211 en el
Concilio de París, por contradecir la fe. La Iglesia establece que la tierra tiene la forma del
tabernáculo, ya que si fuera redonda se caerían los que viven en las antípodas.

’11.3.1. El movimiento en las Universidades


En Oxford se gesta Rogerio Bacon, que exhibe una combinación de astronomía, astrología,
experimentación y ocultismo. Defiende la matematización del conocimiento y la validez de la
experiencia inmediata. Fue enviado 15 años a mazmorras por criticar la ignorancia clerical.
En París, Marchia es el primero en mencionar la "fuerza impresa", comparada a la fuerza
residual que deja el sacramento en el fiel (aplicada a proyectiles). De otro modo, la cosa movida
caería perpendicularmente tan pronto cesase su impulso.

Pág. 33
11. La idea del mundo visible (I).

’11.3.2. La Universidad de París


De esta Universidad, salen las siguientes ideas (e.g. Buridan), contrarias a Aristóteles: a)
el medio no explica la continuación del movimiento, sino su progresiva desaparición; b) una
fuerza constante aplicada a un cuerpo no produce una velocidad constante, sino un movimiento
uniformemente acelerado.

’11.3.3. El cardenal de Cusa


Nicolas Krebs, cardenal de Cusa (1401 - 1464) parte de la idea de un universo infinito. La
tierra se encuentra en movimiento, y no es mejor ni peor en substancia que los otros astros. La
armoniosidad con que funciona la tierra y el cosmos es debido a la inteligencia divina.

11.4. Caracteres generales del Renacimiento


El sentimiento de esta época es la legitimidad del individuo libre, junto con las
responsabilidades aparejadas a ella. El hombre vuelve los ojos al hombre y al universo,
abandonando la autoridad religiosa y feudal. Descomposición del Sacro Imperio; crisis del
Papado; desarrollo de las clases medias y espíritu mercantil -individuo y libertades-.
Florecimiento de las artes y nuevas técnicas (pólvora, cartografía, imprenta); nuevas rutas
marítimas (descubrimiento de América). La vida merece ser vivida y el desarrollo del
conocimiento es el medio para ello.
Por otro lado, frenen su marcha la inquisición, adiestrada para la aniquilación del nuevo
espíritu, y el establecimiento de monarquía teocráticas.

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Filosofía.

12. La idea del mundo visible (II)

12.1. Nicolas Copérnico


Antes de publicar su obra Sobre las revoluciones de los orbes celestes, redactó
prudentemente un breve resumen, el "Commentariolus", en el que descartaba la teoría de los
orbes concéntricos, además del Sistema de Tolomeo (orbes excéntricos) por no presentar los
movimientos planetarios con movimientos circulares uniformes. Critica el punto ecuante por no
ser real, físico. Para él, el universo es esférico, porque la esfera es la figura perfecta. Su teoría:
a) El centro de la tierra no es el centro del universo, sólo el centro de gravedad de la
esfera lunar.
b) Todos los planetas giran alrededor del Sol, centro del universo.
c) Lo que parece movimiento del firmamento es consecuencia del movimiento de la
tierra.
Su método permite explicar estaciones y retrogradaciones.
Aunque su teoría heliocéntrica no levantó tantas polémicas como esperaba, su obra fue
condenada por insostenible, en Roma, un siglo más tarde.
A pesar de que el modelo de Copérnico se acerca más a la realidad, todavía está lejos de
presentar un cuadro exacto de la dinámica celeste, y la calidad predictiva del sistema de Tolomeo
es aún superior.
Para Copérnico (1473-1543), el universo es esférico, porque la esfera es la figura perfecta.

12.2. Tycho Brahe


Utilizando un sextante gigantesco, dotado de un corrector de errores, Brahe afirma sin
lugar a dudas que los astros permanecen inmóviles, y están constituidos por "materia celeste".
La aparición de un cometa (1557), permite a Brahe afirmar que de haber existido los orbes,
habrían sido atravesados por él. Conclusión: los orbes son un invento sin base física.
Más tarde Brahe construye dos gigantescos observatorios, que con ayuda de 50 ayudantes
le permitirán confeccionar el más perfecto mapa celeste de la era anterior al telescopio. Antes de
morir, deja su legado teórico a Johannes Kepler.

12.3. La solución al misterio de los cielos


Kepler (1571 - 1630) recibe de Tycho Brahe al morir el conjunto de las observaciones y
estudios realizados por éste. Además su contribución a la óptica es fundamental: definición del
rayo luminoso, reflexión de la luz, refracción, la cámara oscura, lentes para la miopía y presbicia,
y la prueba de que la intensidad de la luz disminuye en proporción al cuadrado de la distancia.

Pág. 35
12. La idea del mundo visible (II).

’ El hallazgo de las leyes


En su primer libro, el Misterio Cosmográfico, Kepler roza la ley de la gravitación
universal, al constatar que en su giro alrededor del Sol, los planetas reducen su velocidad a
medida que se alejan del sol, decreciendo en proporción al cuadrado de las distancias.
Orientado al estudio de Marte por Tycho Brahe, una discrepancia entre cálculo y
observación de tan sólo 4 minutos de arco le llevan a probar tras diez años, que: a) la órbita no
es circular; b) el movimiento del planeta no es uniforme. Así, Kepler niega el dogma de la
circularidad de un plumazo.
Otra contribución importante de Kepler es afirmar que la causa de la gravedad no es debido
a fuerzas magnéticas (a causa del imán del interior de la tierra, como se creía), sino a la inercia
de cada cuerpo celeste (resistencia ante la acción de otro, proporcional a su masa): la gravedad
es una afección corporal mutua entre cuerpos, tendente a su unión, y el sistema planetario es el
resultado de la oposición entre estas fuerzas y la inercia de cada planeta.
Tras años de estudio, después de afirmar que el movimiento planetario no es circular, sino
"ovoide", Kepler anuncia su segunda ley: "los radios vectores del planeta barren en tiempos
iguales áreas iguales", o teoría de conservación del movimiento angular.
Su primera ley, aparecida posteriormente, postula: "las órbitas planetarias son elipses
perfectas, en las cuales el Sol ocupa uno de sus focos".
Tercera ley: "los cuadrados de los tiempos empleados en las revoluciones de los planetas
son entre sí como los cubos de sus distancias medias al Sol (T2/R3)".
Por medio de estas tres leyes, el cosmos pasa a tener una naturaleza regida por principios
físicos y geométricos.

Pág. 36
Filosofía.

13. La "ciencia nueva"

Al tiempo que la física celeste nace de la noche a la mañana con Kepler, la física terrestre
tiene una evolución lenta. Así, Niccolo Tartaglia (1537) contribuye a la física balística
introduciendo la influencia de la gravedad para explicar la trayectoria curva y descendente;
Giambattista Benedetti, siguiendo la obra de Tartaglia, explica la fuerza centrífuga en los
cuerpos con movimiento circular, y afirma que cualquiera que sea el peso individual de dos
cuerpos, estos caen con la misma aceleración.

