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DEFINIRLA:
* El primer paso sería definir con precisión cual es la conducta que deseamos
modificar, de tal manera que dicha definición nos permita detectar con claridad cuándo,
con que frecuencia y con que intensidad se ha producido la conducta.
Así, por ejemplo, no podemos definir la conducta de un niño como “agresiva”, sino
especificar esa agresividad en varias conductas objetivas y medibles: “Tirar objetos a
personas”, “Gritar”, “Dar patadas a las mesas y las sillas”... de forma que serán éstas las
conductas que analicemos e intentemos modificar, no la de “agresividad”.
* En segundo lugar es importante el definir las conductas tanto en negativo como en
positivo, esto es, especificar no sólo la conducta que deseamos reducir o eliminar, sino
también qué es lo que sí queremos que haga el niño (que son conductas incompatibles con
las inadecuadas).
* En tercer lugar, hay que tener en cuenta que conductas no sólo son las acciones ,
sino también las cogniciones (pensamientos), y que éstos también pueden ser definidos y
modificados.
* Por último indicar que no es adecuado intentar modificar muchas conductas
disruptivas al tiempo, sino hacerlo de modo gradual, teniendo además en cuenta que
posiblemente la modificación de las primeras induzca el cambio en las siguientes sin
necesidad de intervención directa.
ANALIZARA:
De manera simple podríamos decir que a una conducta la preceden uno o más estímulos o
antecedentes (E) y la siguen una o varias consecuencias (C).
Son éstos estímulos y/o éstas consecuencias (de algún modo beneficiosas para la persona
que las recibe) las que favorece la aparición de una conducta y con el tiempo la mantienen.
De hecho hay “E” y “C” tan “potentes” que aunque sólo se produzcan de manera periódica
son capaces de mantener una conducta durante años (por ejemplo, el juego patológico).
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REGISTRARLA:
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* Los Castigos son aquellas consecuencias que disminuyen la posibilidad de aparición
de la conducta en un futuro. De este modo, si hasta el momento hemos utilizado
“castigos”
para intentar eliminar la conducta de un niño sin éxito es que, por cualquier razón, este
castigo ha funcionado más como un refuerzo (pues ha mantenido o aumentado la conducta)
que como un castigo, pero… ¿por qué? ... pues porque aunque el niño sienta el castigo, a la
vez consigue lo que más desea: la atención de los demás (atención que, por otra parte,
muchas veces se le dispensa más cuando se porta mal que cuando se porta bien). Se hace
por lo tanto necesario un cambio de estrategia.
MÉTODOS
Existen dos formas fundamentales de controlar una conducta: ambas tienen en común que
combinan estrategias para responder no sólo a la conducta inadecuada, sino también a la
adecuada.
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* La conveniencia de uno u otro depende en cada caso del tipo de conducta , pero el
Método 1 es más eficaz porque crea una relación más positiva entre el adulto y el niño a
quien trata de modificarse la conducta. Además, con frecuencia, el castigo supone que el
niño reduzca sus conductas inadecuadas pero sólo cuando está presente el “castigador”: así,
por ejemplo, un niño no pega a su hermano pequeño mientras está su madre delante (que
le castiga si lo hace), pero, ¿ qué pasa cuándo no está su madre presente?...
El objetivo principal al modificar una conducta inadecuada en un niño es comenzar
regulándola desde fuera para llegar a que él mismo se acabe controlando: éste paso de lo
exterior a la interior es más sano conseguirlo por búsqueda del reconocimiento de los
demás que por miedo al castigo.
Expectativas y modelos
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3º. ESTABLECER UN PLAN CONCRETO DE INTERVENCIÓN:
Pasos para el plan de trabajo con el niño
*3º. El adulto debe ser sistemático, constante y paciente en sus reacciones a las conductas
del niño
• Premiará tras la conducta adecuada (en un principio se combinan los premios materiales
con los elogios; después se mantienen los elogios mientras se eliminan gradualmente
los refuerzos materiales)
Elaboramos (teniendo en cuenta las preferencias del niño) una lista en la cual aparezcan
los premios y cuantos “puntos” vale cada uno.
Acordamos con el niño cuántos puntos va a ganar tras la conducta adecuada, y cuántos va
a perder tras la inadecuada. Los puntos se representan con fichas de colores que se dan o se
quitan inmediatamente después de las conducta.
Es conveniente que el niño lleve su propio registro de puntos, anotando en un calendario
cuántos va ganando, cuántos perdiendo y cuántos le quedan para conseguir un premio (los
puntos se pueden acumular para conseguir premios superiores).
Recordar que la entrega de cada “ficha” debe ir acompaña de un refuerzo social (elogio), y
que aunque en un principio todas las conductas adecuadas se sigan de un premio (o, en su
representación, de una ficha), la consecución de éstos se espaciará cada vez más hasta
desaparecer, quedando al final únicamente los refuerzos sociales, que además son los que,
en definitiva, se dan en las situaciones naturales.
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4º. TRABAJAR EN EL GRUPO: ¿Cómo abordar la conductas -
problema desde el grupo - clase ?
1: Enseñar a los niños a reconocer, analizar y decidir entre las tres maneras de
reaccionar ante situaciones cotidianas:
* la agresiva
* la pasiva
* la asertiva.
Los niños con conductas agresivas suelen tener dificultades para saber que sienten sus
“víctimas”. Es entonces conveniente, para favorecer esta “empatía”, el que en la
dramatización sean ellos los que representen el papel de víctima.
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• Los niños, en grupo, juegan a decir tras cosas buenas de sí mismos y tres cosas buenas
de otro compañero.
• Se tiene en la clase (en sitio visible) una hoja en la que durante la semana los niños
apuntan todas las cosas agradables que le hacen los demás, por pequeñas que sean. El
viernes los niños la comentan.
• Se adjuntan actividades para desarrollar la autoestima y las habilidades sociales en el
aula.
3. También puede utilizarse el libro “La alternativa del juego “(Cascón / Beristain) en
donde se explican (adaptados por edades) juegos para Presentarse a otros, Comunicarse,
Resolver Conflictos... etc.
Normalmente las conductas disruptivas suelen venir acompañadas de otras tales como:
hiperactividad, impulsividad, desatención, conductas disociales, baja autoestima,
ansiedad... Es por ello que a la intervención conductual sobre las conductas problema es
preciso unir una intervención cognitiva tal como:
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6. ESTABLECER PAUTAS EDUCATIVAS COHERENTES Y
CONSISTENTES.
E.O.E.P. BADAJOZ-4
CURSO 97/98
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ANEXOS
Extraídos de Manuel García Pérez (CEPE)
• REGISTRO DE LA EVOLUCIÓN DEL COMPORTAMIENTO
• ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA CONDUCTA.
• IDENTIFICACIÓN DE REFORZADORES (AMBIENTE ESCOLAR)
• IDENTIFICACIÓN DE REFORZADORES (AMBIENTE FAMILIAR)
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Si mi alumno/hijo tiene
problemas de
conducta…
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EOEP BADAJOZ-4. CURSO 97/98 (RÍOS RIVERA)
ESQUEMA
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