13.1. El genio de Pisa


A) La ley de caída. Galileo Galilei (1564 - 1642) llega al concepto de caída como
movimiento uniformemente acelerado, donde "los espacios recorridos son como los cuadrados
de los tiempos". Como Benedetti, afirma que todos los cuerpos caen con la misma aceleración
en el vacío (sin resistencia). Así, averigua el principio dinámico del paralelogramo, o
descomposición de fuerzas.
B) El principio de inercia. El movimiento rectilíneo, que debería ser uniforme una vez
abandonado a sí mismo, es imposible en la naturaleza debido a la presencia de otros cuerpos (su
peso) y a la fuerza gravitacional que ejercen sobre estos movimientos -atracción-.
C) Los fundamentos de la "ciencia nueva". Galileo crea un sistema físico ideal, ajeno a
resistencias, basado en las matemáticas y geometría, para explicar el mundo. S pretensión es crear
puntos de apoyo -instrumentos- para mover el mundo y operar con el mismo poderío del
demiurgo.

13.2. La ciencia operativa baconiana


Francis Bacon (1561 - 1626), de elevada estatura intelectual (al contrario de su talla
ética), supone un conocimiento de la naturaleza inseparable de su conquista, además de una
estrecha alianza con la técnica. Suya es la frase: "saber es poder".

’13.2.1. La reforma de la mentalidad científica


Para Bacon, la mayoría de los hombres anteriores a él no quisieron realmente saber, sino
canonizar sus ídolos. Éstos pueden ser de cuatro tipos: a) tribales, como la interpretación
antropomórfica; b) cavernícolas o individuales; c) ídolos de la plaza pública, ligados al uso del
lenguaje; y d) del teatro, provenientes de creer sin más las opiniones de los antiguos por su
prestigio social.

Pág. 37
13. La “ciencia nueva”.

’13.2.2. La ciencia "operativa"


Bacon lleva el espíritu de las ciencias a la experimentación -distinguiéndola de la filosofía-.
"A la naturaleza sólo se la puede mandar obedeciéndola", y esa obediencia es el conocimiento
mismo. La naturaleza exige prescindir de principios teóricos y contemplativos para llegar a "las
cosas mismas".

’13.2.3. La genealogía prometeica


Prometeo roba el fuego divino, para sembrar ese germen superior en la raza humana. El
Renacimiento resucita esa genealogía prometeica, que lleva al hombre a conquistar su libertad
mediante el uso de la razón. Para los griegos, despojar lo físico de vida era impensable. Para el
nuevo mundo empirista, el conocimiento exige considerar los cuerpos como magnitudes inertes,
borrando lo ontológico.
Hasta Galileo y Bacon, filosofía y ciencia son lo mismo. A partir de ellos se abre un
abismo: fundida con la técnica, la ciencia perseguirá una eficacia que cristaliza en ortodoxias
metodológicas, y considera posible una física sin metafísica, una teoría extraída de la práctica.
La filosofía, incapaz de aceptar la reducción de la verdad a lo científicamente verificable, seguirá
ligada a una intuición de los primeros principios y últimas causas.

Pág. 38
Filosofía.

14. La filosofía de la naturaleza

14.1. Giordano Bruno


Quemado vivo en 1600 por el Santo Oficio, Giordano Bruno trata de demostrar la
compatibilidad de la filosofía y la teología. Su sentimiento de la naturaleza es expresado como
vitalidad, racionalidad y divinidad. La forma es inmanente a la materia, y la materia "primera"
-unidad substancial- constituye la madre de todas las formas. Esta substancia es substancia viva.
Cada universo es un animal infinito en el que todo existe y se mueve de ilimitadas maneras:
simiente - espiga - pan - bolo alimenticio - sangre - semen - cadáver - etc. A lo largo de estas
transformaciones la substancia absoluta permanece idéntica a sí misma. El hombre, ser "del
momento", finito, es un "modo" de la unidad substancial.

14.2. Desarrollos ulteriores de la física matemática


Renato Descartes (1596-1650) llevó el deductivismo a extremos rara vez igualados en la
historia del pensamiento. Su finalidad es construir una teoría general válida para cualquier
universo posible (opuesta al universo viviente de Bruno). La realidad física es extensión -o
espacio: la materia-, y movimiento local. Lo único que distingue a los cuerpos es "figura y
posición". Lo físico queda sometido a la uniformidad absoluta y a lo rigurosamente inanimado.

’14.2.1. Inercia y física de choque


En Descartes, el mundo es contemplado de un modo geométrico:
1ª Ley, de inercia: "cada parte de la materia continúa siempre en el mismo estado, mientras
el encuentro con otras no la obligue a cambiar".
2ª Ley, de movimiento centrífugo: "mientras un cuerpo se mueve, aunque su movimiento
siempre es de alguna manera circular, cada una de sus partes en particular, tiende a continuar el
suyo en línea recta".
La consecuencia del principio de inercia es una física de choque, donde las colisiones
cumplen el requisito mecánico de explicar los movimientos sin causa oculta alguna. Su axioma:
"la cantidad de movimiento no varía ni antes ni después del choque". Toda su teoría ignora la
elasticidad de los cuerpos, cayendo en la inexactitud, y construyendo un sistema ideal.

’14.2.2. La negación del vacío y los vórtices


La identidad de materia y extensión impone la negación de cualquier forma de vacío, y en
un universo "lleno", el único movimiento posible es el de torbellino o vórtice: cuando un cuerpo
deja su puesto al que lo empuja, debe tomar el de otro, y así sucesivamente. Pero la física de
Descartes sólo admite la acción como instantánea, sin tener en cuenta el tiempo, por lo que muy
pronto será sustituida por la física de Newton.

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14. La filosofía de la naturaleza.

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Filosofía.

15. El retorno de la razón

Los rasgos que definen el racionalismo son:


1.- confianza plena en la razón humana. La razón es la única facultad que puede conducir
al hombre al conocimiento de la verdad, y se opone no a la fe, sino a los sentidos, a la
imaginación y a la pasión, considerados como engañosos. La razón permite sacar las ideas
innatas, y por deducción, a partir de ellas, todas las demás para construir el sistema del mundo.
2.- búsqueda de un método nuevo. Su modelo será el modelo matemático: establecer unos
axiomas para deducir un sistema filosófico cerrado y completo.
3.- subjetividad y realidad. La visión de la realidad se basa en el mecanicismo. Para
explicar el mundo, basta recurrir a las partículas de materia extensa y a causas eficientes
(movimientos que originan otros movimientos) según las leyes de la mecánica.

15.1. Descartes
Renato Descartes (1596 - 1650) se propone aplicar el método matemático a los demás
campos. Para ello ha de hallar algo sólidamente cierto y evidente en sí, una primera verdad, por
lo que empezará dudando de todo. Su "duda metódica" tiene estos tres fundamentos:
a) los sentidos pueden conducirnos a error (extrañeza de lo sensible), y los datos sensibles
carecen de certeza absoluta.
b) puesto que es imposible, entonces, distinguir lo real de lo imaginario, lo único verdadero
será lo que esté basado en certezas matemáticas.
c) a pesar de ello, puede haber un genio maligno e inteligente que haga vacilar incluso estas
certezas, haciéndonos creer que las cosas son cognoscibles.
Por todo esto, de lo único que no puedo dudar es de que yo dudo. Y puesto que yo no soy
solamente una cosa que existe, sino que en mí hay un pensamiento, diré "pienso, luego existo"
(cogito ergo sum), y no solamente "soy, luego existo". No se trata de una deducción (a pesar del
luego), sino de una intuición, una idea innata, clara y distinta. No puedo afirmar que todo lo
pensante existe, sino sólo que yo existo. Las ideas son modos del cogito; los cuerpos no nos son
conocidos por la sensación, ya que entre ellos y nuestra mente se interpone la estructura de la
mente misma.
Aún así, no todas las ideas son iguales: a) ideas adventicias, que provienen de la
experiencia (todos los individuos distintos de mí mismo); b) ideas fácticas, elaboradas a partir
de otras ideas (e.g. unicornio); y c) ideas innatas, no elaboradas, y que se encuentran en el
entendimiento. De la índole de estas últimas son pensamiento y ser; pero también finitud, que
invoca infinitud. Ahora bien, lo infinito no es sino Dios, que de esta manera existe como idea
innata en el cogito. Y puesto que la idea de un infinito es imposible que no tenga una causa
equiparable a ella, Dios existe. Y si Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no permitirá
que yo me engañe creyendo que el mundo existe, por lo que el mundo existe.

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15. El retorno de la razón.

15.2. Spinoza
Benito Spinoza (1632 - 1677) aplica el concepto cartesiano de substancia, definiéndola
como "aquello que es en sí y por sí se concibe, esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no
requiere el concepto de otra cosa". Al igual que Descartes, considera que sólo puede haber una
substancia, añadiendo que es algo de lo cual nada puede negarse. Ninguna cosa determinada
agota la substancia, y nada llega a ser sin ella. Es absolutamente infinita (no sólo infinita en su
género).
Al ser la substancia causa de sí, es un "hacer", una actividad que da paso a su otro, el
efecto. Al producir el efecto, que son las indefinidas substancias finitas, la substancia infinita lo
que hace es producirse a sí misma, consolidando con esta teoría el más perfecto panteísmo. La
substancia infinita es Dios, y Dios es el Todo, la Naturaleza concebida como un solo Todo, como
una sola Substancia. Las cosas no son sino sus partes inmanentes.
Si para Descartes había sólo dos atributos del entendimiento, pensamiento y extensión
(cosa, ser), para Spinoza lo que ocurre es que nuestro entendimiento sólo percibe estos dos,
aunque los atributos son infinitos (aunque sólo infinitos en su género). Atributo es aquello que
el entendimiento percibe de una sustancia como constitutivo de la esencia de la misma.
Por otro lado, modo son las afecciones de una substancia, los accidentes. Constituyen algo
determinado y finito.
De esta manera, el alma es la idea de un cuerpo. A cada cosa le corresponde una idea bajo
el atributo del pensamiento, por lo que cada cosa o cuerpo es alma y extensión a la vez. La meta
del obrar ético es la felicidad, y en el caso del hombre, la libertad que proporciona el
conocimiento de lo verdadero, de lo necesario. "La virtud ha de ser su propio premio". La
eticidad ha de ser buscada por sí, produciendo la virtuosa alegría, o aquello que aumenta la
capacidad de obrar de un cuerpo. Por el contrario, lo propio del vicio es la tristeza, que reduce
la capacidad de obrar, produciendo odio, envidia, etc. ("servidumbre humana").

15.3. Leibnitz
Para Leibnitz (1646 - 1716) substancia son las substancias, una pluralidad ilimitada (sólo
en número) a la que llama mónadas o unos. Se trata de una especie de átomos cualitativos
privados de extensión y materia, intemporales. De esta manera Leibnitz explica la diferencia por
una distinción real o inmanente de los elementos básicos. Cada mónada es una forma sustancial
encerrada sobre sí; pero dentro de cada una de estas unidades está todo absolutamente, una
pluralidad inmensa. Esta pluralidad inscrita en lo simple se concibe como percepción.

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Filosofía.

16. La puesta en práctica de la razón

16.1. El empirismo inglés


La tesis básica del empirismo parte de que los sentidos proporcionan los primeros
elementos del saber. Los datos de la observación están antes que las deducciones cuando existe
disparidad entre ambos (Aristóteles).
John Locke (1632 - 1704) es el gran formulador de la teoría empirista en sus términos
iniciales.

’16.1.1. La génesis psicológica del razonamiento


En Locke, contrario al apriorismo especulativo de los racionalistas, el punto de partida no
es la unidad de lo real, sino su diferencia. Por una parte hay cosas limitadas y externas. Por otra,
el pensamiento es exclusivamente psiquismo, rasgo humano que debe estudiarse genéticamente
en lugar de usar definiciones y axiomas.
La mente es originariamente como una hoja en blanco que se va llenando gracias a la
experiencia. Las ideas innatas carecen de fundamento. La experiencia tiene dos fuentes:
1.- sensaciones de cosas externas (ideas). Son puros datos, y se refieren a las cualidades
primarias: solidez, extensión y figura. Las ideas simples son "adecuadas".
2.- operaciones internas de nuestra mente. Son ideas complejas que se refieren a las
cualidades secundarias: sonidos, sabores, colores, movimiento, etc. Son "inadecuadas", y se
refieren a modos, substancias y relaciones. Esto no quiere decir que las substancias no existan,
sólo que su naturaleza íntima nos es desconocida.
Hay tres tipos de substancias:
- la yoica, o nosotros mismos, que proviene de una certeza intuitiva, intuye su propia
existencia, y tiene plena conciencia de sí misma (conciencia de su pasado).
- los cuerpos del mundo, que provienen de una certeza sensitiva: las cosas materiales
producen las sensaciones que llegan a nuestros órganos.
- Dios o el creador, que proviene de una certeza demostrativa.
Sólo la primera substancia es inmediata y segura en cuanto a su existencia. Las otras dos
existen también, pero se infieren de un principio causal.

La filosofía de Locke tiene tan poco de especulativo, que apenas se la puede calificar de
filosofía. Su discurso no llega al nivel dialéctico; tampoco investiga la relación entre
determinaciones lógicas o físicas. Berkeley y Hume se encargarán de ello.

’16.1.2. El empirismo como idealismo


George Berkeley (1658 - 1753) critica la teoría de Locke, ya que para éste, si las
cualidades secundarias no son pensables con independencia del órgano recipiente (color, olor,
etc.), ¿por qué lo han de ser las cualidades primarias, esto es, figura, tamaño y dureza? Para
Berkeley, lo que llamamos "ser" es algo definible sólo como "ser percibido". Sólo hay una

Pág. 43
16. La puesta en práctica de la razón.

realidad: la experiencia mental. Sólo podemos conocer nuestras determinaciones, las cosas son
ideas. Estas ideas las recibe en entendimiento, sin embargo, de Dios, la mente universal.

16.2. Los primeros perfiles del sueño dogmático


’16.2.1. El escepticismo psicológico
David Hume (1711 - 1776) distingue entre impresiones sensoriales e ideas. Las primeras
tienen la viveza de una sensación actual, las segundas son reflejos de éstas en el entendimiento,
sometidas por la memoria, y, por tanto, más débiles. Las ideas son copias de las impresiones. Una
idea es verdadera si se le puede asignar una o varias "impresiones"; si no, se trata de una
"ficción". El entendimiento humano tiende a creer que sus percepciones le permiten inferir cosas
sobre los objetos percibidos (la existencia, por ejemplo), en base a una suposición causal
aprendida por la experiencia del pasado. Así, si una cacerola se calienta al ponerla al fuego, cabe
suponer que pasará lo mismo con cualquier cacerola, estableciendo un nexo entre el fuego y el
calentamiento.
Hume considera esto como una "creencia" basada en "suposiciones improbables". Todo
inferir un estado futuro de otro pasado será un creer. Como todo conocimiento se basa en una
concatenación de inferencias, todo conocimiento es en realidad una fe basada en la costumbre.
Es indemostrable que "el futuro será como ha sido el pasado".

’16.2.2. Los cuerpos, Dios y el yo


De esta manera, el mundo exterior, extra-mental, sucumbe como realidad objetiva, y lo
mismo sucede con la existencia de Dios, inferida no por la impresión, sino por el razonamiento
causal.
Sin embargo, el yo no es ninguna impresión, no hay impresiones invariables del yo, sólo
emociones distintas, quedando relegado al estatuto de substancias en Locke: como mero sustrato
para los actos psíquicos. La identidad propia reconciliándose a lo largo de la experiencia no es
sino una función de la memoria.

Pág. 44
Filosofía.

17. La filosofía de la libertad (I)

17.1. La crítica de la razón pura


Inmanuel Kant (1724 - 1804) resucita con esta obra el planteamiento filosófico de la
naturaleza del pensamiento y de lo real, y la relación entre ambos, y pretende elevar la Metafísica
a categoría de ciencia, tal y como son las Matemáticas y la Física.

’17.1.1. Los requisitos de cualquier ciencia posible


Para que un juicio pueda ser considerado como "científico", debe cumplir al menos estas
dos condiciones: a) que aumente nuestros conocimientos, y b) que posea validez necesaria y
universal. Kant distingue entre:
- juicios sintéticos o verdades de hecho: juicios donde el predicado no está contenido
implícitamente en el sujeto (e.g. "mi vecino es gordo"). Transmiten una información
que amplía el conocimiento.
- juicios analíticos o verdades de razón: tautológicos, no amplían el conocimiento, el
predicado se encuentra contenido en el sujeto (e.g. "A es igual a A").
Asimismo, también distingue entre:
- juicios a priori: la verdad de estos juicios no depende de la experiencia. Son universales
y necesarios. Su prototipo son los juicios analíticos.
- juicios a posteriori: dependen de la experiencia y son contingentes. Su prototipo son
los juicios sintéticos.
Aunque parece que la segunda clasificación se limita a repetir la primera desde otro ángulo,
Kant da un paso más, y define el conocimiento científico como sistema de juicios sintéticos a
priori, cumpliendo la exigencia de universalidad y necesidad, además de poseer un contenido en
información. Ejemplo: "la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos".

’17.1.2. La sensación y las formas puras


Para Kant, el sentir es una intuición pasiva. El nexo de unas intuiciones con otras no viene
dado en ellas mismas (Hume). Lo que convierte esa masa informe de percepciones en una
realidad definible es la operación del intelecto, combinando y unificando. Pero no todo es fe o
creencia, sino que existe un elemento trascendental, por el cual se dan las "intuiciones puras" o
"formas a priori de la sensibilidad", que, a diferencia de las intuiciones particulares, están
totalmente vacías de contenido empírico, y son generales y necesarias. Estas son el espacio y el
tiempo. Antes de que las impresiones lleguen al entendimiento, han sido ya espacializadas y
temporalizadas, llegándonos a nosotros en forma de fenómeno.

’17.1.3. La comprensión y las categorías


El entendimiento no se limita a percibir: entiende lo percibido, unificando grupos y series
de impresiones en conceptos. El entendimiento es la "capacidad de juzgar" mediante conceptos
o categorías. Además de conceptos empíricos, el entendimiento posee "conceptos puros",

Pág. 45
17. La filosofía de la libertad (I).

universales y necesarios. De este modo, las "categorías" son modos de concebir lo fenoménico.
Hay tantas categorías (conceptos puros) como formas posibles de juicios, y a cada juicio le
corresponde una categoría especial, lo que permite construir la siguiente tabla:
Por la cantidad Por la cualidad
Universales - Unidad Afirmativos - Relación
Particulares - Pluralidad Negativos - Negación
Singulares - Totalidad Infinitos - Limitación
Por la relación Por la modalidad
Categóricos - Substancia y accidente Problemáticos - Posibilidad e imposibilidad
Hipotéticos - Causa y efecto Asertóricos - Existencia y no-existencia
Disyuntivos - Acción recíproca Apodícticos - Necesidad y contingencia
entre agente y paciente
Las categorías son tipos de enlace, nexos entre los fenómenos. Pero para que se den es
necesario una actividad unificadora previa del entendimiento: la conciencia de sí, un "yo pienso"
que acompaña a todas las representaciones (no se trata de un yo empírico, sino de un yo
trascendental).

’17.1.4. El razonamiento y las ideas. El "canon" de la razón pura


La razón es la "facultad de juzgar mediadamente". El entendimiento entiende, la razón
concibe a partir del entendimiento. Su operación consiste en "reducir la enorme variedad de los
conocimientos del entendimiento al menor número de principios para producir la suprema unidad
de los mismos" y producir ideas, entendiendo éstas como "conceptos formados por conceptos
puros, y que transcienden cualquier experiencia posible".
De esta manera, la razón busca lo incondicionado, lo no relativo. Kant llega a tres clases
de razonamientos de este tipo: a) partiendo de la conciencia de si para llegar a la unidad absoluta
del sujeto pensante (el alma o la libertad); b) partiendo del conjunto del objeto fenoménico para
llegar a la unidad absoluta de la serie de condiciones (el universo, como perfectamente
cohesionado); c) partiendo de la unidad de todo (objetivo y subjetivo) para llegar a la unidad
absoluta de todo lo pensable (Dios). El alma, el universo y Dios son substancias puramente
inteligibles (noúmenos) que no necesitan del apoyo de la experiencia, y transgreden el principio
de la subjetividad del pensamiento (idealismo).

17.2. La crítica de la razón práctica


Todas las éticas previas al descubrimiento de lo trascendental son éticas "materiales" que
establecen una jerarquía de bienes y unos principios para alcanzarlos, cayendo así en lo empírico
y lo hipotético, en el casuismo y la arbitrariedad, olvidando la libertad de darse el sujeto su propia
norma. La ética de Kant se basa en el rigor de obrar por deber (el deber es el a priori ético), no
por las ventajas que reporte hacerlo, sino por el deber en sí (conducta racional y emancipadora
del hombre). La consecuencia inmediata es que el resultado de la conducta es inesencial, lo
importante es la intención, el móvil interno. Kant sobrepasa así el criterio de lo útil y pone en su
lugar el criterio del rigor moral. Obedecer la ley por interés es equiparable a violarla. La libertad
se identifica con el rigor de amar la ley, lo a priori y universal.

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Filosofía.

18. La filosofía de la libertad (II)

Kant supone un retorno al idealismo. Lo físico es objeto, no sujeto, pura materia, cosa
inerte: lo real que conocemos es ideal (ideas). Si los ilustrados sobresalían en la crítica, el ingenio
y el pragmatismo, en la segunda mitad del siglo XIX lo relevante serán las ideas y el concepto.

18.1. El sistema de Fitche


Fitche (1762 - 1814) sigue los pasos de Kant, pero trata de convertir la filosofía
"trascendental" en un saber deductivo estricto y construir lo que llama "teoría de la ciencia". Para
él, lo absoluto es sujeto, identidad activa, un hacerse a sí mismo, acción. Este absoluto hace nacer
en su seno la ilusión de algo otro, en sus propias palabras, su enajenación, su extrañamiento. Esto
es así porque el entendimiento, el "yo-teórico" pasivo va ampliando el campo del no-yo u
objetividad. Así, la llamada objetividad -naturaleza sensible- no es sino pensamiento enajenado,
olvidado de sí, cuya substancia última consiste en la subjetividad. El yo es substancia subjetiva.
La libertad es el último sentido del mundo, y su verdadero terreno es la eticidad.

18.2. El sistema de Schelling


Schelling (1775 - 1854) engendra una obra más bien teosófica y espiritista con afán
sistemático, pero sin seriedad de análisis.
Lo absoluto no es sujeto, sino sujeto y objeto, identidad de contrarios, además de voluntad.
Si el sistema de Fitche era un idealismo subjetivo, donde lo natural es materia pasiva para la obra
de la libertad, Schelling propone un idealismo objetivo donde la "naturaleza" está dotada de
fuerzas espirituales, actividad libre en sí mismo. La naturaleza es el espíritu visible, el espíritu
es la naturaleza invisible.

18.3. El sistema hegeliano


’18.3.1. Dialéctica y saber especulativo
Para Jorge Guillermo Federico Hegel (1770 - 1830), como para los pensadores que
inmediatamente le preceden, lo absoluto es proceso, actividad. Cualquier definición esquemática
de lo absoluto pecará de unilateralidad y pobreza. Así, lo real ha de concebirse "dialécticamente"
en el tránsito y la relatividad de su devenir, y los elementos de un todo. Hegel distingue tres
aspectos de toda "realidad lógica":
1.- El momento positivo del entendimiento, que aplica a rajatabla el principio de
contradicción. Su material de trabajo es la abstracción de lo concreto para lograr una "metafísica
intelectiva".

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18. La filosofía de la libertad (II).

2.- Lo negativo o el momento dialéctico. Las categorías finitas del entendimiento


desembocan en contradicción y se ven sobrepasadas a partir de ellas mismas.
3.- "El elemento especulativo o positivamente racional, que capta la unidad de las
determinaciones en su oposición, y es la afirmación contenida en su superación y su tránsito".

’18.3.2. La fenomenología del espíritu


Este libro se articula en seis secciones:
1.- Conciencia
Lo primero es el reino de los sentidos, la certeza sensible. Aquí y ahora hay cosas
singulares (este color, esa ventana) que se presentan como objetos autónomos. Pero el aquí y
ahora cambian sin cesar. Además, lo singular, al llevarlo al lenguaje, se nombra siempre
mediante lo universal. La riqueza infinita de la sensación queda así reducida a una pobreza
infinita, que obliga a renunciar al espejismo de la singularidad sensible.
La percepción, lo que hace es cosificar la sensación, que por medio de la comparación
surge una nueva experiencia de la conciencia: el entendimiento. El entendimiento distingue en
el objeto el fenómeno y el principio interno y dinámico (la "fuerza"). Este juego de fuerzas (lo
exterior y lo interior) permite que el objeto se haga concepto, algo que se percibe como
composición, distinto de la conciencia, que se descubre a sí misma y se convierte en
autoconciencia.
2.- Autoconciencia
La autoconciencia (conciencia de sí) expone la relación del sujeto consigo mismo. La
realidad interna del deseo suscita la necesidad de transformar la realidad externa y hacerla acorde
con el goce. Esto crea una dialéctica del amo y el siervo que, por su dependencia mutua, acaba
desembocando en un estoicismo (indiferencia a la situación externa) para dar paso, gracias al
hallazgo de lo puramente interno, al escepticismo respecto de la cultura y lo convencional
(cínico). Este desprecio se convierte en un desprecio general hacia la vida, haciendo necesaria
la fe en un Dios trascendente. Así, el fiel intenta desvincularse de las impurezas del mundo
mediante la mortificación y la penitencia, a la vez que teme la muerte recurriendo a una felicidad
venidera. Cuando la conciencia descubre el mundo como su nuevo mundo real, tiene lugar el
siguiente tránsito.
3.- Razón
La razón es el momento donde la conciencia de sí se pone como verdad de lo real. Primero
está la ciencia como observación desapasionada de la naturaleza (búsqueda de leyes,
simplicidad), del movimiento, y de lo inorgánico, hasta llegar a la conciencia de sí (psicología).
Debido a lo ambiguo del ser humano, la imposibilidad de hallar leyes psicológicas para llegar al
alma, da paso a la eticidad.
4.- Espíritu
El momento del espíritu constituye la experiencia de la razón como verdad de lo real. La
conciencia se libera de las opciones individuales, y penetra en el universal que es el pueblo:
oposición entre la substancia colectiva y la individual.
Pero "la cosa pública sólo se puede mantener por la represión del espíritu de la
individualidad", iniciando una "decadencia de la substancia ética" sostenida por el formalismo
del Estado jurídico. La acumulación de poder y riqueza en el Estado abre el conflicto amo-siervo,
del que emergerá la cultura por contraste con el verdadero cultivo de la razón. Su figura
inmediata es la Ilustración, el combate del egoísmo razonable y secularizado contra la fe, de lo

Pág. 48
Filosofía.

útil contra la moral del sacrificio, para acabar en la revolución y el reino del Terror (despertar del
espíritu libre).
Sobre las ruinas del viejo orden se levanta el rigorismo del puro deber (Kant), llegando al
momento religioso.
5.- Religión
La religión es el espíritu que se sabe a sí mismo. Hegel distingue tres momentos: a) religión
natural, que diviniza lo viviente (ídolos); b) religión del arte, donde el demiurgo inteligente crea
una obra estética racional (mundo griego); c) cristianismo, donde el hombre-dios y el perdón de
los pecados son sus fundamentos, y su cumplimiento aparece bajo la forma de apocalíptico
Juicio, continuamente anunciado y aplazado.
6.- Saber
Aquí el espíritu se sabe así mismo, además, como pura actividad que sintetiza exterior e
interior, elevando las representaciones a conceptos y alcanzando el saber especulativo y absoluto.
Desde esta óptica se comprende la tesis hegeliana de que "lo verdadero es el todo". El nous
aristotélico logra al fin una reelaboración profunda, y el eidos platónico deja de ser sólo lo
suprasensible.

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18. La filosofía de la libertad (II).

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Filosofía.

19. El espíritu objetivo

19.1. La filosofía de la historia


Hegel hace una exposición en la que muestra que la filosofía en su devenir se corresponde
de modo preciso con el devenir de la historia universal, captada por primera vez unitariamente.
Así, distingue cuatro fases:

’19.1.1. El mundo oriental o la "infancia"


Lo propio de Oriente es el principio de lo substancial, una unidad que borra todas las
diferencias. Mediante la fe y la obediencia a la tradición y los deberes familiares, los imperios
asiáticos son como grandes masas orgánicas donde cada célula tiene su papel ya antes de nacer.
A pesar de las ciclópeas obras colectivas, un sentimiento de infinitud, y una mitología de gran
riqueza, falta en estos imperios la historia real, el progreso. En medio de un sistema estable, los
individuos singulares no existen, por lo que Hegel propone descartar el prejuicio de que la
duración es algo más valioso que la caducidad.

’19.1.2. El mundo griego o la "juventud"


Frente a la unidad, Grecia empieza y termina con las individualidades, poniendo de relieve
el principio de lo subjetivo. Nace así la ética socrática, según la cual la decisión última debe
atribuirse al sujeto (residir en su conciencia moral) en lugar de ser entregada ciegamente a la
patria o a las costumbres.

’19.1.3. El mundo romano o la edad "viril"


De nuevo tenemos el sacrificio de lo individual a una generalidad abstracta de orden
externo, un orden impuesto con el hallazgo de la institución jurídica por medio de la cual el
hombre es sometido al Imperium. La reacción de huida ante la miseria de la realidad externa
propicia un espiritualismo radical, que desemboca en el cristianismo. A la vez que una
encarnación del logos en el mundo bajo forma humana, la Roma de los Césares constituye un
poder tiránicamente dogmático que supone un freno al desarrollo de la razón.

’19.1.4. El mundo germánico o la "vejez"


La Reforma supone para Hegel el fin de la oposición entre Iglesia y Estado, la
interiorización y la purificación. Del espíritu de la Reforma emerge la Revolución, y tras el
Terror, el Estado racional, volcado a la realización del espíritu objetivo como realización del
principio de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Pág. 51
19. El espíritu objetivo.

19.2. El hegelianismo
’19.2.1. La "izquierda" hegeliana
De la teoría de Hegel se extrae (a su muerte) un método revolucionario de abordar los
objetos de conocimiento (la dialéctica), y el principio de que ninguna verdad es definitiva.

A) La crítica de la religión.
L. Feuerbach trata de reducir la teología a antropología viendo la génesis de Dios como
una expresión del "amor del hombre hacia sí mismo".
David Strauss redactó una "Vida de Jesús" para consumar la superación del espíritu
religioso, no rechazando la religión, sino cumpliéndola. Donde la fe pone lo divino, estos
pensadores ponen al Hombre, con mayúsculas.

B) El anarquismo.
Max Stirner, alumno de Hegel, coincide con los anteriores en que Dios no es nada fuera
del hombre. Sin embargo, para éste, el Hombre es un ídolo, la última metamorfosis del
cristianismo. La gran debilidad del hombre es buscar una comunidad, una unión, una fe, un Dios.
Cada individuo, como único, no tiene nada en común con otro. La oposición del hombre
desaparece en la perfecta separación o unicidad. La asociación al Estado, la Sociedad o la Iglesia,
como principio completamente libre del que se puede hacer uso a voluntad, es el movimiento
emancipador que introduce dinamismo en las escleróticas sociedades modernas.
Para Stirner, la voluntad del individuo concreto es la única libertad, el "hacer" práctico no
puede quedar sometido a la idea: "he fundado mi causa en la nada", dice.
Bakunin propugnará la implantación de la anarquía mediante procedimientos violentos.
Kropotkin se basará en la idea de cooperación como factor evolutivo para hablar de comunismo
libertario como variante del anarquismo.
Coetáneos de Hegel, y exponentes del socialismo utópico, aparecen personajes como
Baboeuf, Saint-Simon, Fourier (falansterios), y Owen.
Proudhon, coincidiendo con las tesis libertarias de Stirner para la realización de la libertad
individual, define la propiedad como un "robo", y usa el concepto de justicia como el nexo entre
lo natural y lo humano, la sociedad y el individuo.

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Filosofía.

20. Positivismo y materialismo

20.1. La filosofía social francesa


Diez años antes de Hegel, Saint-Simon acuñó la expresión "positivismo" y se designó
mesías de una religión llamada nuevo cristianismo, que combinaba la obediencia del soldado por
parte de sus miembros, con el sacrificio del asceta. En la cúspide estaban los profesionales de la
ciencia. Como puntales de la sociedad estaban la banca y la industria. Contrario al
individualismo, el positivismo propone el colectivismo y el paternalismo dirigido por unos
"sumos sacerdotes" o filántropos que en colaboración con los "sabios y empresarios" buscan
instaurar una nueva organización para aliviar los pesares de los pobres. Esta ideología, por su
falta de conceptos, no es considerada como una verdadera filosofía.

’ Comte
Augusto Comte (1798 - 1857) propone una religión basada en una ciencia "nueva y
sagrada": la sociología. Su filosofía es considerada la menos filosófica de las conocidas hasta
entonces. Su tesis es la unidad social a toda costa mediante una organización creciente.
El "Catecismo" contiene los rasgos principales de una religión positiva: el poder debe estar
en manos de la banca y la industria, pero lo espiritual corresponde a "grandes sabios" (como él
mismo), para enseñar el "dogma" altruista de "vivir para los demás". Propugna el culto a las
tradiciones, sobre todo la familia, la reinstauración de los mayorazgos, y la prohibición del
divorcio.
Comte distingue:
- estática social: estructura permanente del grupo humano. Concierne a la familia y la
propiedad. Es un orden objetivo e intemporal, sin progreso alguno, afectado tan solo por las
revoluciones.
- dinámica social: variaciones en las creencias. Son susceptibles de progreso y mejora, de
acuerdo con su "ley de los tres estados":
a) Estado teológico: busca el porqué de las cosas, atribuyendo causas ocultas y
sobrenaturales. Empieza con el fetichismo, después el politeísmo, y acaba en el monoteísmo.
b) Estado metafísico: busca el porque de las cosas en las cosas mismas. El saber sigue
atado a la especulación.
c) Estado científico o positivo: busca el cómo de los fenómenos con una finalidad
instrumental. El resultado es el hallazgo de leyes y regularidades fenoménicas, útiles para la
"acción del hombre sobre la naturaleza" y la transformación práctica del mundo.
Para Comte, lo positivo es: a) lo real, por oposición a lo quimérico; b) lo útil, por oposición
a lo ocioso; c) lo seguro, por oposición a lo dudoso; d) lo preciso, por oposición a lo vago; e) lo
afirmativo, por oposición a lo negativo; f) lo relativo, por oposición a lo absoluto.
Así, el objeto de investigación científica son los hechos. La búsqueda de la verdad es
sustituida por lo práctico. De esta manera aparece la sociología como ciencia de transformación
práctica de la sociedad.

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20. Positivismo y materialismo.

20.2. El evolucionismo
El zoólogo J. B. Lamarck fue el primero en proponer una capacidad adaptativa de los
órganos en función de necesidades biológicas derivadas del medio externo, y transmitidas
hereditariamente.
Malthus, con su correlación entre un aumento geométrico de las poblaciones y un aumento
aritmético de los recursos, sentó las bases para la síntesis llevada a cabo por Darwin (1809 -
1882) en "El origen de las especies". Su "ley de selección natural" combina la influencia del
medio con la lucha por la supervivencia para explicar la desaparición y aparición de las especies
en base a su grado de adaptación.
Herbert Spencer (1820 - 1903) en su "Sistema de filosofía sintética" aplica el concepto
de selección natural a las ciencias, y trata de deducir el principio evolutivo mismo introduciendo
el factor azar.

20.3. El marxismo
’20.3.1. El materialismo histórico
Carlos Marx (1818 - 1883) toma de Hegel el principio de la negatividad como causa
motriz universal, para convertir la dialéctica "idealista" de éste en una dialéctica "materialista".
El sujeto ya no es espíritu y pensamiento, sino proyecto de dominación de la naturaleza, y por
lo tanto, cuerpo y emoción antes que cogito, hombre natural, ateo, que quiere gozar según los
dictados de su deseo. La misión de la filosofía es transformar el mundo en vez de sólo pensarlo.
El mundo es sólo materia (evitando el significado metafísico del término), y la materia por
excelencia es el trabajo, la "fuerza productiva". Cada "estado" de las fuerzas productivas marca
una propia dinámica dialéctica; la filosofía puede transformar el mundo influyendo en la
organización del trabajo para su propia superación.

’20.3.2. La dialéctica del desarrollo económico


La historia es el "proceso real de producción" que condiciona todo lo demás, cuyas etapas
son, dependiendo de la relación entre el control de los medios de producción y los productores,
a) el modo asiático, b) el modo antiguo, c) el modo feudal, y d) el modo burgués de producir.
Cada relación determina una superestructura jurídica, política e ideológica que tiende a
perpetuarse. Pero cuando el hombre desea cambiar un determinado tipo de relación para mejorar
su vida, éste cae fácilmente en "alienaciones" religiosas, morales, espirituales, etc., sin percatarse
de que el espíritu no puede cambiar el mundo.
Para Marx, el estado burgués posee una característica especifica: la contradicción de las
fuerzas productivas con los modos de producción, que, debido a un modo más racional de
producir, conduce a que el proletariado inicie una revolución social para tomar posesión de los
medios de producción ("dictadura del proletariado"). Esta dictadura redimirá a la clase obrera de
la explotación y la opresión, poniendo fin a la lucha de clases y al Estado.
De esta manera, Marx entiende este comunismo como la solución del conflicto entre el
hombre y la naturaleza, la libertad y la necesidad, el individuo y el género.

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Filosofía.

21. Las filosofías de la vida

En el último tercio del siglo XIX la filosofía se pone al servicio de la transformación del
mundo, y la fuerza de la Iglesia pasa a la ciencia. Impera el ateísmo y la glorificación del
Hombre.

21.1. Los primeros contemporáneos: el irracionalismo filosófico


El danés Sören Kierkergaard (1813 - 1855) contempla con horror el "sistema dialéctico
racionalista" y funda toda realidad en un yo existencial, singular, no reductible al pensamiento.
De inclinaciones religiosas, sus temas versan sobre la angustia o vértigo de la libertad, y la culpa
como parte constitutiva del hombre.
Schopenhauer (1788 - 1861) propone al mundo perceptible como una mera
representación, "un sueño de nuestro cerebro". Sin embargo, el mundo revela también una
voluntad que se traduce continuamente en acción. Cada ser es la objetividad de una voluntad no
sometida a la razón.
Lo inorgánico representa el desequilibrio, pero lo orgánico es la voluntad de vivir, lo que
constituye a su vez principio del dolor. Querer es desear, y todo deseo es presencia de una
ausencia. Aliviado el deseo, sobreviene el hastío, lo que es aún más insufrible que el dolor. La
vida oscila así entre el dolor del deseo y el hastío de la satisfacción. El placer es un momento
fugitivo, el "cebo" que impide el suicidio. La única solución es negar la voluntad de vivir
mediante la obra de arte o el ascetismo. Se trata de un pesimismo que dará salida al pensamiento
de Nietzsche.

21.2. El vitalismo nietzscheano


Federico Nietzsche (1844 - 1900) es el primer pensador en percibir lo sagrado de la vida
como tal.

’21.2.1 Del pesimismo al amor fati


La vida es dolor, incertidumbre, error, devenir, azar. Lo irracional es su fuente. La cuestión
es la actitud que toma el hombre ante una vida así. Así, la idea dualista que concentra el dolor
y lo irracional en la dimensión física y un reino ideal, moral, celestial, etc., por otra parte, es una
manera de afrontar el absurdo. Nietzsche propone el amor fati: "no querer nada distinto de lo que
es, ni en el futuro, ni en el pasado, ni por toda la eternidad".
En Así hablaba Zaratustra Nietzsche desarrolla la idea del amor fati en el "eterno retorno
de lo igual", presentándolo como un sí incondicionado que no depende de librarse de la tierra o
del tiempo. El dolor es una prerrogativa de lo vivo, no su condena.

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21. Las filosofías de la vida.

’21.2.2. Platonismo y cristianismo


Con esta afirmación, Nietzsche busca que cese la calumnia contra la tierra, la
voluptuosidad, el amor propio, la independencia, el reino físico en general, llevada a cabo por
el idealismo platónico y el "complot cristiano" que llama al cuerpo tumba.
La moral, separada de la estética, somete al hombre y niega sus impulsos vitales,
envenenando la vida. "Dios ha muerto", y con él la "metafísica del verdugo". El devenir recobra
su "inocencia". La moralidad pretendía hacer soportable la vida a los débiles arrebatando a los
fuertes sus impulsos, estrangulándoles. "Los instintos que no se desahogan hacia fuera, se
revuelven hacia dentro"; la conciencia moral es un instinto de crueldad interiorizado. De esta
manera, acusa al cristianismo como la "moral del resentimiento".

’21.2.3. El nihilismo y el superhombre


Nietzsche define el nihilismo como:
a) tradición metafísica occidental de origen platónico cristiano que niega la vida y sus
valores mediante la Idea y Dios, opuestos al Ser, y que son la nada (nihil).
b) con el "Dios ha muerto", el hombre se encuentra desorientado en la existencia, y surge
el pesimismo que viene de negar la voluntad de vivir.
c) el resultado de todo esto supone una necesidad de superación y una transmutación
radical de los valores para la preparación del superhombre, en cuyo concepto hay elementos
darwinistas.
Puesto que el hombre es algo a superar, ha de mostrar indiferencia hacia los prejuicios y
normas morales tradicionales, rechazar la moral del "rebaño" servil, y elevarse a la condición de
los que dicen sí. Por lo mismo, defiende las jerarquías naturales, oponiendo la voluntad de poder
a la negación de vivir de los "domesticados".

’21.2.4. Las etapas del espíritu


En Así hablaba Zaratustra, el hombre pasa a superhombre por medio de tres
transformaciones:
- el espíritu como camello, se arrodilla y recibe la carga. Su regla es la obediencia. Desea
ser sometido, el deber severo.
- convertido en león, el espíritu sumiso se transforma en gran negador, despierta a su
libertad dormida y opone al "tú debes" del camello un "yo quiero". Sin embargo su libertad es
una libertad de, no una libertad en.
- cuando la libertad pasa a un querer creador, el león se transforma en niño. El niño es un
"santo decir sí"; no pone al Hombre en el lugar de Dios, sino que pone en el lugar de Dios a la
tierra.

Pág. 56
Filosofía.

22. La filosofía contemporánea (I)

22.1. La fenomenología
E. Hurssel (1859 - 1938) combina elementos de Descartes, Kant, la escolástica y la lógica
matemática para recobrar una vida y un mundo puros y trascendentales. La realidad sólo se
admite como "idealidad pura".

’ El método fenomenológico
Para Hurssel, la existencia o inexistencia del contenido es indiferente. Lo importante es
aquello que lo real tiene de "puro aparecer", el fenómeno ("reducción fenomenológica" o epojé).
Se trata de prescindir de lo natural y "dejar que las cosas se vayan manifestando como son en sí".
Se consuma así la desaparición de la naturaleza. El mundo queda reducido a lo que aparece
en una conciencia, en mi conciencia. Pero como mi conciencia no es un yo "natural" ni
"empírico", sino un ego puro y trascendental, lo que capta son esencias puras: el reino eidético.
A diferencia de Descartes, para quien la conciencia era conciencia de, para Hurssel, la
conciencia es conciencia pura, causa de sí. No se identifica con la "cosa pensante", o con el
objeto de estudio de la psicología. En Hurssel razón y realidad desaparecen a la vez, y queda una
conciencia desprovista de entidad, divagando entre intuiciones y vivencias eidéticas.

22.2. El vitalismo bergsoniano


’22.2.1. La duración
Para Henri Bergson (1859 - 1941) lo real es "duración", un devenir continuo de naturaleza
cualitativa. Las imágenes y procesos determinados son "cortes" en el flujo continuo de la
duración, interrupciones. La duración es cualitativa, el tiempo cuantitativo. Así, los fenómenos
psíquicos, los estados de conciencia, no son "cosas" o "hechos", pues tienen carácter cualitativo,
no susceptibles de medición. Por ello, la "duración" de la vida interior no puede ser medida por
el reloj, distinguiendo en base a ello entre a) un mundo de la ciencia, compuesto por entidades
rígidas y estables, un espacio y un tiempo homogéneos, y un determinismo causal que permite
hacer previsiones; y b) una vida interior y espiritual caracterizada por acciones, no cosas, que
fluyen en un devenir continuo, cualitativo e indivisible, y en una ausencia de determinismo y
finalidad.

’22.2.2. La evolución creadora


Bergson defiende la libertad contra el determinismo causal físico y psicológico. La persona
se determina por sí misma, es libre. Su fondo originario, la duración, no es materia inerte, sino
vida, impulso vital: elán vital. Gracias a la ausencia de determinismo, la vida es evolución
creadora, sin plan alguno, imprevisible, no conducente a un todo armónico.

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22. La filosofía contemporánea (I).

En su impulso original, la vida sigue dos direcciones: degradándose para producir materia,
y ascendiendo para conducir a las diversas formas de vida. Si en los insectos, con sociedades
perfectas e inmóviles, el impulso vital se ha dirigido hacia el instinto, en el hombre, con
sociedades imperfectas y progresivas, el impulso vital se ha dirigido hacia la inteligencia.
El instinto se hace consciente enfrentándose con alguna contrariedad. La inteligencia no
se ve, sin embargo, satisfecha jamás, ya que la satisfacción derivada de nuevos hallazgos crea
necesidades siempre nuevas. En este sentido, la inteligencia es superior al instinto.

22.3. La filosofía española


Para Miguel de Unamuno (1864 - 1936) el cogito ergo sum cartesiano sólo permite
deducir: "pienso, luego soy un ser pensante". Pero el hombre es también un conato de eternidad,
un esfuerzo para seguir existiendo siempre. Por ello, la muerte (el "sentimiento trágico de la
vida") constituye al hombre "auténtico", y la angustia es una forma superior de conciencia.
Por el contrario, José Ortega y Gasset (1883 - 1955) propone una filosofía "de la razón
vital" cuyo centro de gravedad es la relación -"yo soy yo y mis circunstancias"-. Nuestra esencia
es vivir como seres libres, y somos responsables de llevar nuestra vida a la plenitud personal.
Xavier Zubiri (1900 - 1983) critica el pensamiento de Kant que quiso reducir la
investigación filosófica a lo que se puede saber, prescindiendo del concepto de lo real, único
asunto del saber. Ello requiere un examen de la impresión que explique la extrañeza que surge
entre el sentir y el conceptuar.

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Filosofía.

23. La filosofía contemporánea (II)

23.1. El existencialismo
’23.1.1. La filosofía heideggeriana
M. Heidegger (1889 - 1976), durante algún tiempo ayudante de Hurssel, publica su obra
Ser y Tiempo, que constituye la primera "analítica existencial". Para él, la substancia del hombre
es la existencia. El sujeto puro es una ficción. La existencia es el modo de ser propio del hombre.
Hombre y existencia son sinónimos para el existencialista. El hombre existe en la medida en que
se hace a sí mismo por medio de sus elecciones libres.
Pero existir es estar en el mundo, y relacionarse con las cosas y los otros existentes: el
hombre es el "ser ahí" (Dasein). Por otro lado, estar en el mundo significa actividad, andar entre
las cosas de un modo práctico e interesado. Las cosas se convierten en útiles, de manera que el
hombre crea su verdadero mundo mediante la relación entre él y los útiles y el propio hombre.
Sin embargo, esta condición de "arrojado de la existencia" limita sus posibilidades,
cayendo el hombre en la angustia y el pesimismo: la única posibilidad auténtica es la muerte, por
lo que el hombre debe vivir como "ser-para-la-muerte", vivir anticipando su propia aniquilación.

’23.1.2. La filosofía sartriana


Jean Paul Sartre (1905 - 1981) propone una dualidad de tipos de ser: a) el ser-en-sí, opaco
y macizo, positivo, sin interior, increado, sin posibilidades, intemporal; y b) el ser-para-sí (el
hombre), que es conciencia, ante todo, de sí mismo, por lo que está separado de sí mismo. Pero
también es conciencia de otras cosas, por lo que es conciencia de. Puesto que la conciencia es
algo para sí, no en sí, es algo que es nada, y por lo tanto libre. El hombre introduce así la nada
en la existencia, provocando el asco, la náusea, el fracaso, el absurdo.

23.2. El neopositivismo
Su sentido filosófico general parte de los siguientes supuestos:
1.- El a priori y lo sintético no existen. Gracias a esta "vaciedad", la lógica puede aspirar
a una validez objetiva universal.
2.- Los hechos del mundo son regularidades más o menos probables (afinidad al
escepticismo de Hume).
3.- La labor de la filosofía es analizar el lenguaje científico, investigar qué términos y
conexiones son admisibles, determinar los límites de lo pensable y lo impensable.
4.- El filósofo ha de buscar un lenguaje perfectamente axiomático.
Exponente de esta corriente es Wittgenstein, con su lógica simbólica y su formalismo
analítico.

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23. La filosofía contemporánea (II).

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